Partida Rol por web

La ruina del Hombre

La flor de la luz (Nactas, 2 de Numa del año 471 d.T.)

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07/08/2007, 13:14
Rhiannon de Curyll

Me sentí arder cuando Unnysia habló y fue en busca del joven... y suspiré con cansancio mientras les veía acercarse.. y mis ojos pudieron estudiarle mejor... afilados como solían estar los de mi pequeño halcón David cuando buscaban discernir entre la hierba la roca de la carne...

El hombre no sonreía, y se acercaba gélido y desganado... Obviamente, no quería estar allí... y pensé que después de todo, quizá las mujeres no fuéramos las únicas que no teníamos voz en aquel mundo...

El hombre llegó a mi altura y la voz de Unnysia, mucho más hábil de lo que le había supuesto en los entresijos del protocolo, hizo las presentaciones... mientras yo no decía nada... mientras solo miraba a aquel que a su pesar... también se encontraba allí..

El suspiro del señor de Nyrr me arrancó una sonrisa, y baje los ojos intentando disimularla.. para volver a levantarlos interesada al escuchar su voz...

- Sí, una noble estirpe. Aquí hay muchas otras. Me pregunto el por qué de tanta insistencia, la de vuestro tío, en conseguirme pareja cuando yo... se negaba.. suspiraba y aceptaba tragar con un plato que no era de su gusto... y le miré de nuevo.. con el brillo oro de mis ojos en los suyos... que ahora.. al tenderme su mano... por fin parecían verme... - Bueno, da igual. Es una noche para bailar, ¿no es así, señoritas? Me temo que no soy demasiado buen bailarín, pero seguro que vos podréis ayudarme en eso, dama Rhiannon. ¿Me permitís?

Durante un segundo recorrí la piel que me tendía... y vi las cicatrices que apenas empezaban a sanar. Aquel me parecía un hombre lleno de contradicciones impuestas... su ropa, la pintura... todo parecía pelear contra su piel de aire y nieve... contra su porte y su movimiento casi libre... y le sentí como un pájaro en una jaula demasiado estrecha... y con la pregunta en las pupilas levanté los ojos para encontrar su mirada.. que al igual que sus manos, no podían esconder la herida que la recorría..

Me incliné sin bajar los ojos, sin recoger el vestido... solo el reconocimiento en la mirada, pero sin la postración en el gesto...

Una pareja cuando vos... no la deseáis?.... dije suavemente y sin acritud... mientras una sonrisa comprensiva se dibujaba en mis labios, y los ojos demasiado brillantes gritaban lo que no podía la voz... Tome su mano con suavidad... evitando rozar sus heridas... realizando el movimiento de forma muy consciente, mientras clavaba la mirada en aquel hombre... En ese caso... he de sentirme doblemente honrada de que me hagáis el honor de acompañarme sin vos desearlo ni yo merecerlo...

Tomada de su mano, mirándole a los ojos que parecían llorar sin lágrimas, permanecí serena en espera de que el hombre me guiara e iniciará un baile que no deseaba bailar... y mientras andábamos uno al lado del otro, con el gesto sin la afectación de las maneras de aquellos nobles, pero con orgullo y sin artificios...nos alejamos de Unnysia para fundirnos entre las parejas que ya se movían... Mi mirada le buscó de nuevo.... y sentí que su dorado me había traicionado, como iba a traicionarme mi lengua...

Lamento haberos sido impuesta mi señor de Nyrr... y más lamento aún no estar a la altura de lo que se espera de mí... pues el baile tampoco es una de mis mayores habilidades... Pero estáis en lo cierto al decir que es un día de baile y festejo... a pesar de que a veces ni los corazones ni las miradas pueden acompañar a las músicas y las risas... y a pesar de estar en la obligación de dedicarme este primer baile... mi señor... no os sintáis atado a mi presencia ni mi compañía... aunque... a pesar de no interesaros la danza... quizá os interesaría la conversación... mi señor... ummmm.... me interrumpí un segundo comprendiendo que no conocía su nombre... ... de Nyrr.... jaajajajj... la leve risa, franca y cristalina fue imparable y mano como agua de fuente... disculpad por favor... es que acabo de darme cuenta, de que no he oído aún vuestro nombre...

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09/08/2007, 21:52
Rhiannon de Curyll

Mydôyrn…

Clavaba mis ojos en su mirada herida mientras hablaba, en su piel de tardes de sol y de nieve, preguntándome que podía haber dañado tanto a aquel hombre que me parecía un águila... tan fuerte… casi majestuoso en lo salvaje. Pero al escuchar su voz, me pareció sentir el dolor por sus alas atadas bajo aquel traje de blanco y plata, bajo el tinte de su rostro… bajo la correa de un deber superior a él… y que le ataba al suelo.

