- Sí, perfecto. Podría acompañaros, ¿no es así? -dio un sorbo a su tónica. - ¿Y qué es eso que decís del apartado de correos?
-Claro ¿vamos chicos? Te explico eso por el camino.
La Maca sacó el bolso y pagó los cafés y la tónica. Seguramente el argentino andaba mejor de pasta que ella, pero los dos chicos eran unos pobres diablos.
- Es muy amable, señorita -agradeció Elías. - ¿Tienen auto? -preguntó mientras caminaban hacia la salida.
-No, ayer fuimos andando, el cementerio no está lejos. Es posible que ahora veamos algo que anoche nos perdimos.
La Maca sacó un Ducados y ofreció la cajetilla a los hombres.
Recogió un cigarrillo de la cajetilla, lo encendio. El humo entrando en su garganta le recordo el dolor en sus costillas, aunque lo disimulo como pudo. Habia estado prestando atencion a lo que el tipo argentino hablaba, en verdad, si no supiese de esas cosas, hubiera quedado impresionado, pero algo le hacia sospechar que no habia hablado de todo. Su "amigo", su mentor, siempre le recordaba, que no todos dicen lo que saben, y que siempre es mejor callarse cosas, eso era algo que el mismo practicaba. Exhalo un par de caladas, mientras apuraba su caragillo.
-Por mi, vale, vayamos de nuevo por esa zona, puede ser que a la luz del dia, veamos algo que se nos pasara.
Luego dirigio su mirada al tipo..
-Y dinos de paso, como es que sabes tantas cosas de esas..te asemejas a un conocido mio, el Diablillo, que se pasaba el dia hablando de cosas como esas..
Mientras hablaban los cuatro recorrían ya las frías calles de la ciudad. Como un monstruo gimiendo Madrid hacía sentir el frío del viento por las callejas que tomaban para atajar en dirección al viejo cementerio.
Cita:
esto oh demimurgo...¿se nos murio alguien por culpa de los callos?..creo que somos 4.
Spoiler (marca el texto para leerlo):
Elías había rehusado el cigarrillo con un escueto: “Gracias, no fumo”, y ahora procuraba seguir el paso vivaz de los muchachos, sujetando las solapas de su chaqueta oscura con la mano izquierda, y apretando el fular contra la boca y la garganta con la derecha. Pensó qué contestarle a ese joven magullado, el tal Agustín, y dijo por fin:
- Siempre he sido una persona inquieta. Hice muchas amistades peculiares y acopio de conocimientos estrafalarios a lo largo de mi vida. Pero os puedo hablar en extenso de mí, si queréis, cuando tengamos una oportunidad más propicia; no es saludable abrir la boca bajo este viento.
Como obedeciendo a este comentario el grupo continuó avanzando hasta llegar al viejo cementerio. Nuevamente rodearon el muro para acercarse al lugar fatídico. A estas horas de la tarde el lugar era menos tétrico, pero seguía siendo siniestro. Los agujeros de los clavos - ¿escarpias quizás? - señalaban el punto donde se había marcado la agonía del anciano. La mancha de pintura, a medias desvelada por la anterior visita de los chicos, ocultaba la mayor parte de lo que parecía un círculo de runas.
Elías se aproximó con curiosidad a examinar las inscripciones.
Motivo de la tirada: Ocultismo
Puntuación de habilidad: 14
Resultado del dado: 5
Efecto: Normal (9)
Conté los avatares y me olvidé del pobre Chapas.
Las inscripciones no estaban en ninguna lengua actual o antigua normal. Aunque no sabía su significado exacto Elías se dio cuenta de que eran runas escritas en la Lengua de Muh, un antiguo dialecto esotérico del que había visto alguna inscripción en viejos libros. Según la leyenda eran anteriores a la misma raza humana y poco iniciados en el mundo de lo arcano las conocían a fondo. ¿Quizás alguien simplemente las había copiado de un libro? Desde luego aquello iba más allá del conocimiento que podrían tener unos macarrillas jugando a ser satánicos...
-¿Tenéis algo para tomar notas? -preguntó a sus acompañantes, sin dejar de analizar los caracteres con creciente interés.
-¿Que pasa? ¿Ves algo raro? ¿Que son esas letras?
La Maca observó el galimatías que representaba aquel circulo ´con los ojos entrecerrados intentando entender algo.
-¿De que vas a coger notas?¿Lo quieres copiar o que?
La Maca fumaba nerviosa, aquel lugar le ponía la carne de gallina.
No se si tenemos algo para coger notas, a malas yo tengo el paquete de tabaco y la carta.
- Aunque os parezca imposible, reconozco estas… “marcas”. No son un puro galimatías y me extrañaría que alguien las hubiese copiado de cualquier panfleto esotérico. Son runas escritas en la Lengua de Muh, un antiguo dialecto esotérico anterior a la misma raza humana y que pocos iniciados en el mundo de lo arcano conocen a fondo. Pero –se excusó con una sonrisa- no sé leerlas. Quiero copiarlas, por si acaso encuentro a alguien que sí sepa. – Carraspeó y observó en todas direcciones cuidadosamente, antes de detenerse para mirarlos muy serio y hablarles de esta forma: - Macarena, muchachos… Aún no me habéis dicho si esa carta era para vuestro abuelo. Y sin embargo, la idea que hubiese sido una víctima al azar se me antoja muy peregrina. Así que os pregunto: ¿quién creéis que fue vuestro abuelo?
La Maca aplastó el enésimo cigarrillo contra la gravilla de suelo. No había fumado tanto en su vida...
-Ya no tengo ni idea de quien era el abuelo... la carta es suya, y parece que estaba metido en asuntos turbios, aunque nunca nos dijera nada. Libros arcanos, runas esotéricas... esto es de locos.
Buscó otro cigarrillo pero solo se encontró un paquete vacío. Lanzó un juramento.
- ¿Dónde vivía? La policía, o vosotros mismos, ¿habéis buscado en su casa?
-Vivía en una pensión, allí es donde encontramos la carta... no había nada más.
- Bueno, nada no sé... pero alguien vino a darnos recuerdos...- comenta Ricardo con tono de sorna.
Podéis tomar notas en la cajetilla ;)
-En fin... ¿Decíais tener una cita? - preguntó, mientras tomaba nota lo mejor que podía de aquellas runas en la cajetilla de Ducados con un bolígrafo rojo que Macarena había encontrado en su bolso.
-Si, hemos quedado a las cinco con el poli en el bar de Braulio, así que apunta eso rápido para ir yendo...
La Maca sacó un chicle del bolso y comenzó a mascarlo.
-Joder, necesito tabaco...
- Ya, ya casi está... ¡Ya! -Elías devolvió el bolígrafo y se guardó el cartón cuidadosamente plegado en un bolsillo. - ¿Y entonces? ¿Queréis que os acompañe?