Bosque Oscuro

Desde los pasillos de las mazmorras pronto llegaron a la zona exterior, y desde el camino trasero del Invernadero de Herbología fácil era llegar a la linde del Bosque donde los centauros y otras criaturas moraban bajo la sombra del Castillo de Hogwarts.

Y así fue como el grupo de cinco Slytherins llegó en cuestión de media hora a la zona donde la sombra de los árboles empezaba a enmohecer el suelo...

Cuando empezaron a caminar por el bosque oscuro, James ya se puso en marcha, mientras seguían la senda que presuntamente iría abriendo Nathan y que terminaría recibiendo ayuda de Agnes, James echó un vistazo en las piedras del camino. Era muy fácil encontrar musgoduende, pero no tenía ni idea de las raíces de ópalo, cuando sintió que al irse a los lados del camino Lavinia se empezaba a desenganchar, le sonrió otra vez y tiró de su túnica, para que le siguiera - Ayúdame a ir recogiendo musgoduende por el camino.

S-se-¡seeñorita Agnes!

¿Como es la planta de la que se saca la raíz de ópalo?
 

Agnes se había comportado de manera totalmente diferente que cuándo estábamos en el comedor - Guarra... - pensé con desprecio - ¿Qué le pasa a las chicas? Qué estúpidas son... - La manera de dirigirse a Nathan o esa sonrisa falsa mal disimulada que me había echado - Idiota...¡me duele la barriga! Si no me quieres ayudar no lo hagas, nadie te lo pidió, pero al menos no te comportes como una completa imbécil - No me queda otra que dejarlo pasar, así que le respondo con una sonrisa casi tan falsa como la suya y me pongo en marcha junto con el grupo.

Después de un rápido paseo, llegamos al bosque. Agnes nos había dicho que era el mejor sitio para encontrar Musgoduende y Raíces de Ópalo - ¡Ugh! ¿Tengo que rebuscar ahí?...No pienso mancharme las manos - Miraba a mi alrededor con cara de asco, no iba a estar revolviendo la tierra sucia en busca de unas raíces...El musgo, en cambio, es algo más "asequible", así que me agacho a coger un poco de todo aquel que estaba por todas partes - Aquí tengo yo un poco de Musgoduende - digo en alto - Ahora que otro se manche las manos buscando esa basura...

Tragué saliva cuando Agnes me dijo que al día siguiente hablaríamos seriamente. ¿Por qué no habré cogido una mochila para hacer un picnic?. Puffff… Estaba agotada por todo y ahora encima teníamos que ir al bosque oscuro, me iba a meter por primera vez de noche en ese lugar lleno de criaturas mágicas. ¿De verdad esto es necesario?. Avancé todo el camino en silencio detrás de James, agarrada a su camisa como una niña de pre-escolar. No quería estar cerca de Ladien ni de Nathan. Mi compañero se llevó unas cuantas sacudidas cuando me puse nerviosa. Cada vez que escuchaba algún ruido extraño o veía sombras moviéndose al compás del viento bajo las copas de los árboles, tiraba de su camisa con fuerza inclinándolo hacia mi. Que oscuro estaba todo…

Tras media hora de viaje llegamos a un claro donde nos pusimos a buscar las dichosas hierbas. Asentí a James moviendo la cabeza levemente cuando me pidió que lo ayudara. -Lumos… – apunté hacia el suelo tras encenderse la punta de mi varita para buscar el musgoduende… Pero, para mi desgracia el espabilado de Ladien había tenido más luces que yo. Ya teníamos musgoduende en cantidades industriales. No pienso agacharme yo sola a buscar esas raíces mugrientas… -Agnes, estoy mareada… - dije con voz lastimera, llevándome la mano derecha a la frente para dar la sensación de que me dolía mucho la cabeza. –Creo que es la tensión vivida… Faltan las raíces y aquí hay bichos y yo… odio los bichos y que se me quede mierda, digo suciedad entre las uñas. Sabes lo que es eso… no llevo manicura como tu, pero sabes lo que es eso… el asco que da. - dije esperando que le mandara hacer el trabajo sucio a Nathan.

Después de una pequeña caminata hasta un claro del Bosque Oscuro empezamos la búsqueda de las plantas que necesitábamos. Parecía que todo el mundo se mostraba reticente a buscar raíces de ópalo. La verdad es que no tenía mucha idea de cómo eran, todas las raíces son iguales, ¿no? Supongo que sí. No entendía por qué todo el mundo intentaba evitar la tarea, como si fuese para tanto. Iluminé el suelo con mi varita y me agaché al lado de un árbol.