Sus brazos me rodearon fuertes y, a pesar de haber bailado antes, jamás lo había hecho entre unos brazos así… que me guiaban sin dudas, casi con fiereza, mientras las luces se reflejaban en sus ojos negros, y arrancaban brillos dorados de los míos, mientras el pelo dibujaba el movimiento de la falda, que nos seguía como una estela suave enredándose entre nuestras piernas..

Mydôyrn ceñía mi cintura con su brazo, con firmeza pero sin apego… toda su pasión en el baile, en guiarme a través de aquellos a los que despreciaba, sin sonrisas fingidas, sin falsos halagos… mientras yo le escuchaba y le observaba, sintiéndome flotar entre sus manos, perdida en la herida de sus ojos… que me llevo a la mía… y entorné las pupilas a mi mano sujeta por la suya, pequeña y demasiado suave, a pesar de las correrías.. de las travesuras… de las mil tardes junto al lago… a pesar de la cicatriz que dibujaba mi muñeca y apenas asomaba bajo la manga del vestido…

Miradlos, señora. Ved cómo bailan. Quizá sea lo único que hacen bien, y que hacen en armonía. Quizá sea durante un baile cuando consiguen evitar su natural instinto de pisarse, de chocar y entorpecerse unos a otros. No reniegan del Norte porque sea frío, estos lacayos. Reniegan del Norte porque es sincero...

Miré a mi alrededor… y allí, guiada por los brazos de aquel hombre, nos sentí fuera de lugar… y los ojos brillaron con una sonrisa que negué a los labios mientras volvía a mirarle, porque por un momento, no me sentí tan extraña… ni tan sola…

Gracias… mi señor Mydôyrn… la voz suave se perdía entre la música, sin apenas aliento para pronunciarla… porque lo perdía guiada por sus manos.. pero sobre todo, lo perdía bajo el significado de su voz… Mi mirada de reconocimiento se enredó con la suya… pues si de algo no reniego es de lo sincero… aunque duela… y aunque a mi se me niegue el pronunciarlo…

Traicionada por las mejillas que se encendían y por el pecho que se aceleraba, mis ojos huyeron de los suyos un segundo para recorrer la lacra que las llamas esculpieron en mi piel…

Así que no solo no debo disculparos… sino que debo agradeceros vuestra voz y vuestras palabras... Cierto es que el Donner dispuso nuestro encuentro… y tampoco soy capaz de vislumbrar sus motivos al elegirme para acopañaros… porque yo no pertenezco a esta corte… baje los ojos con la medía sonrisa en los labios, pero el orgullo en la mirada… como ya debéis haber notado… levanté las pupilas enmarcadas en oro buscando las suyas…

Mi señor… dudé… dudé antes de preguntar.. pero la voz me quemaba la garganta y el pecho… y la curiosidad me ardía en la mirada… ¿qué es capaz de producir esa herida en un alma del norte? … asoma a vuestros ojos como la sangre a vuestras heridas….

Mi pregunta me sonó como en un sueño... tan inapropiada… tan desafortunada… Maldita lengua… negué con la cabeza con la disculpa en los ojos…

Lo lamento…disculpad si os incomodo… es solo que… vuestros ojos… dicen aún más que vuestra lengua…

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16/08/2007, 10:43
Mydôyrn de Nyrr

El joven se encogió de hombros muy levemente, pero Rhiannon pudo notarlo, aferrada a él.

- Sois perceptiva, dama Rhiannon, eso es bueno en este lugar, si sabéis utilizar lo que percibís, y callar en los momentos adecuados - hizo un silencio de dos pasos y un giro -. La muerte es lo que enturbia mis ojos. La muerte y la traición. Alguien muy querido para mí ha muerto esta mañana...no necesitáis saber más. Pero no os preocupéis. A pesar de lo que puedan decir sobre la pasión de los habitantes del Norte, no voy a ser yo quien haga avalancha de todo esto, podríamos enterrar sin cuidado demasiadas buenas cosas.

Mientras hablaba, a la joven le llegó un olor sutil, indefinido. Era familiar, pero no lo podía asociar. Algo desagradable, amargo y muy inapropiado en aquel lugar, donde todo eran esencias y perfumes caros.

Parecía proceder del mismo noble. De sus manos con heridas recientes, de su cuello a la altura de la nariz de Rhiannon.

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16/08/2007, 12:15
Tryyta de Hysslûd

Tryyta sonrió complacida. Las miradas cada vez más directas y prolongadas les confirmaban que estaban jugando al mismo juego, y que ambos eran buenos jugadores.

- Oh, somos un pozo de sorpresas...o de deseos. Os sorprenderíais sin supiérais la libertad que muchas veces conceden los apretados lazos dorados de las convenciones...si se sabe cómo jugar con ellas.

Tryyta apoyó su aseveración en un insinuante movimiento de caderas, sutil pero evidentemente intencionado, que obligó a Meridiar a notar el lazo que ceñía su cintura, y el gracioso nudo que lo ajustaba, como una caricia, a su piel.

