Partida Rol por web

Un corto paseo por la ciudad os lleva hasta la localización del autobús a Dunwich que indica el mapa del jardín. Un simple edificio macizo hace las veces de garaje, taller, taquilla, y sala de espera para la linea de autobus Arkham-Dunwich (un único y destartalado autobús). El coste del viaje de ida es de 1.5$, y de 2.5$ el de ida y vuelta. El viaje parece ser que dura unas dos horas y media, y hay salidas de Arkham a las 9:00 y a las 15:00, asi como salidas de Dunwich a las 12:30 y a las 18:30.

Parece ser que es demasiado tarde, y la taquilla está cerrada. Posiblemente el autobus esté esperando para su regreso en Dunwich.

Miro la hora en cualquier reloj que haya en la estación, y miro los horarios para Boston y Kingsport.

-A ver si podemos ir a algún otro sitio, o si no nos movemos por Árkham. Te parece pietro? Lo que es seguro es que no voy a permanecer ni un minuto parada. No hasta que tenga algo sólido a lo que agarrarme para no terminar de caer en el desamparo, y en la locura. En Boston está la pirámide truncada, según el rector. Y en Kingsport está Dexter, el que murió en el descampado. ¿Habrá pasado lo mismo? ¿Habrá cambiado la fecha de la muerte? Qué incertidumbre, cielos, qué desasosiego.

-Oh, qué torpe. A Boston, Salem y Kingsport se iba en tren. Además recuerdo que había salidas cada hora impar. ¿Vamos?

Cruzáis la ciudad en dirección a la estación de trenes, siguiendo los vagos recuerdos de Leonora y las indicaciones de las personas que encontráis por la calle.

La estación de ferrocarril de Arkham es un modernista edificio remodelado de piedra y metal. En un panel informativo no os cuesta ver el horario habitual de los trenes que recorren la línea Boston (a 32 km) - Salem (a 8 km) - Arkham - Kingsport (a 3 km), a horas impares todos los días de la semana excepto los domingos, en que la frecuencia es la mitad de la habitual (a las horas pares el tren tendrá la dirección contraria). Hay cinco consignas alquilables por 0.1$/hora, y el coste del viaje independientemente del destino es de 1$ para Boston y aproximadamente 0.5$ para Kingsport o Salem (el coste alto para Kingsport y Salem es porque en ambas direcciones se atraviesa un tunel de montaña).

Cuando llegáis casi dan las 18:30 y las nubes comienzan a verse ligeramente más sucias ante la futura oscuridad.

Creo que kingsport es lo más adecuado viendo lo tarde que se nos ha hecho, ¿no? Quizás fuera más inteligente volver a la Universidad, pero yo no quiero dejar pasar el tiempo. Me da igual que la noche me sorprenda en el camino. Por cierto, ¿sabes qué día es hoy?

Mientras pregunto voy buscando algún reloj de esos típicos de las estaciones, en los cuales también viene la fecha del día. Si no está busco algún billete del suelo, con la loca idea de que en el billete venga impresa la fecha, y si no le preguntaré a la persona que venda los tickets, con cara de "uhh, no se donde ando". El caso es que no recuerdo si alguien nos ha dicho la fecha exacta, pero ahora quiero saber el día de la semana.

-La incertidumbre me produce mucha ansiedad. ¿Y si las cosas no han pasado igual que la otra vez? ¿Y si sí han pasado igual? Cielos esto es horrible, horrible.

Le digo a mi compañero mientras esperamos el próximo tren a Kingsport.

La hora de salida del tren no tarda en llegar, y montáis en el envejecido vagón de asientos de madera. Hasta donde podés observar, no viaja mucha gente en esa dirección a esta hora del día. Suponéis que estará más concurrido más temprano, más que a estas horas, que la gente estará cenando. Solamente veis a un hombre casi en harapos, con aspecto de llevar al menos un par de días o 20 sin ducharse, y a una señora que ya vivió los 50, con aspecto orondo, que no levanta su vista de la ventanilla. En sus ojos está claro que ha estado llorando, y su expresión demuestra soledad y melancolía.

-¡¡VIAJEROS AL TREN!!- grita el revisor, cuando la locomotora está a punto de echar a andar, a decir por la columna de vapor que comienza a elevarse lentamente.

Un pitido y pronto la máquina está en marcha, con vosotros en su interior. Con suerte estaréis en Kingsport al anochecer.

¿Otra vez esas dos personas? ¿Pero esto qué es, una broma de algún Dios loco?

Digo totalmente fuera de mí.

Pietro, dime que tú también recuerdas a ese vagabundo y a esa señora, en la misma actitud que la última vez que fuimos a Kingsport. No es el mismo día, ni el mismo año, ni la misma hora, pero está la misma gente y en la misma situación. Esto va a ser un bucle sin salida Pietro, sin salida.

Me encojo de hombros, estoy completamente desorientado. Pero luego pienso, evidentemente Ludmilla está recordando su anterior viaje y me confunde... le doy unas palmaditas en la espalda, y la ayudo a acomodarse mientras la reconforto con palabras monótonas y tranquilizadoras.

-Bien, bien, veamos cuéntame eso que dices... por favor... con calma, tenemos tiempo...

-Es verdad, fue Kurt, con Kurt, sí. Pero fue igual, igual que ahora. La señora esa y el mendigo. Además recuerdo que la señora lloraba, como ahora, pero era otro día, otra hora, otro año. Pero todo es igual. No te das cuenta. Da igual lo que hagamos. Esto va a ser así siempre. Una sucesión de acontecimientos donde se repetirá todo hagamos lo que hagamos. Esto es el infierno Pietro, ¡EL INFIERNO!

Mientras hablo me voy poniendo cada vez más fuera de mí. Hasta que al final rompo a llorar desconsolada, haciendo que la señora que está sola y melancólica parezca esperanzada y alegre, a mi lado.