Partida Rol por web

Escucho a Ireth, esto no es nada bueno.

Escucho a Nekrach y rapidamente preparo mi hacha y mi escudo y salgo corriendo junto a el para abordar a la bestia.

- Bestia inmunda, te aseguro que no vas a tener una sencilla digestión

Tras el aviso de Irëth, volvéis la cabeza y podéis contemplarla, dirigiéndos furtivamente hacia Gueldar, que no puede evitar quedar paralizado. La horrible criatura se acerca, dirigiendo sus ojos completamente en blanco hacia vosotros. Retazos de piel cubren trozos de su cuerpo, dejando a la vista porciones de piel de un enfermizo color negro y llagas en distintos lugares. Su cabeza de aspecto felino y salvaje oscila hacia el suelo y apreciáis una cola larga y demacrada oscilando detrás suya mientras camina...

- Creo que ha llegado la hora de demostrar a esa criatura quién está en la cúspide de la cadena alimentaria - El dracónido casi exhala una humareda ardiente al pronunciar las palabras con fiereza mientras baja del seco árbol seguido por Voiran Oakenshield, aunque a éste último le cuesta un poco más descender a tierra firme. Cuando lo hace, se muestra firme y deteminante.

- Bestia inmunda, te aseguro que no vas a tener una sencilla digestión. - Sus menudas manos sujetan con fuerza el hacha de batalla.

Nekrach acude rápidamente a la posición del semielfo mientras prolifera una serie de órdenes inculcadas a base de toda una vida de guerra en su Heldann natal. Mangual por delante, no consigue impactar en la criatura, pues ésta muestra una destreza sin igual, pero el dracónido sonríe al contemplar cómo la criatura cesa en su interés por Llamaradas, que rebuzna visiblemente atemorizada.
La réplica de tan horrenda criatura no se hace esperar aunque en un intento por amedrentar a sus enemigos con un imponente aullido no hace si no... atragantarse ? Parece ridículo, pero el valiente enano parece ver clara su oportunidad y se lanza contra la bestia alzando su gran hacha de batalla con un grito atemorizador, al menos para quien no le conozca.

- Aaaaaaarrrrrrrrggggggggggggg

El hacha oscila un segundo en el aire antes de clavar toda su hoja en el musculoso torso de la bestia, que chilla como si de un cerdo en el matadero se tratase. La herida es bastante profunda y una hondonada de sangre oscura invade al enano y parte de la armadura de Nekrach.
Apenas segundos después, dos silbidos cortan el aire. Desde uno de los árboles, el rostro de la bella elfa de nariz puntiaguda se torna serio mientras sus flechas se dirigen al objetivo.

- Iiiiinnnnhgggggg !!! - la bestia vuelve a chillar horriblemente cuando una de las flechas se clava en su cabeza, despidiendo un hilillo de sangre. La bestia se encuentra inmovilizada y confundida, la sangre de su rostro le impide ver con claridad, y apenas puede moverse por el hachazo propinado.

Ya casi abatida, el elfo Mushu aparece de improvisto por la retaguardia y apuñala con su daga varias veces a la criatura fácilmente. Apenas puede moverse, y un charco de sangre la rodea. Aún así, su rostro ensangrentado se muestra desafiante y con fiereza. Entonces, cuando ya casi os habéis relajado, escucháis unas palabras ilegibles cuyo tono os suena, y parece provenir del mago.

- Ad Kha Ilhia Shika-ra!!! -

Una pequeña bola de fuego atraviesa el campo hasta dirigirse a la ya moribunda criatura. Voiran, Mushu y Nekrach se tiran a tierra justo cuando la explosión impacta, provocando un estruendoso sonido que acaba con el golpeo de algunas piedras al caer definitivamente al suelo.

Lo único que queda de la criatura es un trozo de carne chamuscada y deforme rodeado de un pequeño hoyo negro provocado por la explosión.

