Partida Rol por web

Tras casi dos horas y media de viaje a través de carreteras secundarias que más bien parecían pasos de ganado llegáis a la Sierra de Meira. Desde allí es casi coser y cantar ya que el camino aunque de mala calidad está acondicionado para el paso de vehículos.

Por fin llegáis a la casa, tiene un aspecto algo destartalado por fuera pero una reciente antena de televisión y de emisora de radio delata ligeramente que está habitada.

Dos de vosotros nunca habéis estado en esta casa, y es posible que tenga algún cable-bomba o trampa para impedir el paso de visitas no esperadas.

Un pitido suena en toda la casa, es una alarma. Seoane corre y mira la luz que se ilumina, es de colo verde. Señala al exterior y al momento a través de una ventana podéis ver que un coche se acerca a la casa. Parece que hay cuatro ocupantes dentro pero no podéis ver realmente quiénes son debido a la claridad que refleja en la luna de coche.

- No creo que sea de Kalinin...pero mejor tomar precauciones... - dice mientras coge un MP5 que estaba oculto debajo de una mesa. - ...Rafael tú tienes mejor vista, sube a la primera planta y dinos que ves. - Le lanza el MP5 a la rusa y le dice mientras saca la M1911 que lleva siempre encima - ...cubre esa puerta, si entran a la fuerza acaba con ellos.

Llegamos a la casa tras un largo camino para nada cómodo. Sin embargo estaba acostumbrado a todo aquello del campo, no en vano me había criado en un ambiente de lo más rural. Cuando vi la casa, en cierta manera, me recordó ami breve niñez y juventud, aunque debo reconocer que aquello era más rudimentario de lo esperado, una buena manera de pasar inadvertidos. Bajé del vehículo con calma, sin hacer aspavientos ni nada por el estilo. Me apoyé en el vehículo y saqué otro cigarro, ya apenas me quedaban un par, ofreciendo al resto.

- Aire fresco - dije claramente de broma mientras me encendía el cigarrillo - Señores.. bienvenidos al Sierra de Meira Palace, disfruten su estancia - miré a la mujer que nos acompañaba, para ser francos le eché un buen vistazo, había que reconocer que era atractiva de narices, aunque no habíamos ido allí para esos menesteres, era inevitable fijarse en ella.

Estaba por dejarla hacer a la chica, que parecía que se manejaba –para nada había participado de la radio afición de principios de los ochenta-, cuando el pitido me ha puesto patas arriba.

Sin pedir disculpas, me sumo en mi especie reptiliana y obedezco al muchacho, charloteando:

-Al menos, si vienen en coches, zombies no serán. Sería ya lo que nos faltase en esta noche oscura…

En tres saltos me planto arriba y, a través de una ventana, estudio la situación con mis pupilas verticales.

Puedes ver por la ventana que uno de ellos sale del coche se apoya sobre un lateral y enciende un cigarrillo. No parece tener una actitud muy agresiva. 

Escuchas que dice "Señores.. bienvenidos al Sierra de Meira Palace, disfruten su estancia" pero no mucho más.

Me aparto de la ventana unos segundos para susurrar escaleras abajo:

-Son varios. Al menos uno de ellos parece conocer bien este lugar…

Regreso al puesto de vigilancia.

Seoane sube con cuidado a la primera planta y mira contigo por la ventana. Sonríe y dice:

- Es Sócrates, un miembro del Equipo Tango. Trabajé con él y su compañero Esteban en Lisboa. Son de los nuestros.

Dicho esto le grita en un idioma que no conoces (no es ruso) a la rusa para que no dispare a nadie. Luego te dice que le acompañes a abrir la puerta.

La puerta de la casa se abre y veis a Seoane salir a saludaros. Os indica con la mano que podéis entrar y os grita:

- Dejad el coche en la parte de atrás de la casa. Lo taparemos con un plástico verde después...

Va armado así que habéis hecho bien en daros a conocer antes de querer entrar, parece que están sobre alerta. En la casa parece haber dos personas más. Un agente de Heracles que no conocéis y una chica pelirroja y atractiva que a Sócrates le suena mucho.

