Despacho de Katelynn Swann

Maren tocó a la puerta y como era de esperar de una puerta en un castillo antiguo esta se entreabrió y rechinó mientras dejaba escapar un aroma a fresca lavanda y jara...

Con precaución Maren entró y cerró tras de sí, encontrando la primera impresión de aquel despacho que pocas veía alguien más.

Un escritorio circundante a una silla troquelada en madera vieja era la primera esencia que veía cualquiera al entrar... todo presidido por una foto del difunto director de Hogwarts que animada y tranquila observaba mientras lanzaba cartas sobre un tapete lo que estaba por venir... una técnica que poco le gustaba demostrar a Dumbledore.

Con dos cortinas de terciopelo rojo oscuro se sesgaba la visión a cualquier sitio más... pero una voz tranquila y reconocible de la directora, orientada un poco hacía el sur dijo.- Pasa... no te quedes en la zona central...

Desquitando la cortina, casi pasando por debajo de ella... Maren llegó hasta una zona cercana a un ventanal donde ella de espaldas a su invitada miraba el paisaje.... mientras a un lado, un jarrón lánguido y esbelto lucía cubierto de Lavanda fresca y Jara... dejando que su aroma y olor, así como su sombra acompañaran a la figura de Adrien que estaba tumbado en un diván... cubierto totalmente por sabanas blancas... y acomodado por un gran cojín que alzaba su cara, y mejoraba la vista de su cara fatigada y llena de ojeras y moratones... a la vez que su piel perlaba en un sudor frío y la palidez de alguien que casi no puede luchar más.

Katelynn aún no se giraba, como si quisiera dejarte al meno un segundo más... antes de comenzar...

El momento había llegado, como si el tiempo en este mismo instante no tuviera freno siquiera y tras soltar de forma un tanto forzada la mano de Ladien, me despedí a través de un gesto cargado de complicidad.

Ahora delante de mis ojos, un largo y sinuoso pasillo me indicaba el camino,  siendo mi única guía el recuerdo de mis andares por el castillo. Y al dar mis primeros pasos me permití este momento de soledad para pensar, en todo lo sucedido apenas una horas atrás.

Desde la clase de Transformaciones, Adrien y aquella conexión que compartimos, Ladien y el encuentro en el lago. Troy y nuestra amistad,  que fuerte en su naturaleza, calmaba toda tempestad que se arremolinaba en mi interior.

Tantos sentimientos,  que dispares en esencia representan cada aspecto de mi, donde el amor se manifiesta de dos formas tan distintas al punto de la confusión.

Por un lado, se encontraba Ladien, mi novio y con quien tuve mi primer beso. Lo conocía tanto y sabía que conmigo todo era muy distinto, su imagen atemorizada a muchos e incluso generaba odio. Sin embargo, su dulzura acarició mi alma que desesperada por la situación de los mortifagos, obró de sostén y apoyo. Depositando una confianza ciega en mi, pese a que intentó traicionarme. Sólo que él, representaba mi oscuridad, aquel lado que invisible crece en mi interior, por sangre y derecho siendo lo que intenta adueñarse de toda mi luz.

Al doblar por el primer pasillo, mientras mis pies acariciaban el frío tacto de las escaleras,  surge la imagen de Adrien en mi mente. Y fue en ese instante,  cuando otro mar de recuerdos comenzó a inundarme. Allí estaba, en primer curso durante la selección de casas, cuando sentado en el banquillo su destino se definía hacia un lugar. Recuerdo como aquella imagen, que perfecta ante mis ojos me vislumbra y tras dejar entrever un suspiro, supe que sería imposible olvidarme de su rostro y aquella sonrisa,  que victoriosa celebra su ingreso a Ravenclaw.

Pero no quedó allí, debido a que una amistad surgió entre los dos, donde disfruté al descubrirlo, compartiendo miradas,  lecturas y sonrisas. Él era perfecto para mi y a pesar de que una pequeña llama logró crecer en mi corazón, lo callé bajo un silencio que pensé esconder. Eligiendo compartir mis días siendo su amiga, desplazando cada latir, suspiro o mirada que atontada surgía gracias a su personalidad.

Luego la oscuridad se adueñó de todo, permitiendo que el miedo me cobije en su perturbado regazo y pese a todo el sentimiento que hacia él sentía, descubrí su traición y como su mentira apagó de un soplido aquel sentimiento de amor que profesaba por Adrien.

