Partida Rol por web

La ruina del Hombre

La flor de la luz (Nactas, 2 de Numa del año 471 d.T.)

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15/10/2007, 17:30
Director

Notas de juego

Has sido cogida por sorpresa, y estás aturdida, de manera que en tu caso has perdido la iniciativa, así que serás la última en actuar, pero puedes postear igualmente un post rápido.

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15/10/2007, 20:54
Meridiar de Loorgyll

Al ver a la jóven forcejear con la sombra Meridiar se mordió el labio contrariado temiendo lo peor. Desde el cobijo de su propia sombra se dejó ver para llamar la atención y alertar a la dama de Curyll. Si alguien trataba de importunarla creyéndola sola no lo haría viendo la llegada de testigos.

- Mi señora, hay algo que olvidé esta noche. - dijo Meridiar alzando la voz de modo que resonase en el pasillo.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10+5
Motivo: Iniciativa
Resultado: 5+5=10

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16/10/2007, 10:57
Rhiannon de Curyll

Un brillar plata de luna en el oro de mis ojos... y un frío irreal...un frío que nunca antes había sentido.. que no creía que pudiera existir... un frío que me atenazaba la garganta y el pecho.. la sangre.. la voz...

Sentí la mano y su fuerza tirando de mi... y no pude por más que dejarme arrastrar a unas sombras que me engullian... que me rodeaban como aguas negras... anegandome... mientras las pupilas aterradas.. dilatadas por la angustia que ese frío tatuaba en mi cuerpo... buscaban sobre el hombro aquello que me arrastraba.. que me llevaba con él y me envolvía... intentando definir las formas.. intentado saber quien me obligaba.. quien intentaba someterme...

Someterme...

- Mi señora, hay algo que olvidé esta noche y la mirada dorada acuchilló las sombras al escuchar su voz... Una voz que resonaba entre las paredes. Una voz.. no unos pasos que acudían mientras las sombras me rodeaban... y por un segundo el destello ambar iluminó con furia a Meridiar antes de volver a encontrarse con las sombras.... o quizá solo fuera el brillar de un profundo desdén...

El corazón, detenido antes en el pecho, empezó a latir con una furia nueva... empujando la sangre a las mejillas.. afilando la mirada... tensando musculos y mente... PUPUM PUPUM PUPUM... un resonar ensordecedor en mi cabeza... Y el miedo... ese miedo atroz que te llena de un valor extraño y mal entendido...de una rabia profunda.. la que te mantiene en pie...

Nadie me somete...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10+6
Motivo: Ini
Resultado: 1+6=7

Notas de juego

Tiro iniciativa para el "segundo asalto" :P

*Intento adivinar quien es el maligno que me lleva pa l'oscuro.. jajaajajajajjaaj

*Tiro iniciativa por si hay siguiente turno y puedo soltarme.. Intentaré zafarme de él como sea..Forcejeando y a patadas si hace falta..

(bueno.. si... jo... Rhia es una bestiaja...)

XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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18/10/2007, 09:22
Director

La mano apretó la presa y sonó como un mordisco de muchos dientes que laceraban la piel.

Rhiannon emitió un grito ahogado, como absorbido por las sombras, mientras forcejeaba. La joven notó el sonido del vestido al quejarse y romperse por las zonas de puntadas más débiles, en la manga a la altura del hombro, y un peso que pisaba la falda y la desequilibraba.

A pesar de los esfuerzos, Rhiannon no podía librarse, como si la oscuridad la tragase y la consumiera. Su codo golpeó algo tras de ella, duro y resbaladizo, que además le dolió, y sus pies bastante tenían con evitar que cayera al suelo.

En ese momento, notó algo frío y afilado posarse en su cuello, con un suave beso que le erizó los cabellos.

- Quieta, joder - dijo una voz tras ella. En contra de lo que hubiera esperado, sonó agotada y temblorosa, infantil casi, como si quien le advertía estuviera verdaderamente aterrado.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d10+2
Motivo: Rhiannon - Zafarse de la presa
Resultado: 2+2=4

Tirada: 1d10+6
Motivo: Mantener la presa
Resultado: 4+6=10

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18/10/2007, 09:46
Director

Meridiar escuchó un forcejeo en la oscuridad, cuando ya por fin Rhiannon dejó de ser visible. Había sonido metálico familiar, y también a rotura de algún tejido. Alguien dentro de la negrura dijo algo en tono extraño, como indeciso. Entonces, por el pasillo, el joven vio acercarse una figura bañada en plata y en sombra.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Tirada: 1d10
Motivo: Escuchar
Dificultad: 2
Resultado: 5

Tirada oculta

Tirada: 1d10+3
Motivo: Avistar
Dificultad: 8
Resultado: 9+3=12

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18/10/2007, 10:48
Meridiar de Loorgyll

El joven se mordió el labio con rabia e impotencia, una rápida mirada a izquierda y derecha y volvió a fijar la vista en aquello que fuese que se le acercaba. Los demonios de la noche. Una leyenda forjada con plata en las sombras. Dió un par de pasos hacia atrás mientras gritó sin apartar la mirada de la amenaza que hacia él se acercaba.

- ¡A mí la guardia!, ¡A mí la guardia!, ¡Auxilio! ¡Guardias, guardias, aquí!

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18/10/2007, 12:09
Rhiannon de Curyll

Aún más fuerte.. Aún más frío mientras me sentía arrastrar.. mientras el dolor me recorría y volvía a negarme el aliento que escapaba en un aullido segado... el sonido gutural del dolor profundo... del miedo que oscurece almas...

Senti rasgar la tela de mi vestido, y mis ojos aún se afilaron más... mientras negaba y buscaba... debatiendome entre el forcejeo furioso para librarme del dolor... de las tinieblas... del sometimiento...Intentaba patalear, defenderme ciega...definiendo a duras penas la forma en la oscuridad, buscando un blanco a mi rabia.. un blanco a mis tristes ataques... Ataques que no llegaban... que se retenian bajo aquel vestido que ahora me sentía oprimido.. retenido... Un peso tras de mi... mis ropas retenidas... y mi pelea perdida.... NUNCA!!

Un nuevo golpe y un nuevo dolor.... y de pronto algo que lo detuvo todo...El filo en la garganta...

- Quieta, joder

El pecho subía y bajaba acelerado, mientras por los labios entreabiertos... expuestos ahora por el gesto elevado de la barbilla... se me escapaba un aliento que trataba de serenar. Sentía el frío familiar del acero en la piel... y con el destello orgulloso en los ojos me erguí afianzando las piernas en el suelo... Quizá vencida... pero aún no completamente derrotada...

Cobardes... qué buscáis?... Nada poseo más que este cinturón que no tiene más valor para mi que una correa de perro... Les trataba de ladrones?... sabía que no lo eran... