Partida Rol por web

Firefly: El Vuelo del Orfeo

Chap. 1: En la negra inmensidad

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16/11/2010, 18:44
Ashton Kaplan

Ashton se aburría de dar vueltas por la nave. Ya había instalado su jardín hidropónico en su cuarto y ordenado toda su ropa, pieza a pieza, para que quedase perfecta y sin arrugas en el armario. También la había clasificado por colores, formas y materiales, al igual que su calzado. Su nuevo cuarto temporal había quedado perfecto, incluso había desinfectado a mano, con alcohol de quemar, cada esquina y rincón del cuarto hasta que no quedó ni una mota de polvo o grasa. Luego había cambiado las sábanas de material barato por unas de su propiedad, recién compradas en el centro, de algodón de alta calidad y una colcha de patchword isotérmica de preciosos colores cálidos.

Entonces Ashton se acuerda de que tenía que hacer un pastel de cerezas y goulash porque sabía que en unas horas todos querrían comer algo sólido y quería hacer algo útil así que se dirige a la zona común, guiándose por el ruido que procede del sitio. Entra en la Sala y se va a la cocina y empieza a sacar cosas de los armarios y disponerlas en perfecto orden sobre el mármol. Preparado sintético de harina, dos latas de cerezas en almibar, azúcar, un molde... Lo gracioso es que nadie sabe de donde cojones ha sacado todo eso. La cuestión es que se pone a cocinar...

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16/11/2010, 19:17
Cassia Ren-Shen
Sólo para el director

-No creo que la cortesía sea un asunto de relevancia en la mente de alguien capaz de abusar de una chiquilla...-comento en un murmullo ante la primera observación de Meyers, más para mí realmente que para él. Tras pasarme una mano por el cuello, mirando hacia Eileen un momento, vuelvo la vista a Meyers y asiento con la cabeza. Será mejor esto que nada.

-Si, nosotros no deberíamos demorarnos más.-le concedo, girándome para acercarme a Eileen y agacharme frente a ella, acariciándole la mejilla para que me mire.

-Vamos a sacarte de aquí.-le sonrío ampliamente.-Ahora vendrá un hombre a llevarte con un ami...bueno...-me corrijo enseguida.-con el capitán de mi nave.-vuelvo a sonreír.-Puedes quedarte con mi pañuelo, pero espero que no vuelvas a necesitarlo.

Vuelvo a tomar el comunicador, terminando así la cadena de rápidas acciones que deberían cerrar todo esto de una vez. A mi tampoco me hace precisamente ser impuntual.

-Jules; voy a mandarte a una joven damita con un mayordomo, así que estaría bien que te encargaras de llevarla a buen puerto.-le digo al apretar el botón, incorporándome para recoger mis cosas y meterlas en el bolso con una sola mano, ahorrándome así tiempo.-Entrégale el tigre al mayordomo para que me lo traiga y después podremos gozar todos de una buena noche. Espero confirmación y me olvido del comunicado.

Suelto el botón, cierro el bolso y vuelvo con Meyers.
-Creo que con esto solucionado puede dar comienzo la fiesta.

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16/11/2010, 19:38
Cassia Ren-Shen

Cita:

Vuelvo a tomar el comunicador, terminando así la cadena de rápidas acciones que deberían cerrar todo esto de una vez. A mi tampoco me hace precisamente ser impuntual.

-Jules; voy a mandarte a una joven damita con un mayordomo, así que estaría bien que te encargaras de llevarla a buen puerto.-le digo al apretar el botón, incorporándome para recoger mis cosas y meterlas en el bolso con una sola mano, ahorrándome así tiempo.-Entrégale el tigre al mayordomo para que me lo traiga y después podremos gozar todos de una buena noche. Espero confirmación y me olvido del comunicado.

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17/11/2010, 00:33
Julian Crautchin

La verdad es que Cassia había tardado poco en contestar así que Dariel y yo habíamos tenido mas bien tiempo de poco. No es como si quisiera indagar por aquellos lares, por si acaso... Así que lo agradezco.

Durante el tiempo que hemos esperado, no hemos hablado de mucho. Tal vez porque sé la clase de cosas que mi amigo me diría, y creo que paso... Porque sé que le sobrará tiempo para decírmelas una vez de vuelta.

- Confirmado - le digo a Cassia cuando he escuchado lo que me ha dicho a través del comunicador - Nos vemos mañana - corto la conexión y me guardo el comunicador antes de mirar de nuevo el tigre de oro en la mano. Ahora solo falta esperar al mayordomo y a la niña.

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18/11/2010, 20:25
Dariel M. Lefay

Suspiro exasperado mientras apago el motor de la lanzadera y oigo de fondo la conversación mantenida por Jules con Cassia. Opto por no decir nada de lo que se merecería que le dijera. Tal vez este no sea el momento ni el lugar.

-No me gusta nada este sitio...- musito para mi mismo, en voz muy baja -Huele demasiado a Nien Mohn para mi gusto...- digo esta vez en voz más alta, para que Julian me oiga -Trata de acelerar el tema, vale? Tráete a la mocosa lo más rápido posible, no quiero quedarme aquí parado más de lo imprescindible, me oyes?

