Partida Rol por web

Akai durmió cómodamente en su habitación~ Incluso pudo ver a Adel revolverse en la cama y rascarse, incómoda, escucharla estornudar... ¡Parece que no ha dormido nada bien! Por la mañana pudo ver que incluso le había salido algo de sarpullido por la piel del ardor de las hierbas. ¡No parece haberse dado cuenta de que fue todo cosa de Akai!

Adel pasó una noche terrible... No paró de quejarse hora tras hora, sintiendo tanta picazón en el cuerpo que no podía evitar estar rascándose en todo momento. Por si fuese poco tampoco dejaba de estornudar, por lo que pensó que quizá había cogido algún tipo de alergia extraña... Estaba incómoda y rabiosa por no poder conciliar bien el sueño, así que cuando despertó y se vio en los brazos y piernas la cantidad de sarpullidos que le habían salido, soltó un alarido de terror tan grande que bien podría haber sido el despertador de la academia entera. Se llevó las manos a la cabeza y se estiró de los pelos al ver cómo se le había arruinado su piel perfecta con eso!
Se puso a llorar de la rabia ahí en medio mientras salía corriendo hacia el baño. ¡Encima justo cuando daba la clase con el buenazo de Demian...! ¡No podía ser...! Menuda mala suerte.
Se pegó la ducha de su vida, intentando borrar los sarpullidos sin éxito. Se sentía agotada también, y le habían salido ojeras...
Ese no iba a ser su día para nada.

Se vistió súper desganada, tapándose más que de costumbre para que no se le viesen los sarpullidos, poniéndose mallas bajo la falda y usando la chaqueta del uniforme. Ese día no llevaba nada de escote para mostrar con orgullo sus pechos... Y se recogió el pelo. Le quedó decente, pero no quedó tan arreglada como de costumbre. Estaba deprimida, incluso pensó la posibilidad de no asistir a clase... Los picores eran horribles. ¿Y si asistía a la enfermería...? Quizá debía ir después de ver a Demian, tampoco quería perderse su primera clase con él... No quería dar una mala impresión al profesor.

¡Llega un nuevo día! Tras despertarse, asearse y desayunar en el Comedor, además de quizás algunas conversaciones matutinas y casuales con otros alumnos, los que tomaron la clase de Alma sobre Técnicas de Disparo se dirigen al Linde del Bosque, donde parece haber un algo pequeño campo de tiro, lleno de dianas y algunas mesas donde reposan arcos, ballestas e incluso lo que parecen mosquetes. Las armas de fuego son bastante raras en Issaera pero tampoco son artilugios paranormales.

Entre los alumnos que van llegando resaltan los siguientes:

Finalmente, cuando casi todos llegan, la profesora sonríe y saluda con la mano.

-¡Eh! ¡Hola, todos! Soy Alma, aunque eso a estas alturas deberían ya saberlo.

-A ver, a ver, aquí vamos a aprender como usar todo tipo de armas a distancia: Arcos, ballestas, rifles... Incluso más adelante puede que les enseñe algunas cosas más divertidas~

-¡Pero a ver, a ver! Primero lo primero: Los que son de Segundo Curso en adelante, no se pasen que esto no es una competencia. Los de Primer Curso, ¡diviertanse! Y practiquen, ¿Eh? Que nos quedan bastantes horas de clase hoy.

Con una amplia sonrisa conduce a los alumnos hasta la mesa donde hay armas.

-Vamos a empezar escogiendo un arma. Tomen la que más les llame la atención y les enseñaré a usarla. No se preocupen, si no les gusta la pueden cambiar, que estamos aquí para aprender y tal. También pueden usar sus propias armas si traen alguna.

Hay arcos pequeños, arcos compuestos, ballestas de mano, ballestas a dos manos y algún que otro revólver y rifle. Nótese que ambas armas de fuego son bastante primitivas, no tienen cargador ni nada similar.

