Partida Rol por web

El hombre abrió los ojos como cuencos blancos al ver la daga.

-Está usted loco señor! -Dijo el anciano en un susurro -No debe mostrar eso, su vida podría correr peligro si la ven los ojos equivocados. Eso pertenece a los pumas, averigue por ellos y se dará cuenta que es mejor que se deshaga de esa daga. Y lo siento, no puedo seguir ayudándole, no sé a quien pertenece! Ahora, por favor aléjese.

El anciano no esperó a que Rivoel se alejara y empezó a caminar hacia la plaza a paso lento, por ahora aquel hombre no diría más y era probable que si Rivoel insistía, se las ingeniaría para evadirlo.

Era claro que la daga era de los pumas como bien sabías, pero los lugareños les temían y no iban a arriesgar su gaznate brindando información indebida a un forastero, la gente en Qark podía morir por menos que eso! ¿Seguirás indagando por el pueblo? ¿volverás a la posada?¿Pensarás en algo más?.... Es tu turno y tu decisión!

La pequeña empezó a escabullirse entre algunos arbustos, su ropaje sucio y la ceguera del orco sirvieron para que la pequeña pasara desapercibida ante el guardia.

Ladfiena logró acercarse un poco más y comprobó que todos eran orcos, intentando apartar sus ojos del brillante sol, los pobres intentaban descansar en un intranquilo sueño. Era evidente que se traían algo de afán al no buscar una caverna en la que acampar.

La mediana logró observar un pequeño cofre cerrado, cerca de donde intentaban descansar los orcos, parecía que eso era lo que transportaban ya que no andaban con más que las armaduras y armas que tenían encima.

Ganará la curiosidad de Ladfiena para acercarse al cofre y averiguar lo que se oculta en su interior arriesgando su vida y quizá la de Fewyhn al hacerlo? o Ganará el sentido común de la mediana para hacerla retroceder y volver con Fewyhn para regresar a Qark?...... El plan de acercarse abiertamente como si fueran transeuntes podría no ser tan buena idea, los orcos podrían aprovecharse de eso, y Qark se encontraba a más de una hora de distancia como para poder llegar antes de ser alcanzados. En sus manos está la decisión, es su turno!

Códice no tuvo inconveniente en explicarle al enano que el resto de sus compañeros no le habían acompañado para poder atender sus propios asuntos. De hecho, añadió, agradecía a Morgan y a Lirian que le hubieran acompañado. También respondió con una respuesta y un leve asentimiento a la observación de Enethek sobre su nombre, que él tomó por un cumplido. Cuando el sacerdote enano les ofreció el néctar de Damathion*, Códice no desconfió: el carácter afable y educado del padre Enethek y su condición de clérigo hacían que el fraile inconscientemente confiara en él. Además: ¿quién tiene veneno preparado para las visitas? Resultó un trago agradable. “¡Los Hojabrillante!”, reaccionó Códice en cuanto escuchó su nombre: él los conocía*. No obstante, esa no era la pista que buscaba. En cambio, la mención de ese hombre misterioso que comercializaba con reliquias tethyamarinas hizo que le brillaran los ojos. “¿Estará refiriéndose al propio Puma?” Se contuvo de lanzar una mirada de complicidad a Morgan. Cuando fue evidente que el clérigo no diría nada más.

—Mil gracias por su ayuda, padre —dijo con una, esta vez sí, pronunciada reverencia para su pequeño interlocutor—. Respecto a ese hombre del que ha hablado...

Por un momento, el mestizo tuvo la tentación de pedirle al religioso unos momentos para hablar el asunto con sus compañeros, pero al momento comprendió que aquello podía resultar sospechoso: ¿por qué iba a hablar con ellos nada, si el asunto del libro era de su sola incumbencia? Tendría que decidir él. Hizo como que se lo pensaba unos instantes.

—Sí, me gustaría hablar con él —resolvió, mordiéndose la lengua. “¿Habré hecho bien? Si no, siempre puedo decirle que he cambiado de opinión..." Lo comentaría con Morgan al salir—. Pero... ¿Es un tipo de fiar? ¡Ah! Y también queríamos preguntarle otra cosa...

