Partida Rol por web

La ruina del Hombre

La flor de la luz (Nactas, 2 de Numa del año 471 d.T.)

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27/09/2007, 23:33
Rhiannon de Curyll

La música se difuminó en el aire, intercambiándose por los cumplidos de caballeros y las risas aduladas de las damas… Y yo esperaba ser conducida por Lonnegahr fuera del tablero cuando, al mirarle, su gesto grave me obligó a buscar con la mirada en la dirección en la que disparaban sus ojos taimados…

Giraba sobre mi misma… con el dorado del pelo suelto sobre la espalda y el miel de los ojos interesados… Lonne… y el fingido ataque de tos… y bajé la mirada al suelo un segundo acallando la sonrisa que se dibujó en los labios sin que pudiese hacer más por evitarlo… Solo la tenue sombra de ella cuando elevé de nuevo los ojos en busca de aquel Meridiar que ahora se dirigía a mi…

Mi señora, Rhiannon de Curyll, estais tan bella como la primera vez que os ví esta mañana. y el oro de mis ojos pareció afilarse cauto… casi replegarse al escuchar la voz de aquel hombre… mientras la barbilla y los hombros se afianzaban en el gesto orgulloso… un gesto que pronto se torno extrañado al atravesar la mirada negra de Meridiar que ahora me recorría… Acaso era sincero?... lo parecía….

Los hombres parecían medirse con la mirada… y yo observaba a Meridiar, con ojos interrogantes, expectante de aquel duelo de voces… con la cabeza algo inclinada a un lado, con el atisbo de sonrisa apenas pincelada en el gesto… de la misma manera en que, aquella misma mañana, le había observado medirse por la espada contra el Donner… Otro tablero… otras piezas… quizá el mismo juego…

Meridiar me tendía la palma de su mano abierta, y recorrí sus líneas un segundo para, buscando de nuevo los ojos de aquel hombre, posar la mía sobre ella... casi sin peso…solo el roce leve de la piel… una mano que no buscaba sustento ni apoyo… que se dejaría guiar… pero que no caería al vació cuando se encontrase sola…

Mi señor Meridiar… Es placer volver a encontraros… y a pesar de no ser yo la interrogada, ni a la que se le solicita el honor del baile… supongo que mi señor Lonnegahr me permitirá escapar un segundo de mi… jaula… y poder así aceptar en nombre propio y con mi propia voz vuestra petición

La inclinación estudiada del cuerpo…la sonrisa protocolaría... y el brillo de la mirada alternándose entre los dos hombres…

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28/09/2007, 09:23
Meridiar de Loorgyll

- No esperaba menos de vos, mi señora Rhiannon. - el tono y las palabras de aquella dama, lejos de incomodarle o causarle turbación por su reproche parecían complacerle sobremanera. Sonrió con la sinceridad de un hombre y adaptó la pose de baile con toda su atención en el rostro de ella. Nunca volvió a dirigir la mirada hacia Lonnegahr que ya regresaba a las opulentas formas de Kattya.

- Disculpad mi torpeza en el trato o si os he ofendido de algún modo, mi señora, aun tengo mucho trabajo que hacer para pulir mis modales del norte. - uno, dos y tres, los primeros acordes suenan y exigen una complicidad con la otra parte para entrar en el baile con el pie correcto. Pupila contra pupila parecían sentir la cuenta en silencio para en el momento apropiado realizar el primer movimiento siendo uno espejo del otro - Os he tenido que buscar, dama de Curyll, con la esperanza de encontrar un alma afín en esta fiesta. Ambos somos recién llegados a esta corte, extranjeros en tierra extraña, y nadie como vos entonces para poder compartir esa inocencia de los primeros días. - un espejo frente a otro que de tan enfrentados, lejos de buscarse a si mismos tratan de arañar el infinito.

Meridiar se movía con soltura y gracia, demasiada quizá para alguien que no estuviese versado en este tipo de acontecimientos. No trataba de exhibirse, lejos de ello, tanteaba las posibilidades de su pareja, con suavidad y la llevaba hacia allí donde más pudiese lucirse el estilo de la joven de verde.

