Partida Rol por web

-No sé, podríamos ir trabajando cada uno por nuestro lado y reunirnos dentro de... ¿qué te parece como una hora? Quedamos en la estación, o donde prefieras, intercambiamos opiníones, compramos esas cosillas y comemos... ¡Ey! -Gianni agacha ligeramente la cabeza, como acongojado, al darse cuenta de que ha subido la voz sin querer. Tras echar una ojeada alrededor, asegurándose de que no hay nadie, sigue la conversación: -¿Te das cuenta? ¡Comida! Comida de verdad, no esas malditas gachas. No estamos en Arkham ni en Dunwich, ¡así que no celebrarán esa dichosa Fiesta de la Colina! Bueno, en todo caso, lo que me preocupa ahora es que no nos vean juntos, sobre todo. ¿Qué me dices?

El café "Museum", como su "original" nombre denotaba, era una cuidada construcción de madera, de aspecto vagamente irlandés en la entrada, dentro de la que se habían encolado los paneles de estuco con papel de imitación de marmol y se habían pintado las molduras con purpurina. El efecto era el de un edificio rococó venido a menos, lleno de pedestales de aparente piedra de cantera en los que se apiñaban imitaciones baratas y fuera de escala de obras famosas. El servicio vestía peculiares uniformes, que más hacían pensar en guardias de exposición que en camareros, y la carta era tan llamativa como realmente común: inscrita en tablas de madera imitación de placas de arcilla y losas griegas, mostraba nombres como "café Da Vinci" (un cappuccino bastante vulgar).

Cuando Steve accedió al local, Heinrick ya conversaba con una de las camareras, indeciso sobre su elección.

-¿Bienvenido a nuestro humilde local. Hay algo en el "expositor" de lo que le gustaría disfrutar a sus sentidos?- preguntó la joven, evidentemente obligada por un acelerado cursillo de venta y servicio a decir frasecillas absurdas y evocadoras como aquella, que sonaban a enlatadas hasta la nausea.

Heinrick despues de tanto tiempo; aunque no sabe realmente cuanto; solo comiendo gachas siente que su estomago necesita deleitarse con algo verdaderamente delicioso, aunque claro cualquier cosa que no sean gachas será deliciosa para su paladar actual.

Señorita , un par de preguntas, el plato este que pone "Ave de corral Luis XIV" , ¿será por casualidad un ganso relleno ? o ¿ un simple pollo en salsa ? . Por otra parte tomaremos una botella del "Nectar de Baco" de la casa, si este no se agarra a la garganta claro . Pregunta Heinrick esperando que los platos sean tan buenos como sugerentes sus nombres .

Gianni, visiblemente nervioso por la presencia de la camarera, abre la carta y, casi al azar, pide lo primero con lo que se encuentran sus ojos.

-Sí, eeeeeh, traigame por favor un mmmmh... ¿brochetas "Rendición de Breda"? -dice arqueando las cejas. -Y de beber, lo mismo que el caballero. -Tras lo cual cierra la carta de golpe y se la entrega a la camarera, haciendo ademán de instarla a dejarles solos. Es evidente que debe tener mucho que contar a Patrick.

-Vaya, creo que para algo tan elaborado... tal vez tengamos cerrada la cocina, pero veré qué puedo hacer.- dice la camarera, tomando nota, antes de retirarse hacia el fondo del local.

Una vez que la camarera se ha alejado , Patrick le susurra a su compañero ... Espero que haya tenido mas suerte que yo Gianni , ya que he intentado hablar con el director del museo para saber si habia recibido ofertas por nuestro objeto, o visitas extrañas pero nada no estaba. ¿Y usted que tal?.

-Ufff, bueno, no sé muy bien por dónde empezar a contarte... -Responde Gianni "Steve", un tanto excitado. -Creo que podría funcionar el plan, verás...

