Partida Rol por web

El laberinto del bufón

III - Hacia La Vieja Senda

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25/12/2016, 22:51
Asdra

Asdra no iba a entrar en el juego de la bárbara. Si Freya tenía un temperamento incendiario, incapaz de controlar sus emociones, el de Asdra era todo lo contrario. Se mantuvo callada y haciendo caso omiso de las provocaciones. ¿Que lo podía haber dicho antes? Pues lo había dicho cuando Aldar había vuelto con la información al respecto, ni más ni menos. Tampoco pretendía ir sola a ninguna parte. Así que se llevó una cucharada de estofado a la boca y masticó con parsimonia su contenido. No era de buena educación hablar con la boca llena. Cuando terminó volvió a hablar, esta vez sin pedir permiso a Jake con la mirada.

- De mi madre aprendí a...bailar.- Dijo frunciendo el ceño en un claro gesto de disgusto por contar aquello. "Bailar" quedaba bastante grande a lo que hacía su madre en la Teta de la Loba. Ya le había dicho a Freya lo que era su madre y no le apetecía contarlo a los cuatro vientos por mucho que aquello pudiera ayudar al grupo. Continuó algo apática.- En Saduj a veces actuaba...-Su mirada se perdía en el infinito melancólica. Había aprendido el número de su madre de mirarla una y otra vez hacerlo. Era un sencillo baile, nada del otro mundo, una danza acompañada con las palmas, o bien con chasquidos de los dedos y los crótalos. De ahí su nombre: Crótalo Adamantino.-...pero después Heinrich me tomó a su cargo y me enseñó a leer y escribir.- Ahora sonaba agradecida. Cualquier cosa era mejor que dedicar tu vida a desarrollar tu carrera profesional en aquel antro.- Como aprendí rápido me fueron usando para otras cosas.- Sí que era verdad que a Heinrich, de vez en cuando, le gustaba contar con Asdra para alguna fiesta privada, pero poca cosa. Actuaba y se iba. No le gustaba mucho bailar a pesar de que Heinrich siempre quedaba satisfecho con su numerito.- Llevar las cuentas, papeleo, relaciones públicas, tratar con los mercaderes, etc. Conocí a mucha gente de la que aprendí algunos trucos. El clérigo del que os hablé me dijo que corre por mis venas sangre de dragones, lo que me permite hacer algunos trucos. Fue él también el que me enseñó a imponer las manos para sanar. 

 

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26/12/2016, 00:06
Jake O'Sullivan "Sully"

Miré de reojo a Asdra mientras hablaba. Me gustaba la seguridad que transmitía. No veo que nos haga falta visitar ninguna Iglesia para seguir el viaje, pero si decidimos ir a alguna yo iré con Asdra. No la dejaré ir sola.-  Me repatingué en la silla mirando a todos mientras discutían en el siguiente paso. No le demos más vueltas. Evitemos el campamento de bandidos y sigamos el camino. Los animales no tienen que ser un inconveniente con el grupo que somos. Si necesitáramos de las habilidades de Asdra ya verías cuáles son. -  No iba a dejar que Asdra hablará más de la cuenta. Ya les había dado más información de la necesaria y debía cortar el curso de la conversación en ese momento.

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26/12/2016, 00:51
Región de Eltsembar

Aunque Amaranta nunca había frecuentado aquellas latitudes de un modo que le diese un amplio conocimiento sobre Venatus o sus alrededores, lo cierto era que al ser ésta una población importante, relativamente cercana, y paso obligado para las caravanas comerciales que se dirigían al este en busca del tan preciado añil de Fliermar - tinte azulado con que se trataba los paños que se tejían en Saduj y que hacían que estos alcanzasen precios desorbitados entre la nobleza de Inebar - las noticias sobre la villa y su gentes eran algo que estaba al alcance incluso de más despistado de la región.

Sin embargo, no podía decirse lo mismo sobre Argentea o Dorwinion, prácticamente olvidados o traídos a la memoria únicamente en los casos en que era necesario asustar a los más pequeños de la casa. Sobre ambas poblaciones, las dos abandonadas desde los tiempos en que la decadencia de Noradian hizo que las caravanas optasen por rutas comerciales más lucrativas, se había extendido un velo de misterio que no debería haber sido distinto del de otros pueblos abandonados de no haber sido porque, de vez en cuando, llegaban noticias de que alguien había desaparecido en sus inmediaciones y no se había vuelto a saber de él. Salteadores, bandidos, osobuhos, presencias misteriosas, partidas de caza de los orcos del Martillo Rojo… la mención de cualquier peligro era válida para ganarse la atención de los parroquianos y unas cuantas cervezas gratis en las sórdidas tabernas de Saduj. Pero, para ser sinceros, por mucho que porfiasen unos y otros acerca de ser los conocedores de lo que allí sucedía, nadie, absolutamente nadie, ya fuese en la populosa Saduj o en la altiva y orgullosa Inebar, sabía a ciencia cierta lo que pasaba una vez se deajaba atrás Venatus para continuar por la Vieja Senda, que era como se había bautizado al tramo que se dirigía hacia el norte y que antiguamente había sido una parte más de la Calzada Real.

