Partida Rol por web

El enano parece sacar algo de su bolsa, pronuncia unas palabras por lo bajo y con un leve gesto  de su mano desaparece ante la vista de sus compañeros y enemigos.

Me lanzo invisibilidad y uso la habilidad de ataque mortal sobre el lider, lo observo 3 turnos para lanzarle un furtivo que lo puede matar

Los rayos volvieron a sonar - ¡BRRRRRUUUUUUUN! - algo alejados.

Mientras tanto, Cloud, que había estado rezagado, se lanzó por el enemigo más cercano.

 El combate se recrudece por momentos. Porfidius realiza de nuevo su hechizo de relámpagos impactando a los grandes trasgos que se encontraban fuera de su alcanze, mientras su animal se abalanzó con fiereza al gran trasgo más próximo. Sus garras se clavan en la piel del guerrero, pero este logra anteponer su escudo antes de que el animal logra darle un fuerte mordisco en el cuello.

 Tras haber acabado con su jinete, me giro hacia el Huargo que era su montura y el pobre desgraciado, puede ver su sentencia de muerte en mis ojos. Me lanzo sobre el y descargo una serie de tajos sobre el maldito bastardo destrozando carne, huesos, tendones y ya que estoy, le hago otra muesca a mi espada al golpear una piedra que había por allí.

Pero mientras estoy enzarzado en mi particular duelo con el huargo, echo una mirada a mi alrededor para controlar la situación. Nuestros oponentes, reciben refuerzos, y encima, Evea cae derribada a causa del ataque de otro trasgo y su montura.

Y al estar distraido, no logro reaccionar a tiempo y recibo un tajo y un mordisco. Escupo con desprecio mirando a mis enemigos y digo.

¡Cubrid a Evea hasta que se recupere!. ¡Yo me encargo de estos!. ¡De estos y de todos los que aparezcan!.

 Henderch, ante la posibilidad de que el huargo logre tumbarle al suelo decide atajar por lo sano, para no complicarse la vida: sin más ceremonias se limita a concentrar sus ataques ante el huargo logrando propinarle un certero golpe que acabe con si vida. Y es que los huargos si les cortas la cabeza no pueden seguir combatiendo. 

La caída del huargo lo aprovecha Henderch para lanzar su último ataque a otro de los jinetes, haciéndole un fuerte corte en su hombro, hiriéndole de gravedad.

El esqueleto del minotauro, sostiene el hacha con ambas manos, pero al no ver enemigos cerca, carga con su larga cornamenta hacia uno de los trasgos que rodean al bárbaro.

La brutal carga, atraviesa el pecho del trasgo de lado a lado, y uno de los cuernos emana desde su espalda con uno de los pañuelos rojos de señuelo, empapado en tripas.

El zombie de Ular, algo estúpido, parado cerca de Katan sin saber que hacer, recibe una orden directa de éste.
¡Mata!
Al ver que su amo señala a Evea, alza la espada dispuesto a cortarle la cabeza...

A ella no, idiota! Golpea ahí!
Obediente, el zombie golpea a la montura, pero apenas logra rozarle el lomo.

Katan, se concentra al verse rodeado, y mediante un sortilegio oscuro, cierra su mano en forma de una zarpa e intenta paralizar la mente del jinete trasgo.

Cortale el cuello muchacha! * le ordena a la barda, ofreciéndole un puñal.
Mjmjmjmj... Sabia que llegaría el momento en que me rogarías por tu vida...

 Cuernitos carga con fuerza a uno de los jinetes, el cual no tiene tiempo ni de reaccionar: los cuernos del minotauro no-muerto le dejan una fea herida en el estómago, de la cual empieza a salir muchísima sangre. El trasgo se encuentra muy malherido, pero todavía se mantiene con vida, aunque no por mucho tiempo dado su estado. 

Mientras, la otra de las criaturas de Katan sale en pos de ayudar a Evea, que se mantiene en el suelo con un huargo y jinete encima. El no muerto aprovecha que el trasgo se mantiene atento a la muchacha para golpearle por la espalda. El trasgo grita, más de sorpresa que de dolor y se da la vuelta dispuesto a hacer frente a la nueva amenaza mientras espera que su montura destroce el cuello de Evea.

Por último, el hechizo de Katan no logra ejercer su efecto deseado y no consigue apresar al trasgo en cuestión. La magia no le acompañaba en estos momentos.