Agobiada y petrificada, caí en la oscuridad, perdiéndome profundamente y al llorar por las noches acostada inmóvil en la cama de la enfermería, intenté perdonarlo. Y así fue, cuando todo finalmente acabó, aunque ciega de mis propios sentimientos, creí que podía olvidarlo si lo apartaba de mi vida.

Ahora ya a pocos metros de mi encuentro con la Directora, revivo lo sucedido anoche, la forma en que sus labios acariciaron los míos al descubrir que siempre existió aquel sentimiento entre los dos. Cruel fue el destino de sentenciar su alma a un fatídico final, uno que estoy segura no pasará pese a su eterno sufrimiento. Sin embargo, todos estos sentimientos que censurados estaban, recobraron vida y de nuevo una llama se encendió bajo una promesa de no separarme más.

Sincera con mis sentimientos, manifesté lo que en mi corazón había, pero estaba dividida interiormente. Quería a dos chicos,  que diferentes en esencia, representan una parte de mi. Luz y oscuridad.

Amaba a Adrien y quería a Ladien, la diferencia era ínfima pero allí estaba. Y tras liberar otro suspiro, golpeo apenas la puerta del despacho, confundida y nerviosa. Inundada por ambos sentimientos que arremolinados en mi pecho, no me permitían respirar.

Con paso firme avancé hacia el interior del lugar, con la mirada contemplé cada detalle de la decoración en parte fascinada por el aroma a lavanda reinante. Hasta que la voz de la Directora guió mis pasos y al ver como Adrien allí se encontraba, corrí hacia  donde estaba recostado sintiendo mi corazón en un puño y sin medir consecuencias, acaricio su mano que fría al tacto estaba mientras beso su frente, desde el amor que era capaz de profesar.

No dije palabra alguna, sólo me perdí en su mirada y tras sonreír un instante, me incorporo ahora centrando la mirada en su abuela. 

-Directora… Buenas Tardes. - expresé en un tono claro, firme. Ahora esperando escuchar el motivo de su llamado.

La directora solo chasqueó la lengua... y tras tus palabras dijo tras respirar tranquila y mirar al horizonte.- Empiezas mal... esta tarde lloverá...

La directora parecía algo más relajada de lo normal, aunque seguía siendo seca y distante... por un momento dejó aquella posición distante y dejó que la tristeza que sentía sen mostrara por una vez. apoyó su frente contra el cristal mientras mesaba su propio cuello antes de tomar aliento y fuerzas para seguir.

 Los ojos de Katelynn parecían hinchados al igual que su nariz colorada como si algo de lo que hubiera allí la obligase a estornudar y a soportar un picor que la molestaba como lo que más.

 Por primera vez miró a Maren a los ojos, con una mirada dura y dijo explicando el porqué de su ubicación allí.- Equidna me ha hablado de ti, y de lo que has hecho en su clase... pensaba que tardarías más...

 Como molesta por fallar en algo más dijo.- Parece que tendré que ser tu tutora y formarte en el camino que vas a encauzar... No de dirigir el camino, sino de formarte en él...

 Iba a seguir hablando pero busco por si era la única centrada en la conversación y dijo.- ¿Sabes de que te hablo o simplemente callas por no arriesgar con tu interrupción, niña?.

 Se dio la vuelta, como ignorando la presencia de Aidan y buscó justo la silla que la posicionaba de espaldas al diván, y dijo a Maren.. Siéntate y responde...

Aún permaneciendo de pie observo desde aquella distancia a la Directora, disfrutando de aquel delicioso aroma. Hasta que de repente su voz resonó en todo el Despacho al punto de inquietarme, adoptando una postura firme y  al fijar la mirada en la triste expresión de su rostro, muerdo mi labio nerviosa.

Su primera frase logra despistarme. ¿Acaso no podía saludar a su nieto? No lo sabía, de igual modo no me arrepentía de ello y lo volvería a hacer.

El motivo de su llamado me sorprende, aún no lograba comprender lo sucedido en la clase de Transformaciones. Desde mi punto de vista, sentí un inmenso poder en mi interior al punto de fusionar todo mi ser con el del búho, pero nada más.

