Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[M.3.0] - PLACEBO

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15/07/2008, 21:35
Hanne Lundquist

Curiosamente, al salir del Icehotel, tanto Antti como la propia Hanne aguardaban a los tres hombres. Una patrulla de acólitos de hielo escoltaba a ambos y sostenían algunos ropajes que entregaron a Hugo, Rewell y Taylor... Cuya estampa era mucho peor de lo que podían imaginar: Un enorme helicóptero de dos hélices del ejército se había posado en la entrada del Icehotel...
Hanne se sitúa ante Hugo mientras Antti les indica a Taylor y Rewell que deben subir al helicóptero.

- John te explicará los detalles, íbero... - le dice Hanne, con una sonrisa en la cara - Confío en tí: Estás al mando. No me decepciones. Si te desobedecen... Será lo último que hagan.

Giró un dedo en el aire y un pequeño tormado hizo girarse sobre sí mismo a Hugo y lo empujó al interior del helicóptero con los demás...

Nada más entrar y tomar asiento, los tres sintieron un pequeño pinchazo en la nuca, y a continuación, inconsciencia. Todo había sucedido extremadamente rápido...

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15/07/2008, 23:13
Director

Los párpados pesaban mucho aunque cierta sensación de descanso embargaba a ambos. Michael sintió un dolor punzante a lo largo del brazo, y era incapaz de moverlo. Aún así, la cama era amplia y sumamente cómoda, y las vistas eran increíbles: Donovan Dryden, acostado a su lado y completamente resuelto en aquel lecho extraño, con uno de sus pijamas y abrazando su almohada. Hacía ya que no dormía en esa cama, pero siempre fué una de las mejores de las que tenía, y le traía una sensación reconfortante, ya que era la casa que los Dryden empleaban para "relajarse cerca de la ciudad", no muy lejos de Londres.

Por desgracia para Michael, Donovan se despertó antes de que cualquier tentación invadiese al scor... Encontrándoselo a su lado... Y lo peor de todo: Con uno de sus pijamas puestos.

Notas de juego

Sólo entre vosotros.

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15/07/2008, 23:26
Director

El pijama más cómodo del mundo era una mierda comparado con aquel... Y se podría decir exactamente lo mismo de los colchones y las almohadas. Casi costaba abrir los ojos... Casi parecía que todo había sido un mal sueño... Pero en ese mal sueño estaban Polly y María... ¿Qué sería peor? ¿No haberlas conocido nunca o...?

Despertar. Para encontrarse en una habitación de decoración bastante femenina, pero casi demasiado lujosa. Alguien que pudiese costearse tántas idioteces de coleccionismo en una habitación... Era alguien que quizás vería la casa de Taylor como una cabaña de verano.
Para Hugo, en cambio, suponía algo parecido a despertarse en el palacio de Buckingham... Sólo que como si la reina hubiese estado hasta arriba de estrógenos al decorarlo.

Esos pijamas estaban algo grandes, pero la tela era perfecta, y el diseño también. De botones blandos para impedir que se clavasen, seda buena y lisos... Se podría ir a una pasarela con ellos, y dormir muy bien, eso ya estaba demostrado.

Fuera, la luz era tardía, gris... Las ventanas estaban mojadas por la lluvia, y el paisaje era verde y extenso...

Notas de juego

Marcáos sólo entre vosotros ;D

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15/07/2008, 23:41
Donovan Dryden (Pretty Boy)

