Partida Rol por web

Un mensajero os había llevado una carta. Como si fuera magia, os había encontrado a todos, daba igual dónde os estuvierais encontrando.

En ella, pudisteis ver la firma de Ulblyn. Había una nueva misión de la que quería que os encargárais. Pedía que os reuniérais en su tienda tres días más tarde, justo cuando el sol empezara a asomar su ardiente rostro por las montañas.
 

En el día y la hora programada, Ulblyn estaba tras el mostrador, mirando fíjamente la puerta. Un reloj de arena estaba a su derecha y, con ese silencio, se escuchaba cómo caían los granitos. Pero su mirada no se desviaba.

Estabaaa cantando por los valless..... la la la

Estaba contento mientras iba en mi caballo al encuentro de mis amigos de aventura, no sabía mucho de ellos en un tiempo, y ciertamente yo quería quitarme de un peso de encima, y vender esas barricas de licor que robe en el campamento pirata, así que me fui a los mejores antros de perdición del lugar, vendi el licor,  y estuve de juerga algunas noches con algunas adorables muchachas...

Andando voy por el camino de tus placeres, oh bella moza que tus abundantes bultos reposannnn

Cantaba contento, bueno, posiblemente demasiado placer, era eso.... Un buen baño, sí, ya no apestaba a troll, y claro esta iba dichoso, porque no hay nada que anime a un hombre que los placeres mundanos de las mujerzuelas en los bares.

Y ahora volver a la realidad y al trabajo, jeje... ¿ohhh que habra pasado con mis viejos compinches??.... la verdad, en esta tierra uno no sabe si los vuelva a ver, tantos peligros ... jeje

Me bajo de mi caballo, y  antes de entrar me meo en una esquina. Miro a mi alrededor y evaluo todo, nada sospechoso al parecer, pero también...¿el primero en llegar?

Me subo los  pantalones y entro al  lugar...

Buenas las tenga señor, recibi su carta...

El mensajero llegó justo a tiempo.

Tras un buen puñado de días de, digamos, absorta meditación en la posada del "Guerrero flotante", el aburrimiento y el hastío producido por el paso de las largas horas comenzaba a asomar por la puerta de mi habitación.

Leídas y releídas todas las páginas de mi libro de hechizos, memorizando los detalles y practicando pequeños trucos; dados todos los paseos posibles por los alrededores de Melvont para invocar y perfeccionar conjuros en soledad y, a ratos, distraerme haciendo puntería con el arco, el mensajero llegó con una carta que prometía aire fresco en un momento en que el ambiente de mi vida diaria empezaba a congestionarse por el estudio, las prácticas y los vasos de vino a partir del atardecer.

Tras el corto paseo paseo que separa los negocios de los dos familiares, llego a la tienda de Negroalciervo. Traspaso la puerta y veo al dueño con la vista clavada en ella, tanto que casi parece no advertir mi presencia.

- Hola Lordo, -saludo a mi pequeño compañero de aventuras con un suave golpe en el hombro- veo que tú también te has decidido a repetir.

Y ahora a esperar. ¿Quién será el siguiente en traspasar el umbral? ¿El grandullón piel verde? ¿Mi querida hermanita, que desapareció sin que hubiese llegado a conocerla como a mí me hubiera gustado? ¿O quizás algún otro errante desconocido que ya haya trabajado anteriormente para el jefe?

Hola Reluë - digo con una sonrisa-  hey la próxima vez deberias acompañarme... la pase de perlas

Le invito a que se siente cerca

Y sí de vuelta al deber, posiblemente sea masoquismo despues de lo que me pasó en la última... pero !qué los Dioses no me tilden de cobarde..  ejejej

Thokk había estado residiendo en una posada cutre, pues no todos querían atender a un semiorco en ese poblado, pero a él le daba igual, si alguno quería bronca le encontraría, pero él no la provocaría, tenía poco que ganar y mucho que perder.

Al menos, los armeros al ver dinero se olvidaban de sus prejuicios y había conseguido comprar una armadura mejor y una lanza de caballería para cuando combatiera en su caballo. No había conseguido mucho más equipo, salvo lo básico para poder hacer otra misión, y cuando recibió la carta no pudo evitar esbozar una sonrisa.

Cuando llegó montando en su caballo a la tienda, pudo ver que allí ya estaban Relüe y Lordo- Buenas sean para vosotros -dijo el semiorco mientras se bajaba del caballo.

Thokk ....  hago una señal de que siga, parece que somos los mismos de siempre, aunque no se si la mujer este por ahi...

Celion se despertó con tiempo suficiente antes del alba para llegar con tiempo a su cita. Huine, como de costumbre, se le había adelantado y lo esperaba sentado en la puerta del refugio. -Nicky, ya es hora.- Le dijo a la semielfa que dormía en un macuto al otro lado de la estancia. Hacía tres días que un roedor les llevó un mensaje del señor Ulblyn y no podían faltar. Con la ayuda de aquel hombre habían podido lograr cierta estabilidad tras un tiempo moviéndose de un lado otro. Pero ahora no era tiempo de recordar.

