Partida Rol por web

Con el asentimiento de Viktor al plan y la aquiescencia algo reluctante de Berenice, que quizá se veía explorando el planeta o quizá tiene miedo de quedarse sola (en cualquier caso la críptica experta en comercio no revela nada), os ponéis a la tarea. Zapato es reformado adecuadamente con restos de embalaje de vuestras mercaderías en un par de horas y el equipo es cargado en un transportín auxiliar en pocos minutos.

Hacéis bajar la nave hasta la atmósfera para no hacer pasar a Zapato por la fricción dela entrada atmosférica en un entorno con tanto metal. Apiñados en el vehículo, saltáis de la nave a un vacío azulado y anaranjado bajo vosotros. Las puertas del hangar se cierran y la nave inicia en automático su regreso a órbita.

La caída es brusca y Vic ha de pelearse con el aparato, las corrientes de aire y los materiales ferrosos mientras descendéis sobre una cadena montañosa que se acerca peligrosamente. Además, la visibilidad es mala y un extraño ruido constante de fircción contra las paredes del vehículo hacen el descenso una agonía para vuestros nervios. No es hasta que abandonáis la capa de turbulencias que empezáis a respirar tranquilos.

Bajo vosotros aparece un paisaje montañoss de profundos cañones anaranjados y blancos, como el negativo de la piel de un tigre dispuesto a devoraros. Los picos tienen formas achatadas en lugar de puntiagudas, lo que muestra una roca caliza pero también unos vientos brutales en invierno.

Vic intenta localizar el antiguo punto de aterrizaje de la expedición de la Gyro Cádiz y compañía. Para eso desciende al valle, en cuyas laderas veis por fin vegetación e incluso manadas de animales pastando. Son animales cuadrúpedos de pelo largo y fino, morro alargado, ojos saltones, orejas enormes con más pelo que cualquier otra parte del cuerpo que otean en todas direcciones y con pies cabados en unos dedos que forman una estrella de cuatro puntas, cada una de ellas siendo un dedo alargado y tentacular, muy útil sin duda para la escalada.

En cualquier caso olvidáis el aspecto zoológico de la aventura cuando veis por fin, aun sin haber localizado el punto de aterrizaje, la famosa carretera que siguieron los espaciófragos. Está construida por manos humanas, desde luego, aunque en algunos puntos está tan deteriorada que un vehículo de tierra no hubiera sevrido: hubiera sido necesario ir a pie. Zapato os ahorra esa caminata.

Seguís el camino siempre hacia arriba hasta que por fin lo veis terminar en un cerro aislado de diícil acceso. De hecho, un puente que debía conectarlo con otros sitios ha desaparecido, por lo que de nuevo Zapatos es la mejor alternativa a un descenso y una accensión a pie poco agradables. Y allí está el edificio.

El octógono es una estructura inquietante, aunque sólo sea por su contraste con el resto del paisaje natural. Parece construido con piedra nativa, con firmes y gruesas columnas en cada esquina exterior. Aunque desde aquí es difícil distinguirlas (voláis ahora en un semicírculo a su alrededor a unos 300 metros de distancia) parece tener relieves coloreados en lo alto. Hay una única entrada en la base del edificio; aparte de la planta baja tiene una planta alta y luego el nivel del tejado, sólidamente contruido en madera, parece, y aún cubierto, como si el tiempo no lo hubiera destrozado. Hay ventanas en ambas plantas. El terreno alrededor del edificio es artificial, una solada de hormigón que forma una terraza que se asoma al paisaje. La casi totalidad del suelo de esta terraza y del terreno circundante está cubierta por un musgo de color verde pálido.

El parecido con lo descrito en las crónicas es absoluto. Ya no tenéis ninguna duda de haber dado con el lugar correcto. Estáis en el Cerro del Crepúsculo. Muy adecuadamente, os dais cuenta de que habéis aterrizado coincidiendo con el atardecer Fulaciano.

Vic da una nueva vuelta de acercamiento alrededor del edificio buscando dónde aterrizar, cuando, para vuestro pasmo, veis algo que no debería de estar ahí. Algo que os hace encoger el corazón.

Hay luz en la planta alta. Luz que veis claramente a través de una de las ventanas. Y más aún: os ha parecido ver pasar una figura frente a la luz.

jared no puede ocultar su sorpresa...