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29/09/2007, 18:00
Rhiannon de Curyll

Me sentí ceñir por su brazo y su sonrisa… que me llevaron a la pista de baile y a un nuevo juego… Y mi mirada se afianzaba en la suya casi con desafío… mientras le escuchaba….mientras la música ya se iniciaba acariciando las luces y los oídos…

Un compás… otro… Un destello en sus ojos azabache y su reflejo en el miel de los mios. La señal…reconocimiento mutuo…y Meridiar inició el movimiento… seguro pero sin imposición… grácil… pero sin ostentación… y yo me dejaba guiar con el gesto dócil entre sus brazos… pero con el brillo de mis ojos demasiado indómito para aquel salón… y para aquel tablero…

Estudiaba a Meridiar mientras me dejaba guiar…sintiéndome enmarañar por su ojos negros… preguntándome que clase de araña era aquel otro hombre del norte… Con tres de ellos había bailado aquella noche, hombres iguales… pero tan distintos.. Mydôyrn, el de sol de mediodía..… Lonnegarh... luna oscura de media noche… Y Meridiar…al que, inclinando la cabeza un poco de nuevo, afilando la mirada para lazarme a la suya… intentaba definir… Meridiar… ni luz ni sombra…pero acariciado por las dos…

Meridiar… Meridiar era el crepúsculo…

Nada he de disculpar, mi señor… en todo caso… soy yo la que debe pedir perdón, me temo… la voz suave se entrelazaba con la música mientras la guía de Meridiar me conducía al compás de los acordes sin que apenas tuviera que prestar atención a su movimiento… Abandonada en el sentir la música… en atravesar el cristal de sus ojos negros… dejada ir en el recuerdo… Los lobos lo mataron. Y a los lobos vengo pidiendo justicia… y recordé… y le ví de nuevo lanzando su ataque de frente... tan alejada su voz y su gesto de entonces de lo que ahora se me mostraba… Un alma afín había dicho… Quizá… pero de nuevo el brillo ingobernable de mis ojos se apuntaló firme… igual que mis hombros… Meridiar era el crepúsculo…pero yo prefería ser sol dorado de tarde…

Inocencia, decís?… que curiosa elección… Pero tenéis razón… llevo muy poco aquí, y desconozco de usos y modos… Y aunque la dama Kattya y vuestra bellísima Tryyta intentan aleccionarme en los usos y costumbres de esta corte… me temo soy una alumna terrible… y no estoy a la altura de sus lecciones… lejos del arrepentimiento o el bochorno, la voz se me teñía de un deje obstinado y orgulloso… casi terco. Intensidad en la voz…audacia en la mirada…y una sonrisa de niña que se ampliaba sin artificios ni fingimientos, sin protocolos… Una sonrisa que palideció bajo el relámpago del recuerdo y el arder fantasma de la cicatriz…

Protocolo… Ademanes…. Jaulas de oro…

Aún así… mi señor Meridiar… espero seáis capaz de perdonar mis torpezas… Y dejadme deciros que os agradezco el gesto y la compañía, mi señor…

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30/09/2007, 10:58
Meridiar de Loorgyll

Obstinada y orgullosa. Daba salida a su naturaleza interior, tan sincera como predecible sólo cediendo ante el sobreimpuesto artificio. Su carácter era duro como el mármol y su educación, lejos de tallarla con buenas maneras parecía haberse dado por vencida y cubierto la obra con finas sedas. No era difícil adivinarla detrás de ellas.

No era posible apreciar en Meridiar el impacto de aquellas miradas. No se sentía amenazado por ellas, no las mantenía ni bajaba los ojos, simplemente jugaba a otro juego. Con suavidad como si fuese lo más hermoso del mundo la mecía por el salón de baile. Ella se dejaba hacer y el jóven se preguntaba si ese sería el único campo en el que ella le permitiría llevar la iniciativa.

