Partida Rol por web

Por un momento se me olvida respirar.
Joder con la niña... Hasta al hermano lo ha dejao tonto...
Cuando el hijo de puta ese se pone a dar bocinazos, le miro y le digo:
- ¿Pero no te da vergüenza delante de dos señoritas?
Para mi es como si las demas tias no existieran, solo estan Jolene y Lex.
- Encantado, Jolene, pasa aqui conmigo... Adrien, Mortymer, Michael, Sven, Hugo... Tambien. Y John cuando vuelva.

Me adentro varios metros en la espesura, alejándome del grupo principal, pero recordando bien por dónde he venido. Una vez estoy lo suficientemente alejado, aprieto los dientes, cerrando los ojos. ¿Qué cojones acaba de pasar? Es mi hermana, es la persona más importante de mi vida, junto con Donovan y mi sobrina... No debería haberla mirado así... No debería. ¿Qué coño he hecho, qué me ha pasado? Con manos temblorosas saco un cigarrillo y me inclino sobre mí mismo, para tapar la lluvia con el cuerpo y poder encenderlo. Fumo un par de caladas con la mano temblando como un flan. No sé si me da más asco, me asusta o qué es lo que hay... No lo sé... Y eso me jode mucho. Demasiado. Tiro el cigarrillo y lo apago con el pie, aunque con el agua que hay por el suelo no tarda en apagarse...
Paseo en círculos, llevándome las manos a la cara, frotándola.
-Mierda... joder... Hostia puta... ¿Qué demonios ha pasado? Suspiro y respiro agitado, varias veces. No consigo calmarme. Estoy demasiado nervioso ahora mismo. Me llevo las manos, juntas y abiertas, a la boca, apretando la nariz con las puntas de los dedos, los ojos muy abiertos. Suelto con fuerza una bocanada de aire y, sin para de caminar, me miro el puño, cerrado ahora, los nudillos blancos. Sin pensármelo demasiado, lo descargo contra mi estómago. Caigo al suelo a cuatro patas de golpe. Joder... Sí que soy fuerte, nunca lo había visto de este modo... Toso y jadeo a partes iguales, por el impacto. Escupo al suelo, la cara enrojecida ahora, respirando con mucha fuerza, pero entrecortada. He conseguido quitarme la imagen de Jolene de la cabeza gracias al dolor, pero no estoy satisfecho. Me voy a quedar aquí hasta que se me despeje la cabeza. Lo necesito, hostias, lo necesito...

Joder, el jodido músico tiene razón, lo miro asintiendo con la cabeza, los labios curvados en una débil sonrisa de reconocimiento, Balaguer, otro maldito capullo, si es que el día estaba resultando especialmente productivo en este aspecto, esta mañana en el apartamento, ¿y qué hora es?, ¿cuanto llevo sin dormir en condiciones?, uff.

Ya veo, nombre y poder, ¿Qué coño estaba pasando?, cada vez me gusta menos esto, empiezo a pensar que la perspectiva de la muerte no es tan mala como pensaba en un principio, no quiero la vida a cualquier precio, no se si es orgullo o dignidad, pero siento que empiezo a perderla por momentos, quizás un disparo o arrojarse al vacío sea mucho más elegante.
Su voz, una dulce voz flota en el gélido ambiente haciéndolo confortable, mi mirada se clava en la joven, es realmente preciosa, lo que ves es lo que hay, su imagen borra de mi mente las ideas que no me permitirían verla nunca más, ¿cómo he podido tener semejantes pensamientos?, sin dejar de mirarla me acerco a la posición del tal Balaguer.

Art Connor, mi poder especial es el de tocar los cojones a gilipollas con aire de superioridad como tú digo al obnubilado capullo,no podía evitarlo, ¿por qué la gente no pedía las cosas amablemente?, ahora si que aparto la vista de la chica, mirando al rubito, venga, intenta algo, lo estoy deseando, aunque este último parece estar centrado en la joven.

Miro a Art abriendo los ojos como un loco, sonriendo.
- Pues debes tener la entrepierna muy manoseada si ese es tu poder, Art. Por favor ponte detras y deja de dar el espectaculo, que vas a asustar a la niña...
Le tocaría la carita un par de veces como a los crios pequeños pero soy muy lento y el seguro que se aparta.

Lex, por su parte, fija una mirada impasible en la joven Dryden... Tan joven, tan madre... y tan jodidamente calientabraguetas.

