Partida Rol por web

Más túneles, lógico pero a la vez extraño, ¿que sentido tenía el hacer entonces el conducto por el que había pasado? ¿simple ventilación?. Era un problema no saber nada de minas para saber si era algo inofensivo u otro grave problema como la criatura anterior. De todos modos era mejor seguir, aunque fuera en busca de un lugar en el que reagruparnos.

Los aventureros continuaron andando por la planta de arriba después de haber dejado abajo la vagoneta. Atravesaron un camino algo más estrecho para luego dar a una nueva caverna donde las vías hacían un giro de casi noventa grados. Tras andar varios minutos y recorrer unos dos cientos metros, esta vez en línea recta, llegaron a una nueva cueva que parecía ser un sitio habitado. 

El suelo está bastante liso y está limpio. La pared norte está cubierta de barro, como enlucida, con muchos cristales brillantes de color verde azulado incrustados. Hacia el sur la cueva continúa, pero no se puede ver qué hay allí sin adentrarse. La otra opción era continuar por las vías y seguir avanzando.

Al final encontrábamos algo más que túneles mineros, pero debíamos tener presente que continuábamos en una zona peligrosa, por lo que evitando hacer comentarios señalo la cueva conforme preparo mi arma.

Bien tras seguir avanzando llegamos a una zona trabajada, puede que se encuentre algo interesante así que me preparo junto a Cristal para ver que podemos encontrar en esa cueva.

En la parte oeste de la pared hay una cama de casi tres metros de diámetro, hecha de hongos, hierba y paja, como si fuera un gran nido. Unos cuantos objetos metálicos centellean en la cama. Parece que hubiera algo escondido en el nicho. 

Al observarlo con detenimiento parece que hay un total de 33 piezas de cobre repartidas por el nicho, parecen estar colocadas estratégicamente por el brillo que desprenden. 

Cass detuvo al resto con la mano y se acercó para examinar el "nido". Tan solo unas piezas de cobre. 

-Si es un cebo, es el más triste que veo en mucho tiempo -dijo. Tiene más pinta de ser cosa de algún animal, como los cuervos que capturan objetos brillantes y los llevan a su nido... Voy a echar un vistazo pero creo que deberíamos ignorarlo y buscar otro sitio donde acampar

Cass se levantó con las manos vacías.

Lo dicho. ¿Nos vamos?

Galimatías no era muy dado a robar nada, por mucho que fuera de criaturas perversas y depravadas. Incluso el mal tenía su cara de bondad, aunque no quisieran admitirlo. Además, el hecho de que ese lugar parecíera un nido... No le decía nada bueno.

Sigamos por las vías antes de que la criatura que duerme aquí vuelva

Al final de los carriles se encuentra una plataforma de madera de 40' de altura. Hay una cinta transportadora, accionada a manivela, en la parte oriental de la plataforma, con piezas en forma de pala adheridas, que al parecer era usada para transportar materiales desde el suelo de la cueva hasta la plataforma.

También se puede ver que el techo ha sido intensamente excavado para sacar mineral. 

¡No vais a tocar mi tesoro! Gritó una voz.

Cuando alzasteis vuestras cabezas, sobre vosotros estaba volando un dragón verde, no era excesivamente grande, pero sí lo suficiente como para que supusiese una terrible amenaza sobre el grupo.

Cass se quedó congelada al escuchar aquella voz y descubrir que pertenece... a UN DRAGÓN!!!

-U-u-un... dragón! -dijo, señalando como una idiota.

No puede ser, como hay aquí un dragón, aunque no sea grande no estamos en las mejores condiciones para combatir:

- Perdonad gran señor pero no sabíamos que era vuestro tesoro - ojala haciendole la pelota un poco se calme - si nos lo permitís podemos ayudaros a que vuestro tesoro crezca, incluso con monedas de oro.

Las plumas de Galimatías se hincharon al ver al dragón, y sólo consiguió mover la garra hacia atrás, dispuesto a huir. Eran pocos y la amenaza de un dragón era demasiado para ellos. Lo había comprobado cuando intentaron entrar en el primero edificio con ese dragón.

Dispuesto a huir, se quedó esperando a ver si la estratagema de Kendra funcionaba.

¿¡Qué demonios hacía un dragón aquí!?

El intentar enfrentarlo era casi una sentencia de muerte, afortunadamente Kendra fue rápida con la palabra, aunque eso pudiera suponer quedarnos sin nada si debíamos entregarle todo... pero lo prefería a perder la vida. De todos modos, estaba preparada para pelear si eso fuera necesario.

¿Tesoro? ¡Genial! Gritó el dragón sin tener que empezar a escupir a los aventureros. Empezad a soltar todas las monedas que tenéis, a ver si es suficiente para que os deje pasar. ¡Dádmelo todo! ¡Sed generosos y no juguéis conmigo! ¡Os tengo demasiado cerca para acabar con vosotros escupiendo mi aliento! 

Galimatías miró a Kendra, y asintió. No le quedó otro remedio. Era cierto que él no era muy apegado al oro, pero no le hacía ninguna gracia tener que dárselo a un dragón. Aún así, era el único camino.

Con un gesto rápido, de entre sus plumas sacó un saquito de tela y lo volcó. 170 monedas de oro era lo que tenía en su poder.

¡Ahí no hay ni 200 monedas de oro! ¡Es una birria! Dijo mirando al resto de aventureras. ¡No me hagáis enfadar!

Cass vació su bolsa pero sólo sumaba 84 monedas de oro. La mediana se temía que el draco no iba a darse por contento con aquello.

-Nadie quiere hacer enfadar a una criatura tan espléndida como vos, oh , poderoso draco! Es todo lo que llevamos encima, ni más, ni menos. ¿Podemos ofreceros nuestra ayuda a cambio de que perdoneis nuestras miserables vidas?