Partida Rol por web

Firefly: El Vuelo del Orfeo

Chap. 1: En la negra inmensidad

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30/10/2010, 19:09
Ivy LeFay

[Ivy - Henry Miller: Junto a la Orpheus]

Henry: El chico de gafas de pasta negra se queda mirando a la chica, con la boca algo entreabierta y rojo como un tomate al oir lo de "yo le complaceré".
-Ah no,... no, hará falta!- dice precipitadamente -estoy seguro de que la nave es... suficientemente satisfactoria- balbucea esto último. Si pudiera hacer que la tierra se lo tragara, sin duda lo haría, se siente total y absolutamente intimidado por los modales y los preciosos ojos de Ivy.
-Ehm... casi se me olvida, cuanto...- se toma unos segundos para respirar y conseguir pronunciar algo sin que suene como si fuera un castrati -vale el pasaje?- consigue decir finalmente.

Ivy: Si conseguía que viajara con nosotros (que va a ser que sí), tendría entretenimiento asegurado durante todo el viaje. Sonreí.
- ¿El pasaje? Oh si, cierto, es que cuando hablo con gente tan mona se me olvida por completo hablar de precios -carraspeo- Son 1300, descuento por dulzura incluido -le guiño un ojo y me acerco un poquito más a él- ¿Tienes equipaje? Puedo ayudarte a cargarlo...

Henry: Me quedo mirando embobado a aquella chica, por unos segundos se me olvida el proposito de todo aquello. Sacudo levemente la cabeza y me recoloco las gafas subiéndomelas, empujando el puente de estas con mi dedo indice.

-No me va a preguntar a donde voy?- balbucea. No está acostumbrado a todo aquello del negociado pero ahora tenía recursos limitados y no podía despistarse tanto de ese modo.

Ivy: - A mi me han dicho que busque pasajeros, no que los interrogue -Sonrío- Ahora bien, si quieres decirme a dónde vas, por qué e informarme de cuál será tu habitación nada más lo sepas... es cosa tuya -Comienzo a reírme traviesamente- Antes de meter a nadie definitivamente en la nave siempre tiene que pasar el visto bueno del Capitán, al menos por mi parte, no quiero que me caigan marrones innecesarios. No te la puedes jugar por nadie -Concluyo clavando la mirada en los ojos del tipo.

Henry: Se ruboriza aún más si cabe y acaba bajando la vista y clavándola en sus zapatos cuando ésta le clava la mirada, incapaz de sostenersela.
-Vale, sólo pensé que era algo "normal", no soy un viajero habitual de las naves espaciales...- responde éste. Si le preguntaran por navegar por el Cortex, entonces sí, Henry es todo un experto, pero todo lo que implique práctica y realidad realista... no son su fuerte!- Entonces, cual será mi dormitorio?- pregunta finalmente.

Ivy: Enarco una ceja al escuchar su pregunta. O yo tengo la mente muy sucia, o este está a punto de tirar su timidez nada más subir a la nave. Seguramente sea lo segundo.
- ¿Tu equipaje? -Comienzo a mirar al rededor en busca de algún tipo de bulto que lo acompañe- Antes de acompañarte a tu habitación, porque lógicamente no puedo dejar a un desconocido vagar a sus anchas por la nave, me gustaría dejarlo todo listo.

Henry: Me quedo mirando a la chica que parece buscar "algo".
-Viajo ligero de equipaje, sólo el petate- señala al saco de color verde que lleva colgando de sus hombros, detrás suyo -Cuando... conoceré al Capitán para que me de el visto bueno?- pregunta, francamente interesado en subir a la nave ya.

Ivy: "¿Llevará condones ahí?" y"¿Dónde cojones se mete Dariel cuando voy a darle celos?" son las dos preguntas que cruzan mi mente al clavar mi mirada en su paquete petate.
Bueno, tampoco importaba demasiado, al menos lo segundo, siempre podría pedirle que pilotase por mi mientras yo le enseñaba su habitación a uno de los pasajeros... Quien no consigue poner a alguien celoso es porque no quiere.
Comienzo a sonreír estúpidamente ante la idea. Carraspeo al darme cuenta de que sigue junto a mi... el tio dulce de las gafas ¿cómo se llamaba? Bah, ya le preguntaré más tarde.

- Conocerá al Capitán en breves, no puede tardar mucho en volver, si es que no lo hizo ya... -Borracho de mis cojones.

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30/10/2010, 20:11
Kratos Syn

[KRATOS-DARIEL: Entrada de la Orpheus]

 

Kratos: -Eh no me vaciles! que esta pinta no es por gusto!- protesta -Además si me hubiera quedado alli no sé lo que hubiese acabado pasando porque ya me estaba poniendo de mala ostia y hay que buscar ropa mejor para la próxima si nó, no se lo que va acabar pasando, todo el mundo me mira y cuchichea sobre mis pintas, podemos acabar ya para irnos? Una cosa, no pretendereis que consiga todavia un pasajero?- contesta en tono malhumorado por la situacion y el disfraz.

Dariel: Suelto una risa por lo bajo ante la reacción malhumorada de Kratos por lo del disfraz.
-Vale, pero te subes o no, Sr. Gruñón?- le pregunto, sonriente -Cuando volvamos de traer las cosas del doctorcito ya te ayudaré con el tema de los pasajeros, no te enfadeeees!!- añado, para calmarle, lo último que necesitamos es que se lie a romper cosas en pleno muelle por un ataque de ira...

Kratos: -Sí, subo ya, que no quiero estar más tiempo aqui y me apetece la manzana ya! espero que sea verdad lo de la manzana si nó si que vamos a acabar mal... Y lo de los pasajeros me parece bien que me ayudes porque yo ya estoy harto- finaliza con tono un poco mas calmado y sube dando un salto q se desestabiliza un poco la mula.

