Partida Rol por web

-Veamos.... Dice Mina mientras va dejando la biblioteca atrás, no le gustaba nada volver a sentir el sol en su rostro, era una sensación que le repugnaba. Pero debía aguantarlo por el momento, aunque debía asegurarse de volver a bañarse en gel de oscuridad. -Un traje de guerrera como el que llevas no me desagrada del todo, pero no estas en un combate y dudo mucho que vuelvas a entrar en un lugar así. Ya no lo necesitas y como debes servirme. Mina sonríe divertida y mira a Ona de arriba a abajo. -Un traje de sirvienta te quedaría muy bonito, así que veamos si encontramos uno de tu talla. Te parece? Mas que una pregunta era una confirmación de lo que acabaría por ponerse. Seria divertido verla.

Salís de la biblioteca encontrandoos en la calle principal del pueblo. Como hace apenas una hora, hay ajetreo, se respira vida, el bullicio de un mercado donde fruteros, peleteros y carniceros exponen mercancia.

Tambien hay algunas tiendas, justamente pasais frente a una sastreria y corseteria. En su aparador de cristal se ven unos modelitos de señora. Se nota que es una tienda en la que pocos entran a comprar dado la calidad que presenta y lo caros que deben ser, nada que ver con los harapos que venden en el mercado.

Pero apartado en un lado menos destacable uno de los maniquís llama la atención de Mina

La sigo, como no no puedo negarme, mas bien no puede mi cuerpo que obedece como si fuera una marioneta. Y lleegamos frente a ese aparador donde me hago una idea de lo que busca para mi.

- N-no..pienso ponerme eso. Digo en voz alta para mi misma viendo ese vulgar traje de sirvienta. - Es ofensivo...

De todos los vestidos, de los múltiples colores que a la mayoría de pueblerinas harían llamar la atención, Mina solo miraba aquel traje con una sonrisa divertida. -Oh, porque no? Que va a ser ofensivo. Un traje ofensivo seria el de gatita y que te llevara atada con una correa. Ese es mas que perfecto para ti. Mina se relame los labios y asiente. -Perfecto. Te pondrás ese. Entran en la tienda con la intención de comprar aquel traje y ponérselo a Ona. -Cuando te lo veas puesto, veras que te sienta hasta bien. Ademas, un poco mas de brío. Los ojos de Mina vuelven a brillar. -Los luchadores tienen que estar repartidos por aquí y mas de un combate habrá empezado. Quiero saber si alguien esta a mi altura. Aunque claro, creo que por hoy no me voy a manchar mas. Al menos no por luchar. Venga, pruebatelo tu misma o quizás necesitas ayuda? Mina se coloca un dedo en los labios pensativa como si una idea cruzara su mente. -Creo que incluso tengo una propuesta para ti. Aunque eso dependera de los modales que llegue a inculcarte

En el interior os atienden primero con algo de desconfianza, pero siempre con buenos modales, sobretodo cuando ven que vais a comprar algo. No tardais demasiado en hacer que Ona se pruebe por capricho una gran colección , solo por el gusto de Mina por hacerla sentir ridícula. Hasta que finalmente uno es el escogido.

Salís de los probadores para acabar de formalizar la compra cuando reparais en una mujer que curiosea mirando los trajes mas bonitos, como para festividades. Parece seria, incluso algo triste.

- Vaya, sois participantes. Os mira con curiosidad aunque no con emoción. - Creo que ya he descubierto quien de las dos es la vencedora del duelo. Dice viendo las ropas de Ona.

- Me llevaré este, el de rosas rojas, tres conjuntos mas, y aquél, ese de ahí, 4 mas de los del fondo. Mándalos donde siempre, creo que este año nuestro Rey tendrá que ampliar sus.. estancias. Se mordio la lengua por no decir..su Harem.

- Divertios, aunque recordad...sois los que mostrais, aunque vuestros actos os convierten en quienes sereis...Lo dice de forma seria, mirando en especial a Mina antes de irse.

Los ojos de Mina no pierden detalle alguno de aquella mujer. Dependiendo de la situación, era una combatiente o tal vez era alguien muy cercano al shogun, en todo caso tenia que tener cuidado con ella. -El exterior no es mas que una mascara que oculta la verdad del interior, solo cuando es necesario nos quitamos la mascara y nos pueden ver tal como somos. Respondió Mina mientras la veía marchar.

Dicho esto se gira sonriente y mira bien a Ona. -Estas perfecta. Alarga los brazos y le coloca bien el lacito del cuello. -Ves, te sienta mejor de lo creías verdad? Ahora nos tenemos que ir, queda un poco de trabajo. Ademas te quiero comentar una cosita casi sin importancia. Veamos si te interesa. Mina se fue alejando, esperando que la siguiera, debía mirar por los alrededores haber que encontraba. No sabia que hora del día era, pero mas tarde ya jugaría con su nueva doncella, por el momento era bueno saber que habría a su alrededor.

¿Tengo que llevar esto?. Pregunto con cara de fastidio. Y al momento una entrometida que parece trabajar en el castillo o para el Shogun como recadera nos saluda y nos da un extraño consejo.

Puff Mi rival la contesta de forma enigmática. La verdad que ha quedado algo penoso saliendo de esa niña rubia, tanto que se me escapa la risa.

