Partida Rol por web

Eileen afirma con la cabeza aunque no muy convencida cuando Cassia le dice que después de salir de la isla tendría que arreglárselas ella sola.

Cuando alguien pica a la puerta comienza a temblar y aunque Cassia la deja completamente escondida, Eileen parece no poder estarse quieta por los nervios, quedando con más de medio cuerpo a la vista. Además, por si fuera poco, al tratar de esconderse por sí misma, choca contra una de las mesillas haciendo un sonoro ruido.

|Conjunta Julian-Dariel|

Julian: Mierda. Dariel no contesta. Camino por el pasillo, cerca de la lanzadera que tengo que coger para salir y vuelvo a intentarlo.
- ¿Dariel? - pregunto de nuevo - Venga, tio, te necesito ¿ya estás borracho? - chasqueo la lengua y vuelvo a esperar.

Dariel: Vuelvo a notar algo en la pierna, vibrando y un ruido cercano que no procede del hilo musical del local ni de la pantalla de televisión. Meto la mano en el bolsillo lateral de mis chesters negros y con los dedos toco el comunicador. "No me acordaba de que lo llevaba encima...". Lo cojo y lo saco para mirar qué le pasa a aquel trasto, pensando que igual tendría que volver a desmontarlo y arreglarle algún cable que se haya soltado. Entonces oigo una voz muy bajita procedente del cacharro.
Me acerco el comunicador a la cara.
-¡Hombre, si es el enanito gruñón! Arrepentido?- le digo, apretando el botón que pone en funcionamiento el microfono del comunicador.
De fondo, se oye mucho ruido, risas, música y vasos golpeando la mesa, entre otras cosas. Cuesta que se oiga mi voz con claridad...

Julian: No es que le haya entendido con total claridad pero me basta para saber que por fin me ha recibido.
- Dariel, sal de dónde estés; tengo que hablar contigo - le digo intentando hablar alto y claro para que me escuche - Es urgente.

Dariel: Enarco una ceja, a pesar de todo el ruido de fondo que hay en el local, los comunicadores fueron uno de mis mejores trabajos, los había modificado para que tuvieran más capacidad de alcance y potencia y utilizarlos a mayor distancia, si no ni de coña habría podido llegar la señal tan lejos y menos cruzar los gruesos muros de piedra y tierra que rodean el Babylon. Pero aún así, no hago milagros así que con tanto ruido va a ser imposible oir nada, así que me levanto para irme a algún rincón algo más silencioso. A pesar de lo bebido me consigo poner en pie y andar con bastante entereza y dignidad.
-¿Qué te pasa, Cara-Cartón?- cruzo la sala y me dirijo hacia las escaleras, hacia la superficie.

Julian: Pongo los ojos en blanco cuando me llama 'Cara-Cartón'. Lo odio a muerte... Claro que no pienso decírselo o será mucho peor. Como si no conociera yo a mi mejor amigo.
- Necesito que me mandes a Kratos a vigilar la nave; yo tengo que salir. Porque imagino que tú no estarás por la labor... Y no quiero dejarla sola aunque espero no tardar demasiado.

Dariel: ¿Salir? Primero dice que sí, luego dice que no quiere salir y se encierra en el puente de mando ¿y ahora quiere volver a salir?
-¡A ver si te aclaras, Crautchin!- gruño en el momento- O dentro o fuera, ¡pero las dos cosas a la vez va a ser que no!- respondo, recuperando algo del malhumor, que justamente me había hecho salir de la nave como un caza browncoat trucado. "¡¿Y encima quiere que mande a Kratos?! ¡¿Está loco?!
-¿Qué pasa? ¡¿No tuviste suficiente en la nave que ahora también quieres que Syn me parta la crisma?!- añado en tono cínico. ¡Ni de coña pienso decirle a Kratos el parte-.espinazos que se queda sin diversión para ir a encerrarse a la nave por una pájara de Julian!- Como no me des una buena excusa, ¡te peleas tú con él!

Julian: - ¡Mi Tian Gohn! - exclamo para mi y luego apreto el botón del localizador - ¡Go Hwong Tong, Dariel! Es importante. Tengo que ir a donde está Cassia un momento. ¿Prefieres que se quede la nave sola? - es una amenaza que no es válida porque él sabe tan bien como yo que no me iré hasta que no haya nadie aquí - Deja de protestar y mueve el culo ¿Dong Ma?

Dariel: Vuelvo a gruñir por lo bajo ante las exigencias de Jules. "¡Es que siempre por lo mismo! ¡¿Por qué no se buscan un hotel y se dejan de tonterías y nos dejan en paz al resto?!", les maldigo a los dos mentalmente. Suelto unos cuantos reniegos en chino.
 -Hay un sistema de seguridad, memo, ¿por qué no lo usas?- vuelvo a decirle- ¡¿Y por qué demonios siempre acabas teniendo que perseguir a Ren-Shen?! ¡Ya te dije que sabe cuidarse ella solita!- me estoy empezando a cabrear con el temita- ¡Y no va a follar gratis contigo! ¡Cuanto antes lo asumas, mejor!

Julian: Si lo tuviera delante, ya le hubiera soltado un puñetazo. Pero como no lo tengo delante, solo puedo renegar.
- ¡Joo Koo! ¡Lio Coh Jwei Ji Neong Hur Ho Deh Yung Duh Buhn Jah J´wohn! - espeto a través del comunicador antes de tomar aire e intentar tranquilizarme - Sabes que no me gusta el sistema de seguridad, me siento mas tranquilo si hay alguien en la nave, Huen Dahn - bufo - Mira ¿sabes qué? Tú ganas. Pondré el puto sistema de seguridad y saldré - termino, aunque quiero añadir algo mas - Por cierto, quizás tengamos que hacer una paradita por Shadow... - comento como que no quiere la cosa.

[continuará]

Franklin ve algo asomando por un lado de la cama de diseño y oye el ruido del topetón de una de las mesillas. No dice nada y escucha con paciencia y calma lo que Cassia le intenta explicar. Aunque ésta está usando todas sus dotes de persuasión, y probablemente con cualquier otro hombre habrían surtido efecto, olvida que Meyers es un veterano de la guerra, un ex-oficial de la Alianza y mantiene el control en todo momento. Por educación no hace ningún comentario ni la acusa de mentirosa, porque ante todo respeta el orden establecido y eso incluye al Gremio de Acompañantes, pero tiene muy claro que no sólo hay algo o alguien escondido en el cuarto si nó que el argumento esgrimido por Cassia no le convence en absoluto.

