Partida Rol por web

Coge el pañuelo y hace una pequeña inclinación de cabeza a modo de gracias, porque en estos momentos es incapaz de hablar. Cierra los ojos para poder sentir aún mejor las caricias que la desconocida le está dando y parece que las palabras que ésta le dice consiguen calmarla un poco.

Eileen abre los ojos rápidamente, entusiasmada y con esperanza al oírla decir que ha dado con la persona adecuada.

- ¿En serio? Creo que toda la bondad que no encontré en mi corta vida, la encontré hoy en una única persona... -El labio comienza a temblarle de nuevo, aunque esta vez hay una pequeña diferencia, parece que sonríe.- Soy Eileen -Y entonces se le quiebra la voz, comenzando a llorar de nuevo, pero esta vez de pura felicidad.

-Venga, anda...Ya no tendrás más motivos para volver a llorar. El verso está lleno de gente bondadosa, y vas a poder conocerla.-tomo a Eileen del mentón y le doy un pequeño beso en la frente al ver que vuelve a echarse a llorar. Pobrecilla, de verdad...que no me encuentre yo con el hombre que la ha reducido a ésto.

-Yo soy Cassia, por cierto.-me presento, mirando luego el comunicador. Voy a molestarme bastante con el capitán si ha escogido pasar de mí.

Al final, iba a cumplir y todo lo que le había dicho a Cassia. Casi lo prefería así porque no quería aguantarla si es que se enteraba de que había salido de borrachera en lugar de estar pendiente de ella como le había dicho.

- Lo siento, Carson - le digo a Steve - Pero yo paso. Pasadlo bien vosotros y no hagais nada que yo no haría - sonrío un poco. Sé que la liarán pero bueno... Como mucho una pelea, alcohol ingerido de mas... Pero nada mas. O eso espero.

Me alejo de ellos y vuelvo al puente de mandos tras pasar un momento por la cocina para hacerme con una botella de sake. Solo un par de copas... Y ya está. Para olvidarme de que el gilipollas del doctor ha estado a punto de liarla con Natalie. Menos mal que me giré a tiempo...

'Huen Dahn...', mascullo aún en pensamientos.

Me siento de nuevo en la silla con la botella de sake y el pequeño vasito. Bien, ahora toca aburrirse hasta la vuelta de la 'Embajadora' a la nave. Bebo el primer vasito de sake.

Cita:

|Comunicación Julian-Cassia|

Julian: Fue justamente cuando pasé el trago de sake, que sentí el comunicador sobre la mesa. Hago girar la silla con mis pies y me acerco alargando la mano para cogerlo.

- Soy un hombre quemado y cabreado - respondo - Lo de 'de palabra' aún tengo que pensármelo... ¿Qué pasa, 'Embajadora'? ¿Algún problema?

Cassia: -¿Quemado y cabreado?-frunzo ligeramente el cejo. Por lo menos ha respondido.-Bueno, en ese caso quizá agradezcas las nuevas que te trae el viento de la noche...-sonrío un poco.-Tengo un problema, exactamente: verás...-miro un momento a Eileen.-Tengo aquí una señorita que necesita que la saquen, por lo menos, de la isla-mansión en la que estamos. Yo no puedo hacerlo; tengo trabajo y no tengo vehículo.-aprieto los labios un momento.-El huen dahn de su dueño abusa de ella; no debe tener ni quince años...-bajo un poco el tono al decir ésto, por respeto a la chica.

Julian: Suspiro escuchando lo que dice, con el comunicador separado de mi boca. Ma Jung Hwa.

- Cassia, no soy un alma caritativa... - le respondo.

Cassia: -No me digas...-pongo los ojos en blanco.-Solo tienes que venir con una lanzadera y traerme una cosa de mi estancia; detrás de la cortina color vino tengo un altar, y hay una figurita de un tigre de oro. Con eso valdrá.-suspiro, y cambio luego el tono a uno un poco más amable y menos nervioso.-Te dije que te compensaría; un favor tan grande merecerá una buena compensación.