Los habitantes de Venatus, en su mayoría leñadores, fabricantes de carromatos, tenderos o mercaderes con ínfulas de grandeza cuyos ahorros no les permitían instalarse en alguna de las dos grandes urbes de Eltsembar, habían optado por volver la espalda a sus dos vecinos del norte y alimentar las numerosas leyendas sobre ellos con la esperanza de que las caravanas comerciales se viesen obligadas a pasar por allí y dejasen de lado la posibilidad de tomar otra ruta más al norte que les llevase directos a Inebar sin hacer escala en sus posadas, tabernas y puestos de reparación de carros.

Que esto fuese así, no obstante, no ocultaba el hecho de que en efecto algo extraño sucedía en aquellas tierras aparte de los peligros propios de los entornos naturales, como era el caso de los osobuhos. La señal más obvia era que las patrullas del barón habían dejado de patrullar las llanuras que se extendían más allá de Venatus. La versión oficial al respecto se escudaba en la falta de hombres para cubrir tan vasta extensión de territorio, sin embargo aquella explicación se hundía por su propio peso cuando uno había vivido durante un par de meses en Saduj, donde multitud de jóvenes en edad de portar armas se veían abocados a vagabundear o delinquir por falta de trabajo. En definitiva: ni los propios soldados eran capaces de dar una argumentación convincente sobre la postura de sus superiores, por lo que se limitaban a encogerse de hombros cuando se les preguntaba o bien a repetir de forma mecánica las mismas palabras que el resto de ciudadanos había escuchado cientos de veces. Era por ello que, para los compañeros, salir de las rutas habituales y protegidas acabaría convirtiéndose en un viaje a lo desconocido.

La ruta sobre la que Aldar había informado a la joven druida, que implicaba rodear Argéntea por el este, era la más lógica y menos arriesgada si hacía caso a los rumores sobre la existencia de bandidos. A medio día de Venatus, en la bifurcación donde la Calzada Real adoptaba el nombre de la Vieja Senda, podrían dejar Argéntea a la izquierda y tomar un amplio rodeo a campo traviesa para adentrarse en los tupidos sotobosques que precedían a una pequeña cadena de modestas colinas.

El río Stearen, crecido tal y como había afirmado Durián, quedaría siempre a su derecha, lo que impediría que en un momento dado se desviasen demasiado hacia el este. Tarde o temprano, acabarían topando con las rutas forestales que los exploradores y guardabosques utilizaban para sus movimientos por la región; una vez la hallasen no debía ser difícil volver a localizar la Vieja Senda y seguir sobre ella hasta cruzar las colinas. A ojo, y sólo contando como referencia con los mapas que Heinrich les había proporcionado y que Zafira sólo había tenido unos segundos para observar, el viaje de ida a caballo no debería llevarles más de diez u once días si no sufrían contratiempos, una cifra nada desdeñable si tenían en cuenta que necesitarían provisiones suficientes también para la vuelta. Con eso presente, la druida imaginó que con los pocos fondos con que disponían tendrían que apretarse mucho el cinturón si no querían acabar muriendo de hambre una vez dejasen atrás Venatus. Por otra parte, para ella, seguir a un grupo a caballo durante tan largo viaje sería algo más allá de sus capacidades. Fue entonces cuando realmente comprendió que sería mucho más fácil y seguro espiar al grupo formando parte de él que siguiéndolo desde una distancia a la que se exponía a perderlos. Si quería saber más acerca de qué buscaban sería preciso ganarse la confianza de más miembros aparte de Aldar.

Ya sobre un gran roble de generosas ramas, Amaranta se acomodó sobre el que sería su lecho para esa noche. Había recolectado varias raíces y bayas comestibles que aplacarían el hambre y le permitirían descansar lo suficiente hasta que llegase el día siguiente, momento en el que esperaba que Aldar y los suyo abandonasen la cabaña que veía a poco más de quinientos pies. Con suerte, y en caso de quedarse dormida de forma demasiado profunda, los caballos y los ruidos propios de sus compañeros al despedirse de su hospedador la sacarían de sus ensoñaciones.

Notas de juego

Resultado de Supervivencia:

Has conseguido suficiente agua y comida para pasar la noche. Dado que la temperatura de esa tarde ha sido bastante cálida, no crees que vayas a pasar frío durante la noche. Además, no prevés lluvias para el día siguiente tampoco.