El elfo se movía ágil y velozmente entre los árboles del bosque con su compañero lobo siempre cerca. Ambos se intuían y se movían siempre al unísono, siempre atentos. Sus oscuros ojos negros nunca perdían detalle de lo que ocurría a su alrededor y ningún casi ningún sonido del bosque escapaba a su agudo oído. La naturaleza siempre estaba ahí para protegerlo y ayudarlo. Pero el trayecto transcurrió sin el menor contratiempo y llegó hasta el lugar acordado a la hora prevista. Sin demasiadas ceremonias cruzó la puerta y se sorprendió ligeramente con lo que se encontró allí. Hasta ahora siempre había trabajado solo con Nicky, pero esta vez parecía que compartiría misión con más gente. "¿Qué será esta vez?" Pensó con cierta intriga. Pero finalmente despejó las dudas de su mente e hizo una ligera reverencia. -Saludos. Mi nombre es Celion y este es mi compañero Huine.- Dijo señalando al lobo que lo acompañaba. Tras su breve presentación, se echó a un lado para dejar pasar a su hermana. Sabía de sobra que nada bueno saldría de tomar la iniciativa por ella por lo que esperó a que Nicky se presentase ella misma. 

El viaje hasta la tienda de Ulblyn había sido aburrido y lento. Solía adelantarme bastante para cubrir el terreno y comprobar que no hubiese peligro alguno. Ni maleantes acechando en la espesura, ni depredadores hambrientos con ganas de llevarse un bocado de tierna carne a la boca. Para colmo, luego me tocaba esperar a Celion, lo que terminaba por irritarme un poco.

Llegamos a la tienda de nuestro contacto y, para sorpresa, no estábamos solos. Observo detenidamente a los que allí se encontraban. Un elfo de aspecto desaliñado, un pequeño mediano que no levantaba tres palmos del suelo y... - Por todos los infiernos! - grito escandalizada al ver mis ojos un ser horripilante. Escupo al suelo mostrando mi más enérgico desagrado - Ulblyn, se te ha colado un orco en la tienda - rápidamente echo mano a la empuñadura de la cimitarra que llevaba colgada en el cinto, pero todavía no la desenvaino pues la criatura no parecía mostrarse agresiva - Esa puñetera carta que nos mandaste no decía nada de orcos...

¿Un hombre con un lobo?, ¿mago?, ¿un antiguo sacerdote de la naturaleza?, es raro que ande con estas bestias, más porque son salvajes y poco confiables, y si ese hombre es su amigo, y entonces entra esta ¿mujer? oh que infulas, me pregunto si gana algo con semejante demostración de tonteria.

Un silvido hondo sale de mi ser, dos personas nuevas, debe ser la misión dificil si es el caso que lleguen dos, y un poco prejuiciosos.  Este Orco me salvó la vida, así que ten cuidado, puede que también te salve el trasero...

Saco algo de beber y doy un sorbo.

Entre otras, soy Lordo... luego sabre si es un gusto o no..

Bebo algo con una sonrisa socayona

Celion se apresuró en poner una mano sobre la que Nicky puso en la empuñadura de su cimitarra. -Cálmate, hermana. Salta a la vista que es un mestizo. Al igual que tú.- Le dijo mirándola a los ojos con un tono calmado. Esperó que esas palabras llegasen para hacerla comprender la hipocresía de sus actos. -Y si está aquí será porque el señor Ulblyn confía en él.- Añadió para tratar de calmar los ánimos de la semielfa.

Después se dirigió al semiorco en cuestión. -Te pido disculpas en su nombre. A veces mi hermana es demasiado... impulsiva.- Acertó a decir tras un instante de reflexión. Si aquel grupo iba a trabajar en conjunto, no resultaría nada bueno  comenzar con hostilidades innecesarias.

- ¿Un mestizo, dices? - comento sorprendida. Por su aspecto la criatura tenía más de orco que de humano. El pequeñín también había hablado en su defensa y para colmo Ulblyn estaba tranquilo ante su presencia. ¿Un mestizo como yo? Pobre criatura... - retiro la mano de la empuñadura y relajo los músculos. - Me llamo Nicky - respondo finalmente tras una larga pausa, sin ganas.

Thokk no pudo evitar mirar a los elfos que llegaban, con los elfos siempre tenía problemas, siempre, salvo con Relüe, y uno venía acompañado de un animal.

Esto pinta mal -pensó, pero optó por ignorarlos como hacía siempre. No sería él quien empezara una discusión como todos esperaban que fuera, y ahí empezó a hablar la chica recién llegada. Un gruñido y él también llevó la mano a su mandoble que tenía en la espalda. Ya había partido humanóides por la mitad, y sus compañeros darían fé, pero no daría el primer paso, y entonces el otro elfo habló.