Dariel: Suspiro con resignación. "Es Kratos, no le demos más vueltas...". Entonces siento como la mula cede algo bajo el peso del salto impetuoso de Kratos al subir a la mula.
-La madre que te par... Wong Ba Duhn! que pretendes? Volcar aquí mismo la mula y que seamos la mofa de todo el muelle?!- protesto. Trato de estabilizar la nave bajo el nuevo peso y la pongo en marcha. La mula se desliza con suavidad por el terreno de las calles pero debido a la anchura de la mula no puedo hacer el mismo recorrido que andando así que hago algo más de vuelta para acercarnos lo máximo posible a la entrada de la calle donde nos espera el doctor Ian Green.

 

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01/11/2010, 12:09
Director

[Persephone City]

El día transcurre al ritmo habitual de las grandes ciudades, vehiculos que vienen y van, los gritos del mercado, clientes que preguntan y se marchan a buscar una mejor oferta y alguna que otra patrulla de Feds deambulando, buscando fechorías que subsanar o detener. Con la puesta de Sol el mercado se va cerrando y el flujo de gente va disminuyendo cada vez más.

La ciudad de Persephone se ilumina como un árbol de navidad, mostrándole a sus habitantes su rostro más bello y terrorífico, la cara oscura y adornada con luces brillantes e irisadas de neón. Las calles no están tan concurridas ni ruidosas como de día, pero es sorprendente el bullicio que hay en los barrios bajos y algunas zonas céntricas de la ciudad.

El mercado negro nunca se detiene y no conoce horarios así que vendedores ambulantes de todo tipo ofrecen sus mercancias (muchas de ellas de dudosa moralidad, como órganos humanos o drogas sintéticas de diseño), a sabiendas de que los Feds tienen menos control cuando la luz del Sol se va ya que es cuando justamente tienen más trabajo y no pueden estar por todo. Los borrachos, drogadictos y mafiosos se apoderan de las calles, resurgiendo su reinado, noche tras noche, tras ponerse el Sol.

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01/11/2010, 12:40
Director

[Punto de encuentro en Persephone]

Cassia se ha pasado la mayoría del día haciendo sus preparativos para una noche que le hará ganar mucho dinero si todo sale como está previsto. Aunque ha acordado con el capitán llevarse un comunicador por si algo falla, tampoco es como si se fiara extremadamente de él, aunque sentía a la tripulación como una segunda familia, hacía relativamente poco que navegaba con ellos y aunque vivir en una nave de tamaño medio magnifica todas las relaciones humanas, tras miles de horas de vuelo solitarias en plena Negrura, sin nadie más con quien hablar ni ningún otro sitio al que ir, no deja de ser lo que es, 6 meses de sus 31 años de vida. La mayor parte de esos 31 años los había pasado en la Casa Madre del Gremio de Acompañantes y son los que realmente siempre la han acogido, protegido y educado en un tipo y nivel de vida que de otro modo jamás habría logrado por sí misma, como aquella ropa carísima, la que justamente iba a usar para este trabajo.

Ya estaba lista: vestido perfecto, maquillaje perfecto, pelo peinado y adorable, bolsito completo y comunicador oculto en este último. Todo correcto. Tras prepararse mandó las coordenadas de encuentro a su nuevo cliente a través del Cortex, que son recibidas casi de inmediato ya que al muy poco rato llega un coche volador último modelo a recogerla.

El vehiculo aterriza con suavidad y pulcritud delante de ésta. Un hombre desconocido lo conduce, uniformado, impecable, de unos 50 años, con el pelo canoso y con modales serios. Le ha mandado a su chófer, es evidente.

-La Srta. Ren-Shen? - le pregunta a Cassia, con un acento cerrado, marcadamente irlandés, pero con una dicción perfecta. Tras decir eso, éste baja del vehiculo y le hace una ligera reverencia a Cassia.
-El Sr. Meyers le pide disculpas por no haber podido venir en persona a recogerla, pero le surgieron una serie de imprevistos en la organización del evento y por eso me ha enviado a recogerla. No quería que le privara de los buenos modales ni las comodidades apropiadas a su rango- responde éste, como presentación y se dispone a abrirle la portezuela de acceso a los asientos de atrás, como correspondería a una dama.

Notas de juego

Aura, a partir de aquí: sólo para el director

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01/11/2010, 12:43
Director

[Interior de la nave Orpheus, muelle de Persephone]

En la nave Orpheus, Kratos y Dariel consiguieron traer con la mula las múltiples cajas pesadas del buen doctor Ian Green, a pesar de las dificultades y poca maniobrabilidad de este tipo de vehiculo en una gran ciudad plagada de calles estrechas. A cambio recibieron su tan deseado premio, las piezas de fruta prometidas por Ian. En un par de horas, Ian está perfectamente instalado en su nuevo habitáculo, un pequeño bunker individual, cercano a la enfermería. Una parte de sus cajas fue dejada en la propia enfermería ya que correspondian a material médico y las que eran de naturaleza más personal fueron dejadas en la puerta del cuarto de Ian. Tanto Kratos como Dariel se negaron a hacer más por el precio, así que las amontonaron delante de su puerta, bloqueando la entrada, dejando el resto del trabajo a Ian, dado su carácter íntimo y personal.

Steve Carson y Ivy LeFay se dedicaron a darles vueltecitas por el interior de la nave a sus respectivos futuros pasajeros, enseñándoles lo cool que es su nave y dándoles los motivos suficientes para asegurar que es la nave más rápida, segura y barata del universo conocido. Tanto Ashton como Henry parecieron satisfechos con el tour y decidieron aceptar pagar el precio acordado por los pasajes con ambas chicas.

Julian, aburrido en el puente y aún renegando y repitiéndose las respuestas dadas hacia Cassia, cambiando cada vez alguna palabra o matiz para quedar él como el ganador ante sus ojos, al final se ve obligado a conocer a los dos pasajeros, ya que en el tour de la Orpheus, en algún momento, acaba cruzándoselos y ambas chicas, Steve y Ivy, se los acaban presentando, ya que parecen querer la "aprobación" final del Jefe.

Mientras, los hombres de Amanda Hong, la cliente que ha contratado los servicios de "paquetería" de la nave, han ido subiendo la mercancia a la zona de carga, donde con ayuda de Kratos y Dariel, han afianzado bien las 6 cajas metálicas de tamaño medio.