Mira a Herk, en cuyo hombro se apoyaba, dolida al ver que no es capaz siquiera de disimular... Pero a estas alturas, y con la frase "Lo que ves es lo que hay... Aunque quizás no del todo...", teniendo el hermano que tiene, no era difícil darse cuenta de dos cosas: que aquella apariencia era un don de dios, una mutación de lo más injusta para semejante arpía, y de que aquella chavala que cargaba con un bebé era una zorra de la peor calaña, no teniendo problema en demostrarlo delante de su hija y de sus hermanos...

Acabas de firmar una declaración de guerra... Y porque te ha dado la gana.

Pega el índice a la barbilla de Herkus, girándole la cara hasta tenerlo de frente y alzando una ceja, sonriendo de lado - Sigo aquí, Herkus... - le susurra, cogiéndolo de la cara. No le importaba quién mirara a la adolescente, exceptuándole a él...

Herkus vuelve la cara hacia Lex, quien también hace méritos de seducción, con él...

...Yo hasta hace cuatro días vivía en la calle y ésto es un abuso en toda regla...

Gira la cabeza para besarla, completamente vencido por la situación. Coge por detrás de la nuca a su novia y la besa con dedicación exclusiva y total, abriendo los ojos y mirándola sólo a ella...

... Sería espectacular dormir con una cada lad... ¡¡NO, NO, NO!! ¡¡TIENES NOVIA, CABRÓN!! ¡¡Y ES PRECIOSA Y GENIAL!! ¡¡LEX, LEX, LEX, LEX, LEX!!

(...)

Uah, ¿se pelean por mí...? Qué... PASADA...

Alice lucha por respirar después de la ardua caminata. Se ha quedado algo por detrás del resto mientras daban los datos al atractivo chico.

Cuando ve el expectáculo de Jolene se queda boquiabierta. No puede creer que se comporte de semejane manera, manejando los hilos de la entrepierna de todos los hombres allí presentes...incluso su propio hermano. Habrá que tener cuidado con semejante arpía...

Observa a Lex celosísima, cosa que entiende, porque si ella tuviera novio y ese novio se hubiera propuesto inundar todo el bosque con su saliva reaccionaría incluso peor. Se abre paso entre los presentes ya algo recuperada del cansancio para dar sus datos.

- Alice Doyle - Dice con gesto agotado - Mi poder...puedo controlar el clima y bueno...soy más ágil que la media.

Una vez dicho eso vuelve a perderse entre la multitud desus compañeros. Hay algo que le mosquea pero no logra saber que es.

Nombre y poder?... miro a María tras de mi, mientras poco a poco van pasando todos y cada uno por la lista, diciendo sus nombres y poderes... Es entonces cuando la hermosa Jolene parece que despliega sus alas de ángel, y todo el mundo parece caer bajo un embrujo de belleza... yo por mi parte sigo igual de embebido por ella que cuando la vi por primera vez, y no hago siquiera ademán de retirar mi vista de su rostro, de su cuerpo...

Escucho los gritos... seguramente de envidia por ella... No puedo evitar apretar mis puños mirando a todas las que se quejan... no dudaré en defender a Jolene como traten de dañarla...

Poco a poco la gente va pasando, diciendo su nombre, diciendo sus poderes... hasta que prácticamnte no quedamos mas que Donovan, María y yo... Todavía sujetando la maleta de Jolene, y haciendo caso omiso del hombre y de su petición, vuelvo mi mirada a María de nuevo... y otra vez a Jolene... la sigo sin decir nada, sin siquiera mirar a aquel extraño que deea saber nuestros poderes... Paso a su lado con total normalidad, hasta colocarme al lado de Jolene y Renka, mi rostro no muestra sonrisa, tan solo pasividad... y mi mirada se torna continuamente entre María y Jolene...

María se muerde los labios sonriendo un poco ante la demostración de Jolene, y permanece aguantándose la risa después de ver a todos los "embobados"... Pero algo le borra la sonrisa de la cara súbitamente...

Sí: Era muy divertido ver caras de hombres agilipollados, pero dejaba de serlo cuando el objeto de todas aquellas miradas era una niña de dieciséis años, que el propio hermano mayor se veía afectado y que el comportamiento de la chica no era el más adecuado para el de una madre adolescente... Las lágrimas de Renka también resultaban algo dramáticas y todo el mundo parecía pasarlas por alto, incluso Lex, que parecía haber encontrado una rival en nada menos que una chiquilla de la edad de Marcos...

