Partida Rol por web

-Gracias- Respondió el Tiflin mientras cogía la escama y la miraba con sumo cuidado. Pudo ver más allá del elemento que tenía ante si, revelando los poderes que yacían dentro.

-Es... un regalo de Terendelev que aún en la otra vida se acuerda de nosotros y nos bendice con su cuerpo. Estas escamas pueden protegernos del frío y de los rayos, debemos de honrarla portando estos regalos.

El mago estaba tan sumergido en la naturaleza mágica de las escamas que no vio los horrendos gusanos que amenazaban al paladín.

Dio un paso atrás y soltó un grito, asqueado. Sin pensárselo mucho levantó la guja y la descargó sobre el gusano de la izquierda con todas sus fuerzas. La criatura reventó y Ioseph boqueó para tratar de detener una arcada.

Vi salir los gusanod de la araña en el último momento y me dispuse a defender al paladín. Cogí el arco , cargué una flecha, sin soltar las escamas restantes, y disparé la flecha.

Coriander desenganchó la ballesta de su petate y disparó a uno de los gusanos sin mucho éxito. La distancia y el tamaño de la criatura no le habían hecho un gran favor.

El gusano que quedaba culebreó y lanzó un vómito repugnante al paladín: las tripas de la araña, putrefactas y semidigeridas, que olían a infierno.

Sintió otra arcada, esta vez más fuerte, y mandó volando al bicho repugnante de un golpe con el plano de la hoja. A toda prisa se limpió el vómito con la manga y, usando el asta de su arma a modo de apoyo, se inclinó como si fuera a vomitar. No lo hizo, pero el olor de las tripas de la araña hacía que le llorasen los ojos y tuvo fuertes arcadas. Finalmente escupió en el suelo y cogió aire lo mejor que pudo.

-¿Estáis todos bien? -preguntó, sin levantarse todavía.

-Estupendamente. Qué pestazo más desagradable -dijo Horgus mientras se acercaba.

-Si ya hemos terminado con las amenazas de esta habitación, continuemos -ordenó Aravashnial-. Por la derecha.

-¿Por qué la derecha? Creía que habíamos decidido ir por la izquierda -dijo la humana.

-Iremos por la derecha y no se hable más. A menos que alguien pueda darme una respuesta lógica acerca de por qué deberíamos ir por la izquierda en lugar de por donde yo digo.

Me acerqué al paladín y me tapé la nariz con una mano. Vaya, esa cosa olía mal de narices. Estamos todos bien, no te preocupes por nosotros. La próxima vez tal vez sea mejor evitar los problemas, no crees? 

Miré las tres escamas que aún tenía en la mano y me giré hacia el semidemonio. Bueno, ¿sabes como funcionan? ¿Hay que activarlas con algunas palabras o algo, o con llevarlas encima es suficiente?

No pude evitar lanzar una mirada de enfado al elfo. Se había autoproclamado líder del grupo y pretendía que todos siguiéramos sus órdenes sin cuestionarlas. ¿Quién se cree que es? Tanto el hombre como el elfo me caían mal, no confiaba en ellos y decidí que no quería que tuvieran las escamas. Era cuestión de tiempo que alguien me exigiese una de ellas, sobre todo después de haber descubierto que tenían alguna clase de poder, así que decidió actuar antes de que lo hicieran los otros.

Tomad. Tendí una escama al paladín y otra a la mujer que había disparado la ballesta. El paladín parecía buen tío y la mujer también. Además, había notado su desacuerdo de ella cuando cogí las cuatro escamas del suelo. No quería ganarme más enemigos de la cuenta.

La escama te llena de tristeza cuando la tocas. Contiene restos de la esencia de Terendelev, la dragona plateada.

La escama te llena de tristeza cuando la tocas. Contiene restos de la esencia de Terendelev, la dragona plateada.

Kevveon se alegró de que esos gusanos fuesen historia, así se podría concentrar en las escamas.

-Cada escama puede tener un poder distinto a las demás. Tras la muerte de nuestra lider, su cuerpo puede haberse impregnado mediante una explosión de magia de diferentes tipos. Tengo que mirarlas para saber más de ellas.

El cuervo revoloteó sobre los gusanos y empezó a picotear la carne, arrancando trozos gomosos que bailaban en su pico.