Ahora sí lanzó una mirada a Morgan para indicarle que podía intervenir y preguntar por “la bestia negra” cuando quisiera.

Rivoel guardó la daga entre sus ropas, fuera de la vista de cualquiera. Por un lado se sentía mal por no haber podido recompensar al anciano por su información, pero por otro llegó a sonreir   por cómo había salvado el incómodo momento, ya que el anciano se fue por iniciativa propia y no podría guardarle rencor. Sin embargo el bardo sabía que estaba en deuda con esa persona y desde la distancia para no incomodarle, se fijó en dónde se hacía llegar para poder recompensarle cuando consiguiera algunas monedas.

Aún contento con la información que había obtenido sobre la bestia, Rivoel seguía teniendo curiosidad por saber quién de los hombres de confianza de El Puma habría perdido su daga. No sabía por qué, pero tenía la corazonada de que sería  Vizco... Con ese pensamiento en la cabeza, el carismático medio elfo empezó a recorrer la zona del mercado y las calles más concurridas de tiendas en busca de comerciantes vendiendo telas, vino y por qué no libros, con la esperanza de que la mercancía del carro asaltado hubiera llegado hasta aquí y su actual dueño le dijera quién se la había vendido. Con disimulo Rivoel fue preguntando con sutileza por sastres y bodegueros para no levantar sospechas sobre sus verdaderas intenciones.

 ¿qué opinión puedo haberme formado de los Hojabrillante? ¿Buena gente? ¿Concuerda lo que dice este Enethek con lo que sé sobre ellos?

Si, los Enanos Hojasbrillante son en esencia buenos, su linaje se remonta a una familia reconocida dentro del imperio caído de Tethyamar, viven sus vidas siempre enfocados a expandir y exhortar a sus semejantes la idea recuperar el antiguo reino. De vez en cuando viajan en grupos de expedición a las montañas en busca de información, lugares y objetos perdidos. Todo apunta a que el padre dice la verdad, al menos con respecto a los Enanos!

Y es Dumathoin, sorry O.o

Ante la respuesta también en enano del sacerdote, Morgan asintió estirando un poco las comisuras de sus labios hacia arriba pero sin llegar a que se le viesen los dientes, era consciente que la visión de su sonrisa no siempre recababa el efecto deseado. Escuchó con atención la conversación entre los dos clérigos pero sin perder de vista el resto del templo; cuando se desplazaron los siguió, mas por la inercia de la costumbre que por necesidad, pues había adoptado la misión de proteger al mestizo de posibles ataques físicos.

Cuando el cáliz pasó de manos lo aceptó pero solo se mojó un poco los labios y no bebió, no es que sospechase que había algo especialmente pernicioso en el líquido, es que no le gustaba que el alcohol empañase sus sentidos y preguntar por los ingredientes no le pareció correcto. Durante la siguiente parte de la conversación salió a la luz un 'hombre con una red de exploradores', la mestiza se preguntó si se trataría del Puma y ante la mirada de soslayo de Códice supuso que él también se lo estaba preguntando; al fin aceptó a concertar una entrevista -Lo dicho, un pueblo con fama de 'arisco' con los visitantes y nosotros ya vamos a por nuestra tercera cita en dos días- pensó la guerrera con su humor ácido. Ante las últimas palabras de Códice entendió que le cedía la palabra, aunque no sabía porqué, pero no quiso quedar mal y se aclaró un poco la garganta antes de comenzar a hablar con su voz grave.

- Como las noticias parecen correr, supongo que ya sabrá que nos han ofrecido un 'trabajo'. - esperó a que el hombre asintiera para continuar* - Antes de aceptar nos gustaría conocer algo mas sobre esa bestia, si alguien la ha visto y qué es lo que ha hecho para que pongan precio a su cabeza. Y luego está el tema del puesto de avanzada enano ocupado por [Enano] orcos, - está por escupir en el suelo pero al darse cuenta de dónde está lo reprime - si se sabe algo de su número y equipamiento. ¡Ah! y si tuviesen algún plano de la fortaleza o de la mina nos sería de mucha utilidad, por supuesto que se lo devolveríamos al salir.