Resultado de Saber Naturaleza:

En los bosques de que rodean, aunque han sido bastante explotados por las manos de los leñadores de Venatus, aún perviven numerosas criaturas aparte de osos, lobos y los siempre peligrosos osos lechuza. Durante el tiempo que te ha llevado forrajear la zona en busca de alimentos te has topado en más de una ocasión con huellas humanoides de gran tamaño, probablemente de ogro.

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26/12/2016, 01:01
Aldar

Las explicaciones de Asdra, a pesar de estar aparentemente cargadas en un principio de cierta ironía no demasiado agradable, terminaron por hacerme esbozar una expresión de exultante sorpresa. ¿Una sanadora entre nosotros? Eso sí eran grandes noticias. De hecho, a punto estuve de exclamar eso mismo, un entusiasta "¡al fin buenas noticias!", pero Jake me arrancó las ganas de un zarpazo. O, en su caso, de una puñalada.

Así que no nos hace falta saber con qué podemos contar... -Resalté bufando con sarcasmo, comenzando a enrollar el mapa cuidadosamente- Ese debe ser el concepto de "trabajo en equipo" de la gente de ciudad. -Una vez enrollado, lo introduzco en su funda y la cierro, dejándolo junto al resto de mis cosas- La humilde gente de campo lo llamamos "tentar a la suerte", pero qué sabré yo de expediciones en terreno salvaje, ¿verdad? -Refunfuñé de espaldas a la mesa, cogiendo todo mi equipo y cargándomelo a la espalda- Haced lo que os de la gana. -Dije, refiriéndome tanto a la visita a la iglesia como a la información que no quisieran compartir. Estaba claro que nunca seríamos una compañía seria con motivos para asegurar una cierta esperanza de vida. Cuando las cosas se pusieran feas, algo que a buen seguro pasaría, cada cual iría por su lado. Debía empezar a mentalizarme de que los planes que había hecho podían quedar en agua de borrajas, que tendría que improvisar, que tener que huir lejos de esa misión era una opción a no descartar. Y eso me molestaba, me molestaba mucho. Tanto, que la opinión ignorante de ese tipo acerca de un mundo salvaje que le quedaba grande ni siquiera me afectó- Dormiré fuera. -Anuncié dirigiéndome a la puerta, dispuesto a salir lejos de aquel absoluto imbécil.

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26/12/2016, 15:48
Balakar

Tan pronto dejé de hablar, soltando aquella pregunta al aire de la cabaña, Aldar tomo la palabra. Sus palabras aclararon algo el principal obstaculo, a priori, de aquella misión, los no-muertos. Eché un nuevo vistazo al mapa, que ahora estaba ensombrecido por la silueta de Freya. Aparté la vista con un gruñido, intentando alejar de mi pensamiento el brillo carmesí de cierta melena, mientras me centraba en las palabras de Asdra. No solo porque no había hablado mucho durante todo el trayecto, sino porque lo que decía era interesante.

"Una amiga de lo ajeno..."- Mis ojos volaron hacia el dicharachero Avlin y luego hacia el cielo.- "¿Que tendrán los gnomos que les encanta meter sus diminutas manos en las bolsas ajenas?"

Sin decir palabra me bajé del taburete y fuí a por mis cosas. Si ibamos a ir al pueblo a por provisiones, habría que conseguir con qué pagar... "La mayor parte, al menos..." Con un gesto de alegria volví a la mesa con mi pequeño arco descordado y una aljaba medio llena justo a tiempo para escuchar a Sully hablar sobre los bandidos.

"Una pena... Podríamos librar a la región del azote de esos malnacidos y sacar unas muy necesarias provisiones para esta misión... Pero es un riesgo... Y no estamos como para correr riesgos estupidos."

Guardé silencio al volver a subirme a la silla, consciente del sútil cambio en el ambiente general. Nunca habia sido relajado, pero se estaba tensando. Mientras asistia al intercambio de pareceres entre los miembros de mi grupo, junté las manos entrelazando los dedos, estudiandoles.

"Aldar es un arquero competente... Un hombre de los bosques. Freya es una luchadora, una guerrera salvaje. Avlin es algún tipo de ilusionista y puede que un ladrón o un bardo... Pero, ¿y Jake y Asdra? ¿Un charlatan y una bailarina? Comprendo su necesidad de discrección, sobre todo si todo lo que sospechamos es cierto... Pero si no podemos confiar los unos en los otros, esta va a ser una aventura muy corta..."

Y los dos gallos del corral sacudieron sus plumas, envalentonados.

"Nunca entenderé a los humanos..."

