Partida Rol por web

Firefly: El Vuelo del Orfeo

Chap. 1: En la negra inmensidad

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21/10/2010, 16:42
Director

En un sistema planetario muy, muy lejano, surca la inmensa negrura una vieja nave con una muy joven tripulación, deseosa de hacer grandes cosas (bueno, vale, dejémoslo en sólo hacer "cosas"). Esta nave, una modelo Firefly, a pesar de haber visto mejores tiempos ha sido rebautizada por segunda vez en su larga y metálica vida con un nuevo nombre, Orpheus. Sus más recientes propietarios habitan entre sus entrañas de acero y cerámica, viajando a través del universo, confiando en su Moby Dick sideral, junto a una recién estrenada tripulación. La moralidad laxa y el exceso de vitalidad domina su entusiasmo explorador.

El capitán y primer propietario de la Orpheus, Julian Crautchin, intenta lidiar a diario con una tripulación desbocada compuesta por un Jefe de Seguridad y una mecánica, Kratos Syn y Steve Carson, y unos pilotos medio-locos, los hermanos LeFay, Dariel y Ivy, a los que no puede echar porque son dueños de la nave también, como él. Y una última habitante, una hermosa Acompañante Registrada, Cassia Ren-Shen, que había instalado su cuartel general en una de las dos lanzaderas de la Orpheus.

Navegando a través del Vacío, cada uno de ellos se encuentra a solas con sus secretos, donde nadie puede oírles susurrar pecados más oscuros que la propia Negrura.

Su destino? el planeta Persephone. El Retorno al Hogar o a lo más parecido que tienen en tierra, después de la Orpheus.

En la gran metrópoli, grandes edificios de ácero y cristal devuelven sus reflejos a los habitantes que circundan sus calles, tanto a pie como sobre aerodeslizadores o coches voladores. Edificios modernos de high-tech conviven con grandes mansiones aristocráticas repletas de lujos y chismorreos.

La aristocracia gobierna la Gran Manzana desde sus palacetes y bailes suntuosos, rodeados de jardines que les separan, cual muros de contención, de la masa gris del proletariado que, a pie, recorre las venas de la ciudad y mantienen en marcha los enormes engranajes de la economia persephoniana. De este modo, las clases altas consiguen moverse y conspirar entre ellos, totalmente ajenos a la pobreza, el hambre y el horror, regodeándose en una vida fácil, cómoda y regalada, entre montañas de fresas con nata y copas de champán. Médicos, científicos, altos directivos de laboratorios importantes, gerentes de empresas de alta tecnología... todos compiten por destellar más que nadie en las reuniones sociales, cuestión básica para las familias de alto standing.

 Mientras, las castas pobres y trabajadoras se hacinan en la periferia de la Gran Metropolis y en los alrededores de los Astilleros Espaciales, uno de los pocos puntos de encuentro donde éstos tienen la oportunidad única de obtener unas ganancias extras, vendiendo y comprando productos de todo tipo, principalmente de necesidades básicas.

En definitiva, unos pocos se divierten bailando con vistosos y carisimos vestidos de diseño mientras la gran mayoría tiene que conformarse con ratear unas tripas de perro a la perrilla y mendigando por las sobras de los ricos.

Pero para Ian Green y Natalie Hong, Life is Perfect. Forman parte de esa población favorecida que vive en un mundo moderno, un Paraíso Tecnológico, donde difícilmente les falta de nada.

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21/10/2010, 18:33
Director

[Perspehone City: los Bajos Fondos]

Lo que poca gente sabe o tiene claro, es que existe algo, o mejor dicho, "alguien" más dentro de ese orden social, que se mueve y repta justo entre las grietas sociales, las mafias Tongs. Vigilan y controlan quien entra y quien sale de sus territorios, incluso cuando pertenecen a otras bandas. El dominio, el terror y la disciplina férrea, junto con el carácter posesivo y territorialista, marcan su Imperio a la Sombra. Pocos son capaces de plantarles cara, sólo el Sindicato y algún líder de la mafia rusa ó franco-inglesa, como Adelei Niska y Badger. Algunas personas también añadirían en esta lista de redes de delincuencia y terrorismo no-estatal, a los Gremios y sus políticas mafiosas... pero esa es Otra Historia.

Natalie Hong camina entre sus calles, deslumbrada por los farolillos rojos* que nunca se apagan, ni de noche ni de día, siempre señalando a los ciudadanos donde encontrar las Casas de Dolor y Vicio que sacien sus ansias de perversión y vacían sus bolsillos y carteras del peso extra de billetes y monedas de todo tipo. "La Casa acepta Todo Tipo de Pagos," es lo que siempre le dice  James Hong a Natalie, su adorable y preciosa hija, a la que tanto cariño profesa. Y hablando de su padre, le había mandado a aquel pardillo de Huang-Shi para mandarle la nota de que quería hablar con ella, aunque lo más sorpresivo de todo era esa forma de remarcar los carácteres chinos para Es Urgente. Y encima en la Casa de Apuestas, un sitio donde normalmente nunca nadie de la familia la queria rondando por allí...

Tras caminar unos minutos y cruzar varias calles y paradas de pescado y especias de todo tipo, Natalie llega a la entrada supuestamente oculta de la Casa de Apuestas, entre el aparador de una Casa de Farolillos Rojos y una tienda de un quiropráctico.

Notas de juego

Para quien no lo sepa, el farolillo rojo en la cultura china es la señal que cuelgan todas las casas de prostitutas en la puerta para que los cliente sepan donde encontrar el sitio adecuado, son como los carteles de luces de neón en Europa, para entendernos xD

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21/10/2010, 18:37
James Hong

[Casa de Apuestas] 

James Hong espera paciente, en un rincón de la pequeña Sala de Juego instalada tras la puerta secreta de la tienda del quiropráctico, a la llegada de su adorable hija. Había mandado a Huang-Shi a por ella... Esperaba cierto grado de eficiencia por parte de sus hombres. Se enciende un cigarro greenleafiano y tararea con los dedos sobre la mesa de formica y pvc mientras boquea y hace anillos de humo gris con la boca. Le encantan esos momentos de calma...

Se oyen los gritos de los jugadores y el sonido de los dados rebotando dentro de los cubiletes, insultos en chino y risas. No hay mucha luz en el sitio que digamos...

