Partida Rol por web

Al terminar el enfrentamiento con los millos de pequeñas arañas, Lola seguía vomitando un poco por los efectos del veneno de las arañitas. Al escuchar las palabras de Janira respondió.
- Me siento aun con un poco de nauseas, pero pronto estaré bien... Espero.
- Lo que si, voy a necesitar que me cures estas quemaduras y mordiscos.
- La próxima vez no podrán contra mí. Dice en su cabeza.
 

Las arañas habían desaparecido, pese a ello Lotto escudriño entre sus ropas en busca de alguna rezagada, levantando los pantalones un poco apenas vislumbro algunas picaduras, no parecían nada importante he tenido suerte miro a las dos chicas ¿no les han enseñado a replegarse y organizarse? todavía no era capaz de entender la reprimenda anterior de Janira quedarse al alcance de las arañas solo era una estupidez y ahí estaba el resultado, tres heridos porque queriendo hacerse la valiente no se replegó para contraatacar adecuadamente, suspiro, estaban todos bien y eso era lo que contaba realmente

Sonrío complacido cuando las arañas huyen de las llamas; me vuelvo y me acerco a los demás para saber como estan.

- Bueno Bueno, parece que al menos estamos vivos no?.- digo tratando poner algo de humor- pero no te preocupes Beren, la próxima vez tu nos salvarás a los demás.- le termino diciendo al grandote mientras le doy una palmadita en la espalda.

Janira lanza tres conjuros de curar heridas leves y os sana a los tres heridos. Luego mira al cielo dónde la luna casi llena ya ha empezado a subir y la luz del Sol ha empezado a caer:

- Será mejor que busquemos un lugar para pasar la noche. Mirad la luna, está casi totalmente llena, mañana será el día perfecto para llegar a las cuevas.

Al ver desaparecer a las arañas, Belven se relajó, dejando que el cansancio se apoderara momentáneamente de él.

Las palabras del mago, pese a no llevar mala intención, fueron como echar sal sobre la herida. Tenía razón: apenas había hecho nada bueno en el primer desafío con el que se habían topado. ¿Qué pasaría si la próxima vez eran seres voladores, por ejemplo? ¿O avispas? ¿Tendría que volver a confiar en los demás para que le salvaran a él. Aquella no era una situación con la que Belven se sintiera cómodo.

Sí, claro.. la próxima vez trataré de ser más útil.

Siguiendo las órdenes de Janira, Belven empezó a echar un vistazo por si veía un buen sitio para descansar. Pero al contrario que sus antepasados, él ya no estaba acostumbrado a la vida en la selva, y poco pudo hacer aparte de permanecer atento a la llegada de más peligros.

La joven pícara estaba ansiosa por encontrar algún lugar para poder pasar la noche. Pues no se sentía demasiado bien y necesitaba descansar y alimentarse para poder volver a la acción como nueva.
- Si me disculpa que pregunte Janira. Donde podemos acampar. Necesito descansar, al igual que mis compañeros, supongo.
 

mientras veo como el agotamiento hace mella en mis compañeros y en mi mismo, cosa que no me extraña nada veo una pequeña zona que parece propicia para acampar creo que allí sería un buen lugar 

Janira mira hacia dónde le indicáis cada uno de vosotros y finalmente al observar el que indica Lotto dice:

-Ese será un buen lugar para descansar. Bien hecho aspirantes, ,muy bien Lotto. Pero si lo hubiérais hecho en equipo ayudándoos quizá lo hubiéramos encontrado antes o hubiéramos encontrado uno aún mejor, que no digo que ese no sea bueno, pero recordad cooperar para hacer las cosas, eso siempre ayuda y puede resolver problemas importantes, antes de que cada uno haga la guerra por su parte.

El grupo prepara el campamento y en ese momento Janira dice:

-Observad la luna, está casi casi al 100x100 llena pero aún queda un poquito. Mañana será el día perfecto para intentar descubrir que es lo que hacen en las cuevas los branquiales. Recojamos suficiente madera para mantener el fuego encendido durante toda la noche antes de que oscurezca más. Luego hablaremos de las guardias.

Obedientemente, Belven se dedica a recoger leña para la hoguera. Hacer guardia parece una buena idea; nadie sabe lo que les espera ahí fuera. Además, eso de permanecer a la intemperie, de noche, ojo avizor para detectar posibles problemas, era algo a lo que el bárbaro ya estaba acostumbrado. Su modus vivendi, por así decirlo.

Al fin encontraron un lugar para poder pasar la noche, entonces les dijo a sus compañeros.
- Si me permiten yo are la ultima guardia. Pues aun me siento mal por las malditas arañas y me gustaría poder descansar. 
Luego permaneció sentada por un momento para después ayudar con la recolección de leña.
 

- No te preocupes Lola y descansa, que yo haré la primera guardia- le dije a mi compañera- lo importante es recuperarse para mañana; además, me permite hacer algunas anotaciones de este día que ya ha pasado, en mi cuaderno de notas.- terminé diciendo mientras sacaba el cuadernillo

Además de la madera Lotto se encargo de recoger algunos pedruscos aquí y alla para delimitar la hoguera evitando que se esparcieran las cenizas asi como algunos matojos secos para prender el primer fuego si a nadie le importa yo haré la segunda guardia de ese modo podré meditar mientras vigilo

- Muchas gracias. Responde Lola a los comentarios de sus compañeros.
- Si me disculpan, me retiro a descansar. Avisenme cuando sea mi turno. 
- Espero que sea una noche tranquila.
Acto seguido, la picara se retiro a descansar al costado de la fogata.
 