¿Es animagia?  - pregunto al sentarme en la silla, un tanto dudosa. Al parecer la Directora estaba convencida de que sabía lo que pasaba conmigo, solo que de momento no sabía que podía ser: hablaba parsel, tuve una visión y ahora esto en transformaciones. Ni que hablar del instinto oscuro de querer matar con la serpiente a Lavinia.

- Callo porque no sé que puede ser… Y no quiero interrumpir con algo que desconozco. He hablado parsel hoy, también tuve una visión anoche… luego lo del búho. -confieso al bajar la mirada, no podía ocultar aquella verdad. -Por favor, no le diga a mi Madre que hablé con una serpiente… Va a castigarme. - expreso al bajar la mirada mientras aprieto la falda un tanto nerviosa.

Pero sí… quiero. - termino por decir, aunque sin saber en qué, pero aceptando la tutoría.  

La Directora enarcó una ceja mientras Maren hablaba y sus labios se quedaban a medio camino mientras decía.- ¿Qué si soy...a...?

Maren siguió hablando lo cual hizo que con cara de pesar la directora echara los ojos hacia atrás... y dejara escapar un aliento descubriendo un cierto tono de cansancio.- Pensaba que no tenía que ir tan al principio...

La directora guardó silencio un momento mirando a Maren, buscando la manera de ordenar aquello de una manera fácil y luego dijo tajante empezando a desmenuzar las preguntas que salían sobre la boca de la niña.- No soy animaga... o al menos no tengo noticias de ello. - Antes de que la chiquilla comenzara a interrumpir, alzó un dedo en señal de silencio y siguió hablando.- Y tu tampoco lo serás... porque no le eres...

Obviando la figura de Adrien siguió a Maren con la mirada, observando cada centímetro y le preguntó.- ¿Qué ha pasado con el búho hoy...? Respóndete a ti misma... yo te escucho... Y sobre lo de hablar Parsel... ya hablaremos después...

Alzo la mirada observando cada gesto de aquella mujer, noto su mirada que profunda en algunos momentos se fija en la mía y sin poder evitarlo, poco a poco retorno a la tranquilidad para escuchar sus palabras. 

- Sólo puedo decir que cerré mis ojos e imaginé un búho de color negro en mi mente y en ese preciso instante, todo cambió cuando lancé el hechizo. -inicio la explicación manteniendo la mirada en sus ojos misteriosos. 

- De repente sentí que era el búho, su fuerza y su imponente presencia, fusionada al ave por completo. Según dijeron... Adopté el color y la forma de sus ojos, pero yo en ese momento era el búho y podía observarme a mi misma desde las alturas, desplegando las alas allí en lo alto mientras mi cuerpo estático seguía conectado. Hasta que Equidna a través de una caricia, rompió con ello. -termino por decir en parte reviviendo aquel momento y con muchas ganas de repetirlo, intento contenerme para luego someterme al más profundo de los silencios. 

Luego cuando menciona lo de parsel, bajo la mirada y sintiendo las cicatrices de mi espalda, me aferro con fuerza a la falda un tanto nerviosa. Hablar de ello era recordar la golpiza que mi Madre me brindó, adjudicándole el nombre de una maldición cuando se trata de un don. 

El gesto duro de Katelynn parecía desvanecerse tras las palabras de Maren, mientras ella asentía como si confirmara cada palabra.- Al menos trabajamos con una intensa memoria... Si podías verte desde fuera... no significa que transformases su cuerpo en un búho... si no que transmigraste tu alma por unos momentos al cuerpo de un búho mientras tu verdadero cuerpo quedaba vacío.

Es algo que con el tiempo puede que vuelvas a conseguir o a dominar... los inicios se hacen con explosiones de poder... Los mismo que traen a tu mente secretos de la Vieja Sam...

Mojo sus labios con un sorbo de agua, de una copa que parecía aparecer en el momento preciso y dijo mirando a Maren.- Pero por lo que he visto... no es tu único nexo...has sentido algo más... ¿No es así...?.

La conversación se iba a dilatar, y como comprendiendo la dureza del mismo el muro de Swann, se desmoronaba y le tendía una mano a la chiquilla, con un gesto cansado... aparentando todo ese cansancio que escondía de los demás a la vez que decía.- La videncia en todas sus ramas es cruenta y agresiva con el nexo... pero la que coordina la unión entre nuestro mundo y los rememorandos será algo que descubras que gasta y debilita... al igual que te hace daño y te rompe antes de que todo pueda suceder.