-¿Qué se supone que estamos buscando? No soy muy bueno en pociones, la verdad. -Dije mientras inspeccionaba el suelo con la mirada, mientras me rascaba la nuca.

Después escuché el pequeño discurso de Lavinia.

-¿En serio tienes que dar pena todos y cada uno de los segundos de tu vida? -Yo aún no me había vengado y aunque ya no estuviera enfadado, no me olvidaba de que hacía poco me había apuntado con su varita. Metí la mano de lleno en la tierra, sacando un puñado de barro entre el cual había hierbas y alguna lombriz y se lo acerqué a la cara. -Sólo es tierra, ¿a qué muggle no le gusta la tierra? -Mientras hablaba sonreía y le acercaba cada vez más el puñado de tierra repugnante.

Paso del comentario de Nathan. El cuatro ojos se pone a rebuscar en la tierra las raíces de ópalo sin que Agnes le ordene que lo haga. Que raro. Pregunta que aspecto tienen y deja claro que no se le dan bien las pociones... ¿En qué eres bueno tú Nathan?. Todos saben que no apruebas la mayoría de asignaturas y que estás aquí por enchufe, igual que el inútil de tu hermano el prefecto. Me mantengo callada cerca de James observando como el Slytherin se ensucia las manos de tierra. Busca chico, busca. Esbozo una media sonrisa al verlo escarbando como un perro. Que asco. A saber que criaturas han meado ahí. Pienso poniendo cara de disgusto.

Sin que me lo espere Nathan viene hacia mi con decisión, acercándome toda la tierra maloliente a pocos centímetros de la cara. Tengo miedo por todo lo que ha pasado pero el asco que le tengo a los bichos es superior a mi y esas lombrices asquerosas cerca de mi rostro activan mis reflejos sin que pueda pensar en las consecuencias.

-¡Aparta eso de mi cara imbécil!. - le grito zarandeándole el brazo, lo cual provoca que el trozo de tierra asqueroso salga volando por los aires e impacte directamente sobre el pecho de Agnes, dejándola perdida.

Joder, la que me espera. Pienso cuando veo a Agnes poniendo cara de circunstancia, sacudiéndose la mierda de encima.

Agnes negaba con la cabeza mientras veía como los chicos buscaban las Raíces de Ópalo en la tierra.- ¿Pero que Clase de Teoría recibieron en Herbología y Pociones el año pasado?... -. Luego se acordó de todo lo que ocurrió el año pasado y decide que cuando dejen de hacerse los críos les explicará como encontrar el segundo ingrediente.

Lavinia empezó a buscar escusas, mientras la miraba fijamente sin pronunciar una palabra... Iba a girarse para buscar por ella misma el ingrediente cuando un golpe de tierra e insectos cayó sobre su pecho. Resopló mientras se limpiaba. Y dijo mirando su piel y eliminando la tierra de su pecho.- ¿Queréis dejar de comportaros como críos y ... - Iba a seguir hablando cuando al alzar la cabeza sus ojos se abren como platos y su boca se abre en un incontrolado.- No me jodas...

El dicharachero de Nathan que hasta hace un momento se jactaba de su compañera, ahora miraba hacía el suelo con los ojos perdidos en una neblina oscura, mientras su cuerpo temblaba y su boca empezaba a espumar. Sin dejaron más tiempo para buscar se acercó a uno de los árboles y arrancó una especie de garra pétrea que colgaba de sus ramas, y la lanzó al bolso de ingredientes. Luego con avidez dio la varita de Nathan a Lavinia, mientras cogía de los brazos a Nathan y lo colgaba en su propia espalda.

Se paró por un momento a pensar nerviosa, mientras decía.- ¿Dónde... dónde... vamos estúpida piensa de una vez...?.- Tan rápido como la idea llegó a su cabeza miró a Ladien y James y dijo.- Al invernadero, rápido... alumbrar por delante... Lavinia, alumbra desde atrás...

Escucho el paripé de Lavinia y le dedico una mirada de desprecio fulminante - Parece que nunca aprende... - Sin embargo, de pronto el payaso de Nathan sale con otra de las suyas...Cuando lo veo escarbando en la tierra no me extraña, sé que esas cosas a él no le importan, en lo único en lo que piensa es en pirarse de ahí cuanto antes, pero sí que había algo que no me cuadraba - Pero si no tiene ni idea de lo que tiene que buscar - Al levantarse y dirigirse hacia Lavinia, una sonrisa nace de mi boca - ¡Bien dicho colega! - Pero el colmo fue cuando le puso en la cara el montón de tierra asquerosa con lombrices que había cogido del suelo, entonces no me pude aguantar una sutil carcajada.