- Aldar, espera.- Llamé.- Gracias. -Añadí, dedicandolé un asentimiento con la cabeza. Acto seguido arrojé el arco y las flechas sobre la mesa, volviendo la vista hacia los voluntarios para ir al pueblo.- Esto me entorpecerá más de lo que me va a ayudar. Soy un enano de cuerpo a cuerpo. Quizas podías cambiarlo por algo útil como provisiones o algo que nos ayude... Lo que queda de mis raciones de viaje y mi bolsa tambien van ahi.- El ajado monedero de cuero deslizó sobre la mesa despues de hacer un ruido mucho más pobre de lo que me hubiese gustado.- Opino que no deberiamos demorarnos mucho a la hora de marcharnos...

Lo dejé estar. No contaba conque todos volviesemos de una pieza y un cierto amargor me estaba subiendo por la boca del estomago.

"Moradin, Padre de todos, protegenos, porque nos va a hacer mucha falta..."

Notas de juego

¿Que hora sería?

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26/12/2016, 19:02
Cabaña de Corum

Notas de juego

Ya ha caído la noche, por lo que imaginas que aún quedan un par de horas hasta la medianoche. En el exterior hay claridad suficiente gracias a que el cielo está despejado y la luna ilumina lo suficiente como para tener una buena visión incluso para los humanos,

Estamos a comienzos de la primavera.

Contaba con que ibais a dormir ahí, ¿no?.

Recordad que para no tener al día siguiente a -2 a FUE y DES es necesario tener un descanso de 8 horas al menos.

Para los lanzadores de conjuros: elegid cuándo preparáis normalmente los hechizos (anochecer o amanecer). Lo digo para tenerlo en cuenta por si pasase algo por la noche.

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27/12/2016, 17:59
Avlin Tuercegris

Madre mía- pensó- ya empezamos otra vez. Desde luego, lo de Jake y Aldar no tenía pinta de poder arreglarse fácilmente.

- Opino que no deberiamos demorarnos mucho a la hora de marcharnos...

- Por mi parte- añadió el gnomo antes de que Aldar saliera por la puerta- soy Ilusionista con conocimientos de Alquimia y, en menor grado, botica. Y creo que deberíamos empezar a eliminar la costumbre de separarnos cada cinco minutos, sobre todo si queremos salir de esta de una pieza.

El gnomo se adelantó ligeramente hasta ponerse a vista de todos.

- Está claro que tenemos nuestras discrepancias- empezó- y esta situación de tensión constante no favorece el limar asperezas. Pero tened en cuenta una cosa. Cuando salgamos ahí fuera, cuando nos enfrentemos al os oso-búhos o al guardián del pueblo fantasma o a lo que quiera que venga, no va a estar Heinrich, ni nuestros perseguidores, ni cualesquiera de nuestros amigos o familiares que nos esperen en algún sitio. Sólo estaremos nosotros. Y más vale que empecemos a conocernos y a confiar en nuestras intenciones o a las primeras de cambio estaremos todos muertos. Y eso creo que no entra en los planes de ninguno de nosotros. Jake y Aldar- añadió con tono firme- estoy seguro de que sois concientes de que sois los dos polos de este enfrentamiento. Los demás estamos en algún punto en medio de la distancia que os separa. Así que es vuestra principal responsabilidad que este grupo no se rompa y que, gracias a esto, podamos seguir viviendo lo suficiente como para acabar con este asunto. Después ya podrá seguir cada uno por su cuenta.

Notas de juego

Yo prepararé mis hechizos al anochecer.

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27/12/2016, 19:33
Freya

Justo antes de que Asdra respondiera a mi pregunta, Aldar propuso la forma de afrontar la amenaza de los oso búhos, la cual probablemente tuviéramos que dejar a la fuerza bruta de no conseguir despistarlos; aunque con suerte aquella habilidad para apaciguar bestias nos serviría en alguna ocasión.

La mujer expuso lo que sabía hacer, respuesta que recibí con agrado, salvo aquella manera en la que contó de lo que Heinrich le había dotado.

Ni que leer y escribir fuera tan importante…

Mis ojos se abrieron como platos al escuchar que sabía sanar. ¿Qué sorpresas más guardaba la hasta ahora modosita amiga de Jake? Contábamos con alguien capaz de sanar y no habían tenido la poca vergüenza de hacérnoslo saber, aquello era increíble.

Pero lo peor de todo fue Jake, que una tras otra comenzó a soltar distintas sandeces por aquella boca que rara vez decía algo positivo. No hacía falta visitar la iglesia, los voraces animales no eran problema, no hacía falta conocer a los demás miembros del grupo… ¿Y qué más?