Y por primera vez... Katelynn miró a Adrien y una lágrima cayó por sus ojos... resbalando... y a modo de fogonazo lo que vio Maren distaba mucho de lo que tenía frente a sus ojos... Pues pudo ver con claridad... como una mujer de mediana edad y gran belleza... Rompía en una primera lágrima a la vez que la tristeza empezaba a endurecerla y a marcar una línea en el surco de sus labios que en muchos años sería gesto de distinción en Katelynn Swann...

Y limpiando las lágrimas de sus mejillas, aquella imagen antigua se borró por la actual. El gesto duro de Katelynn volvió y con cierto asco dijo para borrar importancia a lo que posiblemente acabaran de compartir.- Maldita lavanda... Es una alergia difícil de soportar...

En silencio continúo apretando los pliegues de mi falda, mientras escuchaba con atención a la Directora. Su explicación sobre lo sucedido en la Clase de Transformaciones, me resulta curioso y fascinante, aunque me sorprendía la forma en que se manifestaba en mi aquel don. ¿Mi Madre será igual? - pregunté en silencio, buscando algún recuerdo sobre ella en casa. Alguna pista o detalle de mi pasado para asociarlo con todo lo que me sucede. 

- ¿Puedo transmigrar mi alma a cualquier animal? ¿O es sólo con los Búhos? - expresé a modo de pregunta, envuelta por una curiosidad que latente allí estaba, incluso cuando nombra a la vieja Sam enarco una ceja, confundida porque no tenía idea alguna de lo que se estaba refiriendo. - ¿Quién es la vieja Sam? - pregunto sin ser consciente de lo que habla, pero muy interesada por una respuesta. 

Después su pregunta me transportó a un momento especial de anoche, uno que jamás olvidaré, junto a su nieto precisamente. - Ayer... Estaba con Adrien y al abrazarme... - no quería contarle específicamente a su abuela lo que estaba haciendo con él, por pudor y porque era algo privado. Aunque sé perfectamente que a una adivina nada se le pasa, mi Madre es una gran ejemplo de ello. - apareció en mi mente una escena, donde estábamos unos años más grandes que ahora... juntos en un lugar que no conozco. - tampoco especificaría haciendo que, continuaba siendo algo entre Adrien y yo. Sin embargo, aquella sensación de haber vivido ese momento me inundó alimentando una férrea esperanza al tener una vida con él, aunque ya dejando todo atrás... Incluido Ladien.

Ya incómoda por tener que contar algo íntimo, bajo la mirada por vergüenza. En teoría no debería saber que estuve con su nieto anoche a solas, era una falta grande a las reglas de Hogwarts y ella siendo la Directora, como su abuela, nada bueno traería. 

Finalmente aquella mujer regresa a la explicación sobre este don, comprendiendo como se manifiesta, el precio por tenerlo consigo y todo lo que conlleva. Un poco era consciente, el mero hecho de haber crecido con una Adivina, de alguna manera te permite conocer su mundo y todo lo que ello representa. No obstante, al sujetar su mano mi interior se estremeció ante la imagen de una mujer con lágrimas en los ojos, sufriendo desde un dolor tan intenso que me desbordó, apreté mis ojos para no llorar y cuando la conexión llegó a su fin. La reconocí de inmediato, comprendiendo que en ese preciso instante la madre de Adrien, recibió la maldición para ser condenada de por vida junto a su hijo y esas lágrimas que surcaban las mejillas de la Directora, representan el dolor por saber que el destino suelo ser irremediable. 

- Lo siento... -apenas pude decir al regresar mi mano sobre mis piernas, para luego desviar la mirada hacia Adrien y perderme entre pensamientos. 

La mirada de Katelynn se cerraba en Maren mientras con la guardía ahora baja, no podía parar de mirar triste a su nieto. Mientras lo miraba comenzó a contestar... cada pregunta... cada laguna.- Aún no sé de que eres capaz... pues por lo que veo tus poderes aún te mienten... y te muestras cosas que nunca pasarán...

Se giró hacía Maren y acogió las manos de ella entre las suyas y le dijo.- Voy a explicarte el momento en el que descubrí que no todo se puede lograr...

