Partida Rol por web

Parece que no sólo hemos sido los únicos en derrotar a nuestro enemigo, además somos los que más información podemos aportar. Sin embargo, no sabemos sus motivos, tan sólo algunas cualidades peculiares que comparten. La improvisada reunión estaba siendo fructífera hasta que el invocador de negro, demostrando de nuevo su arrogancia, se marchó. 

Lo normal hubiera sido que continuáramos el resto de los presentes con la conversación, pero de repente Azazel y Urumi se habían puesto a la defensiva y habían producido una situación incómoda ¿Miradas de desprecio a Urumi? Es verdad que había notado algunas miradas de desconfianza hacia ella desde después de la lucha, pero no le había dado mayor importancia, la gente acababa de sufrir un ataque terrorista y es lógico que reaccionaran con miedo ¿Y a qué viene eso de defender a los albhed en medio de una reunión de invocadores? Sin saber si apoyar a mis compañeros o disculparme por sus modales, espero en silencio las respuestas del resto de la sala.

Al escuchar las preguntas de los guardianes, el invocador se detiene un momento justo delante de la puerta y les mira, soltando a continuación una carcajada ahogada entre las telas que le cubren el rostro.

- Es interesante ver como los guardianes parecen tener más voz que el propio Invocador... - Puntualiza manteniendose en su posición. - Y que solo vosotros preguntéis deja claro que no sabéis mirar a vuestro alrededor... 

El invocador guarda un momento de silencio, buscando tal vez las palabras o, puede, que simplemente quiera saborear el momento.

- La gente no estaba aterrorizada por los atacantes... Ni por los monstruos...  Sino por vuestra querida compañera.

Veis como sus ojos se entrecierran un poco, como si estuviera sonriendo. Tras esto vuelve a mirar al frente.

- Espero no volver a veros...

Y tras esto sale de la habitación.

Agacho la cabeza sin decir nada, sin duda se podrian decir cuatro cosas de esa persona, pero no queria que existiera una rivalidad entre nosotros, aunque este hombre ya nos despreciaba de por sí, así que me mantengo callado con la cabeza gacha sin responder a los comentarios y como único gesto es que aprieto las manos sobre mis rodillas con fuerza, tras un instende de silencio algo incomodo decido hablar.

--- La cuestión ahora es ¿que debemos hacer? Un ataque publico como este ha demostrado en cierta manera nuestra impotencia ha hecho que caiga la moral de la gente y sí la noticia de la muerte de la invocadore se propaga, que lo hará, será han peor...debemos ponernos manos a la obra y evitar este Caos ¿pero como?

Todos los invocadores se miran y miran a Khenta, tras lo cual miran la puerta por la que salió el invocador. Notáis perfectamente algo en sus ojos... En sus expresiones... Un sentimiento que no lográis identificar a la perfección... ¿Pena? ¿Conformidad? ¿Insatisfacción? ¿Rechazo? ¿Indiferencia? ¿Inconformidad?

Tras unos segundos de silencio, es la Invocadora Darla la que toma la palabra.

- Es cierto lo que dices Invocador Khenta... - Su tono de voz es dulce y pausado. - Aún nos falta un largo camino por recorrer... - Tras decir esto mira a los dos guardianes que se han quedado sin su invocadora. - Sin embargo no debemos desfallecer. Todos sabíamos que tendríamos dificultades que salvar, aunque ninguno nos esperásemos algo similar... - Guarda unos segundos de silencio, en los cuales mira momentaneamente al suelo, tras lo cual alza la vista para mirar directamente a Khenta. - ¿Qué nos propones invocador Khenta?

Pregunta con dulzura. 

Al parecer Azazel había metido la pata preguntando, aunque seguía sin entender que demonios pasaba. Tras el reproche de los otros invocadores, pensó que tal vez se había propasado así que dió un paso atrás y simplemente observó a los demás ceñudo.

Nuestra prioridad es acabar con Sinh, eso no ha cambiado. Pero si continuamos el peregrinaje sin más, como hasta ahora, corremos un gran peligro. Si los guardianes no somos suficiente para proteger a nuestros invocadores en esta situación, tenemos que pedir ayuda. Me acerco a Khenta y le comento en voz baja:

- Podríamos pedir ayuda a la Legión. Que refuercen los lugares del peregrinaje y pongan en busca y captura a estos individuos. Al menos será un poco más seguro viajar por Spira.