Con una sonrisa agradeció el gesto del sacerdote, sin embargo tras olerlo un par de veces desechó la idea de beberlo. Si era tan revitalizante seguro que contenía alcohol, dedujo. Es un licor enano, ¿Cómo no va a ser una bebida alcohólica? Percibiendo lo que acababa de hacer su robusta compañera decidió imitarla y hacer gesto de ingerirlo. -Es lo malo de estos templos enanos, no se ve un pedazo de tierra donde poder verter esto. - Pensó refiriéndose al  vaso que llevaba en la mano.

Siguió a sus compañeros evitando entrometerse en la conversación, al fin y al cabo él era un invitado a acompañarlos y podía percibir que ellos dos sabían mucho más de lo que habían decidido compartir con él. Aún así Lirian escuchó con atención todo lo que se hablaba, nunca se sabía qué podía sacarse de claro de allí.  Al menos espero que acepten el tema de ir a las minas porque si no me veo vendiendo la ropa para dar de comer al pobre Orejudo. 

Ladfiena observo un rato a los orcos, el sueño no era precisamente liviano ni silencioso, mejor para ella, miro el cofre, seguro que el tío Tripis a estas alturas ya lo habría abierto y saqueado todas sus cosas, bueno, se habría llevado hasta los calzoncillos de los orcos "una buena chica no roba" se repitió Ladfiena recordando las reprimendas de ir con su tío "a divertirse" volvió sobre sus pasos para reunirse con Fewyhn y contarle lo que había visto.

Mediante gestos Fewyhn le explicó que lo mejor sería escalar a los árboles y abatir a los orcos. Igual subiendo a los más alto impedirían que sus enemigos llegasen allí y mientras podían dispararles desde lo alto.

El anciano se perdió rápidamente entre la gente del mercado. Qark no era muy grande y seguro que se volvería a encontrar a aquel anciano antes de partir.

Empezó a preguntar sutilmente por los tejedores locales, no habían muchos, por no decir que ninguno, cada quien se cosía sus propias ropas y atuendos, sin embargo, la gente de aquel lugar señaló a un posible tejedor que solía comprar telas a los mercaderes.

Rivoel llegó hasta su casa, pero nadie respondió a la puerta, decidió esperar unos instantes. Esperó varios minutos hasta que decidió volverse a la posada, pero en ese instante apareció un hombre bajo y edlgado, de nariz ganchuda y algo torcida.

-Buen día señor -Dijo con amabilidad, en efecto era extranjero a juzgar por su amabilidad que contrastaba con la manera de portarse de los lugareños -Qué puedo hacer por usted?

El hombre invitó  pasar a Rivoel a la casa, le ofreció un brebaje caliente y empezó a contar una historia larga y aburrida de su patética vida y de su origen del valle de la sombra, Rivoel solo escuchaba por decencia.

Finalmente llegó la hora de la acción: Al principio, el tejedor se mostró reticente, pero la astucia y la lengua de Rivoel lo hicieron hablar para confirmar algo que ya sabían: Hace unos días el tejedor compró unas telas extrañas de uno de los pumas negros, le interesaba venderlas cuanto antes y consiguió un buen precio por aquellas finas telas.

El hombre no le ofreció nada más a la venta más que aquellas telas, quizá podrían tratarse de las mismas telas de aquel carromato o quizá no, pero ciertamente eran robadas por pumas negros. La información que Rivoel había conseguido no era nuevo, pero confirmaba las hipótesis que ya habían planteado. Solo quedaba ir al molino por aquellas cuestiones que el alcalde habría dejado, el sol empezaba a ocultarse aunque aún quedaran un par de horas de luz. Pero podría seguir investigando, pero había llegado a un punto muerto, donde ni la prodigiosa lengua del bardo podría sacar más información de la que ya había conseguido.

El sabor de aquella bebida era fuerte, incluso para un par de semiorcos de estómago duro y un norteño acostumbrado a los fuertes tragos para combatir el frío. Solo códice (el único en beber) sintió como la bebida se calentaba en su garganta y posía sentir ese calor bajando hasta su estómago, donde experimentó una especie de explosión interna. Un calor lo arropó de repente y sus músculos de repente se sentían descansados, el clérigo no mentía y de repente el cansancio había desaparecido por completo!