¿Esto no se va a acabar nunca?
Son sus primeras palabras. Ni hola, ni buenos días o algún otro saludo. Se lleva las manos a la cara y las arrastra por la frente hasta apartarse el pelo de los ojos, comprendiendo de inmediato donde se encuentran.
Mira a Michael con muy mala cara y se gira, pasándo la almohada por encima de su cuerpo para interponerla entre ambos. Desde detrás de su improvisada barrera, contempla al francés con cara de pocos amigos y bosteza sin el menor atisbo de decencia.
Mira... no se como lo verás... Pero estamos en mi casa de campo, así que se imponen mis normas
Alza las cejas y sonríe, encantador.
Así que sal de mi cuarto, recorre el pasillo hasta la primera puerta con detalles en rosa que veas y entra para ver quién duerme allí. Cuando lo sepas, dile a quien sea que busque por los demás cuartos hasta que sepáis a cuantos nos han traído aquí.
Desvía la mirada hacia los ventanales, para ver que llueve como es costumbre en su querida Inglaterra.
Dudo mucho que el servicio ande por la casa... así que váis a tener que preparar el desayuno vosotros. Me gustan los huevos poco hechos, el café caliente, cargado y con un chorrito de leche y si quedan pasteles, quiero uno o dos. Si no, magdalenas o cereales y un tazón de leche fría. Mientras tanto...
Señala la mesilla que se encuentra justo a su lado, donde se puede ver un teléfono de ruleta de aspecto antiguo.
...Llamaré al Ice Hotel y a mi familia... a ver que averiguo sobre como hemos llegado hasta aquí...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Influencia
Dificultad: 143-
Resultado: 49 (Éxito)

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15/07/2008, 23:57
Michael Fauchon (Loki)

Me levanto todavia confundido

¿Y la rubia?, ¿esto es el infierno? pregunto mientras trato de enfocar mi vista en algo

Donovan!, pero si a ti te habian secuestrado, y estabamos a buscarte y... ¿esa cara? nada de esto tiene sentido, esa no es la cara que tiene nadie despues de pasar la noche conmigo y Me llevo la mano a la frente, o al menos lo intento por que la mano decide no moverse y lo unico que sube es una punzada de dolor, que me hace dar un grito y llevarme la otra mano al brazo, revisandolo

Me encantaria conseguirte todo eso, pero si no te importa, creo que necesitaria saber un par de cosas sonrio a Donovan, lo cierto es que querria agradarle pero necesito poner los pies en la tierra antes Donde estamos y como hemos llegado aqui, y que ha pasado sobretodo y donde estan los demas añado tras un segundo y ya de paso por que hemos dormido juntos estaria bien saberlo alguna vez y si hemos hecho algo, que me joderia habermelo perdido

Miro al telefono Y cuidado, no llames directamente, como tengan vigilada la linea y uses un fijo estamos muy jodidos, desde el aeropuerto usamos otra forma

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16/07/2008, 00:19
Donovan Dryden (Pretty Boy)

Michael... por favor... ¿Crees que quién nos haya traído aquí, a mi casa... ¿No nos tendrá vigilados?
Se deja caer de espaldas sobre la cama son un sordo y mullido golpe contra el colchón.
Microfónos, cámaras, escuchas con aparatos de larga distancia... Ya sabes.
Se encoje de hombros y vuelve a sonreír.
¿De verdad crees que importa que llame directamente? Madsen ya sabe para quién trabajamos y donde encontrarnos... así que... ¿Qué mas da? Isenhall nos hubiera llevado al templo ¿no?
Pregunta con un brillo de ironía en los ojos.
Y ahora ronda de respuestas, aunque creo que ya deberías haber averiguado un par de cosas después de lo que te acabo de decir. Primero...
Extiende un suave y delicado dedo de uña perfecta delante de su también perfecta cara, sin dejar de sonreír.
No estamos el Infierno, como ya te he dicho, es la casa de campo que tiene mi familia en la campiña de Costwold, a unos ciento treinta kilómetros de Londres.
Extiende el dedo corazón de la mano derecha.
Segundo, estaba secuestrado, gracias por no hacer nada por saarme de donde estaba, ya lo hice yo solito.
Reprocha con claro tono burlón y despectivo, remarcando el hecho de que no había necesitado la ayuda de nadie.
Tercero. Solo en tus mas locas fantasías acabaríamos tu y yo en la misma cama si de mi dependiera. Ahora que te conzco y se como eres... jamás. Así que disfruta mientras puedas. Cuarto. No se como hemos llegado aquí, pero como me has escuchado conjeturar, ha tenido que ser cosa de Madsen o algún otro de nuestros... "conocidos"... Quizá el tal Zaan... Los poderes de la diosa no llegan tan lejos de sus dominios.
Tuerce la sonrisa, que se torna un poco mas amarga y ofensiva.
Y quinto y último... seguramente el que eligió quién dormiría con quién quiso gastarnos una cruel broma emparejándonos juntos. Seguramente tendrá un humor refinado y bastante irónico... ¿Algo mas antes de ir a hacer tooodo lo que te he pedido? Ya sabes, eso de buscar a los demás y el desayuno.