Terminada ya la cena, apreté mis puños, dispuesta a ponerme en pie y replicar sus palabras, pero un acertado Aldar se me adelantó. Harto de aquello se dispuso a salir, pero entonces Balakar le pidió un momento, dejando sobre la mesa distintos elementos para cambiarlos.

Me puse en pie dispuesta a hablar, pero nuevamente se me adelantaron. El gnomo también quiso pronunciarse, avivando más el fuego en lugar de calmarlo, aunque suponía que esta había sido su intención. Me llevé la mano a la cara, resoplando, antes de dirigir una mirada cansada a Asdra, tratando de mantenerme calmada.

- Gracias, Asdra, creo que cuanto mejor sepamos de lo que son capaces los demás, mejor podremos trabajar en pos de la misión; que a fin de cuentas es lo que tenemos todos claro que queremos conseguir, acabarla. – puede que hubiera tardado en hacerlo, pero al menos ella parecía mucho más sensata que Jake en ese aspecto. – Avlin, es necesario separarnos en ocasiones. Igual que no podíamos ir todos a ver a Durián, tampoco podemos ir todos a la iglesia. ¿Cómo íbamos a justificar la presencia de todos nosotros allí sin llamar la atención? Y sobre lo demás, cada uno tiene que poner de su parte para que el grupo esté unido y trabaje bien, no pongas en las espaldas de otros pesos que no les corresponden. Ya se ha visto de sobra quién colabora y quién no. - dije tajante.

Me agaché a coger el vaso de agua y di un largo trago, arrancando un trozo de pan duro de una de las hogazas después. En ese momento miré a Jake, a quien no pensaba dirigirle palabra alguna, pero cambié de opinión.

- ¿Sabes qué? Me preguntaba por qué queréis seguir junto a Heinrich… Ahora me pregunto por qué Heinrich sigue queriendo que trabajes para él. – di un mordisco al pan, masticándolo un breve instante y engulléndolo, antes de volver a dirigirme a todos. – Si queréis ir a la iglesia decidid quién irá. Está claro que yo no, así que me voy a dormir.

Tomé mis cosas y me dirigí a la puerta, hablándole a Aldar al pasar por su lado.

- Habrá sitio para los dos fuera, ¿No? – le dije seria, sin apenas detenerme.

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28/12/2016, 06:02
Zafira 'Ithildin

 

Se había decidido.  Al alba se levantaría e iría a esperar a Aldar y los demás.  Les advertiría de las huellas de ogros, y lo de los osos lechuza.  ¿Es alguna tribu que conozca? ¿Se puede negociar con ellos?  

Sobre los segundos, sabiendo que traían desequilibrio al ecosistema de esta zona al acabar con los depredadores mayores, pensó por un momento que acabar con los que se encontraran fuera práctica aceptable.  Haré un intento con el primero que me encuentre, para ver si lo convenzo de que no ataque. Finalmente los humanos que se expanden sobre el bosque son tan desequilibrantes, o más, que los osobuhos.  Que los segundos acabaran con los primeros, y viceversa, podría concebirse como un equilibrio deseable,- pensó la neutral druida. 

Ya es hora, a levantarse y hacer las introducciones correspondientes.  Y creo que lo primero que tendré que pedir a cambio de acompañar y cuidarlos es una montura.  ¿O podré pedirle el favor a un ciervo de que me lleve? 

Estaba muy dispuesta a probar esto último. 

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28/12/2016, 11:52
Balakar

Notas de juego

Recordad que para no tener al día siguiente a -2 a FUE y DES es necesario tener un descanso de 8 horas al menos.

¿Este penalizador es acumulable al obtenido por Dormir con la armadura puesta?

 

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29/12/2016, 00:32
Avlin Tuercegris

- Ah, demonios- piafó Avlin- sea como queráis. Yo tengo hechizos que preparar. Si me necesitáis para ir a la Iglesia no tengo problema. Si Jake y Asdra prefieren ir solos, también está bien. Estoy de acuerdo en que, cuantos menos vayamos, menos llamaremos la atención. Si me necesitáis estaré en aquella esquina.

Sin más, el gnomo se dirigió a un rincón lo suficientemente apartado pero también lo suficientemente iluminado por la crepitante luz del hogar como para permitirle estudiar y calentarse los huesos.

El fuego jugueteaba con las sombras creando ilusiones en las paredes y, por alguna razón, a Avlin le dio por pensar que quizá lo único que necesitaban como grupo era empezar a meterse en problemas de verdad. Tanta tensión sin sangre iba a acabar por volverles a todos locos.

El gnomo cruzó las piernas y se dejó caer entre sus cosas. Las pequeñas manitas del gnomo se movieron con agilidad para extraer de la bolsa el hermoso volumen en el que almacenaba su bien más preciado. Era inevitable que un ligero cosquilleo le atravesara la espalda cada vez que desplegaba las páginas de tacto apergaminado, mostrando el arcano lenguaje dibujado en su superficie.

