Partida Rol por web

...Anna Vanzeti...Bartolomeo....¿quienes serán?...

Reviso el telegrama por si tiene remitente, luego me asomo a la ventana para ver qué es el ruido.

Me miro para ver si estoy vestida, abro el armario para ver mi ropa y qué ponerme antes de salir.

Reviso el cajón de la mesita de noche y los del escritorio.

El telegrama muestra un decepcionante espacio en blanco donde suele ir el remite.

Al tomarte unos segundos en la cama te das cuenta de que no habías reparado en tu ropa:

Vas arreglada según los canones de principios de siglo. Vistes un abrigo de piel de zorro, entallado, bajo el que se vislumbra un vestido de reps francés, envuelto en una chaqueta de terciopelo con guarnición de piel. Un par de medias de seda envuelven tus piernas hasta sumergirse en un par de zapatos parisinos de tacón de aguja. Un gorro ajustado de terciopelo remata tu figura, y sientes algo de maquillaje en tu cara; sensación que resulta vagamente familiar. Unos guantes de piel cubren tus manos hasta medio antebrazo, combinandose con un coqueto bolso de mano de seda, ahora suelto sobre la cama.

Al abrir la ventana, un bochorno veraniego ataca desde el exterior, mientras polvo y óxido caen de las contraventanas, por la falta de uso. Lo que parece un campus universitario de principios de siglo aparece imponente ante tus ojos, como un conjunto de diez edificios victorianos enclaustrados por una verja de metro y medio de piedra y otro tanto de barrotes metálicos rematados en picas, bordada con jardines y cesped bien cuidado, y surcada de paseos terrosos que desembocan en un gran obelisco central, imitación de uno egipcio. Te encuentras en el segundo piso de uno de ellos.

En el jardín puedes ver, no demasiado lejos de tu edificio, a dos mujeres jóvenes vestidas en tus mismos tonos; casi dirías que igual que tú. Parecen observar atentamente un edificio opuesto al tuyo, que es de donde viene el molesto ruido.

Entre tanto comienzas a preocuparte por los pequeños detalles de tu indumentaria y adviertes el inconfundible contacto de un ceñido corsé elástico de rayón bajo el vestido, y las gomas de las medias apretándose a medio muslo. Es patente también la presencia de una combinación con bordados bajo la falda. En el bolso puedes encontrar un pequeño monedero de piel con 300 dólares, una cajita con polvos de maquillaje y un algodón de aplicación, así como dos lápices de sombra de ojos y un pintalabios. Hay también una libreta bien cuidada sin apuntes, acompañada de un lapicero, entre cuyas paginas reposa una tarjeta que reza lo siguiente:

Un pañuelo de seda, una antigua llave de hierro colado y un botecito vítreo de perfume cierra el conjunto.

En el cajon izquierdo del escritorio pueden hallarse 20 folios blancos en perfecto estado y bien ordenados, asi como 5 sobres blancos y sellos por valor de 25 dolares. En el derecho se podrá encontrar un plumier con un medio vacio tintero de tinta negra y cinco plumillas, así como una barra de lacre con un sello de madera bastante ambiguo con el símbolo (no oficial) de la Universidad Miskatonic de Arkham. Cierra el conjunto un encendedor de gasolina usado.

El cajón de la mesilla hace un seco ruido de madera deslizante al abrirse para mostrar un salto de cama de crespón de algodón, un corsé elástico de rayón, dos pares de medias, un robusto cepillo de pelo y un sobrio reloj de pulsera de mujer; todo ello acompañado por un colorido neceser en el que se podrá ver un cepillo de dientes, un bote abierto de bicarbonato, un bote de crema hidratante, un poco de cera para depilación, tres paños \"compresa\" de tela y una pastilla de jabón a medio usar.

El armario está cerrado. Entonces caes en que en tu bolso había una pequeña llave de hierro colado. Podría servir para abrir el armario. Lo compruebas y funciona.