-Si alguno tiene una pregunta antes de que comencemos, ¡es el momento!

Akairaku estaba radiante esa mañana, sonriendo de oreja a oreja, con un permanente sonrojo en las mejillas. Todo habia salido como ella planeó, y pese a que pasó gran parte de la noche despierta, estaba perfectamente descansada y feliz. Iba a apuntarse al Taller de Flay, iba a tener una clase nueva, le habia ido bien el dia anterior, y el anterior tambien... Realmente estaba empezando una epoca de su vida que jamás olvidaria.
- ¡Heeeey! ¡Buenos dias a todos!- Los saludó con energia aunque no les conociese, contenta de encontrarse de nuevo con alguna que otra cara conocida. Se quedó asombradisima al ver la cantidad de armas que habian, llevandose las manos a las mejillas.
- WOOOOOOA...- No podia creerselo. Se tomó su tiempo para mirar todas y cada una, cogerlas en peso y ver como podian funcionar. Las típicas si las conocia, pero nunca habia visto una de fuego en su vida. Pero habia una que le llamaba la atención especialmente. El arco. Habia visto usarlo a algunos cazadores y siempre le habia maravillado la forma sutil de volar de las flechas, asi como lo silenciosos que eran. En buenas manos eran armas realmente letales. No es que quisiese matar a nadie, pero le parecia una forma muy entretenida. 
Sin cargar ninguna flecha en el arco, probó a estirarlo, posando la mano izquierda en el cuerpo del arco y sujetando la cuerda con tres dedos de la mano. Lo estiró con cierta angulacion, llevando la mano de la cuerda hasta la mejilla, y despues volvió a llevarla a su sitio sin ''disparar'' sin flecha. Le gustaba. Y no parecia tener mal estilo para no haber cogido uno nunca, sino solo de ver a otros.

- Sensei, yo escojo el arco.- Sonrió contenta, con ambos ojos cerrados. Sin duda se esforzaria al maximo para que todo le saliese bien de nuevo

Luego de una noche de descanso apasible Roland llegó al campo de tiro encontrándose una vez más con la chica de pelo blanco así como también con su compañera de la clase de lucha a quien saludo con un movimiento de brazo. Miro las armas más por curiosidad que por otra cosa,a su lado una chica con cabellos pelirojos parecía estar teniendo el mejor día de su vida a juzgar por lo emocionada que parecía,el por su parte se limitó a sopesar la pistola que había sobre la mesa antes de volver a dejarla en la mesa mientras sacaba uno de sus revolveres -yo usare mi propia arma si no es molestia-dijo en un tono neutral mientras hacía unos pocos movimientos para asegurarse de que todo estuviera en orden.

Llegó a la linde del bosque donde se iba a dar la clase algo aturdida. Tuvo que salir un poco antes...como siempre se perdió un poco por los pasillos, hasta que encontró a Akai, además de que tenía bastante sueño...podía deberse a todo lo acontecido el día anterior.

Se encogió de hombros. No parecía dispuesta a darle mayor importancia. ¡Tenía ganas de dar la clase! (por muy sorprendente que pareciese).

-¡¡TÚ!!- se quedó parada a unos metros del grupo señalando descaradamente con el brazo estirado al chico de las orejas de gato -¡¡ERES EL GATO GRUÑÓN!!- lo dijo sin maldad alguna, con una sonrisa cargada de inocencia.

 Vaaaaaaya, ¡parece que van a ser unas clases interesantes! 

Haciendo caso de lo que decía Alma se colocó delante de las armas evaluándolas con un rápido vistazo. Akairaku había cogido el arco sin vacilar. Tenía bastante estilo a la hora de cogerlo. 

-Mmmmmmm~

También se quedó mirando pensativa al chico de pelo blanco, el cual parecía llevar un arma de fábrica. No sabía de lo que se trataba, pero sentía curiosidad. 