-Entiendo su... "perturbación" Srta. Cassia pero mis invitados no pueden esperar más. Si su "Capitán" le quiere traer ese objeto tan preciado, estoy seguro de que sabrá encontrar la puerta trasera que da a la cocina, donde podrá entregarle a uno de mis hombres lo que le ha encargado- responde éste muy serio.

-Aunque si quiere retrasar su entrada en escena, tal vez debería presentarme primero a su polizonte... sea quien sea- zanja éste, con un tono de voz que denota que no aceptará más excusas absurdas.

Estaba tan convencida de que lo estaba haciendo bien que no me había molestado en comprobar si Eileen había hecho lo que le había pedido y se había quedado agachada tras la cama; quizá haberlo hecho me hubiera ahorrado el ridículo que su golpe a la mesilla me había causado después, haciéndome dar un pequeño bote en mi sitio y cerrar los ojos.

"Ri shao gou shi bing...Mah fuhn, ¡mah fuhn!" pienso interiormente, y casi lo suelto por la boca, pero llego a tiempo para propinarme un buen mordisco en la lengua que lo impide.

De todas formas, como esperaba, el sr. Meyers no está satisfecho con mi explicación. Seguramente de otra forma hubiera salido mejor, pero no...¿por qué el karma se está portando mal conmigo hoy? ¿Es por mi histerismo de desconfianza del mediodía? Puede que sea eso...

Suelto un suspiro hondo y largo cuando termina mi bronca, y con una expresión de resignación, me giro hacia Eileen y le hago un gesto para que se acerque.

-Pequeña...-la llamo en un tono suave para que no se asuste o sienta miedo. Pero ya nos han pillado; no tiene sentido seguir elaborando nada.-Siento lo ocurrido, Franklin; mi intención no era en ningún momento engañarle o jugar con usted, para nada.-sonrío de lado, agachando la mirada un momento por vergüenza.-Bueno, ¿cómo iba a conseguirlo, de primera mano? Es solo que la chica ha entrado aquí hace un rato, asustada...Lloraba y temblaba, y me ha pedido que no le dijera a nadie que estaba aquí.

[Conjunta Julian-Dariel II]

Dariel: -¡Chwee Ni Dub!- le espeto, tras oir el montón de insultos e improperios que me suelta a través del comunicador. Bufo exasperado, ¡cuando se pone tan Huen Dahn no hay quien le soporte! ¡Y todo por la maldita Ren! Grrrr
Lanzo un gruñido y estoy a punto de decir algo más cuando oigo lo de Shadow.
-¡¿Estás de coña no?!

Julian: - Pues no, no estoy de coña. Si lo estuviera no estaría tan alterado - le digo caminando por la nave, sujetando en una mano el tigre de oro que tengo que llevarle a Cassia - De todas maneras, solo será un momento. No es para tanto.

Dariel: Bufo de nuevo y para más esperpento, de reojo veo a mi hermana haciendo el numerito de "no me aguanto en pie" y debería ir a ayudarla y evitar así que ningún malnacido se aproveche de su estado borrachil...
-¿Y qué demonios ha pasado para que tengas que ausentarte para salir corriendo detrás de las bragas de Ren?

Julian: - No quieres saberlo por adelantado, Dar - le digo - En serio. Querrás saberlo quizás después pero no ahora.
Vale, y yo tampoco quiero explicárselo porque sé lo que dirá y paso de coger la lanzadera pensando en lo que mi amigo puede llegar a decirme si se lo explico.

Dariel: "¡¿Que no quiero saberlo por adelantado?!"
-¡¿Shuh Muh?!- vuelvo a gruñir, esto está acabando con el poco buen humor que me quedaba.
-¿¡Go Hwong Tong, Huen Dahn! ¡O me lo dices ahora o tendrás que venir tú mismo a decirle a Kratos que se vaya a vigilar la nave!- le amenazo -¡Por supuesto que me lo vas a decir ahora!- protesto, medio gritando al comunicador.

Julian: Bufo alzando la mirada hacia el techo y vuelvo a apretar la tecla del comunicador para llevármelo a la boca.
- Cassia se ha encontrado con una niña de la que su dueño abusa - le explico - Quiere que la saque de ahí. Y he pensado en llevarla a Shadow con los demás...

Dariel: Escucho la voz de Julian y su respuesta "divina". Es como un rayo caído sobre mi cabeza, directo a mi cerebro.
-¡Pues Shadow no es el mejor sitio que digamos!- suelto el botón del comunicador. Me quedo pensativo y por un segundos rezo porque aquella panda de debiluchos hayan hecho caso de todo lo que les dije, no me gustaría tampoco verles caer y menos de ese modo tan... espeluznante. Vuelvo a apretar el botón del micrófono del comunicador.
-Está bien, le aguaré la fiesta a Kratos. Hace mucho que no vuelas, ¿podrás tú solo con la lanzadera? ¿Quieres que te acompañe?- mi voz suena algo más calmada y fría.

Julian: - ¿Sinceramente? Me gustaría que vinieras conmigo... - le digo al notarle mas calmado - Pero no tienes que hacerlo si no quieres; es un marrón que he aceptado yo solito... Y ya sé lo poco que te gusta que me deje liar por Cassia - digo soltando el botón del comunicador y suspirando.

Dariel: Respiro hondo. He de tomar una decisión al respecto. Dejar a mi hermana, borracha, con una Steve, a punto de estar borracha también, y una pasajera también pasada de vueltas, sueltas entre un montón de pervertidos y salidos, o bien permitir que Jules, mi Ghuh-Ghuh, navegue en solitario, por una ciudad difícil y de alto tráfico aéreo y se pegue la ostia padre contra algún edificio...
 -¡Algún día conseguirás que nos peguen un tiro!- le respondo, apretando el botón del comunicador- Dame unos minutos, recogeré a todo el mundo. ¡Así que no te marches sin mi, Ja Hwo!

Julian: Sonrío. Sí, ese es mi mejor amigo: Dariel LeFay. Nunca hubiera dejado que fuera solo, así como a la inversa. Porque estamos juntos para bien o para mal.
- Puede que nos peguen un tiro, Puhn Yoh - le digo como despedida - Pero al menos será una muerte mas digna que estrellarme con la lanzadera - bromeo - Te espero.

[En el Babylon]

Dariel: Tras terminar la conversación con Jules y acordar que no se fuera sin mi, vuelvo a entrar en el Babylon. Bajo las escaleras con algo de prisa y trato de localizar con la mirada a mi hermana Ivy, que debe de estar potando en algún rincón, seguramente...

Ivy: Cuando ya creía que había echado todo lo habido y por haber en mi estomago tuve que volver a apoyarme con una mano en la pared para seguir echando los higadillos por la boca. ¡Joder!, si que tenía estomago, si.
- Ta Ma Duh -Murmuro entre jadeos mientras llevo una mano a mi barriga y con el dorso de la otra me limpio la boca.