- Más bien debería sentirme honrado yo por que hayais aceptado mi compañía, mi señora. No deberíais juzgaros con tanta dureza, dama Rhiannon, creo que estais perfectamente a la altura de cualquier cosa que ellas pudiesen tener que ofrecer. - sonrió sin poder ocultar una leve traza de malicia en el gesto - Creedme pues no soy la única persona de la corte que mantiene esta opinión. No olvideis que yo estaba presente cuando el propio Donner os eligió de entre todas las damas de la corte para hacer compañía al hijo de su invitado extranjero. Eso, dadas las circunstancias, no es algo que le encargue a cualquiera.

Había profundizado en sus ojos al mencionar aquellas circunstancias especiales como si quisiese averiguar en ellos hasta dónde estaba la jóven enterada de lo que estaba ocurriendo en la corte.

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30/09/2007, 19:46
Rhiannon de Curyll

La sonrisa de Meridiar y mi cuerpo afilarse y parecer crecer entre sus manos… No me había gustado aquella sonrisa… ni la voz que la acompañaba…

Oh… hay otra manera de juzgarse?... Prefiero la dureza a la condescendencia… otro de mis defectos… supongo…. la sonrisa estudiada era incapaz de acallar el tono casi desdeñoso de la voz… En realidad… me importaba muy poco lo que pudiesen pensar de mí… Y me halaga vuestra opinión… pero… creedme si os digo que… aunque se piense que pueda estar a la altura de tales damas… no creo poseer lo que se precisa para poder igualar sus ofrecimientos…

La media sonrisa se dibujo en mi cara mientras las pupilas le observaban interesadas… dilatandose… captando detalles… Un giro suave.. casi dulce… y me deje llevar con la media sonrisa en los labios mientras observaba el tablero sobre su hombro… Aquel era un juego duro..

Y no…No olvido…mi señor Meridiar… el momento en que fui elegida para tal honor…No olvido nada de lo que ocurrió en aquella sala… mi mirada atravesaba ahora la suya… una coraza… pero en aquel salón, mientras Meridiar sostenía la espada frente al Donner…bajo su yelmo de duelo, yo había visto su grieta… El Donner poco podía conocer de mí…y... acompañar al caballero Mydôyrn… dadas las… circunstancias… es un privilegio que se escapa a mi entendimiento… Claro que dichas circunstancias parecían ser conocidas por todos menos por mi… El caballero... Lonne… me ponía al corriente con trazos difuminados de historia cuándo vos aparecisteis.. Trazos que aún confunden más mi entendimiento… trazos que todo lo enredan… y me desconciertan...

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30/09/2007, 23:12
Meridiar de Loorgyll

El jóven parecía algo cotrariado por las reacciones de la dama pero era consciente de que era completamente distinta a cuantas pudiese haber conocido hasta el momento.

- Tan mala puede ser la condescendencia como la dureza si ambas nos apartan del juicio justo, mi señora.

No añadió más, no deseaba llevar la conversación sobre las virtudes y defectos de las damas de la corte. El compás de la música indicaba el tiempo y ellos bailaban sobre un pentagrama de luces y sombras. Distintas notas pero una única melodía.

Rhiannon pasó de mostrarse a la defensiva a atacar abiertamente. Una estocada suave más en el hueco preciso. En cualquier otra ocasión habría pasado desapercibida, el jóven habría acusado el golpe con una máscara de frialdad y un rostro inmutable. Pero aquello era el baile y allí todo era distinto. Mostró la sonrisa que había esculpida en su yelmo, fría y dura como el mismo, más no pudo evitar aumentar quizá ligeramente la fuerza de la mano que sostenía la de la joven. Apenas perceptible pero lo justo para que ella sintiese el efecto del golpe.

Meridiar asintió mudo a las palabras de Rhiannon y prosiguió con el baile retornando a figuras clásicas y de poca complejidad. Parecía haber dado por concluida la conversación o al menos su posibilidad de réplica. Su pentagrama mostraba el inherente mutismo de un silencio de negra.

