Partida Rol por web

Te indicaron que habia cementerios en las afueras de cada una de las villas del reino que aguardaba a los campeones para la lucha.

Si seguias sus indicaciones la aldea mas cercana era la del norte así que decidiste acercarte a curiosear entre sus tumbas y mausoleos donde estabas mas cómodo.

Pronto descubres que lo de quedarte cómodamente esperando a tu contrincante no tiene nada que ver con ir caminndo hasta la aldea Norte. Es una larga caminata aunque distraida por el tranquilo entorno forestal, frondoso y lleno de fauna que lo rodea.

Atraviesas un puente de piedra y desde el ya puedes ver los picos mas altos de los edificios del pueblo que asoman por encima de las copas de los árboles.

Y antes de llegar un desvio que indica el camino hacia el cementerio. No tardas en llegar hasta el.

Esta algo descuidado, no tiene verjas que lo aislen, son tumbas agolpadas al camino perfectamente separadas cada dos metros. Justo entonces tu brazalete comienza a brillar y emitir un zumbido. A menudo que caminas se hace mas intenso, como si te alertara de la proximidad de alguien.

Entonces la ves, subida a una rama de un árbol cercano te observa quien al parecer será tu rival, Una mujer con cierto atractivo vestida con un kimono y blandiendo una katana.

Siguiendo la indicación de los habitantes comenzó el recorrido hacia el norte donde le esperaría el cementerio de ese pequeño poblado. Ya de por si no se imaginaba la gran cosa, aunque seguramente tendría su antigüedad y eso podría aprovecharlo para aprender unas cuantas cosas de este lugar.

Casi al llegar sin poder disfrutar mucho del ambiente el amuleto en su muñeca comienza a brillar y a zumbar cosa que Katsu mira con algo de frustración. “Asi que empezamos rápido…” comenta un poco antes de notar la presencia de la guapa guerrera en el árbol. “Hola, al parecer seremos oponentes.” Comenta con una sonrisa pícara.

No había tardado demasiado en dar con mi primer rival. Esperaba sorprenderle pero estos brazales que nos han puesto hacen eso casi imposible.

Lo miro y no se bien que pensar de el, lo raro es donde nos hemos encontrado.

- Si, eso parece. No me tengas en cuenta si te hago demasiado daño. Yo necesito..yo ganaré si o si. Digo convencida bajando del árbol y desenvainando mi katana.

Katsu invoca con sus poderes una poderosa calavera de energía que acaba lanzando contra su rival en un fugaz lanzamiento.

Parece que va a llegar a golpear a la mujer pero en el último momento  ella empieza a girar con sus espada creando un efecto brillante luminoso.

- ¡ Efecto espejo de las mil Hojas!

 Grita a la vez que la calavera rebota contra ese escudo hipnótico regresando hacia Katsu. Este apenas consigue esquivar el que fuera su ataque y al rozarle la calabera le quema el hombro.

Katsu no habia dado mucha importancia a sus palabras, que le parecian bastantes prepotentes y confiadas de parte esta jovencita. Por lo que ni bien pudo se puso a probar la capacidades de esta, atacándola con un misil mágico. Para su sorpresa este fue reflexionado de vuelta a él, por lo que usando su agilidad se movio enseguida a un costado.

Pero su esquivar no fue perfecto y un su hombro recibio una quemadura que debio sufrir ella. "Ya veo que interesante espada..." dijo mientras juntaba su magia en una posición mas cercana a ella.

Arphalisa parece presentir que algo no va bien. No por menos la tierra del suelo se remueve y surgen unas manos, al igual que de la pared de roca a su espalda. Vuelan y se tiran contra ella agarrando de sus pies y manos con apenas fuerza, son mas una molestia y van reptando a pesar de sus esfuerzo por quitarselas de encima.

Una le sube la falda mientras que otra se cuela bajo sus braguitas para agarrar fuerte uno de sus nalgas. Ella trata de no perder su espada al tratar de apartar esas manos cuando otras dos se cuelan en su kimono. Palpan su vientre haciendo cosquillas en su ombligo y la otra sube hasta apretar el suave y redondeado seno donde juguetea con el pezón.

Mientras eso ocurre Katsu ve como un árbol se mueve como si de su tronco algo se desprendiera. Se va formando una silueta humanoide animada. ¡Es una doble de Arphalisa pero totalmente de madera!

Katsu no puede evitar sonreí divertido ante las dificultades que le causaban aquellas manos espectrales. Como a veces pasaba con la invocación, uno no podía estar del todo seguro de lo que terminaría trayendo a este mundo pero el resultado que había obtenido le satisfacía de gran manera.