-Pueees... pueeeessss...- imitando al profesor con el que fue a hablar el día anterior cogió la ballesta y la sopesó. No parecía incómoda -de momento probaré con esta- indicó mientras cerraba un ojo y luego otro "¿cómo funciona la cosa esta?". 

-¿¡Que dices tu de gatos gruñones!?-, responde el gato gruñon cuando es señalado, se le encrespan las orejas y la cola. -Tsk.-. Ofendido, el felino decide pasar de ella. Él recoge una de las armas de fuego, las cuales parecen algo populares simplemente porque nadie sabe de que van muy bien y tienen curiosidad.

-¡Perfecto!-, le dice a Akai, Roland y Devi, además de otros que comunican el arma que escogen. -No hay ninguna mala opción, la verdad. Si luego ven que no les gusta podemos cambiar y listo.-, se la ve jovial y enérgica, le gusta el tema sobre el cual enseña.

-A ver, a ver.-, la profesora aplaude un poco para hacer orden. -¡Vamos a organizarnos un poco! Primero les enseñaré como apuntar y la postura que tienen que tomar para las armas escogidas y luego probaremos disparar a dianas~ Cuando cada uno se acostumbre un poco más pasaremos a algunas técnicas un poco más guays.

La primera parte de la clase se basa en eso mismo: Una hora dedicada a practicar postura y como disparar, como apuntar. No hay ni flechas ni virotes ni balas ni pólvora a mano por lo tanto nadie está disparando nada, simplemente están simulándolo.

-El arco es un arma bastante versátil. Tiene la desventaja de que no es fácil dispararle a alguien que esté muy cerca o algo en el borde del rango del arma, pero por lo demás es bastante simple y eficaz. Además, no es nada difícil conseguir disparos bastante lejanos con un arco.

-La ballesta es, generalmente, buena para darle a cualquier objetivo dentro de su rango, pero tampoco es que disparan muy lejos. La mayoría requieren algo de tiempo para recargarlas, pero no mucho la verdad.

-Las armas de fuego vienen en muchas variedades pero en general las que son de una mano son buenas para darle a cosas cercanas y algo malas si el objetivo está lejos y las que son de dos manos, los rifles, son buenas particularmente para objetivos lejanos. Aunque, bueno, son más complicadas de recargar que las ballestas...

-Igual, ¡todo depende del arma! Cuando empiecen a hacer las suyas propias ya podrán compensar por estas cosas. Ya les enseñaré más sobre como se construyen en un futuro~

-Ahora, ¡Venga! Vamos a aprender a cargar las armas y a practicar contra las dianas. Tengan cuidado de no apuntarle a nadie, ¿Eh? Que estas cosas escuecen.

Les va ofreciendo munición a todos menos a Roland. -Tu no, que por lo que vi en tus armas no te hará falta.

Para los arqueros flechas con punta de goma, para los ballesteros virotes con una punta similar a la de las flechas y para los rifleros bolsitas con pólvora y canicas de goma.

-Ouuuuuh~ pero no te enfades gatito- dice con una gran sonrisa. No se había vuelto a cruzar con el alumno de las orejas de perro, quizás había dejado el curso porque no le había gustado... La cuestión es que, de los que tenían orejas y le parecían tan adorables solo había "hablado" con Jerry. 

Volvió a sopesar la ballesta, esta vez con la flecha de goma "tch, y yo pensaba que podríamos disparar de verdad...", aunque, claro, eran novatos. No les iban a dejar armas cargadas como si nada.

Apunta a una fruta que cuelga de la rama de un árbol a unos tres metros de distancia. Su color rojo brillante gritaba "dispárame", y Devi se había percatado. Apunta... cierra un ojo... cierra los dos... no no, así no. Cierra un ojo... abre los dos... apunta bien... centra... y ¡clack! ¡Dispara! 