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30/09/2007, 23:54
Rhiannon de Curyll

Apartarnos del juicio justo…. Vaya…

Aún le miraba con interés cuando la vi… Su sonrisa fingida… Había visto demasiadas cómo para no reconocerla… cómo para no saber a que se debía… cómo para no entender que…como siempre… mi maldita lengua me había traicionado… y mi maldito orgullo… y el brillo de los ojos… La rebeldía hecha mujer… los problemas hechos carne… el sufrimiento eterno para un padre… la voz del señor de Curyll aún en mis oídos… No… un poco más adentró… mucho más adentro…

Me sentí arder cuando note la fuerza de su mano crecer sobre la mía… Las mejillas al rojo… al rojo la cicatriz y su dolor fantasma… y la respiración agitada en el pecho y una culpa llena de rabia en los ojos… Su sonrisa vacía y su tacto me habían devuelto a la jaula… y había cerrado la puerta con fuerza…

Me dejaba guiar en aquel baile gélido ahora... mirando por encima de su hombro… sintiendo el palpitar furioso… la sangre agolparse en la cara… intentado acallar el recuerdo de dolor… reprimiendo el mirar la cicatriz que rozaba la mano de aquel hombre que me guiaba en el baile… intento inútil…

Lo lamento… casi sonaba sincera mientras miraba la cicatriz que asomaba apenas de mi vestido... y desvié los ojos de mi herida mientras me mordía el labio… acallando recuerdos y miedos... y la rabia... esperando que la música terminase y liberase a aquel caballero de una voz que no me pertenecía... ni me estaba permitida poseer...

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01/10/2007, 16:31
Meridiar de Loorgyll

Cerca de la orquesta la música se escuchaba incluso más distante. Algo lejano que los envolvía como olas que se empujan contra la torre de un faro. Y la luz de ambos no se apagaba por ellas pero tampoco se movía. Sus labios sellados no habían impedido que la conversación prosiguiese. Ella cedió para dejarse llevar y él aflojó para dejar que se moviese. La despegó de sí de su cuerpo y de su alma sosteniéndola únicamente con la punta de los dedos poco faltó para que la perdiese para siempre pero ella, girando con gracia, volvió a él y el joven la asió con fuerza contra sí como si temiese perderla de nuevo. Un susurro, una disculpa. Y una búsqueda que partía de la oscuridad de unos ojos en tiniebla hacia la luz del sol de dorados destellos.

- Me temo que a Lonnegahr le va a costar tiempo perdonar que me haya inmiscuido en su instrucción. Debeis cuidaros de él. Por eso quise hablar con vos, mi señora, no con ánimo de incomodarla con mi presencia. Ya os dije que ambos compartimos la frescura de la novedad en esta corte y me sentí en la obligación de preveniros así como estoy seguro de que vos no habríais dudado en hacer lo mismo por mí si a vuestros oidos llegasen rumores de mi incumbencia. - giraron juntos acompasados - Nada me complacería más que ver en vos a una amiga, Rhiannon de Curyll.

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01/10/2007, 18:03
Director

Se apagó la música lenta y cadenciosa, como si tropezase y fuera resbalando suavemente antes de caer por fin.

Gran parte de la sala se encontraba ya en otros quehaceres, quizá en la verdadera intención de su presencia. Muchos habían invadido la otrora desierta sala de hacheros donde habían desaparecido Tryyta y Meridiar y de la que sólo éste último parecía haber salido. Otros, en la misma sala, se acercaban a las paredes, dejando sitio para los más resistentes, o simplemente los más jóvenes, y charlaban más o menos amigablemente, según el caso. Kattya y Lonnegahr seguían bailando, y mientras la sonrisa de él era creciente, la de ella parecía debilitada, insegura, cansada, quizá.

El Donner y su esposa habían dejado también de bailar, y la hermosa Lunay Langûr, la dama de Sol fresco de amanecer, se acercó al solitario y ensombrecido Dyrderaân de Nyrr, quien aún continuaba allí, solo que discreto, sin hablar con nadie o hacer otra cosa que no fuera observar y sostener una copa de metal brillante. Una copa que no era de fina cerámica o cristal, como las demás. Dura y fría, pero resistente.