Ahora empezaba a comprender la preocupación de la que hablaba Dryden... Jolene no sólo era preocupante por el Ígnea... Había que vigilarla a ella y a su alrededor con lupa...

Se puso muy seria y tragó saliva. No sabía, pues no entendía inglés, que había que mencionar los poderes, pero sí que debían presentarse...
Señaló a Marcos y le pretendió dar un empujoncito, pero éste ya iba hacia ella con decisión:

- [ESP]Eso: Corre con Jolene...[/ESP] - asiente y lo presenta, señalándolo - Marcos Serlen.

Espera antes de presentarse ella, dando un par de pasos hacia atrás, donde está Donovan, cediéndole el turno a él...

Con un sencillo giro de la cabeza, Jolene que se puso junto a Lex, pasando totalmente desapercibida debido al barullo, mientras besaba a Herkus...

- Sólo han sido unas palabritas... Ésto no ha empezado, guapa...

Jolene amaba el juego... Sabía que siempre ganaba, y le encantaba...

Jolene, tras llegar hasta donde estaban los demás, custodiada por Marcos y Renka y poniéndose frente a Lex y Herkus, simplemente giró la cabeza un par de veces poniéndose el pelo bien (o mejor, diríamos en su caso) ayudándose con una mano. Se aclaró un poco la garganta, hacía un frío terrible...
Con la otra mano mantenía abrigada a su pequeña, que seguía dormidita. Miraba a Donovan espectante, aunque sonreía amable a todos los que la colmaban de atenciones...

Lex, la cual había respodido al beso de su novio sujetándole la cara con ambas manos, se detiene en cuanto escucha a Jolene...:

- No me hables por lo bajo cuando nadie te escucha, Jolene - se da la vuelta, dirigiéndose a Jolene sin apartarse de donde está - No voy a empezar un juego contigo, porque al contrario que tú soy incapaz de jugar con los sentimientos de un ser humano... En vez de prestarme atención a mí y de tirarle los tejos a un hombre emparejado, podrías prestársela a tu amiga Renka o a tu hermano Rewell, al cual has perturbado con tus "palabritas"... - dice seria, mirando a la preciosa Jolene, firme - Al menos podrías tener la educación de cortarte un poco, que te he invitado a mi casa junto a tu hija sin conocerte...

No parecía tener intención de comenzar una batalla campal, pero sí de dejar claras las cosas desde un principio...

Mira a Alex, mira a Jolene... Alex, Jolene, Alex, Jolene... Sin saber muy bien que decir, completamente cortado, hormonado y ... excitado (no se puede evitar...) da unos pasos para atras completamente perdido y desorientado - no por dios... lo ultimo ya, que se maten entre ellas - todo le viene grande al adolescente y no sabe como reaccionar

Alice observa preocupada, preparada por si tiene que ir a separarlas. En su fuero interno desea ver a Lex desfigurándole la perfecta carita a la niñata. Mira alrededor, a todos los presentes. Seguro que a más de uno de ellos les gustaría verlas enzarzadas en una pelea en el barro. Niega con la cabeza y suspira.

Que tension entre las dos joder, yo me ofrezco voluntario para hacer que se relajen un poco

Miro las palabras entre las dos con expectacion e interes, mirando expectante a Jolene con curiosidad por escuchar su respuesta

Jolene se vuelve hacia Lex con cara de extrema indignación a la vez que de sorpresa.

- ¿¡Qué!? - se horroriza - ¿¡Perdona!? Mira, encanto, ya sé que te crees que tu novio y tú sois el ombligo del mundo por tener una caravana... Pero... ¿Te digo una cosa? Hay más gente aquí... Y si tengo algo que tu quisieras y eso te pica, pues ráscate, tesoro... A mí no me vengas con tonterías, ni mucho menos tengas el valor de mentar nada de mi amiga o mi familia, porque a la próxima te juro por lo más sagrado que no amaneces al día siguiente... - le vuelve a dar la espalda - Si quieres llamar la atención, búscate una forma, o por lo menos métete con alguien de tu tamaño... Y da gracias que tengo a mi hija aquí, porque si ella no estuviera...