- Estoy horrible...Me quiere comentar algo?. La miro con curiosidad saliendo detrás de ella.

-Oh, vamos deja de quejarte ya. Estas monisima. Va diciendo Mina conforme pasa por las calles, había ido hacia el pueblo del norte, ahora le apetecía mirar el oeste a ver que tal era el lugar. -Estas muy gruñona y no se el motivo. Deja escapar una pequeña risita.

-Veamos, aquí va mi propuesta. Se pone un poco seria. -Tu combate a acabado, has perdido y lo mas probable es que acabes fuera de esta isla. Que te parecería... Mina vuelve a sonreír. -Servirme a mi pasadas las 12 de la noche. Pienso instaurar el reino de los vampiros en mi tierra, si me ayudas tendrás un lugar en el, claro que si no quieres puedes irte sin mas. No te voy a obligar. Pero quiero todos los ojos posibles en este lugar y todo lo que pueda conseguir de mis siguientes enemigos, no me puedo permitir el ser vencida.

¿Que sirva yo a esta mocosa vampira? ¡Ja!. Si pudiera le pegaba una torta por sus tonterias y hacerme vestir asi.

- Yo te serviré, solo tienes que decir y yo lo haré. Como siempre mi lengua va por libre y dice lo que la magia la obliga a decir. Que fastidio.

Camino a su lado, parece que abandonamos ese pueblo en dirección al oeste. - Si llegamos al siguiente pueblo puedo adelantarme a ver si veo combatientes.

Cruzabais las calles con la idea de salir del pueblo cuando al torcer en una de las esquinas Mina tropezó cayendo de bruces. Es como si se hubiera golpeado contra una pared; Levantó la mirada para contemplar una figura enorme y peluda similar a un oso de las montañas pero con una fisonomía humanoide.

Mina pensó que se trataba de su siguiente rival pero se fijó que su brazalete no emitía señal alguna. El monstruoso ser las miraba con una sonrisa de oreja a oreja mostrando su hilera de dientes afilados.

- GRRRR...JAJAJA. ¿TE HAS HECHO DAÑO ?. Su voz era estridente y gutural, por mucho que pareciera que apenas movía los labios se escuchaba fuerte, en un tono bien elevado.

- LA SIRVIENTA VENIR CONMIGO, EL SHOGUN HARÁ BUEN USO DE ELLA. Se relamió con la idea de forma lasciva. -TU, TENER QUE VOLVER A LA POSADA. MANDAR AL CASTILLO PRONTO PARA SEGUIR LOS COMBATES...

El hombre-oso hizo sonar un silbato y Ona entró en un pequeño trance. Sus ojos se tornaron grises y se encaminó tirpemente hacia la peluda figura.

Mina se sorprendió bastante al ver aquel oso, en comparación con su pequeño cuerpo era enorme pero aquello no amedrento para nada a la pequeña vampiresa que lejos de sentirse intimidada puso el pie para que se cayera Ona en el mismo instante en que se puso a caminar.

-Yo de ti saldría de ese trance, un paso mas y te partiré las piernas por alejarte de mi lado. Dijo Mina esta vez sin sonreír se encaro al enorme ser, cruzando los brazos visiblemente enfadada. -Te llevas a mi sirvienta? Las normas del torneo dicen que la vencedor se queda al vencido hasta la media noche y... Mina mira un momento el sol que continuaba estando en el cielo. -Aun es de día. Ona me pertenece al menos hasta entonces. No negare que he venido para combatir, pero no me vais a usar como una gladiadora todo el tiempo en la arena. Así que saca del trance a mi sirvienta o.... Los ojos de mina brillaron con malicia. -No me hago responsable de lo que pueda ocurrir.

- ¡¿ Contradecir tu la voluntad del Shogun?!. El cambiar y moldear las normas a su antojo, y ahora reclamar a los derrotados para que vayan a parar a sus mazmorras. Gruñe de nuevo y su aliento apestoso te golpea de forma repugnante la cara a pesaar de la diferencia por alturas.

- El Estar muy decepcionado, el mandar a casa a la mitad de los combatientes por el bajo nivel que estar demostrando. Tu estar contenta, estar entre las que seguir en la lucha. Ahora no molestar mas. Agarra con su zarpa por el pescuezo a la mujer vestida de sirvienta para atraerla hacia si. A su espalda el árbol cruje para de su troncó aparezca una fisura, negra como el abismo que crece, como si se tratara de un portal por el que cruzar.

Como si le hubieran tirado un cubo de agua sucia, Mina se pasa la mano por la cara intentando quitarse aquel olor tan fétido. -De acuerdo, sigues su normas, llevatela entonces. Pero...

Mina hace una sonrisa sádica y mientras observa como el oso se encamina hacia el “portal”, blande su espada de plata hacia el. -Reclamare esa humana para mis servicios cuando gane el torneo, sera mejor que recuerdes bien mi rostro y nombre. Yo no olvidare el tuyo. Dicho esto Mina se marcha hacia la posada, aquel oso le había dejado mal sabor de boca, aun habiendo ganado ahora se sentía sucia. Debía cambiarse y prepararse para el siguiente combate.