Notas de juego

Vale Isa, esta escena es enteramente para ti, los demás no verán lo que hagamos en esta escena para no joder la trama de tu pj. Para tu primer post puedes describir como llegas a la Casa de Apuestas, como se siente y piensa Natalie sobre la reunión improvisada con su padre en la zona baja de la ciudad (un sitio donde no sueles ir) y como entra en la tienda y todo eso... Si tienes dudas, dimelo y te ayudo, q ya sabemos q los principios son duros ^^

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21/10/2010, 19:18
Director

[Interior de la nave Orpheus: Terminal Cortex de Acceso Personal de Cassia Ren-Shen]

Cassia lleva un buen rato revisando la lista de peticiones de clientes de sus servicios y tras leer y releer varias veces las anotaciones y servicios demandados, acaba fijándose en un cliente algo peculiar, el Sr. Franklin Meyers.

 

 

Por las anotaciones y puntuación dispuestas por el Gremio, como parte de su fichero, parece un buen objetivo: rico, muy rico, con influencia y limpio de antecedentes de todo tipo. Parece que ha deslumbrado a las y los mandatarios del Gremio de Acompañantes, ya que ha obtenido la máxima puntuación otorgada por éstos. Y está sólo interesado en los servicios de la enigmática Srta. Ren-Shen. Y su mansión está en la Capital de Persephone. Es casi perfecto. Tras haber tenido que hacer un viaje con aquella tripulación de locos, que no le había reportado apenas ganancias ya que sólo pudo visitar a un cliente (y aún daba gracias de ello) y a saber donde iría a parar dentro de unos días, con esos majaderos nunca se sabía cual sería el siguiente trabajo que cogerían... Y ella debe pagar su alquiler cada mes puntualmente y comida, y agua y objetos de lujo de todo tipo, el negocio de la Acompañante Registrada no es barato ni fácil, requiere muchos esfuerzos y mantener una imágen impecable...

 

 

El Sr. Meyers, en su video-petición se presenta de forma muy educada, seria y describiéndose a sí mismo como un hombre joven viudo, que perdió a su esposa, el amor de su vida, hace dos años a causa de una enfermedad incurable no contagiosa y que se ve incapaz de casarse de nuevo, buscaba los servicios de una Acompañante especial, que le ayudara a relajarse unas horas y acompañarle en una comida de carácter social en su lujosa casa flotante del Centro...

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22/10/2010, 16:20
Director

[Puerto Espacial de Eavesdown]

Las naves aterrizan en la zona destinada a ello y las tripulaciones aprovechan para pisar tierra, tras largos viajes en el espacio, sin salir durante días de la nave. En la Orpheus, tras discutir ágriamente todos sus tripulantes hacía apenas unas horas acerca de lo pasado en su último trabajo, un cargamento de suministros de la Alianza entregado en Shadow,  los pilotos aterrizan la firefly en el lugar asignado por los controladores del Puerto.

Cuando salen, no les esperan banderines ni confetti de colores, ni siquiera alguna enfermera sexy, sólo edificios de reluciente aspecto metálico y los sonidos de fondo del mercado que se monta alrededor del Puerto Espacial y sus Astilleros.

Entre paraditas de irisados colores, vendedores y clientes tratan de salirse con la suya, sacar el máximo beneficio de sus intereses. Hacía tiempo que en el Puerto se habia montado todo aquel tinglado de tenderetes y puestecitos de venta de casi cualquier cosa, al establecerse como el punto de encuentro entre las tripulaciones que bajaban de las naves que restaban en suspensión y las oportunidades rápidas de los pequeños comerciantes.

 

 

El deambular de personas, animales, mulas mecánicas descargando mercancia, gritos de vendedores ambulantes ofreciendo alimentos preparados de dudoso origen y capitanes tratando de atraer nuevos pasajeros, se entremezcla con el olor a especias variadas, caca de gallina y aceite de motor, mostrando un enorme mosaico colorista al turista y al recién llegado al puerto espacial.

 

Aunque, lo que todos agradecen nada más bajar de la nave es el aire. El aire, fresco, puro y libre procedente de una atmosfera planetaria con capacidad ilimitada. Todos respiran hondo al salir de sus naves, como si llevaran horas aguantando la respiración.

Pero no todo es placer en el Puerto de Persephone, es la oportunidad de conseguir nuevos trabajos, nuevos clientes y sobretodo, nuevos pasajeros con mucho dinero para gastar.  Y para eso estaban allí, especialmente tras los dos últimos fracasos, con todo aquel asunto de Rick Goblet...

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22/10/2010, 17:54
Director

[Complejo de los Astilleros Espaciales de Eavesdown: Taberna Mei-Xin]

 

 

Ian Green habia hablado hacia apenas unas horas con aquella chica pelirroja, Ivy y habían acordado reunirse en aquel antro para conseguir el puesto de trabajo en una nave espacial. No tenía muy claro en que podía consistir aquella reunión, tal vez una entrevista de trabajo? Debía esperar la llegada de dos hombres jóvenes, aunque desconocía su aspecto realmente, sólo esperaba que Ellos sí lo supieran o se pasaría la mañana haciendo el memo y dando vueltas, preguntando a todo el mundo si eran capitanes de una nave espacial llamada Orpheus...

Había llegado antes de la hora prevista al sitio, aunque aún no sabía muy bien como, a veces era díficil discernir qué hora era o si había pasado mucho o poco rato tras haberse fumado unos cuantos petas o devorado alguna que otra seta, pero la cuestión es que por impensable que pudiera ser, había conseguido encontrar aquel lugar tan... "peculiar". Poca luz para ser pleno día, humo de dudoso origen (como si no lo supiera distinguir lo que es tabaco de lo que no...), y una musiquilla pegadiza y aguda que acompaña en la danza a un par de chicas de curvas sinuosas y ropas sedosas y brillantes de colorines. Los estilos se entremezclan, bailarinas de la danza del vientre con camareras vestidas con kimonos de colores chillones, que sirven tan pronto sake como cerveza de arroz o té de menta. Todo para complacer a sus clientes de cartera modesta...

 

 

A simple vista se podía ver que estaba el local algo lleno, con los clientes habituales, y el suelo y las mesas están algo pegajosos. Una pantalla de Cortex de Acceso Público retransmite, muy de fondo, las noticias del día, sin que le preste atención prácticamente nadie del local, el fuerte olor a alcohol mataratas flota en el aire, filtrándose en las fosas nasales y pegándose en la ropa y el pelo...

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22/10/2010, 20:00
Ian Green

[Complejo de los Astilleros Espaciales de Eavesdown: Taberna Mei-Xin] 

Me doy cuenta de que me he quedado mirando el lugar, empanado. Realmente es un sitio fascinante. He venido varias veces a Persephone, en especial para contactar con Ivy. Pero NUNCA había estado en un lugar como éste. Y yo que creía conocer los tugurios del planeta... ¡Ja! ¡Al lado de éste, son sitios de lujo!