El semielfo observa la humareda que sale de lo que resta de la criatura envuelto en una polvareda abrumante. Tosiendo y restregándose los ojos con ambas manos, se incorpora y le dedica a una más que asustada Llamaradas unas palabras y caricias de consolación.

- A eso se le llama efectividad. - dice sonriendo.

Me levanto del suelo tras la exlosión y me sacudo el polvo de encima orgulloso de nuestro triunfo mientras confirmo con la mirada que todos estamos sanos y salvos, es una gran notiia.

- Maldita rata, deberías comer hierva, así no tendrías que enfrentarte a guerreros tan poderosos como nosotros, jajajaja

Debemos intentar solucionar el tema de la mula, no podemos estar protegiendo a este tozudo animal todo el rato sin que alguno salgamos perjudicados.

Miro a Gueldar, a Llamaradas, a Gueldar....

- Gueldar, creo que a partir de ahora debemos tener cuidado con esa tozuda, deberíamos escoltarla para que nunca estuviera a meced de bestias como esta. Si Nekrach no llega a ser tan rápido ahora probablemente tendríamos que cargar con todo a nuestras espaldas.

Nekrach ruge mientras extiende los poderosos brazos. La victoria ha sido fulgurante, han golpeado al enemigo tan fuerte y tan rápido que no había podido llegar defenderse. Aunque su ataque no hubiera impactado, estaba fieramente orgulloso de sus compañeros.

No hablemos de mi, Voiran, vosotros habéis sido los héroes de la batalla. ¡Por Kord! ¡Habéis estado sensacionales! -celebra el gigantesco dracónico. Como el enano es el compañero que tiene más cerca le palmea afectuosamente en el hombro, de igual a igual -. Escuchadme, es imperativo que mantengamos a Llamaradas a salvo si queremos llevar la misión a buen puerto. No sólo la necesitamos para cargar los tesoros que nos encontremos, sino para llevar nuestro equipaje sin retrasar el viaje y cansarnos demasiado. La logística es una parte muy importante del buen término de la misión.

El dracónido se rasca las escamas bajo el hocico, en un gesto reflexivo mientras mira la fiera abatida.

Ireth, tú que has visto muchas bestias. ¿Es esta cosa comestible? Podemos convertir este contratiempo en una ventaja si podemos conservar algo de carne.

 Tras el estallido inicial baja a las ramas inferiores, y después salta a tierra incorporándose lentamente. Se acerca al grupo para saborear aquella pequeña victoria.

¿Comérnosla? No deberíamos.. estaba famélica y llena de llagas.. seguro que tiene alguna enfermedad

De proteger la mula debería encargarse Gueldar, que parece que es el que más la conoce... y ella le tiene cierto cariño, je.

Palmea el morro de Llamaradas y observa las desoladas ruinas por primera vez con más calma.

¿De quién dices que eran estas ruinas , Gueldar?

Ireth suspiró entre aliviada y satisfecha, bajando con ágiles saltos del árbol en el que se encontraba hasta alcanzar a sus compañeros y recoger la flecha que se había desviado hasta el suelo.
-Creo que no es recomendable... además está muy quemada y su digestión podría ser problemática. Si queréis podemos tomarnos un merecido descanso e intentaré dar con alguna liebre u otro animalejo...- miró alrededor entrecerrando un poco los ojos, buscando ya a su posible presa hasta que sus compañeros empezaron a hablar acerca de Llamaradas y de su importancia.

Después observó las ruinas de lo que parecía una vieja ciudad o poblado esperando las explicaciones del semielfo al respecto, aunque la veracidad de las mismas ya eran otro tema...

Hablo al grupo con voz y cara preocupada mientras limpio como puedo la sangre de la bestia de mi cara y mis manos.

- Por cierto, ¿como andamos de agua y comida?, es importante no descuidarnos con eso.

Después voy a dar una vuelta por las ruinas donde se refugió Gueldar, intento descubrir cualquier cosa extraña o sospechosa.

