Partida Rol por web

Elvar avanzó en posición defensiva hacia los trasgos.

Habían conseguido reducir drásticamente su número, pero no sabían cuantos más habrían en aquel lugar, era una locura ir contra ellos sin saber nada del enemigo.

Chui avanzó junto a Xaod confiando en que se rindiesen. Era innecesario matarlos y parecía obvio que eran un rival superior a ellos.

El grupo de aventureros avanzó hacia los trasgos que estaban en la puerta del templo. Mientras tanto el paladín trató de convencerles de que huyeran, pero lejos de lograr aquellos, ambos decidieron dejar su posición y enfrentarse a él, pero Galimatías se puso en medio y decidieron eliminarle a él primero, por fortuna el hombre pájaro era suficientemente rápido como para esquivar ambos golpes.

Viendo que aún necesitaban más sangre para que su corta inteligencia les hiciera ver que era mucho mejor rendirse y hablar que enfrentarse a aquel grupo de poderosos aventureros, el paladín cargó contra el más cercano. Pero en el último momento su espada se le soltó de la mano dejándolo indefenso ante aquellos seres.

Xaod había fallado en su empresa, pero el pequeño gnomo no iba a dejar que dañaran a su amigo. Así que, armado como estaba con su ballesta, volvió a disparar un virote contra sus enemigos,
 

Las alas de Galimatías no sólo le servían para atacar, como estaba demostrando en ese combate. Sus movimientos eran rápidos y precisos, consiguiendo desviar los ataques de los grandes trasgos sin ningún problema. Aprovechando que uno de ellos no conseguía enderezar su arma tras la última defensa de Galimatías, aprovechó para asestarle dos buenos golpes con sus armas aladas

Entre Galimatías y Nierethi lograron acabar con los dos últimos grandes trasgos que había en la entrada. Por suerte la espada de Xaod no llegó a dar nadie, así que la pudo recoger sin problemas.

Habían cumplido con su objetivo y habían dejado la entrada libre de peligro. Ahora debían decidir si adentrarse en las ruinas de aquel edificio, o por el contrario rodearlo e investigar la torrecilla que había más atrás, o la caseta que parecía estar al fondo.
 

Miro a Elvar y le digo en tono amistoso:

-¿Puedes mirar si llevan algo de valor que pueda sernos de utilidad en ese maldito templo?

¿Cómo un mapa o las llaves de la casa? Claro que sí.

Elvar sonrió al caballero, parecía más amigable y menos estirado que hasta ahora, eso sería bueno para el grupo si lo mantenía un poco más. No todo en esta vida era bueno o malo, blanco o negro. Los extremos, tanto para un sitio como para el otro sólo traían desgracias.

Se acercó a los cuerpos caídos y los registró

Galimatías sacudió sus alas y se acercó la que tenía herida al rostro. Contempló que había sido una herida limpia, que la saeta había atravesado su extremidad y que no había nada que se hubiera roto o quedado clavado. Así que no vio necesaria la curación, habría que reservarla para más adelante.

Contempló entonces la situación del lugar y lo que había.

Creo que sería conveniente ir a los edificios más pequeños, no creo que el enemigo sea allí tan numeroso y puede que encontremos algo interesante y útil

¡Estoy de acuerdo contigo, Galimatías! ¿Qué tal si empezamos por la torrecilla esa que hay ahí? Dijo señalándola.

Mientras decidían un lugar hacia donde dirigirse en aquel momento. Elvar se disponía a registrar a todos los cadáveres que había allí. Tanto a los grupos de la entrada, como a los que estaban en las puertas.

EL paladín había sugerido al pícaro Elvar que registrase los cuerpos de los grandes trasgos, mientras el resto discutía por donde continuar:

-Esperemos a ver si llevaban algo de utilidad, pero creo que tenéis razón de continuar por edificios más pequeños, es una buena idea.

Nada de interés. 

Elvar apiló todo lo que había encontrado e hizo un montón. Cuando salieran de allí, y si continuaba en el sitio, quizás pudieran venderlo.

Lo que encontró fueron unas cuantas espadas largas, jabalinas, escudos de madera y armaduras de cuero. Nada más que fuese de utilidad.

Miro lo encontrado por Elvar en los trasgos y digo:

- Quizá esas jabalinas podrían sernos de utilidad, nunca se sabe, y el resto si nadie lo necesita pues no creo que nos sirva de mucho.

Me adueño de un par de jabalinas y luego miro a Galimatías y a Nierethi y digo:

-Pues hacia la torrecilla esa, ¿paso delante o prefieres ir tú, Elvar?

Los caballeros primero

Elvar hizo una extraña reverencia al paladín

Pero no iré muy lejos de ti

Perdemos demasiado el tiempo con palabras dijo Galimatías, poniéndose en marcha, en primera fila, poniendo sus sentidos a disposición del grupo

Xaod lidera la marcha hacia esa torrecilla que han indicado Galimatías y Nierethi, escudo embrazado y espada desenvainada, a la distancia adecuada el paladín se detiene y se concentra para activar su poder para detectar el mal a distancia. Luego prosigue su camino o revela dicha información a sus compañeros para que se preparen.