 

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18/11/2010, 21:58
Julian Crautchin

- Tranquilo - le digo a Dariel alzando una mano en su dirección - Yo también tengo prisa así que nos iremos de aquí cagando hostias - dicho esto salgo de la lanzadera para esperar al mayordomo y la niña.

Tendría que hablar con Dariel cuando llegáramos para que me dejara a mi hablar con Cassia, porque ya estaba viendo que terminaría por decirle él algo y no tengo muy claro que con su temperamento terminara muy bien la cosa. Bueno, el temperamento de ambos... Bufo un poco y llevo una mano a frotar mi cara. A ver si no tardan mucho...

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19/11/2010, 14:17
Kratos Syn

Acepto porque soy un hombre de palabra y con el trabajo no se juega.
Mientras estoy haciendo la ronda llevo la pistola en una mano y el cuchillo en la otra. A la vez que voy tarareando y silbando, compruebo todos los rincones y me dirijo al puente de mando.

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19/11/2010, 21:15
Eileen Blackwell

[Mansión Meyers - Jardines - Lanzadera]

Alza la cabeza para clavar su mirada en la de Cassia cuando nota como ésta le acaricia suavemente la mejilla. Toma el pañuelo que esta le ofrece y afirma con la cabeza ante todo lo que le dice, aunque no demasiado convencida.

Al cabo de unos pocos minutos, Franklin Meyers se gira hacia el exterior de la habitación y tras decirle unas palabras a alguien que parecía estar fuera, se hace a un lado, dejando que entre en la habitación un hombre mayor trajeado y con las manos cubiertas por unos guantes blancos. Éste sonríe a Eileen y con un gesto le indica que ya está todo listo para abandonar la casa.

Eileen mira una última vez a Cassia con cierta inseguridad en el rostro y desaparece junto al mayordomo.

Más que sacarla de la casa parece que le está dando un tour y esto la incomoda, aunque sabe que no es una trampa. O si lo es el mayordomo actúa demasiado bien para que ni ella misma se de cuenta.
Mientras sigue al mayordomo en su camino hacia la libertad, Eileen está atenta a todo movimiento que pueda haber en la casa, porque esta no era la primera vez que trataba de escapar, aunque si esperaba que fuese la última.

Cuando finalmente llegan a la cocina y sale por la puerta trasera que se encuentra en ella, Eileen inspira profundamente y sonríe, aunque solo ligeramente, porque aún no todo estaba conseguido y lo sabe, aún faltaba llegar hasta el Capitán.

Camina casi pisandole los talones al mayordomo, y aunque en otra ocasión se habría parado a admirar los hermosos jardines y a jugar en ellos, en esta era lo que menos le apetecía.
Tras una caminata que a Eileen le pareció eterna, el mayordomo se paró en seco y se giró hacia ella, tras señalarle donde estaba la nave y hacerle una pequeña inclinación de cabeza, volvió en dirección a la casa.

Eileen gira la cabeza para mirar cómo se va el mayordomo y cuando éste desaparece tras una curva vuelve a mirar hacia el transbordador. Escondida entre los últimos arbustos que la separan de él, está a punto de echar a correr hacia la entrada de este.

- Tiradas (4)

Tirada: 1d8
Motivo: Agilidad
Resultado: 1

Tirada: 1d8
Motivo: Percepción Dariel
Resultado: 2

Tirada: 1d6
Motivo: Percepción Dariel
Resultado: 6

Tirada: 1d8
Motivo: Agilidad
Resultado: 5

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19/11/2010, 22:34
Eileen Blackwell

[Dariel & Eileen - Lanzadera]

Dariel: Algo aburrido y enfurruñado con la actitud de Jules que últimamente se gastaba, tamborileo mis dedos de la mano derecha sobre el panel de navegación, siguiendo algún ritmo que suena sólo en el interior de mi cabeza. Miro cada dos segundos a la pantalla de navegación y la del radar, por si aparecía algo no previsto que produjera que tuviéramos que salir volando cagando leches, cuando salta una pequeña luz del detector de movimiento del radar. Algo o alguien se mueve ahí fuera, cerca de la lanzadera. De un salto me levanto de mi asiento e intento primero otear a través de la ventana-mirador del frontal de la lanzadera. Sólo veo árboles y la torii de color rojo al fondo. Así que opto por salir de la lanzadera a investigar por si acaso. Suelto mi pistola y con suavidad y rapidez la deslizo fuera de su funda. Doy al botón de abrir la puerta y salgo con precaución de la nave transbordadora, mirando a mi alrededor, con suma cautela. No tardo en ver algo a través de los árboles y arbustos. Levanto el arma, apuntando hacia quien sea que esté ahí.
-Sal con las manos en alto, con mucha calma y todo irá bien...

Eileen: Está a punto de correr como una descosida hacia la puerta de la lanzadera cuando escucha una voz que la insta a salir de su escondite, y es entonces cuando ve que un arma la apunta.
- Mi Tian Gohn -Murmura para si misma mientras deja los ojos en blanco. Sale de entre los arbustos cabizbaja y con ambas manos al frente, entrelazadas en su vientre.

