Partida Rol por web

"Vaya" pienso al entrar, impresionado tanto por la vastedad del edificio (la verdad es que viendo la ciudad uno esperaría una biblioteca mucho menor, aunque algo acertca de su tamaño había oído) como por que sea una mujer quien esté dando información y nos pida registrarnos.

De todas maneras avanzo unos pasos y, mientras firmo en el libro le digo:

-Buenos días. señora. Tiene usted razón en pedirnos que firmemos ya que somos nuevos por aquí. Mis compañeros y yo necesitamos averiguar cosas... en realñidad todo lo que podamos. sobre la casa de los Wells. Nos interesan cosas tales como su historia, quién la diseñó, si hubo más habitantes ademas de lso Wells, si fue modificada, ese tipo de datos, ¿Sabría usted indicarnos qué material deberíamos consultar para eso?.-

- ¿La casa de quién?

La bibliotecaria te observa con incredulidad.

- No conozco a los Wells, pero si busca algo de historia reciente le recomiendo la sección H-4. - dice señalizando la dirección con el dedo.

Tras firmar y despediros de la no excesivamente amable bibliotecaria, os dirigís hacia uno de los pasillos indicados. Casi todas las secciones son iguales, grandes salas rodeadas de estanterías identificadas con letras y números en las que hay gran cantidad de libros de todo tipo.

Las secciones que cubren las estanterías que son de vuestro interés están prácticamente solitarias, así que al menos podréis buscar sin ser entorpecidos por ningún transeúnte.

Apenas queda poco más de una hora para que la biblioteca cierre, así que os ponéis manos a la obra resoplando ante tal cantidad de libros en los que buscar.

Firmo el registro y sin abrir la boca más de lo estrictamente necesario para parecer cortés me dirijo a la sección que nos ha recomendado la bibliotecaria. Es evidente por mi cara que he dormido poco y estoy cansado, pero tampoco me molesto demasiado en intentar ocultarlo. 

Tendríamos que habernos dividido, maldita sea. Sin duda ha sido una perdida de tiempo que los cuatro estuviéramos en el manicomio, y más teniendo en cuenta la ridícula información que hemos conseguidos de esos dos enfermos mentales. Por lo menos uno de nosotros debería haber aprovechado la mañana aquí, buscando tranquilamente entre las estanterías algo referente al Barrio Alto y a esa jodida casa. Ahora apenas tenemos una hora para encontrar algo entre toda esta marabunta de papel.

Comienzo a buscar con poco ánimo entre bostezo y bostezo. Selecciono los tomos más bien por puro azar que siguiendo algún método lógico concreto.

Con tan poco tiempo y en estas condiciones, encontrar aquí algo últil para el caso es cuestión de pura suerte. Una tirada de dados sin más.

"Esto es una maravilla" pensaba entusiasmado "Si en todas partes hubiese bibliotecas de este tamaño el mundo sería seguramente un lugar mucho mejor."

Acostumbrado como estaba a rebuscar entre bibliotecas y libros me entretuve mirando todo lo que caía en mis manos, confiando en que ya tendría tiempo para encontrar lo que necesitásemos cuando fuese necesario. El problema es que con tantas cosas por mirar no me di cuenta del paso del tiempo, y me entretuve con miles de datos inútiles para lo que realmente necesitábamos.

"Eso sí, al menos sabemos que la casa de los Wells no es `famosa`"  terminé por pensar.

Habiendo firmado el registro de visitas me dirijo hacia la sección indicada junto a mis compañeros. La vastedad del establecimiento, no me sorprende mucho.

Nada como la biblioteca del congreso, pienso, al recordar el lugar donde yo solía estudiar cuando iba a la universidad. Igualmente, para no ser una ciudad central, debo reconocer que la biblioteca está bien surtida.

Bueno caballeros, será mejor que nos pongamos manos a la obra si queremos encontrar algo de información relevante al tema que nos trajo aquí. Digo en voz baja acercándome a una estantería.