- La Corte es un animal vivo que debe alimentarse para continuar ágil y sano. Aunque el poblacho nunca lo entienda, tiene su función, y es más importante de lo que parece. Ahora vos debéis averiguar qué papel represento yo dentro del juego - añadió una cautivadora risita pícara. Era hermosa con sus ojos inteligentes y expectantes -. Hay un antiguo dicho por aquí que dice que la sonrisa de una mujer es el más dulce de los venenos, y su favor es la cura que al final te mata.

Tryyta se encaramó ligeramente mientras continuaba bailando con destreza.

- Así que, para conocerme, como queréis, tendréis que probarme, y decidir si el dicho es acertado...

Luego adoptó una postura divertida y pareció distanciarse como en un juego estudiado.

- Claro que sólo os doy pistas para ayudaros mejor a jugar en este enorme tablero que es la Corte. Yo soy una dama y, como tal, muevo mis propias casillas. Depende de vuestros movimientos que coincidamos o no...

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16/08/2007, 14:44
Meridiar de Loorgyll

Meridiar sonreía con brillo de reconocimiento en los ojos. Ella era como él. Por fín. Eso hacía que la temiese tanto como la podría llegar a amar. Ella no era una sirvienta embaucada y él no era un pretendiente cautivado ambos lo sabían, podían olerse entre ellos, conocían el juego y conocían las señas.

- Sólo una pieza por casilla, mi señora, no dependerá el coincidir de mis movimientos sino del color de nuestras piezas. - hizo un habil giro anticipado por una discreto impulso con el hombro, Tryyta estaba preparada, sabía ser llevada y ejecutó la maniobra con igual destreza - Dama de Hysslûd, ambos sabemos que sólo rozando los límites del tablero se obtienen las verdaderas recompensas.

La música seguía el compás establecido pero el joven de Hassped, buscando complicidad en su acompañante se atrevía con contrapuntos de riesgo calculado. Por un momento parecía que sus labios empezaban las frases mientras que sus cuerpos las finalizaban. Meridiar, pese a todo, mantenía las formas en su postura y movimiento. No deseaba otra cosa que atraerla para sí y susurrarle en los labios pero era perfectamente consciente de que eso significaba firmar públicamente un contrato del cual no había terminado de leer la letra pequeña.

- Conozco el sabor del más dulce de los venenos, mi señora. - dijo devolviendo la sonrisa - tanto que en ocasiones creo destilarlo entre mis propios dientes. Quizá pueda equivocarme pero para averiguarlo tendreis que probarlo y decidir. - se muestra astuto en su hambre, como un lobo.

Su sonrisa se apaga ligeramente dejando claro dónde acaba el juego de seducción y comienza el otro.

- Como sabeis acabo de llegar, no conozco el tablero si bien tampoco he realizado mi apertura, una desventaja por una ventaja. Que no quede en un baile, hermosa Tryyta. Ayudadme a realizar mi Fianchetto y yo os escoltaré hasta el borde, donde cada uno llega a ser lo que desea ser. - la sostuvo con firmeza pero con suavidad y se hundió en el mar de sus ojos.

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16/08/2007, 23:35
Tryyta de Hysslûd

La risa de Trytta sonó como la música que les invadía y les perdía entre la gente, cada vez más sumergidos entre todos, cada vez más solos y a la deriva.

- ¡Pero claro que nuestros colores son diferentes! Cada uno estamos sin duda al otro lado del tablero, muy lejos, entre las piezas más pequeñas.

Pero ya está claro que conocéis el juego y sus reglas, así que sólo nos queda jugar. Yo muevo primero, mi Señor, y os ayudaré como solicitáis.

Tryyta se apartó un poco para dar las dos vueltas que pedía el ritmo, grácil y esbelta como el mejor vuelo de un milano sobre los campos dorados. Luego su rostro, como ese mismo rapaz, se volvió afilado, y sus ojos se aceraron y una sonrisa los acompañó como un dulcísimo cuchillo.

- Creo que hay muchos ojos puestos en vos. He tenido que adelantarme para que nadie me disputara este baile...Habéis llamado la atención, huelga decirlo, y no sólo de las jovencitas impresionables como yo...piezas prescindibles del tablero...

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17/08/2007, 10:59
Rhiannon de Curyll

Un gesto leve y sus palabras agrias... y su silencio que se me hizo duro y pesado, casi espeso mientras me ceñía un poco más y volviamos a girar... Los ojos de Mydôyrn se perdían entre la gente mientras los míos continuaban estudiandole afilados...

Sí......disculpadme si os ofendí... Tenéis razón. Aprender a ser menos fiel a mis pensamientos, atesorarlos para mí refrenando la voz y callar cuando se precisa, cuando las palabras no me son permitidas ni desean oirse... esperando el momento adecuado para... usar... lo percibido. Mi padre ha tratado de enseñarme... creedme, mi señor... y es algo que intento aprender... Pero quizá me falte inteligencia y sea demasiado simple para distinguir esas situaciones... Y en todo caso... no creí que esta fuera una de ellaS ... Hay algo en vos.... un nuevo giro, y me mordí los labios intentando aprender... mientras por encima de su hombro perdía mis pupilas en aquellas damas hermosas que reían ajenas a todo... en los nobles.. Muerte y traición había dicho... y aquellas eran palabras muy graves...

