El comentario de Troy me sorprendió, pensaba que después de ser de los únicos que habían estado a su lado en la discusión en el Lago no me trataría como un capullo - Qué decepción... - pensé mirándolo con cara de asco pasando del tema. Él y Marcus se estaban alejando, así que sería mejor dejarlo correr antes que montar otra escena.

Todos estaban muy metidos en su cometido y participaban de una manera u otra en el trabajo del invernadero. Tim me sorprendió de nuevo con el resultado de su hechizo e incluso la estúpida de Lavinia había conseguido llevar a cabo el suyo. Sin embargo, quien más llamó mi atención fue la rubia cuando transformó esas enredaderas en esculturas de los cuatro fundadores.

Al ver la figura de Salazar Slytherin me puse delante de él, mirando asombrado su semblante y agachando la cabeza recordé las primeras líneas de nuestro himno - Defender con honor mi casa, ser leal a mis prefectos y obedecer a mis maestros y nuestro jefe de casa - Era algo que hasta ahora no había hecho del todo y me avergonzaba por ello. Aunque la barbie no fuese la jefa de la casa, era lo que se creía y tras escuchar sus palabras en mi oído asentí sin rechistar dispuesto a realizar el hechizo.

Nada más levantar la varita, observé por el rabillo del ojo dos sombras que se aproximaban hasta nosotros - No...esto ya no... - pensé haciendo un gesto de pesadez con la cabeza. No quería pasar otro rato escuchando las sandeces del plasta de Artemis. Volví a elevar la varita y pronuncié el hechizo tal cual me lo habían recitado - ¡Sometiolocomotor! - exclamé con un movimiento firme de varita apuntando a las cuatro figuras.

Una vez terminé de conjurar el hechizo, miré a Agnes y susurré unas palabras a su oído igual que había hecho conmigo.

- No quiero deshonrar a nuestro fundador - le dije mirando aquella figura - pero no aguanto ni un segundo a ese plasta de ahí - confesé soltando un suspiro acompañado de un breve silencio - Déjame largarme de aquí antes de que no pueda aguantarme más, esto ya es un favor - le dije en un tono serio. No me caía muy bien la rubia, pero estaba entendiendo que todo lo que hace es por mantener la imagen de nuestra casa impecable, como debería hacer yo. Por eso, esperaba que entendiera que en ciertas ocasiones, la mejor manera de evitar problemas es dejando de lado a quien te los causa.

Estaba tan absorto con la hiedra que no prestó atención en un principio a Marcus. Y para cuando lo hizo, su amigo había salido volando ligeramente por alguna clase de hechizo.

- ¿Marcus? ¿Pero qué haces?

Se volteó, guiado por el instinto, para ver si había alguna amenaza, encontrándose de frente con hermana. ¡¿Qué hacía Violet en el Bosque Prohibido sola? Sin darle la espalda a su hermana, comenzó a caminar lentamente hacia atrás, varita en mano y preparada para cualquier amenaza. 

- ¿Violet? ¿Qué haces aquí?- frunció ligeramente el ceño, confundido.- ¿Has atacado tú a Marcus?-¿A qué venía esa actitud? Desde luego no tenía nada que ver con la de ella. ¡Y encima le apuntaba a él ahora!- Aparta la varita, anda. 

Llegué a los invernaderos en compañía de Agnes, Ladien y los Hufflepuff, siempre dispuestos a echar una mano. No sé como Troy y Marcus estaban allí, suponía que no tenian nada mejor que hacer y preferian venir con nosotros para ayudar en los desperfectos. Me encongí de hombros y observé con los ojos grandes los invernaderos, mejor dicho lo que quedaba de ellos. Finalmente negué con la cabeza volviendo a recordar los hechos de la noche anterior. -Que estropicio, y todo por tu culpa. - me dirigí a Ladien furiosa. Yo tendría que estar estudiando.

Oh claro, estúpidos currantes del mundo muggle. -¿Sabes hacer algo sin la ayuda de tu varita MacQuoid? no durarías ni un minuto ahí fuera sin la magia, pedazo de inútil. - dije bufando mientras imitaba al resto de chicas y recogía mi pelo en un moño.

¿Y ahora me defiende de Ladien? - pensé sorprendida al escuchar a Troy diciéndole al Slytherin que me dejase en paz. No le dí más importancia. Ladien tampoco dijo nada, aunque su cara de asco hablaba por él sin necesidad de abrir la boca. Miré a Agnes con una expresión de "¿Ves lo raro que está tu hermano conmigo?" - a continuación me giré y lo seguí con la mirada mientras se adentraba con Marcus en el bosque oscuro. -Tened cuidado. - alcé la voz pero no sé si los exploradores me escucharon.

-Bueno. - dije remangando los puños de mi camisa. Ver el éxito de Tim con la hiedra que había hecho crecer y la cara de satisfacción de Renê, me había animado a probar como mi compañero un hechizo que mejorara e hicidera más grandes las enredaderas.