Una lágrima solitaria caía... y entonces afuera se sintió el sonido de la lluvia... como Katelynn había predicho.... empezó a llover... - A veces los personas que poseen este don se creen de alguna forma poseedoras de la voluntad y destino de los demás... pero ni siquiera el nuestro nunca nos pertenecerá... pues sólo aquello que quiere ser mostrado o es seguro es lo que se mostrará...

Yo solía disfrutar de una buena clase, de una amable hija y de una familia formidable... hasta que me di cuenta que por mi culpa todo iría a peor... - Tragó saliva y dijo.- ¿Sabes como se siente una mujer que es visitada por magos de todo el mundo para que le ayuden con su destino y que sea capaz de destrozar todo lo que tiene a su alrededor...?

Las imágenes se movían entre las dos, como llevándolas sentadas en aquellas sillas a un suceso que pasó hace tiempo y que todo lo cambió... Una puerta cerrada... y tras ella silencio... hasta que este cambió por chillidos y gritos de dolor... Aquella Katelynn corría por el pasillo que llegaba hasta esa puerta y al abrirla una mujer de ojos amables, y pelo cobrizo, se retorcía en el suelo mientras sus manos se aferraban a su vientre invirtiendo una magia que desteñía un aura azul. La mujer aferraba el dolor a sus labios y suspiraba entre lágrimas.- Sálvalo mamá... no dejes que la maldición llegué a su corazón....- La joven Katelynn fundió sus ojos en aquel destello gris... y en su mente buscaba mil y una vez un destino que le mostrara la solución... pero el tiempo se acababa... Las lágrimas caían mientras los gritos empezaban a aumentar... y sin poder aguantar más... aquella mujer caía sin fuerzas a la vez que sus manos descasaban sin candor.... Apresurada y con manos nerviosas... Katelynn estaba ante el próximo cadáver de su hijia y debía de cumplir su voluntad...

Con su propia varíta hizo la incisión y mientras la sangre manaba encontró la placenta que recogía a su predecesor... sus manos nerviosas sostían aquella vida que empezaba a llorar la primera imagen que tenía frente a sí, la de una madre rota, que obligada entregaba la vida de su hija y buscaba en sus adentros un hueco de fulgor... 

Los ojos de Katelynn no miraban la escena... parecía que no le hacía falta mirarla para recordar cada segundo en su interior... y fue entonces cuando la joven Katelynn iluminó de nuevo sus ojos, y encontró en ellos un resumen de la vida de Adrien. De como crecería... de cada sonrisa, de cada dolor... y de como con los años... la maldición volvería y no habría vuelta atrás hasta que la muerte tomase aquella alma que le habían pospuesto... saldando una cuenta que por llegar tarde e intentar siempre ganar... había aumentado la cuantía a pagar...

La mirada desviada de Katelynn hacía un rincón se empañaba mientras aquella imagen se disolvía... y comenzaba a hablar.- No fue mi culpa que mi hija muriera... pero sí, que Adrien adquiriera esta maldición... No hay un segundo en que al mirarlo me cuestione porqué pago él aquel precio de mi error... Y lo peor de todo es mirarlo día tras día y no poder borrar ese momento donde su cuerpo ya descanse inerte... a finales de este curso... adornado de lavanda y de jara, con aquel olor que tanto gustaba a mi hija. Y que noche tras noche, me devuelve en sueños a pesar de ser algo que nunca toleré...

Todo aquel que confía en mí... es un necio... Sí... seré vidente... pero eso no garantiza que vea todo a su tiempo... ni que consiga siempre la solución...

Las palabras salían solas de su boca pero por un segundo el silencio lo cambio todo... ahora no notaba Maren que Katelynn la cobijara... sino al revés, como si buscase consuelo por aquel gran error...

Nerviosa por la situación en si, le permito a la Directora que sostenga mis manos y niego ante sus palabras, que duras de por si eran. - No, no me mienten... ¿Y si le mienten a ud? - replico en un tono sincero, no desafiante pero si propio de una Gryffindor donde la valentía y el honor estaba allí presente en cada uno de mis gestos o palabras. - Ud misma ha dicho que no puede controlar todo, que no es dueña de su destino ni el de nadie... - continúo aferrada a una teoría que surgió en mi mente y que al rememorar un pasado del cual no soy partícipe si tiene algo de sentido ahora. 

