Tras preguntar por aquí y por allá y buscar un poco a Flay, finalmente Kross se lo encuentra en el pasillo donde están los talleres, más específicamente justo frente al de la joven profesora Alma.
¡Parecen estar discutiendo! O más bien, Flay está insistiendole como un pesado y Alma parece estar pasando un poco del asunto, aunque sigue quedandose de pie frente a él, de brazos cruzados, esperando a ver que dice.
-¡Tres son suficientes para el mejor taller del mundo! ¡Tres es el número ideal, representa el Cuerpo, la Mente y el Alma de nuestro taller! ¡Yo soy el Cuerpo, su corazón, Devi es el Alma, su voluntad y Kross es... Kross es... ¡La mente que llevará el Taller a su más grande gloria!-
Lo explica con un nivel de dramatismo que bordea lo insano, puños cerrados y mirada ardiente. Su postura es firme, como si estuviese a punto de comenzar a luchar contra un enorme oso amenazador... Cuando él es en realidad al menos cabeza y media más alto que Alma.
-Que no. Pesado.- dice ella, tajante.
-Las reglas son reglas, y dos niñeras no son suficientes para evitar que la lies de nuevo.
No parece que vaya a ceder... Parece relajada, brazos cruzados. Su ojo está apuntando hacia el techo: Le resulta molesto tener que estar aguantandolo, pero a su vez tampoco está mandandolo a freír esparragos y cerrandole la puerta en la cara.
-Qué Alma no era tu nombre?- Aparece Kross señalando a la profesora. -Tengo buenas noticias, Flan. He conseguido una cuarta persona.-
Con una gota de sudor se queda mirando un rato a la profesora mientras Flay se queja, compadeciéndola totalmente. Luego mira al pelirrojo. -Recuerdas a la tetona de hace un rato? Parece que accedió a unirse. Aún no estoy cien por ciento seguro, pero sigue siendo muy probable que se aparezca.- Hace una pausa y se rasca la cabeza. -Solo que no le dije dónde aparecerse porque no tengo ni idea de donde son los talleres.- Mira un poco a su alrededor para recién darse cuenta que está parado frente a ellos. -Ah, parece que son aquí.-
-Ostia, otro graciosillo, que me faltaba. Venga, venga, todos a bordo del tren de a picar a Alma. A ver que tanto se rien cuando saque el cañón tranquilizante.- dice ella con cierta sorna tras escuchar las primeras palabras de Kross.
Aún así, no parece que vaya a hacer nada de eso de tomar un... ¿Cañón tranquilizante? A saber que és realmente.
Tras que Kross anuncie que tienen al cuarto integrante, la sonrisa de Flay se vuelve enorme y su mirada se clava en Alma.
-Bueno, bueno, vaaale, está bien.- , dice ella mientras entra en su "despacho", para luego salir con cuatro llaves. -Ale, toma.- dándoselas a Flay. -¡Y ahora dejame de molestar!- , nuevamente dirigiendose al pelirrojo.
-¡Bien! ¡Lo tenemos!- , el cierra el puño y asiente. -¡Vamos, no hay tiempo que perder!-
Y antes de que Kross pueda decir nada, se apresura a buscar cual es el taller al cual le corresponde la llave. Como Alma no dijo nada, prueba uno a uno hasta que finalmente una puerta abre. Él se adentra inmediatamente.
El interior del Taller es una sala rectangular con techo alto con ventanales que dan a los pastisales verdes que rodean la Academia. Está equipado con una mesa grandota de lo que parece piedra macisa, tres sillones largos, estanterías vacías y una caldera en lo que parece una amplia chimenea.
Todo está lleno de polvo y necesitando limpieza, pero Flay está feliz.
-¡Ahá! Este ya comienza siendo un buen año.
-Grandioso.- Exclama Kross mirando alrededor, mientras se pica la nariz. -Bien, entonces ponte a limpiar. Iré a buscar a la ardilla y a la tetona.- Dice eso y se va sin esperar respuesta, dejando al pobre Flay solo en la sala.
Flay parece demasiado alegre con tener el taller de nuevo, aunque... ¿Realmente lo limpiará? Parece más enfocado en tirarse en el sillón, cruzar las piernas y posiblemente disponerse a tomar una siesta.
Kross comienza a buscar a los demás, pero... Tanto La Ardilla como La Tetona parecen estar desaparecidas de los pasillos principales. De hecho, Devi estuvo actuando muy extraño todo el día... A saber que le pasa por la cabeza.
Ya que la búsqueda no está rindiendo frutos, Kross no encuentra mucho que hacer a primera vista... Aunque parece que por la zona de la Biblioteca hay algo de movimiento. Seguro son empollones, pero a saber.