El hombrecillo echó un último vistazo a sus compañeros, a la hoguera y al caldero ya vacío y suspiró. Sólo los dioses sabían, visto lo visto, cuando sería su próximo refugio con un fuego y una comida caliente. Si es que había una próxima vez.

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29/12/2016, 05:59
Aldar

Me encontraba casi a la altura de la puerta, dispuesto a salir al exterior, al amparo de un ambiente natural que consideraba lo más cercano a un hogar donde sentirme yo, cuando Balakar me llamó solicitando un momento de espera. Algo reluctante, me detuve, viendo cómo el enano ofrecía un quedo agradecimiento por el servicio prestado. Me limité a asentir, y mientras Balakar ofrecía aquello que le sobraba de su equipo, un gesto que le honraba, me acerqué a la chimenea con mi pipa en la mano. Cogí una varilla de madera y dejé que el fuego la prendiera, acercando su funda incandescente al hornillo de mi pipa, con lo que en un par de aspiraciones a través de la boquilla el tabaco comenzó a quemarse y a ofrecer su agradable aroma a través del humo.

Yo también contaba con algo de lo que quizás podía desprenderme. Siempre he sido un arquero, el combate cuerpo a cuerpo era algo que rehuía por gusto y necesidad. En mi cinto pendía una buena espada, de forja élfica. ¿Cuanto podía sacar por ella? Una buena suma, sin duda...

Tales pensamientos se desvanecieron al oír a Avlin hablar abiertamente de los problemas de la compañía. Le miré de soslayo con la pipa entre mis labios, sin dar crédito a lo que oía. No respondí inmediatamente, sólo caminé pensativo hacia la puerta mientras Freya dejaba claros sus pensamientos como sólo una bárbara era capaz. Como sólo la mujer que amaba podía.

De modo, gnomo, que el problema de esta compañía radica en que ese y yo no nos llevamos bien... -Resumí, irónicamente, junto a la puerta de la cabaña, tras exhalar una buena bocanada de humo- Curiosa, tu percepción de las cosas. -Añadí con sarcástica sonrisa- Hazme, un favor, a partir de ahora no me consideres parte de esta inexistente compañía. Yo sólo soy el guía.

Aquello, estaba claro, no era una compañía, ni lo sería jamás. No tenía sentido seguir fingiendo. No había unidad ni confianza, cada cual iba a lo suyo, y así sería en todo momento. Que ni siquiera fueran capaces de ver donde estaba el problema sólo indicaba que ni tan siquiera había esperanza.

Hay sitio de sobra, preciosa. -Le dije a Freya cuando pasaba a mi lado, en dirección al exterior- Partimos al alba. -Anuncié a los demás, antes de salir fuera de la cabaña cerrando la puerta a mi espalda.

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29/12/2016, 18:11
Asdra

Asdra ya no dijo nada más, había dicho suficiente. Jake cortó cualquier viso que tuviera la chica por soltar más la lengua y la situación se hacía más y mas tensa para todos los allí presentes. Aldar decidía dormir fuera, lo cual para Asdra era una locura, y Freya, ni corta ni perezosa, se unía a él. Tanto el enano como el gnomo trataban de calmar el asunto pero sus intentos eran recibidos por la pareja como un nuevo agravio. Ya poco podían hacer más que dejar que lo consultaran con la almohada, una almohada húmeda y fría de hojas.

En cuanto los dos se marcharon a pasar la noche a la intemperie, Asdra se dispuso a recoger la mesa y ayudar a Corum en adecentar la estancia para que todos pasaran allí la noche. Una vez hecho esto, se sentó de nuevo a la mesa y sacó una pluma, un pequeño tarro con tinta negra, y unos pergaminos. Si el grupo creía que estaban en necesidad tan urgente de un curandero ella haría su parte para que la misión llegara a buen puerto. Se dedicó un buen rato a garabatear sobre el pergamino vacía hasta lograr inscribir en él un sencillo hechizo de curación. Poco más podía hacer por ahora. De vez en cuando lanzaba miradas de reojo al gnomo que estudiaba su libro de conjuros. La ilusiones eran una magia enigmática y atrayente para Asdra. Quizá, si las cosas acababan yendo mejor, podría en algún momento aprender de Avlin algunos trucos.

 

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29/12/2016, 20:09
Asdra
Sólo para el director

Notas de juego

Incribo un rollo de pergamino de CHL.

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30/12/2016, 15:53
Balakar

Apreté los dientes, furioso. El espectaculo que estabamos dando era lamentable y la tensión se podía cortar con un simple destral...