Sólo que cuando estaba por decir algo más, en mi mente todo se oscureció hasta revivir una escena donde Katelynn y su hija eran partícipe de un destino que funesto de por si, marcaría la vida de aquel bebé para siempre. Cada instante compartido, el dolor que en sus rostros se reflejaba y las palabras de una madre bajo la agonía de una maldición, que ruega por su hijo, estremecieron mi pecho al punto de no poder respirar.

Intenté mantener la conexión con lágrimas en mis ojos, soportando la crueldad y la desesperación de un anticipado nacimiento, que augura el inicio de una vida tortuosa con una final garantizado. - No. - expreso al soltarme de sus manos buscando la negación de ello, aferrada a un ápice de esperanza. Jamás me rendía ante nada y menos ahora, aún con todo en contra. 

- No se culpe por un pasado del cual no se pudo hacer nada, ni sufra una muerte que aún no ha sucedido. Adrien está aquí aún... Con nosotros... - expreso al regresar a sus manos, desde el cariño que puedo ofrecer con doce años. Sincero de sentimiento e inocente ante la mirada de los adultos. Y tras incorporarme rodeo con mis brazos a la Directora, como si quisiera a través de aquel acto darle mi apoyo e incondicionalidad. - Si Lily Potter pudo salvar a su hijo de una maldición como el avada kedavra, no todo está perdido señora. - afirmo al recordar lo que hasta hace poco ha sido una leyenda, pero real era a efectos prácticos. - El amor es magia, desconozco como es ni que se siente... Pero lo es. - confieso al bajar la mirada y tras ir poco a poco liberándome de aquellos brazos, regreso a mi sitio para continuar la conversación. 

- Lo quiero a su nieto, pero no puedo saber si esto bastará para ayudarlo. Al menos, quisiera intentarlo. -aunque no tengo ni idea de como hacerlo. 

Katelynn asintió y dijo tras escucharla.- No trates de hacerme inocente... aunque lo agradezco... pero cada uno debe tomar su error...

Tragó saliva con fuerza y dijo con los ojos cerrados, mientras veía de nuevo aquella visión sobre la muerte de Adrien, esta vez sin compartirla con Maren.- Tendrás mi apoyo.. y guía.... Pero no pienses que por eso el resultado será mejor... Tienes sólo 9 meses hasta que llegue el día....

De los cuales... 8 los pasará en coma... a causa del daño del sobreesfuerzo que hizo hoy... Un cuervo siempre trae una guadaña bajo sus faz...

Esta puerta estará siempre abierta para ti... para cuando lo quieras visitar... - Sonrío al decir lo siguiente como haría una abuela al descubrir un secreto que no debería de saber.- No es el baño de abajo... pero también aquí os podréis ver...

Abrió los ojos y miró a Maren, aquella pequeña cara llena de esperanza y tenacidad que luchaba contra lo que estaba delante por mucho que dijeran los demás. Por un momento sintió envidia de la pequeña... pero luego recordó todas las veces que había llorado hasta negarse a si misma tal posibilidad... Ya no quedaban lágrimas... sólo 9 meses antes de sufrir la pérdida real...

Estaré al otro lado... justo en posición opuesta a este ventanal... allí tengo mi bola... y allí empezaremos a trabajar desde hoy tu habilidad... pero puedes tomar algo de tiempo con Adrien... es poco el tiempo que tenemos, y te mereces un respiro por lo que vas a intentar...

Sin más Katelynn se levantó para dirigirse hacía donde había indicado. Pero un arrebato la llenó de ese sentimiento que tras esas puertas intentaba negar... y sin poder remediarlo, se giró y agachó sobre Adrien. Lo miró desde cerca... besó su frente y lo arropó... luego se fue sin hacer más ruido, sólo un gesto triste en su rostro que rompía su garganta...

Asiento a las palabras de la Directora mientras en mi mente una revolución se gestaba. Tenía nueve meses para salvar a Adrien y considerando que solo tendré un solo mes consciente de su parte, la angustia comenzó a inundarme, pero no me rendiría. 

-Lo haré, sólo confíe en mi. - respondo a su comentario al esbozar una media sonrisa, valor jamás me faltó y sé que puedo superar cualquier obstáculo, aunque no sepa como. Ese era mi problema, el desconocimiento no la voluntad. 