Janira os miro con orgullo al traer toda aquella leña junto con la que ella había traído tambien, le dio unos golpecitos en el pecho a Lotto por haber pensado en las piedras para delimitar el fuego. Cuando decidisteis el orden de las guaridas mostro su aceptación a aquel repartiemiento y dijo:

- Muy bien, pues yo haré la última y así os podré preparar un buen desayuno. Buenas noches a todos.

La noche pasó sin más incidentes y por la mañana cuando os despertais poder oler un rico desayuno y a Janira que os sonríe mientras os pone varios trozos de comida con una sonrisa en la cara a la vez que os pregunta:

- ¿Qué tal habéis dormido Parthfinders?

A Belven le había tocado la guardia más traidora: la del medio, la que te corta el sueño y te impide cogerlo de nuevo. Afortunadamente, ya estaba acostumbrado a dormir poco y a permanecer alerta cuando todo estaba oscuro y los demás dormían. Pasó su guardia observando las misteriosas formas de los árboles de la zona y las oscuras sombras que se desplegaban a la luz de las estrellas. No hubo nada especialmente destacable, aparte de los suaves ronquidos de Janira, a la que se le notaba la experiencia en esto de dormir al raso.

Por la mañana les aguardaba un nutritivo desayuno. Lola parecía tener mucha mejor cara, y el ambiente se veía bastante animado en general.

Pues la mar de bien, la verdad. Un poco demasiado silencioso para mi gusto, pero bien. 

Belven esperaba que sus propios ronquidos no hubieran despertado a nadie; no sería la primera vez que una compañera de cama se largaba antes del amanecer para poder dormir unas horas tranquila...

La noche transcurrió sin incidencias y el suele pese a duro ejerció su función reparando el cansancio del día, al levantarse el olor a comida inundo sus fosas nasales pero no por ello olvido hacer sus ejercicios matutinos, unas rápidas series y estiramientos bastaron para llevan un poco de calor a sus músculos.

-No he dormido mal gracias ¿y tú?

Se sento junto a la hoguera dispuesto a comer su ración

Por suerte para la joven pícara cuando le toco el su turno de vigilancia, ya se sentía mucho mejor de los pequeños mordiscos de las arañitas, ya no vomitaba y las nauseas se habían ido.
En su turno se dedico a escribir todo lo que había ocurrido en el día, haciendo bosquejos de los lugares, anotaciones y contando como había sido su primer enfrentamiento.
Cuando le toco volver para que Janira se hiciera cargo de la guardia, no le costo mucho volverse a dormir, pues aun se sentía un poco cansada.
A la mañana siguiente cuando ve el desayuno y siente su olor, Lola se incorpora rapidamente con un ágil salto y se acerca a sus colegas Pathfinders.
- Buenos días a todos. Por suerte me he recuperado del encuentro de ayer, perdón mi mal desempeño. Les dice avergonzada.
- Hoy es un nuevo día y hay que aprovecharlo. Las cosas iran mejor.
Luego dirigiendose a Janira. 
- Esto se ve delicioso y huelo muy bien. Muchas gracias.
- Como descansaron todos?
 

Inician la marcha guiados por Janira que avanza tranquilamente hasta lo que ella ha llamado "el árbol bicentenario", como el árbol que marca la dirección. Mientras camináis en algún momento Janira os hace deteneros y una señal de que calléis escucháis cascos como los de los caballos y Janira os hace señas de que os escondáis. Al poco los cascos se alejan y Janira os llama:

- Salid, parece que ha pasado. Parecía un grupo de centauros, no son muy agresivos si no se llevan caballos y si se les trata con el debido respeto. Pero siempre es mejor evitar un enemigo potencial. Sigamos con los ojos bien abiertos.

Continuáis el camino y llegáis a un extraño árbol con varias ramas indicando una dirección y Janira sonríe:

- Parece que el árbol bicentenario sigue cumpliendo bien su función como ha hecho durante más de doscientos años, de hecho, se están planteando cambiarle el nombre en breve a "tricentenario" aunque hay quien prefiere que se quede con ese por haber sido crucial en la última batalla contra las huestes monstruosas y Diobel, y en la rendición de Diobel en favor de Absalom.

Mientras se acerca al árbol, se detiene y mira el suelo. Levanta una mano para que os detengáis y luego os hace seña de que os acerquéis:

- Mirad, son huellas de cascos, parecen de centauros. Así que id con cuidado y sobre aviso. Podéis ver huellas de cascos como los de los caballos más grandes, los percherones, quizá algo más anchas.

El camino estaba tranquilo hasta que repentinamente Janira nos avisa que nos ocultemos rapidamente. Parece que nos estábamos por topar con un grupo de centauros, pero por suerte del grupo su guía y lider estaba lo suficientemente familiarizada con ciertos ruidos, que la joven pícara nunca había escuchado, por lo que la próxima vez iba a estar mas atenta a cualquier extraño ruido que se percibiese en el ambiente.
Luego al llegar al árbol escucha la historia de este y lo memoriza para poder después transcribirlo a su libro cuando tenga un momento. También analiza las huellas de los cascos allí encontrados, pues como dice Janira estos eran un poco mas grande que la de los caballos.
Parecía que su lider ha estado en varias misiones y ha tenido grandiosos maestros.
- A cuanto estamos de las cuevas? Pregunta a Janira.