"Mierda..."

Por poco que me gustase, tenia que dar la razón al hombre los bosques. Aquello no era una compañia de aventureros. Ni de mercenarios. Apenas llegabamos al estatus de ladrones o salteadores de caminos... Con aquellos funestos pensamientos en mente, me preparé para irme a dormir. Avlin se habia refugiado en su rincón, preparando sus conjuros para el dia siguiente, mientras Asdra terminaba de recoger la mesa antes de ponerse a escribir, acciónque me hizo enarcar la ceja.

Jake y Corum habian permanecido en silencio, cada uno a lo suyo, despues de la brutal explosión de sinceridad de Aldar.

Suspiré.

"Malditas sean mis barbas... Avlin también tiene su parte de razón... Que tercos son estos humanos... ¿Acaso Jake no se dá cuenta de que estamos en el mismo barco? ¿Que ascendente puede tener Heinrich sobre Sully, para poner en risgo todo esta misión? Aldar es insufriblemente independiente... Pero tanto misterio, tanto afán de controlar la situación por parte de Jake no me da buena espina..."

Plantado sobre el rincón donde me iba a acomodar para pasar la noche, dudé sobre si quitarme la armadura para dormir o no. Lentamente, destrabé las hebillas, desabroché los cordones y retiré la pesada armadura de escamas por encima de la cabeza, dejandola caer con cuidado sobre el suelo.

"Tiempo habrá de aguantar con la armadura puesta durante las noches de intemperie."

Rasqué un poco de mugre de las escamas, y apoyé el escudo contra la pared, dejando el hacha debajo de mi nuca, a modo de almohada y me senté dentro de mi saco, mirando a la puerta de la cabaña. No tardaría mucho en dejarme llevar por los brazos de Moradín y dormir, hasta que Aldar nos despertase con esa calidez tan suya.

"Barbas de Moradín..."

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31/12/2016, 04:49
Freya

Tal y como era de esperar, a Aldar no le sentaron nada bien las palabras del hablador Avlin. La verdad es que por una vez hubiera preferido que abriera el pico para contar una de aquellas insufribles e interminables historias en lugar de hacerlo para avivar una llama que no pintaba nada bien; aunque por otra parte estaba bien saber de qué pie cojeaba cada uno, pues había comenzado seriamente a replantearme mis lealtades. Hacía apenas unas hora había declarado abiertamente a Aldar mi intención de continuar con aquella misión por el mero hecho de no querer que nada malo sucediera a cualquiera de los demás, pero a medida que pasaba el tiempo, estaba menos segura de arriesgar mi cuello por algunos de los presentes.

Igualmente esperado fue el silencio de Asdra y el enano. Silencio que resultando habitual en la primera, no auguraba nada bueno en el tozudo hijo de Moradin. Pero aquello ya daba igual, no sería yo quien continuara preguntándose qué sucedía dentro de aquella dura mollera después de aquel gesto que había tenido conmigo minutos atrás.

Dedicando una mirada a la mujer, queriendo recordarle mis palabras fuera, me dirigí a la puerta, escuchando como Aldar me decía que había sitio de sobra y recordaba al resto que partiríamos al alba; saliendo por delante de él y escuchando cómo cerraba la puerta.

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31/12/2016, 04:52
Freya

Nada más cruzar el umbral de la puerta, mis carrillos se llenaron de aire, un aire que fui soltando mientras aceleraba ligeramente el paso, alejándome unos metros de la cabaña. Todo mi cuerpo me pedía una cosa, gritar, gritar tan fuerte que las nubes se movieran y los pájaros cayeran de sus nidos; pero aquello no podía ser. Golpear el suelo con uno de mis puños fue mi siguiente deseo, pero por fortuna esa vez pensé lo suficiente como para no hacerlo, tampoco podía arriesgarme a perder lo que más necesitaría en aquellos días, el uso de mis dos manos.

Así, tras soltar mis cosas cogí una piedra y le apreté con fuerza, igual que apretaba mis dientes; antes de mirar a la oscuridad del bosque y lanzarla con todas mis fuerzas en aquella dirección. Evité gritar, pero no vaciar mis pulmones en un sonoro jadeo, girándome después para buscar a Aldar.

- No sé si después de esto será bueno que te lo cuente y a lo mejor no lo encuentras importante. – admití haciendo alusión a lo sucedido dentro y a la conversación que habíamos dejado pendiente. – Si aún quieres escucharme podríamos hablar. –añadí poniendo rumbo en su dirección. – Pero si estás cansado puede esperar a mañana. – ofrecí al darle alcance, buscando la piel de su rostro con una de mis manos. – Así que sólo eres el guía, ¿Eh? – le dije con cierta picardía, tratando de que se relajara un poco, cosa que me estaba costando a mi también hacer.

