Partida Rol por web

Con el siguiente hachazo el cráneo de aquella bestia quedó destrozado y cayó al suelo para no volver a moverse más.

El zombie humanoide aún se posicionó pero esta vez no atacó a la muchacha, si no que puso una pose que intentaba parecerse a algún tipo de defensa. ¿Era posible que a aquel engendro le hubiera asustado la demostración de ambos?

La pequeña se encogió y volvió a acurrucarse sobre sí misma. Temblaba, temblaba mucho.

-¡Ahhhhhhh! ¡Mátalo! ¡MÁTALO!

Tranquila, pequeña - dijo Claudius en tono tranquilizador. No le gustaban nada los niños, pero se sentía obligado a protegerla. Aaay, maldita cría. Preveía que le iba a dar muchos problemas y no sabía por qué. Pero ahora no era momento de pensar en eso, aquel ser parecía estar ¿defendiéndose? Había algo mas, algo tramaba aquella criatura salida del averno, sin duda. No pensaba lanzarse a lo loco a por el, analizaría sus movimientos antes de actuar, adquiriendo el también una postura defensiva.

Los tres parecían mantener un ridículo duelo de miradas cuando Claudius pudo escuchar justo a tiempo un ruido a su espalda. Otro de aquellos 'perros' gigantes estaba cargando contra él como un enorme toro. Estaba claro que iba a pasar por encima de todo aquel que se le pusiera por en medio, golpeándolo con su gran peso...

...pero no conocía la fuerza del maestro de armas, que interpuso su arma entre ambos. Paró la embestida con todas sus fuerzas y fue arrastrado hacia atrás al menos medio metro dejando la marca de sus botas en el suelo. Aquel chucho se había metido con la persona equivocada.

Esta vez Claudius no dudó ni un instante, tan solo atacó, rápido y sin miramientos. Ya no había tiempo para estrategias. Había que acabar aquello rápido y salir de allí.

El hacha de Claudius se hundió en el cráneo de aquel gran perro cuando Lucy divisó algo que no había visto hasta el momento.

Una especie de bola luminosa azul se formó en apenas un instante en la mano de aquel zombie con forma humanoide. Ésta empezó a brillar de tal manera que hasta Claudius tuvo que girarse para comprobar de dónde provenía tal cosa. Al mirarla, la luz les llenó a todos... y dos segundos después, ni aquellos zombies, ni la niña ni el hombre estaban allí.

¿Por qué no habían tenido tiempo a reaccionar? ¿Y qué demonios había hecho ese no-muerto?

Muchas eran las preguntas que rondaban en aquel momento las cabezas de Lucy y Claudius. Les costó abrir los ojos, pero cuando lo hicieron se encontraron en una especie de sala de un blanco impoluto, en el que no pudieron divisar ninguna puerta ni nada especial más allá de una solitaria lámpara de lampyradae colgada del techo.

Ambos se encontraban tumbados sobre una mesa cada uno en puntos opuestos de la sala. No estaban atados, pero sentían que sus músculos estaban entumecidos, mas podían moverse. El silencio de aquella sala era sepulcral.

Claudius intentó incorporarse.

¿Pero que demonios está pasando aquí? - Y tras procurar un millón de maldiciones innombrables en el interior de su cabeza, su vista giro hacia Lucy - ¡Niña! ¿estás bien?

En una de las esquinas de la sala se abrió una puerta lentamente, antes invisible para quien no estuviera muy cerca de ella. Por ella entró un hombre de mediana edad, barba y aspecto cansado, que portaba ropas negras. Lo hizo con las manos en alto.

- Calmaos, calmaos. Aquí estáis a salvo y seguros. - dijo el hombre, serio.

¿Quien eres? - dijo Claudius. No quiso parecer muy rudo, aquel no parecía un mal tipo pero no podía confiarse - ¿Sabes que está pasando aquí?

Lucy se levantó rápido de la "cama" donde estaba recostada y trató de acurrucarse en una esquina de la habitación. Seguía teniendo miedo y no podía fiarse de nadie. ¿Habría traído ese extraño hombre fuerte a esas criaturas?¿donde estaba?¿podría volver a casa?¿porqué seguía molestándole la espalda?

Demasiadas preguntas, y demasiada falta de respuestas.

Aquel hombre atravesó parte de la sala hasta llegar a la camilla en la que Lucy había estado inconsciente. Se apoyó en ella dándose la vuelta, mirando a la niña y, en último lugar, a Claudius.

- Bienvenido al complejo U de Terrasanta. Me llamo Sebastian, y soy... o mejor dicho, era el encargado de esta parte de los laboratorios antes de que todo se fuera al traste. Es una suerte que hayáis sobrevivido el tiempo suficiente como para haberos podido encontrar y traer aquí. - dijo el hombre con calma, como si ellos ya supieran qué hacían allí o de qué hablaba. - Aun así, me resulta extraño que una niña forme parte del equipo. ¿Hay algo que me deban contar? -

-¿que te deban contar?¿Quién? ¿Qué es lo que está pasando ahí fuera?

Lucy seguía aterrorizada, aunque realmente comenzaba a tranquilizarse viendo la posibilidad de que aquellos hombres no intentaran matarla, el hecho de no saber dónde estaba, (pues el complejo U no es que le dijera mucha información) el hecho de no saber lo que pasaba, y el hecho de estar con desconocidos la alteraba.

Y ese molesto picor de espalda seguía haciendo de las suyas.

¿De que equipo hablas? - le dijo a aquel tipo que les hablaba con una naturalidad alarmante - Creo que nos confunde con otros... ¡Necesito respuestas y las quiero ya! - espetó malhumorado el maestro de armas. ¿En que locura se había metido esta vez?

Sebastian miró a uno y a otro algo contrariado por sus dudas y torció el gesto. - Así que... ¿no son ustedes el equipo? ¡Maldita sea! Ya me parecía extraño que mandaran a una cría... - el hombre se giró y le pegó una pequeña patada a la camilla, molesto.

- Se supone que se había contratado a un grupo de individuos que tenía que haber llegado aquí ayer. Ahora ha ocurrido esta desgracia y no están para protegerme... ¿Cómo eran? La... la... la Bad Company. Eso. -

Volvió a mirarles de una forma muy incómoda, como si les estuviera estudiando. - Me pregunto por qué un número 5 os habrá traido aquí... -

¿La Bad Company ha dicho? Pues para su fortuna - dijo con una sonrisa y tono arrogante - Yo soy uno de ellos, pero me temo que mis compañeros no han aparecido, todo se descontroló y no tengo ni idea de cual era la misión ni de donde pueden estar... - Suspiró. ¿Donde coño estará Thomas? - En todo caso, eso no es lo mas importante ahora mismo ¿¿Que está pasando aquí?? ¿Que eran esas cosas?

-¿Y yo qué se porqué estoy aquí? Por favor, estoy... estamos mucho más confundidos de lo que parece, y creo que eso ya es mucho. Lo último que recuerdo es un... ser... extraño saliendo de mi armario para atacarme, y encontrarme con este hombre que me defendió... ¿Qué pasa?

Casi estaba llorando, casi... Ya no estaba acurrucada contra la esquina y al menos su miedo se había pasado. Por eso se atrevió a abrir la boca. Y poco menos que para pedir alguna explicación. Todo eso de los laboratorios, complejos, equipos de rescate le sonaba muy raro...