Notas de juego

No marqueis a Cassia cuando respondais, al menos hasta que yo os indique lo contrario, por favor ^^

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01/11/2010, 12:47
Director

[Cuarto de Natalie Hong en la Nave Orpheus]

En tierra, una Natalie Hong ha salido de la tienda de un quiropráctico con mucha prisa, en dirección a la zona residencial de alto standing. Tenía muchas cosas en mente, entre ellas hacer todos los preparativos para un largo viaje, aún no había hecho ni siquiera sus maletas! Así que cruzó con rapidez el Barrio de los Farolillos Rojos antes de que llegara la hora de comer y llamó a un taxi para que la llevara a casa. Aquellos preciosos zapatos de tacón la estaban matando ya y sus pies se negaban a seguir siendo torturados de vuelta a casa. Dado su aspecto pulcro y adinerado, no tardó nada en conseguir un taxista que la llevase a casa en poco rato. Allí, su madre la esperaba entre decenas de prendas de ropa, tratando de decidir que poner en sus maletas y en las de la propia Natalie...

Pasó el resto del día discutiendo con su madre acerca de qué ropa llevar en un viaje espacial de aquel calibre, haciendo lo que sería posiblemente la última comida decente en unas cuantas semanas y despidiéndose de su familia y amigos. Antes de que anocheciera, ella y su madre habían embarcado en aquel cuatrolatas volador llamado Orpheus, mientras los dos hombres que acompañan siempre a su madre se encargaban de la mercancía y sus maletas.

Le habían asignado un cuartucho individual, al lado del de su madre, donde sólo hay una cama pequeña pegada a la pared, con sabanas limpias pero baratas, una pequeña mesita plegada, anclada a la pared y un armario pequeño, con llave, donde dejar sus cosas. Encima de la cama hay una pequeña estanteria, con 2 apliques de luz. El cuarto en sí está limpio y aséptico, pero es claramente modesto y totalmente alejado de los lujos a los que Natalie está habituada. Y eso sin contar que la puerta del dormitorio es una de esas deslizantes de cañamo y papel de arroz... sin cierre de ningún tipo. Y lo que le es peor, delante de su cuarto estaban el de aquellos dos bichos "raros" que había visto antes embarcar, un tipo alto y delgaducho que no paraba de hablar super de prisa y el rarito de las gafas de pasta negra, que no paraba de lanzarle miradas disimuladamente!

Notas de juego

Puedes marcar a todos menos a Cassia.

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01/11/2010, 13:41
Julian Crautchin

|Puente de mandos|

Todo estaba perfecto. La madre y su hija ya habían embarcado junto a todo su equipaje. Y ya sabía que Ivy Steve habían captado un par de pasajeros mas. Así que la parada había salido muy bien comparada con otras mas nefastas, en las que habíamos conseguido mas bien poco. Esta vez parecía que las cosas nos sonreían. Veríamos cuánto nos duraba...

Giro un poco mi silla, de vuelta al aburrimiento. Y algo me decía que iba a estar toda la noche así. Porque esa intuición de Cassia... Bueno, vale, podía ser. Pero seguro que no era y me pasaba en vano la noche en el puente de mandos, esperando la llamada. Si es que parecía tonto. Soy el Capitán, debería haberle mandado a alguno que se quedara por mi... Sí, claro ¿a quién quiero engañar? Seguro que pasaba de mi dijera a quién se lo dijera.

Suspiro. Seguramente si viene Dariel y me pregunta que qué coño hago aquí, no debería contestarle la verdad o se reirá de mi.

No obstante, debería conocer a los pasajeros así que me levanto de mi asiento y salgo del puente encontrándome a los dos pasajeros que no conozco (aparte de la hija de la señora Hong) junto a Ivy y Steve, que parecían estar buscándome.

- Hola - sonrío a ambos pasajeros - Soy Julian Crautchin, capitán de la Orpheus - me presento tendiéndole la mano a uno y luego al otro - Espero que el viaje sea cómodo para ustedes, y agradable. La verdad es que no encontrarán una nave con mas encanto que esta - amplío mi sonrisa.

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01/11/2010, 14:23
Cassia Ren-Shen
Sólo para el director

|Punto de encuentro en Persephone|

Mi mal presentimiento, según me iba preparando durante casi toda la tarde, se fue definiendo con otra forma según avanzaban las horas. Aunque seguía recelosa ante la idea de exponerme en el evento de un ex-oficial de la Alianza no demasiado lejos de los mundos del Núcleo, mi desconfianza iba apuntando hacia otro lado.
 
Julian Crautchin.
 
Seamos realistas; él y yo hemos tenido encontronazos, pero nada tan serio como para no fiarme de él. Pero en seis meses he aprendido un par de cosas sobre ese hombre: tiene menos palabra de la que dice tener, por lo menos conmigo, y siente un ligero desprecio hacia un aspecto de mi vida que nos ha costado alguna discusión. Nunca sé qué pensar con este hombr...bueno, con este niño.
 
Creo que me he levantado extremadamente cauta esta mañana...He hecho una oración extra antes de salir; tal vez eso ayude a equilibrar los acontecimientos de esta noche, como tengan que salir.
 
Además, durante la tarde todo fue bastante rodado. Enseguida tuve claro el vestido que quería utilizar, y con ello vino el recogido que me iba mejor con él. Sabía de antemano que debía recogérmelo de alguna forma si quería llevarme conmigo la aguja de pelo. El resto de detalles, ya por costumbre, me llevaron mucho menos tiempo.
 
Así, ya preparada y habiendo avisado al sr. Meyers, con todo dentro del bolso, salí de la Orpheus hacia el punto de encuentro que le había indicado. El coche no se tardó demasiado, lo que era de agradecer.
 
Las cosas ya comenzaron a torcerse cuando el chófer me dijo que el sr. Meyers no había podido venir en persona. Bueno...es el anfitrión; no sería extraño que tuviera imprevistos de última hora.
 