- Uhm, tenéis razón ! - exclama Gueldar terminando de acariciar las orejas de la mula - Me he despistado y no advertí a esa bestia. Aún me zumban los oídos por la estampida. - lleva uno de sus finos y delicados dedos a una de sus enormes orejas, removiéndola como si con ello fuera a escuchar mejor.

El semielfo dirige su mirada ahora hacia las ruinas, como intentando recordar algo acerca de ellas.
- Ni idea Dardh. Jamás me aventuré a alejarme tanto del Camino del Norte yo solo, no habría sobrevivido sin vuestra ayuda !! Quien sabe, quizá un poblado destruído siglos atrás, ó restos de alguna antigua civilización.

Gueldar se aproxima de nuevo a Llamaradas y saca un par de bultos de su carga.
- Aún tenemos provisiones, al menos para la ida, sin caballos tardaremos más días en completar el viaje. Aunque mañana al atardecer llegaremos a nuestro destino, si no surgen nuevos inconvenientes !!

...

La noche empezó a caer y os refugiásteis por entre los restos de las ruinas, alrededor de un fuego con el que cocinásteis todo tipo de marisco. Carne de cangrejo, doradas y lubinas, incluso Gueldar se permitió el placer de asegurarse un buen pulpo. Todo estaba bastante bueno, y os llena el buche de buen grado, pero alguno echaba de menos un buen pedazo de jabalí ó unas buenas hortalizas campestres.

- Creo que esto está mejor que la requemada carne mugrienta de esa bestia, eh Dardh !! jajaja - el semielfo bromea acerca de la última intervención del mago contra la desvalida bestia. - Solo espero que anduviera por estos lugares sin compañía, ya me entendéis. Esta noche volveremos a organizar una guardia, y partiremos con los primeros rayos de luz al alba.

 Sí, sí.. caulquier cosa era mejor que esa porquería -sonríe terminando la pata de cangrejo que tenía entre manos- en mi tierra no solemos comer este tipo de criaturas, pero he de reconocer que estan buenas. 

Así que al atardecer , eh? Bueno , entonces no habrá tiempo de tener muchos más contratiempos. Haré la primera guardia con Gueldar, a no ser que alguien este impaciente por ello.

Sonríe torcido y apoya la espalda contra uno de los derruidos muros, observando los alrededores con aire meditabundo y relajado para después sacar su libro de hechizos y ponerse a estudiarlo a la luz de la hoguera. No creía que hubiera más de esas bestias, pero quizás los trasgos si que podrían haberles seguido la pista. En ese caso más les valdría huir si no querían acabar como la pobre bestia famélica...

Escucho a mis compañeros con atención

parece que la primera guardia está asignada

empiezo a montar mi tienda mientras hablo a mis compañeros

- Creo que debemos asegurar bien a Llamaradas,por una u otra razón ya perdimos los caballos en la primera noche, no me gustaría repetir la operación. Una de estas bestias podría acercarse aprovechando la noche y atacarla, un solo ataque certero podría matarla o malherirla e impedirla realizar el transporte del material.

- Gueldar, creo que debes ubicarla en el medio de todos nosotros.

Escucho las coversaciones mientras limpio mis armas a la luz de la hoguera y como con total parsimonia. Miro al cielo buscando la luna recortada por las nubes.
Luego comentan lo de las guardias mientras monto la tienda orientada hacia la luna.
-Estoy de acuerdo con Voiran, por cierto. Avisame cuando nos toque la segunda guardia.-

Bien churruscadita, como a mi me gusta -se relame Nekrach mientras enseña a sus compañeros una hilera de dientes que, lejos de parecer tranquilizadora, semeja la de un depredador hambriento. Sin añadir nada más, devora ávidamente una dorada. A pesar de que está recién sacada del fuego, el dracónido no parece tener ningún problema en comérsela.