Ian: Sigo mirando con cara de embobado a la televisión, la cual me está hablando desde hace ya un buen rato. Tal vez han sido los múltiples vasos de sake. Tal vez los porros. O puede que incluso aún me duren algunos efectos de la seta alucinógena. Pero lo cierto es que la tele me está hablando. Y dice cosas muy interesantes. Giro la cabeza y veo a Dariel entrando. Oh. Decido hacerle gestos para que se acerque.
- Hola -Digo con total tranquilidad, de lo más animado-. ¿Quieres que te invite a algo? Quería pedirte perdón por lo de la nave y con alcohol todos sabemos que toooodo entra mucho mejor -Esbozo una tranquila sonrisa, echando una descarada mirada a su paquete. Sí. Todo entra mucho mejor-. Eeeh... -Alzo la mirada de nuevo-. Sólo quería pedirte perdón por la escenita y tal... Creo que mezclar varias drogas a la vez no es divertido -Me encojo de hombros, encendiéndome un cigarro a falta de porros. Me giro hacia la barra y pido una birra, ya que yo no puedo permitirme otra cosa o caeré desmayado-. Y... iba a decirte algo más, pero se me ha olvidado, así que... -Me vuelvo a encoger de hombros-.

Dariel: Bajo las escaleras, el sitio está cada vez más lleno y aunque trato de localizar a mi hermana, no consigo verla. El resto de la tripulación parecen estar todavía en el privado, cuando veo a Ian saludándome. Me quedo algo sorprendido y aunque aún quiero apuñalarme los ojos por la escenita de la enfermeria, tengo prisa y prefiero acabar con el tema lo más rápidamente posible, así que me acerco y escucho sus disculpas.
-Disculpas aceptadas Doc, eso nos ha pasado a todos- respondo, esbozando una leve sonrisa. Hago un gesto con la mano a la camarera para que se acerque y le pido dos botellas de sake para llevar- Has visto a mi hermana?- le intento preguntar por encima del ruido, pero como apenas me oigo a mi mismo acabo acercándome y amorrándome a Ian para volver a repetir mi pregunta.

Ivy: En serio, ¿dónde cojones se mete la gente cuando la necesitas? Puta mierda. Después de estar un rato más mirando hacia el suelo, por si acaso, acabo decidiendo que lo mejor será que me de un poco el aire, así que aún afectada por el alcohol y con un ligero malestar de estomago me acerco a las escaleras para salir de allí dando tumbos. Me agarro a la barandilla y miro hacia arriba.
- Muchas... -Lloriqueo.

Ian: Dariel me dice algo que no llego a sentir por el ruido, así que éste se acerca aún más para repetirmelo. Siento una gran tentación en alargar la mano, pero decido reprimir mis instintos suicidas, ya que él no tiene mucha pinta de aceptar cualquier cosa sexualmente homosexual.
- Eeeeh... -Titubeo, sin recordar qué diablos me ha preguntado. ¡Maldita mente que no presta atención! -Sí... No... No sé... -Me vuelvo a encoger de hombros. ¡Joder! Debería haberle prestado atención. Me giro y miro alrededor, como si alguien fuese a darme la respuesta que he de decir. Y entonces veo a Ivy-. Ah, mira. Ivy. No sabía que estaba aquí.

Dariel: Me giro de golpe al ver que Ian se queda mirando algo o a alguien en las escaleras. Y entonces veo a mi hermana Ivy, medio doblada. Salgo corriendo a recogerla, apartando algo bruscamente a los que se cruzan por mi camino..
-Estás bien?- la cojo entre mis brazos y la abrazo -Creo que la fiesta ha terminado para todos... - me separo de ella -Crees que podrás aguantar hasta llegar a la Orpheus?

Ivy: Acabo subiendo las escaleras prácticamente a gatas. La puta borrachera en vez de pasarse parece que va a más, joder. Entonces oigo la voz de mi hermano, al girarme para buscarle con la mirada me encuentro con que de repente me abraza. Sonrío como una niña.
- Tú eres el de mis fantasías eróticas... -Dejo escapar una risilla.

Ian: Dariel se va a buscar a Ivy. Yo me he quedado donde estaba, girándome hacia la televisión, por lo que no veo su intercambio amoroso-fraternal. No sé por qué, pero el miembro de Dariel ya no me llama. La sed ardiente de sexo que me había invadido en escasos segundos, se fue con él, por lo que me quedo mirando la tele tal y como hacía antes de verle, sin mover el más mínimo músculo de mi cuerpo. Es como si me hubiera quedado petrificado... con la boca semi-abierta. La canción se está volviendo de lo más pegadiza y rápida... Apenas sí puedo entender lo que dice.

Dariel: Sonrío forzadamente al ver el estado de borrachera total que lleva mi pequeña y le doy un beso en la cabeza, justo en su pelo oscuro, que huele... "A qué demonios huele?! Que mierdas se ha metido en mi ausencia?! Si es que no puedo dejarla sola ni un segundo..." pienso para mis adentros, mientras olisqueo su pelo.
-Seguro que sí, anda vámonos a dormir la mona, te parece bien?- le pregunto. Tengo que recoger al resto y no parece que pueda dejar sola a Ivy así que llamo a Ian- Eh, Doc! Despierta!- le grito.

Ivy: De repente estando abrazada por mi hermano ha comenzado a entrarme un ligero sopor. Sabía que estando en sus brazos no me pasaría nada.
Pasé ambos brazos por detrás de su cuello y cogí impulso para colocar ambas piernas alrededor de su cintura. Me gustaba colgarme de él como si fuese un koala.
- Solo si me das calor.

Ian: Parpadeo al oír la voz de alguien que me llama. ¿Quién me llama? Lo busco con la mirada y veo a Dariel, con Ivy pegada como si fuese un koala. Camino hacia ellos.
- Hey Ivy -Miro a Dariel-. ¿Que me llames para que acuda es que tengo una oportunidad para que demuestre si merezco estar en la nave?
"... Vale, ya sé que he sido muy directo y es de mala educación. Pero voy fumado, bebido y drogado. Aún me extraña estar de pie. Además, estoy en lo cierto, ¿verdad?". Vuelvo a parpadear. Me había quedado empanado pensando. "Uf, creo que no puedo beber nada más o moriré". Dejo la birra con cuidado en la barra, sin haber probado gota.
- ¿Demasiado borracha? -Pregunto, mirando entre las cosas de mi maletín. Aaah... la buena costumbre de llevar siempre mi maletín a todos lados conmigo-.