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16/07/2008, 00:34
Director

El pijama más cómodo del mundo era una mierda comparado con aquel... Y se podría decir exactamente lo mismo de los colchones y las almohadas. Casi costaba abrir los ojos... Casi parecía que todo había sido un mal sueño...

Despertar. Para encontrarse en una habitación de decoración bastante femenina, pero casi demasiado lujosa. Alguien que pudiese costearse tántas idioteces de coleccionismo en una habitación... Era alguien que quizás vería la casa el ICE HOTEL como una cabaña de invierno.
Suponía algo parecido a despertarse en el palacio de Buckingham... Sólo que como si la reina hubiese estado hasta arriba de estrógenos al decorarlo.

El pijama de Madison era rosa, de "Hello Kitty" vestida de reina y guiñando un ojo, de felpa suave. El de Lex era blanco, de satén, mucho más adulto y con algo de encaje en la zona del escote.

Fuera, la luz era tardía, gris... Las ventanas estaban mojadas por la lluvia, y el paisaje era verde y extenso...

En la puerta había algún que otro poster de los ídolos adolescentes que las revistas explotaban: Actores, cantantes... Y a un lado, un portarretratos con una foto de Jolene y Donovan... Pero muy distintos a cómo eran ahora: Donovan aparentaba unos quince, y Jolene unos doce... Abrazándose y esbozando sonisas amplias y encantadoras para la cámara, con las mejillas pegadas y los dedos en gesto de victoria...

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16/07/2008, 01:26
Dale Lantana (Slang)

Un aroma familiar a madera y humedad... Un aroma a recuerdos... Y al abrir los ojos, los recuerdos toman forma:

Tu habitación de la casa de campo de los Dryden en Costwold... La residencia de descanso eventual favorita de Arthur, donde nació Jolene, un piso abajo. Se trataba de una mansión magnífica que invitaba al reposo en la campiña. Y aquella era tu habitación, tal como la dejaste, pero limpia y cuidada. No disponías de un pijama, estabas en ropa interior, pero las mantas eran tan cálidas y suaves como en tus recuerdos.
La buhardilla, con los muebles que hiciera el abuelo... Parecía un viaje en el tiempo... Pero algo rompía con ese entorno: Una chica en el sillón. Una chica demasiado delgada, rubia y de aspecto insano, con los pies subidos al asiento y las manos en las sienes, gesto de dolor en el semblante, temblando las finas rodillas y un torrente de lágrimas sobre las mejillas. No parecía hermosa a simple vista... Pero daba una gran lástima, pues era indudable que aquella criatura de aspecto desvalido sufría...
Se había echado una de tus mantas por encima, pero no parecía ofrecerle mucho abrigo...

Entonces, de súbito, sorbió el llanto y tragó saliva, como si una terrible jaqueca hubiese llegado a la cumbre del dolor y ahora todo fuera el descenso, alejándose de ella. Arrebujándose en la manta, abrió entonces los ojos y los dirigió hacia tí.

Si ella no era nada del otro mundo, sus ojos sí lo eran. Grandes, azules como el cielo y los lagos más cristalinos, tan inmensos y profundos como tales, como si esos ojos llegaran más allá del alma y con tan sólo un vistazo supieran todo de aquel a quien observaban. Acunándose sobre sí misma, la influencia de aquellos ojos era tan hipnotizadora como la belleza de Lex, Donovan o Jolene, a pesar de estar enmarcada en profundas ojeras e inyectada en sangre... Y aquellos ojos pedían ayuda desesperadamente... Era como mirar una de aquellas fotos que mostraban imágenes terribles de la guerra...

