Partida Rol por web

Tras dejar de mirar el montoncito de polvo me giro para atacar al siguiente y percibo el panorama. En pocos segundos, la ventaja que parecía que habiamos ganado se pierde y todo se convierte en un completo desastre. Andrew y Keks apenas parecen capaces de defenderse, Wash despierta de su estupor para acabar muerto, ahogado con su propia sangre y Casey, pasa de atacante a ser atacada. Esa "cosa" le clava los colmillos en el cuello sin que nadie pueda impedirlo.

"He de ayudarla no puedo dejar que ahora caiga con lo que me ha costado salvarla antes...", decido en origen. Pero entonces mi mundo se cae en pedazos cuando la daga, aquella hoja funesta, se clava en el abdomen de mi Izzie. Un gran helor cae sobre mi y todo lo que me rodea, como si todo se paralizara, se congelara en el peor de los instantes de mi vida, más incluso que cuando mi hermanastra quemó mis únicos Manolo Blahnik, que tanto me había costado que me regalaran, como venganza por "tirarle" su diccionario elfico (que no lo tiré, simplemente me lo llevé para una partida de rol y a Jack se le cayó coca-cola encima del libro y tuve que tirarlo y no conseguí encontrar una edición idéntica y tuve que disimular diciendo que lo tiré a la basura sin querer...).

Todo parece ir en cámara lenta, la mano de aquella zorra de Derriere lanzando la daga y el cómo se clava en la carne de mi mejor amiga hasta que cae al suelo, doblada, y esa cacho puta sale huyendo.

-Puta cobarde!- estoy simplemente furiosa. Aunque dudo por unos segundos entre seguirla y matarla o ayudar a mi amiga, opto por coger a esa cacho puta y obligarla a devolverla la vida a mi Izzie antes de partirle el cuello, así que salgo corriendo detrás de ella, saltando por encima de los obstáculos que haya de por medio del camino. Sé que es una trampa, sé que acabaré muriendo sola en un pasillo oscuro pero no puedo dejar de intentar salvar a mi amiga de algún modo, el único que conozco, obligando a esa zorra a curar su herida mortal, si puede devolver a la vida a un puto vampiro viejo y zarrapastroso ha de poder devolver a la vida a mi Izzie.

-Tú, zorra! No huyas!- le grito a Derriere, cabreada como nunca lo habia estado en mi vida.

Cargué contra el vampiro que mordía el cuello de Casey, golpeando con la maza su espalda, extrayendo toda la rabia de mi interior al ver a Izzie tirada en el suelo, muriendo lentamente. No sé como curar a Izzie, solo espero en mi interior que no muera, pero si lo hace... Lo hará viendo morir primero a aquellos que le han hecho eso.

Annie, con mirada asesina en los ojos sigue a la profesora por el pasadizo...

Vance se tira a salvar a Casey golpeando brutalmente a Darthok en la espalda... sin embargo éste no suelta a la rubia...

-Cuando acabe con este pequeño bocadito serás el siguiente, chulito de mierda- dice con los colmillos llenos de sangre volviendo a morder a Casey...

Gracias a tu rapidez natural y a tus buenos reflefos doblas la esquina y alcanzas a la profesora que acaba de huir... la tienes a un metro...

Lo intenté; juro que lo intenté. Nada más sentir la mirada hambrienta de ese tipo se disipó toda mi sorpresa y mi pequeño orgullo de chica peleona para dejar paso al miedo. Chillé y traté de echar a correr, pero él fue más rápido y me agarró con una fuerza casi asfixiante, aunque ese no fue el peor de los detalles: como dos punzantes agujas clavó los colmillos en mi cuello, haciéndome gritar de nuevo y cerrar los ojos con tanta fuerza que me provoqué el llanto.

Era...Horrible, como la vez que pisé una chincheta, pero triplicado y elevado a la quinta, pero como aquello, al cabo de los segundos me acostumbré suficiente al dolor como para poder pensar y darme cuenta de cómo las fuerzas abandonaban mi cuerpo y que debía luchar por mi vida si quería conservarla. Empecé a removerme, intentando zafarme, pero estaba demasiado bien sujeta.

Al darme cuenta de que no podía salir de esta por mi propio bien, ni siquiera cuando Miller consiguió hacerle parar unos segundos, sí que empecé a llorar de verdad, apretando los puños.

