Habían conseguido avanzar un buen trecho ese día de marcha y antes de que cayera la noche habían encontrado un buen punto para montar el campamento, solo faltaba que no tuvieran ninguna visita inesperada esa noche y pudieran descansar para lo que les deparara el día siguiente, me parece una buena idea Sildar, cuatro ojos ven mejor que dos, hagamos pues los turnos de guardia...
Motivo: Turno de Guardia
Tirada: 1d6
Resultado: 6
Sin contrariedades,el grupo bordeo el bosque hasta llegar a un buen lugar para acampar.
El mocetón no había hablado con nadie hacia varias horas,estaba aburrido y un tanto mal humorado. La falta de acción surtía ese efecto en el guerrero...por eso cuando escuchó al hombre de armaduras pronunciar las palabras "montar guardia" se despabilo y estirando su enorme cuerpo fornido expresó: -¡Yo montaré la primer guardia!...y la segunda si es necesario hasta que alimente mi acero, maldición...
Si les parece, Thalos se ofrece a montar la primer guardia con quien los dados decidan.
La noche había caído sobre nuestra tierra y era momento de descansar. Así que, después de buscar un claro acorde a nuestras necesidades, montamos campamento y nos dignamos a tratar de descansar y montar guardias. Sin mediar palabra, espero que se acomoden las mismas, no me importaba ir primera o última. Pero por ahora necesitaba sentarme y retomar un poco de aire.
Motivo: Turno de guardia
Tirada: 1d6
Resultado: 5
- ¡¡Oh!! ¡¡Genial!! - grité recogiendo bastoncitos del suelo - ¡¡me encantan los sorteos!!
Dispuse los bastoncitos de tamaños parejos por pares en mi mano y empecé a ofrecerlos.
Cuando Thalos se ofreció directamente a hacer la primera guardia se dibujó un puchero en mi rostro, *¿por qué no quiere jugar?
Me encogí de hombros y seguí repartiendo. Da igual, porque manipulé el juego para que acabara el último de los bastoncitos pequeños en mi mano, así coincidiría con mi amigo.
- ¡Mira Thalos! - dije soltando el resto y corriendo hacia el bárbaro - ¡me ha tocado contigo!
Motivo: Des-montar guardia
Tirada: 1d6
Resultado: 2
El hombre de músculos de acero,abrió su boca en mueca de sonrisa hacia la niña ladrona,dejando al descubierto unos dientes amarillentos y feroces.Si bien no creía en ningún dios a quien vender su honor,se alegraba de que los espíritus del destino concluyeran en elegir a Jilliam como su compañía,pues realmente se sentía a gusto con ella.
- Bien pues, parece que voy en la última guardia. Si me disculpan creo que hay que aprovechar cada minuto que se nos otorgue para descansar y recuperarnos. Buenas noches. - digo mientras saco una ración de mi mochila, la bendigo y la ingiero para, posteriormente, sentarme cerca del grupo y tratar de conciliar el sueño.
Humm, Thalos ha elegido la primera, y la pequeña diablesa quiere estar a su lado. El sorteo (en el que no participo inicialmente) ha seguido su curso y ya hay últimas guardias. Frunzo el ceño mientras vigilo de reojo a la encargada de repartir con tanta desenvoltura los dichosos palitroques.
—Pues parece que me ha tocado la del medio —miro a Sildar significativamente—. De todas formas no suelo dormir bien a la intemperie.
Me planifico para, después de descansar y vigilar la oscuridad que nos acecha, poder echarle un vistazo a mi magro libro de conjuros.
Comprobo con ligera desdicha que le tocaban el mago, aunque podría haber sido peor. Se acomodó e imitando a Elderane cenó con calma. Se apartó unos pasos para hacer las oraciones de la noche y se preparó para dormir.
-Thalos, despiertame dentro de dos horas y media, no os alejeis buscando leña o agua...y si teneis que ir a comprobar algo avisad al relevo para que quede alguien despierto- dijo mientras se preparaba para dormir arropandose con la capa- Que tengais una guardia tranquila.
En cuestión de minutos se quedo dormido.
Preparo mi cena mientras me acomodo un lugar para pasar la noche, bueno esperemos que tengamos una noche tranquila, aunque estamos lo suficiente cerca de nuestro objetivo como para que el peligro nos aceche, estad bien alerta y ante cualquier sospecha avisad al resto.
El corpulento guerrero escucha los consejos de sus pares.Sabe muy bien que ahora es su responsabilidad y la de Jilliam cuidar de ellos.
Tomando una gran bocana de aire,toma su exorbitante hacha con ambas manos y se posiciona firme delante del campamento y de su compañera,mirando atentamente alrededor,afilando su percepción como una fiera, agudizando sus oidos e internando su mirada en la oscuridad y esperura del bosque que ahora los rodeaba.
-Bueno pequeña ratoncita,parece que tendremos una guardia a oscuras,pero las estrellas nos iluminan y al menos con tu compañía será más llevadero... Anuncia Thalos a la mediana que se encontraba a su lado con una gran sonrisa de emoción y picardia.
El bárbaro de Ungoloz procedió a la primera guardia. La noche transcurre perezosamente y los turnos se suceden uno tras otro. Una leve brisa agita los cabellos de los aventureros mientras que deprededores nocturnos corretean por los árboles y se deslizan en la maleza. Todo es calma y quietud, lo sonidos característicos de la naturaleza acompaña la vigilia de los que vigilan en la noche, pero un turno tras otro condujo al alba. La mañana se había levantado algo nublado, el sol era tenue y pálido y unas nubarrones comenzaban a aproximarse por el occidente. Los seis compañeros estiraron sus músculos mientras que apuraban sus provisiones de viaje.
