-Por lo que no me parece ya demasiado aventurado suponer...- digo mientras exhalo una nube de tabaco de mi cigarrro de después de comer -... que el "problema" en cuestión proviene probablemente del cadáver que hay enterrado allí y de "Aquel que espera en la oscuridad". Y por cierto ¿No habían hablado los sobrinos de nuestra clienta de alguien negro envuelto en llamas o algo parecido? En ese momento no hice demasiado caso al tema, pero me lo estoy pensando ahora mismo.-
-Caballeros, me dejan sin palabras. Este caso supera con mucho mis límites. ¿Estamos hablando de rituales y sectas? Permitanme que me muestre cuanto menos, escéptico. No es que no me fíe, desde luego. Han demostrado una capacidad de análisis y de lógica aplastante, pero aún así, me cuesta creerlo. - examino de nuevo el manuscrito - Pero, vista la situación, su hipótesis es la menos descabellada. O, por lo menos tienen una.
Me recuesto en la silla, pensativo, los acontecimientos han tomado un rumbo un tanto inesperado. Apuro la cerveza, mientras miro fijamente el libro. Algo viene a mi mente.
-¿Algo negro envuelto en llamas? No sé a qué se refiere, profesor.
Saco una libreta de notas de mi bolsillo interior y la cosulto:
Cita:
-Tiene usted razón, señor Bloen. Evidentemente estoy más sugestionado de lo que aparento.... la señorita Wells hacía referencia a otro tipo de ente, por llamarle de alguna manera.- digo acercandome un poco la cristal a contemplar pensativo la fina llovizna que está cayendo.
No sé, caballeros, esto me suena demasiado descabellado. Digo mientras hojeo cuidadosa e inutilmente ya que no sé nada de latín. Es decir, lo de la secta religiosa, el secuestro de niños y que el tipo esté enterrado bajo la casa, pase, pero de ahí a pensar que eso sea la causa de los extraños acontecimientos que han ocurrido allí, me parece un salto demasiado largo.
Me uno al profesor Arturo en la contemplación por la ventana.
¿Tenemos alguna otra pista para seguir? Porque si no es así, entonces lo único que nos queda por hacer es ir a la casa.
Con un suspiro, me levanto del sillón.
-He aquí lo que me temía...
Y acto seguido me dirijo al baño.
-Podríamos seguir investigando acerca de qué cosas hacía la secta esta además de desaparecer niños.... pero la verdad no creo tener estómago para ello ni tampoco que nos conduzca a ninguna parte.- respondo con resignación sacudiendo lentamente la cabeza en un apesadumbrado gesto de negación.
Me mantengo meditativo mientras mis compañeros sacan a relucir sus vagas conclusiones. Este pequeño rato, gracias al calor de la oficina y a la comida, ha sido reparador para mi. Me encuentro con energía, aunque sospecho que pueda ser algo momentáneo y que mañana me encontraré enfermo igualmente.
—Parece que habéis olvidado el libro —digo con calma después de sorber un poco de mi taza de café—. Nosotros desconocemos el latín, pero en esta ciudad no será difícil encontrar alguien que pueda ayudarnos.
Seguro que Peabody puede ayudarnos. Le voy a pedir que ingrese en la agencia xD
-Tiene razón!- digo dándome una palmada en la frente -Estaba tan ofuscado por todo esto que lo había olvidado por completo.-
Un facepalm en toda regla.
Supongo que el profesor seguramente conoce a alguien que sabe latín.
En caso de que ni el profesor ni el resto conozca a alguien de confianza que pueda ayudarnos con el latín, contactaré con Peabody para comentarle nuestros avances y pedirle ayuda.
Vuelvo del baño, con cara de circunstancias. Algo de la comida no me ha sentado muy bien.
-Bueno, llegados a este punto, creo que la lógica nos hace seguir el razonamiento del señor Simmons, que escuché de vuelta del aseo. Alguien nos podrá ayudar a descifrar ese libro.
Mientras hablo, observo a mis compañeros.
-No soy partidario de entrar en la casa, pero es nuestra única opción. Por lo menos sin saber si el libro nos será de ayuda. Además, el clima para ellos es idóneo - sonrío, señalando con gesto teatral la ventana - Un tiempo de mil demonios para una investigación digna de tal. Les aseguro que no seré el primero en entrar en esa casa, pero sí el primero en salir.
Un nuevo retortijón resta vis cómica a mi intervención.
-Dios, creo que la comida no me ha sentado del todo bien. Vuelvo enseguida, compañeros.
-Este hombre debería consultar a un médico, parece tener serios problemas digestivos.- comento con aire preocupado cuando Aaron sale por segunda vez al servicio.
Sociedad Histórica de Arkham, Martes, 26 Septiembre 1928 - 10:41 AM
El señor Peabody, de la Sociedad Histórica de Arkham, no se encontraba dispuesto el día anterior, por lo que tuvísteis que aplazar la cita para esta misma mañana. Sin embargo, aún no han dado las once cuando llegáis hasta el edificio y Lapham Peabody os recibe excusándose por no haberos podido recibir hasta ahora.
Peabody os lleva a través de un amplio y decoroso pasillo repleto de grandes cuadros con retratos de hombres de semblante estoico y muy antiguos, a juzgar por las vestimentas que portan la mayoría de ellos. En el edificio no hay mucha gente, pero varios visitantes se encuentran charlando con algún guía mientras este les muestra las mejores colecciones abiertas al público.