-¡Grrac, rico, si señor!- Graznó

-Gracias -musitó al aceptar la escama. Era horrible pensar que Terendelev estaba muerta, pero la escama era muy hermosa y sostenerla le consolaba. Era una prueba del valor y la bondad de la dragona, de los que Ioseph debía tomar ejemplo, y una manera de prestarles ayuda aún después de la muerte. Se incorporó y miró hacia el fondo de la cueva-. Tienes razón, Aravashnial. Lo mismo da izquierda que derecha. Pongámonos en marcha.

-¿Os habéis preocupado de comprobar que no hay nadie más en la estancia antes de seguir? -preguntó colgándose la ballesta al hombro.

Empezaba a mosquearse con los cambios de idea de algunos de los integrantes del grupo. No le gustaba la gente que no era capaz de mantenerse fiel a un plan.

-Señor, no es por ser maleducada, pero no le conozco y con su ceguera no me parece que esté en condiciones de decidir que camino es mejor. Si una gruta parece inestable y usted no la ve, va a tener que hacernos caso. Me da igual por cual de los dos ir, pero no me parece que sea el guía más ideal. Yo también veo en la oscuridad, al igual que el tiflin, y vislumbramos mucho más allá de lo que iluminan las antorchas. Si atisbamos algo que no nos gusta al fondo de los pasadizos no vamos a ir por ahí se ponga como se ponga... Y nos vais a hacer caso -añadió mirando al resto.

Había una diferencia muy grande entre "ser el lider" y "aquí se hace lo que yo digo por mis celestiales genitales". Tras decir esto miró tanto a la izquierda como a la derecha para comprobar que no había nada obstruyendo ninguno de los dos caminos antes de dar su voto.

-Aún así veo por qué no podríamos ir por la derecha, así que podemos empezar por ahí.

-Mmm. -Aravashnial se quedó quieto y pensativo. Parecía considerar las palabras de la mujer seriamente y acabó por ladear la cabeza como medio asentimiento-. Está bien.

Se plegó a las decisiones de la mayoría sin insistir en su derecho sobre el grupo. Sin embargo, murmuró:

-No me suenas semiorca y hablas desde demasiado alto como para ser enana. Aún no me has dicho tu nombre ni tu raza, pero sabiendo que puedes ver en la oscuridad, puedo seguir acotando hasta hacer una suposición correcta...

Aravashnial es ahora Amistoso

-Me llaman Coriander y soy aasimar -contestó.

No quería que su imaginación volara y que creyera que era una drow. Además de que si contestaba ahora no tendría que hacerlo más tarde.

Mis ojos felinos brillaron con interés tras las últimas palabras de Coriander. Una aasimar, curioso... Además, había demostrado ser la que más personalidad tenía del grupo al haber hecho frente al elfo tirano y salir airosa de la situación. Había hecho bien en darle una escama a ella, estado dudando entre Coriander y la ladrona.

-Muy bien, muy bien. A la derecha entonces, pro mí no hay problema. Había dicho izquierda para movilizarnos, no porque me gustase más ese camino más que el otro. Así que somos tres los que podemos ver en la oscuridad... Eso debería facilitarnos bastante las cosas. Miré al paladín y sonreí divertido. Mis dientes eran ligeramente más puntiagudos que los de los humanos. Vamos? Aunque... Mantén un poco las distancias. Por el hedor y eso, ya sabes.

El mago no entró en discusiones aunque parte de lo que dijo la mujer lo afirmaba sin dudarlo.

-Mi señor Merrion, si hace el favor de abrir la marcha por donde la dama opina, por favor... Si vemos algo más allá del radio de acción de las antorchas se lo haremos saber. 

Empezar a discutir si ir por uno u otro lado no haría si no retrasar lo evidente- pensó.

-...Ademas este hedor se hace cada vez más denso y vomitivo.

Avanzáis por el corredor de la derecha, que se estrecha levemente aunque la altura sigue siendo considerable. Es en el techo donde la aasimar y el tiflin distinguen una mochila enganchada por un tirante a un borde de roca afilado. Por encima, el techo es irregular, con una falla ascendente probablemente provocada por los mismos fenómenos que los habían precipitado allí abajo. La pared era escarpada y vertical; trepar hasta allí sería un arduo trabajo.

Ganáis 200 px cada uno por haber logrado hacer Amistoso a Aravashnial y Amable a Anevia.
Ganáis 100 px cada uno por deshaceros de los gusanos.

La prueba de Trepar tiene una CD de 20.

-Bueno... Hasta aquí. -Kevveon miró la pared y suspiró por un momento-. No se si podremos trepar todos teniendo heridos y sin expertos en la materia, a no ser que alguno de nosotros escale y nos facilite el camino con una cuerda. ¿Alguno de los presentes tiene una?