Partida Rol por web

Aunque el momento sea el menos indicado, cuando ve a Andrew acabar con el último vampiro se pone el poste bajp un brazo y con el otro lo agarra y le planta un beso. Parece durar una eternidad pero por suerte sólo han pasado un par de segundos. Se aparta unos milímetros tan solo y le mira a los ojos antes de separarse por completo.
- Acabemos con esto, que tenemos otras cosas que hacer - le dice mientras se muerde los labios. Entonces se gira para enfrentarse a la dura realidad. Wash e Izzie medio muertos en el suelo y Casey en brazos de ese monstruo. Sabe que no puede utilizar sus poderes como antes porque podría hacer daño a la rubia así que toca buscar otras opciones. Lo único bueno es que Vance está al lado y podría acabar lo que empezara ella. Tiene aun un poder por desarrollar y aunque no sea el momento de experimentos es lo único que se le ocurre para que el vampiro deje de chupar. Se concentra todo lo que puede, cerrando los ojos, con la mano de Andrew en la suya. Visualiza las antorchas y los braseros desparramados por la cueva, incluso el vampiro en llamas. Toda esa luz tiene su contrario y ella los separa como puede y los dirige hacia Darthok. Por un momento las antorchas brillan aun más mientras una masa etereamente oscura se cierne sobre el vampiro. Con su mente imagina como los músculos de éste se congelan, como deja de chupar sangre de la pobre Casey, dejándolo sin posibilidad de defenderse. Lo agarra mentalmente para dejarlo paralizado por completo y cuando está segura de ello grita a Vance.
- ¡Ahora! ¡Está congelado! ¡Dale en la cabeza! - mientras tanto agarra su poste para acercarse al vampiro con Andrew, por si Vance falla rematarlo entre los tres.

Las sombras que proyectan las antorchas y los braseros en las paredes fluctúan y se ciernen sobre Darthok empezando a paralizarle... a sentir de verdad el frío de ultratumba en sus órganos muertos...

Contempláis atónitos el prodigio de la hechicera cuando...

-Que maja, tratando de salvar a tu compañera.- dice sin levantar sus colmillos del cuello de Casey con la voz más malvada que habéis oído nunca... -no me puedo mover apenas por este frío... sin embargo tengo una bebida caliente para recuperarme... Mateo, cubreme mientras me tomo este reconstituyente...

El vampiro al que Casey había quemado con la antorcha, con el rostro horriblemente desfigurado por el fuego asiente y se pone en medio, dispuesto a que su jefe realice su última venganza contra la pobre niña rubia...

Cuando el cuchillo se te clavó en el abdomen creíste que estabas acabada y el dolor te paralizó por unos instantes, pero fueron eso, instantes ya que el dolor ahora mismo solo es una molestia y puedes moverte más o menos bien... siempre que no mires a la daga que sale de tu vientre claro...

Los salvaré a todos, piensa tras matar al primer vampiro. En el fondo lo cree. Ha visto demasiadas películas como para darse por vencida. Así que respira todo lo profundo que puede y se prepara para un nuevo ataque al vislumbrar a Tea Derriere levantarse, con un brazo en una posición que en otra situación le habría hecho dibujar una mueca de asco a Izzie. Trato, dice. Todavía no entiende cómo esa inútil ha podido confiar en ellas.

- ¡Nunca te fies de las zorras de la clase, gilipollas! -exclama, con la confianza que sólo siente alguien que ya no tiene nada que perder. Y eso es lo que hace que no escuche las palabras de Derriere, esas que provocan que una daga que la morena no había visto antes se clave en su abdómen.

Su primera reacción es gritar. Cierra los ojos con fuerza y aprieta los dientes, fruto del dolor punzante que, en esos momentos, recorre todo su cuerpo. Los segundos pasan mucho más lentos para ella, como si todo fuera a cámara lenta. Se da cuenta de que va a morir. No es que sea una experta en medicina, pero cuando una frecuenta las compañías de Izzie se da cuenta de que un navajazo nunca termina bien, y menos si en vez de una navaja utilizas una daga. No se lo esperaba, a decir verdad. Ella lo que quería era matar a todos esos chupasangres, como si fuera un tributo a todos los que han muerto durante la excursión. Aaron, los latinos, las góticas. Pero se ha metido en la boca del lobo y, ahora, no saldrá.