-Jumm -Vaciló un instante antes de responder al mestizo -Esos hombres nunca son de fiar, aunque es conocido que su líder es en medio de todo, honorable con su palabra. Organizaré esa cita si es lo que quieres, escucharás noticias de mi el día de mañana. -Al parecer no todos los habitantes de Qark eran tan parcos y hostiles con los forasteros, pero seguía abstiniedose de hablar de lo obvio, por nada del mundo hablaría explícitamente de los pumas.

-Vuelvo y repito que a mis oídos llega todo -Dijo con una especie de Sonrisa? mostrando sus desgastados y amarillos dientes torcidos a Morgan. -Ohh si me imaginé, la mina de plata, desafortunadamente no hay tal cosa como un plano, solo sé lo que ustedes ya saben, un grupo de orcos habita el puesto de avanzada y en el interior habita aquella bestia negra. 

Durante varios años, los orcos comandados por Ulfe han existido en lo que una vez se conoció como el colmillo de piedra, un pequeño pico entre las montañas y que en antaño fue un puesto de avanzada de los Enanos de Tethyamar y un punto de extracción de plata. Gracias a los Enanos Hojabrillante que constantemente vienen a Qark, se descubrió la ubicación de ese lugar, gracias a esos Enanos, se descubrió que se trataba de una mina de plata" -Tosió mientras seguía su relato. "Poco interés produjo ese lugar en los Enanos, pero muchas otras personas se interesaron en aquella mina que podría multiplicar las arcas de Qark o de cualquiera que la poseyera. Se ha intentado dialogar con el gran Ulfe, pero está determinado a quedarse en ese lugar".

Tomó una pausa mientras el grupo escuchaba atentamente. "hace unas dekhanas yo mismo escuché el relato de unos mineros que volvieron en muy mal estado, alegaban que una criatura de escamas negras y cuernos, del tamaño de un pony los había atacado y les había escupido ácido, muchos del grupo murieron debido a las heridas provocadas por el ácido, pero el terror en sus ojos nunca se me olvidará. Desde entonces se conoce a esa criatura como escamanegra y se ha rastreado hasta el lago que emerge desde el colmillo de piedra, se cree que esa bestia vive en la mina de plata y hay gente que paga millonarias sumas por matar a esa criatura alada. Algunos aventureros y mercenarios lo han intentado, pero no logran siquiera pasar las puertas del fortín orco"

Ladfiena había decidido volver por sus pasos, tomó la decisión correcta, hubiera sido muy riesgoso aventurarse por el cofre, y más con unos orcos que no dormían del todo bien!

Llegó hasta donde su compañero, Fewyhn estaba seguro de lo que quería: Sangre!

Había un árbol que podrían escalar fácilmente, pero los orcos también podrían hacerlo una vez llegaran, estaban a una distancia de 15 metros de unos orcos que se veían un poco más duros de lo normal.

Seguirán el instinto prudente de Ladfiena e irán hasta el pueblo para contar lo que vieron?, o seguirán la sed de sangre del Drow y atacarán hasta que ningún orco quede en pie?.... Es su decisión!

-Pues ya tenemos en marcha una visita con ese 'líder', el Puma vamos, sí que debe tener poder que hasta un clérigo enano dentro de su templo no osa decir su nombre. ¿Será que aquí también tiene oídos?- La mirada de Morgan se desplazó por toda la sala en busca de alguna figura que se le hubiese pasado por alto. La siguiente frase del hombre hizo que se fijase en él y pensase en alguna otra cuestión que debiera preguntarle, estaba segura que había algo que se le escapaba pero no lograba dar con ello.

La guerrera cambió el peso hacia la lanza en la que se apoyaba cuando comenzó el relato, que unos enanos descubrieran la mina de plata no era nada nuevo ya que excavar en la roca es lo que mejor se les daba, pero que no les interesase en lo mas mínimo hizo que Morgan se preguntase qué estaban buscando si no eran riquezas -A lo mejor un libro- le dijo una voz en su cabeza que se parecía demasiado a la de cierto ser de piel oscura que conocía, parecía que el drow le estaba empezando a pegar su costumbre de desconfiar de todos.