- John Rewell Dryden... Soy... Dale Leigh Lantana... Soy amiga de tu hermano Donovan... - sollozó, con una vocecilla que casi sonaba infantil por lo dulce y suave que era - Él está bien...

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16/07/2008, 01:57
Director

El pijama más cómodo del mundo era una mierda comparado con aquel... Y se podría decir exactamente lo mismo de los colchones y las almohadas. Casi costaba abrir los ojos... Casi parecía que todo había sido un mal sueño...

Despertar. Para encontrarse en una habitación de decoración bastante femenina, pero casi demasiado lujosa. Alguien que pudiese costearse tántas idioteces de coleccionismo en una habitación... Era alguien que quizás vería la casa de Victoria Kramer como una cabaña de verano.
Para Mortymer, en cambio, suponía algo parecido a despertarse en el palacio de Buckingham... Sólo que como si la reina hubiese estado hasta arriba de estrógenos al decorarlo.

Esos pijamas... La tela era perfecta, y el diseño también. De botones blandos para impedir que se clavasen, seda buena y lisos... Se podría ir a una pasarela con ellos, y dormir muy bien, eso ya estaba demostrado.

Fuera, la luz era tardía, gris... Las ventanas estaban mojadas por la lluvia, y el paisaje era verde y extenso...

Notas de juego

Marcáos sólo entre vosotros.

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16/07/2008, 01:51
John R. Dryden
Sólo para el director

Nada más abrir los ojos comprendo, después de la extraña situación que ocurrió fuera del helicóptero, que algo no está como lo dejé. Reconozco el techo, reconozco el tacto y la comodidad de la cama, la calidez de las sábanas... Incluso pasados más de quince años desde la última vez que estuve aquí. Me encantaba ésta casa, mi buhardilla... Cómo adoraba mi buhardilla. Y es justo donde estoy. ¿Qué ocurre? ¿Estoy alucinando? ¿He sido teleportado por Isenhall? ¿Qué es...? ¿Llanto? Efectivamente me pongo en pie, descubriendo que he tenido que ser teleportado. A menos, claro, que esto sea un sueño, ya esté en Londres y esto sea una alucinación creada por ese supuesto demonio, Pierrot, y en realidad mi cuerpo esté cometiendo alguna barbaridad. Pero tal cosa no es posible: yo estaba en el avión cuando sentí el pinchazo y esta chica no parece un demonio.

No sé exactamente qué parece, pero verla llorar, con ese aspecto tan frágil, tan quebradizo. Mi cuerpo se movió por su cuenta, aunque esta vez mis deseos eran cercanos. Como si de una niña se tratara, incluso desconocida, sentí la necesidad de estrecharla entre los brazos y protegerla de cualquier mal que pudiera ocurrirle. Prestarle un hombro sobre el que derramar sus lágrimas, intentar que se sintiera mejor, pues parecía verdaderamente dolida. Todo eso quería hacer antes de quedarme paralizado por aquellos ojos, pues en toda mi vida había visto nada parecido. Incluso Madison, la única mujer por el momento que, sin necesitar un poder, había despertado algo en mí, carecía de esa mirada. Además estoy en ropa interior... Es una situación algo extraña, algo violenta... Pero quitando eso, sus ojos acaban de crear una barrera invisible que, como si fuera un mimo gigante, me impide dar un paso más.

Dale Leigh Lantana. Un nombre extraño que, a priori, no me dice nada. Donovan está bien... ¡Sabe de Donovan! Pocas cosas podrían haberme alegrado más un día que, ya de por sí, estaba resultando ser absolutamente increíble. ¿Qué era lo que faltaba, que me hiciera guapo de pronto*? Finalmente consigo hablar. Y, por suerte para mí, mi voz no suena extrañada o nerviosa:
-Me conoces y conoces a mi hermano... Me alegro de que esté bien, gracias por la información. Estaba muy preocupado, la verdad. Un placer conocerte, Dale... ¿Puedo preguntar qué coño estoy haciendo aquí? No sé si he sido teleportado, si estoy flipando o qué... Y, ya puestos, y seguramente lo más importante de todo... -hinco la rodilla en el suelo, agachándome sin dejar de mantener mis ojos puestos sobre los suyos, pero eliminando la altura que nos separaba, algo que tengo que hacer no pocas veces dada mi estatura-. ¿Qué te ocurre, Dale?