Con la tontería vino lo mejor...Lavinia golpeó la mano de Nathan y la bola de tierra salió volando hasta impactar en Agnes - ¡Cómo se pondrá la barbie! jajaja y menuda le tiene que caer a esa sangre sucia - Pero para mi sorpresa, lo único que soltó fue un breve y estúpido comentario - ¡Somos niños idiota! - Algo había desviado su atención y no me había enterado muy bien de qué.

Es entonces cuando veo el estado de Nathan - ¡¿Qué le pasa?! - exclamo a Agnes preocupado. Vi cómo le daba su varita a Lavinia y no lo dudé ni un momento - ¡Trae eso! - le dije a la sangre sucia a la vez que le arrebataba la varita de forma brusca - Tú no tienes derecho a llevar esto...con la tuya te sobras - Mientras ocurría toda esta escenita, Agnes seguía a lo suyo, hablando sola y agitada hasta que finalmente nos mandó al invernadero. Fruto del nerviosismo generado en gran parte por culpa del estado de la Slytherin, eché a andar casi instantáneamente después de que escuchara sus palabras - ¡Lumos máxima! - conjuré para abrir camino junto a James entre tanta oscuridad - ¿Qué está pasando Agnes? - pregunté mientras andaba agitado y algo nervioso ante tanta incertidumbre, aunque intentaba disimular mi estado para que los demás no se dieran cuenta.

Contra todo pronóstico la sargento de Agnes no se molesta en soltarnos el típico discurso del buen comportamiento scout. Solo se limita a pedirnos que no actuemos como críos. Pensaba que iba a ponerse hecha una furia... Tiene gracia, yo soy la madura él es el crío.

Asiento a lo que dice Agnes para no buscarme más problemas, ya he tenido bastantes por hoy. Es entonces cuando veo como la cara de la hermana de Troy cambia por sorpresa, sorpresa mala no buena.

Me giro y observo a Nathan entrando en una especie de trance muy grave. ¿Pero qué... Un maleficio?. Lo veo tirando espuma por la boca, con los ojos idos y en vez de reírme de él y tomarme esto como una dulce venganza, me descubro a mi misma preocupada. Hace un rato me ha puesto su varita bajo mi barbilla, mirándome con esa expresión suya de desprecio por la cual le sacaría los ojos. Y ahora... Sin querer una angustia se apodera de mi, imágenes como en una película, la señora Pomfrey llevando las camillas de nuestros compañeros petrificados, la voz de Maren hablándome en la enfermería, el terror que vivimos el curso pasado. Voldemort. Miro a mi alrededor asustada. El bosque parece ahora más frío, oscuro y acechante.

-Esto me da muy mala espina... - digo mirando a la Slytherin cagada de miedo. Agnes se apresura a cargar a Nathan sobre su espalda, me lanza en ese momento su varita y vuelvo a sentir una sensación rarísima. ¿Estás de broma? ¿Yo tengo que cuidar de la varita de este imbécil? ¿YO?. No me lo puedo creer.

Por suerte aparece Ladien y me la quita de la mano. Por fin haces algo bueno MacQuoid, tocar su varita me ha dado asco.

-Toda tuya... - contesto con frialdad. En mi interior doy gracias de que me libre de la "carga" de llevar la varita de Nathan. No lo soporto.

Todos echamos a correr hacia el invernadero cuando Agnes recupera el sentido y cae en la cuenta de que lo mejor es dirigirnos allí. Sigo sus indicaciones y alumbro desde la parte de atrás. Corro todo lo rápido que puedo con los Slytherin pero no alcanzo a mirar mis pies y al mismo tiempo adelante para no chocarme con las ramas. El nerviosismo me hace estar más torpe de lo normal y acabo tropezando enganchándome el pie dentro de la raíz de un árbol.

-¡Por favor no corráis tanto!. ¡Me he caído, no me dejéis aquí!. - grito tras intentar levantarme. Compruebo con desesperación que me duele mucho el tobillo y me es imposible correr al mismo ritmo que ellos.

