Partida Rol por web

En Búsqueda de la Razón (No concluida)

Preludio: Julio Desnoyers

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19/12/2010, 18:36
Director
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21/12/2010, 05:04
Director

Los gritos de la mujer aun los escuchas en tus oídos,  son como golpes secos en tu corazón.  Le gritas que calle que pare, que  deje de torturarte, pero ello no escucha y sigue y sigue.

Las obras de arte parecían morir con los gritos de Margarita.

Los demás parecían amenazantes, y podías sentir como te apuntaban con el dedo algunos por la muerte de la mujer.

Egoista, Monstruo, Mátalo, sí eres un hombre..

Posibles palabras inconexas pero para ti tienen un significado.

Recuerdas que tomaste una silla y la partiste al estrellarla con el suelo, recuerdas que trataron de detenerte y que los demás del clan te agarraron con fuerza para calmarte, eso hasta que llego alguien mucho más fuerte, posiblemente un brujah te inmovilizaron.

Seguias escuchando las voces aún hasta que todo se volvió negro.

Despiertas en una casa desconocida. La cama es hermosa, y las paredes decoradas a la última moda. Por alguna extraña razón, a pesar de que estas muerto, te duele la cabeza.

Puedes ver un cuarto de baño lujoso al fondo, y una especie de sala interior en la habitación.

Sientes un temblor repetitivo en las manos  y un cosquilleo en tu cuerpo. Por alguna rara razón sabes que no has salido de la ciudad.

Te levantas extrañado. No sabes cuánto tiempo ha transcurrido, en realidad no sabes que pensar. Pero todo se responde cuando una criada ingresa y te deja una copa de vitae.

Mi señora Carlotta me pidió le informara que está en su mansión, que después de su desayuno vendrá a visitarle.

¿Carlotta?, estas sorprendido, qué hace la primogénita del clan acá ¿qué busca?

Eso era tan poco común que no comprendes que sucede.

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21/12/2010, 11:59
Julio

 Miro a la criada con cara de incredulidad y, cuando deja la copa sobre la mesilla de noche, ni siquiera acierto a articular un "Gracias"

- Carlotta... no puede ser. - Pienso como intentando ordenar mis ideas.

- Ayer... ¿qué me pasó? Fue una pérdida de control absoluta... Cuando vi a todos aquellos ególatras presuntuosos juzgándome mientras Margarita no dejaba de increparme... No pude soportarlo más.

Me siento sobre la cama y tomo la copa de vitae entre mis manos. El contenido está tibio.

- Sin duda Carlotta debe ser ese tipo de mujer que piensa en todo y deja en ridículo a los desastrados como yo.

Hundo mis ojos en los reflejos de la sangre que llena la copa. Balanceo el preciado líquido dentro del exquisito recipiente y contemplo como las paredes de cristal se van manchando de carmesí a cada nuevo empujón del macabro oleaje. Mis pies desnudos se aferran con fuerza al revestimiento de fina madera que cubre el suelo. Mi camisa abierta deja al descubierto mi pecho, cuya palidez marmórea evidencia la necesidad que tiene mi cuerpo de aquel líquido que juguetea entre mis manos. Las alas negras y deshechas de lo que ayer debió ser una pajarita cuelgan a ambos lados de mi cuello, sobre la blanca camisa.

Ahí en el suelo, están mis zapatos. Mirándolos bebo el contenido de la copa de un trago. El divino líquido se derrama por mi garganta, devolviendo a mi maltrecho cuerpo y aturdida cabeza gran parte de su perdida compostura.

Miro en derredor. No quiero admitirlo, pero mis ojos buscan a Margarita, y no la hallan.

Dejo la copa vacía sobre la mesilla, en el lugar exacto donde la dejara la criada. Me calzo los zapatos y me dirijo al baño, mientras me quito la arrugada camisa y la dejo sobre una silla que reposa cerca de la entrada del lavabo.

- Si la primogénita del clan Toreador ha de venir a verme, lo menos que puedo hacer es mostrarme presentable. - Pienso, con una pizca de vanidad.

Abro el grifo y dejo que el agua corra hasta que sale tan caliente como para emitir un intenso vapor que empaña el espejo. Tomo un buen puñado de agua con ambas manos y baño con ellas mi cara, dejando que las calientes gotas de agua resbalen también por mi torso. El calor del agua siempre me ha reconfortado en momentos de tensión.