Hinca las rodillas en el suelo. No tarda mucho en caer sobre él, víctima de la situación. Me quitaréis la vida, pero nunca me quitaréis la libertad, cabrones, piensa cuando su cuerpo toca la tierra dura y fría de las ruinas. En su mente incluso suena una musiquilla épica mientras recuerda palabras que envuelven viajes y muerte (el viaje no acaba aquí; la muerte es sólo otro camino que todos tenemos que tomar). Espera el momento, intentando excluir el dolor que le produce la daga clavada en su vientre. Recuerda los buenos momentos con su familia, con Annie. Supone que así será más fácil y bonito.

Unos segundos, y dicho momento no llega. No se muere. Joder, cómo tarda esto, vaya mierda, se dice Izzie a si misma. Entreabre los ojos y se mira. La daga ya no le duele tanto; tan solo es como si la aguja se le clavara para hacerle un tatuaje. Y ella, por suerte, está acostumbrada a ese tipo de dolor; no es más que una molestia. Llega a la conclusión de que no se muere. ¡No se muere! Está viva. Podrá seguir yendo a clase, jugando al rol y matando vampiros. Uy, los vampiros. Levántate, que eres la jodida Izzie Morgan, esa que sobrevivió a un navajazo del quince. Hace caso a su conciencia y, teniendo mucho cuidado con la daga, se pone en pie. No se quita lo que tiene clavado en el abdomen porque, sinceramente, no quiere terminar con las tripas fuera.

Mira a su alrededor. Wash se ahoga en su propia sangre, así que lo descarta; ya no puede hacer nada por él. Piensa en ir tras Derriere, la hija de puta que ha estado a punto de mandarla al otro barrio, pero no sabe dónde se ha metido. Y, entonces, se da cuenta de que el vampiro que les ha dado antes un repasón a ella y a Annie se está intentando comer a Casey mientras Miller hace el idiota con una maza cuando, al parecer, tiene unas estacas muy bonitas en el bolsillo. Gilipollas hasta para eso, insulta mentalmente.

Da un paso. No le duele, así que da otro. Tampoco. No entiende que narices le pasa; en teoría tendría que estar retorciéndose de dolor en el suelo, agonizando como un gato al que acaban de atropellas; pero al parecer Dios existe y le ha dado una segunda oportunidad, así que piensa llevarse a todos los que pueda por delante. Por si al final no sobrevive, claro. No quiere quedarse con las ganas.

- De pie, de pie, jinetes de Théoden –susurra mientras se acerca al lugar donde están el vampiro y Miller, citando el discurso de Théoden, uno de sus personajes favoritos de el Señor de los Anillos. Está de mala hostia. Y es que no sólo han intentado matarla, no. Ahora, el retrasado mental de Darthok cree que le puede chupar la sangre a su nueva amiga. Ja. Izzie se ríe en la cara de ese payaso-. Un momento cruel se avecina –prosigue, cogiendo una de las estacas de madera que tiene Vance en el bolsillo. La sujeta con fuerza. Piensa clavársela tan hondo a ese cabrón que le salpicará la sangre en la cara de lo grande que será la herida en el corazón-. ¡FUEGO Y MATANZA! -grita. Alza el brazo y lo baja con fuerza, con toda la que puede. Un visto y no visto, la estaca rasga la carne, atraviesa las costillas y se clava en el corazón ya muerto de Darthok el vampiro, todo acompañado por los gritos cabreados de Isobel Morgan.
 

Se le congela todo a ella también cuando se da cuenta de que no ha conseguido que el vampiro deje de chupar. ¡Casey, mierda, lo siento! le dice mentalmente. Empieza a notar un sudor frío por la espalda y aprieta aun más la mano de Andrew, paralizada por no saber qué más hacer.

Concentrada como estaba no ve a Izzie hasta el último momento. Sus ojos se abren como platos y una sonrisa enorme se le dibuja en la cara, no le importa que Darthok pueda enterarse por su expresión que algo malo le va a pasar porque el muy capullo no se puede mover. Segundos después se ha convertido en ceniza y un grito de júbilo sale de su garganta sin poder evitarlo.

- ¡Yiiiijaaaa! ¡Tú si que molas, Izzie! - dice riendo y acercándose en cuanto puede para abrazar a la animadora.

Ojo que odavía queda el vampiro medio quemado por Casey... y el turno de Casey... luego Izzie te dirá como responde al abrazo...

