Partida Rol por web

Uno a uno, sin esposar y bajo escasa vigilancia, los desventurados aventureros son conducidos hacía una furgoneta de la Guardia Civil para su translado al juzgado en Malaga. El Agente Pelaez es el encargado de conducirlos hasta el vehículo y cuando se dispone a cerrarles los mira.

-Bueno, bueno, bueno ¿Qué tenemos aqui?- Dijo mirandoles a las caras-No se que mosca os picaría, pero a ver que le contais al juez.

Despues de esto cerró con llave la puerta del vehículo y se pusieron en ruta hacía la capital de la provincia.

- Por favor señor agente... yo no he hecho nada, ni siquiera los conozco. Yo solo pasaba por allí y me asusté al ver tanta sangre. Seguro que usted es una persona comprensiva, y se le ve tan profesional... - Kim se muerde el labio mientras mira con ojitos al agente Pelaez - Le prometo que me iré a casa.

Kim quiere regresar a su casa para así dejar de poner en peligro a ellos dos, si van a por ella, que la encuentren sola y no tenga que involucrar a nadie más.

Vale, observas que no te responde y el coche comienza a circular hacía la salida de Torremolinos

El Guardia nos mete en la furgoneta y nos pregunta. Bajo la mirada y no digo nada, que le voy ha decir? Que nos han disparado porque unos zumbados estan buscando un cacho de dios dragon momificado. Pensaran que estamos locos.
Ha si que una vez dentro y en marcha-Joder Poli, la que has liado-doy un golpe en la pared de la furgoneta-A ver como salimos de esta, que le vamos ha decir al juez?Tendra que ser algo creible, se os ocurre algo.

Poco a poco voy recuperandome de la herida del hombro. Me siento como si ya no me doliese nada, como si nada hubiera pasado.

Poli, fue como una fuerza interior que me impulsó a hacerlo. Y los pequeño mostruos con uniforme verde sacan mi rabia interior. Pero tienes razón hay que buscar una solución.

Yo propongo...¡FUEGO!

Una voz interna aflora en tu mente:

-Espera al momento...No seas impaciente...se la cobra agazapada ante su presa

De repente el furgón se detuvo en mitad de un tramo de la carretera, alejado de la civilización. Un grupo armado apareció entre la maleza y tirotearon el furgón abatiendo  o obligando a huir a los agentes. Uno de los componentes, vestido con una gabardina se acercaba lentamente hacía la puerta trasera mientras hacia crujir de forma ostentosa sus nudillos.

La figura se acerco y de un tirón arrancó la puerta del furgón lanzandola a un par de metros. Una voz ronca y grave, marcada por un continuo tabaquismo, habló con un tono grosero y despectivo.

-A ver, anormales, vamos al grano- dijo mirandoles con sus simiescos rasgos- ¿Quien cojones lo tiene?

Dichó esto golpeo con los nudillos el suelo de la furgoneta, provocando un agujero del tamaño de un balón.

Miro al matón asombrado. La forma en que ha arrancado la puerta de la furgoneta y el agujero que ha hecho solo con sus manos fueron argumentos suficientes como para retroceder hasta el fondo de la furgoneta y apartarse del alcance del mismo.

Cuando oigo que se acerca alguien ha la puerta de la furgoneta, me preparo para saltarle encima y darle una patada en la cara, pero despues de esa demostracion de poder el cuerpo no me responde, me he quedado paralizado. Lo unico que consigo hacer es preguntar con una voz casi inaudible-Lo que...?-

Después de ver la fuerza con la que ha arrancado la puerta y que no hay escapatoria posible, empiezo a chillar como una loca:

- ¡¡Lo tiene el mendigo!! ¡¡lo tiene el mendigo!! - empiezo a llorar y me escondo en el fondo de la furgoneta detrás de Poli

El simio, ataviado con una gabardina y bajo la cual se veía un traje de karateka, se paso la mano por la cara con frustración. Estiró los brazos y tomo aire, antes de decir pacientemente y con lentitud.

-No me toqueis los cojones...-señaló a Poli con decisión- Tu, psicopata de las narices ¿Quien lo tiene?

Una oleada de calor recorre tu cuerpo hasta tus dedos...te arden y la voz resuena en tu mente

-Es hora de jugar.

Avanzo lentamente hasta el borde de la furgoneta, con las manos en los bolsillos y con una tranquilidad que me asombra a mi mismo.

Lo tengo aquí mismo...

Rápidamente saco una pequeña lata de gasolina y un mechero. Rocío al simio con gasolina y enciendo el mechero. Sonrío levemente cuando veo el fogonazo.

Hago la tirada por tí de Rapidez para atacar y la de Esquiva.

Veo como el mono sale ardiendo.

¡Lo conseguí!

Vale, el pobre e indefenso Wo Kao estalla en una bola de fuego a la par que arroja su gabardina al suelo que al caer desparrama varios objetos por el suelo. A los pocos segundos solo queda una masa informe y carbonizada en el suelo, desprendiendo un incomodo olor a barbacoa chamuscada.