Pero lo que ocurrió me dejó perpleja, pues no sabía que pudiera ser capaz de hacer algo así. Además el ruido que se alzó al vibrar la tierra y crecer las hiedras me asustó un poco. Quedé atrapada entre ellas pero Agnes no tardó en tenderme la mano para ayudarme a salir. -Gracias. - le dije con una sonrisa.

Aquello empezó a tomar forma gracias a ella. -Es maravilloso. Los cuatro fundadores de Hogwarts estaban allí, a modo de esculturas vigilando todo lo que haciamos en su honor.

En ese estado de sorpresa y ensimismamiento estaba observando la figura de hiedra de Salazar Slytherin al igual que mi compañero de casa. Y por un momento pensé en que estaba harta de luchar. ¿Por qué tenía que vivir amargada y pelear por hacerme un hueco en Slytherin? Me lo merezco por derecho como cualquier otra bruja o mago. - pensé fastidiada. Yo solo quería encajar.

Cuando ví aparecer por sorpresa a Marty y Artemis dejé de lamentarme en el acto. -¡Hola!- les dí la bienvenida animada. -Por supuesto, Agnes seguro que tiene algo más para mandaros. - dije acercándome a ellos. Pasando mis manos por detrás de sus hombros les susurré algo que solo ellos pudieron escuchar.

-¿Habéis averiguado algo importante? - pregunté en confianza a mi prima y Artemis.

En realidad sí, tenemos tres sospechosos, uno de ellos es Ronald Weasley. - respondo en un susurro.

Tras cruzar unas palabras con Lavinia me acerco a Agnes.

Hola. ¿Hay algo en lo que podamos ayudar? - pregunto mientras sonrío con amabilidad.

-Sospechosos... - musité en voz baja. ¿Pero de qué?

¿Por qué estaba Mr. Weasley implicado? No sabia mucho de él, pero recuerdo haber leído la historia de Harry Potter el año pasado, fuí a la biblioteca con Amelia. Ella me enseñó muchas cosas que desconocía sobre el mundo mágico. Ron era amigo de Harry Potter y había ayudado a derrotar a Voldemort. Decidí no preguntar más a los Gryffindor, porque aquel no era un buen momento al estar rodeados de gente.

La aparición de Violet me pilla por sorpresa, parece muy cabreada con su hermano y no ha dudado en atacarme. ¿Pero que le pasa? Me duele la espalda del golpe pero no puedo pensar en eso, Violet parece dispuesta a atacar a Troy.

Veo como mi amigo se enfrenta a su hermana y me apoyo en el arbol para levantarme antes de buscar mi varita en mi bolsillo. No me cuesta encontrarla al lado del diablillo, pero entonces dudo. ¿Debo preparme para otro ataque? ¿Mejor espero a ver que pasa? Me decanto por la segunda mientras veo como se desarrolla la situación.

Algo le decía a Troy que aquella Violet no era la comprensiva que siempre encontraba una respuesta a medio camino entre los dos.

Su mirada descargaba ira y rencor... su gesto furía... y sus ojos hervían en una halo centelleante, mientras el agua se arrastraba por su piel y caía al compás de la lluvia, formando charcos a su alrededor.

Los dientes de Violet rechinearon un momento... y dijo sin soltar la varita, es más, azuzándola hastaapretar con tesón el hombro de su mellizo.- ¿Y si no lo hago...? ¿Me vas a regañar... o me asustarás con alguna de tus bromas?... - La cara de Violet se tornó en un falso miedo, para luego volver a aquel gesto de asco y apretar de nuevo su hombro diciendo.- Vete a otro con tus juegos de niñas... Troy.

Ladien conjuró el hechizo, aunque luego susurró algo a Agnes y miró con interrogación a esta mientras esperaba una reacción. Pero en vez de eso... la chica de sexto miraba con grandes ojos, como la figura de Salazar Slytherin miraba hacía atrás con la misma reacción que Ladien.

MacQuoid estiró una mano para llamar la atención de Agnes, y entonces la figura de Salazar la alzó en medio del bosque. En su gigantesca imitación, empujó uno de los árboles levantando sus raíces... Ladien se percató de lo que estaba haciendo... cuando regresó su mano hacía él... haciendo que Salazar hiciera lo mismo y dejara en paz aquel árbol.

Agnes se giró con satisfacción hacia Ladien y asintió sin poder reprimir una sonrisa por no haber sido defraudada, y al llegar junto a Ladien y le dijo a un oído pero sensible a que los demás pudieran escuchar.- Así que eres de esos... MacQuoid.... quien iba a decir que Slytherin pudiera disfrutar de un ejemplar como tú...

Agnes iba a seguir hablando... cuando un gran estruendo la hizo volverse, y mirar un  pequeño hueco que acababa de abrirse en los muros del castillo y por el que salía corriendo casi cayendo al suelo mientras huía entre tropiezos Vissel... la prefecta de Ravenclaw...

Bosque Oscuro

Recorriste siguiendo junto a tu madre, cuál cazador... a Vissel que no paraba de correr... parecía daros esquinazo, cuando tu madre la encontró escondida con un hechizo de ocultación...