Motivo: Turno de Guardia de Thynerus
Tirada: 1d6
Resultado: 2
Motivo: ¿Encuentro?
Tirada: 1d6
Resultado: 3
Turno de Guardia: Talos- Jillian - Sildar - Thynerus - Elessar - Elderane.
Si hacéis turnos de 2 horas os pasaréis 12 horas descansando.
Sildar despierta el primero, observa a Elessar e Elderane que montan guardia y se aparta levemente para tener sus oraciones matinales. Al encontrarse en campaña sigue el precepto de no mortificarse, invoca la protección de Velex sobre el grupo y ruega por una muerte gloriosa o un triunfo honorable. Despues de sus oraciones se vuelve hacía sus compañeros
-Buenos dias os de Velex y su bendición si ha decidido que sea el último que vivamos. - Saludo con optimismo- Vamos, hoy será un día largo y quizás pronto estemos enfrentandonos a lo desconocido.
Buenos días Sildar, que ha si sea, que Velex nos preste su ayuda, me quedo mirando el horizonte donde a lo lejos se empiezan a formar nubarrones, así es, nos espera como mínimo una buena caminata, y visto los nubarrones que e ven en el horizonte puede que nos mojemos un poco..., recojo mi equipo y lo dejo preparado para una vez desayunado emprender la marcha con premura.
Me había tocado la última guardia, así que me sirvió para levantarme ya descansada y con mis sentidos alerta para poder cuidar a mis compañeros. Las horas pasan tranquilas y sin muchas palabras intercambiadas con Elessar. Todavía no había suficiente confianza como para hablar libremente, además de que no quería despertar a los que se lo merecían y que se levantaron antes que yo para cuidar el campamento.
Aprovecho los primeros rayos de sol e invoco el nombre de Velex por sobre todas las cosas, solicitándole me permita un día más para llevar su fe donde sea requerida y poder redimir aquellos males que tenía dispuestos por todo mi cuerpo.
El primero en levantarse es Sildar y después el resto, a los cuales saludo por igual:
- Buenos días y buena fortuna en este nuevo día que se nos ha otorgado. Que la fe y la virtud de Velex estén contigo.
De a poco levanto mi manta para dormir, recurro a una de mis raciones para desayunar y me dispongo a continuar camino.
Me cuesta volver a ponerme a tono, no tengo el físico de estos muchachos y he pasado una noche bastante regular. Me estiro y mi espalda cruje.
—Buenos días —iba a soltar una gracia irónica, pero no tiene sentido empezar la jornada de mal talante—. Supongo que una noche tranquila en estos parajes, puede considerarse una buena señal.
He repasado los escasos conjuros pertinentes. Estoy dispuesto a continuar, aunque no sin desayunar algo que me de energías.
Hechizos preparados: dormir, hechizar persona, protección contra el caos.
DM: OK
Pronto el grupo estaba en marcha otra vez, avanzando dirección este. Desde esa parte era fácil seguir la ruta hacia la colina y el camino parecía fluido. Hacia el medio día casi habían atravesado la mayor parte del camino. Esa parte del bosque no era muy frondoso pero la frondosidad de las ramas en las copas de los árboles conformaban una especie de cúpula que apenas dejaba filtrar la luz del cielo nublado. Media hora más tarde estaba lloviendo por lo que la luz era escasa.
Tirada oculta
Motivo: ¿Encuentro?
Tirada: 1d6
Resultado: 3
Cuando Las primeras gotas cayeron sobre el lomo del barbaro,este se alegro de tener la piel de aquel lobo que alguna vez mato,Para cubrirse y tambien de haber podido azar al fuego el animal salvaje que habian cazado horas antes con Jilliam.
Ahora podia reposar tranquilo sobre el tronco de un arbol con el buche lleno y Una bota de vino que era casi tan delicioso Como el de Su Tierra natal.
Sildar avanzaba en silencio junto al grupo pendiente te de su sector. Estaba tenso y no quería que una distraccion costase caer en una emboscada. Súbitamente empezó a llover
Lo que faltaba...- murmuró con frustración No era bastante con este bosque espeso y ahora esto
El golpeteo de la lluvia sobre mi rostro al principio es algo molesto, pero refrescante después de una larga caminata. Al largarse por completo esa molestia finaliza y termino disfrutándolo a pleno. Más allá de que se me hizo un poco más pesada la armadura, pero ya había tenido situaciones similares, no era la primera vez que llovía mientras viajaba o caminaba.
Observo como el bárbaro se recuesta sobre un árbol y la frustración de Sildar, al cual solo le comento:
- Si Rivulus nos ha mandado sus bendiciones puede ser por dos cosas Sildar, una puede ser para advertirnos, otra para que descansemos por algo que puede llegar a pasar en el corto plazo. Disfruta el momento y que este regalo del cielo llene tu ser.
Así que llueve ¿eh?...¡pues que llueva, maldición!
La intemperie es mi enemiga, cada vez lo tengo más claro, pero habrá que adaptarse a lo que hay. Miro con fastidio a Elderane, envidioso de su buena disposición pase lo que pase. Es gratificante ver que Sildar parece hasta molesto, un punto para él.
—Al menos la lluvia nos servirá para pasar desapercibidos —digo, para a continuación estornudar—. Será más difícil que nos vean o nos oigan, con esta cortina de agua azotándonos sin misericordia.