- Deja el bocadito para luego y pelea, ¡maricón! - le repliqué al vampiro tratando de provocar que soltase a la chica antes de matarla.

-No acostumbro a discutir con el postre...- murmura el vampiro mientras se apresta a vaciar a Casey...

- Pues ojala se te indigeste, cabrón. - señalé con un gruñido mientras me preparaba para lo que fuese a ocurrir.

Su propio Tristán, salvándola de los leprosos: Andrew será un cabezón pero le enternece sobremanera ver cómo se avalanza sobre el vampiro que la custodia para acabar con él en pocos segundos. Verle el sudor resbalando por la frente y sonriendo como si hubiera hecho una travesura simplemente le pone a mil. Toca con el pie la astilla más grande, preparándose para liquidar al siguiente. Hay que acabar esto cuanto antes porque se le ocurren mil cosas que hacer con Andrew y ninguna es matar vampiros (aunque sea francamente divertido, a pesar de que no sangren tanto como los encapuchados).

Pero parece que las cosas no iban a ser tan fáciles. Su cerebro no ha procesado aun a Izzie en el suelo cuando ve a Casey en manos del vampiro corta-rollos. Un "¡Nooo!" sale de su boca, dirigido a nadie y demasiado débil para que lo oiga nadie aparte de Andrew. Duda durante un momento, no sabe qué hacer exáctamente y sólo se le ocurre concentrarse para hablar telepáticamente a Vance.

- ¡Tenemos estacas aquí!- no es ciertamente la información más valiosa en estos momentos, ni una gran estrategia, pero tal vez sea más efectiva que la maza que lleva en sus manos. Espera que Vance sea la gran esperanza que estaba todos esperando, antes de que le pasara nada definitivo a Casey. Joder, con lo maja que es...

Me lanzo en persecución de la profesora Derriere, salto por encima del cadáver de Wash y sigo corriendo como si el mundo se acabara hoy mismo (bueno, de hecho sí lo hará si no destruimos el foco que une las dimensiones pero ya me importa poco con Izzie muerta...). 

Aunque las sandalias no son el mejor calzado para ello, no me importa, ahora mismo ya nada me importa más que hacer lo que hay que hacer, atrapar a esa zorra y obligarla a revivir a Izzie. Eso no me frena en mi objetivo, corro como nunca lo he hecho hasta atrapar a la profesora, que está de espaldas delante de mí y olvido mis maneras finas y de niña mona.

Alzo mi pierna, siguiendo instintivamente las lecciones aprendidas en el dojo y le lanzo una patada hacia su costado, impactando en todo su costillar, deseando que se le rompan las suficientes costillas o huesos, para que quede inutilizada o cayera inerte y así poder atarla y arrastrarla de nuevo a la cueva. Me siento como si viera una pelicula, desde fuera, ni noto el dolor al golpearle su cuerpo, sólo siento una enorme furia, unas enormes ganas de estamparle la cabeza contra el suelo y abrirle el craneo como si fuera una sandia. Pero me recuerdo a mi misma que la necesito viva. No puedo matarla. Aún.

Sujetaba con fuerza mi estaca de menos de medio metro, pretendiendo defender a Eliz de aquella cosa. En lo más profundo de mi consciencia, sabía que tenía todas las de perder. Si aquella criatura me alcabnzaba, saldría volando por los aires, quién sabe si estrellándome contra una roca y abriéndome la cabeza. Todo eso, ahora no importa, Andrew. No dejarás que le pase nada a Eliz. Si has podido con uno, puedes con dos. Ese pensamiento, fue todo un logro. Me distraje unos segundos, tras los cuales, pude ver cómo efectivamente venía hacia mí un golpe de aquel vampiro. Un golpe nada acertado, porque me pasó de refilón. Dí un paso hacia atrás, tambaleante, mientras sus roñosas uñas lanzaban contra la roca la gota de sudor que coronaba la punta de mi nariz. El movimiento justo para evitar perderla.