El olor a alcohol era casi insoportable, el porro que me había fumado antes parecía orégano comparado con lo que estaba oliendo ahora, el humo del tabaco... uf, me duelen hasta los ojos de lo concentrado que está... El olor a sudor de los individuos presentes, es más que detestable. Por no hablar de cómo está el suelo y... Puag, ¿qué es eso que tengo pegado en la zapatilla?

Esta taberna... ¡Es excelente! ¡Me encanta! Tengo ganas de ver a esos tipos, los amigos de Ivy.

Además, no puedo ni siquiera esperar a ver si llegan, ya que no sé quiénes son, ni cómo son. Tendré que esperar a que me reconozcan ellos y me digan algo. Hasta entonces, mi brazo derecho se mantiene apoyado en la barra del bar, mientras que mi mirada está clavada en las bailarinas. Cómo se mueven, las piernas, los brazos, su barriga... Me quedo absorto, observando este espectáculo mientras escucho una musiquilla de lo más pegadiza. Jamás la había escuchado, pero mola.

Me enciendo el enésimo cigarro sin apenas ser consciente de ello. Me fumaría un porro que me dejaría algo más relajado, pero igual sería incapaz de responder a mi nombre cuando llegaran ellos. Ya me he tomado demasiado hoy... por ahora.

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22/10/2010, 20:31
Dariel M. Lefay

-Jules lo ha dejado claro! Quietecitos y sólo responded preguntas sencillas con un "somos baratos y de fiar", necesitamos pasajeros que suelten la guita, how?- les digo muy serio a Kratos y a Steve. Me agarro a la pared más cercana al notar el aterrizaje algo brusco que realiza Ivy con la nave, le tocaba esta vez a ella y yo estaba demasiado ocupado camuflando a los dos.

-Nada de montar lios que atraigan a los Feds, estamos?

Habíamos acordado que Steve, Kratos y Ivy se quedarían cerca de la nave tratando de pasar desapercibidos y captando algunos pasajeros mientras Julian y yo ibamos a "entrevistar" al conocido de mi pequeña Ivy. Ella habló bien del tipo y yo me informé unas horas atrás acerca de ese tal Ian Green, a través del Cortex. Fue fácil encontrar quien era y de donde venía. Lo que no entiendo es qué hace un tipo de alta alcurnia queriendo trabajar para una nave de baja estofa como la nuestra...

"Será un espia infiltrado de la nien Mohn? Porque eso lo explicaría todo... Uhm... he de pensar cosas que le delaten!". Sí, sospecho de prácticamente de todo y de todos, es mi naturaleza intranquila. No puedo ni sé hacerlo mejor.

-Y sonreíd, sonreíd mucho, intentad parecer agradables... no le dejeis todo el trabajo a Ivy. Estoy convencido de que sois capaces de hacerlo mejor que eso...- les miro inquisitivamente, con los ojos entrecerrados.

Finalmente podemos pisar suelo terrestre y yo he terminado mi maravilloso trabajo con estos dos, ahora parecen dos... algo no peligrosos.

"Bueno, dejemoslo en que parecen "algo", es mejor así...".

 

 

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22/10/2010, 21:36
Cassia Ren-Shen

|Interior de la Orpheus-Lanzadera de Cassia|

-Jahn!-se me escapó con bastante alegría cuando supe que nuestra siguiente parada iba a ser Persephone. Siempre hay trabajo que hacer ahí, y ese iba a ser un cambio agradable respecto al último viaje. La Orpheus se había mantenido lejos de la civilización demasiado tiempo para el bienestar económico de mi persona; por lo menos había tenido un trabajo que me había permitido pagar el alquiler de mi lanzadera.

Conocía las limitaciones de viajar en una nave como ésta, pero eso no significaba que fuera a conformarme con un insignificante trabajo cada sabe-Buda-cuánto (porque, obviamente, aquel trabajo aún se lo debo a él). No hay nada gratis en esta vida, y menos con los lujos que debo costearme.
 
Así fue que nada más saber el tiempo que la nave estaría en el planeta comencé a ojear las peticiones para Persephone el tiempo que estaríamos. Siempre sigo la misma rutina para escoger clientes: comienzo viendo todas y cada una de las presentaciones, hago una preselección, una selección de la preselección y finalmente escojo al o la afortunada. Es un proceso en el que pongo mucha concentración, ayudándome con el olor del incienso más suave del que dispongo y de música de fondo que mantenga mi capacidad de juicio intacta.
 
Seré sincera; a veces soy un poco exigente en ese aspecto...pero es porque nunca se sabe cuándo pueden surgir problemas con los hombres más respetables. En la Casa de Entrenamiento no nos enseñan defensa personal por nada, dohn luh mah?
 
Franklin Meyers ya había llamado mi atención durante la primera preselección, aún fuera de la atmósfera de Persephone; inevitablemente había acabado pasando mis filtros hasta llegar a ser mi candidato elegido. Sin antecedentes, máxima puntuación por el Gremio, educado y con un cierto "algo" que me agrada. Además, no era un trabajo complicado; éste tipo de hombres solo buscan compañía. Ya había decidido que sería él poco antes del movimiento poco suave que indicaba que habíamos aterrizado.
 
Antes de enviarle una onda al sr. Meyers veo conveniente buscar su nombre en el Cortex. Es tan perfecto que me escama un poco el que solo esté interesado en mis servicios., y si resulta que solo estoy paranoica, por lo menos sabré un poco más de él antes de llamarle. También tendré que informar también a Ivy, que imagino que es quien se habrá quedado en el puente de mando.
 
Minimizo el registro de clientes, pauso la música y abro el buscador.
-Franklin Meyers.-digo con voz clara al terminal.
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22/10/2010, 22:31
Steve Carson

Al principio había sido como "¡Persephone!¡Persephone!¡Persephone!", pero después Julian había mencionado eso de que tenía que quedarme con Kratos (KRATOS) e Ivy al lado de la Orpheus para "captar clientes". Así, mi baile de la victoria y mis sueños de comida, tabaco y alcohol habían quedado reducidos a una cara sombría y un "estás bromeando, ¿no?".

Por desgracia, Julian no bromeaba. Me tendría que morir de asco allí con Kratos (KRATOS, JODER, KRATOS. Terminaríamos a palos y dándonos de hostias) e Ivy. Y no sólo eso, sino que mi deber y misión consistiría en atraer gente que pudiera pagar el viaje para transportarlos a yo qué sé dónde. Vaya puta mierda.

- ¿Cómo quieras que sonría cuando me tengo que quedar aquí, eh? ¿Eh, eh, eh? -insté, sin quitar mi intento de cara sombría- ¿Sin diversión, sin nada? ¿Eh, eh, eh? -insistí. Esperaba que se sintiera un poco mal. Un poquito.