Sin problemas lo entiendo perfectamente :D

Ya me había rendido a la opción de que aquí se acababa mi viaje; no dolía, pero era bastante deprimente pensar que iba a morir desangrada por culpa de un maldito vampiro (porque sí, al fin acababa de entender y procesar que esas bestias feas y chungas eran vampiros de verdad) para el que solo estaba siendo un bocadito. No sé si hubiera preferido una muerte rápida en la que no me dejara pensar en todo lo que me voy a perder.

De pronto caigo al suelo de rodillas y abro los ojos, mirando alrededor. Izzie, con una daga en el estómago y una estaca en la mano (alucinante), la antorcha, Miller, cenizas disipándose a mi alrededor...Estoy viva por puro milagro, y esto aún no ha acabado; justo delante queda otro. Y no me da la gana.

Me levanto todo lo rápido que puedo, aunque jadeando con los pulmones acelerados por haberme sentido al filo de la muerte, tomo la estaca de la mano de Izzie cuando Liz se tira a abrazarla y avanzo las zancadas que me separan del último vampiro, al que le había atizado antes con la antorcha. Alzo el brazo, cargándolo con las fuerzas que me quedan y aferrando bien la estaca.

-¡Eh, tú!-le aviso antes de descargar contra él toda la fuerza muscular de mi brazo derecho, clavándole la madera en el pecho al pillarle cuando se gira. Algo atónita me quedo cuando le veo desvanecerse en una nube de cenizas, como la que me rodeaba cuando he vuelto a abrir los ojos. Dejo caer la estaca y me sacudo las manos.-Esto por decirme esas cochinadas...-gruño un poco, y me dejo caer sobre el frío suelo.

Estoy cansadita.

Darthok se desvanece, convirtiéndose en cenizas, al igual que el vampiro con la cara quemada. AAC, 2. Vampiros, 0. Aún así sigue de muy, pero que muy mala hostia, por lo que no se toma muy bien que Elizabeth Keks, irlandesa y bruja (lo primero todavía cree que es así, lo último lo toma como adjetivo despectivo), intente abrazarla.

- ¡Me cago en tu madre, Keks! -exclama, más por la impresión de que terminará por clavarle aún más la daga que porque le tenga tirria a la pelirroja- Quita, anda, quita, que la vas a liar al final -dice al intentar zafarse de Keks.

Mira a su alrededor, buscando a Derriere y a Annie. A la primera le va a clavar la daga con la que ha intentado matarla, y a la segunda la va a llevar de vacaciones muy lejos cuando todo eso acabe. Europa, quizás.

- ¿Dónde se ha metido la zorra de Derriere?

Miré a Izzie con una ceja alzada, planteándome si eso era normal o no... Pero que cojones, acababan de luchar con vampiros... Vi que estaba algo alterada y cabreada buscando a su amiga Annie y a la profesora que se habían ido por uno de los túneles.

- Se han ido por ese túnel. - indiqué a la joven entre contento porque no hubiese muerto y extrañado de que siguiese viva - ¿Me dejas sacarte eso antes de ir a por ellas? - le pregunté señalando la daga - Mi madre es enfermera y me enseñó lo básico... - expliqué esperando su permiso, aunque supuse que estaría encantada de perder aquel arma blanca de su estomago.

Izzie le aparta, pero no le mete una ostia, que sería lo normal en ella. Así que no se lo toma muy a mal y sigue sonriendo. Mira a Andrew y la sonrisa le crece aun más. Se siente eufórica. Ojalá todas las excursiones fueran como esta.

Empieza a quitarse las cadenas que le unian al poste, está harta de llevarlo bajo el brazo. De hecho le sorprende no haber sacado un ojo a Izzie con él, pero la morena tiene cosas más importantes de las que preocuparse. Una vez liberada se masajea las muñecas, no porque le molesten demasiado, sino porque eso es lo que hacen en las pelis, no? Vance contesta a Izzie señalando un túnel que Elizabeth ni siquiera había visto. No sabe si Anne necesitará ayuda, pero ella aun siente los efectos de la adrenalina y quiere más sangre.

- Quítale eso y vamos, Anne igual nos necesita - dice a Vance. Luego se fija en Casey, que está en el suelo y tiene una pinta horrible. ¿Cómo se ha podido olvidar de ella? - ¡Casey! ¿Estás bien? ¿Puedes caminar? - dice mientras se agacha y la abraza con cuidado.

Dejo que sea Liz quien me alce un poco y me abrace, porque yo ahora mismo me he dejado acoger por la comodidad del duro suelo para procesarlo todo e intentar recuperar el ritmo normal de mis actividades internas. El corazón ya no me golpea tan violentamente el pecho, y creo que puedo respirar con la boca cerrada.