La chica rusa es Katrina Vorsyeva. Agente de Kalinin y la última vez que la viste estaba peleando a muerte con Seoane.

Yo lo aparcaré - dije desenfadado mientras observaba a Seoane y a sus acompañantes.. Lo que vi me confundió y me hizo pensar. Fui hacía el coche, pero antes pase al lado de mi compañero Fulmen, le dije algo al oído y me subí al vehículo, conduciéndolo hacía la parte trasera de la casa.

-Estate preparado, la mujer es enemigo - le susurré al oído a mi compañero. La mujer que acompañaba a Seoane había en Portugal contra él a muerte y ahora estaba allí. La recordaba perfectamente.

He seguido a Seoane hasta la puerta, sintiéndome muy contento porque hayan llegado los refuerzos. No es hasta ahora que me doy cuenta de que sigo llevando el traje de neopreno. Sí he revertido mi transformación, algo es algo.

-Esto… Hola –saludo.

      El lugar parecía agradable, estaba centrándome en disfrutar del paisaje cuando vi salir a Seoane. Me dirigía hacia él para saludarle cuando Sócrates me susurró algo. Con una sonrisa en el rostro me acerqué al joven y tendí la mano, alegre.

Mucho tiempo sin verte muchacho. Recogimos a vuestros amigos... creo que necesitarán algo de ayuda.

      Tras saludar al joven, miré tras él al hombre que había salido, vistiendo un traje de neopreno. Había sido el primero, descontándome a mi, en saludar... aunque no resultaba especialmente afable. Decidí acercarme a él igualmente y tender mi mano.

Hola, me llaman Fulmen... ¿y tu eres?

Tras aparcar el coche me dirigí a la puerta de la casa donde las presentaciones habían comenzado. Sonreí ampliamente, ya que parecía que por fin tendríamos algo de paz y compañía.

- ¡Bien hallados! - dije ociosamente, quizás demasiado - Soy Sócrates, la mascota. - parecía que estaba de buen humor, algo habitual en mi, aunque a veces chocante para la gente que no me conocía. Busqué en los bolsillos de mi indumentaria, me tanteé entero hasta encontrar el tabaco - ¿Fumáis? - ofrecí sin yo coger ninguno.

Intenté parecer yo mismo, incluso lo exageré un tanto.. la presencia de aquella mujer me inquietaba y debía solucionarlo cuanto antes. Aproveché que estaba "buscando el tabaco" para buscar entre mi ropa una pistola.

He estrechado la mano de Fulmen, presentándome:

-Yo soy Rafael. Je, fijaos con qué pintas os recibo.

Ahora, rehúso el ofrecimiento de Sócrates, y trato de distinguir a quiénes vienen acompañando:

-¿Amigos? ¿No os referiréis a…?

Rafael ve a Foster y a la doctora Brennan salir del vehículo. Foster parece recuperado de sus heridas pero sus vendas están teñidas de rojo debido a la sangre vertida. La doctora está en perfecto estado de salud.

Seoane estrecha la mano a Sócrates y a Esteban y los guía hacia la pelirroja rusa con una sonrisa.

- Esta es Katrina Vorsyeva, antigua agente de Kalinin y que acaba de desertar... - dice a modo de presentación de la agente rusa.

La rusa os saluda con ciertas reticencias, seguramente recuerda a Sócrates por lo de Lisboa.

- Gracias que estáis aquí, necesitamos ayuda para parar a este mutante...está descontrolado y es muy peligroso... - mira el reloj y dice - ...si todo salió bien Cástor no tardará en aparecer...espero que no lo hayan enterrado aún o hecho la autopsia...

Katrina baja el arma y la deja sobre una de las mesas con el seguro puesto. Luego se va a sentar a un sillón apartado del resto mientras os ponéis al día. Seguramente todos tengáis preguntas que hacer y presentaros de algún modo.

Seoane acaba de hablar de un mutante muy peligroso y de que Cástor podría estar enterrado o en una morgue. Creo que hay muchas cosas que contar...