Siento mucho vuestra pérdida Mydôyrn... un nuevo movimiento y un aroma que percibía y me tranportaba a otro lugar.. No era la primera vez que me sentía rodeada por aquel olor... pero.. mi mente era incapaz de recordar... Cerré los ojos hundiendome en el acre de Mydôyrn... buscando el reconocimiento... Aquel olor.... y no penséis que no se distinguir entre la pasión y la ofuscación...

Notas de juego

Puedo tirar por algo? no sé... conocimiento naturaleza o comprensión... a ver si recuerdo a qué huele este churri...

XDDDDDDDDDDDDDDD

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17/08/2007, 13:05
Mydôyrn de Nyrr

Rhiannon notó cómo la mano derecha le apretaba la cintura mientras aceraba sus ojos aún sin mirarla y mascullaba entre dientes.

- No os disculpéis nunca, jamás. No aquí, en este lugar en el que la debilidad es pedir un justo castigo.
Sus ojos descendieron entonces para verla. Su expresión era extraña, pintada de plata en un rostro más de guerrero que de noble. Parecía tanto enfadado como confundido como cansado como dispuesto...

- Aquí, entre estos muros, matan las palabras y los actos. Quizá no tan rápidamente como una espada, pero sí con la misma certeza.
El joven resopló levemente, mientras continuaba un baile mecánico, pero fluido, que rubricaba con belleza su compañía de blanco y plata.

- Sois una elección curiosa, porque puede que ni sepáis por qué estáis aquí, bailando conmigo, un completo desconocido...decidme, ¿qué pensáis de ello?

De nuevo emergió una breve sonrisa, tan fugaz que sólo podía ser auténtica, que iluminó un poco los ojos oscuros de Mydôyrn, hijo de Dyrderaân.

Notas de juego

La tirada es de Atención: d10 +3 (tu atención) -2 (perfume que lo diluye).

Total: d10
modificador: +1
Dificultad: 10

Difícil sí, es bastante sutil.

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17/08/2007, 14:08
Rhiannon de Curyll
- Tiradas (1)

Tirada: 1d10+1
Motivo: A qué huele este niño?
Dificultad: 10
Resultado: 6+1=7

Notas de juego

XDDDDDDDDDDDDD

En fin... era imposible, pero tenía que intentarlo :P

Me pongo con el post

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17/08/2007, 15:59
Rhiannon de Curyll

Mi cuerpo pareció espigarse entre sus brazos… Pareció crecer bajo la presión de su mano en mi cintura, con el aguzado de su mirada negra que se perdían en la sala sin ver. Se estiró orgulloso bajo sus palabras, que parecían arrastrarsele entre los labios… Y cuando Mydôyrn bajó sus ojos, encontró la intensidad de los míos sosteniéndole la mirada… unos ojos de ámbar que ya no eran de niña… ni adecuados… con un brillo inusual que los alejaba del formulismo y lo ceremonial… lejos de lo que debían ser… de lo que se esperaba de ellos… ojos que no se inclinaban…

Le escuchaba con atención, pérdida en su expresión y enredada en aquel olor que no podía identificar, mientras sentía como aquel hombre que parecía llevar la batalla en la piel me ceñía y me dirigía con soltura, sin esfuerzo… solo el movimiento justo… solo lo preciso… Y me sentí como una espada entre sus dedos, pensando que, si Mydôyrn era capaz de realizar con tanta habilidad un baile que no deseaba danzar ni llevaba en el corazón, debía ser asombroso empuñando una espada con la fiereza en los ojos… Quizá yo no sabía callar… pero sabía distinguir la pasión de la ofuscación, y aquel hombre no parecía de los que se dejaban cegar por provocaciones ni ofensas. Mydôyrn sufría… casi sentía el calor de su furia hacerse tangible a su alrededor, mientras yo seguía observándole y buscaba respuestas más allá de su voz…. respuestas a preguntas que yo no debía formularme…

Su sonrisa me sorprendió.. y sus palabras me provocaron un rubor que me hizo sentir estúpida y casi me enfureció… y pensé en lo que podía responder a un hombre que me aconsejaba callar… pero que buscaba mi voz… Un nuevo giró… su cuerpo más cerca, y sus ojos en los míos, que sin rendirse sostenían su mirada…