Por fin, después de un corto silencio, una descripción detallada de la bestia que se suponía tenían que matar. El tamaño de la criatura era esperanzador, un poni era algo manejable, cuando empezó a mencionar cuernos, escamas y ácido la cosa se tornó un poco mas complicada pero nada que el grupo que formaban no puediese acometer, eran seis contra uno. Si la habían rastreado hasta un lago y suponían que se ocultaba en los túneles de la mina, eso quería decir que había otra entrada aparte de la del puesto de avanzada enano. Tenía que acordarse de preguntarle a Códice si podría hacer que respirasen con normalidad en el agua. Lo de alada no le gustó pues eso quería decir que en un lugar amplio podía alejarse de sus mejores armas, lo mejor sería enfrentarse a ella en los túneles.

Códice la miró con una pregunta en su rostro, la expresión de Morgan era de estar sopesando lo que había oído; si podían esquivar a los orcos y enfrentarse directamente con la criatura quizás no era tan descabellado, al fin y al cabo eran quinientas monedas de oro por barba. Se quedó pensando en qué clase de criatura podía ser y en si la recompensa merecía el riesgo y el tiempo.

Rivoel quería saber quien era el dueño de la daga e indagó hasta dar con el comerciante indicado. Tuvo que aguantar una pesarosa historia hasta que encontró el momento en el que empezar a hacer preguntas a las que el extranjero no tuvo más remedio que responder. El tejedor confesó haber comprado  telas a uno de los pumas negros, sin decir quien... Rivoel no pudo resistirse y quiso saber si, como intuía, había sido Vizco - Por casualidad era un medioorco el que le vendió las telas...? preguntó sin tapujos el bardo. Poco más duró la conversación y el bardo se dirigió hacia el molino para hacerse con lo que fuera que el alcalde les dejara para ayudarles. Con disimulo entró y salió del ruinoso edificio encaminándose directo a la posada. Tenía curiosidad por saber cómo les había ido a sus compañeros el paseo por Qark... esperaba que no se hubieran metido en ningún problema.

Las palabras del enano acerca de la relativa honorabilidad de su contacto reforzaron en Códice la idea de que ese individuo era el Puma. Cuando el enano dio por zanjado el tema, Códice hizo una leve reverencia en señal de agradecimiento. Códice iba a decir algo*, pero en lugar de eso abrió mucho los ojos y clavó su mirada en el pequeño cuenco que tenía en las manos. “¡Vivificante!” exclamó para sus adentros, gratamente sorprendido, cuando notó en su cuerpo los efectos de aquel licor reparador. “¡Qué no haríamos con un barril de esto!” Se relamió los labios.

A continuación, tomó buena nota de lo que Enethek le dijo a Morgan: que la entrada de la mina está en un pico llamado Colmillo-de-Piedra, que dicha entrada son las ruinas de un puesto de avanzada enano, que el líder de los orcos que ahora lo habitan se llama Ulfe y no quiere abandonar el lugar... Códice se felicitaba por la suerte que habían tenido. Sin embargo, cuando llegó la descripción de la “bestia negra”, la alegría se borró de su rostro: escamas negras, cuernos, alas, del tamaño de un poni, que escupe ácido... “¡Escamanegra! Menos mal que no vamos a bajar.” Lanzó una mirada preocupada a Morgan y Lirian. “¿Verdad?”

Por las barbas del siluro de palo!! - Pensó Lirian cuando aquel hombre mencionó a la extraña criatura que los aguardaba en las profundidades de aquellas minas. No tenía ningún miedo a los orcos, de hecho los conocía bastante bien ya que incluso hablaba su idioma, pero los monstruos con los que no se podía hablar, y no es que él fuese a dialogar con los que sí se podía,  líbrenme los dioses!, no le agradaban lo más mínimo. Bueno, al menos esta gente parece profesional, probablemente se habrán enfrentado a seres de esta tipo en sus aventuras. Quiso creer el norteño acerca de sus compañeros. Eso le hizo sentirse más seguro acerca de la futura empresa. Sin embargo, la mirada que Códice dedicó a Morgan y a él fue como un pequeño pinchazo en su confianza. ¿Qué había querido decir con ella? Desde luego no conocía suficiente al guerrero como para leer su mirada pero en Bryn Shander aquel gesto hubiese significado preocupación y no creía que en estas latitudes tuviese otra interpretación distinta. 