Notas de juego

*Pequeña coña, xDDDDD

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16/07/2008, 02:49
[Lex Czigany]

Alex comenzó a removerse entre las mantas, acalorada. Como cualquier ennoviada romanticona, durmiendo sobre una cama de ensueño con calor humano a su lado, inconscientemente atinó a creer que quien quedaba a su lado era alguien muy diferente a Madison... Así pues, con los ojos aún pegados y medio dormida aún, tras retirarse las mantas con un movimiento de brazo, se escurrió gatuna hacia donde quedaba su acompañante, haciéndole cariñitos en la mano con sus dedos... - Muuññia ññia... - ...Pero algo fallaba. Las manos que recordaba eran grandes y poderosas, mientras que las que ahora acariciaba parecían finas y pequeñas... Mucho más femeninas...

- ...OH - emitió la húngara, abriendo los ojos como platos y haciendo una "O" con la boca al ver que era Madison quien quedaba a su lado, una chica, no su novio.

Perpleja, dió marcha atrás como un gusano... Fue entonces cuando paseó la mirada por aquella habitación, en la cual no se situó hasta que detuvo los ojos en la fotografía de los Drydens... - Drydens, secuestro, Australia... - Pero no recordaba cómo había llegado ahí, y por la humedad de la ventana, aquello no era Australia ni por asomo... También tenía una sed pasmosa y hacía un calor fuera de lo normal, por lo que bajó de la cama y dirigió sus pasos hacia la puerta para abrirla... Echó un vistazo lleno de preocupación y confusión a Madison, que seguía en la cama... ¿Estaban en la casa de los Dryden? ¿Cómo habían llegado allí? ¿Qué había pasado con el resto...?

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16/07/2008, 02:58
Dale Lantana (Slang)

- Donovan... Hugo, Lex, Madison, Marcos, Michael, Mortymer y Taylor están en ésta casa... Nos trajo Madsen, nos narcotizó para que no le pusiéramos en peligro durante el viaje... Cuando me desperté estaba al lado tuya en la cama, bajé a ver qué coño pasaba y dónde estábamos... Comprendí dónde me encontraba y vi a los demás, vivos... Te oí hablar en sueños... Vi cómo dormía el resto... Y... - se echa las manos a la cara, de nuevo derrumbándose - Supe... Que no puedo hacer nada... Tengo la culpa de todo por no haber hecho nada... Pero, Dios... Necesitaba dormir... Ocho horas en dos días... Ocho horas no son ni de lejos suficiente... Y estoy cansada... Tengo miedo... He matado a diecisiete personas con mi estupidez... Y estoy rodeada de asesinos enloquecidos que pueden volver a causar una catástrofe... Tengo miedo...

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16/07/2008, 03:06
John R. Dryden
Sólo para el director

-¿Ocho horas en...? -comienzo a decir, antes de que se me agolpen más cosas en la cabeza. Aunque la explicación de mi llegada aquí ya se ha solucionado, dejándome más tranquilo por ahora, aún queda todo el montón de cosas que la chica ha dicho... Y no son pocas-. Bueno, bueno, Dale, primero de todo tienes que tranquilizarte, ¿vale? Segundo, no tienes por qué tener ningún miedo, porque toda la gente que está abajo es fuerte, y a mí me has dado una buenísima noticia, así que tengo que darte las gracias y, si te fuera a pasar algo, te protegería, confía en mí -sonrío, intentando dar ánimos y animándome yo mismo a estrechar sus hombros. Siempre he sido un blando, aunque intentara negarlo... Es ver una lágrima y adios, amigos, de Hell Rewell Dryden pasamos a Loving Bear Dryden-. ¿Por qué no me cuentas eso de las diecisiete personas y eso de los asesinos? Acabo de despertarme aquí y no tengo idea de nada...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Venga, mujer, que no es nada!!!
Dificultad: 74-
Resultado: 71 (Éxito)

Notas de juego

Para que ayude un poquillo además de las palabras hago la tirada, no por otra cosa.