Una elección curiosa, decís? ... Vaya… supongo que es una forma elegante de expresar que no soy lo que esperabais…. la media sonrisa se dibujó casi cómplice en mis labios mientras las luces giraban a nuestro alrededor… No sé qué es lo que pudo impulsar al Donner a elegirme para vos, mi señor… Nada puedo ofreceros de lo que se acostumbra… ni vestidos radiantes, ni silencios adecuados... más bien al contrario… pues al elegirme como vuestra pareja esta noche se os ha privado de lo adornado y hermoso de otras damas… mire a mi alrededor, deslumbrada por suntuosidades, gemas y bellezas exaltadas bajo satenes y brillos de joyería trabajada con esmero… Alguien me dijo esta tarde que en este baile importaba más lo que se vestía que lo que se tenía que decir… volví en busca de sus pupilas con el relámpago orgulloso en las mías… pero para pesar de todos los que me rodean, es mucho más lo que tengo que decir que lo que me adorna…Solo espero no resultar una ofensa a añadir en lista de las que ya habéis sufrido… mi mano se cerró un poco sobre la suya, y los hombros parecieron ganar fuerza bajo la tela suave de mi vestido

Pero si he de ser sincera, mi señor… y aunque quizá mi opinión este fuera de lugar, aseguraría que el Donner no es hombre de usar subterfugios para provocar reacciones… por lo menos, no uno tan burdo… ni malintencionado…. En realidad, mi señor… el brillo de vuestros ojos, vuestro porte… no sé…. le miraba comparando, recordando… había algo familiar en aquellos dos hombres.. el Donner y Mydôyrn… dos hombres de franqueza, pero que entendían lo conveniente de la cesión oportuna… de la espera… de lo meditado…. Un paso y otro… un giro, dos… y volví a hablar con suavidad…

Quizá mi señor Donner solo pensó que el reconocimiento mutuo como ajenos a esta corte nos proporcionaría un punto de unión y charla en esta velada… y que…quizá, ese reconocimiento nos haría sentirnos menos solos y… perdidos… O simplemente pensó que teníamos algo en común… o incluso prefirió escoger para vos a alguien ajeno a su corte, intentando evitar suspicacias… hablaba sin pensar… tal y como los pensamientos acudían a mi cabeza… y me mordí el labio cuando se me hizo evidente mi falta de tacto… Disculpadme de nuevo… solo pensaba en voz alta… otro de mis defectos…. Y por favor… no me riñáis de nuevo por pedir perdón… Las disculpas sinceras deben pronunciarse… aquí… y en cualquier sitio… No es debilidad ni humillación hacerlo… pues si se precisa valor para decir lo que se piensa, más se precisa para pronunciar lo que otros ven como un doblegamiento a pesar de que disculpa y amilanamiento no vayan de la mano… No lo hacen en mi caso….

Notas de juego

Dios!! lo que me ha costado escribir este post.. joe... casi dos horas he tardado.. mae mia... estoy perdiendo la forma :P

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18/08/2007, 01:24
Meridiar de Loorgyll

Bien hubiese pasado la lengua por el filo de aquel cuchillo. Miró a uno y a otro lado. Haciendo que buscaba más que buscando.

- Sólo soy un regalo de novedad en este lugar de costumbres, mi Señora, vos lo sabeis. La expectación que recibo no es más que la que merece un recién llegado. Hablando de lo cual...

Se vió obligado a separarse momentaneamente. Ambos quedaron apenas unidos por la punta de los dedos, el siguiente paso los llevaba de vuelta frente a frente. Se acercó algo más a ella.

- Creo no ser el único con esa condición. El hombre que se batía con el Donner esta tarde. ¿Sabeis quién es? No consideraría un juicio precipitado afirmar que ha conseguido acaparar la atención... y no sólo de las jovencitas impresionables de la corte.

Notas de juego

¿Me podrías por favor describir lo que tengo alrededor? ¿Veo a Katya? ¿Unnysia y Rihannon? Gracias jefe :)

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20/08/2007, 14:18
Mydôyrn de Nyrr

Mydôyrn de Nyrr quedó en silencio un momento, como pensativo, haciendo con su gesto que el dibujo de plata pintado en su frente adoptara una forma histriónica, pero aún así graciosa. Visto desde la distancia, parecería con ese aspecto un toro con ropaje de vistosa oropéndola, dorado e incierto. Sus ojos oscuros volvieron hacia Rhiannon.

- Quizá tengáis razón...en alguna de las cosas que habéis mencionado. Es...refrescante escuchar otros puntos de vista, desde luego.

Y no, no os preocupéis, no pienso volver a "regañaros". En realidad es un serio consejo. Aquí dentro hay lobos...quizá incluso más cerca de lo que pensáis, y todos ellos balan afinados sus mentiras para acercarse e hincar el diente envenenado.

De nuevo pareció entrar en un mundo propio de pensamientos insondables, sólo un instante, y volvió con una curiosa pregunta.

- Veo que le dais mucha importancia a esa pequeña cicatriz que tenéis en vuestra muñeca. A pesar de vuestros esfuerzos por evitarlo, la mirada se os escapa de vez en cuando, como si deseárais que, al mirar de nuevo, ya no estuviera allí. ¿Puedo saber por qué?