Dariel: Ivy casi me estrangula al colgarse de mi cuello y agarrarse como un koala a mí. Por suerte tengo más fuerza física de la que aparento y mi hermana es ligera de peso si no, nos habríamos ido los dos al suelo o algo peor. Consigo acercarme al médico.
-Nadie ha dicho que estés despedido... No sé que te hace pensar lo contrario- respondo -Así que sí, esto forma parte de tus tareas y contrato. No tendrás algo en esa bonito maletín que la despeje un poco? Eso me iría bien, y si no, pues al menos podrías vigilarla un momento para que pueda arrastrar al resto e irnos todos a la Orpheus...

Ivy: Lo único que logro escuchar es la palabra "vigilarla" pero eso sirve para que mi cerebro lo relacione con "dejar a cargo de". Así que uso toda la fuerza que tengo en este momento tanto en los brazos como en las piernas para agarrarme a él y que no pueda soltarme.

Ian: Me quedo mirando a Dariel, con la sombra de una sonrisa esbozándose en mi cara. "¡Vale! ¡Retiro lo de que la Orpheus era una puta nave de mierda que se cae a trozos! ¡Y lo de que el capitán es un Huen Dahn!"
- Tengo todo lo que necesitas en caso de urgencias. Ésto es pan comido.

Saco un bote y una jeringuilla. Lo que viene a continuación es sencillo, ¿no? Sacar la protección de la aguja, pinchar en el bote de adrenalina y lo lleno del contenido. Expulso un poco para que se vaya el aire y le pincho a Ivy (me tuve que asegurar un poco de quién era cada trozo de carne), metiéndole la dósis en su cuerpo. Le saco la aguja y guardo todo mi equipo para sacar un segundo juego de inyección de adrenalina y me lo aplico a mí mismo. Lo guardo todo y, con total paz con el mundo, respondo:

- Debido a su estado, tardará unos minutos en hacer efecto. En seguida se le pasará el morado y podrá, como yo, volver a beber -Cojo la botella, doy un trago largo y la dejo en la barra. El trabajo bien hecho incluso morado. Fuck Yeah.

Y con esa sonrisa, le digo lo que quiere oír:
- Yo la vigilo hasta que se recupere. Ve a por los demás.

Dariel: Noto como Ivy se agarra con más fuerza aún a mi, doy gracias por la resistencia adquirida o me habría ya roto una costilla la muy animal... aunque reconozco que debo ser el tipo con más suerte de todo el local, incluso aunque sea mi hermana la agarrada a mí. Trato de bajarla de encima mio pero no parece querer desengancharse.
-Creo que no quiere bajarse, porque no te esperas aquí, Doc? probablemente alguien más de la tripulación necesite otra de esas...- le pido a éste. "Bueno, al menos parece saber lo que hace... para la que lleva encima, su expediente no exageraba, eso es bueno. Lo malo es que tendré que lidiar con Jules para evitar que lo lance por la escotilla. Bueno, me va a deber una, en breve...". Sonrío levemente.

-Vamos a buscar al resto, mei-mei, cógete bien, no te caigas...- bromeo.

Ivy: Al notar que Dariel se pone en marcha sin soltarme, froto mi cabeza contra la suya, sonriente.

Eileen mira aún más asustada hacia la puerta cuando se da cuenta de que la han pillado. Niega con la cabeza cuando Cassia le indica que se acerque, quedándose donde está, sentada y con los brazos rodeando ambas piernas. Parece que tampoco se atreve a mirarles.

[Kratos, Ian, Dariel & Ivy| Babylon - De camino a la Orpheus]

Ian: Hago un saludo militar a Dariel, informándole de que le había entendido. Mi maletín está fuertemente aferrado a mi mano derecha, como siempre. Jamás me separo de él. Nunca se sabe cuándo podré necesitarlo... Doy un nuevo trago a mi birra y comienzo a observar a mi alrededor. Ahora que lo pienso más (y no estoy bajo el manto de las drogas), no me siento realmente cómodo aquí. Si no fuera por el pintoresco grupo, jamás entraría en un lugar como éste. No por nada en especial, por desprecio o cualquier otra cosa... Simplemente, por miedo al robo o vete-tú-a-saber.

Dariel: Como mi hermana no parece querer bajar y caminar como las personas civilizadas, y para evitar que me acabe estrangulando, le doy las dos botellas a Ian, para poder aposentar a Ivy mejor en mi espalda, cogiéndola de las piernas para que suba un poco más y llevarla a caballito con más comodidad.

-Guardamelas un momento, ni se te ocurra bebertelas que no son para nosotros, son para Steve y Kratos, si no les doy eso a cambio nos abrirán en canal...- le intento explicar a Ian -Además, necesito que esté sobrio, alguien tendrá que cuidar de estos patanes en mi ausencia...- tras decir eso, y guardarme todo comentario sobre su intento de saludo marcial, cruzo la sala del Babylon con Ivy a cuestas hasta donde está el privado con Kratos, Steve y Natalie.
-Cuantas veces ya has perdido ante Steve, K?

Kratos: -Si -pega un puñetazo en la mesa- No sé las veces que me ha ganado, no tengo ni idea porque sigo jugando a estos jueguecitos que solo valen para que se rían de mi sin ton ni son las dos. Para colmo, cada vez que pierdo me entra la mala hostia al ser derrotado por la mecánica y me pongo a beber. No sé cómo llegaré a la nave.
- Me apetece salir de este reservado de mierda para buscar amigos o enemigos, lo que encuentre primero, pero estar aquí encerrado es una verdadera mierda. ¿Dónde esta el trabajo, los problemas y las peleas? ¡Todas esas cosas están ahí fuera!

Ivy: Mi rostro se tensa. Miro atenta y con cierta desconfianza al notar que comienzo a moverme, por si acaso a mi hermano le da por dejarme tirada en el suelo como a una perra. Es un poco dramático, si, pero a veces dramatizando consigues cosas.
Suspiro aliviada cuando veo que acabo recostada sobre su espalda. Froto mi cabeza contra ella, dándole a entender que estoy a gusto.
- Gracias -Susurro estirando ligeramente la cabeza para darle un beso en el cuello.

Dariel: Sonrío ante el intento de frotar su cabeza contra la mía y sentir sus labios en mi cuello. La sujeto con más firmeza. Suelto una risotada por lo bajo ante la reacción de enfado de Kratos por estar perdiendo el dinero y la compostura ante Steve.

-Pues entonces soy tu hombre, K! Tenemos que volver a la Orpheus ya, hay que hacer... cosas. Urgentemente. Espero que estés despejado porque te va a tocar trabajar, los pasajeros están todos a bordo y no podemos dejarles dar vueltas por la nave sin más- sonrío levemente -Igual te puedes pegar con los dos guardaespaldas de la mujer pija...- aporto, sin más -Y os daré a cambio dos botellas de sake.
Las lleva el doctor. Allí- levanto el brazo para señalar la posición de Ian.
-Trato hecho?