-Yo...Yo quiero hacer esas cosas que tu haces, Liz...-le digo, sonriendo débilmente y cerrando los ojos.-S...Sí, creo que puedo caminar sola.-intento levantarme, usándola de apoyo a ella.-¿Qué pasa? ¿Quedan más?

Mira a Miller y frunce el ceño. No sabe bien qué hacer, pero tampoco puede perder tiempo: Annie está en peligro si ronda sola por allí, y más con Derriere suelta. Aunque claro, tampoco puede ir con la daga clavada ahí. A saber si a otro le da por "abrazarla" como ha hecho Keks y se le clava más.

Chasquea la lengua. ¿Sacarse la daga o no sacársela? ¿Sacar o no sacar? Decide, Izzie, decide.

- Sácala -termina por soltar-. Corre, corre, no tengo todo el puto día. Tenemos que ir a por Annie ya.

- ¡Estate quieta nervio! - gruñí cuando la chica empezó a dar saltitos y a meterme prisa - Ahora vamos a ir a por Annie y le partiremos la cara a esa zorra de Biología... - sonreí a la preciosa morena guiñando un ojo y sacando la daga con cuidado - ¡Ya está! - determiné mostrando el arma blanca en mis manos - Supongo que querrás devolvérsela... - resolví extendiendo la daga por la parte del puñal a Izzie.

2 puntos para mí! La puta de Derriere se abalanza contra el suelo tras recibir mi poderosa patada en todas sus costillas, con ese crack estoy casi convencida de que le he roto un par por lo menos. Bieeeenn!!

"Espera, yo no soy así, no soy una psicópata abusadora, no es fino ni femenino pegarle a la gente de ese modo. Bueno, vale, sólo hoy y porque estamos todos a punto de morir! Queda totalmente justificado!".

Casi doy un bote de alegría por haberle zurrado y me dispongo a intentar hacerle una llave para bloquearla y llevarla de vuelta a la cueva para que resucite a mi Izzie cuando oigo otra voz familiar, el profesor Threebanks, el mayor malvado de la historia, no sólo es uno de los líderes del intento de matarnos si nó que encima me suspendió un examen de historia! A mí! Y a uno de los que no cateé expreso!

Indignada miro al profesor pero no me da tiempo de reaccionar apenas ni a abrir la boca cuando un dolor atroz inunda mi cuerpo y mi mente, todo mi cuerpo arde como si algo estuviera intentando separarme célula a célula. Un enorme grito se escapa por mi garganta y me doblo de dolor hasta hincar las rodillas en el suelo y caer de cuatro patas.

-Hijodep...- es lo único que consigo articular a duras penas.

Entonces todo cesa de repente ante la aparición de aquella mujer tan extrañamente familiar. Vuelvo a poder respirar sin dolor, aliviada. Aprovecho para levantarme y ponerme de pie. La miro a los ojos, realmente confusa.

-Yo... Es culpa de ese tipo!- levanto el brazo y señalo acusatoriamente con el dedo índice a Threebanks-Y de esa!- paso a señalar a Derriere que está en el suelo, aturdida- Ellos nos trajeron aquí para matarnos a todos! Yo sólo me defendía. Mató a mi mejor amiga! Quieren destruirlo todo! Juntar las dimensiones!- prácticamente vomito las palabras en mi defensa, de tan seguidas que las digo.

Veo al profesor articulando y moviéndose a cámara super-lenta. Me miro a mi, gesticulo levemente la mano delante de mis ojos. No. A mi no me está afectando. Mi cerebro me dice que debería aprovechar la pausa para cortarle el cuello al cabrón del profe.

-Vale, si me disculpas un segundo- le indico a la bella mujer, tratando de no perder la compostura ni los modales -Antes de que me explique quien es usted y porque me resulta familiar.. tengo una pequeña faena pendiente.
Me acerco a Threebanks corriendo y saco mi navaja dispuesta a cortarle la garganta, sin voz no hay encantamiento o mejor aún, cambio de idea y le intento arrancar la calavera de su mano para destruirla. Sin calavera no hay poder. O algo.
-En seguida estoy por ti!!- le digo de nuevo a la mujer misteriosa.

"Si no funciona, le rajo el cuello. Simple.".

-Porque ayudarme más no lo harías verdad?- vuelvo a intentarlo, mientras trato de coger la calavera, tirarla al suelo y pisotearla con fuerza para convertirla en añicos...