Cuando sus compañeros hablan de las guardias se encoje de hombros y mira a Ireth.

Parece que nos toca la última, por mi no hay ningún problema -dice antes de llevarse a la boca otro lomo de pescado-. Y sí, colocad la mula en el centro. Así además nos dará calor.

-Ya no falta demasiado si es que realmente las cosas salen según lo previsto- la elfa dudaba enormemente esto último, pero no hizo hincapié en ello y se limitó a observar los modales de sus compañeros a la hora de comer arrugando la nariz con cierto desagrado, pues ella ya había quedado saciada con una simple pata acompañada de algo de pan y agua limpia.

-Pues haremos la última... me interesa más la compañía que el turno- admite despreocupadamente mientras se encoge de hombros. Después ayuda a Gueldar a posicionar a la mula en el centro del pequeño campamento, tumbándose después sobre sus mantas pero a cierta distancia de Llamaradas, ya que ha dejado claro su temperamento algo violento en vaias ocasiones y no le gustaría recibir una coz en plena cara mientras duerme.

Nekrach deja su dorada en el espetón, se limpia la garra, la coloca sobre el pecho e inclina levemente la cabeza en la ancestral muestra de respeto de los dracónicos.

Tus palabras me honran. El placer es mutuo -replica con suavidad.

Después de decir esto, sigue dando buena cuenta de su comida. ¡Sus músculos necesitaban sustentación! Y la emoción de la batalla siempre le abría el apetito...

Me voy colocando tratando de buscar la postura adecuada para descansar, cambiando y cambiando de postura, no puedo dormir, la idea de la honestidad de Gueldar no se me va de la cabeza, preguntas y mas preguntas hasta que el sueño me alcanza, pero las dudas no se resuelven, ¿debo vigilar a este Gueldar?.

La noche resulta apacible y silenciosa. Las guardias se repiten como la noche anterior y Llamaradas es atada firmemente en el centro del improvisado campamento en torno al fuego. Ya han pasado dos soles con sus lunas y aún en los héroes puede notarse cierta desconfianza respecto a Gueldar. A pesar de esto, el semielfo se ha mostrado cortés y en comunión con el resto del grupo, aunque quizás un poco ansioso en ocasiones por su evidente falta de experiencia.

El grupo de héroes iba sintonizando tras las primeras semanas y se respiraba buen ambiente en general pese a las dificultades que se presentaban. De algún modo, el objetivo común por el que todos dieron un nuevo rumbo a sus vidas los estaba uniendo con un lazo amarrado con fuerza. Gueldar notaba esto, y aunque no fuera parte dl objetivo principal, se sentía como uno más en aquella aventura, al menos daba muestras de ello. La elfa Irëth se las daba de muy perspicaz y, aunque sentía que el elfo no mostraba todas sus cartas, percibía su amistad y buenas intenciones.

Con los primeros rayos de sol, Llamaradas exigía un poco de libertad para ir a pastar unos metros más allá, labor de la que se ocupó Gueldar al levantarse protestando. - Oh está bien mula terca, dame un momento...
Todos fueron despertando y recogiendo todos los enseres. La mañana se presentaba despejada y calurosa, pero pronto llegarían a su destino. Una vez más, Gueldar, ataviado y con Llamaradas amarrada con fuerza a una cuerda, observa el horizonte por encima de las ruinas y pronuncia el siguiente paso.

- "Hacia el oeste hasta el Hachazo del Gigante. Allí, buscar la entrada que no puedes ver ni tocar."

Todos comenzáis a caminar a buen ritmo y en silencio, ahorrando energías, aunque los rebuznos de Llamaradas rompían ese silencio en ocasiones. Tras un par de horas, Gueldar rompe el silencio tras parecer haber meditado bien sus últimas palabras.

- Una entrada que no se puede ver ni tocar, por los dioses espero que no se trate de un acertijo. - comenta el semielfo meditabundo.