Pero se fue sin contestar. Me giré, apoyé las manos sobre la cintura y miré de arriba a abajo a Kratos.

- Pareces un puto mendigo.

Y, cabreada, salí de la nave. Me sentía como un maldito mono de feria. ¡Tuve que quitarme el mono y ponerme una maldita peluca! Y no una peluca normal, no: una peluca rubia. Argh.

Aún así, intenté dibujar una sonrisita cuando me planté en tierra firme. Si conseguíamos clientes conseguiríamos dinero, lo que significaba comida. Mucha comida. Comida de la que, por cierto, me hartaría sin pensar en el capi y Dariel.

Me crucé de brazos.

- Ja, Feds. Como si no se fueran a fijar en una maldita rubia con cara de mala leche -hice una pausa-. Joder.

 

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22/10/2010, 22:37
Ivy LeFay

[Cerca de la entrada de la Orpheus]

Wuo Dub Tian Ab.

Me encantaba aterrizar, era una de las mejores sensaciones del Verso. Ese cosquilleo que recorre tu columna vertebral como si fuese una descarga eléctrica, que eriza por completo tu piel... y la sensación de ver delante de ti como la tierra va aproximándose más y más... Saber que un movimiento en falso y todo se va al garete... ¡Te hace sentir Dios! La vida de todas las personas que van en la nave depende de ti, es más, puedes hacer que te obedezcan...

Ya me lo podía imaginar...

- Oh si... -Susurré con una pequeña sonrisa en los labios, sonrisa que se convirtió en una expresión de sobresalto al notar el rebote algo brusco debajo del culo debido al aterrizaje. Me había emocionado demasiado...- Eh, pequeña, ya sé que hacía tiempo que no penetrabas -miro de reojo a Dariel- ninguna atmósfera, pero no te emociones tanto -Bromeo, mientras acaricio la zona de mandos de Orpheus.
Al apagar el motor me levanto para salir de la nave. Dariel se iba a la entrevista con Ian, y Kratos y Steve buscarían clientela al igual que yo.

- ¿Dónde se han metido Steve y Kr...? -Es entonces cuando me doy cuenta de que Steve está fuera. Abro los ojos de forma desorbitada al ver sus pintas y reprimo una sonora carcajada.- Buena suerte -Fue lo único que se me ocurrió decir al pasar junto a ella. Cuando giré rodeando la nave, estallé en carcajadas.

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23/10/2010, 12:32
Natalie Hong
Sólo para el director

Estaba extasiada con aquel sonido tan profundo, la melodía del ku-chin invadía mi mente y me hacía sentir que estaba en otro lugar apartado de la civilización, en mitad del bosque, me recordaba unos olores que no conocía. De repente un toque en el hombro me volvió a la realidad, Huang-shi, uno de los hombres de mi padre, se inclinó respetuosamente y me ofreció un papel plegado con un símbolo estampado, sin duda se trataba de una orden de mi padre. En la nota me pedía que me reuniera con él lo antes posible en la casa de apuestas. Tras un gesto de asentimiento Huang-shi se dio media vuelta y lo seguí a cierta distancia. No me gustaba que me relacionasen directamente con los hombres de papá, asustaba a los chicos y chicas que pretendían acercarse a mí.

A cada paso aquella melodía se hacía más lejana, la chica que estaba tocando la cítara en la calle, para ganarse la vida, tenía talento, una lástima, corría peligro en aquellas calles llenas de bandas que controlaban cada centímetro.

Nos adentramos en calles cada vez más estrechas y llenas de gente, puestos de pescado, especias y demás. Los olores eran muy fuertes y contradictorios, nunca lograría acostumbrarme a aquello.

Me acercaba a la casa de apuestas donde me había citado mi padre. Huang-shi se apoyó contra la pared frente a la entrada, desde allí me indicó sutilmente que entrara. A un lado una Casa de Farolillos Rojos, al otro una tienda de un Quiropráctico. Crucé la puerta, el ambiente estaba viciado, aquel olor me asqueaba, era una mezcla entre tabaco, alcohol y sudor, de poco servía lo limpio y ordenado que pareciera todo. Al fondo se veía una puerta, delante a la izquierda, un hombre en una mesa jugando al Fan tan, aquel hombre me causaba repulsión, de aspecto sudoroso, con poco pelo intentando ocultar su calvicie y con lamparones en la ropa, me lo imaginaba allí intentando conseguir algo de dinero para luego bajar a la Casa de Farolillos rojos a gastarlo. Al acercarme se quedó mirándome con cara de vicioso perturbado, seguramente pasaba por su mente algún tipo de perversión sexual. Si no estuviera en el negocio de papá le habría cortado el gaznate a aquel desagradable individuo, pero no podía causar ningún alboroto allí, así que continué mi camino con decisión hacia la puerta, toqué dos veces y sin esperar respuesta entré. En aquel cuartillo se encontraba mi padre, sentado tras una mesa y fumando un cigarro con cara de impaciencia.  

Lo vi tan serio y firme como siempre, me acomodé en una silla y dejé que me explicara el motivo de aquella reunión.

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23/10/2010, 18:38
Julian Crautchin

|Orpheus-Persephone|

Persephone. El lugar donde toda mi vida había cambiado. El lugar que me había brindado oportunidades y mejoría en tantos aspectos que solo podía volver allí con una sonrisa.
Una sonrisa interna, claro, porque para darles órdenes a los chicos de mi tripulación tenía que ponerme un poco serio o pasarían de mi olímpicamente.
Ahora mismo, Persephone era el lugar en el que soltar a mi tripulación para que se encargara de diferentes cosillas. Así como podrían liberarse un poco, ya que siempre venía bien una parada después de tanto tiempo en la nave.

Tras indicarles a cada uno lo que debían hacer, me fui con Dariel a ver al tal Ian Green. Un doctor adinerado interesado en trabajar con nosotros. ¿Por qué? No tengo ni la mas mínima idea pero eso era lo que esperaba averiguar con aquella entrevista.

Intento no pensar en Steve, Ivy y Kratos captando clientes porque no sé si me da la risa o tengo que preocuparme. Sinceramente, prefiero preocuparme de ello si es que la lían realmente... Habrá que confiar en mi tripulación ¿no? Les he dado un trabajo sencillo y unas pautas para realizarlo con éxito.