Cuando por fin llegáis a una amplia oficina habláis resueltamente y Peabody se queda altamente sorprendido por vuestros increíbles avances. Apenas puede creer que exista un sótano secreto bajo los restos de esa antigua Capilla, pero cuando le mostráis el libro, sucio y roído, apenas puede contener la emoción.
- Por todos los... ¡el Libro de Eibon! - exclama exaltado. Recoge el libro con extremo cuidado y un toque de profesionalidad para posarlo sobre un moderno atril de recia madera y ojearlo son suma curiosidad.
- Oh, sí, sí que se trata del libro original. - dice finalmente, sonriente tras un rato de meticuloso estudio - Este libro pertenecía a la biblioteca Miskatonic, pero fue robado hace décadas y ha permanecido desaparecido desde entonces. Henry apenas se lo va a creer cuando se lo cuente.
Aprovecho para contaros que el miércoles (mañana, en el juego) es cuando llega de Boston la señorita Wells para ver qué habéis podido averiguar sobre la casa y los hechos que llevaron a enloquecer a su famiia, por lo que tenéis que visitar la casa hoy para mañana teer un informe listo para cuando llgue la clienta.
Siento no haber posteado antes pero llevo una semana de cuidado, así que tomaros vuestro tiempo para continuar.
Por cierto si alguien pregunta sobre el tal Henry, se trata del profesor Henry Armitage, el director de la Biblioteca Miskatonic.
-Vaya! . exclamo realmente asombrado y admirado -Parece que al menos usted sí conoce el bendito libro ¿Podría informarnos acerca de su contenido, al menos de modo aproximado? Más que nada porque no tenemos el tiempo material suficiente para estudiarlo a fondo, pero si nos interesa saber de qué trata.- y casi al instante y cambiando abruptamente de tema agrego -A propósito, le envidio el trato que tiene con Armitage, si es ese Henry el que ha nombrado, se trata de un estudioso bastante famoso en los campus que siempre me ha intrigado y es un referente al que algún día me gustaría conocer en persona.-
- Desde luego, profesor Arturo, le concertaré una cita con él.
Peabody aún se encuentra en pie frente al atril donde observa el pesado libro con absorta curiosidad.
- Además, Henry se mostrará encantado, y no dudo que le pedirá que este libro vuelva a formar parte de la biblioteca privada de la Miskatonic.
Vuestro interlocutor cierra cuidadosamente el tomo y palmea la cubierta hasta que su gesto se tuerce con cierto desagrado.
- Sí, no hay duda de que es el auténtico. - dice como para sí. - Sí, pero no puedo ayudarles. Si les digo la verdad no he leído el libro, pero sé que trata de misticismo, brujería y esas depravaciones de las antiguas civilizaciones.
Lo cierto es que el libro no contiene ningún tipo de información relevante sobre vuestra misión actual.
-Entonces, tenemos a un hombre de costumbres deplorables, probablemente responsable del secuestro de niños y perteneciente a una especie de culto secreto, cuyo cadáver está enterrado en el sótano de la casa. Dadas las características místicas que implica todo esto no creo que la señorita Wells dude en tirra la casa abajo, incendiarla, o alguna otra cosa así de extravagante..... yo por mi parte lo haría.- razono en voz alta, y agrego -Aunque por otra parte, si se desarrollan así las cosas, nos perderemos lo que sea que haya allí dentro, que me da puede ser interesante...- y sigo sumido en pensamientos pero esta vez en silencio.
Escucho calmado la conversación. No sé cuál es la razón exacta, pero el caso es que me siento a gusto bajo el techo de la Sociedad Histórica y cuando converso con aquel miembro. Sin duda ha sido y es un buen hombre.
—Entonces devolveremos el libro a la biblioteca. Quizás consigamos así un nuevo amigo y contacto, ya que andamos necesitados de ellos en la agencia —digo sonriendo—. Muchas gracias por toda su ayuda, Sr. Peabody. Sin usted habría sido imposible que llegáramos tan lejos con lo poco que tenemos. Prometo mandarle un informe del caso cuando este cerrado, si es que de verdad le interesa.
Mi idea es guardarnos el libro (por si acaso) hasta que termine este asunto y después devolverlo.
Ya no podemos hacer mucho más, así que la cosa sería informar a nuestra contratadora mañana y sin más entrar por fin a la boca del lobo.
Ok este finde os posteo el progreso, aunque lo suyo es que cuando la contratadora llege, ya hayáis visitado la casa y pueda ser informada sobre ella de primera mano, en realidad para eso os ha contratado principalmente. Aún es mediodía del martes así que podéis ir esta misma tarde, con un poco de suerte salís de ahí antes de que oscurezca.
Pues también es verdad... no vamos a desaprovechar toda la tarde. Podemos visitar de una vez por todas la casa.
-Señores - digo, tras permanecer en silencio mientras los eruditos hablan - no nos queda más remedio. Vayamos a la casa, desmitifiquemos de una vez por todas los mitos de ese lugar y digamosle a nuestra contratista lo que pensamos, por lo menos el profesor y yo. Hay que derribar, quemar y bendecir ese lugar. Si todo esto tiene que ver con ritos y demás, no nos vendría mal un poco de ayuda divina. Así pues, pongámonos en marcha.
-De acuerdo, no perdamos más tiempo. Esto es nuevo para mí asi que ¿Qué deberíamos llevar?¿Linternas?¿Cuerdas?¿Ropa especial?- digo no muy convencido, pero sabiendo que ya no nos queda otro remedio más que ir y ver lo que hay.