Cuando creo que me siento algo mejor, me seco con la toalla, que dejo en el mismo lavabo y recupero la camisa para volver a vestirme. Veo la americana sobre un galán de noche que reposa en una esquina, pienso que si me la pusiera disimularía lo arrugado de la blanca camisa.

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22/12/2010, 05:01
Director

Te vistes en silencio, mirando de reojo por encima de tu hombro para ver sí Margarita está ahí, pero no, no está. Posiblemente se encuentra aún molesta. Las mujeres son temperamentales al extremo de dejar de hablar por algunos días.  Oh Margarita, tan hermosa y tan encantadora. Aún no puedes evitar sonreír  como un tarado al pensar en ella. Su aroma no está cerca y su piel tampoco, ¿Dónde estará tu dulce dama?

De repente, mientras estas frente  al espejo  recuerdas el porqué te vistes. La primogénita quiere verte. A veces pareces olvidar rápido los problemas. Sonríes al ponerte la ropa y verte presentable, cuidas meticulosamente tu cabello, y te aseguras de estas perfumado y  presentable para la ocasión.

Es curioso, ¿qué deseara, esa mujer?, ¿Por qué alguien con tanto poder te ofrece refugio y quiere hablar con tigo?

Nada parece tener sentido.

La criada vuelve a entrar con una jarra  y llena la copa de vitae de la cual ya has tomado. Adicionalmente, deja otra cerca, servida en la salilla de la habitación. No puedes dejar de pensar que esta habitación parece la suite de un gran hotel, tiene de todo.

La criada se mantiene cerca,  tiende tu cama y ordena algunos enceres.

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23/12/2010, 23:14
Julio

 Contemplo a la criada como realiza su trabajo con diligencia mientras me acabo de arreglar el pelo con las manos.

- ¿Cree que estoy presentable? - le pregunto a la criada, con media sonrisa seductora - No quisiera causarle una mala impresión a la señora Carlotta.

Mi mirada va de la criada a la jarra con la vitae. Al ver la copa adicional, creo que la primogénita va a tener a bien compartir el líquido vital conmigo. ¿A qué deberé tanto honor? Pienso con orgullo. Por tanto, reservo deleitarme con un nuevo trago a tener compañía.

Mi mirada ávida de respuestas, viaja ahora desde la mesita donde reposan las copas hasta la puerta de entrada de la habitación. Ansioso de ver cómo se abren y dejan paso a mi anfitriona.

De repente, como aguijoneado por una mezcla de temor y culpabilidad, miro el resto de la habitación de reojo, por si Margarita estuviese ahí. Temería su ira al verme nuevamente flirteando con otra mujer.

Tras unos instantes de duda, me asalta el convencimiento que el episodio de la exposición habrá causado un enfado importante en Margarita y que, por tanto, ésta se negará a volver a verme durante el tiempo que ella considere razonable para hacerme sufrir su ausencia. Esto me alivia levemente al eximirme de su escrutadora mirada, pero seguidamente me apena por haberla decepcionado de alguna forma que aun no alcanzo a comprender.

Notas de juego

 Si te parece razonable, siempre que Julio está en presencia de alguien, para lograr mayor majestuosidad a su natural elegancia, utiliza la disciplina de Presencia a nivel 1 (Fascinación). Esto vale tanto para la presencia de la criada como para la futura presencia de la tal Carlotta.

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24/12/2010, 04:34
Director

“Oh si señor, esta espléndidamente”. Responde la criada (que no es fea) con una sonrisa. Termina de limpiar algunas cosas (que se veían limpian en realidad, pero lógicamente su ama le exige total pulcritud) y se dirige hacia la puerta haciendo una venia.

En ese mismo instante una mujer muy hermosa, elegantemente vestida ingresa a la habitación. Mira a la criada, hace un gesto de aprobación y ella se retira, no sin antes cerrar la puerta. La presencia de la mujer es superior y su sóla ahora establece poder.

