Partida Rol por web

El regocijo de que alguien tenga depositadas sus esperanzas en MI, ¡¿como si fuera un verdadero héroe?!, eso si que es un honor al que hay que corresponder con compromiso. Luego de terminar mi vino, me levanto y con un gesto de cabeza saludo a los presentes.
- Debo descansar y soñar con mi destino -
Luego de pedirle al posadero la correspondiente habitación, invitada por el capitán, me enfilo a dormir, luego de revisar que la herida sufrida anteriormente no sea mas que un rasguño. - Mañana sera un gran día. Buenas noche padre y que tus consejos me lleven a buena ventura.- Y así me desplome en el camastro, abandonándome a sueños de gozo de gloria.

Lista y con la mente clara, como el cielo sin nubes, pienso en todo lo necesario para este viaje, que de hecho, no tengo idea...ni experiencia para evaluar lo necesario. - No me vendría mal la ayuda de alguno de los que van a ser mis compañeros de viaje.- Al dar un ojeada por la posada me percato que madrugar no era lo de ellos, mas no había nadie de los presentes la noche anterior.
Sin esperar depender de nadie, como he hecho desde que no comparto mas el mismo aire con mi padre. - Me las arreglare sola.- Dicta mi mente, salgo de la posada en busca de tiendas. Observando con mas detenimiento la edificación del baluarte, nuevamente me llama la atención la estatua de aquel dios...o eso creo es. - ¿Sera Valion, aquel del que hablaba el anciano anoche? - lo observe un buen rato, embutida en los presagios que Vertino ha dicho tener y que yo sirvo a un dios, al cual ni conozco.- Pff, no creo que algo sea mas confiable que el acero.- Crece un pensamiento en mi cabezota, para luego soltar en voz alta. -¡Pero que va! Algo de ayuda nunca viene nada mal. Jajajaj- termino riendo jocosa ante tal confesión.
Continuando la caminata, y preguntando aquí y allá los lugares para abastecerme, doy con el almacén. -Buenos días caballero.- Un saludo cordial, siempre es bienvenido.
-Listo ya tengo lo necesario- Luego comprar, comida, cuerda, sacos... y demás cosas.
- Mmmm solo hay algo mas que desearía.- Entro a la armería, y contando las migajas de monedas que restaban en mi bolsita, pido una espada corta.
-¡Listo jovencita, ya estas lista! - Me asevero a mi misma.
- De regreso a la taberna a por mis colegas y Vertino. -
Tomo asiento en una mesa y a la espera de los otros actores en esta aventura, pido una hogaza de pan con un buen trozo de queso, y una gran jarra de cerveza para pasarlo. - ¡A mi salud! - bebo y como, para esperar.

En la mañana me dirigí a la armería mas famosa de la fortaleza en busca de un arco que me permitiera sobrevivir en la aventura en la cual había decidido participar. No dudaría en despilfarrar el poco oro que tenia en mis bolsas, ya que suponía tendríamos tesoros para lanzar al aire, al regresar de tal renombrada búsqueda.

Sin embargo el oro que tenia no me alcanzaba para el arma que tanto anhelaba, cabizbajo di las gracias al vendedor y voltee solo para encontrarme con un par seres que parecían ser feroces guerreros. Aunque por su apariencia parecían ser de aquellos tipos que vendían sus habilidades.

-¿Me acompañaran a lo que podría ser la aventura de su vida? pregunte a los tipos.

-Por cierta cantidad de oro te seguiremos a donde quieras...??

- Mi nombre es Windar y os prometo oro, gloria y fama!!

- Soy Charles y mi arco es tuyo, no soy fácil de convencer, sin embargo siento mucha confianza emanando de tu pequeño cuerpo. dijo el arquero humano

-Mi nombre es Lacewal y yo confió en este maldito arquero, donde el vaya iré yo por lo cual también mi espada es tuya!! dijo el elfo tras su armadura de malla.

-Me alegro que aceptaran mi oferta, vayamos por comida y a juntarnos con los que serán nuestros compañero de viaje.. les dije a los mercenarios Charles y Lacewal.

No es que confiara mi vida en ellos, sin embargo confiaba en el poder del oro y me sentía seguro de encontrar los tesoros que nos había prometido el anciano que nos había recibido.

Después de comprar la comida necesaria, llegamos a la taberna donde vi sentada a la feroz y muy activa guerrera que parecía ser la mas emocionada con la aventura que nos habían prometido. No dude en acercarme y presentarle a mis nuevos compañeros.

Sentada a la espera de mis colegas de aventura, se hace presente el discreto hombrecillo, y no estaba solo. - ¿Que tal te trata la mañana...? mmm no recuerdo haber escuchado tu nombre. - Hago una pausa para rememorar si había mencionado su nombre, pero nada acude a mis recuerdo, y continuo.-Veo que traes compañía, la necesitaremos si solo seremos tres los que aceptamos esta misión de rescate. Tomen asiento, hay que esperar al joven de pelo negro, ¡¡Ahh!! casi lo olvido, y a Vertino, pues el nos debe un mapa.- Y con ancha sonrisa los hago ademan de que tomen lugar en la mesa.

-Mi nombre es Windar Glebea, ladrón de corazones! Mientras que mis compañeros son Lacewal y Charles, amigos inseparables, buscadores de gloria y fama al igual que nosotros. Decía para después guiñarle a la chica.

-Por cierto, yo tampoco he escuchado su nombre bella dama. Justo después tomaríamos asiento alrededor de la mesa, y así conversar tranquilamente mientras esperábamos a Vertino con los detalles de la búsqueda y al ¿joven de pelo negro?