Dariel: Estoy a punto de sonreír socarronamente al ver que el emboscador estaba perdido y salía cuando veo quien sale. Una cría de aspecto adorable y desvalido. Parpadeo unos segundos, chocado ante la situación. Entonces me acuerdo a qué veníamos.
-Eres la niña- afirmo. Tardo unos segundos en reaccionar, pero al final bajo el arma y la guardo en su funda. Levanto una mano y se la ofrezco para que la coja, para ayudarla así a entrar en la nave- Vamos pequeña, no querrás que nadie nos vea no?- intento esbozar una pequeña sonrisa que espero no sea muy tensa ni espeluznante y le de la confianza de no salir corriendo entre gritos, cosa que atraería la atención de los invitados y la gente de la isla, y por tanto de los Feds.

Eileen: Vuelve a poner los ojos en blanco cuando escucha la afirmación tan evidente como tonta que hace El Capitán. "¿En serio que alguien con esas pintas puede llegar a serlo?", piensa, pero entonces al ver su sonrisa se echa ligeramente hacia atrás y lo entiende todo. Cualquiera no le obedece...
Finalmente le da la mano, y le dedica una tierna sonrisa.

Dariel: Me quedo mirando por unos segundos, extrañado, a la niña, por un momento me parece que está a punto de echarse a correr como una loca, pero al final parece ceder. No entiendo muy bien qué ha pasado, sólo espero que esto no sea algún tipo de estúpida y absurda trampa en la que Cassia y Jules nos hayan metido de cabeza...
Tomo su mano cuando por fin parece confiar en mí y le devuelvo la sonrisa. "Vale, la niña es realmente adorable, demasiado, pero parece tan... inocente". Tiro de ella y la meto en un rápido movimiento dentro de la nave, fuera de la vista y luego asomo la cabeza por fuera para ver si alguien nos ha visto de algún modo. Todo parece tranquilo.
-Métete ahí dentro- le indico a la niña, señalando un recoveco debajo de los paneles de navegación.

Eileen: Le mira extrañada cuando El Capitán parece ponerse en modo paranoico. Tenía más que claro que le faltaba más de un tornillo. De hecho a este le faltaba la caja de herramientas completa.
Cuando mira hacia donde señala, ésta abre desorbitadamente los ojos y vuelve a mirar al Capitán de forma suplicante.
- ¿No podría ocultarme en algún otro sitio? -Murmura dulcemente.- Me dan miedo los sitios tan pequeños -Añade, esta vez algo avergonzada por reconocerlo en voz alta.

Dariel: Suspiro exasperado. Donde cojones quiere esconderse en una lanzadera?! Es un sitio sin apenas rincones ni nada...
-Está bien, abre esa puerta, es el armario de las armas, es más... amplio- respondo. Luego me doy cuenta de que sigue siendo un sitio cerrado -Vale, vale- cedo -pero quédate agachada, que no se te pueda ver desde fuera, mi amigo y yo no queremos que nos pillen por "rescatarte"...

Eileen: Mira con terror el armario que le dice y justo cuando estaba a punto de poner pucheros el Capitán cede.
Rápidamente se agacha tal y como dice para quedar completamente cubierta.
- Gracias -Sonríe ampliamente y se acerca a él andando en cuclillas, cuando llega junto a él se abraza a su pierna.- ¿Puedo llamarte hermanito? -Alza la cabeza para mirarle, aún sin quitar la sonrisa de su rostro.

Dariel: Vuelvo a mirar afuera cuando me paro en seco al notar como algo se abraza a mi pierna. Me quedo completamente helado y con cara de confusión cuando miro hacia abajo y veo a la niña enganchada a mi pierna como un cachorro de perro. Sonrío nerviosamente y trago saliva.
-Aah... ya tengo una hermana...- balbuceo levemente e intento negarme pero luego pone esos ojillos de cachorro perdido y simplemente no sé como, algo dentro de mi cede ante ella -Bueno, supongo que no viene de otra hermanita...- murmuro -Me llamo Dariel- aún sigo mirándola algo perturbado por su petición -Y tu nombre, pequeñaja?

Eileen: Sonríe aún más ampliamente cuando Dariel accede a su petición.
- Yo soy Eileen -Susurra tímidamente- ¿Y cómo es tu otra hermana? -Pregunta fascinada cuando Dariel la nombra.

Dariel: Mierda, qué quiere esta niña de mi? porque me hace esto? Me he portado bien, he impedido que Jules se estrelle absurdamente en plena ciudad, he dejado que la niña entre en la nave... porque tiene que hacer "esto"? "Es una espía! Está claro que es una espía! Tengo que seguirle el juego y pillarla!" pienso para mis adentros.

-Se llama Ivy, es pelirroja, divertida, cariñosa y con mucho talento, la... conocerás cuando lleguemos a casa- respondo -Y tú? No tienes familia?- le pregunto -Más familia?- añado, pensado que probablemente huye de los primeros, pero igual hay la esperanza de que tenga más de los segundos.