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24/12/2010, 04:35
Carlotta London

Oh mi querido Julio.  Me dirijo hacia el saludándolo con total etiqueta. Sonrió al verlo ahí parado esperándome, seguramente se preguntará él porque he venido, pero ciertamente sí es inteligente podrá imaginárselo. Espero qué hayas dormido en tú día, le sonrió de manera dulce, me tome el atrevimiento de traerte a mi casa, después de la última y penosa situación, donde al final te desvaneciste.

Camino elegantemente hacia la mesa y me siento mirándole a los ojos, me encantaría saber su explicación del suceso.

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24/12/2010, 09:41
Julio

 La presencia de tan espléndida mujer me aturde unos instantes, los que ella utiliza para despedir a la criada y sentarse en la mesa, cerca de las copas. Avanzo hacia ella y también tomo asiento.

- Sí. Ha sido un hecho desconcertante. Embarazoso... - Una sombra me nubla el rostro cuando los recuerdos de la anterior noche se me agolpan nuevamente en mi cabeza, como un descontrolado caleidoscopio de imágenes inconexas - Pero que sin duda prefiero olvidar. Supongo que perdí el control.

Tomo la copa de vitae con mis manos y miro las suyas. Blancas, finas... transmiten la sensación de ser delicadas pero firmes al mismo tiempo. Las manos son un reflejo de la personalidad, según dicen.

- Esta exposición cobró demasiada importancia en los círculos heterodoxos, que son en los que se mueve mejor mi obra, como seguro ya sabrás. - Alzo la mirada para deleitarme con la contemplación de sus ojos - Acumulé demasiada tensión las noches previas a la exposición. Eso debió hacerme explotar.

Hago un pequeña pausa.

- Aunque tengo que decir que esta noche ya me encuentro mucho mejor. Sin duda gracias a tu inmejorable hospitalidad. - le digo mientras alzo la copa en su dirección en señal de brindis. Espero un segundo cortés, por si ella acepta brindar conmigo, y acto seguido bebo de la fina copa con placer y fruición.

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26/12/2010, 02:06
Carlotta London

Lo miro y estoy atenta a su respuesta, evidentemente me esperaba algo así. Julio, he de decirte que estoy preocupada, verás, tu sabes lo importante que es para el clan la etiqueta y los buenos modales, lo que. Hago una pausa mirándolo a los ojos. Sucedió pone en riesgo la fama y respeto que has conseguido en el clan.

Entenderás que lanzar sillas y agredir a otros de nuestro mismo clan, es, simplemente vergonzoso... e inaceptable.

Miro al suelo, No sé, sí eres consciente que ese acto te puede traer la desgracia a nivel artístico y la vergüenza social entre los nuestros...

Lo miro entonces a los ojos. Sin embargo, yo, bueno, he notado que tienes talento y quisiera proponerte un trato donde nos veríamos “mutuamente” beneficiados.

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27/12/2010, 00:55
Julio

 - Supongo que la excentricidad del artista no me sirve como alegación. - dejo caer el chiste con la esperanza de aligerar algo de carga a la tensión del momento.

La miro atentamente a los ojos cuando me comenta su propuesta.

- Si ella no lo remedia, seré un paria social a partir de ahora. - pienso mientras la miro - Lo que soy capaz de recordar de la otra noche es suficiente como para sufrir esa especie de destierro que ella me comenta, y seguro que no recuerdo todo lo que sucedió, así que no puedo más que agarrarme al clavo que ella me señale, aunque este esté ardiendo al rojo vivo.

- Bien, hablando con la seriedad que el momento requiere... creo que debo escuchar tu propuesta, pues a mi no se me ocurre cómo reparar el daño causado, a pesar de ser tristemente consciente de la involuntariedad de mis acciones.

Dejo nuevamente la copa, ahora vacía, sobre la mesa. Me reclino en la silla y escucho atentamente lo que tenga que decirme.

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27/12/2010, 04:05
Carlotta London

Escucho su respuesta y en realidad me sorprende su humor frente al asunto. Espero que no tome esto como un juego y que note la importancia de lo que estoy hablando.

Escucha Julio, digo de manera confidente y simpática (aspecto propio de su presencia y de su jerarquía), en realidad siento que no me debe importar tus problemas personales, lo miro al rostro con mis ojos azules, es más, lo que te ocurre a nivel personal no es algo que sea de mi incumbencia y tampoco quiero saber detalles.