Akai escucho muy atenta la explicación de la profesora, intentando mezclar eso con lo que habia visto y oido anteriormente. Cuando la gente salia de caza, tenia que adaptarse al terreno y a la ocultación, por eso a veces se angulaba un poco el arco, o se disparaba de mas formas que simplemente de pie. Pero la mejor forma para aprender, era la que decia la profesora.
Pies ligeramente abiertos con el peso bien equilibrado, espalda recta, el arco bien recto sujetado con la mano izquierda... y tensar la cuerda justo por el centro llevandola hasta los puntos de anclaje. Estos podian ser bajo la barbilla, siguiendo la linea de la mandibula, o en la comisura de la boca. Esa era la que usaban los cazadores. 

Pensó que se le daria algo mejor, pero realmente en cuanto abrio el arco un par de veces, empezó a cansarse. La fuerza no era su punto, y aunque fuese un arco suave, requeria su esfuerzo, como todo. Pero su mente ayudaba a que no se rindiera. Se imaginaba en algun momento disparando bonitas flechas en fuego a monstruos malvados. Y esa idea la motivaba tanto, que cada vez que abria el arco, se imaginaba que estaba en llamas con una flecha bien colocada. 

Su alegria cuando vio las flechas, aunque fuesen de goma, fue incapaz de contener, dando saltitos. Queria comprobar si realmente habia aprendido a disparar aunque fuese un poquito. Puso la flecha en el reposaflechas del arco, cogio aire... y lo soltó mientras levantaba el arco y tensaba la cuerda.
De nuevo se lo imaginó en llamas, porque era mas divertido y la ayudaba a concentrarse mientras miraba fijamente la diana, alineando un poco la trayectoria con la flecha antes de dejar ir la cuerda, relajando los dedos, para que llegase a su destino.

A Akai definitivamente le cuesta manipular la cuerda del arco pero con suficiente esfuerzo es capaz de disparar más o menos. Afortunadamente tiene muy buena puntería, tras un buen rato de estar practicando y con la ayuda y guía de la profesora, consigue disparar. Sus primeros tiros son bastante pésimos, normal, pero tras la hora y algo que le dedican a practicar eso una y otra vez ya consigue dar en el blanco. El problema es cuando dispara una flecha de fuego y accidentalmente prende en llamas la diana.

Devi consigue disparar sin muchos problemas~ Sí, no es muy precisa, pero eso viene con tiempo y práctica. Eventualmente consigue darle a la diana~

-¡Hn!-, la chica de las orejas largas da un salto seguido de una patada vertical al aire en forma de guillotina, todo siguiendo un movimiento circular. Esto resulta en una ráfaga de viento volando hacia la diana, apagándola antes de que se queme nada.

La chica que hizo eso recoge su arco, el cual había dejado caer al suelo para hacer su acto. Es de primero, pero Devi no la ha visto hasta el día que llegó Akairaku, más o menos.

Tras apagar las llamas sigue con su entrenamiento como si nada hubiese ocurrido.

-Tipico, ni bien llegan y ya se ponen a romper las cosas con lo que los demás entrenamos. Seguro eres de los Círculos Inferiores, ahí son todos unos maleducados. Y luego la otra va y se pone a hacerse la interesante con piruetas y tal. Pfé.-

El gato se mofa de ellos mientras la profesora no mira.

El problema es que no mirar no equivale a no escuchar. El gato se lleva una colleja.

-No me seas pesado. A ver, a ver, ¿Que anda pasando aquí? Escuché un 'fuush' y luego un 'shush'.- Se ajusta un poco el parche antes de mirar a la diana algo quemada. Se lleva las manos a las caras torciendo un poco el gesto.

-... A ver, por el lado bueno podemos decir de que alguien aquí está avanzando rápido y mezclando elementos en ataques, eso mola. Y que alguien con buenos reflejos apagó las llamas rápido y con control elemental, a Tao le molará eso.

-... Por el lado malo voy a tener que hacer una diana nueva.-, niega con la cabeza un poco.