Enfrascado en su pelea particular con el trasgo que tiene debajo de él, Necrull apenas nota la canción alentadora. El jinente se remueve en su silla de manera habil, y aunque el brujo le va dañanado no lo hace con la suficiente contundencia para matarlo tan rapidamente como suele.

No obstante despues de lanzar su rayo se mueve en el aire para colocarse en un lugar donde tenga un buen angulo de tiro sobre los nuevos enemigos que han aparecido. Con un poco de suerte alguno se concentrará en él y sus compañeros tendrán oportunidad de acabar los combates en los que están ahora mismo trabados.

 Apretando los dientes ante el dolor de la herida en la pierna, sintiendo como le palpitaba esta Evea se levanta del suelo, con el broquel ante las fauces de la bestia intentando bloquear sus dentelladas mientras desnfunda la espada corta que adquiríó hace apenas unos días contra el primer grupo de trasgoides que encontraron.

 Una vez en pié lanza una estocada baja contra la temible bestia, interponiendo el acero entre la bestia y ella. El golpe no es suficientemente fuerte como para penetrar el espeso pelaje d ela bestia, pero sí para que no sea un blanco tan fácil.

 Uno de los huargos, que hasta hace poco se encontraba luchando contra su montura, en este momento se detiene de luchar y comienza a balbucear y escupir. Su montura, sin embargo, vuelve a atacarle, pero sin éxito. El jinete, viéndose amenazado contraataca, pero sin golpear a su criatura: intentando por todos los medios dominarla de nuevo. Pero le va a costar lo suyo.

El jinete que había estado huyendo, en estos momentos se detiene para... ¡golpear a su montura! 

El resto de los jinetes al parecer logran actuar de manera normal. Uno de los jinetes vuelve a la carga contra el guerrero humano. Su montura lanza una fuerte dentellada, mordiendo a Henderch en la pierna. Su jinete hace lo propio y golpea con su espada, que encuentra de por medio el arma del guerrero. El trasgo no estaba teniendo suerte en sus ataques.

Otro de los jinetes, viendo al enorme monstruo que se le había echado encima no pudo hacer otra cosa que encaramarse contra él. Sabe que va a tener pocas posibilidades si el no muerto le golpea como antes, es por ello que se la juega al todo por el todo: azuza a su montura que se abalanza sobre él. Si bien es cierto que el minotauro no muerto es fuerte, no es muy ágil que digamos, y cae al suelo en redondo con el lobo encima. El trasgo, chilla triunfal mientras golpea a la criatura con su espada, más no logra atravesar su dura piel (o lo que queda de ella).

Por último, el trasgo mientras se aprovecha que Evea se levanta del suelo le lanza un tajo haciéndole un feo corte en la cara. sin embargo, esta vez la barda se encuentra más atenta en la defensa. No le ha gustado que le hayan tumbado al suelo. Esquiva con soltura los sucesivos ataque de la montura y jinete.

 Cada uno de los guerreros sabe lo que tiene que hacer: simplemente aniquilar a sus enemigos.

Cada uno busca un objetivo cercano con el que luchar. Dos de ellos cargan contra el minotauro no muerto, al ver que es la criatura (sin contar con Henderch) que más daño puede causarles. Sus armas atraviesan la armadura y encuentran la putrefacta carne del no muerto, más este no nota el posible daño ocasionado.

Otro de los grandes trasgos se une al combate contra Henderch. Aprovechando la apurada de su situación, no duda en atacarle por uno de sus desprotegidos flancos. Su ataque le pilla desprevenido al guerrero que no tiene tiempo de esquivarlo. El guerrero recibe un feo corte en el costado. Las cosas se complican para el guerrero.

Porfidius tampoco tiene suerte. El gran trasgo que le ataca logra traspasar sus defensas y herirle en el hombro mientras sonríe maliciosamente. Su compañero animal también recibe un golpe en su costado, el cual empieza a sangrar.

 A pesar de que se encontraba a la defensiva, Evea no logra tampoco esquivar el golpe que le viene encima: no es muy fuerte pero si lo suficiente para hacerle sangrar en su hombro. Ahora tiene que hacer frente a dos enemigos.

La situación se estaba volviendo complicada para el grupo.

 El último en actuar es el jefe del grupo. Este no carga ni se mueve de su sitio. Simplemente observa a Necrull mientras comienza a murmurar unas extrañas palabras. Acto seguido le señala y de su dedo sale un rayo que se dirige disparado hacia él, impactándole de lleno en el pecho