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23/10/2010, 19:56
Director

[Lanzadera de la Orpheus: Terminal Cortex de Acceso Personal de Cassia Ren-Shen]

La Terminal capta las palabras pronunciadas por Cassia e inicia su tarea. El buscador de la Terminal tarda uno segundos en dar todos los resultados para la entrada Franklin Meyers:
-Ex-oficial de la Alianza
-Esposa muerta de cáncer.
-Compra de acciones de varias empresas, entre ellas algunas de los laboratorios Blue Sun.
-Alta gastronomía
-Cotilleos de la Alta Sociedad: se le ha visto con la Dama Elisabeth Bethancourt en la Fiesta de los Ching. Apareció solo en el evento social del año, los premios al Humanista del Año, hospedados por Alain Duglass, importante magnate de los negocios. Organiza esta noche en su casa una cena para recaudar dinero para el Hospital Infantil, donde las personas más importantes e influyentes se reunirán por una buena causa.

Todo parece indicar que es una persona decente, seria e incluso generosa. Nada parece contradecir la información dada por el Gremio o el propio cliente.

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23/10/2010, 20:02
James Hong

James Hong mira con detenimiento a su hijita Natalie, mientras suelta el humo del cigarro con calma y parsimonia. Observa como se sienta con elegancia en la silla que hay enfrente de él, y como mira con desprecio a alguno de esos huen dahn que están perdiendo su dinero y la dignidad en el juego de dados. Deja de tararear mentalmente esa melodia en su cabeza y sus dedos dejan de tamborilear sobre la mesa de formica y pvc.

-Todo bien mi princesita?*- así es como solía llamarla en casa, cuando quería tener un gesto cariñoso con ella y con su madre, especialmente cuando había tenido un día duro en la "oficina". Le gustaba llamarla así y acariciarle el pelo para acto seguido darle un beso en la frente, pero este no era el sitio ni el momento apropiado para ese tipo de demostraciones de afecto y se queda en un epiteto cariñoso y familiar, oculto dentro de aquella esquina oscura y apartada del resto de gente que ocupaba aquella sala sórdida.

-Huang-Shi se ha portado como un hombre y no te ha importunado verdad? Ya sé cuan poco te agrada venir a este sitio, pero era necesario...- empieza éste, intentando encontrar el modo de decirle algo de tremenda importancia para su querida hija, su futura heredera del Imperio que él y su padre habían creado y consolidado con tanto esfuerzo (básicamente a base de extorsión y enterrar cadáveres que luego eran cubiertos con sacos de cal viva y agua).

Notas de juego

traducido del chino (supuestamente hablais ambos en chino y ningún idioma más entre vosotros dos).

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23/10/2010, 20:14
Director

Kratos, disfrazado con una peluca de rastas y una barba, espera paciente, sentado en una de las sillas plegables que tienen en la nave para este tipo de situaciones (la espera siempre era larga y estar de pie durante horas en un mercado es aburrido, todos lo sabemos) tratando de no estorbar, tal como le ha ordenado Dariel hacer. Al lado, está Steve. La gente va y viene, pasando por delante de ambos hasta que uno se les para delante.

-Qué alcance y potencia tiene esta nave?- pregunta con una voz nasal un chico extremadamente delgado, con el pelo corto y oscuro y cara de enteradillo.

 

Notas de juego

con el perdón de Villy, he movido ligeramente a su pj en su ausencia de fin de semana para poder introducir la acción.

Nota: Vilches cuando vuelvas hablamos, que faltará tu post de inicio individual ok? no me odies xD

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23/10/2010, 20:01
Cassia Ren-Shen

 

|Lanzadera de Cassia|

Mientras el terminal buscaba la información en el Cortex y la cargaba en la pantalla yo había cogido un collar mala y jugaba con sus cuentas en mis manos, sobre mi regazo. No empiezo a leer hasta que he terminado de pasar cada cuenta entre mis dedos.

Todo parece en orden; ninguna contradicción. Vuelvo a jugar con el mala al repasar toda la información, fijándome especialmente en el detalle de su pasado como oficial de la Alianza, cuando aprieto el mala entre mis manos. Pero ya está; no dejo que eso me domine ni me eche atrás. Eso no quiere decir nada; solo que no puedo confiarme demasiado.

Suspiro cuando termino de informarme, y tomo mi espejo de mano para retocarme un poco antes de enviarle una onda al sr. Meyers y hablar con él. Ya me había arreglado antes de entrar en la atmósfera de Persephone, pero tengo que dar una impresión impecable.

Eso sí, mientras espero a que el sr. Meyers conteste, mantengo el mala en mis manos.

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23/10/2010, 20:48
Henry Miller

Mientras, Ivy no para de descojonarse por las pintas de Steve y Kratos, algo alejada de donde ellos estaban situados, un chico con gafas de pasta negra y un aire de timidez en el rostro, se acerca a nuestra joven y vital pelirroja...

-Señorita, sabe quien es el Capitán de esa nave? Usted...- balbucea levemente, parece costarle mirar a la cara a la chica sin ruborizarse o morirse por fusión con el suelo -navega en ella?- termina con una vocecilla.

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23/10/2010, 21:33
Julian Crautchin

[Conjunta Dariel, Ian y Julian]  [Taberna]

Dariel: Tras advertirles a aquellos dos que nada de follones, le doy un rápido abrazo de oso a mi hermanita Ivy, que no para de revolcarse de la risa y me marcho corriendo con Jules, situándome a su lado.
-El tipo parece estar limpio, encontré algunas cosas interesantes en el Cortex sobre él, es una especie de "cerebrito" de las tiritas y las vendas- hago un gesto con la mano, remarcando mis palabras de "algo, lo que sea" -Demasiado limpio, es... casi sospechoso, podría ser un Fed encubierto, de esos que van de paisano, no me fío mucho...- finalizo, apartándome un par de mechones de pelo oscuro que caen sobre mis ojos.

Julian: Escucho a Dariel pensando en que jústamente él sospecha lo mismo que yo. No acababa de entender cómo alguien como él podría interesarse en meterse en una nave como la nuestra.
- Yo tampoco me fío, ja hwo - le digo a Dariel caminando hacia la taberna - Deberemos tener cuidado y asegurarnos de que no es un fed - carraspeo un poco y me coloco mejor la chaqueta - De todas maneras, si quiere jodernos no sabe lo mal que ha ido a elegir a sus víctimas - sonrío de lado.