Kratos: - Acepto -Saco el cuchillo que llevo siempre encima y lo alzo como símbolo de alegría- Por supuesto que soy tu hombre, yo los vigilaré y si hace falta los mato para que no se muevan. ¿Como lo ves, Capitán? Así nos aseguramos de que no husmean ni son nadie... que no deban ser. ¿Es verdad lo de esas botellas a cambio de la vigilancia? Sabes de sobra que no soporto que me engañen y lo que puedo llegar a hacer por una botella de sake. -Salgo contento y tarareando una canción de guerra, que para mi significan buenos tiempos y fiestas. Le doy una palmada al Capitán y otra a su hermana borracha para luego decirle:
- Tienes mucho que aprender todavía.

Ivy: Siento que poco a poco voy recuperándome, aunque está claro que hasta que no esté bien al cien por cien le seguiré echando un poco de cuento para que mi adorable hermanito siga llevándome a caballito.
Abro los ojos cuando veo cómo Kratos se acerca peligrosamente hacia mi y entonces noto todo su peso sobre mi espalda, haciendo que me pegue completamente contra mi hermano, mientras dejo escapar un pequeño quejido. Puto bestia.

Dariel: Río por lo bajo ante el entusiasmo que de repente demuestra Kratos ante la idea de que le toque trabajar unas cuantas horillas, mientras Jules y y yo vamos al rescate de la Srta. Ren-Shen.
-Si, son verdad, una es para ti y la otra es para Steve, las acabo de comprar, son toooodas vuestras- hago un gesto con la mano de barrido. Aguanto bien la palmada de Kratos en mi hombro, aunque tengo mis serias dudas acerca de si me he librado de que me salga un moratón o no en la zona...
-Nos vamos todos entonces?- hago una señal con la cabeza, de salir del local.
Oigo el quejido de mi hermana por la palmada que le ha propinado, en su acto de felicidad absoluta.
-Estás bien, mei-mei?

Kratos: Salgo corriendo del reservado, arrollando a todo aquel que se me pone por medio. Una vez estoy fuera empiezo a pensar y me doy cuenta de que se me olvida algo.
- ¡Y tanto, mi pequeñina! Por un segundo casi la dejo abandonada -Doy la vuelta y echo a correr hacia dentro del local para recogerla. Cuando la saco del cajón le doy un beso y le susurro- ¡No volverá a pasar, nunca más te abandonare! -Miro hacia Dariel y le grito:
- ¡Date prisa, vamos! Si no puedes correr por lo que llevas encima no pasa nada, ¿Voy a por ella y la llevo yo? Pero date prisa.

Ivy: Ese hostión era justo lo que necesitaba, si señor. Si ya mañana iba a tener un día de mierda por la resaca ahora no me lo quiero ni imaginar... Seguro que me levanto y se me rompe la columna vertebral y todo.
- Creo que mañana necesitaré una silla de ruedas -contesto a la pregunta de mi hermano.
Algo más despejada (por la hostia, estoy segura), miro cómo Kratos va y viene arrollándolo todo a su paso. En serio, no quiero broncas con él. Nunca.
Cuando de repente escucho su proposición vuelvo a aferrarme a la cintura y cuello de mi hermano como si me fuese la vida en ello.
- Ni se te ocurra dejar que me lleve Kratos.

Dariel: Parpadeo levemente, algo paralizado, ante el espectáculo de Kratos arrollando a la gente por todo lo largo del local, como si fuera bolos y casi se me escapa una risotada ante el comentario de Ivy y las caras de la gente, acojonada, que se queda mirando a the Chief (Kratos), como acuna su pistola recién recuperada, sin abrir la boca nadie para protestar por las ostias que se han llevado. A veces consigue acojonarme hasta mí..
-No te preocupes- casi se me escapa la risa al hablar -No hay problema K, puedo con ella perfectamente, ahora mismo vamos!- le grito. A veces parecemos unos palurdos de pueblo. Sólo a veces. Pero es lo que nos hace diferentes de la gentuza del Centro...
-Señoritas, la entrada es por ahí- les señalo a Steve y Natalie. Nos encaminamos todos hacia la salida. Steve me toma la delantera. Creo que por fín ha captado los términos Sake y Gratis y ha salido corriendo detrás de Kratos. Recogemos a Ian, que casi también se ve arrollado por Kratos y en un par de minutos alcanzamos la calle.

[Orpheus: Hangar del puerto espacial de Persephone City]

En poco rato, la tripulación de la Orpheus llega a la nave, algunos medio tambaleándose y riéndose ruidosamente y otros simplemente generando kaos a su paso (o mejor dicho, contusiones y meadas en los calzoncillos al ser "abatidos" por un Kratos deseoso de ponerse a trabajar, rebosante de energía y entusiasmo). Steve abre la compuerta que separa la zona del hangar del exterior de la nave y en un plis están todos dentro. Kratos y Steve son felices porque se han ganado su premio. Ian les ha entregado las botellas de sake que Dariel había comprado previamente en el Babylon como forma de apaciguar sus ánimos por fastidiarles la noche de borrachera y jolgorio prometida hacía unas horas. Ambos se van, cada uno con su botella correspondiente, a realizar sus tareas: Kratos a hacer la ronda de vigilancia para luego terminar en el puente de mando y Steve a la Sala Común a seguir la fiesta...

Dariel, acompaña a Ian y a Natalie, todavía llevando a Ivy a caballito, hasta la Sala Común donde se la descarga de la espalda y la deja sentada con toda la delicadeza de que es capaz (que no es mucha, no nos engañemos) en los cómodos sofás, al lado de Steve, de Natalie y del propio Ian y los deja allí a los cuatro hacer la suya, confiando en que el doctor Green cuidará de las tres chicas, ni que sea para evitarles un coma etílico.

Julian lleva un buen rato esperando cerca de la lanzadera la llegada de Dariel. No ha habido más comunicaciones con Cassia ni con Dariel y el nerviosismo de no saber nada ni de uno ni de otros le está empezando a escocer por dentro, hasta que ve asomar la cabeza de Dariel por el pasillo de acceso, donde está esperando con impaciencia.

El tiempo corre... Tic-Tac. Tic-Tac.

Meyers se queda mirando a Cassia, esperando la explicación. La escucha en silencio, con detenimiento y luego mira a la niña asustada, que ha intentado esconderse detrás de la cama.

-No le ha dicho de donde ha salido? Sus... padres la deben estar buscando, no se puede quedar aquí, sin más. Hay que encontrar a su familia y devolvérsela- responde, intento mediar una solución razonable a la situación, especialmente cuando la fiesta está a puntisimo de empezar.

