Partida Rol por web

Al ver que Velfire seguía teniendo ventaja de altura apreté los dientes.

-Debo de mejorar en el campo aéreo- pensé mientras miraba hacía los alrededores en el palco.

-Me encargaré de las plantas de por aquí, Azazel podrá darle al pelirrojo, que los demás protejan a Khenta-

Tras decir esto me lanzo contra una de las plantas, cruzándola con ambas dagas.

Al ceder el suelo no soy lo suficientemente ágil y no puedo evitar caer al nivel del suelo. Miro en todas direcciones y sólo veo monstruos, gente aterrorizada y explosiones. Hace tan sólo un minuto estábamos esperando ver un partido de Blitzball y de repente se ha convertido en una batalla sin cuartel. 

De nuevo las bestias han acudido a la llamada de Velfire, pero esta vez parece dispuesto a luchar directamente. No podemos hacerle frente rodeado de monstruos, hay que equilibrar la situación. Una especie de tentáculos han surgido del suelo cerca de ellos, y no parecen amistosos. Con la energía que he acumulado, recito un ensalmo y conjuro un viento cortante que siegue las malas hierbas.

Aprovechando su velocidad, y viendo que Velfire estaba bastante lejos de su posición, Dynamo vuelve a tierra y se acerca a uno de los tentáculos. Con rapidez y precisión. La hoja se desliza por la base del tentáculo y lo cercena limpiamente, haciendo que los restos caigan al suelo.

Azazel, siguiendo de cerca a Velfire, le ataca con su gran hacha.

- Eres rápido... - Dice el pelirrojo al ver al gigante venirle encima. - Para lo grande que eres.

EL hacha del guardián corta el aire y abre un corte en la casaca del desconocido, sin llegar a robarle ni una gota de sangre.

Khenta da las indicaciones al Eon, el cual asciende y comienza a atacar a los monstruos voladores. Y su invocador, al igual que el, usa la longitud de su lanza para intentar acertar a los monstruos. La punta de esta se clava en la carne, aunque no parece que le haya hecho mucho.

Jumai deja la defensa y pasa a la ofensiva. el aire se ondula ante sus gestos y una cuchilla de viento parte por la mitad a tres de aquellos tentáculos sin el menor problema.

Sin embargo, aunque Velfire está ocupado, los monstruos se lanzan a por el grupo.

Tanto los tentáculos y los monstruos se acercan y golpean al invocador y a sus guardianes sin ningún tipo de piedad.

- ¿A quién vais a salvar? - Pregunta Velfire entre risas. - Si no sois capaces de defenderos a vosotros mismos... 

El único que no sufre daño es Azazel, el cual le han dejado al estar luchando con el pelirrojo.

Azazel toma pie en el suelo de la tercera planta y tensa todos los musculos de su cuerpo antes de lanzar el hacha con un rugido.

Uno menos, ahora quedaba varios más.

Me lanzo contra él tentáculo más cercano, buscando también amputarlo mientras le doy tiempo a la gente a huir.

Al parecer Azazel había sido una gran incorporación al equipo, sus habilidades le permitían pelear cara a cara con Velfire, si tan solo yo pudiera volar como él...

El brutal ataque de los monstruos ha atravesado mis defensas y me ha dejado malherido. Mordiscos, latigazos... creía que era mi final.

Por suerte he podido zafarme a tiempo y sigo vivo, pero con estas heridas no soy nada útil. Debo curarme cuanto antes. Me apresuro y hago unos rápidos gestos con las manos para conjurar una luz curativa y volver cuanto antes a la batalla.

La aparición de Velfire me trastocó haciéndome dudar escasos segundos qué hacer. La parte racional me decía que protegiera a los indefensos de las criaturas que lo acompañaban, pero la ira que hacía arder mis puños me incitaba a lanzarme contra él. Sin embargo esos segundos de vacile fueron demasiado valiosos para haberlos desperdiciado, ya que mis compañeros pagaron por mi pasividad y sufrieron heridas, especialmente el sabio Jumai. Eso no volvería a pasar, no permitiré que vuelvan a sufrir los que me rodean y yo seré su escudo. Cumpliría con mi obligación como Guardian: Proteger. Acercándome al grupo retomé una postura marcial de brazos en alto y hombros cargados, concentrando mis fuerza en ellos para detener con mis propias manos todo lo que se aproximara.