Sonriendo, con un toque de cabeza, le agradezco al chófer el gesto y subo al coche recogiéndome la falda del vestido con una mano.
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01/11/2010, 15:16
Ivy LeFay

[IAN & IVY: Muelle de carga de la Orpheus]

Ivy: Poso una mano sobre el hombro del Capitán, sonriente.
- Es todo tuyo, por el momento -Miro hacia "mi" pasajero y le guiño un ojo para luego desaparecer en dirección a la enfermería. Suponía que ya estaban todos dentro y tenía ganas de ver a Ian, y bueno, siendo médico y teniendo en cuenta que los pasajeros acababan de embarcar, teóricamente es donde debería de estar (si es que al final lo contrataron), dejando los útiles y demás. Teóricamente, porque no olvidemos que estoy hablando de Ian.

Ian: Mis bártulos ya están donde deben estar: delante de mi habitación y en medio del paso de la enfermería. Pero ya lo colocaría todo después. Lo principal era ver la enfermería, mi lugar de trabajo. Entro y me quedo mirando lo que hay ante mis ojos. No está mal. No es la sala de operaciones del Hospital de Londinum (ni su sala de espera, siquiera), pero servirá. Me dirijo hacia la mesa y me siento en la silla. Estoy unos segundos sin hacer nada, hasta que decido tentar a la suerte y probar hasta dónde llega mi silla si me recuesto. Logro ponerme perfectamente para atrás, con los pies puestos en la mesa. Dabuti. Esbozo una leve sonrisa de satisfacción. Ya lo tengo todo listo.
Comienzo a visualizar dónde podría poner mis cosas de médico. En esa estantería los fármacos... ese armarito, las inyecciones y demás. Y, por último, ahí iría mi "cajón especial". Asiento con la cabeza, viendo únicamente perfección, y me acomodo, cerrando los ojos. Estoy agotado de cargar con las cajas... Bueno, mejor dicho de cargar el maletín, pero... sólo de pensar que tengo que colocar mis cosas bien... uff... estoy agotado. Me replanteo bastante serio el volver a comprar a Dariel. Es el que me parece más fácil de comprar... Además, me gusta deleitarme con su culo. Sí, no lo voy a negar: tiene un bonito trasero. Está bueno, el tío, qué le vamos a hacer.

Ivy: Paso por el comedor hasta llegar al pasillo que da a la sala de máquinas, una vez en él bajo por las escaleras que llegan junto a la enfermería, la rodeo y justo cuando voy a entrar, ahí está, recostado sobre la silla y seguramente imaginando dónde poder colocarse.
Carraspeo alto para que me oiga de sobra y si puede ser, que se caiga de la silla.

Ian: Oigo el carraspeo, pero lo ignoro. No es como el carraspeo de El Sargento. Cuando él carraspea, tú tienes que alzar la mirada. Cuándo él te mira, tú debes bajar la tuya. Así es la cosa. Pero éste no es su carraspeo. Así que me limito a seguir con los ojos cerrados, hasta que, un rato después, abro un ojo y la veo: Ivy. Esbozo una ancha sonrisa y me incorporo, manteniendo el silencio y la sonrisa. Finalmente abro los brazos, como si abrazara toda la enfermería.
- Finalmente, es "mía" -Murmuro, acercándome a ella. La abrazo y, sin ningún tipo de pudor, bajo una de las manos hasta posarla en su culo. Hmmmm... Vaya culito... No palpo ningún defecto. Está... ops! Tal vez debería separarme de Ivy antes de que ésta note mi creciente erección. Pero es que joder, me excita mucho. Está muy buena. Igual que Dariel. Aunque para Dariel tengo otros planes diferentes... -Sí, es lo que crees -Respondo a una pregunta no formulada sobre si eso era mi miembro o una linterna-.

Ivy: Sonrío ampliamente cuando me abraza y más aún cuando baja su mano hasta mi culo.
- Yo también te echaba de menos -Susurro mientras sonrío picaramente al notar su erección contra mi. Aunque eso habría estado mejor en presencia de... ¡¡¡eh!!! ¿Por qué no se me habría ocurrido antes?
Cojo a Ian de la mano y me quedo pensativa durante un momento. En la zona de arriba no estaba, solo queda o en las habitaciones de los pasajeros, cosa que dudo enormemente o en el puente de carga...
Arrastro a Ian fuera de la enfermería y me asomo por la puerta que da al puente de carga. BINGO. Me giro hacia Ian y le pongo ojitos.
- Hazme un favor. Vete al puente de carga -señalo a través de la puerta, por si aún no había quedado claro- Quédate ahí y sígueme el juego. Porfa -Junto las manos en modo suplicante y a los "ojitos" les añado "morritos".

Ian: Me dejo arrastrar por ella hasta vete-tú-saber cómo. Me encojo de hombros ante su propuesta.
- Vale. A cambio... -Me acerco hasta ella y junto mi cara con la suya, hasta el punto de que sus labios quedan a nada de los míos-. La última vez, me quedé con ganas de más... -Sonrío y no espero más, sino que le doy un beso tan húmedo como el sueño que tendré hoy con ella. Hay que joderse, cómo te puede excitar una tripulante de nave como Ivy. Cuando me aparto, me saboreo los labios-. Hmmm... Trato hecho..
Sonrío y me dirijo hacia el puente de carga, perdiéndome unas cinco veces en el camino. Finalmente llego. Vale. ¿Y ahora qué? Me quedo como un pasmarote, sin saber qué hacer, esperando instrucciones de Ivy.

Ivy:- ¿A cambio? -Susurro sin perder de vista sus labios, los cuales se acercan a los míos hasta no dejar distancia entre ellos. Dejo escapar algún que otro suspiro mientras nos besamos. Joder, ¿por qué no podía esperarse a estar en el puente de carga? Habría estado de puta madre. Aunque igualmente no me quejo. Dejo que se separe a regañadientes.
- Cuando quieras -Creo que dentro de poco tendré que pedirle que me de algo para la fiebre, porque me estoy notando muy caliente.
Le sigo con la mirada cuando cruza la puerta y parece que... parece que se pierde. ¡¡¿Se pierde?!! Le miro incrédula durante unos segundos, pero luego me doy cuenta de lo que me toca hacer y sacudo la cabeza, dejándolo pasar. Es un niño rico al fin y al cabo.
Carraspeo y comienzo a correr hacia sus brazos mientras grito con mucho entusiasmo su nombre.