-Woooooow- había quedado impresionada por el movimiento de la chica de orejas de elfa, y no menos por lo que había hecho Akairaku. Pero antes de que dijera nada ya se había metido el gato de por medio. 

-¿Algún problema "gatito"?- parecía mosqueada, y era raro verla así. Puede que le haya molestado esa mención del lugar en el que había vivido -creo que aquí al que le falta educación es a ti. Preocúpate más por tener amigos, sino tu vida va a seguir siendo tan amargada como hasta ahora. 

Se cruza de brazos inflando los mofletes echando el aire comprimido hacia un lado. Más adelante intentaría hablar con la chica-elfa. Había molado bastante lo que había hecho y, quién sabe, quizás algún día aprendiera a hacerlo. 

Mientras todos los demás parecían estar muy motivados con todo el entrenamiento Roland parecía estar una vez más perdido en sus propios recuerdos viendo las diferencias entre su entrenamiento y el que se impartía en aquella escuela, entre la gente de Gilead el echó de convertirse en pistolero era tanto un honor como una gran responsabilidad por lo que los instructores jamás permitían un ambiente tan tranquilo y relajado teniendo en su lugar una férrea disciplina que más de un hijo de noble cuna encontraba chocante al principio. Si bien podía parecer extremo para el observador externo el echó era que el uso de las pistolas era mucho más que sólo cuestión de destreza y coordinación si no que requería una gran disciplina mental y concentración para ser capaz de manipular las arcanas energías incluso en el calor de la batalla, un verdadero pistolero tenía prácticamente un sexto sentido siendo capaz de apuntar con apenas una mirada y aún así dar siempre en el blanco.

Mientras se colocaba en su posición Roland intentaba liberar las distracciones de su mente mientras enfocaba el blanco lejano-apunta con tus ojos,el que apunta con sus manos ha olvidado el rostro de su padre,dispara con tu mente,el que dispara con sus dedos ha olvidado el rostro  de su padre,mata con tu corazón, el que mata con su arma ha olvidado el rostro de su padre-repetía en voz baja el antiguo dogma de los pistoleros que lw habían enseñado cuando había comenzado su entrenamiento, contuvo su aliento por un segundo y disparo una pequeña esfera de energía qur se disperso tan pronto tocó el centro de la diana.

Akairaku cuando no podia abrir el arco, se enfadaba, se ponia roja y hacia aun mas fuerza. Comprobó que si la fuerza la hacia de espalda, era algo mas facil abrirlo, en vez de tirar de brazo. Y poco a poco fue metiendose dentro de la diana. Pero tuvo que ir a buscar mas flechas perdidas que desclavarlas. 

Lo malo, vino cuando de golpe algo se prendió en llamas. Ella no se habia dado cuenta, ya que en su mente cada flecha que soltaba, era de fuego. Porque si no, no podia concentrarse. Pero cuando aquello se hizo realidad y prendió la diana, soltó un gritito asustado. Bueno, no del todo. Tambien entusiasmado. Eso molaba demasiado. Y por suerte, antes de que la profesora se diese cuenta, la chica de orejas monas apagó el fuego de golpe, moviendose muy rapida y agil. 
- ¡Gracias!- La sonrió de oreja a oreja, cerrando los ojos. Pero... la profe habia notado el olor a quemado y el color de la diana. Y habia oido al estúpido gato idiota que se habia metido con ella. Y se enfadó, pero trató de ocultarlo. Solamente pudo controlar el mal gesto, pero no el calor que emanaba. 

Al acercarse la profesora Akai agachó la cabeza de forma sumisa, como quien es regañado pese a que en cierta manera la habia elogiado. ¡Tenia que aprender a controlar eso mejor!
- Profesora, colaboraré en el proceso de hacer una nueva diana si usted quiere. Lamento haber dañado el material de la escuela.- dijo... pero en cuanto se alejó, miró fijamente al gato. 
- Pues si, soy de los circulos inferiores y se hacer cosas mas utiles que tu. No fue mi intención dañar nada, pero como vuelvas a burlarte de nosotras te voy a quemar los calzones.- lo siseó tan bajo como pudo, defendiendo también a Devi, que era del circulo inferior como ella, y de la chica que habia apagado el fuego, previniendo que el desastre fuese peor.