Sin pensarlo dos veces... Gwen lanzó un hechizo que hizo estallar el muro de Hogwarts... Por un momento temiste por la vida de Vissel... pero al segundo viste como tras la nube de polvo que se alzaba tras los ladrillos caídos... como erra seguía corriendo mientras caía... una y otra vez...

Agnes iba a seguir hablando... cuando un gran estruendo la hizo volverse, y mirar un  pequeño hueco que acababa de abrirse en los muros del castillo y por el que salía corriendo casi cayendo al suelo mientras huía entre tropiezos Vissel... la prefecta de Ravenclaw...

Con varias heridas... y algo de barro Vissel seguía avanzando hasta un grupo en la antigua zona de invernaderos y decía entre jadeos.- Ayu... dadme.... por .... favor...

Chicas voy a ayudar a Vissel. - les comento a Marty y a Lavi antes de acercarme a paso rápido hasta la prefecta.

¿Pero qué rayos te paso? - pienso mientras me acerco a la prefecta y rasgo un trozo de mi túnica para intentar vendar sus heridas.

Mientras empiezo a vendar sus heridas, le susurro algo en tono muy bajo.

Tranquila estás entre amigos, pérmiteme vendar tus heridas y ayudarte a llegar con el resto, sé que eres fuerte, pero no tiene caso que gastes fuerzas sin necesidad. - digo en tono amable y conciliador.

- ¿Será estúpida? ¿Por qué no me contesta? - No quería pasar ni un segundo escuchando las sandeces del león, pero Agnes no era capaz de abrir su enorme bocaza por una vez cuando hace falta para poder marcharme... - ¡¿Hola?! - exclamé para mis adentros a la vez que llevé mi mano al brazo de la chica para zarandearla llamando su atención - Rubia tonta...

Fue entonces, cuando los ojos de la Slytherin y el ruido de lo que parecía un árbol arrancado de cuajo, llamó mi atención dándome la vuelta para ver lo que pasaba - ¿Qué le pasa a est...? - Corté mis pensamientos tan pronto lo vi - ¿Pero qué? - La figura de Salazar Slytherin había cobrado vida - Un momento... - miré mi posición y la suya - ¿Me está imitando? - Abrí mis ojos como platos y retiré la mano tan rápido como me di cuenta. Para mi sorpresa, aquel gigante hizo otra vez exactamente lo mismo - ¡VAYA! ¡GUUUUUAAAY! - Sonreí al ver de lo que era capaz de hacer, pero aún lo hice más al escuchar las palabras de la rubia que halagaba mis más que notorias acciones - Soy el mejor, lo sé - El mejor mago tiene que estar en la mejor casa - respondí con aires de grandeza a las palabras de la bruja. Entonces miré a Lavinia y volví la vista a Agnes antes de añadir - Aunque no todos pueden ser los mejores...

De repente, se escuchó como una enorme explotación proveniente de las cercanías al invernadero. Al parecer el muro del castillo se había venido abajo, sin embargo, esa no fue la mayor sorpresa de todas. De entre los escombros, se pudo diferenciar la figura de una persona, que después de que el polvo se disipara por completo, se pudo apreciar con mayor claridad - ¿Vissel? - El primero en reaccionar fue, como no, el valiente caballero de brillante armadura - El magnífico Artemis Flamel... - pensé al verle emprender camino rumbo a la damisela en apuros. 

Despacio inicié mi marcha en la misma dirección que el chico. Me había venido arriba por lo que acababa de conseguir y se podía notar en mis andares lo orgulloso que estaba de mí mismo - Muy bien Flamel...no le preguntes cómo está ni qué le ha pasado - le dije en tono condescendiente - ¿Estás bien Vissel? ¿Qué ha pasado con el muro? - pregunté ahora más amable y demostrando preocupación en mis palabras, que aunque totalmente fingida, hasta a mí me había resultado creíble - Como si me importara qué le pasase...

Seguimos muy de cerca a la prefecta, estaba claro que su intención era huir pues mi madre era mucho más poderosa que ella, sin proponérnoslo salimos del castillo y Vissel se acerco a un grupo que estaba en el invernadero. Eran algunos compañeros míos, seguro que intentaría ponerlos en nuestra contra.

Sigo corriendo junto a mi madre hasta llegar al grupo.

Violet actuaba de una forma tan extraña que a Troy le extrañaba mucho que fuera ella misma. ¿Podría ser otra persona? ¿La habrían hechizado de alguna manera? Si es que... estaba claro que no podía dejarla sola.

- ¡¿Qué mosca te ha picado, Vio?

Se negaba a apuntar con su varita a su hermana. ¡Ni hablar! Debía de haber algún modo para hacerla salir de aquel bucle extraño en el que se encontraba. ¿Pero cuál? Su magia no era tan poderosa como la de Maren u otros compañeros...

- Baja la varita y vámonos al castillo, Violet.- estaba muy serio y preocupado. No sabía qué hacer...