Bueno Milton, es hora de ver si el entrenamiento a fuerza de hacer los trabajos a última hora ha rendido sus frutos. A ver cuánta información podemos encotrar en una hora. Empiezo a revisar los títulos impresos en los lomos de los libros a ver si puedo encontrar un patrón que me ayude a maximizar la efectividad de la búsqueda, tal como solía hacerlo en la universidad.

Cuando apenas quedan unos minutos para que cierren, la bibliotecaria da un último aviso y Simmons y Jacques anotan presurosos unas notas en un block, mientras que el profesor y Aaron Bloen resoplan suspirando por no haber hallado nada en absoluto.

Una vez fuera de la biblioteca, la cual cierran a cal y canto mientras os apresuráis hacia el coche, decidís ir a comer a un restaurante, donde podréis hablar tranquilamente de los mínimos hallazgos efectuados en la biblioteca.

Mientras coméis, Simmons y Jacques sacan las pistas recogidas.

- La casa se construyó en 1835 a manos de un comerciante con intenciones de iniciar un próspero negocio en la ciudad. Su nombre no aparece, pero a los pocos meses cae enfermo y cierra el negocio, vende la propiedad y se marcha para siempre. El comprador se llama Mr Walter Abott.

- Un pequeño artículo del Arkham Advertiser que corresponde a 1852 anuncia una querella de los vecinos de Walter Abbot contra él, pidiendo que se le fuerce a marchar del lugar "debido a sus repugnantes hábitos e inoportuno comportamiento", según indica el propio recorte.

- Un recorte aún más pequeño en el que apenas se ve nada indica la esquela mortuoria de Walter Abbot fechada en 1866, y constata que aún vivía en el mismo lugar.

Entre bocado y bocado (ésta vez había escogido un filete en su punto y patatas hervidas con un chorro de aceite y sal gorda encima) comento, más que para romper el silencio reinante que por otra cosa:

-Al menos sabemos que la casa fué problemática desde lo de Abbot, aunque hay que ver qué cosas serían "los comportamin¡entos inoportunos y repugnantes". Claro que si seguimos con este razonamiento nadie habla de locuras, y sabemos que el tal Abbot vivió al menos catorce años en la casa, desde el 52 al 66, asi que podemso descartar las emanaciones y los fantasmas..... vamos a tener que averiguar qué ha hecho nuestro Wells para provocar eso.....o qué era lo que bebían los miembros de esa familia jejej.-

Lamentablemente, para eso deberemos esperar al lunes. No creo que las oficinas donde podemos conseguir esa información estén abiertas durante el fin de semana. Tomo un poco de mi bebida  mientras espero que el mozo pase cerca para pedirle un café.

Tal vez, ahora a la tarde podríamos hacernos una escapada hasta la casa y verla aunque más no sea desde afuera ¿Qué opinan?

-A pesar de mantener alguna reticencia al respecto, no me parece del todo mal. De todas maneras si la señorita Wells se pone en contacto con nosotros al menos podemos decirle que lo que sea que haya sucedido en esa casa tiene relación directa con su hermano, o con lo que sea que haya sucedido alli. La única conclusión posible hasta el momento es que no se trata, si es que es eso, de una maldición inmemorial ni nada de eso, es algo que ha sido reciente y ha tenido estas consecuencias. Supongo que en la casa podremos ver si hay alguna modificación reciente o algo por el estilo.... claro que si es alguna cosa que Wells ha llevado a ka casa, comoo un objeto o algo así, la cosa va  a ser más difícil de determinar.- digo más razonando en voz alta que hablando para el resto, de todas maneras y a juzgar por las caras que se les han quedado debo de haber divagado bastante.... como me sucede a veces en alguna clase.

Como y bebo sin ganas. Ya tengo claro que esta noche nada de alcohol con horas y horas de mirar por la ventana la ciudad nocturna. Debo descansar si quiero seguir el ritmo de la investigación. 

El artículo del Arkham Advertiser me inquieta de sobremanera. Sin ninguna duda sé que hay que seguir investigando en esa dirección, aunque puede que solo sea una corazonada y que, en el peor de los casos, no lleve a ninguna parte. En cualquier caso, es de la única pista que disponemos, así que por ahora solo podemos seguir el rastro de Walter Abbot para encontrar más datos, útiles o no. 