El rostro del joven permaneció serio, sin asomo de duda en su cuestión, mientras proseguía el baile que les mezclaba con unos y otros. Una mirada repentina descubrió a Meridiar entre el gentío, bailando con una jovencita que podría ser Tryyta, rubia y azul. Unnysia ya no estaba, no la veía por ningún lado, y junto a ellos, tan cerca que podría tocarlos, apareció de repente la imponente figura del Donner y su bella esposa, resplandecientes con una luz enamorada en sus ojos, como si todo lo demás pasara y sólo quedaran, al fin, ellos.

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20/08/2007, 14:27
Tryyta de Hysslûd

Tryyta se mordió los labios un segundo al compás dos, tres, giro, vuelta y dos del baile. Jugaba como un pájaro, y Meridiar era la rama donde posaba sus patitas y desplegaba sus alas.

- Mmmmm...habláis sin duda de Mydôyrn de Nyrr. Está aquí, de blanco, bailando con Rhiannon de Curyll. Sí, hay que admitir que es un hombre...llamativo. No sé mucho de él. Llegó con su padre, el marqués de Nyrr, hace unos días. Es un hombre del Norte. Rudo, serio, poco acostumbrado al juego...aunque me atrevería a decir que apunta maneras. No os lo puedo asegurar, pero me parece que hoy ha muerto su hermano de forma...bueno, de manera bastante extraña.

Dos giros seguidos, vuelta y dos, medio, tres, cuatro, giro...joder...lo peor del bailecito, y ser el hombre no ayuda cuando uno piensa en otras cosas.

Meridiar se detuvo en un medio, dejó pasar a Tryyta, la recuperó en el tres mientras veía pasar a la gente en el doble giro que él dejó en uno para retomar el paso. La sostuvo con fuerza y vio en ella un semblante cogido por sorpresa. De repente parecía una joven con ojos abiertos y respiración algo agitada. Tras el semblante, en un parpadeo, Rhiannon hablaba con el hombretón de blanco, cerca por cierto de donde el mismo Donner y su esposa desplegaban luz y acierto en su ejecución. Él la volvió a dejar pasar, aprovechó el dos, tres y giro para quedar detrás de ella y de nuevo darle medio giro en el tiempo de uno, tan lento que a ella dejó caer un suspiro. Quizá un precio caro. Entonces, algo más dificultosamente, dio con Kattya, bailando con aire alegre junto a un joven que vestía de verde, también grande y ágil, quien la miraba con unos ojos extraños...

Dos giros y vuelta. Unnysia no estaba por ninguna parte. El hombre mayor sí, el que acompañaba a ese tal Mydôyrn cuando se batía con el Donner, antes de que se fueran. El mismo gesto serio y solemne, quieto en una esquina con una buena jarra en la mano, y un trozo de carne en la otra.

El resto de la gente eran olas en el mar embravecido, donde él era la vela que guiaba una esbelta embarcación, quizá traicionera, pero de quilla eficaz y hermosa...pero qué pensaba...él no sabía nada de mar ni botes.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10+6
Motivo: Bailar
Dificultad: 12
Resultado: 9+6=15

Notas de juego

Permite que haya tirado yo. Así era más fluido.

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20/08/2007, 15:41
Meridiar de Loorgyll

- ¿Su hermano? - dijo Meridiar cuando por fin recobró el aliento. Una mirada a su perifieria que no le habría distraido de no ser por las últimas palabras de su acompañante que todavía resonaban en su cabeza. Pensaba en su padre y en la muerte de su propio hermano, no lo podía evitar.

Un giro, cuenta, así que ese hombre era el misterioso acompañante forzado de la joven del vestido verde. En una corte donde no existía lo casual Meridiar no dejaba de pensar en el por qué precisamente la dama de Curyll. De toda la corte no era desde luego la que más llamaba la atención. Su vestido sencillo, sus modales poco refinados. ¿Qué tipo de regalo era? Tenía curiosidad por averiguarlo.

Dos, tres, giro. A lo lejos localizó al marqués de Nyrr con la entereza en el semblante que sólo se encuentra en los hombres de norte. Había visto a su propio padre derrumbarse, le había visto perder un hijo y ahora, viendo a aquel hombre mayor era capaz de leer el dolor silencioso que había de tener en el pecho.

Nada era casual. Menos en la corte. La noticia de la muerte del hijo del marqués. La llamada apresurada al Donner. La discusión con ellos. ¿Que tipo de trato habían concluido que movió al Donner a llamarle? Las piezas empezaban a encajar aunque todavía faltaban algunas. Investigar la frontera. Pero ¿Qué es lo que había ocurrido? Volvio la mirada a su acompañante anhelando una respuesta a su pregunta. Si ella sabía algo, él necesitaba saberlo.

