Partida Rol por web

Pasaron meses desde el anterior asalto, desde la vez que le descubrieron, desde que El Espadachín Carmesí vio la sangre de su madre derramarse, cuando su sueño de igualdad casi se rompe... Cuando poco más y se rinde, dejando a los oprimidos del Bajo Mundo sufrir las desigualdades de una sociedad imperfecta.

Consiguió re-establecerse, pudo reunir a sus seguidores y reafirmar sus movimientos. Su pequeña banda, una de las varias que hay por esa zona de la ciudad, se dedicaba a robar a los ricos para darle a los pobres. Una tarea noble, ¿Verdad? Pero desgraciadamente los nobles no veían la nobleza en dichos actos, y los que podrían haberla visto no creían que ese dinero iba a más lugar que el bolsillo de traidores, anarquistas y criminales.

Las aguas brillantes de las alcantarillas de la ciudad, del Bajo Mundo, repiqueteaban al compás de los pasos provocados por una apurada figura: Se trata de El Guía, un auto-proclamado líder pacífico de la zona; una persona sabia cuyo más alto interés es el bienestar popular y la re-estructuración de una rota sociedad.

Su llegada primero trajo esperanza, ¿Buenas noticias? Pero su expresión trajo desesperanza: Malas noticias. Los pocos seguidores que quedaban bajo la bandera del Espadachín Carmesí dejaron caer sus hombros en señal de derrota mientras él comenzó a explicar la situación...

-Son bastantes. Un soplón les ha alertado.

Fueron sus primeras palabras, atravesándo los ya débiles corazones de los armados bandidos vestidos con capas y capuchas rojas, simples mascaras que buscaban imitar la de la figura que les inspiró a mejorar la vida de los pobres y desahuciados que buscaron refugio en el Bajo Mundo.

-Viene la Guardia por el túnel principal en esta dirección, mercenarios por algunos de los laterales y hemos visto acercarse a un mago oscuro por el túnel inferior. No hay escapatoria.

-Son tres soldados, cuatro mercenarios y ese mago.

-He hablado con los guardias antes de que entren a la zona. Tienen sus ordenes, nada de lo que les diga los ha hecho cambiar de parecer, pero han aceptado ignorar a todos quienes vayan desarmados. Me han asegurado que no dejarían a nadie ir si no encuentran al Espadachín Carmesí.

El hombre suspira, no parece contento de traer semejantes noticias.

-Habéis hecho una gran labor por el Bajo Mundo. Seréis reconocidos como Héroes entre todos quienes escuchen de vosotros, independientemente de lo que suceda: Quiero que eso quede en claro.

-... Quizás haya una oportunidad de que consigan derrotarlos, con un buen plan y todos unidos...

Pero el consejo de El Guía cae en vano. Poco a poco, pobres espadas, capas rojas y máscaras caen. Se acerca el último asalto.

La puerta se abre y figuras se retiran poco a poco, cabizbajas y sin el valor para mirar hacia atrás, para observar a los ojos a su líder, para admitir que están rindiéndose y eligiendo sus propias vidas a costa de la del héroe que les ha dirigido estos últimos tiempos.

Queda tan solo El Guía y el Espadachín Carmesí en la pequeña sala de madera que hizo las veces de cuartel general este último tiempo.

-Los mercenarios no parecen muy experimentados y los guardias son de poca monta. Eres bueno con la espada, quizás puedas contra ellos.

-... He alertado a mis chicos para que bloqueen algunos de los túneles, eso hará que los mercenarios tarden más tiempo. Quizás puedas contra los guardias antes de que lleguen sus refuerzos a flanquear, y antes de que aparezca ese mago. 

-Lo lamento, pero yo no puedo meterme en esto. Sabes como es.

El único motivo por el cual El Guía es capaz de mantener la diplomacia entre todos los bandos es por su neutralidad. Nunca ha ayudado mucho directamente a nadie, simplemente ha aportado información y pequeñas ventajas: Abierto la ventana a posibilidades.

-Debo irme antes de que lleguen los demás. Lo siento.

Miro a El Guia, no le mostraba odio o resentimiento, comprendia lo que hacia y no podia culparle. 

-No te disculpes, esta no era tu guerra y aun asi decidiste ayudar. Te estare siempre agradecido-le digo mientras que miraba hacia uno de lo tuneles-Ahora vete, con suerte no te veran conmigo.