De igual modo un suspiro se escapó de mis labios y bajo la mirada hacia la falda, el mero hecho de que mencione lo de la clase, solo es recordar lo culpable que soy. Si hubiera cerrado mi boca, él estaría mejor. Todo por querer hacer algo de a dos, me odiaba por eso. 

- Gracias, estaré el mayor tiempo libre que tengo aquí. No dejaré solo a su nieto porque deseo cuidarlo. - a cualquier precio, perdiendo lo que haga falta en el camino. No iba a parar hasta lograrlo o perderme con él. Era una decisión ya tomada. 

Eso si,  en cuanto la abuela de Adrien mencionó lo del baño, mis mejillas se encendieron por la vergüenza. Al ser una adivina nada se le pasa por alto, mi Madre me hace exactamente lo mismo e incluso ya espero un vociferador de su parte por lo del parsel. No solía ser tan directa, aunque el mosqueo no se lo sacará nadie.

- Perfecto, gracias. Solo un rato y regreso con ud. - afirmo al ver como se retira del lugar hacia uno más alejado, permitiendo que Adrien y yo tengamos un poco de privacidad. 

Tras esperar unos minutos, por si regresaba, me acerco al Ravenclaw y beso sus labios con dulzura. No quería despertarlo, así que al haber sitio en el diván me acuesto a su lado de costado, mientras que sujeto la mano que se encuentra más cercana a mi. 

Desde aquella posición contemplo su rostro, buscando en él cada detalle del chico que me cautivó en primero. Se notaba en sus expresiones el reflejo del dolor y el cansancio, aunque su belleza allí estaba. 

Decidida por cuidarlo, suelto su mano y acaricio su rostro con vehemencia, dulzura y cariño,  pensando en aquella historia de Lily Potter y el sacrificio de amor que le salvó la vida a su hijo.

¿Podría salvar a Adrien?  Creía que si, al menos lucharía hasta lograrlo. 

Desde aquella posición... tumbada en el diván... con  los ojos fijos en él... no pudiste reprimir, aquella imagen entre miradas que surgió en primero entre los dos...

Aquella sonrisa ahogada... aquellos ojos caídos y luego la búsqueda de su nombre, a la vez que él ya sabía cúal era el nombre de la ilusión.... Una lágrima se resbalaba de tus ojos en tus recuerdos, que nublaban aquella imagen y traía otra que aunque conocida para ti, aún no había ocurrido...

Podías sentir sus labios... la arena pegada a tu espalda y el sol entre los dos... ¿Como podían negarte que esto no fuera real....?. Abriste los ojos a la realidad, mientras tus oídos seguían presentes entre aquel derroche de besos y caricias, y viste aquel rubor centelleante en sus labios... como si por alguna extraña causa el pudiera vivir también aquella predicción y usara su don para sentirlo mejor...

Pero luego de unos segundos, aquellos destellos en azul se acabaron y llegó de nuevo aquel rostro cargado de frío y dolor... su don aumentaba la percepción de los sueños... pero también de los sentimientos en aquella realidad...

Su mano fría caía sin fuerza aun lado... necesitaba descansar...

Fue mirarlo y recordar cada instante de primer curso, como si hubiera sido ayer. Sus miradas, aquella sonrisa y la forma de hablar, tan enigmática por momentos. Si, ese chico listo que me hacía suspirar en silencio, el mismo con el que forje una amistad para estar a su lado...  Adrien. 

Era bonito recordar, sólo que la realidad me demuestra una cara que no deseo mirar y justamente es lo que me hace llorar. Hasta que de repente aquella visión surge de nuevo, donde él y yo somos más grandes, no podía negarme a esa imagen,  a lo que me hacía sentir porque alimenta la esperanza que tengo de salvarlo. 

Disfruté de sus besos, las caricias, el roce con la arena y el sol, todo era perfecto, incluso los dos allí manifestando el amor que sentimos. Solo que abrí mis ojos, para no perderme en ello porque las palabras de su abuela me calaron hondo. 

Intenté sacarlo, pero no pude. Los sonidos de la visión continuaron en mis oídos, como una melodía que anhelo escuchar. Negando con mi cabeza, contemplo el rubor en sus labios y como el destello azulado se disipa. Ante ello mis ojos se abren de par en par, dándome a entender que Adrien conecta conmigo y seguramente a través de mi puede ver lo mismo que yo. Gracias a su don o como sea. 