- de puta madre, hemos dado con ello!!! - y explica - no tenía claro si no había existido nuca o simplemente eramos incapaces de encontrarlo...-

y sonríe evidentemente satisfecho

Dex observa con atención los alrededores, jugueteando con un cigarrillo sin encender. Como en los viejos y peligrosos tiempos, estudia el terreno, las posibles coberturas y las localizaciones más propicias para una emboscada. Pese a contar con la armadura de combate que escamoteó antes de dejar la marina, no le gustaría estar ahí afuera. Esos bichos de orejas peludas deben de ser duros como rocas para aguantar ese viento que parece una lija.
Más callado que de costumbre, empieza a pensar que no hay motivos para estar tan en guardia. Antes de que pueda relajarse, se da cuenta de su error y a punto está de atragantarse con el chicle.

-No me jodas... Y no se ven vehículos ni otras naves. Esos no se nos han adelantado. Esos no se fueron. - niega lentamente con la cabeza y la boca torcida.

Con una mirada seria pero con un toque lobuno, se vuelve hacia Viktor madurando las palabras que parece querer dirigirle.

-Estooooo...capitán, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguir lo que hemos venido a buscar? - pregunta con diplomacia.

El trayecto ha sido difícil, tortuoso. En ocasiones Vic pensó que no lo lograrían, pero Zapato se ha portado bien. Mejor que bien. Y allí están... por fin.

No hay duda, han dado con el Cerro del Crepúsculo. Una sensación ambigua la invade. Por un lado se siente satisfecha, pero por otro un hormigueo de inquietud le aguijonea la nuca. En un primer momento piensa que es por la adrenalina vertida en su riego sanguíneo durante el ascenso. Pero, por otro...

...y entonces se da cuenta de la pieza que no encaja, que su subconsciente ha detectado antes que su propia consciencia. La luz en esas ventanas, y cuando enfoca su mirada en ella, el sobresalto. Y casi al mismo tiempo, el comentario de Dex. Al que responde, intentando no gritar a pesar de la urgencia y la excitación.

-¡Sí! ¿Habéis visto... eso...? ¡Hay alguien ahí...! ¡Allí arriba! ¡Dentro!

Miro a Viktor y el comentario de Dex subraya lo que mi propia mente estaba pensando... ¿Y si hubo supervivientes? Tal vez, lo que hemos venido a buscar tenga ya dueño, pero de todas formas, Víktor, la misión ha sido un éxito. Has demostrado que puedes encontrar tesoros... ahora, debes decidir, hasta donde, repitiendo las palabras de Dex, quieres llegar.

Viktor piensa detenidamente lo que le estáis diciendo, mordiéndose el labio. -No.- decide -No quiero cometer.. ninguna ilegalidad. Tenemos derecho a ir armados y a defendernos. Y a menos que hayan encontrado ellos ya el tesoro.. bueno, es para el primero que lo encuentre. Pero evitemos la violencia si es posible. ¿Aterrizamos en el teado o en la puerta principal?-

La radio de Zapato empieza a sonar de repente. Una imagen algo distorsionada de vuestros "ojos en el cielo" aparece en pantalla. -Aquí Berenice, ..sde la Emperatriz. ¿.. escucháis? Ya est.. en órbita y os t..go localizados. Pu..o veros dando vuel..s alrededor del ed..icio. No se ve ni ..nte ni vehículos e. .a zona, en un rad.. de 500 metros.-

-Te oímos, Berenice, aunque hay interferencias. ¿Ves algo más? ¿Algo fuera de lo común?

Vic detiene a Zapato, en un marjal, a cubierto de miradas, y a la espera de tomar la decisión de por dónde entrar en la estructura.

-No. La orografía es bastante e..able, a pesar de levantarse so..e un pico así, la densidad de .. roca es alta y la base es an..a. Nada de terremotos, al meno..de forma inmediata. Ni torment.. de polvo. Ahora mismo te esto..leyendo lo que va saliendo po..pantalla. Por cierto, os recib..mejor ahora que habéis parado.-

-Bueno..- Viktor parece bastante fastidiado con la situación. Y ansioso. Ha intentado un par de veces alargar la cabeza por las ventanillas para ver si distinguía algo del interior del edificio, pero no parece haber logrado distinguir nada. Al dar alguna vuelta antes de aterrizar habéis visto que la luz era constante: no se trata de fuego, sino de una linterna o lámpara. -.. también podrían ser no sé, habitantes de este planeta que se hayan perdido. Igual su nave se estrelló lejos de aquí y han llegado andando al refugio. No habrían encontrado el paso a los niveles inferiores y por tanto, gran parte del tesoro seguiría allí. POdríamos, no sé, ofrecerles llevarles de vuelta a casa.-

-Podemos seguir con el rollo de los cazadores. Fingimos una avería en zapato, que alguno no se encuentra bien, que pagaremos por una cena que no sean raciones re-hidratadas... - propone - Y les tanteamos. Cuanto más nerviosos estén, más posibilidades de que hayan encontrado lo que buscamos. También nos pueden recibir a tiros. - sonríe guasón, pese a que no es una posibilidad tan extraña.