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31/12/2016, 12:43
Aldar

Permanecí inmóvil, en silencio, siendo testigo del arranque de ira de Freya. Era consciente del esfuerzo que suponía para ella no desatarse totalmente en un estallido de pura violencia y, aunque muchos despreciarían esa rabia como seres "civilizados" que presumían, yo sencillamente admiraba su capacidad para controlarla tanto como la de emplearla cuando era preciso.

Aspiré una buena bocanada de humo de tabaco, mirándola de reojo mientras arrojaba aquella piedra. Y cuando regresó a mi lado ajusté mi mochila al hombro.

Sólo estoy cansado de estupideces. -Admití con un resoplido- De las de Jake, y de que a los demás les importe un bledo. A ti, en cambio, podría escucharte toda la noche. Aunque también habrá que dormir... -Añadí con picardía- Y sí, sólo soy el guía, que no esperen nada más de mi parte. -Dije con indignada resignación. Era la primera vez que me encontraba en una situación como aquella, trabajando para un grupo del que no me sentía parte.

Miré alrededor, buscando el mejor lugar para resguardarnos con los sacos y las mantas. Un lugar desde donde vigilar los aledaños de la cabaña sin que nuestra presencia fuera fácilmente detectada.

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31/12/2016, 14:18
Freya

Me sorprendí aspirando el humo de aquella pipa mientras Aldar aceptaba que conversáramos antes de dormir. El modo en que repitió que solmente era el guía no me gustó demasiado. Sólo había intentado dar pie a una broma posterior, que ahora se desvanecía como aquel humo, para convertirse en palabras que ofrecieran algo de consuelo al hombre de mis sueños.

- Sabes que para mí eres mucho más que sólo el guía, no? - le dije con una tenue sonrisa, notando el vello facial que ya se asomaba con las yemas de mis dedos; bajando mi mano tras aquella caricia.

Noté como inspeccionaba el lugar, no costándome dilucidar qué se proponía. Observé en silencio, señalando hacia un lateral de la cabaña poco después. Un lugar que permitía una mejor visión del campo mas espeso que del camino.

Qué tal alli? Veo más probable que si alguien se acerca trate de hacerlo entre la espesura. - le expliqué.

En cualquier caso, de proponer élotro lugar lo aceptaría, ya que en lo que a mi concernía le considera más capacitado en aquellos cometidos. Elegido el lugar, dispusimos lo necesario para poder dormir. Íbamos bien equipados, pero esperaba que la noche no fuera especialmente fría.

- Me permites? - pregunté a mi explorador, mas como un anuncio que una petición de permiso, y es que no esperé respuesta alguna.

Llevé mis manos hasta las correas de su armadura y comencé a soltarlas, en silencio, pero dirigiéndole alguna pícara sonrisa de cuando en cuando. Cuando solté todo cierre me dispuse a librarle de ella, con toda la delicadeza de la que esta bárbara era capaz.

Me encogí de hombros al volver a mirarle, y armadura en mano me senté en uno de los sacos con las piernas cruzadas, dejando pronto esta a un lado.

- Ven, siéntate aquí. - le pedí, señalando la parte del saco libre frente a mí. - Cuando he hablado con Asdra se ha mostrado a favor de Heinrich como era de esperar, pero he notado algo... A lo mejor aún podemos contar con ella. - retomé el tema, esperando a que Aldar tomara asiento.

Notas de juego

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31/12/2016, 14:52
Aldar

Sonreí de medio lado, pues la apreciación de Freya era una obviedad.

Lo se, cariño, sólo me refería a ellos...

Propuso un lugar donde descansar, y me pareció apropiado. Yo estaba buscando uno más lejano, pero ese estaba bien en cualquier caso. Asentí y caminamos en esa dirección, preparando sendos sacos en una zona libre de humedad y relativamente protegida por la espesa cobertura de un árbol cercano, en caso de una lluvia que veía poco probable.

Sólo si luego me permites también a mí... -Respondí a su petición, aunque ya ni lo esperase, y es que la bárbara ya había comenzado a desabrochar mis ropajes de protección. Acto seguido, me invitó a tomar asiento con ella, pero lo que hice fue rodearla y sentarme a su espalda- Mi turno... -Dije, sugerente, comenzando a desabrochar los correajes de sus protecciones de cuero. Me habló de su conversación con Asdra, y eso me arrebató parte del humor que estaba recuperando al salir de esa cabaña- ¿Contar? Aparte de ti, yo ya no se si puedo "contar" realmente con nadie... -Dije con hastío, desganado- Quizás las cosas mejoren según avance el viaje, pero...