Notas de juego

No os lo pasáis bien ni nada :)

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02/10/2007, 13:00
Rhiannon de Curyll

Sentí el ceder de su mano... el alejar de mí de su cuerpo... el roce casi etéreo de las yemas de sus dedos y la despedida muda que había en ellos...

Mi cuerpo y la estela de mi falda dibujaban figuras de artificio en aquel salón que, si ya me era ajeno... ahora se me antojaba completamente fuera de mi mundo.. y la música se desdibujaba en un giro.. otro.. y uno más.. uno que me hizo volver a él ... para sentirme ceñir con fuerza nueva.. con brazos diferentes...

Mi cuerpo reaccionó al suyo con sorpresa... tensandose un segundo bajo sus brazos mientras la mirada buscaba en la suya una explicación... buscando un hielo que parecía fundirse... Un hielo que su voz acabó de diluir en aquel salón...

Le miraba sorprendida... con una sonrisa que no podía dejar de teñirse de un deje incrédulo... con la mirada afilandose en rendijas doradas... Pupilas cómplices.?.. quizá lo fueran...

Gracias mi señor... Pero los hombres como Lonnegahr son en sí mismos una advertencia... y su voz y sus palabras no hacen más que confirmar lo que el insitinto nos grita a aquellos que nos permitimos prestarle atención... entorné los ojos buscando a un Lonnegahr que ya se había difuminado en la estancia... y volví al negro de Meridiar... Era sincero?.. lo parecía... Mi señor.. no dudéis de que en mí teneis a una amiga.. si me hacéis ese honor... Pero.. os equivocais conmigo… yo no habría ido a contaroslo… os habría defendido alli mismo si mi corazón hubiese creído que os injuriaban… Un defecto que debéis conocerme si realmente queréis honrarme con vuestra amistad...Sabed que nada me complacería más que saberos capaz de pasarlo por alto

La música se extinguió con suavidad... y mirando aún a Meridiar esperaba ser conducida fuera del tablero... recordando las piezas... y las jugadas....

Notas de juego

jajajjaja... pues sip... para que negarlo :P

XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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03/10/2007, 09:21
Meridiar de Loorgyll

Meridiar ofreció su brazo a la joven de Curyll llevándola hacia los límites de la pista de baile. Rhiannon estaba menos indefensa de como la había figurado. Ella encontraba con acierto el lugar al que quería llegar pero cuando lo encontraba caminaba hacia él a grandes zancadas, apresurada, mientras que Meridiar ponía un pie delante del siguiente más preocupado del suelo que pisaba que del destino de su caminar.

- ¿Quién no habría defendido a un igual de las injurias contra él proferidas? Mas quién contra vos calumnia, mi señora, se hiere a si mismo al hacerlo. ¿No es más correcto permanecer en guardia que atacar a quien desenvainando se daña?

El joven recorrió con una rápida mirada su alrededor. Sus ojos bailaban frenéticamente por los detalles. Apenas un instante le sirvió para medir las distancias y las actitudes de aquellos de quienes quería mantenerse apartado en ese momento.

- No es por injurias, mi dama Rhiannon, que vengo a preveniros. Quizá no sea éste el lugar ni el momento. Tendrá que ser mañana, os haré buscar. Mantened los ojos abiertos, amiga mía, pues os encontrais en una posición aventajada porque el Donner valora vuestra neutralidad e integridad, pero muchos... - no oculta una discreta mirada hacia Lonnegahr - os forzarán a tomar partido.

Una vez en el borde de la pista de baile se detuvo, asió con suavidad la mano con la que ella había sujetado su brazo y sin apartar la mirada de sus ojos la besó.

- Espero que éste sólo sea el primero de muchos bailes, mi señora.

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03/10/2007, 17:41
Director

Y la fiesta continuó hasta tarde, al menos esa era la sensación que permanecía en todos, con caras visiblemente cansada y más lentas, pero no por ello menos intensas las miradas, o ágiles las lenguas...quizá, en los recovecos oscuros de las cercanías, en más de un sentido.