Pero no por eso se descuidó notando un movimiento en un árbol, curioso por lo que salía de este se le quedo observando hasta que se dio cuenta la forma idéntica que tenia a Arphalisa. “Un doble!!” pensó con algo molestia, ya que aquello podía bien dejarlo en una desventaja tremenda.

Debia pensar rápido por el momento tenia una ventaja ya que ninguna de las dos figuras lo había atacado. Por lo que aprovechando que la otra seguía tomada por las manos espectrales, para golpear al clon con la calavera de energía que no habia podido acertar antes.  

El clon de madera crugió cuando recibió el impacto de la magía lanzada por Katsu, apenas dio dos pasos y comenzó a descomponerse en astillas sin mas consequencias para el.

Pero justo en ese instante Katsu se fijó que su enemiga le había lanzado varios puñales . Intentó esquivarlos pero no fue suficinte. Cuando la hoja de varios de ellos ya rozaba su piel tuvo que cambiar de estrategia.

Y así los cuchillos le atravesaron limpiamente pero en su pecho no había herida alguna y sus ropas se veian intactas. Es como si hubieran atravesado a un fantasma.

Arphalisa por su parte se había desecho de esas manos fantasmales recobrando la compostura, preparada para el siguiente asalto

Katsu quiso festejarle haberse encargado tan rápido de su monigote de madera, pero el ataque de ella no le dio tiempo a ello. Ni siquiera le dio tiempo a esquivarlos por lo que instintivamente se volvió intangible en los últimos segundos antes del impacto de las navajas de ella.

Ahora se encontraban como el principio, solo que él contaba con una herida y ella por su rostro, con algo de fastidio. Debia cambiarlo y cuando antes por lo que primero se concentró para que un aura empezara cubrir su cuerpo.

Necesitaba aguantar su próximo ataque y luego contraatacar con su propia invocación.

- ¿Que se supone que son estas cosas?. Me tienen harta sobretodo cuando me cogen de las tetitas y me estiran de los pezones de forma continuada haciendo que se me ericen bien duros.

Consigo quitarme esas sucias manos que me tocaban sin pudor por todo el cuerpo y le lanzo una de mis andanadas de Tantos.

- Has tenido suerte, nada mas.

"Si tal vez, pero no por eso voy a desaprovecharla querida ." le comento sacando la lengua divertido, como si esto fuera un juego para él. Pero la realidad que este enfrentamiento se lo tomaba muy enserio y e precupaba tener que volver a esquibar un ataque de ella sin su aura lista.

Ambos rivales os mirais en la distancia sin dar el paso de atacar, al parecer cada uno esta concentrado a lo suyo como si reuniera fuerzas para atacar en el siguiente turno.

Un escalofrio recorre el mundo de los vivos cuando una voz gutural se abre paso rasgando el velo. Una criatura de la muerte hace aparición entre los arbustos que mueren cuando este se acerca lo suficiente.

Katsu sonrie al ver si creación y entonces es consciente al levantar la vista que algo en el cielo esta cayendo desde mucha altura...

"Que estas haciendo?" se pregunto en su mente algo nervioso al notar que ella tampoco se movia como preparandose algo. Pero al notar su espectro aparecer finalmente y sentirse rodeado por aqulla aura, lo hizo sentirse mas confiado. "Atacala de una vez." le ordeno al podrido espectro.

Levanto su mirada cuando le parecio detectar algo en el cielo y por fin descubrio que traba de hacer la mujer. Era claro que lo mejor seria esquivarlo aprovechando que el aura le daria mas agilidad en sus movimientos.

El suelo a los pies de Katsu cede por la energía que su cuerpo esta concentrando y unos destellos verdosos le cubren, manos pies y cuerpo. Cuando la enorme masa de roca volante, similar a un meteorito esta ya muy cerca de el a unos metros sobre su cabeza se impulsa para apartarse. Y al hacerlo crea un boquete donde estuviera. 

El meteoro impacta creando un gran estallido y levantando un nube de polvo. Katsu a una docena de metros sonrie satisfecho de haberlo esquivado y entonces repara a ver como le va a su lacayo. Lo ve justo desaparecer abatido por la hoja de su enemiga quien también ha sido herida por el espectro. 

El salto habia salido tal como Katsu había planeado, logrando ejercer con su magia suficiente impulso para que ni las rocas que salieron volando por el choque le hicieran daño. Sonriendo confiado espero a que se disipara el humo, observando como la sacerdotisa terminaba con su espectro algo que no le importaba mucho porque habia cumplido su trabajo que era lastimarla.