Dariel: Sonrío maliciosamente ante lo que dice Jules.
-Sah Gwa...- respondo, mirándole a los ojos, mientras me cierro la cremallera de mi sudadera negra de tejido sintético y puta-piel. Me aseguro de que mi cuchillo está en su sitio y siempre a punto. Reviso mi pistola y la vuelvo a enfundar, a pesar de que sabía que tendriamos que dejar las armas de fuego en la entrada del local, me resisto a ir desarmado por las calles de Persephone, bueno ni en lugar alguno donde haya "gente". Nos ponemos en marcha, cruzando el mercado en dirección al punto de encuentro, esquivando paradas, animales, excrementos en el suelo y gente, sobretodo mucha gente. Gritos, olores, toqueteos de todo tipo, eso es el ambiente del gran mercado del Puerto Espacial más grande de Persephone.

Julian: Cuando veo que él revisa sus armas yo hago lo propio aunque ya lo había dicho antes de salir de la nave. Supongo que es algo de paranoia ya que las cosas no dejaban de salirnos mal últimamente. Mas valía cuidarse de fallos o tonterías a luego tener que lidiar con las consecuencias.

Al entrar en la taberna, lo primero que hacemos es dejar las armas en la entrada. Mientras lo hago, miro a toda la gente que hay allí dentro con expresión analítica.
- ¿Ves al rico relamido? - le pregunto a Dariel pensando en el doctor, aunque yo busco a mi otra visita de este día; el que nos podría dar un trabajo importante y con el que sacar mucha pasta. Mi hombre de negocios.

Ian: Sigo absorto, mirando a las bailarinas, cuando recuerdo que estoy ahí sin consumir. Así que decido pedir algo de beber, algo con alcohol. Finalmente decido pedirme una cerveza, ya que nunca bebo de éso. Cuando me lo sirven, doy un trago distraído. Hago una mueca. Está realmente asqueroso, es muy amargo. Es como si mi cuello... agh, no. Prefiero otro tipo de alcohol, está claro. Si no aparecen pronto, me voy a cagar en todo. Me miro las ropas. Bueno, igual no es lo más elegante para ir a una entrevista, pero ésta camiseta corta y estos pantalones a rayas típicos hippies, son muy cómodos.
- ¿Qué voy a tener que poner un cartel de "Amigo de Ivy" o qué? Ta Ma Duh -Protesto, en murmuros-.

Dariel: Tras la difícil misión de cruzar el mercado, conseguimos llegar al punto de encuentro que Ivy había acordado, la taberna Mei-Xin, un sitio que conociamos sobradamente. A regañadientes dejo mi arma en el compartimento y cojo mi llave para poder recuperarla luego.

-No, todavía no, será mejor que nos acerquemos a la barra a ver si consigo localizarle...- Entro en el local para acercamos a la barra. No conociamos personalmente al tipo pero tenía una ligera idea de su aspecto, gracias a mi búsqueda en el Cortex.Había podido ver su cara en un articulo sobre jóvenes médicos relevantes. Me apoyo en la barra y pido sake. Mientras me lo sirven miro alrededor para ver si localizo al sujeto...

Julian: Le indico al hombre que está tras la barra que me sirva sake a mi también con un gesto de la mano.
- Yo tampoco localizo a nuestro cliente - le respondo antes de pasarme una mano por el pelo y coger el vasito con el sake para alzarlo - ¿Por la vuelta a casa? - digo mirando a mi amigo - Aunque solo sea una visita, aquí empezó todo - le sonrío.

Dariel: Lleno mi vasito con el sake tibio de la botella que nos han servido para ambos y alzo el mio. Lo entrechoco con el de Julian.
-Por la vuelta a Casa!- sonrío pícaramente. Si, cuantas veces habiamos salido por patas de aquel local, lo raro es que no nos hubieran declarado personas non gratas... Entonces veo al tipo, sentado al fondo de la barra, poniendo caras raras delante de una pinta de cerveza. -Creo que he localizado a nuestro hombre- me bebo el sake de un trago.

Julian: También me bebo el sake de un trago antes de seguir la mirada de Dariel hacia el final de la barra, es entonces que, aunque no le haya visto, está claro que tiene que ser él.
- Vamos - le digo a mi amigo haciéndole un gesto con la mano para acercarnos al tipo.

Me pongo a su lado en la barra y pido dos nuevos tragos de sake para Dar y para mi antes de mirarle.
- ¿Ian Green? - pregunto con tranquilidad.

Ian: Estoy tan tranquilo, bebiendo la cerveza (realmente asquerosa), cuando vienen por fin los dos. Tardo unos instantes en girarme. Los miro de arriba abajo. Tal y como me los imaginaba. ¡Cómo molan! Además, ambos están buenorros.
- El mismo. ¿Vosotros sois...? -Alargo la mano, esbozando una leve sonrisa-. ¿Qué tal si nos sentamos, mejor? -Hago un gesto para que pasen ellos primero y nos dirijo hacia una mesa. Me siento, con total tranquilidad, como si hiciese ésto cada día. Saco un cigarrillo y lo dejo en la mesa. Hago el intento de sacar la maría, pero recuerdo por qué estoy ahí y decido no hacerlo. Me limito a encenderlo-. ¿Queréis? -Les ofrezco tabaco-.

Dariel: Me acerco con Jules al doctorcito, poniendo mi mejor sonrisa encantadora y les sigo hasta la mesa que nos indica.
-Dariel. Piloto de la Orpheus- me siento en una silla, la mesa está algo enganchosa, como siempre. Dejo la botella de sake y los vasitos de ambos sobre su superficie. Miro lo que me ofrece- No gracias, es un vicio caro para alguien que vive en una nave con el oxigeno limitado -respondo a su ofrecimiento. Observo sus manos, sus dedos se ven largos y no parece tener callos, es buena señal, es quien dice ser, un médico, los militares tienen marcas por el uso de las armas, y por el tabaco diría que no está habituado a la vida en una nave, así que es improbable que lo haga en una estación espacial también, que es donde suelen haber los destacamientos militares... -Ivy concertó la reunión. Por cierto...- arrastro levemente la última vocal antes de proseguir -De que la conoce?- acabo mi intervención en el asunto antes de rellenar de nuevo nuestros vasitos con más sake.

Ian: Me quedo sorprendido. Creí que no dirían sus nombres, como Ivy la primera vez. Observo en silencio los vasos de sake que se beben. Parecen darle bastante a la bebida. Aún así, tienen pintas de ser buenos pilotos. Realmente, estoy algo intimidado. Habría preferido tener aquí a Ivy... o a un guardaespaldas. Por suerte, mis pintas me permiten pasar desapercibido. Espero que no quieran robarme, porque no sé qué sucede cuando no llevas tanto como quieren...
- De correr por los mercados -Respondo, simplemente. Si han venido hasta aquí, es porque Ivy ya les ha hablado de mí. Así que le habrá contado lo sucedido-.