La sala seguía dorada y blanca, con espejos brillantes y ventanas de negro horizonte rubricado por la tela de fantasía en el imposible color de las nubes. Definitivamente, la música se volvía menos importante y otros asuntos relucían, y se formaban nuevas parejas que pensaban menos en el ocio y más en sus intereses. Casi todos eran cordiales en apariencia, y sin duda hábiles en lo suyo. El sueño comenzó a hacer mella en ambos, tanto en Meridiar como en Rhiannon, pero era cosa suya decidir si, después de aquella toma de contacto y del vino y los giros, aún tenían fuerza y ganas para algo más.

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04/10/2007, 23:08
Rhiannon de Curyll

Su brazo y mi mano en él… y Meridiar me conducía hacía los lindes de la pista de baile mientras yo…con la barbilla casi desafiante, con la mirada destellando en oro bajo las luces de aquel salón… me dejaba guiar hacía un descanso que no creí necesitar hasta que sentí la música cesar y el baile enlentecerse y morir entre los brazos de aquel hombre... Pero mientras caminábamos… mientras perdía intencionadamente la mirada para observar sin ver… su voz y sus miradas me ataron de nuevo a Meridiar… su voz y sus miradas me vivificaron…

Caminando erguida entornaba la mirada, con la cabeza apenas inclinada… con el pelo dorado y suelto enmarcando la piel morena de tardes de sol…Caminando erguida miraba a Meridiar… y su voz me dibujaba una sonrisa en los labios…

Vuestra defensa implica un ataque?... me vi reflejada en el cristal negro de los ojos de aquel hombre del norte… y en su mirada reverberaba el brillo de la mía… que volvía a traicionarme…

Permanecer en guardia, escuchando proferir injurias con una sonrisa en los labios… No…No puedo estar de acuerdo con vos, mi señor Meridiar… Porque…. qué ataque existe en que la voz proclame lo que es justo y verdadero?... No caballero… en mi opinión… y si os place escucharla… yo os diría que, en ocasiones como esta, detener un golpe no implica abatir al que lo lanza… porque, en ocasiones… la simple defensa de detener las lenguas con humildad pero determinación, ya es argumento más que suficiente volvía perder la mirada al frente ahora… teñida de un valor que a muchos les parecería rídiculo… la utopía de los cuentos con final feliz…

Y… si volvéis a permitirme… creo que os equivocáis… porque… a qué motivo se debería el interés de manipular mi posición respecto a nada?... mi opinión a favor o en contra de nada? Mi señor Meridiar… me sobrevaloráis…solo soy una extranjera en esta corte…Nada sé… nada poseo… Nada importo ni influyo…

El final de la pista de baile… el final de la luz… y de la noche…Y mis ojos parecieron replegarse cuando se inclinó a besar mi mano…un beso suave… una leve inclinación del cuerpo… no de los ojos… Nunca de los ojos..

Ese es mi deseo… Meridiar de Loorgyll…. correspondí a su inclinación… con mis pupilas afirmadas en las suyas… Nunca de los ojos… Esperaré vuestro llamado… mi señor… Os deseo buenas noches…

Esperé con la sombra de la sonrisa en los labios a que el caballero se alejara para dirigirme lenta y cadenciosa hasta que la mirada del Donner se posó sobre el dorado y verde de mi figura… Y con la mirada agradecida, con la inclinación estudiada y protocolaria… respetuosa… me despedí de su presencia y de aquella fiesta que ya moría… y abandoné un salón de luz que empezaba a dibujar sombras… sombras que se movían aquí y allí…

Nada que mereciera que desviara la mirada…

Notas de juego

A dormir... :P

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05/10/2007, 09:24
Meridiar de Loorgyll

Las palabras de Rhiannon, como ya comenzaba a hacerse habitual, le descolocaron por completo. Meridiar la acompañaba portando una máscara de de imperturbable corrección que su acompañante parecía decidida a tirar abajo a base de súbitos manotazos.