Eileen: - ¿La conoceré? ¿En serio? ¿En serio? -Comienza a dar pequeños botes, pero de repente cuando Dariel nombra a su familia se queda quieta.- Me vendieron cuando era muy pequeña... he ido de dueño en dueño... Estos últimos años incluso hacían que... -Se muerde el labio- Hacían que... -Se abraza con más fuerza a la pierna y pone su rostro contra ella- Sexo.

Dariel: "No, no no, que no se eche a llorar, por favor!". Bufo nervioso y exasperado, no se me da bien lidiar con estas cosas. Ivy siempre ha sido una niña fuerte. O no. Entonces me acuerdo de los muchos y variados numeritos que me ha llegado a montar desde muy niña... "Mierda, estoy vendido!"
-Vale, vale- trato de decir algo para calmarla -Ya estás a salvo, nadie te volverá a vender, te lo prometo -doblo algo las rodillas para alcanzar su cabeza con la mano y darle unas palmaditas en plan cachorrillo -Nadie te obligará a hacer nada de eso, estarás a salvo en breve. Una nueva vida. Si?- trato de sonreír forzadamente. Cuan conocidas me sonaban esas mismas palabras, no hacía tanto que las había dicho...

Eileen: Está a punto de ponerse a llorar pero las palabras que le dice Dariel parece que consiguen calmarla, por el momento.
- No sabía que hubiera tanta gente buena como Cassia ahí fuera... -Murmura y tras limpiarse con la mano alguna que otra lagrimilla que se le había escapado, se limpia los mocos al pantalón de Dariel.- ¿Sabes qué me apetece? Dormir un día los tres juntos. Tú, la otra hermanita y yo, como una familia.

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20/11/2010, 12:33
Director

Mientras Eileen ha conseguido "colarse" en la lanzadera de la Orpheus, donde está haciendo un gran trabajo desquiciando al pobre Dariel, que se ve atrapado como un ratón en una trampa para ratas, nuestro infatigable Capitán, Julian Crautchin ha cruzado ya la torii de entrada a los jardines y ha empezado a caminar por el sendero de piedras, debidamente señalizado e iluminado, para que nadie se pierda en la oscuridad nocturna, entre los árboles.

En el interior de la casa, a una impaciente Cassia no le queda otra que esperar la llegada de Crautchin con su tigre dorado, sosteniendo la atenta mirada de Meyers, que también empieza a estar visiblemente nervioso ya que cada vez se están amontonando más invitados en la Sala Principal y él, como anfitrión, aún no ha dado señales de vida. Su secretario, carraspeando levemente, se ha acercado a éste y en voz baja ya le ha dicho varias veces que los invitados esperan con impaciencia y extrañeza, ya que no es algo típico en él ser el último en aparecer en sus propios eventos. Finalmente Meyers cede y coge de la mano a Cassia.

-Entonces no hagamos esperar más ya, mi secretario la avisará cuando llegue su... "amigo" con su paquetito, para que se lo pueda dar- dice éste, sonriendo levemente. Tomando del brazo a Cassia, les dirige a ambos hacia la Sala donde se va a realizar la Gala Benéfica.

 

 

Toda maravillosa y lujosamente decorada, estaba ya bastante llena de gente, toda elegantemente vestida, con seda y brocados, formando un precioso tapiz de múltiples colores. Las mujeres llevan todas el pelo recogido en distintos tipos de peinados, algunas con más acierto y gracia que otras, pero todas impecables y enjoyadas hasta el mínimo detalle. Los hombres van todos con trajes de chaqueta elegantes, trajes de gala militares y algún que otro frac o esmoquin, dependiendo de su relevancia en la sociedad persephoniana. También se puede ver a algún que otro miembro destacado de la comunidad científica, con su porte serio y algo aislados del resto. Se habían formado pequeños corrillos y una música de cámara sonaba de fondo, procedente de una pequeña tarima que hay a un lado, con un grupo de músicos de corte claramente clásico. Al otro lado, unas enornes y largas mesas proponen a los invitados toda una serie de placeres para las papilas gustativas.

 

 

Nada más asomar la cabeza ambos, todos se giraron hacia las escaleras por donde están bajando Meyers y Cassia, elegantemente ataviados. Las caras sonrientes y los aplausos no se hacen esperar. Empieza la fiesta!