-Y si lo han encontrado, aun podemos negociar. Les contamos una milonga que les haga temer que pueden perder el botín si no les ayudamos y listo, a llevarnos nuestra parte. - se encoge de hombros y alza las cejas, esperando ver como reaccionan los demás a la propuesta.

Ilegalidades, no - bonito eufemismo para hablar de pillaje, piratería, asesinato... - pero tirar la toalla después de un viaje tan largo, tampoco.

-Suena bien. Un poco peligroso si tienen malas pulgas, todos ahí metidos con armas, pero la verdad es que lo dudo. Sean quienes sean, no creo que esperasen que fuese a llegar alguien después de cruzarse un subsector entero justo ahora. Adelante. Llévanos, Vic.-

La mujer asiente y pone de nuevo en marcha al vehículo. Zapato arranca sin problemas, y se eleva de nuevo con gracia, sobre su colchón deslizador. Vic lo mantiene a una velocidad media, dando un rodeo al marjal, y por fin enfilando derecho a la construcción octogonal, buscando la entrada sin esconderse.

Cuando está a una distancia en que y pueden ser vistos y oídos, con discreción manipula los controles, de modo que se acercan entre toses y sacudidas de Zapato, ligeramente escorado, y que acaba por detenerse a unos pasos de la construcción con un gemido y un espasmo que (parece) final.

Vic hace un gesto casi imperceptible tranquilizando al personal, para desmentir lo que está diciendo en voz alta.

-¡Hasta aquí ha llegado! Necesitamos arreglarlo para seguir, espero que ahí dentro pueda comprar algo que lo deje en condiciones. Ojalá eso esté habitado, aunque por esa luz yo diría que sí, afortunadamente...

Salgo con cara de mala hostia... Ya te dije que con esta mierda de cacharro no íbamos a ningún lado!!! Una expedición de nada... cuando hay que gastarse dinero hay que gastarlo... Digo mirando a Viktor...

jared sale, se estira y pone cara de aburrmiento...

- esto me recuerda aquel safarí para cazar elefantes galácticos... se nos rompió el transporte y tuvimos que dejar allí las piezas cobradas... ya me contarás como trasladas un elefante sin transporte!!!!

miro muy atentamente la contrucción, las ventanas, el entorno... cualquier cosa, por leve que sea, que pueda llamarme la antención...

Al principio un poco sorprendido por el tono con el que Dante se dirije a él, pero aunque con cierto retraso, Viktor se une a la pantomima. -Ah, desde luego. Tienes razón. Claro, que si no os lo gastáseis todo en buze de malta, tendríamos algo más del fondo común para haber gastado en esto.. eh, ¡joder!-

Sin embargo, a vuestros gritos y lamentos nadie se asoma ni hace ningún ruido o señal desde dentro. Todo permanece en el mismo testarudo silencio cuando el eco de vuestras voces se apaga.

Miro hacia el edificio con desconfianza,si los que estan dentro no han salido a recibirnos no es buena señal- yo voy cojiendo las cosas del arcon de arrastre -digo en tono relajado mientras hecho una mirada apremiante a Dex-y con movimientos desenfadados habro el transporte y empiezo a cojer mi rifle , una pistola y un cuchillo por lo que pueda pasar mientras me cubro con la puerta del transporte de miradas indiscretas del edificio.

Rifle al hombro, en una actitud pacífica que podría cambiar con rapidez en caso de ser necesario, se acerca a la entrada del peculiar edificio y busca la manera de llamar a sus ocupanntes.

Antes de probar a abrir la puerta, Dex también se acerca al transportín para terminar de equiparse. Se pone al cinto uno de esos sables que son tan prácticos en esas situaciones donde el sigilo es importante o en esas otras en las que una bala perdida puede causar una letal descompresión. También coge una de las linternas, fijándola al cañón de su rifle con tres o cuatro vueltas de cinta aislante.
Sopesa a "rencorosa" y la agita un par de veces para comprobar que su invento sea duradero. Con el traje de combate y el arma en alto, tiene un aspecto amenazador. Consciente de ello, vuelve a echarse el arma al hombro.

-¡EH! ¿Pueden ayudarnos? ¡Tenemos problemas! - grita una vez retorna a la entrada con la voz distorsionada y algo amortiguada por el respirador.

Sin esperarse a que le respondan, examina con atención la puerta en busca de algún cable o dispositivo similar, no vaya a ser que hayan colocado algún explosivo en ella.