Ian: Me quedo con cara de estupefacción cuando Ivy grita mi nombre y se lanza a mis brazos. Oh. Ah. Claro. Ya lo entiendo. La mantengo entre mis brazos un buen rato, con cara de cariño. Aparto mis brazos de su alrededor y la cojo la cara, sin hacer demasiada fuerza pero con decisión. Mantengo mi vista fija en la suya, luchando por no escaparse ninguna risotada. Sin más, la beso con ganas, como antes. Qué coño. Ya que me están utilizando, voy a aprovecharme. Mis dos manos están ahora en sus nalgas, apretando para que su cuerpo esté prieto con el mío. Uf, ya estoy notando de nuevo esa erección, que se aprisiona contra su cuerpo. Además, noto también lo blando de sus tetas y... uf, creo que mancharé el pantalón. Mejor dejo de imaginármela desnuda y me limito al "plan" de Ivy. Me separo de sus labios, que me mantenían prisionero, para comenzar a besar su cuello y así de paso poder susurrar:
- ¿A quién le dás celos?

Ivy: Me sigue el juego, genial. Wow. No pensaba llegar tan lejos como para enrollarme delante de mi hermanito con nadie pero... Ian es demasiado. Le devuelvo el beso fogosamente, mientras mis manos recorren su espalda, apretándolo más contra mi. Restriego mi cuerpo contra el suyo, a sabiendas de que a estas alturas Dariel ya tendría la mandíbula contra el suelo. Podía imaginar lo que pasaba por su mente "¿Se habrán acostado ya?", "¿Lo haría antes con él que conmigo?". La simple idea de imaginar a mi hermano celoso a rabiar hacía que me pusiese aún más cachonda.
Cuando Ian comenzó a recorrer mi cuello con sus labios ladeé la cabeza y la dejé caer hacia atrás, dejando escapar un pequeño gemido de satisfacción. Gemido que ahogué en cuanto hizo esa pregunta. No me había dado cuenta de eso.
Miré de reojo en dirección a Dariel. Genial, estaba junto a Kratos. No me quedaban más cojones...
Mordí mi labio aún sin apartar la vista de mi hermano y contesté a Ian.
- A Kratos.

Ian: Me quedo de piedra, con mis labios en su cuello. K...K....Kratos... Mis manos ya no se mueven por su culo y espalda, sino que se comienzan a caer hacia mis costados. Incluso la erección ahora no es más que una simple sombra de lo que era.
- ¿¡Qué!? -Gruño, intentando no subir la voz para que no escucharan-. ¿¡Ese armario!? Podrías haberlo dicho. Hmmm... -Miro hacia Kratos de reojo, poniendome de manera que simplemente estoy agarrando de la cintura a Ivy. Aunque me gustaría salir corriendo hacia la enfermería YA-. Creo que paso, eh. Es que verás, le tengo un gran aprecio a mis dientes. Y no creo que sea muy agradable que los pierda. Así que... Que yo lo haría, ¡eh! Que tú estás muy buena... por ti-Bufo-... si me he de acostar contigo para dar celos... Yo lo hacía... Pero es que con Kratos... -Hago un pequeño gesto de disconformidad con la cara-. Yo que sé. Hay algo que me dice: "No te metas con él". No es que sean por las pintas de matón, qué va. Ni por la apariencia de "puñetazo y muerte"... definitivo: que paso -Finalizo-.
- Que no quiero que me maten, joder.

Ivy: ¿Qué cojones...? Le miro con el ceño fruncido al ver que deja de toquetearme. La frase "ese armario" lo resume todo. Kratos no era la mejor excusa, pero si la única. Genial. Me he quedado sin un gran candidato para dar celos y sin un futuro polvo.
- No es para tanto... -Miro hacia Kratos y entonces me quedo callada. Ni siquiera yo podía creerme lo que acababa de decir- Tranquilo, si le doy celos precisamente porque no me hace caso. Para el no existo -Insisto- Es muy frustrante para mi que alguien me ignore y él lo lleva haciendo desde siempre. Su único interés son las armas. ¿Acaso ves que tenga cara de mala hostia? Más que de costumbre, quiero decir.

Ian: Sigo mirando a Kratos que, definitivamente, NO está mirando. A la pregunta que me hace Ivy, respondo con un:
- Sí. -A secas. No hay nada más que añadir. Miras la cara de Kratos y sólo piensas eso: está cabreado. De hecho, me sorprende haberle visto hablar. Tiene más pinta de sólo saber pegar una paliza. ¿Tendrá inteligencia? ¿Será capaz de pensar como nosotros pensamos? ¿De percebirlo todo como nosotros? Kratos es, literalmente, la descripción de un Rebelde para la escuela donde estudié: "Alto, fuerte, con pinta de simio y con la capacidad de matarte con la mirada"-. Aún así... Qué quieres que te diga... Se me ha cortado el rollo... -Me encojo de hombros. Su comentario me ha dado algo de esperanza. Si no se fija en ella... no tendrá por qué pegarme... Y definitivamente, no está mirando-. Creo que necesitaría algo más por tu parte para volver a... ya sabes... sentir ardor en mi cuerpo -Me vuelvo a encoger de hombros-.

Ivy: Acaricio la cara de Ian con cariño.
- En serio, lo conozco de hace casi un año y esa es su cara de continuo. ¿Qué más te da? Todos salimos ganando. Yo juego a intentar atraerle, paso un gran rato contigo y tu conmigo. Y créeme, no tienes nada que temer. Si hubiera querido partirte la cara ya lo habría hecho. Así que dudo que por celos quiera hacerlo nunca.
Me giro hacia él y le sonrío.
- Creo que el que necesites algo más de mi parte se puede remediar... -Rodeo su cuello con ambas manos, entrelazando mis dedos en su nuca. - Eres muy tonto si te vas a perder la diversión por temer algo que nunca va a pasar -Susurro acercándome a él, tanteando el terreno.