-Me da igual mientras dejen de mirar a Urumi como si fuera culpable de algo, de lo contrario yo voy a empezar a apartar gente del camino del peregrinaje y no de forma amable- dije serio.

Permanezco en silencio  un poco desconcertado ante la sugerencia de Darla preguntandome mi opinión, nunca nadia habia pedido mi opinión, así que para disimular un poco mi sorpresa inicial agacho la cabeza y miro mis zarpas  como sí pensara el asunto, cuando Jumai se acerca y me susurra la sugerencia asiento con la cabeza.

---Deberiamos pedir ayuda a la Legión, que refuercen los lugares de peregrinaje y busquen a los individuos, sí son capaces de controlar los vastagos de Shin entonces su  misión es detenerlos como sea...- me interrumpo cuando Dynamo hace su comentario y le miro horrorizado- ¡ Dynamo! Ni se te ocurra amenazar a esta gente de esa manera ¿quieres que te excomulgen? de todos modos... tengo que admitir que tiene razón, no me gusta las miradas que estais dirigiendo a uno de mis guardianes, así que sí quereis decir algo hablad ahora, estamos entre aliados...o eso se supone

El joven observa a Khenta y asiente.

- Sí... La Legión es una buena opción... Aunque no sé si colaborarán...

Y tras un breve silencio, comienza a contestar a la pregunta que nadie dijo en voz alta:

- La Legión tiene el objetivo de proteger al pueblo, ya que el trabajo de los Guardianes es proteger a los Invocadores. También tienen que proteger los templos, ¿sí? Lo que no tengo muy claro es si buscarán de forma activa a los atacantes... No los conozco tanto para poder dar una respuesta al respecto... Tal vez, una opción sería que alguno de nosotros... - Y mira a todos los invocadores que hay, es decir, a Darla y a Khenta. - Vaya a hablar con algún capitán o comandante, para intentar colaborar... ¿No? 

---Desconozco tambien cual es el objetivo de estos atacantes- reconozco a mi pesar- pero insisto que la legión tiene que ponerse en marcha y proteger a la gente, parece que estos tipos atacaran  allá donde vayamos ¿os imaginais que decidiesen atacar un templo de Yevon?- la sola mención de la posibilidad me hace estremecerme de pies a cabeza- Seria una masacre... yo no tengo dotes diplomaticas ni nada por el estilo, así que creo que debria ir otra persona...

- Bueno... - Comienza a decir la invocadora Darla. - Yo puedo intentar hablar con ellos...

- Mi señora...

Comienza a decir uno de sus guardianes.

Veis que se acerca a su oído y le empieza a decir algo... Darla le escucha atentamente sin cambiar el tono.

- Ahora la prioridad es proteger a los ciudadanos... - Dice como única respuesta. - Hablaré con la Legión, aunque no sé si lograré que colaboren con nosotros o no...

Y tras esto, sonríe.

- A parte de este punto... ¿Os gustaría discutir algo más?

 ¡ Dynamo! Ni se te ocurra amenazar a esta gente de esa manera ¿quieres que te excomulgen?

-Tampoco es que este bautizado en la "gracia" de Yevon- respondí a Khenta encogiendo los hombros- pero tu mandas-

Luego de eso se hablo sobre la legión y al parecer se fue llegando a un acuerdo.

-Por mi parte no tengo más que agregar- miré a los guardianes que habían perdido a su invocadora- ustedes que harán a partir de ahora?-

Ante aquellas palabras se,tí que palidecia mortalmente mientras dirigia a Dynamo una mirada intensa de terror... trato de recomponerme y hablar de manera tranquila.

---C-c-c-creo que eso es todo de momento, ahora mismo prepararemos los preparativos finales y nos iremos rumbo norte al siguiente templo... así que sí no quereis hablar más conmigo yo y mis guardianes nos retiramos...

Espero a que los otros invocadores digan algo y sino me retiro de la sala.

En silencio miró con seriedad a todos los presentes, incluida esa tal Darla. Cuando Khenta se levantó de la silla, rapidamente abrió la puerta y salió primero para ver si había algo o alguien fuera esperandoles.

- Así sea entonces... 

Comienza a decir la invocadora poniéndose en pie.

- Yo hablaré con la Legión. Intentaré que colaboren con nosotros, aunque me temo que no puedo prometer nada... 

La joven se dirige hacia la puerta y, antes de salir, mira a ambos invocadores.

