Partida Rol por web

Asintió “Para empezar…” dijo con una gran sonrisa haciendo un gesto para que comience a desvestirse.

Cuando empezó a hacerlo su sonrisa cambio rápidamente en una más lasciva, disfrutando en gran medida que estuviera obedeciendo su perversión sin resistencia alguna dejando claro el poder del brazalete.

Tardo un tiempo en responder mientras se acercaba a ella y la examinaba como si fuera un objeto más que una persona viva. Contemplando esos dotados senos que sus manos espectrales supieron acariciar antes y su entre pierna que se mostraba como algo sumamente apetecible “Estas algo gorda y tus senos podrían ser más grande, pero uno aprende a conformarse con poco.” Respondió encogiendo los hombros antes de reír con ganas ante sus propias palabras, era algo común en él ser así de repulsivo con la gente y que ella terminara sirviéndolo sería una verdadera pesadilla para ella, a menos que ella se terminara dejando llevar por su locura.

“¿Dime porque viniste en este lugar?” pregunto haciendo un gesto con ambas manos a los alrededores. “Hablo del cementerio.” Aclaro aun no teniendo interés en su razón para venir este torneo.

“Cuéntamelo, mientras me dejas tocarte.” Dijo posicionando ambas manos en los hombros de ella, para luego ir bajándolas por el costado de su cuerpo delicadamente hasta llegar a su cadera, buscando las reacciones de su enrojecido rostro.

Mi cuerpo se estremece, se me pone la carne de gallina cuando sus mano recorren mi cintura sin ningún pudor haciendo que me suban los colores a un rojo tomate.

- No estoy gorda y mis tetas estan mas que bien...Replico a su comentario, y sin saber porque contesto. - Vine a este lugar por la paz que se respira, no pensaba encontrar a nadie. Es un lugar perfecto para relajarme, descansar, incluso llegar a masturbarme sin que me molesten. Nooo..¿Porque he dicho eso? No he podido evitarlo, esa magia me obliga a decir la verdad....eso último lo decia en broma...Miento.

Se encantaba el estremecimiento que generaba en ella, le encantaba conseguir esa sensación en las mujeres. Pensaba seguir avanzado en las profundidades de sus toques, pero la confesión de que era un lugar que utilizaba para masturbarse, eso llamo toda su atención.

Ignoro el intento de tapada de ella y se le acerco bastante con su rostro al de ella. “Ni yo pensaría en hacer algo tan repugnante…” confeso aunque se trataba de una mentira, que no trataba de ocultar. “Haber muéstrame como se hace, empieza a masturbarte como harias si estuvieras sola.” Le ordeno mientras se acercaba lo que faltaba y besaba en el cachete con un falso cariño. “Hazlo con ganas.”

- N-no!...Me negué, pero al mismo tiempo mis manos se movian cual marioneta sin negarse. Una de ellas rodeó entre sus dedos uno de mis senos donde acarició el pezón con insistenci mientras la otra descendió hasta mi entrepierna donde buscó con  acierto la rajita húmeda que comenzaba a palpitar.

- Uhmmm...no, para esto...por favor..Supliqué ahora que mis dedos se movian con mas insistencia. Me senté sobre la hierva seca, apoyada sobre una de las lápidas.

Mientras la muchacha realizaba su pedido, se deshizo de su capucha amarrilla apoyándola en una de las lapidas dejando ver sus cabello verde casi floreciente que poseía. Para luego sacarse el chaleco, dejando su camisa media abierta y aflojar ambos cinturones que aseguraban en su lugar a su pantalón.

Todo eso era hecho de forma automática sin perder por ningún instante los movimientos de ella, ignorando cualquier suplica de su parte aunque no completamente porque aquello aumentaba disfrute de tan perversa escena.