 

Notas de juego

Bueno os dejo un turno más de posteo hasta el domingo, que es cuando daré por cerrada la escena y repartiré algún px's ^^

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20/11/2010, 12:48
Cassia Ren-Shen

Notas de juego

*levanta la mano* Una cosilla; Cassia no estaba esperando al mayordomo ni nada D: De hecho, le dijo al sr. Meyers q ya podían bajar ^^U

 

Master: Hecho. Ya rectifiqué, perdón por el fallo, no me dí cuenta mientras escribía... ^^u

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20/11/2010, 12:42
Director

En la Sala Común de la Orpheus, Ivy e Ian siguen haciendo de las suyas, entre partida y partida de cartas, acumulándose favores de trabajo "comunitario" para Ivy, ya que parece tener una mala racha con las cartas. Steve y Natalie parecen felices en su mundo bebiendo sake, mañana tendrán una horrible resaca, muy probablemente! Y ajeno a todo, o eso podría parecer, Ashton Kaplan está metiendo un cacharro con una masa extraña dentro del microondas del futuro, que sirve tanto para cocinar como para deshidratar alimentos y poderlos conservar mejor. Mientras espera que el aparato obre su "magia", apoya los brazos en la superficie de preparación de alimentos y se queda mirando a Ivy y a Ian, alternativamente. Luego mira a Natalie detenidamente unos segundos, abre los ojos en extremo y luego desvía la mirada hacia Steve, donde parece volver a su calma habitual.

-Debería cambiar de cartas, Señorita- le dice a Ivy -Va a volver a perder. Tiene el As. Siempre gana el As... Tal vez debería hacer algo de estofado, mañana agradecerán comer algo sólido cuando se levanten con la cabeza cargada y dolorida -añade de carrerilla. Salta el dispositivo de aviso del microondas con un tiing! y Ashton se gira a mirar como está su obra de arte culinaria. Lo saca y el olor  delicioso a pastel casero inunda la Sala...

 

Mientras, Kratos Syn inicia su guardia de vigilancia por la nave, armado hasta los dientes y va pasando por cada pasillo y cada cubículo, intentando asegurarse de que nadie se cuela donde no toca... Paso a paso va recorriendo la nave, la mayor parte está en penumbra o a oscuras, para ahorrar energía así que Kratos se guía por su intuición y su bonita linterna. Se conoce bastante bien la nave así que podría prácticamente recorrerla a ciegas si quisiera y con pocas cosas chocaría de frente...

Planta Baja Despejada. Había pasado por la enfermeria, que estaba con las luces apagadas y vacía. La zona de carga estaba justo como la habían dejado hacía unas horas, con las 6 cajas de mercancia bien atadas con una red de contención y la mula sujeta a sus anclajes. Sube unas escaleras y cruza el pasillo hasta llegar a la zona de los bunkers de los pasajeros. Dos de ellos están cerrados pero sólo en uno de ellos se ve luz a través del material fino de la puerta. El otro está a oscuras,, probablemente su ocupante esté durmiendo... Los otros 2 cuartos ocupados tienen las puertas abiertas y están vacíos.

Kratos continua su ronda. Sube a la Primera Planta y asoma la cabeza en primer lugar en la Sala de Máquinas, donde reside el corazón de la nave, su motor de propulsión. Está a oscuras, apenas iluminado por algunaos pilotitos  encendidos de los mecanimos del motor y accesorios varios. No hay nadie y Kratos se alarma por unos segundos. Entonces se acuerda  deque Steve, su ciudadana principal, está en la Sala Común, así que simplemente cierra la puerta de acceso y continua andando. Se dirige hacia la Zona Común, entra en ésta y al contabilizar los que hay ahí dentro, ve que las dos habitaciones vacias de los pasajeros son las de Natalie y Ashton y se relaja un poco. No ha perdido a nadie. Eso es buena señal. No sabría como explicar a Dariel y a Julian que había perdido "gente" durante su Turno...

A pesar de la distracción tentadora de las risas, el alcohol y las cartas de poker de la Sala Común y el olor a tarta (que le está haciendo babear a más no poder), Kratos continua la ronda y se marcha hacia la zona privada de la nave, donde están los cubículos de la tripulación y el Puente de Mando, no sin antes prometerse a si mismo que en cuanto haya acabado ese primer paseo volvería a la Cocina a exigir su ración de pastel, como justo premio por un duro día de trabajo!

Notas de juego

Vale, teneis un turno más por si alguien quiere añadir algo. El domingo daré por cerrada esta escena ^^

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20/11/2010, 17:15
Cassia Ren-Shen

|Mansión Meyers-Gala Benéfica|
{Julian & Cassia & Master}

Julian: Al final había terminado por alejarme de la nave. Porque se supone que yo no puedo ver como entra la niña, así como se supone que yo no sé lo de tal niña... A ver qué tal le va a Dariel con ella.

Seguí en camino iluminado que tenía una sospecha de dónde terminaba y no me gustaba nada. No quería mezclarme tanto en aquel sitio así que esperaba poder quedarme al margen. Que alguien saliera en mi busca en lugar de buscar yo... Encima eso.

Por lo menos iba armado, no sea que torcieran las cosas, que nunca se sabe. No me fío yo un pelo ni de esta gente adinerada y refinada, al final resultan ser los peores.

Cassia: No esperaba lo contrario; desde luego el enorme salón estaba decorado de forma cuidada y detallista. Quizá sea mi primera impresión, pero a pesar de la buena impresión visual todo parece bastante recargado si se combina con la cantidad de invitados; el chi se pasea por el lugar, rebotando contra todo...Fluye, pero de forma desordenada.