- Mi señora, ¿Qué impresión os he causado que atribuis a mis actos maneras y motivaciones completamente ajenos a los que yo he expresado? ¿Qué he yo de responder cuando me preguntais anticipando mi error en las respuestas? Sois una mujer atípica y en vuestra habilidad para deterner las lenguas tan sólo veo una inquebrantable determinación. Rhiannon de Curyll, mi dama, ¿escuchar injurias, impasible, con una sonrisa en los labios? Eso es de necios o de cobardes ¿Me estimais de semejante calaña? La guardia, o al menos así me lo enseñó mi maestro, no es una postura pasiva sino activa. No hay humildad, a mi juicio, en corregir al mentiroso cuya mentira es tan transparente como lo sería la propia verdad. Pues injuriando de dicha manera otorga al difamado la antítesis de lo calumniado y se otorga a si mismo las más bajas cualidades del ser humano. Sólo hay orgullo en señalar con el dedo lo evidente.

No le desagradaba el discutir aquellos términos más reconocía lo inusual de hacerlo con una mujer, sin embargo Rhiannon de Curyll era en todo punto atípica. Revestida de humildad y sencillez, siendo orgullo y determinación, afirmándose nada y sabiéndose todo.

- ¿Sobrevaloraros? Ni dureza ni condescendencia, dama de Curyll, sólo un juicio justo. Consideraros no más que una extranjera en la corte que ni sabe ni tiene ni influye ¿no supondría considerarme a mí que en en pareja situación me encuentro, nada más que un extranjero? Pues dado que en más alta estima me hallo y bien reconozco ser más que un fantasma recién llegado, así yo os estimo, mi señora, como algo más, mucho más, que una advenediza. Mis oidos no se equivocan y mis labios no mienten. Guardaos de afirmar lo contrario, mi dama. Mañana os haré buscar y espero que entonces podais comprender los motivos que me llevan a afirmar cuanto afirmo.

Tras la despedida mantuvo la mirada en ella. Era como un inusitado rompecabezas para él pero palpar el contorno de sus piezas, acariciar los bordes y comprender la posición de cada una de ellas se le antojaba tan placentero como hacerlo una tarde de lluvia junto al fuego.

- Buenas noches, mi señora.

Notas de juego

A dormir tambien, aunque conociendo a Rhiannon podremos estar discutiendo hasta que amanezca XD
Espero que mi señora me de algo de tregua hasta que nos veamos al día siguiente y que consienta en una sola de mis frases sin tener que darle la vuelta para rebatirla XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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08/10/2007, 18:16
Director

El pasillo se abrió ante ellos como una lengua negra. Al menos era un trecho, según parecía, lo que tenían que compartir para llegar a sus respectivas alcobas. Al fin y al cabo, común era el edificio que guardaba a la Corte de invitados y sedentarios, y hasta el final ambos eran lo mismo, y así sus caminos convergían primero, para separarse después.

Ambos anduvieron con lentitud, escuchando el uno las pisadas de la otra, en una oscuridad plagada de luces de antorchas, que tornaba el negro en rojo y dorado por los pasillos, una mezcla que espantaba el plateado embrujo de una luna alimentada por cristales lejanos del pasillo abierto, que captaban su luz y la reflejaban en los árboles de los muchos patios interiores, de fresca fragancia veraniega, con cipreses, castaños, madreselvas, brezos e incluso flores de alba y las contadas medibeas azules, cogollos aún de púrpura indeciso, regalo de las faldas de las mismas montañas de la Holm Mayor, junto a la capital misma.

Un pasillo más oscuro les esperaba, y al llegar a un cruce ya no había sonido ni fragancia, sólo silencio, como una mente enferma que quisiera olvidarse de algo. Hacía frío...quizá no mucho, pero podía notarse en el cuello y en los pliegues de las vestiduras. Un ligero viento de ninguna parte jugaba...

La dama Rhiannon marchaba primero, apenas unos metros, pero tan lejana y como un cristal difuso y frágil, se le hacía a Meridiar un sueño de esmeralda.

Ella llegó a un cruce donde al fin desaparecería hasta el día siguiente.