Ian: Uf, es que ésta chica me vuelve loco. Cuando me rodean sus brazos, siento un cosquilleo electrizante por todo mi cuerpo. Mi soldado vuelve a estar en pie de guerra... Ésta chica es increíble. Su simple respiración, simples susurros, ya hace que la mía se vuelva más agitada y potente. Activa todo mi ser. Anulo la separación que ella estaba recortando con un nuevo beso con lengua y caricias. No puedo evitarlo. Ivy es una Diosa de las feromonas y yo estoy muy caliente... Hace días que no follo con ninguna chica.
- Eres diabólica -Gruño, mientras la beso por debajo de la barbilla, estampándola con delicadeza contra una de las paredes. Uf. Me la follaría aquí mismo-. ¿Hasta qué punto quieres llevar los celos? -Pregunto por curiosidad-.

Ivy: Jadeo contra sus labios y le beso con todas mis ganas mientras mi mano baja por su cuerpo hasta dar con el elástico del pantalón, esquivándolo sin problema alguno y metiendo la mano dentro de éstos. Acaricio y aprieto con suavidad su miembro por encima de los calzoncillos.
Noto que algo choca contra mi espalda, la pared supongo. Esto va a ser legendario. Con una de mis piernas rodeo su cintura y lo atraigo más hacia mi.
- ¿Esto responde a tu pregunta? -Susurro, mientras meto la mano dentro de los calzoncillos.- Wong Ba Duhn, fóllame aquí mismo -Jadeo.

Ian: Dios. DIOS. ¿¡Por qué no vine antes a la Orpheus!? Creo que me va a reventar el pantalón. Ya casi ni pienso, incluso la estoy estampando más violentamente contra la pared, comenzando ya a rozar mi abultada entrepierna contra la suya. Uf. El hecho de hacerlo aquí mismo no me importa, ya que soy de los que creo en el sexo en todo momento, lugar y personas. Mi mano izquierda está en su coño, rozándolo con un par de dedos permanentemente. Con la otra mano, toco directamente una de sus tetas por debajo de su ropa. A todo ésto, la tengo estampada casi contra la pared, besándola con ganas y casi furia. No sé, pero yo creo que ésto se ha ido de madre. Y me gusta. Me la voy a follar, no hay vuelta de hoja.

Notas de juego

Esperamos interrupción de algún Pj. =3

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02/11/2010, 18:36
Dariel M. Lefay

Kratos y yo estabamos ayudando a fijar las cajas del nuevo envío que Jules había conseguido contratar. La clienta era un poco "especial" pero bueno, el dinero es dinero, o eso es lo que siempre dice Badger. Estoy acabando de amarrar el último gancho de la red de seguridad que inmovilizará las cajas para que no se muevan durante el trayecto cuando levanto la cabeza y veo a Ian y mi hermana Ivy, mirando hacia nosotros. Justo cuando voy a levantar la mano para saludarlos, en plan amigable, les veo lanzándose el uno contra el otro como animales en celo. Algo se remueve en mi interior, una bilis negra y ardiente me sale del estómago y sube por mi cuerpo hasta llegar a mi cerebro. La mandibula se me tensa y lanzo una mirada de odio a ambos, que obviamente tal como están, ni se dan cuenta.

Acabo de ensamblar el último gancho y subo de dos en dos, con rapidez, la escalera hasta llegar a la plataforma donde están Ian y Ivy. Mientras subo saco el cuchillo de combate de su funda, alojado en mi cintura, detrás de mi espalda y me acerco a ambos de forma brusca y rápida. Los separo tirando de mi hermana con fuerza y anteponiendo el cuchillo, le doy unos golpecitos con la hoja en el pecho a Ian.
-No es un buen comienzo Doc. Te recomiendo que te mantengas lejos o la próxima vez no seré tan... sutil- le digo, muy fríamente. Me llevo a Ivy a rastras, sujetándola con fuerza, sin hacer caso alguno de lo que pueda ella hacer o decir y nos conduzco hasta las duchas, donde la lanzo a dentro y abro el grifo, dejándole caer todo el chorro encima de agua. Lo cierro en seguida, no hay que desaprovechar el agua.

Notas de juego

ala, q disfruteis de mi respuesta xD

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02/11/2010, 19:36
Director

El chofer, silenciosamente, conduce el vehiculo volador con suma eficiencia, sobrevolando calles iluminadas de neón y pasando por entre altos edificios de cristal y metal. Poco a poco va ascendiendo hasta dejar por debajo suyo el mundo propiamente terrenal de la metrópoli plenamente y adentrarse en la zona residencia ajardinada de las islas-mansión flotantes, las casas de los ciudadanos más ricos e importantes de Perspehone.

Tras pasar por al lado de varias Islas-mansión, el coche volador se aproxima a una isla en concreto, de tamaño medio. Es una isla totalmente rodeada de jardines de estilo japonés, en tonalidades verde-rojizas. El vehiculo aterriza en un pequeño camino de tierra, frente a una Torii de color rojo, donde empieza un pequeño camino de piedras planas.

El chofer para el motor y se baja para abrir la puerta de atrás y dispone la mano para ayudar a Cassia a bajar del vehículo.
-El Sr. Meyers la está esperando. Sólo tiene que tomar el camino de piedra, la llevará directa hasta la entrada principal de la mansión- le explica éste.

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02/11/2010, 19:50
Ashton Kaplan

A pesar del tour deficiente y kafkiano que la mecánica, Steve, le había dado, seguía sintiéndose animado y ya había podido incluso instalar su jardín portátil en su cuarto. Nunca iba a ninguna parte sin él, es su "niña bonita". Sonríe con una mueca extraña cuando finalmente le presentan al capitán de la nave, Julian.

No estrecha la mano del Capitán, sólo se la queda mirando sin saber qué hacer al respecto, como quien mira un horrible bicho que le de fobia.