Poco me importan sus problemas personales, es algo que a este nivel para mí son irrelevantes.

Sin embargo creo que si esas dificultades ya han llegado a cierto nivel público, creo. Me corrijo, no estoy segura de que debes hacer algo al respecto.

Ahora bien Julio, yo tengo un problema. Le digo de manera confidente e inteligente. Es un problema que afecta al clan, y qué en estos momentos me molesta enormemente. Ese problema no tiene que ver con tigo, pero  estará relacionado com tigo, hago una sonrisita, sí aceptas claro.

Mi problema Julio son los malkavians de la ciudad,  lo miro de frente, la primogénita  ha estado metiéndose en asuntos que no le competen y están amenazando nuestros negocios.

¿qué tiene que ver esto con tigo dirás? Hago una pausa mientras  me acerco utilizando mis habilidades sociales.

Pues bien, Julio, tu “crisis” me ha dado pie para hacer una acusación formal hacia ellos ante el Eliseo, argumentaré que, en una de nuestras reuniones sociales, se te han metido en la cabeza y te han manipulado.

Hago una pausa observando su reacción no verbal frente a lo que acabo de decir.

Sí es así, el resto de los nuestros no te  rechazaran, ni te impondrán sanción por la vergonzosa escena que acabas de protagonizar, y se te justificará tus acciones... por esta vez.

Espero que comprenda que es una única oportunidad.

Entonces, sí apoyas mí propuesta, tú te veras beneficiado y yo también. Lo miro a los ojos, pero tú, mi querido Julio, deberás, hacer algo para  solucionar tu dificultad, sea cual sea que sea y ahí va mi segunda propuesta, claro, sí aceptas la primera.

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27/12/2010, 15:11
Julio

 La voz de Carlotta es convincente y seductora, me atrae hacia ella como si millones de garfios microscópicos se agarrasen a los poros de mi piel y me arrastrasen hacia su ser. Tanto, que entiendo su razonamiento y lo comparto como si fuese propio.

Arqueo una ceja cuando oigo la solución que me propone y una sonrisa incontenible se dibuja en mi rostro.

- ¡Es estupedo! - pienso - Este es el clavo al que tengo que asirme. Y no parece demasiado complicado. Un favor, diría yo, pues a ella le servirá de ayuda, pero a mi me salva prácticamente la vida.

- Había oído que posees tanta inteligencia como hermosura, pero al verte pensé que deberían estar exagerando, pues es difícil igualar el listón que tu presencia impone. Ahora veo que no exageraban y me alegro, pues es un plan brillante.

Hago una leve pausa antes de proseguir.

- Por supuesto que acepto, sería idiota si me negase. Pero me temo que tu segunda propuesta no me va a parecer tan placentera. ¿Me equivoco?

- Me temo que con la segunda parte del trato el clavo va a comenzar a calentarse. - Pienso para mis adentros.

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27/12/2010, 16:44
Carlotta London

Verás Julio, en realidad, sí tu no haces nada para solucionar tu problema. Sonrió. Mi argumento se irá por el caño, porque... la gente notará que sigues mal.

Lo miro al rostro teniendo especial cuidado con mis palabras.

Hay un sitio, no es muy conocido, lo que es fabuloso para muchos. Lo digo suavemente. Es un centro de ayuda para cainitas con problemas emocionales. Bueno suena eso más bonito que decir manicomio, pienso, sin embargo debo convencerlo de que asista. El médico que lo dirige tiene  fama confiable, y garantiza total y absoluta reserva.

Lo miro. Sí vas al centro, por la temporada que sea necesaria,  y te recuperas, mi alegato ante el Eliseo será confiable, y tanto tú, como nuestro clan, estaremos bien...

¿qué opinas querido?

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27/12/2010, 17:36
Julio

- He aquí el calor del hierro - pienso con resignación.

- Es decir, un manicomio para vampiros - le digo, con cara de estupefacción - Sé que suena paradójico, pero... ¿no te parece eso una locura?

Agito la cabeza a lado y a lado, como intentando negar la situación. Llevo mis manos a mi cara, ocultando mi rostro y restregando mis ojos hasta que se ponen rojos.