No queriendo dejarle un minuto de descanso saco uno de sus cuchillos que hasta el momento habían permanecido guardados y apunto a ella con este. Cualquiera podría pensar que le tiraría ese mismo cuchillo pero no. Katsu solo lo usaba herramienta para apuntar, ya que lo único que saldría de su mano serian cuchillos espectrales que esperaba dieran en el blanco.

Como si ambos contendientes se leyeran la mente lanzaron armas voladizas. Katsu, creadas con energía y las de Arphalisa unos shurikens. 

Mas concentrados en atacar que en defender cada uno se movió lentamente. Katsu con mas fortuna apartandose a tiempo y haciendo que la rama del árbol tras el se llenara de esas cosas cortantes que le habían lanzado, 

Arphalisa no tuvo tanta suerte y le dieron de pleno derribandola. Estaba bastante herida, le costaba mantenerse en pie después de este último ataque.

Los ataques de la joven seguían sorprendiéndolo en su variedad aunque por su lado tampoco tenía pocos pero prefería usar mejores momento para usar cada uno.  De cualquier forma el nigromante no se quedo solo viendo los shurikens volando hacia a él, por lo que en el justo momento que los cuchillos espectrales partieron este se agacho para que las estrellas pasaran por encima de su cabeza sin herirlo y dejando que terminaran en la rama de un árbol cercano.

Por el contrario cuando comprobó el estado de ella y vio como le costaba mantenerse de pie con todas sus heridas, sonrio victorioso. “Ya queda poco.” Pensó animado.

Lanzo una calavera más hacia ella con su mano libre, pero se mantuvo atento por si pensaba realizar un ataque desesperado contra él en estos últimos momentos.

La mujer trata de invocar algo de forma desesperada pero aunque por un segundo algo se materializa en los cielos es apenas una nube de polvo. Semejante esfuerzo y distracción no la ayudan demasiado a la hora de  esquivar una bien dirigida calavera que la quema al explotar contra su abdomen. Con un alarido se desploma al suelo.

La sangre se esparce como un charco hasta que el brazal que tiene puesto en la mano se ilumina. Primero con un verde, y al hacerlo, casi de forma mágica su cuerpo se va recuperando de todos sus cortes y quemaduras recobrando la consciencia. Después pasa a un color rojo hasta apagarse por completo.

Arphalisa aunque sana ahora se siente débil, torpe, como si su cuerpo reaccionara dos segundos después de que le diera una orden su cerebro. Y aunque al mirar a Katsu sentiría odio por el rival que la ha vencido eso va cambiando y tiene que luchar con un impulso que la obliga a ser servicial con el.

Al impactar con tremenda eficiencia su calavera, tirándola al suelo y dejando un charco de sangre saliendo de debajo de ella supo que habia ganado. Se aproximó a ella, luego de guardar su cuchillo, al tiempo que era testigo de la magia en Brazal que les habían entregado a todos.

Viendo como las heridas desaparecían, se sintió inclinado a ver si las demás palabras del Rey Shogun habían sido ciertas también. “Haz peleado bien…” dijo en un tono claro de burla. “Incluso en un momento me quede impresionado ante una demostración que me hiciste en medio del combate…” continuo sonriendo con picardía dejando en el suspenso a la joven por un largo momento. “Pero no tuve mucho tiempo de disfrutarlo. Asi que si eres mi esclava, te ordeno que te desnudes.” Finalizo queriendo comprobar rápidamente el limite de estas ordenes, queriendo ver si su pudor de desnudarse en un cementerio no aguantaría la magia del Brazal.

- ¿Estoy sana y salva?. Me digo a mi misma mientras el hombre me felicita por mi combate pero creo que se esta burlando.

Los hombres son tan predecibles y básicos...- Así que es eso lo que deseas. No es que me guste pero mi cuerpo no atiende a lo que piensa mi cabeza. Mis manos ya han soltado el lazo de mi kimono de seda, quitando el cinto y dejando que este caiga al suelo junto con mi espada.

No contento con ello le sigue la fina tela que hace de sostén y cubre mis generosos pechos. Y lentamente deslizando por los muslos, bajo las rodillas y hasta los tobillos mis braguitas rosas de flores. Me arde la cara como si estuviera toda roja de verguenza pero mi cuerpo no me deja cubrirme, se muestra para diversión de ese maldito hombre.

- ¿Estas contento?. ¿Te gusta lo que ves? Le digo indignada