Tengo la impresión de que los invitados han sido tan puntuales que los últimos en llegar somos Meyers y yo; lo sé por todas las cabezas que se giran a mirarnos cuando entramos. Lejos de incomodarme, sonrío y voy saludando a la gente con ligeras reverencias de cabeza, sujeta del brazo de Franklin. Lo divertido, y a la vez extraño de todo esto, es ver caras conocidas, gente de la que ya fuiste del brazo anteriormente.

Master: Franklin Meyers se toma su pequeño momento para recubrirse de un aire marcial e impoluto y baja las escaleras con Cassia, sonriendo y saludando a los invitados a medida que se iban acercando unos y otros. Presenta a Cassia a cada uno de éstos, aunque algunos de ellos son claramente viejos "conocidos" de ella.
 
Uno de los camareros contratados para el evento acerca una bandeja de copas de champagne y Meyers coge dos, dándole una a Cassia. Tras eso, se oye el tintineo de una pieza de metal contra el cristal para llamar la atención de los invitados y que se haga el silencio. Meyers da el discuros de bienvenida y pide disculpas por el retraso, añadiendo alguna que otra nota de humor al respecto. Todo parece ir bien. El lujo, la suntuosidad y las montañas de comida hacen su efecto en la fiesta y todo el mundo parece feliz y contento. El brindis de inicio es todo un éxito, a pesar de los retrasos.
 
Afuera, Julian recorre el camino a solas o casi. Algún que otro invitado rezagada y tardón, le sigue a la zaga, queriendo pasar disimulado por tal ofensa social. Nadie parece estar esperando a Crautchin afuera, así que cada vez se hace más obvio de que va a tener que entrar en la casa por algún lado y encontrar a alguien que le guie hasta Cassia...
 
En la fiesta, algunas mujeres elegantes se acercan a Cassia, con sus sonrisillas de hipócritas.   
 
-Querida, que vestido tan... casual, es tan bonito, en serio, aunque yo no sé si tendría tanto arrojo como tú, pero es lo que tienen las de tu profesión, no?
 
Julian: Oh, joder ¿dónde coño hay alguien que le pueda llevar esto a Cassia? Porque no pienso entrar ahí. No, ni hablar. Sería demasiado... Raro se queda corto. No sé, no me sale pensar una palabra apropiada ahora mismo.
 
Tras pensármelo un poco, desconfiado, empujo con la mano la primera puerta que me encuentro para entrar en la casa.
 
Cassia: ...Y aquí viene lo que menos me gusta de ésta precisa parte de mi trabajo: lidiar con resentidas o cerradas de mente que se esconden tras amabilidad de cartón-piedra y sonrisas pintadas sobre una mascarilla. Yo estaba tranquila con mi copita, ta ma duh.
 
Doy un pequeño sorbo del champán antes de devolverle la sonrisa a la mujer que ha hablado, agradeciéndole con ella el "cumplido".
 
-Bueno, supongo que cada una viste lo que sienta mejor al cuerpo de cada una, ¿no?-ladeo la cabeza con la misma sonrisa, pequeña y cándida, acariciando el cristal de la copa con los dedos de la mano libre.-Por eso no me puedo figurar el motivo por el que hay tanta tela en esta sala...-murmuro echando un suave vistazo alrededor a la vez que vuelvo a llevarme la copa a los labios.
 
Master: Nada más cruzar la puerta, la música de cámara y el tintinear de copas y joyas asaltan los sentidos de Julian. La casa es de una belleza y valor que pocas veces había visto en su vida y encima la Sala, bellamente decorada, estaba llena de gentuza ricachona y montones de comida gratis. Nada más poner el pie dentro, algunas miradas se giraron hacia él y miraron con desprecio y escandalo hacia éste. 
 
Entre su indumentaria de pobretón y sucio y su poco aspecto de ser un "invitado", no dejaba de llamar la atención. Alguna mujer suelta alguna sonrisilla por lo bajo y le desnuda con la mirada, porque que sea un pobretón no quiere decir que no valga un buen revolcón...
 
-¿Tiene invitación, Señor...?- se le acerca un tipo vestido con uno de esos trajes blancos y negros, de "pingüino" como suele llamarlo el vulgo, y le mira de arriba a abajo, como si un leproso se estuviera intentando colar en una fiesta infantil.
 
Mientras, a unos cuantos metros de la entrada, muy hacia el fondo de la Sala, Cassia lidia con elegancia suprema con la Liga de Mujeres Arpias que no Tienen Nada Mejor que Hacer.
 
-Está... claro, querida, a cada una lo que le corresponde- continua sonriendo. Las demás mujeres la corean riendo también, para no ser menos.
 
Meyers está ocupado hablando con un hombre mayor, barrigudo y bigotudo, y por lo que Cassia puede oir, a pesar de todo el ruido y la música, es que hablan de negocios. El viejo intenta convencer a Meyers de que financie un bonito proyecto médico de unos laboratorios, Blue Sun, ¡todo en nombre del progreso y de los niños!
 
Julian: Me paro en seco cuando se me acerca aquel tipo. Y tuve que entrar directamente en la fiesta... No podía entrar por otra puerta alejada, no... Tenía que ser justo por esta puerta.
Le miro alzando las cejas, sin seguir el 'señor...' que el había dejado en el aire.
 