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08/10/2007, 18:17
Director

El albo cuello de Rhiannon resplandeció levemente, quizá iluminado por la luna que no se atrevía antes a entrar en el pasillo de fuego. Pero esa luz oportuna hizo que a Meridiar se le helara la sangre al distinguir, la Voz sabrá cómo, una mano crispada que nacía de la misma oscuridad, en el mismo cruce que ella aún no había tomado, y amenazaba con alcanzarla.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Tirada: 1d10+3
Motivo: Descubrir
Dificultad: 8
Resultado: 10+3=13

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08/10/2007, 18:19
Director

El cruce se acercaba, y parecía algo más iluminado, aunque, al ser un pasillo que cruzaba dos patios interiores, era de plata y no de fuego, y la luna anticipaba un cierto brillo que sin duda mostraría una maravillosa escena a la vista. En unos metros, el pasillo, y algo más allá estaría la alcoba que con no poco gusto iba a estrenar tras aquella noche agotadora.

Tiritó. Realmente hacía frío.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Tirada: 1d10+3
Motivo: Descubrir
Dificultad: 8
Resultado: 1+3=4

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10/10/2007, 09:06
Meridiar de Loorgyll

El paseo por aquellos pasillos en penumbra no pudo menos que hacerle recordar aquellas historias que Kattya contaba sobre demonios nocturnos que acechan la corte, historias que sin duda fueron creadas con ese propósito. Los ojos del jóven recorrían cada esquina, cada recoveco y buscaban en los ocasionales encuentros con la guardia indicios de su intranquilidad ante tales hechos.

Rhiannon silenciosa avanzaba a apenas unos metros de él. Después del baile apenas quedaba nada que sus cuerpos tuviesen que decirse, no al menos ese día. El desvío inevitable y él sintió cómo se alejaba su imágen mas su aroma todavía permanecería allí indeleble durante algunos minutos. La observaba cuando sus ojos, ya hechos a buscar en esquinas y hoquedades repararon en aquella mano.

Tragó saliva un momento y entrecerró los ojos. No parecía aquella dama imágen de aquellos vicios que perseguían los demonios de la corte. Se detuvo y esperó lo suficiente. Cuando ella dobló la esquina y aquella figura irremediablemente dio con ella, el jóven de Hassped caminó despacio y se asomó para observar discretamente la escena amparado en las mismas sombras.

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11/10/2007, 18:33
Rhiannon de Curyll

Caminaba tranquila, con el deje cansado en los pasos y en el mecer del vestido que parecía querer acunarme hasta la habitación… y jugueteando con los dedos ocultos por las mangas del vestido llegué por fin al cruce que separaba mis pasos del eco de los de Meridiar…

El plata del aire me detuvo un momento.. y observé con la media sonrisa algo embelesada los brillos de luna que bailaban aquí y allí… tentada a permanecer allí, a disfrutar de lo simple… de lo ajeno a aquellos laberintos que me habían forzado a descubrir… pensando que quizá… el baño de luna me devolvería la inocencia… que me apartaría de todo aquello… No fue así…

El escalofrío y el estremecer de mi cuerpo bajo el vestido mientras la brisa nocturna arremolinaba el pelo sobre la cara, enredando la falda entre las piernas….Y frotándome los brazos, con los hombros encogidos y el gesto algo menguado por el frío, me dirigí hacia mi habitación, esperando encontrar en ella el colchón que me sostendría cálido hasta mañana .

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15/10/2007, 17:29
Director

Algo frío surgió de la nada, de la sombra...o quizá era parte de la misma negrura que lo ocultaba todo. Brilló un segundo con un reflejo plateado, o quizá fueron cientos de pequeños parpadeos, como el aviso de la Luna, y se cerró en torno al brazo de Rhiannon entre el codo y el hombro. Merced a la delicada tela, ella notó un frío terrible que congeló su mente mientras sentía como, con inusitada fuerza, era arrastrada hacia las sombras, y dejaba de ver su propio cuerpo, sólo el brillo en los cristales del pasillo de una Luna que ya no podía ayudarla.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Tirada: 1d10
Motivo: Iniciativa
Dificultad: 5
Resultado: 9

Notas de juego

Bien, decidme vuestras intenciones sin olvidar tirar primero iniciativa.