Retiro la lanza visto que no funciona con el enemigo pero eso no hace que me desfallezca y mientras hago rotar la lanza libero la energia acumulada en forma de una tecnica.

---Por la gracia de Yevon, descarga tu ira sobre nuestros enemigos- digo con voz firme mientras sobre mi cabeza se forma una obertura en cuyo interior se puede observar el espacio infinito haciendo rotar la lanza una vez más hago un corte horizontal tratando de abarcar a todos los enemigos posibles sin afectar a mi eon que sigue luchando en los cielos, t4ras esto un meteorito sale de la apertura y se lanza,dirigido por mi voluntad hacia el grupo de enemigos

El invocador, haciendo uso de sus habilidades propias, descarga una rápida estocada con su lanza a uno de los tentáculos que tiene más cerca, abriéndole tal agujero en su base, que, al sacar la lanza, este se rompe y se desploma.

Su segundo ataque, una gran bola de fuego que surca el aire, golpea a una de las Garudas que estaba volando por el cielo, impactándola de lleno y haciendo que esta caiga entre las ruinas... 

Ambos enemigos empiezan a deshacerse en lucillos que comienzan a surcar el cielo.

Dynamo, sin perder la concentración y confiando en su grupo, se sigue centrando en el siguiente tentáculo que tiene más cerca.

Su acometida da de lleno en el tallo, produciendo un gran corte, sin embargo, no tiene la suficiente potencia para acabar con él, así que el tentáculo sigue activo, dispuesto a atacar.

- No está mal Guardián... - Dice Velfire al ver a Azazel posarse en la tercera planta. - Pero ahora me toca a mí.

Justo cuando el Guardián va a lanzar su hacha por los aires, una matriz psíquica, compuesta por decenas y decenas de agujas sangrientas, sale de la mente de Velfire y se dirige al guardián. Azazel, intenta recolocarse y poner su hacha en medio de la trayectoria, pero no es lo suficientemente rápido y le da de lleno.

- Que lastima...

En ese momento, parece que algo sujeta a Azazel porque hace un movimiento extraño, como si algo dentro de él estallara. Veis como se pone tenso y todo su cuerpo se convulsiona en un segundo. Su armadura no sufre daño, pero bajo ella veis pequeños regueros de sangre que van saliendo a la luz, al mismo tiempo que una bocanada de sangre sale despedida de la boca del guardián.

- Eres igual de blando por dentro como todos los demás...

Como si sigueran sus ordenes, los tentáculos y las Garudas se lanzan al ataque sin pensar.

El tentáculo al que había atacado Dynamo se revuelve y, de un movimiento rápido, intenta golpearle. Urumi se intenta poner en medio para bloquearle, pero los tentáculos la golpean e impactan igualmente en Dynamo. Por suerte para ambos, su destreza y su armadura logran que no sufran ningún daño.

Un segundo tentáculo vuelve a atacar a urumi, sin embargo la joven vuelve a interponer sus puños, aunque de nuevo, no con la suficiente presteza y los tentáculos arañan sus ropas sin llegar a derramar su sangre.

Jumai, concentrado en curarse, no ve la Garuda que va hacia él. aunque, por suerte, logra interponer el escudo lo suficiente para variar la trayectoria del ataque y que las garras solo desgarren parte de su túnica.

Khenta, concentrado en el ataque, también descuida su defensa y uno de los tentáculos también desgarra sus ropajes sin hacerle daño.

- ¿Qué os pasa Guardianes? ¿No os importa que mueran unos inocentes?

El Eon de Khenta, viendo la situación, intenta bajar a ayudar, pero le cortan el paso un par de Garudas.

Ugh... Cuando recibe el ataque Azazel no puede evitar caer con una rodilla en el suelo tosiendo sangre, pero no puede caer ahora, no mientras todavía tenga fuerzas. 

Igual de blando que tú, como dentro de poco todos veremos.

No conocía criatura que hubiera aguantado nunca su golpe dandolo todo, y ahora no era el momento de guardarselo, un golpe más como aquel podría matarlo.

Esta batalla parece no tener fin, mire donde mire sólo veo monstruos. Y toda la culpa la tiene él. Ese perturbado se ha propuesto matarnos a todos, y mientras no caiga seguirán apareciendo más y más bestias. Aunque muera aquí mismo, Velfire caerá conmigo. 