Julian: - No es tema de compensación - respondo - Es tema de que eso no es algo que nos importe a nosotros. Además, esa niña tiene dueño y si el dueño se entera de esto vendrá a por nosotros... Ya tengo suficientes enemigos como para ganarme uno mas ¿sabes? - apoyo la espalda en el respaldo de la silla, bufando un poco.

Cassia: "Vale, Julian está de malas. Captado". Para no incomodar a Eileen con el agrio humor del capitán, me levanto de la cama y me aparto un poco para seguir hablando por el comunicador.

-Tu lo has dicho; si el dueño se entera. Lo único que tienes que hacer es traer la lanzadera y volver; ella se encargará de subir mientras tú y yo hablamos, nadie le echa las culpas al capitán por los polizones, ¿no?.-tomo aire antes de seguir. No es un plan demasiado complicado; lo realmente difícil será sacarla de la casa ahora.-No eres el único con enemigos, Julian, pero no puedo dejarla aquí sabiendo lo que le espera si se queda...-agrego con toque compasivo.

Julian: Me paso la mano que no sujeta el comunicador por la cara y me inclino hacia adelante antes de responderle.

Mi Tian Gohn.

- Sabes de sobra que no puedes compensarme por esto pero lo haré - le digo - Avisaré a Kratos para que se quede en el puente y cogeré el tigre ese y la lanzadera. Pero solo la traeré aquí, luego tendrá que buscarse la vida ella solita - la advierto - Bao Jone cuando vayas a sacarla de la casa.

Cassia: Sonrío ampliamente al oírle acceder, mirando a Eileen con ésta en el rostro para que sepa que todo va a salir bien. O al menos lo intentaré.

-Sheh sheh, capitán. De todas formas te lo compensaré; decide entonces si te vale o no.-le agradezco, inclinando la cabeza aunque no puede verme.-Mi cliente es el anfitrión de la fiesta de ésta noche, así que solo tienes que buscar la isla-mansión hacia la que se dirija más gente. Cuando llegues, ponte en contacto conmigo e iré a buscarte.

Julian: - Me pondré en contacto contigo en cuanto pueda - le respondo - Nos vemos - rompo la comunicación y me guardo el comunicador en un bolsillo del pantalón antes de salir del puente de mandos, buscando a Kratos.

Cuando le encuentro le digo que esté atento al puente de mandos por si necesito ponerme en contacto con la nave desde la lanzadera. Y que vigile, claro. Porque todos han salido y se va a quedar él solo con los pasajeros en la nave.

Acto seguido, voy al transbordador de Cassia y busco el dichoso tigre de oro. Cuando lo encuentro, voy directo a la otra lanzadera para ponerme en marcha.

Al cortar la comunicación, manteniendo la sonrisa, vuelvo con Eileen.

-El capitán ha accedido a sacarte de la isla, pero después tendrás que apañártelas por tu pie, ¿dong ma?-le digo, poniéndole el pelo tras una oreja.-Te sacaré de la casa ahora y esperarás escondida en el jardín hasta que yo salga. Entonces sígueme oculta hasta la lanzadera y yo entretendré al capitán el tiempo suficiente para que puedas entrar, ¿te parece?

Le saco la lengua a Ivy como respuesta a su intento de regañina. Mierda de día! Si es que no tenía que haber salido del puente de mando...

-Eres un rajado Cara-Cartón!- le grito a su espalda mientras veo como se marcha Julian cabreado. Sólo le llamo así cuando me cabrea horriblemente. Y yo me cabreé antes que él! Y mucho y me siento hiperactivo y joder, porque me tiene que joder siempre los planes el Verso?!

Y entonces aparece  la que faltaba para cumplir el cupo, Steve, nuestra mecánica machorra y extravagante.

-No se ha muerto nadie Carson, y yo no pienso quedarme sin mi diversión nocturna así que vámonos ya todos y si Cara-Cartón quiere quedarse aquí como un Browncoat cabreado que lo haga, es su problema!- algo enfurruñado me encamino con rapidez hacia la salida de la Orpheus, intentando dejar atrás todo aquello...

-Kratos, nos vamos! Muévete y deja de rascarte la puñetera peluca!- le digo a Syn, mientras salgo.