Me giro para darle un apreton de manos en señal de despedida y luego salgo corriendo por el conducto. Confiaba en mi velocidad, y mi esgrima ignea no me habia fallado nunca, por lo que acabar con los soldados seria tarea facil, lo unico que me preocupa es el mago. No recuerdo haberme enfrentado nunca con uno, pero si no me equivoco, al poder controlar algun tipo de poder, deben de ser unos rivales muy interesantes.

Finalmente llega el Espadachín Carmesí ante sus oponentes. Tres guardias armados desenfundando sus espadas. Le vienen a buscar, y esta vez parece que no pretenden llevárselo por las buenas.

Los soldados delegados a la tarea de salvaguardar el Bajo Mundo y el Circulo Inferior no son los mejores, ciertamente: Son de hecho los más mediocres, como todo en Issaera los méritos que uno consigue forjar determinan que tan alto en la montaña uno vive, casi independientemente de a lo que uno se dedique.

Se encuentran en un túnel algo húmedo, el brillo violeta de las aguas cargadas con magia corre hasta la altura de los pies de los combatientes. Ningún olor más que el de piedra húmeda se puede captar, parte de las arcanas tareas de filtrado realizadas para que los deshechos de la ciudad no contaminen visual u olfatívamente los alrededores de la ciudad.

A saber cuando tiempo tiene el Espadachín Carmesí antes de que los mercenarios le alcancen por la retaguardia, o hasta que llegue ese mago... Este podría ser solo un combate más, o el último que contaría. Estando en espacios tan reducidos y sin donde esconderse o escabullirse, es difícil crear ventajas. Enfrentándose ante los corruptos guardias contra los que lleva tanto tiempo luchando, hay pocas cosas que podría hacer para tomarlos por sorpresa, ¿Siquiera quedan ases bajo la manga?

Es el momento de decidir quien dará la primera estocada y quien luchará a muerte y quien simplemente intentará dejar fuera de combate a su oponente. ¿Estarán esos soldados pensando lo mismo, jugando con el mismo dilema? Difícil saberlo. Pero quedan tan solo minutos para decidirse, cada segundo en el que el enfrentamiento no comienza es un segundo más que tienen los refuerzos para llegar hasta la zona del enfrentamiento...

"Primera oleada, 3 soldaditos contra el filo rojo, interesante" pienso mientras evaluo la situacion. "Muy bien, veamos que saben hacer" Aprovechandome de mi velocidad y agilidad, decido probar a improvisar un ataque por sorpresa bastante original. Avanzo veloz, aun sin desenfundar mi espada, hacia el primero de los 3 soldados, y, con un agil movimiento defensivo, apoyo ambas manos en sus hombros mientras salto por encima de él, ganando el impuso necesario para propinarles una patada a cada uno de los dos que estaban detras de él y desequilibrando al que me sirvio de trampolin.

Una vez he aterrizado, le doy un codazo al hombre que se encontraba a mi espalda al tiempo que desenfundaba mi arma, dispuesto a batirme contra el primero que se levante.

-Eh, enano, rindete y...- empezó a decir el guardia que estaba al frente, sorprendiendose cuando ve a Silver avanzar veloz hacia el. Retrocede un paso algo anonadado, no creían ninguno de los tres que él se atrevería a lanzarse contra ellos de esa manera... Y meno que saldría bien parado.

Haciendo gala de sus gráciles acrobacias, Silver salta por encima del primero y lo empuja hacia atrás, quitándoselo del medio por ahora. Mientras está cayendo sobre el pequeño arrollo de aguas brillantes, consigue propinarle una patada a uno y posiblemente romperle el labio, sin embargo el otro retrocede a tiempo y queda fuera del rango de su pie.

Silver tuvo tiempo incluso de ponerse en guardia, justo a tiempo para que los dos que ha logrado impactar intenten atacarle, aunque uno está bastante más atontado que el otro. Fácilmente se aparta del ataque del pobre atontado y de los dos espadazos que le intenta ofrecer quien había esquivado su pie.

El otro se pone en pie, escupiendo algo de las brillantes aguas que tragó al caer de cara al suelo.

-Agh, gah, ¡maldita sea!- insulta el que se levanta, su voz lo denota como alguien poco activo intelectualmente hablando.