El armario se abre con un chirrido siniestro, y en el puedes observar Un par de zapatillas de cuero con correa, un jersey de lana de color beige, una falda larga oscura y una bata de raso.

Me levanto y, apesadumbrada como si me hubieran regañado, antes de salir del edificio me vuelvo hacia ella.

- Lo lamento, se..sería tan amable de contestar a mis preguntas.

adviertes al instante que todas las runas centrales son distintas. También adviertes que esas runas centrales no se parecen entre sí. Los diagramas son realmente esquemáticos, pero queda clara la evocación del ojo y la espiral. En algunos momentos, mientras dibujas, tienes la sensación de estar haciendo un anfiteatro con las runas de la niña en el coso. Las runas distintas no se parecen a nada conocido, fuera de la escritura cuneiforme mesopotámica que ya comenté. Tienen cierto toque oriental, aunque son más geométricas que artísticas.

Si quieres saber algo más, tendrás que decirme investigo sobre ...... Así sin más, no te suena a nada más.

- La verdad es que, a parte de lo que ya les dije durante la comida, no he podido sacar mucho más en claro. Aunque, si usted se fija con atención, hay un hecho muy curioso en ambos... - dice la anciana, como con aire profesional - Ambos tatuajes están conpuestos por 5 hebras entrelazadas, que forman anillos continuos. Todos conectados entre sí, incluso en varias vueltas. Como si todo el ojo que rodea la niña creciese de cinco parras. No sé si el número puede significar algo; no he encontrado ninguna relación que me convenza. Hay una cosa más que he notado a base de observarlo: las puntas de los zarcillos que forman el tribal apuntan todas hacia el interior. Lo único que conozco que se fabrique con la parte peligrosa principalmente hacia el interior, es una prisión. ¿Pero para liberar qué?- entonces la mujer levanta la vista, te sonríe y añade - Jeje. A veces me sorprendo a mí misma. Desde luego, para la edad que aparento, tengo muy buena vista. Además, parece que se me dan bien los puzzles. Bueno; la dejo ya, señorita Vanzetti. No me gustaría entretenerla más.- dicho esto, la mujer comienza a levantarse, dispuesta a marcharse.

Con la ayuda de Nadia, que parece tener una mente analítica excepcional, y reordena los textos, extraes un buen trozo de información:

El arte de la momificacion alcanzo su punto culminante al final del imperio nuevo. Cuando alguien moría, los acongojados familiares llevaban el cuerpo a los embalsamadores, que vivían en casas aparte y llevaban la mascara de su patrón, el chacal Anubis, guardián de los muertos. Cuando se acordaba el precio de los servicios, el cuerpo se tumbaba sobre un bloque de piedra y los embalsamadores comenzaban su espeluznante trabaj

Los gemelos no parecen hacer mayores aprecios a tus comentarios, así que te sumerges de nuevo en los enrevesados textos. Aun así, la terquedad de los gemelos parece dotarte de una mayor resolución, y consigues avanzar a buen ritmo durante los primeros momentos de la mañana:

El cuerpo era depositado horizontalmente en un ataud y conducido a traves del Nilo a una de las ciudades de la muerte, en la orilla Oeste. Cargado en un trineo, debia ser arrastrado por un buey al sepulcro familiar con parientes y plañideros profesionales, golpeando sus pechos y tirándose de los cabellos como si se tratara de la muerte de Osiris. A la entrada del sepulcro, un sacerdote celebraba la «apertura de la boca», ceremonia en la que se tocaba la mascara de la momia con una especie de azuela y pronunciaban hechizos para que al cadáver le retornara el habla, la vista y el oído.