- Entiendo tu postura, Carlotta. - le digo, recuperando la serenidad, una vez he ordenado algo mis pensamientos. - Y entiéndeme, agradezco mucho tu oferta... pero hay un problema en todo esto.

La miro, como buscando las palabras que puedan expresar los que tengo que decir de forma que no ofenda a mi anfitriona. Me pongo de pié, ando de un lado a otro de la habitación. Vuelvo a mirarla, abro la boca como para hablar, pero no consigo hilvanar una frase que encaje con lo que quiero expresar.

- Bufff... es tan difícil explicar lo que siento, Carlotta. - Le digo, abatido. - La oferta que me haces es inmejorable, pero amo esta locura... aunque quizá este amor que siento es parte de la misma locura y también deba desterrarse, pero... ahora mismo no quiero perderla.

Me dirijo a una de las ventanas de la habitación y acciono la persiana para poder ver a través de sus listones. Dejo que mi mirada se pierda en las calles iluminadas por las fantasmagóricas farolas, que otorgan ese aura mortecino y monocromático al asfalto y todo aquello que lo rodea.

- La amo. Amo a Margarita. Siempre la amé, y más aun después de su muerte... desde entonces no se ha separado de mi, más que breves periodos de tiempo. - le confieso a la primogénita de mi clan - Me ofreces la cura a esta locura, cuando esta locura es la que ata a Margarita a mi lado. A mi amor... desde hace ya casi un siglo.

Vuelvo a mirarla cara a cara.

- ¿Sabes lo peor de todo? Creo que desde siempre sé que se trata de una locura. Creo que la llaman Esquizofrenia... pero me abandoné a ella por amor... ¡Por amor! - Mientras pronuncio estas palabras, unas lágrimas de sangre brotan de mis ojos y caen, como corredores suicidas, mejillas abajo. Seco las lágrimas con mis propias manos, de forma instintiva, antes que se lancen al vacío y se estrellen contra mis ropas.

Avanzo un paso hacia ella, como para ganar firmeza en mis palabras - No espero que me compadezcas ni que comprendas lo que siento, pero me gustaría que entendieses lo difícil de la elección que me propones y que entiendas que no puedo darte una respuesta hasta que no lo haya meditado profundamente.

Notas de juego

 Siento poner las cosas difíciles, pero creo que es lo más indicado dado el calibre de la elección que ha de tomar Julio. Si lo curan, jamás volverá a ver a Margarita.

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29/12/2010, 04:21
Carlotta London

Estoy sorprendida frente a las palabras de Julio. Mmm realmente está más loco de lo que creia, pienso en mi interior, mientras externamente  le sonrio mostrandome aparentemente interesada.

Oh Julio entiendo, pero, ¿tus prioridades cuales son?, sí no aceptas estarás destruido, y yo no podre hacer nada para evitarlo. Sonrio. Piensalo.

Es curioso, ilusamente curioso.

Es tu elección al final de cuentas.

Hacer creer a las personas que tienen elección sobre algo hace que ellas crean que tienen el poder... cuando no es cierto.

Me levanto, y le beso la mejilla.

Queridisimo Julio, espero tu respuesta...será por el bien del clan.

Y salgo de la habitación

Notas de juego

Cita:

Siento poner las cosas difíciles, pero creo que es lo más indicado dado el calibre de la elección que ha de tomar Julio. Si lo curan, jamás volverá a ver a Margarita.

Jeje ni te preocupes que todo esta presupuestado.

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29/12/2010, 04:29
Director

La mujer sale de tu presencia y tu te sientes confundido, y emocionalmente abatido. Margarita es tuya al final de cuentas, nadie te la quitará... nadie.

La criada ingresa casi inmediatamente que la primogenita se ha marchado y te informa que tu conductor te esta esperando. Al parecer la reunión había terminado.

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30/12/2010, 00:51
Julio

Miro a la criada, como cayendo de pronto en la cuenta que mi presencia ya no es necesaria en aquel lugar.

- ¡Ah! Sí, bien... Por supuesto - le digo a la criada mientras recojo mi gabardina y me dirijo a la salida de la estancia. Antes de salir de la habitación, me detengo bruscamente y me dirijo nuevamente a la criada - Por cierto, debo ponerme en contacto con madame London, ¿Podría facilitarme un número de teléfono al que dirigirme, s'il vous plaît?