Dariel encabeza el grupo formado por Steve Carson, Kratos Syn y Natalie Hong, que le siguen sin muchas protestas, deseando descargar adrenalina, pisar suelo firme y pillar la borrachera padre, dado que hace semanas que no podían por cuestiones de trabajo. Cruzaron rápidamente las calles estrechas, oscuras y malolientes que llevaban a uno de los locales más populares entre los Bajos Fondos, el Babylon, su sitio favorito para ahogar penas, entre otras cosas.

El local tiene la entrada a nivel del suelo pero el local en sí está estructurado en distintos niveles. A la entrada lo primero que hay que hacer es dejar las armas de fuego en el guarda-armas, una rueda con cajones metálicos y cierres magnéticos donde cada cliente puede depositar su arma de forma individualizada y recuperarla con su llave magnética.

Tras dejar las armas de fuego, se accede a través de una escalera a la zona subterránea donde está la sala principal, con mesas, tres barras de bebidas y un par de peepshows.

La luz del local es tenue y azulada, y tiene algunos privados, con sillones y mesitas bajas, donde con unos pequeños biombos se puede ganar algo de intimidad e impedir algunas miradas excesivamente curiosas.  A los lados se ven más escaleras, que suben hacia otros niveles del local, presumiblemente habitaciones de alquiler por horas, con una serie de comodidades, como camas de agua, juguetitos sexuales de todo tipo, etc...

Steve, Dariel, Kratos y Natalie en seguida encuentran una mesa libre donde sentarse, en uno de los privados. Nada más sentarse, les sirvieron un vaso de cristal a cada uno para usar con el dispensador de sake. Sólo había que poner el vaso debajo de uno de los 4 grifos de la fuente-dispensador y el líquido transparente cae hasta llenar el vaso, en una dosis exacta. Para cuando llega Ivy al interior del local, Steve, Dariel, Kratos y Natalie ya llevan como unas 4 rondas encima. Steve y Kratos están compitiendo en ver quien es capaz de decir el chiste más guarro o en absurdos pulsos y Dariel y Natalie parecen conversar y reirse de las animaladas que Steve y Kratos hacen en su competición personal. Empiezan a estar casi todos bastante borrachos...

Mientras, en la Orpheus, Julian ha recibido la llamada de Cassia, en el puente de mando. Ha decidido aceptar su petición y salir con la lanzadera, dejando la nave principal sin vigilancia, para recoger a una nueva pasajera no esperada.

Mientras Cassia trata de calmar a la pequeña y adorable Eileen, alguien llama a la puerta del cuarto donde ambas se alojan.

-Srta Cassia?- suena la voz de Meyers al otro lado de la puerta. Por lo visto, la fiesta está a punto de empezar y el anfitrión, y cliente de Cassia, reclama su atención y servicios...

-Está lista?- pide éste.
 

Doy un pequeño respingo al oír la voz de Meyers al otro lado de la puerta. Ta ma duh...Creí que tenía un poco más de tiempo...Levanto a Eileen de la cama y la llevo al otro lado del colchón para que se oculte ahí y no sea visible desde la puerta, haciéndole una seña de silencio y otra para que escuche.

Luego, recojo el maquillaje y el comunicador de la mesilla, apago la vela del quemador y voy a entreabrir la puerta, sonriendo al sr. Meyers y rizándome con un dedo un mechón de pelo suelto del recogido.

-¿Va a comenzar la fiesta ya, Franklin?-le pregunto cordial.

[Nota: A Aura (quién colgó la conjunta anterior) no le deja editar la jugada así que la edito aquí debajo. Esto sería el 'arreglo' de la conjunta, ya que hubo un desfase temporal y metí la pata así que voy a arreglarlo con el permiso que me ha dado Black. Poneos que es el cierre de la conjunta Julian-Cassia ignorando el cierre anterior que hice de la conjunta]

Julian: - Me pondré en contacto contigo en cuanto pueda - le respondo - Nos vemos - rompo la comunicación y me guardo el comunicador en un bolsillo del pantalón antes de salir del puente de mandos, buscando a Kratos.

No solo no le encuentro a él, sino que me doy cuenta de que no hay absolutamente nadie en la nave, salvo los pasajeros y yo. Mi Tian Gohn.