[Babylon - Orpheus]

La mole ésa llamada Kratos sale y entra del bar arrollando a todo el mundo, incluído yo. Casi he de saltar a un lado para esquivarle, por lo que reniego un poco en voz alta. Los tipos así siempre son los más peligrosos, sí. No entiendo cómo Ivy quiere que un tipo como ése se fije en ella. No, definitivamente no lo entiendo... es superior a mí.

Salgo del local con todos y, por fin al aire libre, respiro un poco de oxígeno, abriendo mis pulmones. Dejo escapar el aire con un "aaah..." y les sigo de camino a la nave. ¿Significará ésto que estoy readmitido? Bue... yo hasta que no me digan nada...

Cuando llegamos a la nave, compruebo que efectivamente mis cosas están exactamente donde las había dejado. Así que el capitán fascista aún no había tirado mis cosas a la calle... ¿O tal vez no las había visto?

No puedo seguir pensando en mis teorías conspiranoides del capitán musculitos, ya que Dariel me saca de mi ensoñación: he de cuidar de gente que probablemente sea mucho más fuerte que yo. ¡¿Quién va a ser el listo que les dirá que dejen de beber?!

- Eeeh... ¿Qué os parece si jugamos a algún juego de cartas? El póker, por ejemplo -"Aunque preferiría el Gin Rummy..." pienso, mientras ,e siento en una de las sillas. Si las tengo entretenidas jugando a cartas, no harán tonterías. No falla.

|Conjunta Julian-Dariel|

Julian: Empezaba a ponerme nervioso cuando Dariel apareció. No es que se me hubiera pasado por la cabeza irme sin él porque una vez aceptó venir conmigo iba a esperarle. Pero también sabía que Cassia estaba esperando y que lo que iba a hacer era arriesgado. No quería tenerla esperando demasiado.

Cuando Dariel apareció, estando yo aún dando vueltas por las cercanías de la lanzadera jugando con el tigre de oro en mis manos, sonreí.
- ¡Por fin! - exclamé abriendo mis brazos - Me parecía que tardabas pero imagino que no ha sido fácil arrastrar a todos estos de vuelta...

Dariel: Tras repetirle varias veces a Kratos que vigilara la nave y a los pasajeros y que se esperara a beberse el sake a que volviéramos, me despido de mi hermana dándole un abrazo (en el que casi me estrangula). Le vuelvo a dejar claro a Green que debe cuidar de las tres y mantenerlas ocupadas y a salvo. Cuando ya siento que lo he dejado más o menos todo bien atado, cruzo la Orpheus y llego hasta el acceso a la lanzadera, donde Julian me espera visiblemente impaciente.
-Bueno, de momento me ha costado dos botellas de sake, un cuasi estrangulamiento y el tener que aguantar mañana la más que probable resaca de todos ellos- esbozo una pequeña sonrisa -Tienes suerte de que tolere bien el alcohol o te habrías quedado sin los dos pilotos- añado, pensando en el estado lamentable en que dejé a Ivy en la Sala Común...

Julian: - Bueno, iba a ir solo... - le digo a Dariel - Así que a una mala, si hubieras estado muy borracho, supongo que no me hubiera quedado otra - me encojo de hombros y le doy una palmada con mi mano libre en el hombro - Sheh Sheh, Dar... - sonrío - ¿Te parece si vamos ya? Cassia debe creer que me he rajado...

Dariel: Esbozo una leve sonrisita maliciosa.
-Si, claro y luego tener que ir a buscarte a algún vertedero, porque es ahí donde habrías acabado, Ghuh-Ghuh...- me burlo de él, mientras le acompaño al interior de la lanzadera.
-Ese es tu problema con Ren, no sabes hacerte el díficil, así nunca te la lleverás al catre, Huen Dahn- suelto una risotada.

Julian: Pongo los ojos en blanco y suspiro ya dentro del transbordador y dejando la estatua para Cassia en un rincón.
- No me irás a dar el viajecito ¿verdad? - le pregunto - Porque prefiero acabar en un vertedero a tener que soportarte - comento. No voy a decir que no quiero llevarme a Cassia a la cama porque sé que eso solo nos llevará a un debate sobre ello. Y ahora mismo no es lo que mas me apetece.

Dariel: Enarco una ceja ante su comentario, si no fuera porque es Jules ya le habría ostiado ahora mismo, de hecho no debería escaparse... Le suelto un puñetazo en el hombro.
-Es lo justo- me justifico. Luego entro en la lanzadera y me acomodo en el asiento de piloto -O prefieres probar suerte?

Julian: - Creo que paso - sonrío y me voy a sentarme en el otro asiento libre - Prefiero dejar a mi experto - le señalo - Tengo que ponerme en contacto con Cassia cuando lleguemos - le comento - Se supone que en el tiempo en el que tardo en entrar para darle la figurita - señalo el tigre -, la chica se colará en la lanzadera. Es fácil ¿no? - me encojo de hombros - Veremos si sale igual de fácil que suena.

Dariel: Me quedo mirando a Julian unos segundos, oyendo el plan más inverosímil de la historia, o bueno, que haya salido de su boca, por lo menos. Ladeo la cabeza y soltando un "vale" escueto me pongo con el cuadro de mandos de pilotaje. La lanzadera arranca con suavidad y consigue despegar más o menos bien pero en cuanto iniciamos el ascenso se ve claramente lo complicado que es volar por el espacio aéreo de Persephone City, incluso de noche. Casi nos arrolla otra lanzadera que estaba siendo perseguida por un caza de los Feds. Freno de golpe para que no nos den ninguno de los dos pero casi me da un infarto. "Sólo pensar que le hagan una rayada a mi lanzadera..." gruño mentalmente y trato de concentrarme algo más en el vuelo. Me cuesta un poco a causa del alcohol que había bebido, es  cierto que soy resistente pero joder, soy humano! y noto mis reflejos algo más lentos.
 -Yi Dwei Da Buen Chuo Roh!- le grito a los Feds por su paso de elefante.

Julian: Comienzo a guiar a Dariel por Persephone, con un claro camino en mi cabeza que seguir para llegar a dónde está la Embajadora.
- Ten cuidado ahora - le voy advirtiendo - Según gires te toparás un par de edificios. Cuando los pases, coge el camino de la derecha y sigue de frente hasta que te avise - controlo también lo que va pasando a nuestro alrededor.