Relajó la posición pero no se dignó a mirar a la mujer- Pues puede que si queréis mantener la imagen de "los elfos son buenos" tengáis que ser más cuidadosos con las amenazas. Estoy harto de que los elfos me juzguen por la sangre que corre por mis venas y no por mis actos -entrecerró los ojos y miró a la mujer- ¿Tú elegiste a tus padres? Yo no, pero tengo que cargar con el odio cuando no he hecho nada, puede que solo ayudar a muchos desagradecidos -se giró y miró al dueño de la tienda- Deberías de avisar que viene sangre nueva y explicarles lo que hay, que si no pasa lo que pasa.

No mencionó su nombre, y si querían mencionar normas de educación que lo hicieran. 

Se estaba cansando de tener que dar explicaciones cuando nadie lo hacía.

Durante unos instantes la situación se vuelve lo bastante tensa como para distraerme de mis pensamientos, pero no lo suficientemente preocupante como para pensar que la sangre vaya a llegar al río. Dejo que los ánimos se vayan apaciguando, antes de intervenir.

- Es un buen muchacho, el grandullón. -apoyo las palabras de defensa que ya han hecho Lordo y el propio Thokk.- Creo que agradeceréis tenerle de compañero. - no censuro la reacción de la chica de mi raza; es perfectamente comprensible que un orco (aunque no sea de pura raza) no nos resulte... amigable, así, de buenas a primeras.

Por cierto, yo me llamo Reluë -me presento, cambiando de tema, sin poder evitar pronunciar mi nombre con cierta petulancia, como si ya fuese el del famoso mago que pretendo llegar a ser.

Y ahora, señor Negroalciervo, si ya estamos todos...

Ulblyn miró a unos y a otros sin mudar la expresión de su rostro. Les había llamado presuponiendo que algo así pasaría, y no se había equivocado, como era obvio. Se mantuvo en silencio hasta que todo pareció calmarse, aunque la tensión seguía en el aire.

Las rivalidades... Seguramente más de uno no sabría responder por qué se odiaban los pades de vuestros padres. Aquí hay una evidencia clara de que sangre élfica y orca pueden trabajar y simpatizar a la perfección.

Dejando ese tema atrás, y esperando que nadie comentara más, procedió a relatar la misión

Ambos habéis trabajado para mí en la hora de localizar a los que tratan con esclavos y a liberar a esas personas de su condición. Y me temo que, al tirar del hilo, salen cada vez más y  más cosas.

En vuestra anterior misión dijo, mirando a Lordo, Reluë y Thokk recuperásteis dos trozos de jade. Realmente forman una llave, que aquí os entrego. La dejó sobre el mostrador. No se si conocéis quién era Vórbyx, pero os haré un pequeño resumen

Vórbyx era una criatura de naturaleza desconocida que, antaño, consiguió unificar las distintas tribus y razas enfrentadas en esta dura tierra. Se dice que fue rey de Zhar. Los ogros y orcos reclaman por igual que era uno de los sullos, pero por lo que se sabe podía haber sido cualquier cosa. Sea como fuese, sus hazañas merecen un lugar en la historia de la región del mar de la Luna.

Unos amigos acampan en ocasiones sobre un altiplano elevado cuando se ven obligados acruzar el extremo sur de Zhar. No saben lo que hay en su interior, pero yo creo que sé lo que es: La Atalaya de Vórbyx. Es una atalaya que se dice que edificó Vórbyx para ver llegar las amenazas desde lejos. Quiero que vayáis y la investiguéis. Que me contéis que hay allí.

Claro está, todo esa zona estará lleno de peligros, como siempre.

- ¿Tienes alguna ligera idea de lo que esperas encontrar allí? - pregunto de forma directa a Ulblyn, ignorando el echo de que nos obligue a trabajar junto a varios desconocidos. No me hacía gracia, pero el señor Negroalciervo era de confianza, así que debía suponer que la gente con la que trabaja también lo es.

Sí,  ¿hay algo que realmente le interese?, Pagarnos por investigar es extraño- pienso.

- ¿Y la llave? -pregunto mientras la cojo del mostrador para observarla de cerca. Los trozos de jade se salpican de brillos al reflejar la luz que entra por las ventanas.- ¿Qué tiene que ver la llave con ese Vorbyx y esa supuesta atalaya?

Celion observó con detenimiento la llave que Ulblyn les entregaba. Sin duda parecía un objeto curioso cuanto menos ahora que les había sido revelada su finalidad. El druida no tenía conocimiento del aquel atalaya que debían explorar y aquello le causaba cierta inquietud. -¿Sabe algo más de ese atalaya? ¿Alguna leyenda o canción que lo menciones? Las historias que se transmiten con la tradición siempre portan algo de verdad entre sus palabras.- Pregunta el elfo con su habitual tono tranquilo y sosegado.

Una vez hizo pública su duda, Celion se mantuvo en silencio para escuchar cualquier respuesta o para dejar hablar a cualquiera de los allí presentes. A él no le importaba tanto los objetos que allí se puedan encontrar como el origen del atalaya en sí.