Saco mi comunicador del bolsillo 'rezando' para que Dariel lleve el suyo con él.

- Dariel, Puhn Yoh, te necesito ¿me recibes? - le llamo y espero que conteste. Si no tendré que ver qué hago...
 

[En el Babylon]

Llegamos más tarde de lo previsto. Estoy segura. O no. Quién sabe. La cosa es que de forma automática acabo llegando al reservado que siempre escogemos (tardando lo mío, claro). Ahí estaba casi toda la tripulación. Más la cría tocahuevos que parece no despegarse de mi hermanito. Sonrío falsamente hacia esta.
Era una lástima que la cría estuviese presente, porque tenía ganas de dos cosas. Primera, subirme a la mesa y comenzar a hacer un striptease y segunda, coger a mi hermano y follármelo ahí mismo. Pero claro, es una pasajera y hay que mantener las formas. Eso si, como toque a Dar la reviento.

Trato de sentarme en algún hueco que quede libre, pero calculo bastante mal la distancia de mi culo al asiento y mis pobres nalgas se resienten bastante.

- Dar, cariño, creo que tu hermanita necesita que le aclares una duda sobre el manejo de la Orpheus. Sabes que es más bien novatilla y necesita ayuda de alguien tan experimentado como tú -Sonrío tontamente- También te necesito para hablar de unos asuntos personales -Le robo el vaso de sake a mi hermano y tras servirme, bebo el contenido. Luego me relamo sin dejar de mirarle.- Steve, si ganas te invito a una -Le guiño un ojo y me levanto como buenamente puedo, sin dejar de agarrarme a la mesa y me dirijo dando tumbos hacia donde está mi hermano. Al llegar junto a él sonrío dulcemente y apoyándome en el respaldo me siento a horcajadas sobre él, rodeando su cuello con mis manos.
- Vas a ayudar a tu dulce y adorable hermanita, ¿verdad que si? -Pregunto inocentemente, mientras le pongo ojitos.

Sonrío al ver entrar a mi hermana Ivy en nuestro privado, ando algo contento tras 4 vasos de sake pero ni mucho menos estoy borracho, tengo más aguante que eso, aunque no lo parezca... La niña, Natalie, ya no me parece tan arpia, ahora que el alcohol ha soltado su lengua, no sé si con esto me ganaré alguna acusación de corrupción de menores por ser el causante o mejor dicho, permitir, que una menor se emborrache de este modo, pero que cojones, yo la veo crecidita para su edad... Con ese cuerpo para el vicio!

Me quedo algo sorprendido cuando Ivy se me sienta a horcajadas y empieza con su discurso de "novata" en plan perra en celo. Pero al menos no tiene a uno de esos perdedores pegados a su bonito culo.

-Experimentado? claaaro, desde cuando haces esa distinción, hermanita? Creía que te fastidiaba eso...- le respondo, sonriendo maliciosamente. Lo bueno de que todos estén borrachos menos yo, es que me puedo reír mucho y sobretodo, luego chantajearles a la mañana siguiente con lo que no recuerdan de la noche anterior. Ladeo la cabeza, para mirar al resto de mis compañeros, pir unos de los lados estilizados y curvilineos de mi Ivy.

-Kratos, Tio! Te estás dejando ganar por una enana gritona!-.me río de Syn, al ver que ha perdido de nuevo un pulso con Steve.

Me toco el bolsillo lateral de los chesters negros, donde suelo llevar siempre un comunicador cuando salgo de la nave, y que se había quedado ahí tras el viajecito de carga y descarga de los paquetes del médico que acababamos de echar. Me ha parecido sentir que vibraba o emitía algún sonido, pero con tanto ruido es díficil de saberlo...

Franklin Meyers espera paciente detrás de la puerta a que Cassia le abra y le dé una respuesta. Sonríe levemente al verla asomarse por una rendija.

-Si, algunos de mis invitados ya han llegado y me gustaría poder presidir la recepción con tu compañía- dice éste en un tono amable.

-Estás preciosa y perfecta, tal como me imaginaba que estarías. Hay algún problema con el cuarto?- añade éste algo más seriamente, preocupado porque algo haya ofendido o molestado a su preciada Acompañante e intenta acercarse a la abertura de la puerta y mirar en el interior por si hay algún problema que él no haya captado...