Julian: En esta clase de cosas, siempre suelo dejar que sea Dariel el de la primera toma de contacto. No sé muy bien por qué, quizás sea para tantear bien los primeros gestos y las primeras palabras.
Además, Dariel ya está analizándole con la mirada y sé que no se le escapará ningún detalle.
Es ahora cuando decido hablar yo.
- Bien, ahora me toca a mi - bebo otro vaso de sake antes de ponerme serio y apoyar los brazos sobre la mesa, mirando al doctor - Julian, capitán de la Orpheus - me presento imitando un poco el tono que Dariel había usado - Sabe que no le permitiré fumar en mi nave ¿verdad? Realmente considero mas importante que mi tripulación respire a que cuide sus malos hábitos - dejo un momento para que asimile lo que acabo de decir y después continúo - Ahora me gustaría que me explicara buenos motivos para querer venirse con nosotros - me lo pienso un momento - Y con 'buenos motivos' me refiero a que sean buenos para mi, mas que para usted. Básicamente.

Ian: Me quedo realmente impresionado. Intimidado, mejor dicho. El capitán de la nave me acaba de dejar las cosas bastante claras. No esperaba este recibimiento tan afectivo, la verdad. No quería halagos, ni nada por el estilo, no. Pero... recibirme de ésta forma, pudiendo trabajar en sitios mejores...
- Únicamente quiero hacer todo lo que mi padre me ha prohibido terminantemente hacer -Decido responder, siendo bastante claro-. Ya se ha acabado el hacer las cosas a medias: o se hace, o no se hace. Y la única manera de hacerlo y, además sacarme beneficio, es así. Por el tema del tabaco... No se preocupe. Puedo controlar mis vicios -Respondo, tajante. No tengo por qué decirle nada más-.

Julian: - Espero que sepa controlarlos, claro. No suelo tener inconveniente en darle una patada en el culo a alguien y sacarle de mi nave por la 'puerta grande' - ladeo una sonrisa antes de reclinarme en mi silla, que no puede ser mas incómoda - Así que quiere el trabajo para joder a su padre - asiento con la cabeza - No sé si me parece algo totalmente absurdo o me gusta - sonrío por primera vez delante de Ian pero es una sonrisa breve - ¿Podríamos tener problemas con su padre por esto? - pregunto ahora. Porque solo nos faltaría eso, mas problemas.

Ian: Esbozo una leve sonrisa. Me avergüenzo de pensar que me soltarían una reprimenda por eso.
- En absoluto. Sólo tendrá una gran pataleta contra algún jarrón y sobre mi persona, pero no emprenderá acciones... legales... contra mí ni contra nadie que me ayude. -Voy a lo directo. Sé lo que quiere oír. No le interesa en absoluto saber que mi padre se sentirá decepcionado, humillado...

Dariel
: Miro el téte-a-téte que se llevan el Capi y el doctorcito por el tema de tabaco y papis ricachos problemáticos. Eso me recuerda a Badger. "Naaah,  él jamás haría algo así, en todo caso mandaría a alguien a meternos un tiro en el culo y punto..." reflexiono por unos momentos.
-Su padre es el reputado Doctor Green no? Creo que el tipo tiene una buena "maleta"...- comento, refiriéndome a la cantidad de créditos que debe haber en sus cuentas bancarias -Que te ha hecho papi para querer perder tanto dinero trabajando en la periferia? Te obligó a operar a tu perro?- bromeo, por lo bajo. No soy un incivilizado por completo, pero tampoco es que sea un niño bien precisamente...

Ian: Asiento con la cabeza. Ese mismo. El Sargento. Me quedo mirando a Dariel durante unos segundos, pensando si responderle lo que pasa por mi cabeza o hacerlo de forma más suave.
- ¿He de responder esa pregunta absurda o hablamos de lo que nos importa a ambos? -Me quedo mirando el cigarro, distraído, mientras lo mueve entre mis dedos. La verdad es que aunque realmente me intimidan, no pienso permitir que se burlen de mí, únicamente por haber nacido en una familia con dinero.

Julian: - Le aconsejo que responda a la pregunta, Ian - digo - ¿Qué le ha hecho su padre para querer perder tanto dinero trabajando en la periferia? - repito la pregunta de Dariel con un tono serio. Nos sirvo mas sake de la botella esperando que conteste.

Ian: - Ustedes se creen que vivir en una familia como la mía es fácil. Sí, tal vez no he de luchar por sobrevivir día a día, por poder comer y dormir. Pero ustedes no tienen ni idea del peso, de la responsabilidad que nos cae encima día a día. No saben lo que es ese estrés. Mi padre es un hombre completamente opuesto a mi. Sus ideales no son los míos. Su forma de ver la vida. Y como no quiero vivir así y yo sólo no sobreviviría ni un día... Busco un grupo de gente que no sólo esté para poder conversar, sino para tener protección. Por ello una nave espacial es muchísimo mejor que un hospital. Lo tiene todo: además de lo dicho antes, viajaría por el mundo alejado de mi pade, ganaría dinero y fastidiaría a El Sargento -Finalizo, diciendo el mote de mi padre sin darme cuenta.

Dariel: Enarco una ceja al oir su respuesta, esta vez sí denota sinceridad. Suelto una carcajada al oir el mote de Sargento. "Penas de niño rico..." pienso para mis adentros. Alzo la mano y llamo a una de las bonitas camareras vestidas con kimonos de colores chillones y le pido otro vasito que trae casi de inmediato (sospecho que ni está limpio, pero no importa), lo lleno de sake y lo pongo delante de Ian.
-Brindemos por tu nuevo trabajo Doctorcito...- sonrío pícaramente. Por algún extraño motivo, su respuesta ha convencido a mi conspiranoide interior. Al menos de momento.

Julian: Alzo las cejas mirando a Dariel cuando le escucho. Vale, esa respuesta ha estado bien pero tanto como para aceptarle ya... No lo tengo muy claro.
Suspiro y termino chocando mi vaso también. Si Dariel se fia, yo me fío. Y si finalmente nos da por el culo, le tiraré por la escotilla. Si tampoco pasa nada... Todo tiene arreglo.

Ian: Hago una pequeña mueca cuando le escucho. Sí, estoy a bordo. Pero ya no sé si me gusta tanto la idea, teniendo que soportar las burlas de éste... En fin, ¿qué se le va a hacer? Alzo el vaso y brindo con ellos, bebiendo de un trago. Me pongo el puño delante de la boca, cerrando con fuerza la boca. Giro el rostro, para que no vean que intento no toser. Finalmente toso un poco. Cuando les miro, me parece ver dos pares de sonrisas. O igual estoy emparanoyado. Definitivamente, no pueden ser dos mejores compañeros. Me enseñarán la vida que mi padre no deseaba para mí. Por lo que tanto ha luchado.