"Bien, estan desorientados" pienso a la vez que sonrio "Ahora hay que aprovechar esta oportunidad"

Mientras apunto con mi arma a uno de los soldados, activo Ignis, cegandolo momentaneamente. En ese tiempo aprovecho para hundir mi codo en su pecho, golpeando contra la pared en el proceso, tratando de noquearlo; aunque ellos sean unos asesinos no significa que yo tambien lo sea si puedo evitarlo.

Luego doy un salto hacia atras y vuelvo a empujar al soldado que se estaba levantando, tratando de subirme encima de él para que no puede levantarse. 

"Espero que no se nos envenene" pienso cuando me coloco sobre su cabeza, sumergiendola de nuevo en el peculiar agua brillante

La espada se rodea en doradas llamas, liberando un fulgor amarillo que hace retroceder al pobre guardia que estaba mirando el arma como tonto. Se lleva las manos al visor del casco, gruñendo de dolor mientras retrocede... Y entonces recibe el codazo, haciéndole caer al suelo sin aire. Parece bastante atontado, si bien no ha caído inconsciente: El casco le ha protegido un poco del golpe de nuca contra la pared. No será una molestia por el momento, al menos.

Efectivamente, Silver tiene tiempo de moverse y ponerse sobre ese guardia, impidiéndole que se levante.

El único que quedó libre de los ataques de Silver se acerca e intenta darle una estocada, pero Silver es lo suficientemente grácil y la esquiva.

El combate prosigue de esta manera unos momentos más: Silver se la pasa haciendo que guardia a guardia vayan resbalando y cayendo al suelo; el terreno es húmedo, ellos van con equipo algo pesado y Silver es demasiado más rápido.

Con solo irles dando un golpe a cada uno cada vez que se intentan levantar, ya poco más pueden hacer que de tanto en tanto intentar atacarle, pero ella esquiva. Ya no es ni divertido con lo fácil que está siendo... Y entonces llegan los mercenarios.

Cuando Silver finalmente dejó fuera de combate totalmente a uno y los otros dos están ya algo cansados, llegan los refuerzos.

¡Fueron mucho más rápidos de lo que Silver esperaba! Representan un problema, siendo cuatro... Dos por cada lado, detienen su carrera en cuanto llegan a la escena del combate y se ponen en guardia.

 -Así que este es el asesino de niños...- dice la primera en llegar, alzando una defensiva guardia. -Ike, Ninja, bloquéenle el paso. Sus fechorías no seguirán asaltando a los ciudadanos de la ciudad.-

-¡Estoy en ello!

Cierra sus puños, el fuego de sus ojos es casi visible: Observa con mucho odio a Silver.

-Comer niños para invocar demonios... ¡Eres despreciable, criatura del mal!- le señala.

¿... Que diablos les han dicho a estos payasos para que se unan a la causa de los guardias...?

-Eso no importa. Una persona entrenada en un Arte Marcial que se llama "Estilo del Asesino de Bebés Serial" no puede contra mi "Estilo de la Salamandra Ardiente".- dice confiada otra de las mercenarias, poniéndose en una ofensiva guardia.

-...

Un dialogo intelectualmente estimulante.

Los Guardias que quedan se preparan para la ofensiva, seguros que con semejante superioridad numérica esto será pan comido.

Con un veloz movimiento, despacho a los debilitados guardias y me fijo que...  ¿unos niños me ha rodeado? No, no son del todo niños, hay algo que me hace pensar eso. Sin embargo, si dialogo es un poco extraño, asi que decido tratar de entablar una conversacion "civilizada":

-Bueno-les digo a estos peculiares mercenarios-Parece que teneis un pequeño mal entendido sobre mi persona. No hago daño a los niños y mucho menos me los como. Ademas, ¿quien diablos le podria ese nombre tan raro a un arte marcial? Esta claro que eso que os han dicho es falso. Por otro lado, si estais del lado de la justicia, deberiais atacar a los guardias, que lo unico que ha demostrado saber hacer es abusar de su poder, robando a todos los del bajo mundo e incluso atacando a aquellos que no puede pagar los desorbitantes impuestos que nos exigen.-le doy una patada a uno de los guardias que se estaba levantando, a ver si esta vez se queda en el suelo.

La jovenzuela se encuentra junto con un chico de cabellos castaños y sin camisa, de pie en la entrada más amplia de este túnel, justamente por donde está entrando otra figura, Roland: De cabellos blancos y portando dos pistolas en las manos.