Aunque pareciese un sieso, la natación me había dotado de cierta flexibilidad, por lo que según me he plegado un poco sobre mi propia espalda, aprovecho para impulsarme sobre el cuerpo de la criatura dentuda que tenía enfrente. Estaca en vanguardia, desde luego. Y un pequeño empujón desde la retaguardia para atravesarlo de lado a lado, y reducirlo a cenizas. Me encontraba sumido en mi propia batalla personal, ajeno a cualquier ruido, a cualquier sensación externa a mí o a los vampiros que me rodearan. Había olvidado por completo a los demás, excepto a mi pelirroja. Por ella era todo esto, si no... Probablemente, no tendría motivación alguna. Apoyando con fuerza la estaca sobre su pecho, forcejeo con él un poco, creyendo que me va a derribar, cuando no se me ocurre nada mejor que - ¡Eh, pringado, aquí el que estorba, eres tú! - Aprovechando esos segundos de enfado por parte de mi enemigo, consigo empujar un poco más lo que queda de poste hasta sentir cómo atraviesa su carne. Y de nuevo, le cuesta seguir hasta el final. - ¡Esa, es mi pelirroja! Así que... - Gruño esforzándome por completar el trabajo. - ¡Muérete de una vez y déjame darle un beso! - Concluyo de una forma mucho más relajada, sintiendo cómo la ceniza cae sobre mis manos, escurriéndose hasta volver a su lugar de origen: la nada. Clavo la estaca en el suelo, junto a mí, unos centímetros por detrás de Elizabeth. De un gesto con la muñeca, aparto los mechones de pelo que cubren mi rostro, y escupo algo de ceniza al suelo. - Estas cosas saben fatal... - Digo, mientras comienzo a asimilar el panorama. Mis ojos se abren como platos, estupefacto por lo sucedido. Y ahí estaba Miller, intentando salvarnos. O haciendo lo que bien podía. En el suelo... En el suelo estaba Izzie, comenzando a rodearse de un charco de sangre, cada vez más grande. Palidezco por unos instantes, y no puedo evitar cogerle la mano a Eliz.

Ligeramente aturdido, por la excitación de la batalla, y el shock, mis ojos comienzan a moverse de un lado para otro en la cueva, en busca de cualquier cosa que pudiera servirnos. Algo, quién sabe, si más efectivo contra Darthok o algo con lo que intentar frenar la hemorragia de Izzie.

Tu brutal patada conecta con el costillar de la profesora y, entre la niebla roja de tu furia, oyes un crujido al impactar... Ms Derriere cae al suelo con un chillido de dolor y se golpea fuertemente la cara contra el suelo... y se retuerce de dolor en él porque además ha caído sobre el brazo que se rompiera o dañara hace unos segundos debido a la magia de Elizabeth.

La ves retorcerse en el suelo, tiene sangre en la cara producto de una brecha en la frente y llora presa de espamos de dolor.

Nada más golpear a la profesora ves que cojeando y con la cabeza vendada se acerca el profesor Threebanks por el otro lado del pasillo... -Thea...-dice asustado al ver a su compañera de fechorías malherida en el suelo...-  ¿QUE ESTAS HACIENDO NIÑATA ESTÚPIDA? ANIMADORA DE MIERDA... DEBERÍAS ESTAR FORNICANDO CON EL QUATERBACK Y NO AQUÍ REVENTANDO ESTE RITUAL...-te grita...

A unos metros de tí y sin que puedas hacer nada para evitarlo el profesor levanta su mano izquierda, en la que lleva una especie de calavera en la que sientes que focaliza su energía... y empiezas a sufrir...

-Con el poder que me hace amo de las dimensiones voy a quemar todas tus células... no eres la rubia que quería que ardiese pero servirás...-

Sientes un terrible dolor en todas las partes de tu cuerpo cuando empiezan a arder tu boca se abre en un grito de dolor...

Krack, el tiempo se detiene y delante de tí aparece una mujer rubia, hermosísima y perfectamente arreglada con un precioso vestido; aparece de la nada, como si se hubiese teletransportado.

Mira al profesor con cara extrañada y luego te mira a tí con cara de preocupación...

-Pequeña ¿que te pasa? ¿que haces en las dimensiones demonio? ¿y porqué este imbécil intenta vaporizarte con un conjuro tan desagradable?- su voz suena increíblemente amigable y preocupada por tí...

El dolor se ha parado, gracias a esta mujer, que tiene un parecido muy grande contigo. El tiempo es como si se hubiese detenido... el profesor se mueve como en un DVD pausado de fotograma a fotograma y la maldita profesora-bruja que esta en el suelo igual...

Tu puedes actuar normalmente...

Andrew, al que parece que el cariño que siente le da fuerzas acaba con el vampiro restante...