Master: En la entrada de la taberna se organiza un pequeño revuelo, alguien ha entrado y las miradas se dirigen hacia la persona que acaba de recién entrar. Desde donde están sentados Julian, Dariel e Ian, sólo se puede ver dos calvorotas pertenecientes a dos tipos cuadradisimos que parecen flanquear a una tercera persona que no alcanzan a visualizar...
Muy probablemente es el cliente que están esperando... aunque no esperaban una entrada de este estilo.

Julian: - Vaya, vaya... - murmuro rascándome el cuello y dibujando media sonrisa en mi rostro - Creo que mi hombre de negocios por fin ha llegado y, desde luego, parece bien acompañado - pongo los ojos en blanco incoporándome de mi silla y poniendo una mano sobre el hombro de Dariel antes de agacharme para hablarle en su oído, sin que nadie mas me oiga - Mira a ver si consigues hablar un rato mas con el doctor - le pido - Ya sabes, que cuantas mas cosas sepamos, mejor - le doy dos golpecitos en el hombro antes de dirigirme hacia mi cliente.

Dariel: Hago un gesto afirmativo con la cabeza al oir el mensaje de Jules en mi oído. Le lanzo una mirada cómplice.
 -Déjalo en mis manos. Ataca Tigre!- bromeo. Lleno de nuevo los vasitos de Ian y mio con más sake- Venga, doc, que no se diga que no aguanta el alcohol!- le insto a beber de nuevo, brindando con mi vasito contra el suyo.

Ian: Alzo el vasito de nuevo y brindo con él. No he probado el alcohol de aquí, es cierto. Pero eso no dice que no beba del mío. Puedo soportarlo, aunque duela. Me lo bebo de un trago y lo dejo en la mesa.
- Por el espacio -Brindo de nuevo, habiendo llenado nuestros vasos. Bebo sin tapujos-.

 

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23/10/2010, 20:47
Cassia Ren-Shen

|Terminal Personal de Cassia|

Master: La pantalla del Terminal se queda en azul eléctrico mientras se oyen los tonos de llamada al del Sr. Meyers. Pasa un minuto antes de que responda nadie. El rostro de aquel hombre asoma a la pantalla, algo sorprendido.

-¿Srta. Ren-Shen
 
Cassia: Ya había dado otra vuelta al mala para cuando el sr. Meyers responde a la onda, pero cuando aparece le regalo una sutil sonrisa.
 
-Ni hao, sr. Meyers.-le saludo.-Parece sorprendido de recibir mi onda.
 
F. Meyers: Sonríe levemente, y se pasa la mano por el pelo.
 
-Perdone mis modales, Srta. Ren-Shen- se disculpa en primer lugar -Ni hao -responde al saludo de Cassia -La verdad es que sí, dí por sentado que ya había rechazado mi petición a estas alturas...- responde con una sonrisa sincera.
 
Cassia: -Acabo de verla hace poco; acabo de aterrizar en Persephone.-le digo.-Debo decir que me llamó la atención desde el primer momento, especialmente por que solicitase expresamente mis servicios. Tiene usted una muy buena opinión del Gremio, por lo que es un halago para mí.
 
F. Meyers: Vuelve a sonreir, algo más dulcemente, rompiendo algo su imagen de persona seria y marcial.
 
-Bueno, he oído grandes cosas de usted, Srta. Shen, si me permite llamarla así...- su voz suena algo más cálida, un pelín más relajada que al principio -La verdad es que nunca hasta ahora me había visto en la "situación" de contratar los servicios de ninguna Acompañante y bueno, oí cosas muy buenas de usted y me gustaría algo natural, ya sabe...- trata de explicarse, aunque parece algo avergonzado con dificultades para encontrar el modo de describir lo que quiere. Claramente es la primera vez que contrata a una Acompañante y quiere que sea un inicio "especial" y cálido para él- Mi... mujer murió hace un año y medio, jamás estuve con ninguna otra mujer, no sé si me explico...
 
Cassia: -Sr. Meyers...-le interrumpo con un tono suave.-No tiene que explicarse; entiendo que su situación es emocionalmente delicada. No debe preocuparse por nada; lo que necesite solo debe hacérmelo saber. "Natural" es mi segundo nombre.-río un poco entre dientes. Parece un hombre agradable, y siempre es bonito tratar con primerizos.
 
-Entonces, ¿cuándo quiere que vaya a verle? Debería saber también cuándo termino, ya sabe, por horarios.-agito levemente una mano.
 
F. Meyers: Su semblante se hace algo triste por unos segundos, pero en seguida recupera la compostura y su pose seria.
 
-Pues requeriría de sus servicios para esta noche, a ser posible. Celebro una fiesta importante y me gustaría que me acompañase, soy el anfitrión y ya sabe lo que dicen al respecto... - trata de insinuarle a Cassia, sin terminar la frase, pero se puede deducir el malestar que causa y la mala imagen de que un anfitrión aparezca solo en su propia fiesta de gala.
 
-Así que sería para toda la noche...- finaliza.
 
Cassia: -Si, tranquilo. Lo comprendo.-asiento rápidamente al ver lo incómodo que se muestra con lo de ser el anfitrión, y sin pareja.-En ese caso, le veré poco antes del comienzo la fiesta.-sonrío más ampliamente. Así tengo tiempo de avisar, prepararme con tranquilidad...
 
F.Meyers: Sonríe de nuevo, tremendamente complacido.
 
-Perfecto, me ha hecho usted muy... feliz aceptando mi propuesta, Srta. Shen, no se arrepentirá- afirma éste, parece que le haya tocado la loteria estatal -La pasaré a recoger un poco antes de la fiesta si no le importa, me gustaría conocerla un poco antes de que empiece todo- y añade rápidamente- si no le molesta, claro.
 
Cassia: Lo pienso un segundo, tratando que no se haga demasiado largo. 
 
-No; está bien.-asiento levemente con la cabeza.-En unos minutos le enviaré en un mensaje dónde estaré para que pueda encontrarme. Y puede tutearme.-le sonrío un poco más.-De esta forma se sentirá más cómodo.
 
F.Meyers: Se queda pensativo unos breves segundos antes de responder.
 
-Perfecto entonces. Nos vemos en unas horas, Srta... Cassia- se despide éste antes de que termine la comunicación.
 
Cassia: Suspiro hondamente cuando termina la comunicación, cerrando los ojos y dejando el mala en el cajón superior de mi joyero de tres pisos. Seguidamente apago el terminal y me levanto del asiento para salir de la lanzadera e ir a buscar a quien sea que se haya quedado al mando.