Maldita sea...no quería tener que llegar a esto, pero vamos allá. - Per per perdone paaadre. - Comenzó más nervioso de lo habitual. De nuevo sus manos comenzaron a sudar y el ritmo de su corazón se desbocó irremediablemente. ¿Peeee peeero esa bestia no no no no ataca a los orcos? Si la han detec, detec,  detectado!! Dioses!! - Vas bien Lirian, vas bien. - en el laaago, eso eso es que sale de la mmmmina. ¿No? ¿No?

El elfo oscuro sonrió a Landfiena estuvieron intercambiando información hasta que el Drow le contó su plan. Consitía en subir a los alto del árbol y disparar a los orcos. Para cuando llegasen con algo de suerte estarían todos muertos.
Así que tras escuchar la respuesta de Ladfiena se pusieron ambos manos a la obra en la escalada. Con cautela subieron y una vez arriba... El elfo oscuro sacó su arco y apuntó con calma. Dos flechas fueron en dirección a su primer objetivo.

Ladfiena escucho atentamente el plan de su amigo, seguro que aquellos orcos habían hecho algo malo si tenían que matarlos, la fe ciega de Ladfiena en el elfo oscuro podía llamarse demencial, pero solo respondía a una ingenuidad realmente grande, se acomodo a horcajadas sobre una rama lo bastante gruesa para sostenerla, solo un poco por debajo de su amigo, cuando este dio la señal realizando el primer disparo ella le siguió que no tengan arcos Lurue ayúdanos nada indicaba que la diosa le hubiera escuchado pero ya fuera por efecto placebo o algo que no alcanzaba a entender estaba segura de que aunque tubiéran arcos no podrían alcanzarla 

-No. -Contestó secamente el hombre -Ha sido alguien como yo (humano), un poco más bajo y ancho de hombros, que por cierto escuché maldecir a sus compañeros por haber perdido una daga o algo así. -Ciertamente se le había ido la lengua más de lo debido a aquel hombre que empezaba a sudar a pesar del fresco clima montañero, empezó a observar a lado y lado en tono nervioso -Ahora, señor, le pido que se retire de la tienda, y debería tener más cuidado con las cosas que pregunta, no todos son tan reservados como yo.

Era evidente que el hombre no iba  decir más, y antes que empezara algún problema, Rivoel decidió dirigirse al Molino, allá escarbó aquella roca suelta que el alcalde le había mencionado y encontró un par de objetos que sin duda resultarían útiles...

-No sé nada al respecto amigo norteño -Dedujo el Enano por aquel acento extraño de Lirian, a pesar de su 'extraña forma de hablar'. -Solo sé que esa bestia está ahí y que hay varios interesados en erradicarla, quizá esté aliada con los orcos o quizá no, quizá haya una entrada por el lago o quizá no, solo sé que no lo averiguaré por mi cuenta.

Era obvio para el trío lo que el párroco describió: Un dragón negro!, pero  juzgar por el tamaño, aún era una cría, pero una cría seguía siendo un peligro obvio para el grupo de orcos, no sería raro que el dragón los tuviera subyugados bajo su mando mediante el miedo y la intimidación.

No mucha más información pudieron sacar después de unos minutos más de charla con Enethek, una charla que empezaba a sesgarse hacia la veneración a Dumathion y a la necesidad que tenían de una donación, una conversación que incomodaba en especial a Códice. Sin embargo, haciendo gala de sus mejores modales, códice se despidió del clérigo Enano quedando bien parado en caso de tener que regresar al templo.

Llegaron a la posada y ninguno de sus compañeros se encontraba allí, así que, con la sonrisa de Tymora, Códice consiguió un naipe Cormyriano y empezó a enseñar a sus compañeros a jugar mientras esperaban al resto.....