-Hm.- dice la jovenzuela que parece actuar de líder. -Parece sincero. Sin embargo...- alza la guardia, sus cuatro compañeros se preparan para combatir.

Los soldados aprovechan un poco para arrastrarse hasta las paredes y ponerse de pie, preparándose para luchar.

-La Justicia decidirá qué es verdad y qué mentira. Escuadrón, ¡preparados para...!

Y entonces algo la interrumpe, algo está empezando a aparecer. Ella se calla al verlo, poniéndose a la defensiva. -... Escuadrón, atentos.

Una serie de criaturas oscuras empiezan a colarse de entre las grietas de las paredes, goteando y reformándose hasta asemejar monstruosas bestias. Debe ser la primera vez que Silver se enfrenta contra algo así, sin embargo no es que nunca ha escuchado de criaturas nacidas de la magia o la alquimia, referidas como monstruos debido a sus naturalezas primariamente primales y violentas.

Los sonidos que dejan salir esas bestias oscilan entre agudos y guturales, parecen estar surgiendo y rodeándoles. Esto va de mal en peor... ¿Será cosa de ese mago ese del cual Silver había escuchado...?

-¿¡Q---qué es eso!?- , uno de los guardias exclama con sorpresa. Las espadas les tiemblan, miran de lado a lado.

-¡Al diablo con esto, no me pagan suficiente para lidear con monstruos!-

Aterrado, se gira y empieza a correr, alejándose antes de que las criaturas terminen de rodearlos.

Su compañero duda un poco y luego intenta escapar también, sin embargo al intentar placar a las sombras y seguir de largo, le retienen entre varias, salen de cada rincón, grieta y roca. Lo arrastran mientras él grita, parecen ser muchas y más fuertes que el ya cansado guardia (que ya de por sí no era ninguna maravilla, según Silver pudo comprobar mientras luchaba contra ellos, demasiadas patadas ya había recibido en la cara). Se empiezan a escuchar sus gritos de horror y dolor, el sonido de algo a desgarrar el metal de su armadura. No parece que su destino sea positivo, y no hay forma de salvarlo sin lanzarse a esa multitud de criaturas...

-... No me lo creo...- murmura con tensión, puños cerrados.

Los cuatro monjes mercenarios que hasta hace segundos estaban acusando a Silver se acercan a él, pero no parece que estén dispuestos a atacarle: Más bien le están dando la espalda, él está en el punto central entre las dos bandas de Sombras que les rodean, parece que será una alianza tácita.

-¿Qué son estas cosas...? ¿Jefa, Ninja? ¿Alguien tiene idea?

-¡Maldita sea, lo están destrozando!- grita ella, no parece soportar la idea de no poder hacer nada. A cada momento parece que va a saltar a la acción, sin embargo no es tonta, sabe que es un suicidio hacer algo como eso... Pero el fuego arde en sus ojos.

-... Entre las sombras un alma está de pie. Su aura oscura tiñe las penumbras con su esencia...- dice quien seguramente no se llama como le dicen. ¿Quien le pone de nombre a su hijo un oficio?

Señala hacia la profundidad del túnel, del lado contrario a donde vino ese chico de las pistolas, quien se vio obligado a acercarse mas a los otros cinco ante la presencia de las sombras. Sus armas parecen estar brillando en un color verdoso...

La escena se ve más o menos así:

Luego de que aquel sujeto desapareciera de una manera tan misteriosa Roland finalmente llego hasta el lugar de donde provenian los sonidos de la batalla y encontro que habia un grupo de personas luchando contra un gran numero de extrañas criaturas que parecian estar echas de sombras. Con un color como de petroleo las criaturas parecian estar echas de liquido pero aun asi conservaban una extraña forma solida y lo que era aun peor parecia haber cientos de ellas, sin perder el tiempo comenzo a disparar a las criaturas mientras se acercaba al grupo de personas alli reunidas. No sabia quienes eran y tampoco ellos lo conocian pero lo importante ahora era que estaban rodeados de esas criaturas-las alcantarillas estan libres,podeis abriros paso para escapar por alli-dijo mientras miraba a su alrededor buscando algo a lo que pudiera dispararle para hacer que toda aquella estructura colapsara encima de las criaturas.