Tras tomar buena nota del teléfono en mi móvil, sigo a la solícita criada a través de los pasillos y antecámaras hasta la salida del edificio. Al salir a la calle, me encuentro a mi fiel Henry, al pié del Lexus. Al acercarme, me abre la puerta, como de costumbre. Cuando ambos subimos al coche, converso con él:

- ¿Qué tal Henry?

- Cuando me sacaron de la exposición inconsciente, ¿qué pasó con Kumiko? - hago una pequeña pausa - Espero que esté sana y salva. Me aterra la idea de dejarla sola entre tanto sangsue*.

Notas de juego

 *Sanguijuela en francés.

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30/12/2010, 04:32
Henry Landrú

Veo  como mi jefe sale por fin de esa mansión, llevo horas esperándole. Lo Hubiera  sacado yo mismo después del escándalo que protagonizó, pero los hombres de la primogénita se abalanzaron hacia él como pirañas. No se preocupe señor. Le digo votando el cigarrillo por la ventana. Lleve a la señorita Kumiko a la casa, quiso acercarse a usted, pero no la dejaron, le aseguraron que estaría seguro, sin embargo me ha estado llamando obsesionada cada 15 minutos preguntando por usted. Hago una sonrisita pícara. Seguro estará feliz de verlo.

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30/12/2010, 18:46
Julio

 - Claro, Henry... - escucho vagamente lo que me dice, pues mi cabeza está en otro lugar - eeer... llévame a casa, quiero cambiarme de ropa.

Mis ojos se pierden por entre las calles que vuelan al otro lado de la ventanilla. La noche sufre el incesante látigo de las luces artificiales que asaltan a cada esquina. Mientras el coche se desliza atravesando las arterias de París, mi mente divaga intentando sopesar los pros y contras de la propuesta que me ha brindado la hermosa Carlotta, pero el esfuerzo se vuelve infructuoso porque a cada nuevo intento de visualizar el problema tras una óptica pragmática, el recuerdo de Margarita aparece y todo se derrumba como un castillo de naipes.

- Nada me separará de Margarita... Nadie puede separarme de ella. - Pienso, como intentando convencerme a mi mismo del hecho.

El coche se detiene en un semáforo. Al otro lado del cristal veo un inmenso cartel anunciando una obra de teatro en el Laurette Théâtre.

- ¡Quizá sea esa la respuesta! - pienso exultante - ¡Teatro! Llevo un siglo entero ocultando a Margarita, me he hecho un verdadero experto en finjir que no está... tan sólo debo emplearme a fondo, tanto que pueda engañar al loquero y me crean curado al cabo de un tiempo. Saldré de esa casa de locos y continuaré con mi vida normal... al lado de mi amada... fundiéndonos cada noche en nuestro amor secreto, tal como hicimos tantas veces cuando los dos éramos jóvenes y mortales.

- Aunque será realmente difícil. Esa gente debe ser tan experta tratando gente como yo, como yo lo soy ocultando la presencia de mi amor... ¡No me la arrebatarán! ¡No se lo permitiré!

En el fondo, hay una voz silenciada en mi ego que me tacha de egoísta por no tomar la vía más sencilla, la de decirle a la primogénita que no pienso arriesgarme a que me quiten a Margarita y huir de la ciudad, quizá del continente. No. Aunque nunca lo reconoceré de forma consciente, deseo tanto mantener mi estatus exitoso de pintor de moda y los halagos del público como la presencia de Margarita a mi lado. Pero esto no sería capaz de aceptarlo conscientemente, aunque mueva mis actos.

- Los engañaré a todos. Regresaré a la vida pública y Margarita estará orgullosa de mi.

Una triunfal sonrisa se dibuja en mi rostro.

- Henry. Cuando lleguemos a casa y me cambie de atuendo, quiero ir a dar una vuelta por el barrio latino. Necesito darme un homenaje esta noche.

El barrio latino. Mi territorio preferido de caza y donde se encuentran mis locales de jazz favoritos. ¡Oh, Paris!

Cargando editor
05/01/2011, 18:47
Henry Landrú

Sí, señor. Digo en son calmo, aunque no creo que la muchacha le haga en gracia eso,  esta muerta de los nervios.