- Sí, claro ¿cómo no? - le digo sarcástico - Me ofende esa pregunta, ¡si fui de los primeros en recibir invitación! - ojos en blanco - Solo vengo a traer algo para la señorita Ren-Shen - aclaro dejando a un lado el sarcasmo.
 
Cassia: -Por supuesto.-asiento yo con la cabeza sin perder a ninguna de vista. Su coro de risas no puede sino recordarme a una parvada de patos siguiendo a su madre en una fila de perfecto orden y aparente serenidad, mientras todos patalean frenéticamente bajo las aguas de la charca.-Aquellas que hacen lo que se requiere de ellas se convierten en esclavas; aquellas que hacen más de lo que se requiere de ellas son mujeres libres.-amplío un poco la sonrisa.-Reflexionen sobre su posición, queridas.
 
Justo cuando termino se arma un sutil revuelo entre los invitados, que dirigen sus miradas en la misma dirección y murmuran entre sí. Desde mi privilegiada altura puedo ver sobre unas cuantas cabezas que la puerta se ha abierto, así que ya puede haber llegado un pobre paria social para armar la que ha armado...
 
...No he dicho nada; es Julian. Suelto un suspiro pequeño, discreto, y me disculpo con las señoras aburridas con un gesto de cabeza antes de acercarme a Meyers para interrumpir solo un momento su charla con aquel hombre.
 
-Vengo enseguida; alguien tiene un problema de comprensión auditiva...-le susurro cerca del oído. Después sonrío al otro hombre.-Disculpen.
 
Y tras otra reverencia de excusa, me dirijo hacia la entrada y le hago un gesto a Julian para que salga fuera, yendo yo detrás.
 
Master: El encargado de anunciar los invitados mira con cara de estirado y recelo a Julian y suelta un bufido por lo bajo.
 
-La Srta. Ren-Shen ahora mismo está ocupada, dudo que una mujer de su categoria quiera nada de un buhonero- responde éste -Pero si lo que quiere es comida, vaya por la puerta de detrás, en la cocina le darán algunos restos de comida, siempre sobran en estos eventos- y trata de echar con un gesto de las manos a Julian de la entrada. La gente a su alrededor está empezando a cuchichear...
 
Por otro lado, Meyers asiente con la cabeza, ante el comentario de Cassia y llama a su secretario con un gesto. Se disculpa con el hombre que estaba hablando y le susurra algo al oído a su secretario.
 
-Roy te acompañará. Por si acaso hay algún problema- se acerca a Cassia y le da un beso en la mejilla, afectuoso.
 
Vuelve a su conversación con el de los laboratorios y Roy, con cara de resignación, se acerca a Cassia para acompañarla.
 
Julian: Juro que iba a seguir a Cassia sin mas. Lo juro. Pero es que después de escuchar lo que este Feh Feh Pi Goh ha dicho, no puedo. Vale que me llame 'buhonero', vale que me ofrezca sobras de comida... 
Doy un paso hacia él para encararle.
 
- ¿Acaso yo he entrado metiéndome con usted? - pregunto antes de apretar mi mandíbula - ¿O con alguno de los invitados? No ¿verdad? - le miro de arriba a abajo - Porque podría decir perfectamente que usted me parece un lameculos estirado que no pinta nada aquí mas que vocalizar los nombres de los hombres ricos que le pisarían la cara sin pararse a mirar qué han pisado - digo esto seguido, sin respirar.
 
- ¿O cree que algún día será uno de ellos? - sonrío de lado - Lo que me diferencia a mi de usted es que yo soy feliz siendo un pobretón desgraciado y usted no lo será en la vida por aspirar a lo que aspira - le señalo - Y una última cosa... Puede que la señorita Ren-Shen esté hecha para todo esto pero recorre el verso en mi nave - le sonrío - Y no le parezco un 'buhonero' así que para la próxima ocúpese en saber con quién habla o podría llevarse un puñetazo en toda la boca. Lio Coh Jwei Ji Neong Hur Ho Deh yung Duh Buhn Jah J'wohn - le espeto bien cerca de su cara.
 
Cassia: Oh, Buda sagrado...Julian entra en su modo "a mí no me dices eso fuera del bar. Ni dentro", y ahí sí que ni me molesto en intentar callarle y que salga, aunque tampoco me atrevo a mirar al hombre que Meyers ha enviado conmigo, Roy. No le costaba nada estarse calladito, no; el niño tiene que montar la escenita cuando no le dejan jugar con los mandos de control.
 
-Julian...-le pongo la mano en el hombro cuando termina, apretándoselo y tirando un poco de él para que se aparte del hombre de esmoquin. Le hablo en un susurro tranquilo, intentando que se relaje.-Este hombre sólo hace su trabajo; no puedes pagarla con él de esta manera.-miro ahora al otro hombre, sonriendo con una pequeña mueca.-Discúlpale; es un hombre muy susceptible, pero le debo un techo, y como tal, me gustaría que no se le tratara de forma despectiva.
 