Devi, al llegar a la Planta -3, se encuentra a Alma hablando con Flay, el pelirrojo tan ruidoso ese. Parecen estar frente a una de las puertas de esos talleres...
-¡Que no hay servicio de limpieza! Ya suficiente que les he concedido el taller, y encima vienes a pedirme que te lo limpie...
El chico de segundo está con las manos en la nuca, sonriente. Está casi rogándole, pero se muestra alegre en todo momento.
-¡Vaaamos! Que está hecho una cochinada, y es mucho trabajo para una sola persona... ¿Que tal si me das una mano, eh? ¿Eh? ¡Que eres guay en el fondo!
Es mientras estos dos discuten que Kross y Adel llegan a la escena. Primero llega Kross, y al minuto baja Adel, encontrándose con estos.
Tan impasible como siempre y con el rostro inexpresivo, Kross avanza caminando tranquilamente, cuando pasa frente a Alma y Flay le da al chico un fuerte golpe en la cabeza con el canto de la mano. -Te he dicho a ti que limpiaras, gandul. Qué ejemplo le estás dando a los niños?- Le dice arrastrando las palabras, como sin ganas. -Los piratas son muy desordenados, no puedes convencerlos fácilmente a que limpien.-
-¡Que no soy un...! Ah, no hay caso...- dice ella, dejando caer los hombros en señal de rendición. Niega con la cabeza, llevándose una mano a la frente.
-¿Que hice yo para merecer esta pesadilla? ¡Es que son todos uno peor que el otro!-
Tras el golpe, el pelirrojo se frota un poco la nuca y ríe bonachón. -¡Limpiar es una tarea importante, por ello es que ustedes, mis aprendices, deben aprender a hacerla bien y sin rechistar!- ... o quizás simplemente está intentando evitar tener que encargarse él.
Adel pasaba por ahí por casualidad... No por querer precisamente acabar en el cuartel general de los holgazanes que ni sabe para qué va a servir. Escucha de refilón la última frase de Flay, y se para frente a él, alzando una ceja.
-... No me digas que tú eres el capitán de este... Grupo raro en el que me he metido, ni sé por qué. ¿Y qué estás hablando de limpiar? -mira que Devi y Kross ya han llegado allí. Se alegra de que al menos Devi también esté, pero ese Kross... Brrr-. Bueno. Éste sujeto de aquí sabe crear herramientas de la nada. Que fabrique un par de mochos y os ponéis manos a la obra mientras Devi y yo aplaudimos para dar ánimos.
Kross ya estaba por echarle otra bronca a Flay, pero cuando ve que Adel se acerca con sus peroratas, camina hacia ella, materializa una escoba y una pala y se las da en silencio.
Adel pone las manos en jarra, sonriéndole toda socarrona a Kross.
-¿Qué? ¿Te enseño a barrer? -le saca la lengua-.
-Sé muy bien barrer, es solo que este tarado nos quiere dejar todo el trabajo de limpiar a nosotros.- Le susurra a Adel para que Flay no oiga, pero se para en mitad del diálogo, como si se diera cuenta de algo. Le dedica a Adel una mirada de complicidad y una sonrisa de tonto.
-Oye, Flan, qué no es el líder el que tiene que hacernos una demostración primero?- Le dice al pelirrojo. -Es que mira, yo soy muy muy torpe con las manos, puedo romper algo.- Dice mientras a propósito arroja la escoba como una jabalina hacia la cara de Flay. -Ves? Tengo problemas de motricidad. Por qué no nos enseñas mediante el ejemplo?-
El pelirrojo ve venir volando la escoba, pero es Alma quien estira la mano al aire y ataja la jabalina antes de que haga daños mayores.
-Eh, cuidado, cuidado, que si le rompes los dientes luego me piden que haga postizos o algo así.
-¡Claro! ¡Ya verán!- dice él, cerrando los ojos con orgullo, una amplia sonrisa dibujada en su rostro. Ni siquiera reacciona a la javalina, ni a lo que dijo Alma. -¡Os mostraré, como buen hermano mayor, como se hace! ¡Andando!-
Y parece pretender arrastrarlos adentro y no solo ponerlos a trabajar, sino que él asistir en la limpieza general. Parece que hay algunas escobas dentro, además de un mocho y un balde con agua. Al menos procuró los materiales necesarios...
-¿Ah? -sigue a Flay con la mirada y después se acerca-. Oye, tú. Antes de mandarnos hacer nada dime para qué sirve este lugar. No pienso limpiar nada si no me convence antes la idea. -se cruza de brazos, alzando una ceja-.