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16/07/2008, 03:16
Dale Lantana (Slang)

Los ojos de la muchacha encuentran directamente los de Rewell. Le había mirado a la cara, claro, incluso a los ojos... Pero ahora aquel vacío azul se vierte completamente en el verde esmeralda del mayor de los hermanos Dryden, y es absolútamente sobrecogedor. Ya le conoce, es una certeza, no necesita más... Y los labios de la muchacha quedan entreabiertos al mirarle... Pero oir los agradecimientos y la desinteresada oferta de protección, de nuevo cierra los ojos y niega con la cabeza, apoyando las manos en los antebrazos de John mientras él le coge los hombros.

- No... No me agradezcas nada... Soy un desastre... Un maldito desastre y no hay nada que agradecerme, joder... - parece verdaderamente destrozada - Los asesinos... La que mató gente en Pekín con su belleza sobrehumana... El esquizofrénico que hizo caerse el edificio con todos dentro... Y salvo unos pocos, todos serían capaces de arrebatar una vida a sangre fría... Tú... - separó las manos de los antebrazos y los llevó al rostro de Rewell... Las manos de una muñeca rota, finas... Y esa forma de hablar... Esa manera de hacer que cada palabra fuese una verdad universal y calara como tal... Si no era hermosa... ¿Qué tenía que se le hacía el mismo caso que a Lex, Donovan y Jolene? No obstante... Ni ellos resultaban tan convincentes... - Tú mismo... Has arrebatado dos vida... ¿Cómo puede un ser tan hermoso hacer daño a otra persona...? El miedo... Fué el miedo, el trauma... Pero por Dios... Nunca más... No más sangre... Bastante vamos a bañarnos en ella... Y yo no habré podido hacer nada...

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16/07/2008, 03:32
John R. Dryden
Sólo para el director

No estoy acostumbrado al contacto físico, menos aún si es de una mujer. Me provoca un estremecimiento que nada tiene que ver con la lujuria, sino con un poderoso sentimiento que, igualmente, dista mucho del amor. Sin embargo, se acerca mucho al cariño. Un cariño repentino y ¿poderoso? que surge de la nada, del tacto, de la mirada... Porque esa mirada... No es normal... Algo hay en ella que es distinta a la del resto de la humanidad. Con toda esa inocencia, fragilidad... Inocencia, casi... ¿Quién es Dale? ¿Me importa acaso? ¿Deseo salir de esta habitación? Pero es cierto aquello, Lex, el esquizofrénico... Marcos, no hay duda. ¿Y el resto, capaces de matar a sangre fría? Todo es posible, no les conozco bien, en realidad...

Pero lo que me dice... ¿Cómo puede saberlo? No hay día que pase que no me arrepienta de lo que hice, pero es cierto. Emmerald... Emmerald es traumático, esa es la palabra. Emmerald es el don que todos desearían tener hasta que aparece en tu interior. Emmerald es malvado si no se le controla. Emmerald es la oscuridad esmeralda que habita en el interior de todos nosotros. No puedo apartar la mirada de la suya, pero la tristeza y el dolor afloran a mis ojos, más ahora que sé que aquellos hombres eran inocentes de toda culpa y yo... arrebaté sus vidas... Mi respiración se agita, inevitablemente.

-Yo... Yo no soy hermoso... nunca lo he sido, Dale... Pero no hay día que no me arrepienta de lo que hice. Era un niño y... Y fue terrible... Recuerdo el miedo, el dolor, el calor... Como si me explotara el pecho y después cada vena, cada arteria... Ardí desde el interior y... No, no quiero justificarme... Pero, Dale, ¿cómo puedes decir que no serás capaz de hacer nada? Sólo con mirarte a los ojos hasta el tío más cabrón del mundo se quedaría quieto como una estaca... Joder, yo nunca había visto algo así. No sé... no sé qué decir... no sé... -simplemente la abrazo y, al hacerlo, frunzo el ceño, sin entenderme a mí mismo ahora. La abrazo con cuidado, con delicadeza, con miedo a romperla. Necesito su contacto, necesito consolarla... Necesito... no sé lo que necesito...-. Yo tampoco quiero más sangre... odio la sangre, odio todo esto... El mundo está loco... Pero tu voz, tus ojos... Tú podrías parar todo esto... No sé cómo, no sé por qué, pero lo sé...