Existía un vínculo, un nexo que nos une siendo la punta de un ovillo que debo encontrar. 9 meses y mucha paciencia, eso necesito. 

- Como sea Adrien... Aquello lo haremos realidad. No renuncies por favor, estaré aquí contigo. - susurro en su oído con lágrimas en mis ojos, aferrada a ello. Así sea lo último que haga, sacrificando todo, lo lograré. 

Y con ese sentimiento, sintiendo la frialdad de su cuerpo, abrazada a él me duermo. Agotada por la intensidad del día. 

Agnes parecía sumida en un sueño... cuando en ellos descubría un muro roto que caía junto al invernadero... entonces un ruido la hizo alzarse sin saber por qué....

Miraba la habitación... era el despacho... de la Directora... se había quedado dormida un momento junto a Adrien... cuando aquel sueño llegó a ella... y ahora el ruido, la despertaba en verdad...

La cortina densa se movía y tras ella llegaba Katelynn... y dijo mirando a Maren.- Un muro se acaba de romper...

Abrazada a Adrien me encontraba sumida en el más profundo de los sueños, el cansancio acumulado de anoche y todo lo realizado hoy me habían agotado. 

Y como era de esperar, el mundo de Morfeo tenía algo para mi,  un sueño que demasiado real era para pasarlo por alto y ante el sonido del muro al caer contra el suelo, el sobresalto fue grande. 

- Ah... - expreso al caer del diván al suelo por el susto, siendo el momento indicado para contemplar a la Directora. -¿Algún herido?  - pregunto un tanto preocupada por Ladien, aunque no mencioné su nombre. -Si no es grave lo que allí sucedió, estoy lista para comenzar con ud. - propongo un tanto nerviosa, solo esperaba que al slytherin nada le suceda. 

Al parecer la niña... no controlaba aún cuando era pasado, presente y cuando futuro... o que indicaban sus premoniciones...- No te fijes soló en la primera escena... sino en todo en lo que esconde una visión...

Es momento de que uses tus visiones para poder ayudar... - La directora le incitaba, mientras nerviosa tragaba saliva... seguro que ella había visto algo más... pero quería darle una oportunidad, aunque tuviera que ajustar el tiempo lo máximo posible....

Cierro mis ojos un tanto pensativa buscando en mi interior y a través de este don algo más de lo visto, un hilo conductor entre el muro que se cae y las palabras de la Directora. Quería explorar cada rincón de mi mente, de mis capacidades y ver más allá de lo evidente. 

- Un posible accidente, un ataque... estoy deduciendo no observando. - expreso en un tono sincero al abrir mis ojos y fijar la mirada en los suyos, buscando respuestas que sólo ella podía ofrecerme por conocer mis capacidades. Todo era demasiado nuevo para mi, pero al ser una cabezota no pararía hasta dar con lo deseado. Necesitaba ver más allá. 

Ya pendiente de lo que pueda ver, siento emergen dentro de mi ser unas ganas terribles de transmigrar mi alma hacia el cuerpo de Adrien, siendo consciente de lo que podría sufrir a la par de él. No me importaba, sólo quería conectar con él desde otro plano, algo más profundo sin el impedimento físico y conversar. Era una idea, no sabía si se podía. 

Por esa razón, cierro mis ojos concentrada imaginando a Adrien... Cada gesto, su mirada y cada frase que siempre me decía bajo un halo misterioso, enigmático. Buscaba aquella conexión a ese nivel, profundo, al igual que con el búho negro. 

Los labios de Katelynn denotaban sus ganas de acelerar aquello... pero entonces la mirada de Maren volvió a aquel momento en el bosque... los ladrillos caídos... y la niebla del destrozo... pero debía ver algo más... centro la mirada y la niebla se empezó a disipar... 

Una figura enorme de hierba se alzaba entre todos... pero su mirada viajaba más allá en el bosque... y entonces su respiración se paró... al ver una mano fémina empuñando una varita que después apuntó al hombro de Troy...

Los ojos de Maren volvían a su color al igual que la respiración y entonces se encontró con Katelynn que sin poder esperar más dijo.- ¿Vamos o no...?