-Es un placer Capitán, Tian Ling-Ling!- dice éste con una voz nasal, aguda y en cierto modo, cínica -Gohn Shi! Su nave es... si más no peculiar. Espero que no se caerá en pedazos durante el viaje, porque eso sería realmente insultante, Kuh Wu!- hace un gesto con la mano, como queriendo desechar algo. Está tratando de esforzarse en ser "sociable" aunque realmente no le sale demasiado bien. Eso sí, se lo ve un tipo realmente inofensivo, es lo único bueno que se puede decir de él en estos momentos.

-Y cual será la ruta? Cree que podríamos pasar por Liam Jiun? dicen que hay las mejores semillas de pimienta verde y quiero hacer un pastel de cerezas confitadas, de esas que huelen tan bien- de repente se calla. Se acaba de dar cuenta de que está hablando demasiado y muy rápido.

 

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02/11/2010, 19:52
Henry Miller

Henry se queda más callado, ante la verborrea de Ashton, pero al contrario que éste último, sí estrecha la mano de Julian.

-Henry Miller. Pasajero- dice escueta e inseguramente, como tratando de hacer una pequeña broma para encajar en el entorno.

-Su nave es... confortable, creo que será un gran viaje- expresa finalmente.

-Por cierto- dice algo más animado, ahora que ya no hay mujeres de por medio -Tienen conexión al Cortex? Se me olvidó... preguntárselo a la chica con la que reservé el pasaje...- se pone algo rojo, al recordar a la chica pelirroja que le había guiado por la nave y le había enseñado su cuarto durante el viaje.

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02/11/2010, 19:56
Amanda Hong

Estaba instalando sus cosas en su cuarto, justo al lado del de su hija única y primogénita. No para de mover cosas y ordenar ropa y objetos varios hasta que no lo encuentra todo perfectamente situado y los objetos valiosos guardados bajo llave en el armario. Tras darse por satisfecha abre la puerta, deslizándola a un lado y sale del cuarto. La cierra de nuevo y deliza la puerta de cañamo del cuarto de su hija Natalie.

-Todo bien Natie?- le pregunta cariñosamente.

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02/11/2010, 23:00
Cassia Ren-Shen
Sólo para el director


|Jardines de la isla-mansión de Franklin Meyers|

Durante el viaje no podía evitar mirar hacia abajo por la ventanilla. Me encantas las ciudades de noche; el mar de luces de distintos colores neón me hacen pensar en Sihnon que, al fin y al cabo, fue el planeta que me vio madurar.
Echo en falta muchas cosas de Sihnon que fuera solo veo muy ocasionalmente, como los bellos jardines de la isla-mansión del sr. Meyers.
 
Tomo la mano del chófer para bajar, mirando alrededor. Si yo dispusiera de unos jardines así...No habría forma de sacarme de ellos.
 
-Muchas gracias.-le agradezco la indicación con una sonrisa al chófer. Antes de incluso seguir el caminito de tierra, acaricio con una mano uno de los pilares de la torii al pasar por debajo. Ahora sí, avanzo sobre las piedrecillas planas hacia la mansión.
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03/11/2010, 00:39
Ivy LeFay

[Tomándose una ducha con ropa incluida]

Estaba a punto de olvidar hasta mi propio nombre cuando noté que alguien me apartaba bruscamente de Ian. Miré hacia mi hermano, el cual parecía estar que echaba chispas y luego hacia mi muñeca, la cual agarraba con fuerza. Sacudí el brazo tratando de zafarme de él, pero parecía que cuanta más resistencia ponía yo, más apretaba él, así que dejé de intentarlo.
Comenzó a caminar y tuve que seguirlo, porque de no ser así me llevaría arrastras por toda la nave.

- Ey ey ey -Agarré con mi mano libre su antebrazo, tratando de frenarle ligeramente. No sirvió de nada.
Cuando quiero darme cuenta, mi hermano frena de golpe y me tira en la ducha. Pongo las manos justo antes de comerme la pared. Me giro para mirarle y es entonces cuando comienza a caer agua sobre mi."Jing Chai. Me he quedado sin mi ducha semanal", pienso, aunque evidentemente es por buscarle algo gracioso al asunto, porque eso no es lo peor de todo.

- Supongo que se me ha ido de las manos... ¿no? -Clavo mi mirada en la suya y un cosquilleo recorre mi cuerpo. Si lo que sucedió con Ian hubiese sido con él, estaba más que segura que ni la ducha más helada habría podido calmarme.

El agua deja de correr y es entonces cuando comienzo a sentir el frío por culpa de la ropa mojada que se pega a mi como una segunda piel. Pero me aguanto y me jodo, que es lo que toca.

- Yo habría hecho lo mismo que tú. O más. -Reconozco, con cierta mueca de odio y amargura al imaginarlo, pero sin dejar de mirarle a los ojos. ¿Por qué lo hice? Porque me gustaba ver que se ponía así por mi. Pero eso no lo reconocería. Y porque sabía que yo no era la única que se acostaba con él.

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04/11/2010, 11:44
Ian Green

La aparición de Dariel, con una navaja y esa amenaza, me dejan estupefacto. Vale, yo esperaba un puñetazo por parte de Kratos que me partiera la cara antes que una sutil amenaza como esa por parte del piloto. Si digo que no entiendo nada, es que no entiendo nada. ¿Por qué diablos viene hecho una furia?

La única cosa que se me ocurre es que Dariel esté enamorado de Ivy pero no sea correspondido. En cualquier caso, no tiene derecho a quitármela. ¡No es suya! Estos incivilizados...

Con un calentón del mil, frustrado y sin entender nada, me dirijo hacia la enfermería. Hay una batalla que organizar...

Notas de juego

a Ian no le habéis dicho que son hermanos, por lo cual, no lo puede saber. Y aunque sí sabe el apellido de Ivy (o eso imagino), el de Dariel no lo sabe. xD

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04/11/2010, 18:15
Director

Cassia comienza a avanzar por el camino de piedras lisas y planas, que cruza sinuosamente los jardines que rodean la casa. Los tonos rojizos y verdes de las hojas de los árboles le dan un aspecto cálido y apacible al sitio. A pocos metros, un pequeño puente de madera cruza un río de aguas cristalinas (que Cassia presupone que está formado por un circuito cerrado de agua corriente, dado que es una isla artificial flotante) y una figura espera en medio de este, apoyado contra la baranda.