- Que Yevon os acompañe en vuestro peregrinaje. - Y hace la señal de Yevon. - Espero que nos veamos pronto...

Y dice esto último mirando sobre todo a Khenta... Y con una mirada con ápices de tristeza, deja la habitación seguida por sus guardianes.

- Será mejor que nosotros también nos pongamos en marcha...

Dice el otro invocador poniendose también en pie.

- Espero que lo de hoy solo haya sido una broma cruel... - Comienza a decir mientras abre su libro. - Aunque, me temo, que Yevon no será tan benévolo... - Sus guardianes se colocan a su alrededor, bastante cerca de él, mientras las páginas del libro comienzan a moverse a  toda velocidad. - Que Yevon te acompañe en tu peregrinaje... - Comenta mirando a Khenta. - Y que tus guardianes hagan bien su trabajo. - Dice esto último mirando sobre todo a Urumi.

El comentario no suena amenazador ni nada por el estilo, sino más bien como un consejo.

De pronto, a sus pies surge un sello mágico de color azul al mismo tiempo que se levanta un pequeño vendaval en la habitación y, en apenas unos pocos segundos, el grupo desaparece...

Y así os quedáis solos en la estancia...

La cuestión ahora... ¿Partiréis de inmediato? ¿O aprovecharéis para aprovisionaros en la ciudad?

Cuando el resto de invocadores se marchan de la sala acompañados por sus guardianes, me giro hacia Dynamo:

-¿Se puede saber qué mosca te ha picado? ¿A qué ha venido todo eso? Estas personas no son del todo agradables, pero tienen el mismo objetivo que nosotros y tenemos que apoyarnos. Ya tenemos a Sinh, a sus brotes, a los monstruos y a un grupo de terroristas intentando detenernos. No podemos ir por ahí buscándonos más enemigos si queremos que Khenta llegue hasta Zanarkand vivo- En cuanto salen de mis labios, me arrepiento de esas últimas palabras. Estaba enfadado, me he dejado llevar por la tensión y he tocado un tema delicado, para mejorar la situación.

-Que bicho me ha picado?- miré con enojo a Jumai- el de la sinceridad compañero! Porque como bien acabas de decir, tenemos que andar fingiendo que las personas nos agradan para que el pueda llegar vivo, exponiendo que no solo por ser un invocador esta en peligro si no porque sus mismos camaradas o supuestos "camaradas" podrían buscar matarlo tan solo por lo que es!-

Señalé a Khenta con el dedo.

-Él es un invocador, no importa que sea un Híbrido y de sobras lo sabe cada vez que se levanta y se ve al espejo como para que los demás se lo anden recordando, sea lo que sea es un invocador y merece el respeto de todos como tal, no tenemos que andar siendo salameros con los demás por sus prejuicios o si? La verdad que ya me cansé de andar siempre ocultándome, pues yo entiendo como se siente este joven o por que crees que decidí ser su guardián?!- dije mirando con verdadera furia al mago- no voy a permitir que nadie pase por encima a mi invocador, ni a Urumi, ni a nadie! Y al que no le guste que se pare delante de mi y lo arreglamos por las malas- tras aquellas palabras miré a todos lados, con las manos apoyadas en la empuñadura de las dagas.

Ver a Dynamo en este estado de ira me trae recuerdos... malos recuerdos -Dynamo, tal vez ahora te parezca que somos muy diferentes, pero una vez fui como tú. Un joven lleno de rabia, gritándole a alguien que no era mi enemigo. Protegeremos a Khenta, de quien sea. En eso estamos de acuerdo. Pero cargar de frente contra todo, como estás haciendo ahora, no te ayudará a hacerlo.

Siento como si la mirada de Dynamo me quemara por dentro, no puedo creer que este fuera el mismo joven que hace unos días paseaba alegremente con Urumi. El mundo debe haberle tratado realmente mal para que todo este rencor estuviera guardado en su interior. 

A pesar de las diferencias que existen entre los guardianes, estos comparten algo: sus ganas de proteger a Khenta.

Hay muchas preguntas en el aire, aunque una cosa sigue estando clara: deben seguir con el peregrinaje. Por eso, recogiendo sus cosas, el grupo dice adiós a la ciudad de Luca.

Y así, comienza su travesía por el camino de Mi'ihen, un largo camino repleto de monstruos donde poner a prueba las capacidades del grupo.