Dariel: Suelto toda una serie de reniegos a lo largo del trayecto, mientras conduzco la lanzadera a través del cielo de la ciudad. Tomamos un par de atajos, volando peligrosamente entre algunos edificios pero finalmente alcanzamos el territorio de la gente rica de verdad, la zona donde descansan en el aire las islas flotantes habitadas por la créme de la créme de Persephone. Coches voladores de alto standing parecen dirigirse todos a la misma isla, una que presenta unos bonitos jardines de tono rojizo y verde y tiene una torii roja y negra en la entrada, separando la zona de estacionamiento de las naves pequeñas de los visitantes y el acceso propiamente a la casa.
 -Será mejor que te des prisa, en cuanto aterricemos, aquí parece haber mucha gente... y no les vamos a gustar- sentencio, con voz firme y algo paranoica. Todas mis alarmas mentales se activan de golpe al ver aquel sitio. Aterrizo la lanzadera con más o menos suavidad y acierto en un lateral, cerca de la torii.

Julian: Contemplo todo aquello un poco por alto. Acostumbrado a la vida que yo había llevado; sí, todo es muy bonito y llamativo, y caro y pijo. No es mi estilo. A mi eso no me va.
- Sí, tienes razón - le respondo a Dariel sacando el comuncador del bolsillo para ponerme en contacto con Cassia.
 

"Sí, pequeña...escóndete tú que puedes..." pensé al ver que Eileen se negaba a salir de detrás de la cama, haciendo una pequeña mueca con los labios apretados. Yo tengo que dar la cara, claro, qué remedio...y eso que no sé muy bien dónde meterme.

Pero es que las opciones que se me plantean delante no son atractivas: rendirme y entregar a la niña (ni hablar) o volver a intentar hablar con Meyers, aún a riesgo de volver a meter el pie en el lodazal y de echar el trabajo por los suelos. ¿Por qué? ¿Por una niña? Sí, soy una cándida justiciera, qué le voy a hacer...

Con la misma expresión de disculpa ante Meyers agacho un poco la cabeza, volviendo a bajar el tono para que sólo él me oiga.

-Espero no me culpe de entrometida, Franklin...-me excuso de antemano, mirándole.-Pero no podría devolverla al hombre que dice ser su "padre", no después de ver el terror de sus lágrimas cuando me ha contado lo que le supone estar con él...-agravo el tono, otorgándole seriedad. Y eso que por dentro me estoy queriendo morir, aún más que cuando Eileen se ha descubierto.

Meyers parece ablandarse por completo ante las palabras de Cassia. Parece que su resistencia inicial ha flaqueado del todo, ante la visión de aquella mujer, de claro corazón bondadoso y aspecto encandilador.

-Está bien. Tal vez sea mejor que se quede aquí, oculta y luego ya la llevaremos a algún sitio seguro, tal ves los Servicios Sociales le encuentren una casa en la que vivir felizmente. Sólo es una niña...- responde éste, en cierto modo enternecido por la actitud de Cassia.

-Pero me gustaría saber el nombre de alguien tan ínfame, que ha tenido la enorme cara de pisar mi casa- añade, algo enfadado ante la perspectiva de que uno de sus invitados sea un abusador de niños.

Sonrío agradecida a Meyers cuando cede ante el tono de mis palabras y la expresión de mis ojos, una sonrisa que no es más que las restas de la gran sonrisa interior de alivio que me ha provocado mi éxito. Después de esto voy a necesitar una buena dosis de esencia de lavanda llenando mis fosas nasales.

De forma suave tomo la mano de Meyers y le acaricio el dorso con los pulgares mirándole a los ojos.

-Es usted un hombre noble y de buen corazón, Franklin. Sabía que lo entendería.-le digo con dulzura. Pero mientras mantenía el contacto visual un poco más con él antes de continuar, la voz de Crautchin me llega desde el interior del bolsito, sobresaltándome y rompiendo el momento. Le hago un gesto al sr. Meyers para que me de un segundo y saco el comunicador para responderle.

-Huan ying, Capitán; y gracias de nuevo por molestarte.-le saludo.-Disfruta del paisaje y tómate un respiro; en un rato vuelvo a llamarte. No te vayas lejos.

Suelto el botón y me quedo el comunicador en la mano, volviéndome hacia Meyers.

-¿No sería probable que la encontrara aquí? Con la misma facilidad con la que ella ha entrado en este cuarto, vaya...-comienzo a plantearle la opción.-Puedo intentar que me diga quién es ese hombre, pero no me arriesgaría a dejarla aquí sola...Tal vez...-murmuro pensativa.-Tal vez mi capitán pueda bajarla al puerto; creo que tiene una ligera idea de a dónde ir.

Cita:

[Ian & Ivy | Sala común]

Ivy: Abrazo a Dariel con todas mis fuerzas para ver si consigo que esta vez también me lleve con él, pero parece que esta vez el modo hermanita adorable no ha servido de mucho. Lloriqueo mentalmente.

Me quedo tal cual me ha dejado en el asiento, espatarrada y aunque ya me encuentro mejor, al menos lo suficiente para sentarme como debería lo cierto es que no hay ninguna gana. Enarco una ceja para mirar a Ian.

- Te gusta jugar con fuego, ¿no? -Pongo los ojos en blanco- El Poker puede derivar en muchas cosas, como por ejemplo; Strip-Poker -Levanto un dedo por cada ejemplo que doy- Beber un chupito de lo-que-sea cada vez que se pierda... No sé si me sigues.

Ian: Me quedo mirando a Ivy con seriedad. ¡Eh! Se supone que el descerebrado e irresponsable soy yo, no ella. ¿Qué hago cuidado YO de ELLAS? ¿Eh? ¿Eh? ¡Yo a mi enfermería!
- Sí. Pero no se va a hacer. Vamos a apostar dinero, dinero de verdad -Saco un billete y lo pongo en la mesa-. ¿Crees tener suficiente valor a jugar ante el pijo? -Le pico.

Ivy: Sonrío de lado ante su intento de picarme.
- No tengo tanto dinero como para apostarlo, y menos para que lo gane un ricachón -Ahora sí, me coloco en el asiento, pegando mi espalda al respaldo- Aunque siempre podríamos apostar tareas de la casa o... ropa. -Miro hacia el techo y dejo escapar un suspiro- ¿Ves? Ya salió el tema del Strip-Poker -Vuelvo a mirarle y sonrío.

Ian: Esbozo una sonrisa. Ésta mujer me provoca. Pero no puedo. Si cuando el capitán nazi ya me querrá dar la patada cuando me vea, si encima me ve desnudo me decapita. Niego con la cabeza.
- Quiero currar aquí. Acepto tareas del hogar, venga. Si yo gano... Harás lo que yo te pida. Sea lo que sea -Ensancho la sonrisa-. Lo que sea... -Repito, con malicia.