—No creo que saquemos nada viendo solo la fachada de la casa —hago una pausa por culpa de un bostezo—, y tampoco tengo ganas de entrar a ciegas. A mi parecer es una pérdida de tiempo, pero si tanta curiosidad tenéis por verla vayamos ahora al Barrio Alto a echar un vistazo. Después podríamos ir a algún periódico para intentar encontrar alguna publicación de los años en los que vivió Abbot en la casa. 

-Eso si es que están abiertos por la tarde...- reflexiono entre uno y otro bocado.

Las redacciones probablemente estén abiertas, al fin y al cabo de alguna manera tienen que sacar el ejemplar del domingo. Lo que dudo que tengan abierto, son las hemerotecas. Comento, tratando de recordar cómo era la modalidad de trabajo cuando no era columnista.

En cualquier caso, no veo que sea tan terrible ir a ver la casa, al menos para tener una idea de cómo se ve. Aunque no saquemos nada en limpio de la visita, tampoco nos va a llevar mucho tiempo.

Las palabras de Jacques me sugieren una idea:

-Si tenemos un poco de suerte, es probable que Wells llevase un diario o alguna clase de anotación que nos ayude a determinar cuando cambiaron las cosas.. o por qué.-

Restaurante de Wilma, Arkham, 15:55 horas

Tras decidir vuestro siguiente paso pagáis vuestra suculenta comida y partís hacia la casa de los Wells en el Barrio Alto de Arkham. Pronto dejáis atrás los altos edificios para penetrar en la calle Saltonstall Oeste, una larga avenida con bonitas casas de hermosos jardines, aunque no todas ellas parecen habitadas. Pasáis frente a una iglesia con creciente actividad en sus puertas y dobláis por la última esquina, entrando en la avenida Miskatonic.

123 West Miskatonic Avenue, 16:07 h.

Esta avenida parece menos habitada que la anterior, aunque percibís algo de vida en algunas viviendas. Por fin llegáis a vuestro destino, aparcáis el auto frente a la acera y echáis un vistazo a la casa. Unas largas y pronunciadas escaleras ascienden hasta la entrada de la vivienda entre una maraña de arbustos y árboles que impiden que los débiles rayos de sol que las nubes permiten atravesar penetren en ellas. En lo alto podéis contemplar la casa. Un ligero escalofrío os recorre la médula espinal y no podéis evitar recordar la imagen de los Wells en el Arkham Sanitarium y la terrible sensación al contemplar su demencia.

Ya la zona de la ciudad donde se encontraba la casa me producía un cierto desasosiego, no podría especificar si era la despoblación, las calles, o la forma en cómo habían diseñado esa parte de la ciudad. Pero el efecto era  de pesadumbre más que de tranquilidad.

Y al llegar a la casa la sensación que tuve fué de maldad, de maldad y de locura. Si hubiese estado solo me hubiese largado de allí sin siquiera volverme a mirar atrás, pero no era el caso y había que cuidar las formas. El aire frío que nos rodeaba tampoco ayudaba a que me sintiese mejor, asi que miré alternativamente a la casa que estaba allí en lo alto y a mis compañeros, con las manos metidas en lso bolsillos y los hombros encogidos, esperando a ver quién tomaba la voz cantante.

Pues hay que admitirlo, la casa es ciertamente... espeluznante. Comento al bajar del auto y contemplando la casa. No sé si es sugestión, por lo que vimos esta mañana o qué, pero no sé si me animaría vivir en una casa así.

Una casa así, de más de cien años... debe ser oscura y ruidosa, seguramente los nervios de éstas pobres personas no pudieron aguantar la tensión de vivir en un lugar tan lúgubre. No puedo evitar pensarlo, todavía me cuesta creer que no haya sido más que eso, aunque el estado del pobre señor Wells tal vez sea un poco demasiado para un desequilibrio nervioso, pero me resisto a creer que pueda haber sido algo más que eso.

-Estoy completamente de acuerdo con usted, señor Jacques. Y, en cierto modo, la elección de un sitio como éste para fundar una familia ya nos habla un poco del estado mental de los Wells incluso antes de que internasen a ambos en el "asilo".- comento con pesadumbre.