El criado mira con horror a Julian, tras oir un montón de improperios indignos de ser nombrados en una casa tan elegante y de alta alcurnia. Antes de que llegase Cassia llama a gritos a los de seguridad que vienen corriendo. Dos agentes uniformados y armados se acercan con cara de pocos amigos. Lo único que impide que acabe Julian abatido en el suelo, aplastado por dos mastodontes humanos es la voz sutil de Cassia llamando al orden y la ayuda en la sombra de Roy, que frena a ambos agentes de seguridad.
 
-Lo siento Srta Ren-Shen, no se presentó de forma adecuada- el criado inclina la cabeza, tratando de disculparse. Roy se adelanta un poco y habla con los dos agentes, que parecen relajarse un poco.
 
-Será mejor que vayamos afuera, podrán hablar con más... privacidad y calma- dice éste.
 
Julian: - No hace falta - digo poniendo en las manos de Cassia el dichoso tigre de oro. Tengo muchísimas cosas que responder a lo dicho pero me callo porque me he quedado bastante bien después de lo que he dicho - Sé salir yo solo y tengo mejores cosas qué hacer - murmuro sin mirar a nadie, aunque imagino que Cassia entenderá que eso va por ella, y por lo que me ha pedido hacer - Sigan con su perfecta fiesta - me giro y abro la puerta para salir y volver a la lanzadera renegando un poco entredientes para mi mismo.
 
Cassia: A cuadros me quedo, vaya...Para empezar, ni siquiera he podido preguntarle por qué se le ha ocurrido acercarse hasta la casa, y más entrar por la puerta principal. Luego decido que no sé ni por qué me lo pregunto; es Julian. Acostumbra a tener las ideas que más me descolocan.
 
Cierro el puño alrededor del tigre de mi altar y me aprieto el puente de la nariz, suspirando y cerrando los ojos un instante mientras me relajo.
 
-Vamos...-le hago un gesto con la cabeza de vuelta al gentío a Roy cuando logro calmarme un poco.
- Tiradas (2)

Tirada: 1d6
Motivo: Alerta
Resultado: 5

Tirada: 1d6
Motivo: Percepción
Resultado: 5

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20/11/2010, 19:41
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Cassia es seguida por Roy de retorno a la fiesta y el mayordomo simplemente intenta recomponerse bebiéndose una copa de champagne de una de las bandejas que pasean los camareros y vuelve a su puesto de trabajo, algo más conforme. Los cotilleos continuan, ya que buena parte de la gente presenten en la fiesta ha visto lo que ha pasado y la otra mitad, se está haciendo eco de los chismorreos derivados de la escenita.

Meyers deja por un momento las conversaciones de negocios y se acercó a Cassia para comprobar si todo estaba bien. Pasados esos momentos dificiles, la fiesta continuó, con éxito. Tras el baile y la subasta Meyers consiguió recaudar una buena cifra de créditos para donar a la fundación de Niños desamparados y huérfanos y la fiesta terminó de forma brillante.

Cuando el último invitado por fín se marchó, Cassia acompañó a Meyers a su dormitorio y pasó a realizar la segunda parte de su trabajo bien pagado: unos buenos masajes relajantes, una buena conversación y dos botellas más de champagne hicieron su efecto. A la mañana siguiente, y tras pasar la noche entera con Meyers, Cassia pudo volver a la nave, acompañada por el propio Meyers, que la dejó sana y salva en el Puerto Espacial de Persephone City. En poco rato, recibiría la transferencia del pago por sus servicios. Un nuevo cliente satisfecho!

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20/11/2010, 19:58
Director

Por otro lado, Julian, caminando a zancadas con un cabreo encima del copón, cruza rápidamente el caminito de piedras hasta la torii de la entrada y alcanza rápido el interior de la lanzadera. No dice gran cosa. Dariel parece algo desquiciado pero también se queda callado. La única que tiene aspecto de ser feliz es Eileen, la pequeña cute girl. Esta vez llegan sin sobresaltos a la nave, la circulación aérea planetaria parece más tranquila que a la ida. Cuando entran de nuevo en la Orpheus, con una nueva habitante, se encuentran con una Sala Común abarrotada de gente.

Steve y Natalie parecen realmente estar muy borrachas e Ian y Ivy más de lo mismo, todos cantando la canción de las oaty fruity bars, como niños pequeños. Kratos está de pie amenazando a uno de los pasajeros, Ashton, que tiene un pastel en la mano. Parece que está reclamando su parte del pastel (y nunca mejor dicho). Y además huele increiblemente bien.

Cuando Julian y Dariel entran, todos se giran hacia ellos al percatarse entre vapores etilicos, que ven mal: hay 3 en vez de 2. Porque hay 3? Y porque una niña rubia sonriente nos saluda?

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20/11/2010, 19:59
Director
Sólo para el director

FIN DEL CAPITULO PILOTO.

 

Notas de juego

Aquí se cierra la escena, aunque dejaré hasta mañana por si alguien quiere añadir algo más, ok? Mañana intentaré poneros el inicio de la 2º si me da tiempo ^^