Ivy: Me muerdo el labio inferior, pensativa.
- Vale, acepto -Le miro y sonrío pícaramente- ¿Cubierto o descubierto? -Cojo la baraja y dejándola en la mesa la arrastro hasta donde está Ian.- No quieras que baraje yo, igual acabas siendo tú mi esclavo... -Me llevo una mano a la boca para taparla, como si hubiera dicho algo que no debiera- ¿Dije esclavo? Quería decir amigo que me ayudará en todo lo que le pida.

Ian: Cojo las cartas y comienzo a barajar, cayéndoseme alguna de vez en cuando. Las acabo de repartir y paso dos a cada uno, poniendo cinco boca abajo entre ambos. Miro a ver si Natalie sigue mirando o quiere participar. Mientras no se aleje...
- Vale. Tú pones la ciega pequeña. Sabes jugar, espero -Sonrío con malicia. Ésto, no podría hacerlo con Dariel... se lo tomaría a mal. Creo que está algo pirado... pero está bueno.

Ivy: Pongo los ojos en blanco, ofendida, cuando pregunta si sé jugar. Niños ricos. ¿Qué se creen que solo ellos saben de juegos de cartas o qué?
Pongo la apuesta mínima, representada por un par de papeles y miro las cartas que me da.
Joder. Un puto cuatro y un dos. Mano mierdosa a más no poder, aunque con peores manos he ganado. Todo depende de lo que haya en mesa.

Ian: Miro las dos cartas que tengo en mi mano y miro a Ivy, intentando descifrar su mirada. Como no logro ver nada, me fijo en su canalillo. Ahí sí se ve una gran verdad... Sin dejar de mirar ahí, pongo la apuesta máxima. Muestro tres cartas y vuelvo a mirar hacia sus tetas. Es la única manera de mantener cara de póker, sí. Toma. Veo a una futura esclava.
- Pasar no es una opción, ¿te parece? No quiero jugar con nenas -Me río entredientes-.

Ivy: Nada. Sonrío, aunque me estoy cagando en todo. Al ver que no para de mirar a un punto fijo, sigo su mirada hasta dar con... mi pecho.
"Así que esas tenemos..."
Me coloco en el borde del asiento y pegando las cartas a mi cuerpo, me inclino hacia adelante como para ver mejor qué cartas son las que hay en mesa, aunque está claro que mi única intención era que Ian pudiese ver bien lo que tanto miraba y de paso ver si así se desconcentraba y metía la pata.
Igualo la apuesta.

Ian: Uf. Algo me hormiguea por dentro. Ivy es toda una experta en distraer, pero aún así, no dudo en mostrar la siguiente carta y subir al doble la apuesta. Ya son cuatro días de esclavismo para quien pierda ésta mano. Interesante.
- Subo a cuatro -Murmuro, sin dejar de mirar con una sonrisa ésas hermosas tetas. Oh yeah, baby. Sigue enseñando.

Ivy: Bufo mientras tiro las cartas sobre la mesa.
- Me retiro -Murmuro, fulminándolo con la mirada.- No esperarías que siguiese apostando con la mierda de mano que me has dado, ¿verdad? Con manos buenas cualquier apuesta... -Hago un gesto con la mano apremiándolo- Venga, reparte de nuevo y esta vez, si puede ser, dame algo mejor.

[...]

Ian: Miro mi mano y las cinco cartas con un deje de decepción. Yo esperaba un full y sólo tengo un trío. ¡Boh! Espero que sea suficiente para ganar.
- Subo a 3 días -La miro y sonrío, para ponerla nerviosa-. Si te retiras, pierdes y tendrás dos días de trabajos forzados. Si te arriesgas y pierdes, serán 3. Pero si juegas y ganas... igual son más días los que yo soy tu esclavo. Puedes subir, lo sabes, ¿no? -Vuelvo a sonreír, divertido-.

Ivy: Miro mi mano de forma dudosa. En serio, ¿dónde metió la mano este tío antes de repartir mis cartas? Solo tengo una mísera pareja de dos, que estoy más que segura que no hará que gane, pero por otro lado... Si me retiro el castigo va a ser prácticamente el mismo, solo un día menos. Sin embargo si sigo adelante... puede que le gane.
- La veo -Le miro con cierto resentimiento y dejo las cartas en la mesa, mostrándolas. Esperemos que al menos no me haga ir con uniforme porno por la nave.

Ian: Esbozo una sonrisa triunfal al ver sus cartas y enseño las mías, con aire de grandeza. Trío de tres. Aaah... Qué bien sabe la victoria. Además, no sólo Ivy será mi esclava tres días sino que la he mantenido vigilada.
- Los tres días comienzan a partir de las 00:00. Harás lo que te diga y de la manera que diga. Sin rencores, ¿eh? -Sonrío divertido.

Ivy: Al ver sus cartas y escuchar las condiciones me levanto y me dirijo hacia él.
- Espero que aproveches bien esos tres días, porque serán los únicos que consigas que haga lo que me digas.
Me siento encima de él y le tomo por la barbilla para hacer que me mire a la cara.
- No seas muy duro conmigo, eh -Susurro inocentemente.

Ian: Me dan ganas de besarla. Pero un cuchillo en el pecho me recuerda que mejor que no. No quiero volver a verlo tan cerca. Puede cortar.
- Imagino que querrás revancha. Siempre estoy dispuesto a que me hagas tareas. ¿Crees que te quedará bien un traje de enfermerita sexy? -Sonrío, divertido-. Espero que sí.

Ivy: Sonrío.
- Solo hay una forma de despejar esa duda, ¿no? -Le guiño un ojo y me levanto de su regazo para volver a sentarme donde me había dejado mi hermano.- Ya te avisaré para la revancha.

Meyers sonrie levemente ante las buenas palabras de Cassia y su pequeña caricia en la mano. Éste espera paciente a que ella termine de hablar por el comunicador con el Capitán de su nave.

Cuando ésta vuelve a hablarle, el semblante de Meyers se pone más serio.

-Es mi casa, no todas las zonas son de acceso público, ninguno de mis invitados sería tan descortés- responde éste, algo rígido, tal vez no le guste nada la idea de que alguien entre en sus dependencias privadas y no esté acostumbrado a pensar en esa posibilidad.

-Pero confío en su buen criterio, Srta. Cassia, si cree que lo mejor es que se la lleve su "Capitán", de acuerdo. En la cocina hay una puerta trasera y un pequeño camino que cruza los jardines hasta dar con la entrada. Es el que usa el servicio- le recomienda, como modo de escapada -Llamaré a mi mayordomo, para que la acompañe hasta allí. Tenemos que irnos...- le pide a Cassia, ya que sus invitados estarían empezando a impacientarse...