-¡Eh!-, se quejó ante la colleja que le ofreció la profesora de cabellos plateados. Ante el enfrentamiento de Devi, sin embargo, no puede sino reirsele en la cara. -'Procurate de conseguir amigos', dice.-, murmura como si lo encontrase hilarante. El gato entrecierra la mirada, observando desafiante a Akairaku cuando esta también va a replicarle por las burlas.

-... Pues yo que tu tendría cuidado, ¿Eh? No vaya a ser que me enoje.

-Suficiente, basta.-, declara firmemente un chico con un sombrero algo puntiagudo. Tiene una expresión seria, parece ser una persona muy centrada.

-Estamos aquí para aprender, no para discutir como niños. Esta es una gran responsabilidad.

Se lo toma un poco muy en serio pero difícil culparlo por ello.

-Buen trabajo, sí, se nota que tienes buen entrenamiento.- le dijo Alma a Roland antes de dirigirse a asistir a otros alumnos, cada tanto mirando de reojo el conflicto que poco a poco va escalando en temperatura mientras más y más personas se suman a discutir. Eventualmente aplaude un poco.

-Venga, venga, ya. Vamos a practicar un poco más que a la clase no le queda mucho. Lo que les voy a enseñar es PACIENCIA: Voy a hacer que las dianas se muevan y ustedes esperaran a que estén quietas para disparar.

-Es importante saber cuando tomarse un momento más para apuntar, realmente. Se sorprenderian de la cantidad de personas que ni lo piensan antes de hacerlo.

-No sé si les sonará a mágia arcáica, pero si uno se toma un poco más de tiempo preparándose, ¡Es más fácil dar en el blanco!

Asumiendo que no hay más conflictos (lo cual no es demasiado probable), la clase continuaría con lo dicho: Parece que la profesora tiene un mecanismo para mover las dianas, todas juntas y a la vez. De tanto en tanto las deja quietas y los alumnos disparan cada uno a la suya. Nada realmente sorprendente.

Llegaría pronto el final de la clase y algunos alumnos se retiran, queda aproximadamente una hora para el almuerzo. La profesora se queda allí por ahora, ayudando a los que aún practican o los que quedaron con dudas sobre sus armas.

-Pueden quedarse las armas estas pero recuerden que son de la Academia. Me gustaría la semana que viene ya enseñaros a hacer vuestras propias armas, a ver si consigo permiso~

Si Akairaku era TOTALMENTE nula en algo, era en la paciencia. Intentaba tirar aunque estuviera en movimiento, pensando que si se acostumbraba a la velocidad de la diana, y en cuanto tardaba en llegar la flecha, mas o menos podria adelantar el arco y apuntar mas adelante, para que entraran en su lugar. 

Pero obviamente para lograr algo asi, le faltaba muchiiiisisisimo entrenamiento. Quizás se marcó algun acierto de suerte, pero la mayoria dieron fuera. Resopló y siguio intentandolo de cabezota, sin querer rendirse. Extrañamente, hizo caso a los demas en cuanto a lo de no pelearse, aunque echó una mirada asesina al gatuno. Pero aun a pesar de su derrota en movimiento, estaba feliz al terminar la clase. Dejó con cuidado el arco en la mesa, ya que veia tonteria cargar con el y con tropecientas flechas. Lo cogeria cuando qusisiese entrenar y ya.
- Gracias sensei. Y siento lo de la diana. De veras, aviseme cuando quiera hacer una.- se inclinó con una reverencia, y de nuevo se quedó sin saber que hacer.