Notas de juego

perfecto que tu tires :)

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21/08/2007, 00:40
Rhiannon de Curyll

El hombre había callado, había retirado sus ojos de los míos, quizá pensativo, quizá hastiado… Seguí mirándole mientras los brillos de su cara y su actitud despertaba la extrañeza en mi ojos… Aquel Mydôyrn de Nyrr me desconcertaba… parecía tan cristalino… y a la vez… tan insondable…

- Quizá tengáis razón...en alguna de las cosas que habéis mencionado… Es...refrescante escuchar otros puntos de vista, desde luego. y ahora el asombro apenas se contenía en mis pupilas… mientras él seguía hablando y volvía a perderse en sí mismo… mientras volvía a sorprenderme, aún más….

Mi cicatriz…. mis ojos la buscaron traidores, igual que la sangre, que también desleal se agolpó en mis mejillas, encendiéndolas bajo la mirada negra de cuervo del hombre del norte… El gesto instintivo de retirar la mano me delató aún más… más rubor… el pecho más acelerado… Un gesto que detuvo casi antes de iniciarse su mano fuerte.…

Mis ojos se desviaron un segundo… miraron alrededor… para descubrir a un Meridiar junto a una bellísima Tryyta… y un brillo que deslumbraba… el de los ojos del Donner… y el amor que había en ellos…

Mi… cicatriz… dije suavemente buscando los ojos de Mydôyrn de nuevo … solo es… una lección… mi señor… una que no me esta permitido olvidar… solo eso… mi voz sonaba tan dulce… mientras el relámpago y la tormenta de arena se desataba en mis ojos… siempre fue así… mis ojos siempre clamaban lo que yo callaba… porque… simplemente… no sabía como acallarlos…

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21/08/2007, 10:32
Tryyta de Hysslûd

Tryyta sonrió cómoda, como si dormirse en los brazos de Meridiar fuera de repente una buena idea. Debió saborear el momento, sin duda, y abrió sus ojos azules sin prisa después, dos, tres, giro y de nuevo a sus brazos.

- Os toca ahora mover una pieza, mi Señor. Seguro que corresponderéis a mi mayor interés diciéndome si mañana podremos encontrarnos...en el jardín de cristal, a la hora de la luz, cuando todo está más hermoso y pueda yo ser una adecuada compañía con la ayuda de la magia de esa artesanía maravillosa.

Hizo una breve pausa dejando pasar dos vueltas largas y lentas, como el murmullo de un viento que recorre la piel y la eriza.

- Y quizá más tarde podamos continuar el baile, mi señor, con una canción propia.

Alrededor, Meridiar notaba cómo la gente desaparecía de su mente, aunque allí seguían, a su alrededor. Todos parecían estar hablando el mismo lenguaje, si se fijaba en ellos, por sus rostros, sus gestos y sus miradas, eran pequeños reinos que iban y venían, giraban y dos, tres, dos... Mil mundos en una habitación grande de oro y sueños, de esperanzas, música, deseos, pasión, vida y sentido de las cosas. La música acababa embriagando, eso ya lo sabía el joven, especialmente junto al talle de una hermosa mujer.

Entre los jóvenes, sólo la pareja formada por Rhiannon y el tal Mydôyrn no sonreía, y sin embargo los ojos de ella tenían un brillo tan extraño que podía notarse desde la distancia, pero que no podría describirse ni estando junto a ella. El de Nyrr era un hombre del Norte, eso saltaba a la vista, y era evidente que había llamado la atención de ella.

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21/08/2007, 11:43
Mydôyrn de Nyrr

- Una lección que debéis tener por importante, sin duda. Dejémoslo ahí, si queréis, y pasemos a un tema más importante.

Dos vueltas más. La noche ya era oro, luz y música, y gente a su alrededor. Al volver a recogerla, Mydôyrn clavó sus ojos oscuros en ella.

- Vos lleváis aquí casi tan poco tiempo como yo, pero sois despierta y clara. Quizá, como habéis dicho, ese sea el don que yo aguardaba en esta cueva de vampiros. En todo caso, os agradezco vuestra presencia para calmar mi ánimo. Espero que en estos días que me quedan hasta resolver nuestros asuntos pueda seguir viéndoos, si os place.

Notas de juego

Los vampiros en Rhenniôn son como los reales, pero también los hay de climas fríos, y son famosos en el Norte por su gran tamaño, su agresividad y su transmisión de fiebres y locura.

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22/08/2007, 11:27
Rhiannon de Curyll

Importante quizá no sea la palabra que yo elegería... mi señor... Pero tenéis razón al decir que no es un tema sustancial

Mydôyrn me guiaba, estrechando mi cintura con suavidad, una suavidad llena de determinación, moviéndose y conduciendo mi movimiento sin dudas, sin titubeos.. Un giro, otro... y cuando aquel norteño volvió a mí, y sentí de nuevo su mano en mi talle, levanté los ojos para encontrar los suyos intensos, que se inclinaban a buscarme, mirando fuertes desde algo más arriba.