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16/07/2008, 04:03
Dale Lantana (Slang)

Dale, en principio al recibir el abrazo, parece quedarse tensa... Pero no pasa un segundo hasta que se abandona al abrazo, sujetando la espalda de Rewell como si se aferrara a un suero de morfina en el estadío más doloroso de un cáncer...

- Eres... Un ser bello en muchos sentidos - y aquel halago, aunque no fuera rebuscado ni extenso, sonaba con una vehemencia casi inhumana... La propia Isenhall sentiría la carne de gallina si fuese esa chica quien la halagara - Eras un niño... Hoy eres adulto... No hay monstruo, tus ojos de hombre lo retienen... Ya... - el abrazo cambió, rodeando la nuca del que se había olvidado a sí mismo como el joven de su edad que era - Ya no estás sólo... Eso es parte de tí, una parte que puedes controlar... No es nadie a quien pertenezcas... - inspiró hondo de nuevo y las lágrimas volvieron a fluir - Mi voz y mis ojos... Podrían... Pero mi monstruo es peor que el tuyo... Porque no es una parte de mí... Soy yo misma... Mi "ello"... Totalmente fuera de control... Viéndolo todo y no haciendo... Ni la décima parte...

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16/07/2008, 04:31
John R. Dryden
Sólo para el director

Tiene... tiene razón... No sé cómo lo hace, ni por qué... Pero tiene toda la razón en todo cuanto dice. Pero no puedo entender lo que dice sobre su monstruo, soy incapaz de entenderlo. ¿Cómo un ángel como ella puede hablar así de sí misma? Pero no sé qué decir ahora. Creo que necesitaba oir todo eso, todo lo que acaba de decir. Necesitaba escucharlo desesperadamente. Ahora yo me siento mucho mejor, pero ella sigue igual... Peor, incluso... ¿Qué puedo hacer yo? No estoy acostumbrado a esto. Es la primera vez, de hecho, que me ocurre algo así... ¿Qué puedo hacer? Bueno, antes de nada:
-Gracias, Dale. Gracias... Necesitaba oir todo lo que me has dicho, no sé por qué, pero lo necesitaba... ¿Y aún dices que no haces nada? Joder, en diez minutos me has ayudado más que el resto en... ya no sé ni cuántos días llevo con ellos... -me aparto, para mirar a sus ojos, sonriente, emocionado, intentando contagiarle eso-. Joder, no sé... Más que nadie en casi diez años... Te lo juro, no he dicho una sola mentira en mi vida, ¡no voy a empezar ahora! Escucha, hagamos algo, ¿vale? No sé, mierda... Es que no me ha pasado nada como esto nunca, quiero hacer algo por ti, lo que sea. Dime qué puedo hacer por ti y lo haré. ¿Quieres que juguemos a las cartas o algo? Tengo una baraja por aquí, lo recuerdo de cuando era crío... -casi me arrepiento de lo dicho nada más decirlo... La chica aquí, destrozada, y yo diciéndole de jugar a las cartas. Aparto la mirada, avergonzado... Anda que no soy inútil, ni nada. Pero es que no se me ocurre ni una maldita cosa que hacer, mierda.

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16/07/2008, 04:53
Dale Lantana (Slang)

Niega de nuevo con la cabeza y baja la mirada cuando Rewell agradece... Sigue temblando violentamente, como si tuviese frío sin tener el más mínimo...
Dale, abrazándose las rodillas sobre el sillón, esboza una sonrisa cansada, aún aplastada su aura por una melancolía y frustración inalcanzables por cualquier mente normal e incluso privilegiada.