Al seguir investigando, no tardas en darte cuenta de que te faltan un par de volúmenes sobre teología egipcia, al que hacen referencia algunos apuntes. Los buscas por todos lados y te das cuenta de que no están, ni en la mesa, ni en las baldas. Sigues avanzando en los apuntes, para ver si puedes prescindir de ellos, y estos hacen referencia a otros textos cruzados que te aclaran lo siguiente:

Todo egipcio hacia ofrendas de comida, que eran depositadas en los sepulcros de sus antecesores, pero muchas veces este acto se olvidaba o se descuidaba. Por esta razón introducían en el sepulcro cuadros con imágenes de alimentos, bebidas y otras cosas buenas de la vida para uso del cadáver. Como precaución extra se inscribían mensajes, que supuestamente provenían del cadáver, que prometían recompensar a toda persona que recitara una plegaria invocando: «pan, cerveza, bueyes, aves de corral, alabastro, ropa y toda la clase de bienes que un dios necesita en vida».

Aunque parece tener sentido, crees que sería más sencillo de entender si tuvieras la información intermedia a la que hacen referencia. Entonces te percatas de que Pietro les llevó algunos libros a Gianni y Patrick al cuarto, para que tuvieran algo que hacer. Para cuando te das cuenta de ello, una hora se te ha pasado sin sentirla.

La verdad es que no te extraña que a Patrick y Gianni les llevara un día investigar estos papeles. La información es realmente enrevesada y tiene muchísimas referencias cruzadas. Ni siquiera podrías aseverar, sin dedicar un buen rato, que los datos que extrajeron estén bien; esto es un desbarajuste arqueológico, y la arqueología no es precisamente tu fuerte, a pesar de que empiezas a cogerle el truquillo.

Tras una larga hora cotejando datos y referencias cruzadas, adviertes que, en efecto, lo que has recuperado es lo que te faltaba para completar el cuadro, con respecto a lo que estudiabas, al menos.

Aunque has terminado de ubicar toda la información que obtuviste de Patrick y Gianni en tu esquema de las traducciones, las ideas con las que te regaron han estado germinando en tu paz, y te resulta realmente complicado concentrarte debidamente. Continuamente desvías tu atención hacia anotaciones que, aunque no son el siguiente paso en tu investigación, parecen ahondar en el tema. Obviamente, no es el mejor sistema para organizar los laberínticos apuntes y obtener conclusiones. Se te pasa una hora más sin sentir, revisando papeles sin mucho sentido. Finalmente recuerdas las estrictas instrucciones de Pietro y te preguntas "¿Qué diablos estoy haciendo?" antes de dejar de perder el tiempo e inspirar hondo para tomártelo todo con más calma.

Tras una hora más centrada, en la que avanzas con buen ritmo, cruzas unas cuantas referencias sobre las peculiares hipótesis de Patrick y Gianni y llegas a la siguiente conclusión:

En ocasiones, los egipcios adoptaron otras ideas nuevas que hacían contradictorias sus creencias con respecto a la muerte o a la vida futura. El sepulcro era la casa del ka y en sus paredes se pintaban escenas de la vida cotidiana. Las ropas, joyas y demás pertenencias eran enterradas con el cadaver, ya que el egipcio pretendía que el resucitado viviera de forma similar a como lo hacía en Egipto. Esto es parte de la verdad, pero no toda la historia.

A pesar de todas las emociones vividas en el día, de la inquebrantable e intarnquilizadora capa de misterio que os envuelve, por fin pareces caer rendido. Nuevamente tu vida onírica se transforma en un pozo de oscura negrura, dirías que considerablemente oscilante, si eso fuera posible. Te parece oir chasquidos distantes, como si un tubo inestable pasara a gran velocidad a tu alrededor, golpeando contra bordes invisibles y dejandote en el centro.

Cuando despiertas, recibes el quedo sol de la mañana aliviada.

Me estiro y me siento en la cama. Las noches inquietas hacen que me sienta cansada.

Salgo al pasillo camino del cuarto de baño. me aseo y vuelvo a mi cuarto para vestirme. entonces recuerdo a la pobre Fátima y voy a su cuarto para ver como se encuentra.

Acudes al cuarto que compartíasis Fátima y tú, para encontrate la puerta cerrada y el pasillo desierto. Las gachas van enfriándose aunque, afortunadamente, Rosemary parece no haber regresado.