Mientras andaba apurado y antes de que le diera tiempo a Agnes para contestar, Lavinia gritó desde atrás que se había caído - ¡Joder Lavinia! - exclamé. No sabía lo que estaba pasando, ni si había algo ahí fuera que pudiera estar detrás de lo que le había pasado a Nathan o que quisiera atraparnos - ¡Eres una inútil! James, sigue tú delante - Me dirigí atrás con Lavinia. No podía andar y no sabía si el tiempo podría ser crucial, así que llevé su mano alrededor de mi hombro y la ayudé para ir más deprisa - Vamos anda...al final vas a hacer que nos pase algo - Le dije en un tono serio pero sin intención de burlarme de ella. No era momento para andar con niñerías, podríamos estar en peligro, así que por el bien de todos y sobre todo de mi amigo que aún seguía inconsciente, teníamos que cooperar todos - Ilumina tú por este lado, yo alumbraré el otro.

Estaba asustado. La mayor de todos era Agnes que aunque parece que sabe lo que hace y es capaz de defenderse, no sé si será suficiente para ocuparse de todos. Al fin y al cabo somos un grupo de niños en medio de un bosque lleno de criaturas que pueden intentar matarnos y después de lo sucedido el curso pasado, no me extrañaría que pasase cualquier cosa. Sin embargo, no podía dejar que se me notara...Lavinia tenía la mano alrededor de mi hombro y podría notar el temblor de mi cuerpo, así que intenté mantener la calma lo máximo que pude y estar alerta ante cualquier cosa - ¡Por Merlín! ¿Cuánto falta para llegar al invernadero?

Lumus - Dijo James cabizbajo, Agnes no era buena enseñando, no había sido capaz de decirle a ninguno de ellos como se buscaba la raíz ópalo, nos había llevado al bosque sombrío sin alertarnos del peligro y para colmo ahora Nathan había resultado herido. Agnes se la iba a cargar pero bien.

James tardó un poco en echar a correr hacia el invernadero.... Joder ¿porqué yo primero? Como odio tener a gente detrás. Tras el grito de Ladien James por fin se puso en marcha y echó a correr hacia el invernadero. No quería mirar atrás, no quería cruzarse con las miradas de sus compañeros así que simplemente corrió hacia adelante desandando el camino, sin mirar atrás, sin girarse, sin esperar a nadie , con la cabeza exageradamente levantada hasta que con la mano izquierda se mantuvo el flequillo a un lado. Corre corre que vienen detrás

Suspiro resignada al comprender que ningún Slytherin retrocederá para ayudarme. Me voy a quedar sola en mitad del bosque, no sé de que me sorprendo las serpientes son individualistas. Las luces de las varitas de mis compañeros avanzan a toda velocidad abriéndose paso entre la espesura, alejándose cada vez más de la posición en donde estoy. Sigo sentada en el suelo con las piernas flexionadas lamentándome con rabia por mi caída. Maldita raíz. Palpo con cuidado mi tobillo comprobando lo dañado que está. Mi cara de amargura lo expresa todo. -Ah, ah. – me quejo de dolor al tocarlo. Tengo que levantarme y apoyar el pie como sea. Mantengo mi varita firme en la mano por lo que pueda aparecer entre la oscuridad. Es imposible. Entonces escucho a Ladien gritando a los cuatro vientos lo inútil que soy. Ojalá te cortes la cara con una rama MacQuoid. Poco después veo como una luz se acerca. ¿Es Ladien?. Mis ojos se abren como platos. Pensaba que esa luz pertenecía a la varita de James. Miedo, desprecio, odio y un irremediable agradecimiento hacia su persona es lo que siento cuando me coge del brazo y lo extiende sobre su hombro para ayudarme a caminar. -No ha sido culpa mía, ese árbol traicionero me ha puesto la zancadilla. Sigamos... – digo en tono suave intentando que no se note mi malestar. Tenerlo cerca de mi después de lo que ha ocurrido en los pasillos de Slytherin es cuanto menos... inquietante. La contradicción de la serpiente me da que pensar. No le doy las gracias a Ladien por venir a ayudarme. Alguien que te maltrata y después te demuestra amabilidad no merece un gracias.

Invernaderos

Poco a poco todos llegasteis hasta el invernadero. En primer lugar llegaron James, abriendo la comitiva, y luego Agnes portando a Nathan sobre su espalda. Luego llegaron Lavinia y Ladien, apoyándose uno en el otro, una con cara de cierta molestia y el otro cierta cara de temor.

Tras entrar todos, Ladien cerró la puerta rápidamente tras sus espaldas y empezó a mirar a través de los cristales, preocupado por que que cualquier criatura los hubiese seguido hacía allí.