- Es tan temprano... No se despertarán... Pero... Es mejor para ellos no hacerlo... Tienen que dormir todo lo que puedan... - miraba la luz mortecina de Londres en la ventana, y sus grandes ojos parecían espejos... - Gracias, pero... No, gracias... Cartas... No... - tragó saliva - Si quieres... Tu aspecto... ¿Te gusta tu aspecto...? No... No te gusta... Has dicho que no eras bello... Tijeras... - se levantó, con las rodillas trémulas, y se dirigió directa a un cajón en el que había, efectivamente, tijeras y el material de afeitado del abuelo en un pequeño cesto de mimbre. Anexo a la habitación, como en toda buena casa, se encontraba el baño. La chica se afanó en llenar un cuenco de agua y llevarlo hasta la cama - ¿Puedo...? No tardaré ni diez minutos... - aquello lo decía con cierta tristeza en la voz...

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16/07/2008, 05:12
John R. Dryden
Sólo para el director

¿Tijeras? ¿Agua? ¿Qué se cuece aquí, por Dios? ¿Un corte de pelo? Si hablaba de mi aspecto no queda otra... Pero mi pelo... Ya me lo recorté un poco y no resultó muy acertado. De hecho creo que estoy ahora bastante peor que antes. Pero bueno... ¿Qué es el pelo si con ello puedo distraer a un ángel como Dale y, de paso, favorecer una posible mejora por su parte? El pelo vuelve a crecer. Las chicas como esta no aparecen todos los días. Así que venga. Cojo del mismo baño unas tijeras con las que, recuerdo, mi madre intentaba cortarme las primeras greñas que me dejé crecer. Vuelvo con ella, se las entrego y espero a recibir órdenes. Creo que no he ido a una peluquería en toda mi vida.
-Tómate todo el tiempo que quieras, no tenemos prisa. Eso sí, te aviso que lo de la belleza es una causa perdida -sonrío, divertido. En realidad tampoco me he preocupado nunca demasiado por mi aspecto, aunque también es cierto que no me hubiera importado ser todo un Dryden y no la oveja negra en todos los sentidos-. En fin... es mi primera vez, así que si me notas nervioso te aseguro que es lo más normal del mundo.

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16/07/2008, 05:23
Dale Lantana (Slang)

Dale esboza una sonrisa algo más amplia, aunque breve, cuando Rewell dice lo de la "primera vez"... Incluso se aprecia cierta timidez, pero la sonrisa dura un segundo o menos, ella pestañea y coloca una mesa auxiliar tras el respaldo del sillón, donde coloca la palangana con el agua. Coge a Rewell de la mano y le hace sentarse en el sillón y echar la cabeza hacia atrás. Le lava primero el pelo con un masaje. El agua perfecta en su temperatura, los dedos de la chica mágicos, trayendo una sensación de un agradable hormigueo que nace desde el cuero cabelludo hasta los hombros, electrizando también la nuca. De vez en cuando, por el simple hecho de extender el masaje, palpa también los hombros y las sienes del mayor Dryden, quitándole algunos nudos de los hombros a los que se había acostumbrado... Casi está adormilado cuando la chica empieza a hacer chasquear las tijeras... Unos siete tijeretazos para luego hacerle inclinar la cabeza hacia arriba y llenarle la cara de espuma de afeitado con la brocha, a la antigua usanza... Esgrime la cuchilla en su mano y hace la primera pasada por el cuello... La hoja fría, estremecedora... Pero es fácil acostumbrarse con la suavidad con la que la desliza. Diez minutos muy bien empleados cuando le indica que se lave la cara, y sosteniendo la cuchilla entre ambas manos, cerrada sobre sí, con la mirada perdida en él, en su rostro, le dice:

- Cualquier otro desconocido podría haberte degollado... Deberías ser... Más cauto... - tragó saliva. Parecía que aún seguía histérica por Dios sabe qué razón... Pero se acercó al cesto del set de afeitado y extrajo un espejo cuadrado de él, un palmo de ancho y largo, que el abuelo solía apoyar en la pared - John Rewell Dryden... - dijo la joven, con un tono que parecía estar presentándole a alguien...