Renka fulmina a Lex con la mirada, mira a Jolene y ésta le hace un gesto de que lo deje. La japonesa inmediatamente se queda quieta.

- Abusona mentirosa... No me vuelvas a mencionar, ni mucho menos para meterte con mi amiga... No sabes nada de nosotras.

Renka parece más afectada que enfadada.

Con la primera reacción, la escultural húngara alza las cejas, alucinando:

¿¿¿Cómo puedes ser TAN cínica???

Escucha a Dryden con el semblante serio, sin responderle. Había un bebé de por medio y la diablesa tenía un par de tormos como hermanos, uno de ellos que seguro masticaba chicles de metal en sus ratos libres... Por no hablar de cualquiera de los "penes" presentes, que podían dejarse llevar por las palabras de la pequeña Paris Hilton y estamparla contra un árbol... De todas formas, se siente un poco mal por la reacción de la japonesa, a la que en ningún momento ha querido lastimar con sus palabras... Todo lo contrario.

- No pretendía ofenderte... - responde a Renka, con cierto tono desconcertante... Es como si la hubiera llamado "guapa" y hubiera escuchado "fea hija de puta" - Pero si estaba llorando... ¿Es que he sido la única que lo ha visto? - niega, no queriendo darle más vueltas al asunto.

Sin más, deja a las chiquillas con la última palabra, al fin y al cabo, rodeada de tanto camarada, no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar ninguno frente a ella... Y eso la acojonaba un poco bastante, porque no estaba en el mejor momento para "recibir". Puede que no poseyera el don de la fuerza, ni la sangre fría para manipular a alguien, pero al menos tenía la honradez y la sinceridad suficientes para permanecer con la cabeza alta, aún tragando saliva...

Taylor mira al suelo, intentando buscar sus pulmones entre el barro.

Borracho, colocado, congelado...y asfixiado. Podría ser peor.

Y, de hecho, lo es.

Faltaría "acojonado" y "hechizado", lo cual traería problemas a más largo plazo, pero mucho más graves. Taylor (lo decicidió hace bien poco) tiene un renovado aprecio por sus cojones.

La mirada de Herkus se le clava hasta el cerebelo...y ahí, donde reside el equilibrio, los ojos aquel cabrón firman la estocada.
Por eso le tiemblan las rodillas. No es el frío, o el agotamiento. Está absolutamente cagado de miedo. Literalmente.

Jodeeer...- susurra palpándose el trasero.
A veces sufría de "esfínter relajado" -el consumo esporádico de heroína se apuntaba ese tanto-, pero en esta ocasión las causas eran distintas..., aunque el olor seguía siendo el mismo.

Arruga la nariz e introduce una mano bajo la parte trasera de sus bermudas. No hace falta buscar mucho para corroborar los resultados.
Jodeeer...- repite, mirándose la mano. Su cara no expresa asco ni verguenza. Es certeza: si vuelve a mirar a Lex, es hombre muerto.

Entoces la vé, y queda petrificado, inmóvil, sin poder cambiar esa pose parecida a la del príncipe Hamlet...si Shakespeare hubiese tornado el cráneo por un poco de mierda.

Todo se vuelve oscuro. Ya no está Arty con él. El tal Balaguer no ha llegado a abrir la boca. En aquel camino embarrado no hay absolutamente nadie...excepto ellos dos.

Jolene...- dice con la boca entreabierta, sin apenas mover los labios, y jurándose a sí mismo que jamás olvidará ese nombre, esas curvas, ese rostro angelical.
Un haz de luz se dispara desde el cielo y la ilumina. ¿Cómo había podido estar tan ciego?

Perdóname, Victoria...- piensa mientras avanza hasta la pequeña Diosa, con la mano embadurnada por sus propios excrementos y obviando, por supuesto, a todos aquellos que se han quedado en la negrura.

María alucina...

¿¿LE VA A TOCAR CON LA MANO LLENA DE MIERDA?? ¿¿Y CON LA NIÑA A CUESTAS?? ¡¡NI HABLAR!! Donovan intentará impedirlo, y puede que éste tío loco le estampe el regalito en la cara... No puedo permitirlo...

La joven española se adelanta para coger a Taylor, y al entrar en contacto con él, le contagia su preocupación por la salud y la higiene de Jolene y su hija Amber.
Acto seguido aparta las manos y da unos pasos hacia atrás, con cierta expresión de desagrado por el olor que desprende Taylor.