[Babylon, Perspephone city]

Parece que al final Ian decide unirse a la fiesta y salir de su escondite improvisado en el hotel que le había buscado Ivy (preguntando se llega a todas partes y el Dr. Green en aquel largo recorrido tomó consciencia de lo perturbadoramente popular y conocido que es aquel local entre la gente de a pie, en especial la que vive alrededor de los muelles espaciales, así que le fue relativamente fácil encontrar a alguien que le diera las indicaciones exactas de donde estaba el sitio).

Al entrar éste, lo primero que le echa para atrás es el olor a humo de tabaco, entre otras cosas, y de alcohol. Lo segundo es la enorme cantidad de ruido de gritos, insultos, risotadas y la música de fondo a la cual prácticamente nadie le hace caso. También llama la atención la pantalla de televisión en forma de riñón que hay en una de las paredes, que retransmite noticias, videos musicales y anuncios de barritas energéticas de frutas constantemente y a la cual casi nadie mira, a no ser que esté en estado cuasi comatoso, claro.

 Al fondo, puede ver que en un pequeño privado está su pelirroja favorita, sentada a horcajadas sobre el mismo tipo que le había amenazado con un cuchillo de combate, con cara de muy pocos amigos, el piloto y hermano de Ivy, Dariel. También están con ellos tres personas más, entre ellas el tipacarro enorme por el cual Ivy había dicho que estaba colada y que no le hacía caso, Kratos. A su lado, haciendo competiciones extrañas de fuerza está una morena, menudita, vestida de forma estrafalaria, Steve, y otra muy joven, guapisima y bien vestida, Natalie. Todos parecen reir y pasarlo bien, más distendidos y de buen rollo que hacía un rato, dentro de la nave. No hay ni rastro del Capitán Rancio...

Al acercarse se puede percatar de que Ivy está muy borracha y el tipo grandote, Kratos, es algo más torpe, ya que se está dejando ganar la mitad de veces por la chica enana y chillona, Steve, que parece estar con algo de puntillo, pero lejos de estar borracha, al igual que el propio Dariel, que parece ser el que está aguantando mejor el tirón y la dignidad. En cambio la chica con cara de muñequita de porcelana, Natalie, parece estar con el punto bien cogido y empieza a sonreir más de la cuenta y a no estar tan embarada, como sería de esperar en alquien de su clase y posición social, cosa que se puede ver claramente por sus ropas y ademanes.

No tengo problemas en mostrarme tranquila y sonriente ante el sr. Meyers, aunque admito sí estar algo preocupada por si Eileen no se mantiene bien oculta. Al ver que intenta mirar hacia el interior, para que no piense que le oculto algo, abro más la puerta y confío en la cobertura de la amplitud de mi falda y de mi propio cuerpo, además del pequeño ángulo tapado que dejo con la puerta al no haberla abierto del todo.

-El cuarto es perfecto, Franklin.-asiento con convicción, sonriéndole de la forma más encantadora y sutil que sé.-Es bonito y tiene mucho espacio. Es solo...-agacho un momento la mirada y bajo el tono, inclinándome hacia él.-Estaba intentando meditar un poco cuando he terminado de retocarme; hay algo en las energías que me tiene ligeramente nerviosa. Si lo huele, verá que incluso he quemado algo de esencia de lavanda para relajarme.-le comento como si fuera una confesión delicada para mí.-Luego me he percatado de que quizá mi amuleto me ayudaría, pero me he dado cuenta de que no lo he traído conmigo.

Hago una pausa para tomar aire y volver a erguirme.

-Espero que no le moleste, pero me he puesto aún un poco más nerviosa y he llamado al capitán de mi nave para ver si podía pasarse y traérmelo...-doy un toque con la cabeza a modo de disculpa.-Solo tendría que excusarme un momento para recogerlo. Le he dicho que me avise por el comunicador que he traído cuando llegue. Si le parece muy violento que me ausente delante de sus invitados, puedo reunirme con usted cuando lo tenga. O no.-le sonrío un poco más.-Es su decisión, Franklin.-entrelazo las manos frente a mi cuerpo.