Pronto cuando se apoyo en una de las lapidas, Katsu se acerco a ella desabrochando los botones de su pantalón para dejar frente a los ojos de Arphalisa  su pene semi erecto. “Sigue no te detengas, estoy aprendiendo mucho con esto.” dijo no queriendo esconder su sonrisa de satisfacción ante esto. Entonces apoyando una de sus manos empezó a masturbarse frente a ella sin vergüenza alguna, el movimiento empezó tranquilo mientras el pene comenzaba a endurecerse y conseguir un tamaño envidiable. “Has visto muchos penes en tu vida? o es tu primero?” pregunto maliciosamente pensando excitado en la posibilidad que fuera su primero. "Extiende la mano que usas en tus senos hacia mi..." ordeno siendo bastante claro cual seria su plan luego que ella lo hiciera.

Antes de darme cuenta me había introducido un par de dedos en la vagina algo que me hizo escapar un largo gemido. Y es que estaba tan mojada que mi mano resbalaba con facilidad.

- He visto al menos tres o cuatro penes..Dije dejando de frotar mi pecho, alargando mi brazo como me había pedido hasta el, o hasta su cosita no tenía claro que quería que hiciera.

“Y tan inocente que te hacias…” comento tomando su mano y acercándolo a su pene acomodando su mano para que lo sostuviera mientras este se volvia mas rígido y crecia considerablemente ante el suave contacto de ella. ”Ahora toca que te ocupes del mio y rápido, no deseo hacerte esperar mas tiempo.” Comento sin dejar de sonreir con malicia.

Por su parte se agacho un poco para acercarse a su vagina y sentir lo mojada que estaba. Eso le calentaba bastante y lo volvia algo impaciente para comenzar sin mas demora a penetrarla.

Fue cuando tuvo su pene totalmente erecto gracias a las caricias de la joven. “Bien hecho, abre tus labios vaginales con tus manos para que pueda entrar fácilmente.” Le ordeno y espero a que lo realizara antes de penetrarla sin gentileza alguna por la chica. Sentir el calor y humedad de su interior se sintió tan bien que no pudo evitar suspirar satisfecho, mas esto recién empezaba.

Katsu penetró a la mujer con fuerza haciendo que esta se revolviera con un pequeño grito apagado dejandose llevar por cada una de las arremetidas que la hacian estremecer. Primero de forma lenta y poco a poco incrementando el ritmo haciendo que su cuerpo vibrase por completo, donde sus senos se balanceaban con violencia en un vaivén sin aparente fin.

Arphalisa tuvo que sostenerse con las manos a su espalda a una de las lápidas de piedra conteniendo así ese empuje que tiraba de ella. Y aunque por dentro pudiera estar maldiciendo su suerte su cuerpo estaba disfrutando todo cuanto su nuevo amo decidía hacer con ella.

A punto estaba de correrse cuando Katsu percibió que una presencia mas oscura que cualquiera de las almas con las que se había topado se acercaba. Se retiró con brusquedad sacando su pene de esa vagina enrojecida eyaculando en el movimiento y esparciendo su leche sobre el cuerpo desnudo de la mujer samurai.

Una figura gris surgió del interior de una cripta atravesando literalmente la losa que la cubría. Una fémina vestida con harapos polvorientos que miró divertida la escena.

- Buena forma de celebrar la victoria...pero me temo que se acabó tu diversión. Vengo a por la chica, el Shogún la reclama para si. Ya mirará de compensarte por tu perdida...o no. Jijiji Flotando llegó hasta situarse a unos metros de la pareja, y al levantar una de sus manos Arphalisa quedó como adormecida, levitando en el aire, acercandose a la mujer como si tirara de ella con un cable invisible.

- Además, pronto os lo dirán, debeis regresar a la posada principal. Os convocan para ir al castillo. El torneo de verdad ya comienza...

Justo cuando llegaban a lo mas interesante y los interrumpían, pero no dijo nada porque por su palabras parecía ser alguien a las ordenes del Shogun. Por lo que encogio los hombres ante su humor, ya él mismo compensaría esta interrupción con la sangre del shogun mientras seria obediente.

“Entonces me dirigiré, ya seria hora que comiencen las verdaderas batallas.” Comento sonriendo, dando una leve inclinación a la mujer.

Espero a que se fuera o sin darle mucha importancia se limpio el pene en la ropa de Arphalisa, antes de volverse a vestir. Una vez hecho eso regreso por el camino que habia recorrido de vuelta a la posada.  Ansioso de ver si conseguía derrotar a otra mujer igual de linda.