Tras una ligera pausa dramática, continúa en tono susurrante:

-Hay un lugar en el que esconderse sobre el falso techo del servicio, creo que es perfecto. Podría probar en el cuarto de limpieza, pero es más arriesgado. Si llegase alguien en el turno de noche, echaría todo a perder. Me veo lo bastante ágil como para subir al techo. Una vez cierre el museo, bajo y me dirijo a la sala de exposiciones de la primera planta. No hay ninguna alarma por lo que he podido ver, así que si conseguimos ese diamante creo que podría abrir la urna sin problema. Había pensado en buscar alguna pieza de madera o similar de tamaño parecido a la talla, que se pueda pintar de negro, para intentar dar el cambiazo ganando un poco de tiempo. Evidentemente, en cuanto la vea alguien desde una distancia media se dará cuenta del engaño, pero puede salvarnos durante un tiempo, y el más mínimo segundo puede ser muy caro. -Deteniéndose un segundo para coger aire, añade: -Para salir, podría simplemente abrir una ventana, pero cabe la posibilidad de que sea demasiado arriesgado. Hay una cristalera sobre el hueco de la escalera por la que será muy difícil salir, si no imposible, pero si me veo en un apuro siempre podría intentar romperla para que parezca que he salido por allí. Me temo que donde más aguas hace el plan es en la salida... otra opción sería volver a esconderme en el falso techo hasta la hora de apertura. Pero corro el riesgo de que, en cuanto detecten el robo, se cierre el museo al público y me quede allí "encerrado", si me entiendes.

No se creo que si la cosa es rapida no deberian darse cuenta de nada hasta que hayamos tomado el tren hasta la universidad . Pero visto lo que vamos a hacer creo que no debería preguntar nada de esa pieza ... sería dejar una duda en el director . Susurra Patrick mirando a su alrededor buscando posibles cotillas .

La camarera regresa poco después con dos copas de vino tinto, una sonrisa y un aperitivo de pan tostado con picadillo de jamón y queso:

-Puedo conseguirles el material de Breda de mi mecenas, pero me temo que el diseño Luis XIV está muy demandado en esta época y la genialidad de esos tiempos se ha perdido; aunque puedo ofrecerles unas "Viejas Glorias de la Secesión".- continúa la camarera con la perórata anterior, señalando a un platito que parece ser una cesta de alitas de pollo "cajun", al más puro estilo sureño.

Bueno , sino puede ser Luis XIV , traigame por favor esas viejas glorias , hace bastante que no pruebo algo tan sugerente . Dice sonriendo Patrick a la camarera , pero justo antes de irse le dice . Pero si pudiese traernos ya el Nectar de Baco se lo agradeceria , es que tengo la garganta seca y mi paladar esta algo reseco .

Cuando la camarera se aleja , Patrick continua susurrando . Y bien Gianni , una vez que tenemos claro la primera parte , como solucionamos la segunda , es decir cuando salga del museo ¿que hacemos ? , ¿Podemos acercarnos a la estación a ver a que hora parte el último tren y sacar billete ? , ¿ reservamos unas habitaciones en algun hotel ? o simplemente nos escondemos y dejamos pasar la noche y volvemos en el primer tren .

Gianni pone una amplia sonrisa al ver acercarse a la camarera, que rápidamente se convierte en expresión de alivio en cuanto se da la vuelta.

-Pues, la verdad, yo creo que lo mejor sería buscar algún sitio para escondernos a pasar la noche. Cuantas menos pruebas dejemos por los alrededores mejor, así que si no tienen nuestros datos ni nos pueden reconocer en ningún hostal, tanto mejor. Aunque otra opción podría ser que nos separásemos por la noche. Hay más probabilidades de que me cacen a mí al ser el autor de la fechoría, ya que alguien podría identificarme, así que podríamos vernos en algún lado para darte la pieza. Después yo me pierdo y tú vas a un hostal, en el que esperas al primer tren de la mañana que puedas coger. Yo intentaría pasar la noche cerca de la estación, para coger también el primer tren que pueda. ¿Qué me dices a eso?

Parece buena idea , me pasas el paquete y nos separamos , nos juntaremos en la universidad mañana , yo intentare coger el primer tren de la mañana . Bueno vayamos de compras y yo ire a un hostal cercano a la estación a reservar habitación, necesitare una maleta para esconder el paquete y lo que necesites tu . Susurra Patrick mientras la camarera se encuentra lejos de ellos .

-Hecho. -Contesta Gianni entusiasmado, apurando de un trago largo la copa de vino. Cuando está a punto de levantarse, se da cuenta del pequeño agujero que pide clemencia en su estómago, y a su mente vuelve el recuerdo de esas pintorescas brochetas. -Eh... pero, ¿qué le parece si llenamos primero el estómago? Seguro que es de agradecer. Ah, y tal vez podríamos llevarles algo de comida decente a nuestros compañeros, de paso que hacemos la compra.