Agnes había extendido sobre las mesas a Nathan y pidió a a James y Lavinia que lo sujetasen, mientras ella buscaba algo. Tras unos minutos de revuelo, y búsqueda entre maldiciones en varias partes del aula, cogió algo entre sus manos y fue corriendo entre vosotros.

Casi sin aliento llegó hasta Nathan que seguía burbujeante y con cara de ira entre contracciones irracionales y tras darle una gran bofetada, lo miro y dijo seriamente.- Abre la puñetera boca...

Tras el golpe, Nathan fuera de sí, parecía dispuesto a despedazar a Agnes, y en aquel arrebato, la alumna de sexto introdujo una forma ovalada verdosa en su boca, y acto seguido cerró con ambas manos las mandíbulas de Nathan durante varios minutos... Una especie de líquido ambarino escurría entre los labios de Nathan que poco a poco se calmaba, y soltaba sus músculos algo doloridos, después de tanto luchar, y con la mirada de nuevo perlada en aquel verde que tenía de forma normal.

Aquel ataque de ira había desaparecido, y como corroborándolo Agnes, se dejó caer escurriéndose al lado de la mesa y dijo casi exhalando.- ¿Todo bien... Nathan?...

¿Q-qué le ha pasado señorita Agnes? A-apenas vi nada. - Se quedó junto a Nathan soltándole el brazo derecho poco a poco a medida que la rabieta espumosa le había pasado. - ¿T-tú estás bien Lavinia?

James miró a su alrededor, el invernadero era un lugar tranquilo, tan tranquilo como la biblioteca pero aún con menos gente, debería, ahora que en segundo tenía acceso a él, venir a estudiar aquí rodeado de tierra y plantas. Con aquel olor a caracoles hediondos resultaba una atmósfera aparentemente artificial para quien no estuviera familiarizado con las plantas

Mantuve ambas manos sobre el hombro de Nathan haciendo fuerza contra la mesa. Con la ayuda de James impedimos que el Slytherin se moviera mientras Agnes le abría la boca y depositaba algo verde en su interior. -No… - dije respondiendo a su pregunta. No estaba bien. -Me duele el tobillo... – miré hacia abajo. -Pero no es nada James. Si hubiera algo roto me estaría muriendo de dolor. Un poco de hielo y reposo y estaré bien. - sonreí de medio lado. Tiene gracia que ahora te preocupes por mi y antes me hayas dejado tirada en el bosque oscuro... Yo te habría ayudado. A los pocos minutos el ataque de Nathan desapareció. Ladien por su parte seguía mirando inquieto por la ventana. -¿Qué ves MacQuoid? ¿Alguien nos ha seguido hasta el invernadero?. - pregunté con cierto temor.

Agnes miró con cara rara a James mientras la llamaba Señorita y le decía algo más relajada y jadeante.- ¿Cómo que Señorita... solo tengo 4 años más qué tú...? ¿Acaso se me ve tan mayor?

Miró de medio lado a Nathan y dijo a este.- ¿Tú hermano sabía de esto?... Si es así lo voy a reventar por muy prefecto que sea ese Greengrass...

Entonces Lavinia hace una pregunta a Ladien y mira ese lado, esperando una respuesta que le ayude a relajarse un poco más...

Después de un largo paseo con la estúpida de Slytherin al hombro y tras obviar su comentario sobre el árbol - Eres una torpe y punto...no pongas excusa. No sé ni siquiera porqué estoy haciendo esto. Ah, sí, porque no quiero morir por tu culpa, ¡sangre sucia! - llegamos por fin al invernadero.

Entraron todos delante de mí y colocaron a Nathan sobre la mesa, no vi lo que le hacía pues quedaron a mis espaldas. Estaba demasiado pendiente de lo que pudiese pasar en el exterior para advertir al resto, que no fijé en lo que Agnes le había hecho a Nathan, aunque aparentemente parece que ha funcionado.

En ese momento Lavinia se dirige a mí - ¿MacQuoid? ¡¿MacQuoid?! - Para ti Ladien, Lavi - la llamé por su mote con algo de desprecio - No veo nada fuera - respiré tranquilo. Por el momento no había nada por lo que preocuparse ahí fuera, aunque tampoco nos podíamos confiar, pero si era un alivio saber que no corríamos peligro inminente. Ahora más calmado, pude prestar más atención a lo que le pasaba a mi amigo  - ¿Estás bien Nathan?