El día iba acabando y los cansados aventureros se retiran a sus aposentos. la mañana llegó rápidamente y los aventureros preparar sus cosas y acudir al templo a esperar las bendiciones de Vertino y el supuesto mapa con la ubicación.

¡¡Ohh!! Un gusto conocerte Windar y a tus inseparables amigos también.- Y saludando con un ademan de cabeza, prosigo.- Tenemos un gran reto por delante, la emoción carcome mis tripas.- No podía evitar la agitación en mis palabras. - El muchacho de pelo negro, ¿no recuerdas? el que estaba anoche en la mesa, como era su nombre....mmm- Mientras me lo pienso, bebo un trago de cerveza- Jajajaj- rompo en risas- no lo recuerdo, es mas creo que ni me lo dijo. Pero eso no tiene importancia, hay cosas que me urgen mas en este momento.- y con una gran sonrisa me embucho un trozo de queso.
-Bueno dejándome de tonterías, ya bebí y comí como para soportar todo el día sin desfallecer, ¿porque no vamos al templo a buscar a Vertino? ¡Estoy aburrida de estar sentada! - Casi en llanto suplicante pido desesperada aventura.- Hasta podríamos dejarle a Tarkov un recado, de quien de aquellos que estuvieron sentados en la mesa anoche, y les intereso la propuesta del anciano, que valla al santuario. - Los miro a los ojos, expectante, con el rostro de una niña inocente, quien parece no entiende lo peligroso de este asunto. - ¡¿Vamos?! - Y mostrando mis perlas blancas en ancha sonrisa,trato de convencerlos.

Ya llegando a la puerta del templo, Asilem ve al joven de pelo negro apostado al costado de la entrada.- ¡¡Uff!! Pensé que solo seriamos 4. -piensa con alivio. Y con un vehemente saludo irrumpe al joven, que tan concentrado estaba con sus papeles.- ¡¡Buenos días!!- y con su características sonrisa, enmarcada por su delicado pero vigoroso rostro, la bisoña guerrera, pregunta.- ¿Ya estamos listos? - Y tomando la iniciativa, ingresa a la capilla.

Partimos de la taberna no sin antes dejar un recado para el pelinegro que esperábamos sin esperanza alguna. Seguimos a Asilem hasta llegar a la capilla donde encontramos al tipo del cual tanto se preocupaba nuestra compañera.

-Vaya, por fin te encontramos. Le decía al pelinegro que hasta ahora no podía recordar su nombre, y suponiendo que el tampoco recordaría el mio, o simplemente no lo habría escuchado por que no lo había mencionado me presento antes de entrara a la capilla.

-Saludos, mi nombre es Windar Glebea!! Mis acompañantes Charles y Lacewal!

- Hola queridos amigos, loado sea Valion que con su gracia os ha traído aquí - agachando en seña l de humildad hace unos gestos de bendición: - Oh Valion, grande es tu magnificencia y grande tu creación. Acompaña a estos héroes en su lucha contra el caos y protégelos durante el camino tú que con tus manos acoges a fieles y no fieles no los deje desamparados y protégelos si es tu voluntad. Que así sea oh gloriosa divinidad.

Asintiendo con la cabeza en respuesta a el saludo de Vertino, Asilem escucha cada palabra del anciano, sin entender como Valion tiene algo que ver en su destino, cuando es ella la que elige su rumbo. Con rostro desconcertado, sacude la cabeza y poniendo freno a su descarrilada mente, se centra a lo que vino. - Buenos días señor Vertino - ofrece su gentil saludo al anciano.-Estamos aquí, por el mapa. Ni bien nos lo facilite, partiremos si es que tenemos todo lo necesario.- El arrebato de emoción por aventura, hace que la guerrera proceda de forma franca y directa, pues su inocente corazón no entiende otra forma. - Si es que todos estamos de acuerdo.- Comenta luego, mirando a todos los presentes en la reunión, para que den su opinión.

- Umm, estos jóvenes siempre con prisa, frenética generación de muchachos...
Vertino y se pierde tras una puerta. Al cabo de unos minutos aparece con un rollo de pergamino en la mano.

La joven da cuenta de su precipitada personalidad, y con gran pesar pide disculpas. - Señor Vertino si he sido desconsiderada con mi apasionada forma de hablarle, sepa excusarme.- Con un tono rojizo de vergüenza sobre sus mejillas, continua.- Olrig, tienes razón.De ahora en mas tratare de aprender a ser mas cauta.- Como un chico recién castigado por alguna travesura, la joven de cabellos dorados, mueve su pie en el suelo de forma nerviosa, a la espera de que el anciano les entregue el mapa, y si tiene alguna información mas...que la provea.

Me mantenía al margen de lo que ocurría entre Vertino y mis nuevos compañero de viaje. Simplemente estaría observando con detalle todo lo que ocurriera en estos momentos. No tenia nada que aportar, así que mis palabras en estos momentos serian innecesarios.

Finalmente y después de que Vertino se perdiera por un instante, regreso con pergamino en la mano. "¿Que podría ser?" pensaba mientras lo observaba con gran curiosidad.

- Impaciencia, impaciencia - sacude la cabeza - Vengan conmigo y os enseñaré

Vertino hace un gesto para que le sigan hacia la parte de atrás del templo. Allí desenrolla sobre una mesa el rollo de pargamino. El mapa muestra la zona más allá del tauro, justo en la frontera con los Reinos Orcos. Señala entre las piedras una X en una montaña concreta "*Dogged Mountain"