[Babylon]
 

Encontrar el Babylon fue fácil. Lo difícil fue encontrar a Persephonianos que se dignasen a hablar conmigo. Es como si no hubiesen salido nunca de fiesta ni se hubieran emborrachado. ¡Malditos estirados! Así eran mis padres también. "El alcohol nos hace incivilizados"... ¡Y una mierda! Me subo el pantalón y salgo de detrás del árbol donde había estado meando.

La gente exagera. De vez en cuando, darse una fiesta no es en absoluto malo. Aunque sí lo es tener que ir caminando hacia un sitio que no conoces. Por suerte, los del muelle sí que parecen saber dónde está el bar y no tienen inconveniente de hablar conmigo.

- ¡Graaaacias! ¡Que Buda te lo pague con mucho sexo, mucho dinero y pocos hijos! -Murmuro, mientras me tambaleo en dirección al bar.

Me cuesta muchísimo llegar. La vida y algo más. Tal vez el motivo del retraso ha sido cuando casi me voy detrás de una prostituta, pensándomelo en el último momento (no tenía preservativos). En cualquier caso, al fin entro en el local. El fuerte olor a tabaco hace que abra los ojos y me apoye en la pared con la espalda. Joder. Cómo se pasan.

- Ya sabes lo que dicen... -Murmuro, hablando sólo, mientras me busco en los bolsillos-. Si no puedes con ellos, únete -Me saco un cigarro y me lo enciendo. Hala. El tabaco sabe mejor con marihuana tabaco. Cuando paso por su lado, me quedo embobado viendo la televisión con esos anuncios tan guays. Cuánto color y qué música...

Con la boca ligeramente abierta, me quedo mirando el televisor sin apenas darme cuenta de que caía hacia atrás, hasta que me caigo al suelo. Gimiendo y gruñendo, me levanto de nuevo, sin importarme las posibles risotadas de mi alrededor.

Oteo a ver si encuentro a Ivy, hasta que la veo en unos privados, con los demás miembros de la tripulación. Aunque no veo al Capitán Amargado no-escucha-nada. Me acerco a la barra, aunque algo me dice que no debería beber más por el momento. Tal vez la vista medio nublada. O incluso esa sensación de que en cualquier momento me va a dar algo. Pero aún así, lo ignoro y pido un vaso de sake. Comienzo a aficionarme a esa bebida tan repugnante.

[En un reservado del Babylon]

Simplemente afirmo ante todo lo que dice mi hermano cuando oigo la palabra "hermanita", que es lo único que logro entender.

- Es cierto que me fastidia, pero que se le va a hacer, ya te joderé yo a ti de otra forma... -Comienzo a reírme a carcajada limpia sabiendo que en este caso cualquiera que piense mal acertará, aunque no lo crea.
- ¿Sabes? -Sonrío tontamente mientras una de mis manos desciende desde su cuello hasta su pecho, clavando un dedo en él, mientras lo sigo con la mirada- Hoy creo que será el día en el que estrene el dildo que me compré -Suelto más risillas por lo bajo- ¿Y sabes otra cosa? -Alzo la cabeza para buscar sus ojos. Y los encuentro, pero se mueven demasiado. Igual que el resto del local. Meneo la cabeza para tratar de hacer que todo vuelva a la normalidad, pero es inútil e incluso peor.
- ¿Sabes... sabes otra cosa? -Repito, dejando esta vez la mirada perdida y alzando un dedo que no señala a ninguna parte- A veces no le das los suficientes mimos a tu hermanita -No suena a reproche, porque tampoco lo es.- ¿Pero sabes qué? Da igual. Ya ha aprendido a buscarlos por ahí -Vuelvo a sonreír y tras acariciarle el rostro, gateo hacia un lado para apartarme de él.

Me levanto del sitio, pero al notar que el local da aún más vueltas que antes me agarro al asiento.
- Wow -Exclamo mientras parpadeo con fuerza- Creo que alguien necesita... -Me llevo la mano a la boca mientras me inclino ligeramente hacia adelante. Camino apoyándome en la pared hasta salir del reservado, pero no aguanto más y acabo potando nada más salir de él.