Escuché sus palabras sintiéndome arder más y más, con la mirada algo incredúla, y la media sornirsa confusa.. Aquel hombre me agradecía la compañía, me describía con palabras que me halagaban aún más pues en nada se referían a lo visible... Quizá aquel hombre había visto más allá del vestido discreto y el pelo sin artificios... quizá había logrado ver la verdadera cicatriz

Dudé un segundo, recordando las palabras de Unnysia, las del Donner.. al que ví de nuevo, con los ojos derramando amor por ella... con la luz del que lo daría todo... del que no mentía... y pensé hasta que punto aquello podía fingirse, y hasta que punto la voz de aquel norteño que me ceñía era empujada por la cortesía obligada... Volví mis pupilas a las suyas... no parecían de aquellas que sabían mentir...

Mydôyrn...por favor... nada habéis de agradecerme...Me alegra saber que, en cierto modo, mi compañia os ayuda a apaciguaros, aunque solo sea un poco.

Será un honor disfrutar de vuestra compañía cuando gustéis... mi señor...Es cierto lo que decís... llevo poco aquí, y a parte de Unnysia, la dama que nos presento, debo decir que no he intimado demasiado con nadie... Y quizá la confianza os lleve a la concesión, y acabéis haciéndome participe de eso que os atormenta y os hace ver vampiros en cortes de luz...

Debe haberlos... si vos los vistéis y los sufristéis...eso no lo dudo. el recuerdo de las palabras de Meridiar se me clavó en la mirada... Y no sois el único al que oí hablar de lobos y traiciones... de injusticias... Pero... no todo es tiniebla aquí, mi señor... Mirad los ojos del Donner... mirad lo que desprenden... su luz...Los ruines se ocultan en las propias sombras de sus ojos... No juzguéis a todos por igual... quizá no lo merezcan...

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22/08/2007, 12:32
Mydôyrn de Nyrr

Mydôyrn se encogió de hombros.

- Quizá no, mi señora. Pero hay una creencia en el Norte contra la que es difícil luchar. Allí creemos que en el interior de todo hombre hay una lucha encarnizada entre el animal que le incita a proteger su hogar y el que le incita a conquistar un nuevo territorio. Allí y aquí, todos somos iguales, y la pelea es la misma. Somos dueños de ambas bestias, y no siempre vence la misma. Por esa razón, no está de más ser precavido cuando uno entra en una nueva manada.

Dos giros y vuelta. Rhiannon vio a Meridiar, con su traje negro. No estaba demasiado lejos y le sorprendió mirándola. Luego volvió a girar y volvió a perderle.

El baile terminó finalmente, y comenzó otro. Según las reglas de cortesía, todas las parejas abandonaron el centro para permitir que otras nuevas aprovecharan primero el espacio. En este caso no fue necesario, ya que quedó claro enseguida que los que permanecieron de pie pretendían seguir así, y los que salieron, tras el momento de cortesía, volvieron a ocupar sus lugar en la nueva melodía que pronto inundó la sala.

Mydôyrn observó a Rhiannon.

- Podéis cambiar ahora de pareja si lo deseáis, no está mal visto siempre que sea un conocido.

Al decirlo, la joven se dio cuenta de algo. Junto a Kattya, a quien no había visto hasta entonces, vestida de un pardo luminoso con un bonito collar de brillantes piedras. Su pelo negro estaba recogido con cuidado y acierto, haciendo más hermoso su rostro sonriente. A su lado estaba el mismo joven que se había acercado a ella en el vatinheir, justo antes de salir, y en ese momento también miraba en su dirección, con una expresión difícil de interpretar.

La melodía estaba empezando, y era más lenta que la anterior. Con ella, el tiempo pareció hacerse pequeño también.

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22/08/2007, 16:33
Meridiar de Loorgyll

Meridiar sonrió ante la proposición de la dama. Su juego era envidiable y el pago por sus servicios se mostraba ante él. "Cualquier dama que os acompañara en los jardines sería la envidia de la corte entera, y yo la primera", le había dicho Kattya.

- Creo que nada sería más justo, hermosa Tryyta que el poder encontrarnos allí mañana, a la hora de la luz. Y bailaremos, mi señora, bailaremos con una canción propia. - sonrió clavando la mirada en sus ojos, más relajado, ajeno a los problemas que le rodeaban, sólo estaba ella. Lo necesitaba.

Por un momento sólo le quedó el baile, el vértigo del vuelo con los ojos cerrados, movimientos fluidos, la brisa que sólo le traía la fragancia de la joven dama de Hysslûd. La exaltación de los sentidos. Olvidarse de todo y bailar.

El juego: dónde se corre para permanecer en el mismo sitio; donde el movimiento está limitado por la armadura de lo correcto; donde se bloquea con la mano derecha pero se ataca siempre con la izquierda; Las acciones pesan tanto en el salón de la corte como en las salas de esgrima y el resuello siempre es un bien muy codiciado por todos aquellos contendientes.

La exaltación de los sentidos. Olvidarse de todo y bailar.