Todo tiene un aspecto inmejorable y fruto de haberse gastado mucho dinero en crear una isla perfectamente natural. Al acercarse Cassia, reconoce que la persona que la está esperando es el Sr. Meyers. Viste un traje oscuro, con adornos dorados.

-Buenas noches, Srta. Ren-Shen- dice éste, con una leve sonrisa amigable.

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04/11/2010, 18:32
Dariel M. Lefay

-Supones bien- respondo escuetamente, mirándola sombriamente a los ojos. Lanzo un suspiro de resignación ante su comentario final.
-Si no quieres que acabe convirtiendo al doctorcito en enfermerita, mantente alejada del interior de sus pantalones cutres- le advierto a Ivy.

-No te conviene, no es... lo suficientemente bueno para tí- finalizo fríamente, con un gesto de mano de menosprecio.

"Necesito algo, definitivamente necesito alcohol y pegar a alguien y no puedo pegar al medicucho...".

-Jules!!- le llamo a gritos -Cambiate de ropa o enfermarás- me despido de mi hermana y salgo a paso ligero y amplio, en busca de nuestro intrépido Capitán. Entro y salgo, subo y bajo, por varios pasillos y salas de la nave hasta que consigo encontrar a mi objetivo.

-Y aquí está mi buen amigo Jules! Nos vamos de Put...!- me callo de golpe y no finalizo mi frase al ver que está hablando amistosamente con dos de los nuevos pasajeros. Sonrío de golpe y trato de disimular pareciendo encantador, en tan solo unos pocos segundos.

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04/11/2010, 20:30
Cassia Ren-Shen
Sólo para el director

|Jardines de la isla-mansión de Franklin Meyers|

Cassia: Según me adentraba en los jardines veía que, efectivamente, eran una maravilla. He visto jardines de todo tipo en todos estos años, pero éste me transmite un equilibrio bastante natural. Tal vez sean los colores del follaje, y el suave sonido del agua corriendo por un río de circuito cerrado que oigo incluso antes de verlo. No resulta complicado olvidarme de que me hallo en una isla flotante.

En puente de dicho río encuentro al sr. Meyers esperando, ya vestido para la fiesta del que era el anfitrión. Me detengo a un paso y medio de distancia de él, saludándole con una pequeña sonrisa y un toque de cabeza.

-Cassia.-le recuerdo con tono amable.-Recuerde que le invité a tutearme en nuestra conversación anterior.

Meyers: Sonríe al verla llegar y hace un gesto de disculpa, encogiendose de hombros y juntando las manos y volviendo a separarlas.

-Es una vieja costumbre díficil de cambiar... Cassia- responde con cierta suavidad -Espero que el viaje haya sido de su gusto. Lamento no haber podido ir yo mismo en persona, pero las obligaciones de un anfitrión nunca terminan... ya sabe- trata de disculparse, acercándose un par de pasos hacia Cassia.

Cassia: -No se preocupe; lo entiendo.-le tranquilizo, mirándole.-Me veo gratamente recompensada solo por el hecho de haber podido caminar por sus jardines en solitario durante un instante. Me encantan.-río con suavidad, mirando un momento alrededor.-¿Han terminado sus obligaciones de anfitrión hasta el comienzo de la fiesta?

Meyers: Se acerca un poco más y ofrece su brazo para que Cassia se coja y continuar el paseo por los alrededores.

-Gracias, me alegro que le guste el jardín, fue un regalo de mi... esposa, fue su modo de dejar algo de si misma antes de que la enfermedad se la llevara. Es mi santuario particular- responde éste, su mirada es una mezcla de orgullo, tristeza y melancolia al recordar a su esposa y cómo construyó aquel maravilloso vergel para ambos, para que algo "vivo" le quedara cuando ella ya no estuviera.

 -Si- vuelve de nuevo al mundo real- Si, de momento ya he terminado, parece que la pequeña crisis en las cocinas ha pasado y todos ya tienen sus órdenes al respecto, así que si no le importa, podríamos pasear por el jardín, ya que le ha gustado tanto, y tomarnos un pequeño respiro antes de que empiece la fiesta y todo el caos que eso conlleva...- responde éste, algo más centrado.

Cassia: Me cogí a su brazo cuando lo ofreció para caminar a su lado. Me sujetaba con ambas manos, así que le acaricié un poco, a modo de apoyo, el antebrazo al detectar en su tono la melancolía del recuerdo de su difunta esposa. Pero como él mismo fue quien pasó a otra cosa, había preferido no seguir con ese tema. Mi trabajo es la evasión, al fin y al cabo.

-¿Caos? Acostumbro a estar cada día en contacto directo con el caos; no creo que una fiesta benéfica como la que ha organizado pueda aspirar a asemejarse al caos; no se preocupe por ello.-bromeo un poco, pensando en la Orpheus.-De todas formas, tomemos y aprovechemos el paseo.-cierro los ojos un momento, inspirando.-Paz extra siempre es de agradecer, ¿no cree?-le sonrío.

Meyers: Inclina la cabeza afirmativamente al oir a Cassia.

-Sabias palabras, si señora- responde éste. Camina con calma y guia a Cassia fuera del camino de piedras, hacia la superficie cubierta de cesped, para pasar por debajo de los árboles de hojas rojizas. 

-Las fiestas son fiestas, incluso cuando el propósito sea benefico, me temo- sonríe algo más relajadamente -Siempre dan más trabajo del previsto. Pero cuénteme algo de ese caos al que tanto está habituada, no quiero tampoco aburrirla con detalles sin importancia de la fiesta...

Cassia: Una sonrisilla se me escapa al pensar en lo que voy a decirle, alzando momentáneamente la vista hacia las hojas de los árboles.

-Es una nave habitada por niños y capitaneada por un niño aún más crío.-río sutilmente.-Pero me permiten tener mi espacio de equilibrio y serenidad, mi propio santuario. No es un caos que me impida vivir.