Mientras entono los ensalmos, mi ira produce unas nubes negras de tormenta a mi alrededor, cargadas de energía con un único objetivo: Velfire

Jumai y Azazel se estaban llevando la peor parte y no los tenía a mi alcance para protegerlos. Era hora de ponerse seria y las fuerzas de mi interior iban cobrando forma, estaban a punto de estallár y había decidido que lo harían en la cara de nuestro agresor. No le permitiría volver a huir sin preocupaciones.

-Urumi, protege a Jumai!- le dije cuándo note como se preocupaba por mi- yo puedo encargarme perfectamente de los monstruos de este piso!-

Tras decir esto y haber esquivado el tentáculo me lancé a terminar con él, para luego ver donde quedaban enemigos e ir también por ellos con otro corte.

Azazel echa un pie hacia atrás, para coger impulso y, con todas sus fuerzas, lanza el hacha hacia Velfire.

- Me estás empezando a cansar...

Velfire extiende sus brazos hacia delante y todas sus matrices se concentran delante de él para detener el impacto.

El escudo recibe el impacto del arma sin llegar a dañar a Velfire, pero la potencia y las habilidades del hacha hace que Velfire salga volando hacia atrás. 

El pelirrojo gira y da vueltas en el aire, hasta que extiende todas sus extremidades y se mantiene suspendido en el aire.

- Ese hacha me está molestando...

Justo cuando el Hacha gira en el aire para regresar a su ducho, las matrices de Velfire la cogen en el aire.

- Ahora es mía... Veremos qué eres capaz de hacer sin tu juguete...

Sin embargo, el pelirrojo no pudo sonreír durante mucho tiempo, porque desde una parte de las gradas sale disparado un relámpago que corta el aire, atraviesa el escudo del hombre y le golpea en el hombro, produciendo una quemadura que le roba un grito de dolor.

- ¡Maldito!

Grita mirando a Jumai.

Dynamo, sigue centrado en los monstruos y se lanza hacia el tentáculo que le faltaba por rematar. Salta por encima de las ruinas, gira en el aire y asesta una potente cuchillada que parte por la mitad uno de los tentáculos, mientras que a otro le corta uno de los dedos.

Urumi, al ver que los monstruos parecen desorientarse este momento, asciende hasta el tercer piso apoyándose en la pared para coger impulso.

Si quieres una pelea a puñetazos deberías dejar de volar, nenaza.

De algunos bolsillos de su cinturón y de su bandolera Azazel sacó unos cuantos trozos de metal aplanados y empezó a tirarselos a Velfire mirando de reojo su hacha.

No sabía si enfurecerlo iba a ayudar o no, pero no podía evitarlo.

Mis compañeros estaban dando lo mejor, todos estábamos combatiendo con todas nuestras fuerzas.

Levanté la cabeza buscando a quien generaba los tentáculos, debía de acabar con la fuente de esto, luego con las Garudas y finalmente poder ayudar contra el pelirrojo.

Por lo cual comencé a buscar y en cuanto lo encontré fui corriendo hacia él, dando un salto y cayendo con ambos cuchillos hacía abajo, buscando partirlo a la mitad.

Sin perder la concentración vuelvo a atacar al bicho de los tentáculos, los primeros ataques habian sido bastante efectivos y sí conseguian destruir al monstruo incluso mejor, de reojo miro como Valefor intenta venir a ayudar pero en impedido por varios enemigos, sin apartar la mirada de mi oponente dirijo el ataque del meteoro contra esos enemigos intentando destruirlos para que pueda acercarse

El ki de mi cuerpo era cada vez más intenso y este empezó a brillar por la rabia que me inundaba en ese momento del un color rojo similar al del fuego que envolvía mis muñecas. Corrí todo lo que mis piernas me permitieron hasta Azazel para posar mis manos sobre su fría armadura, con la esperanza de detener las hemorragias que dejaban salir la sangre entre las ranuras del metal. 

-¡Maldito cobarde! ¿Cuántas veces más vas a escapar de nosotros? ¡Mídete conmigo mano a mano como un hombre!-

Dynamo se está encargando de los tentáculos de forma eficiente, pero no paran de salir más. Al ver que los deja de largo y corre hacia un monstruo más grande y lejano me doy cuenta de lo que está ocurriendo. Hasta que no acabemos con el grande no pararán de salir tentáculos. Tiene aspecto vegetal. Las plantas no son mi especialidad, pero intento pensar una forma lógica de acabar con eso.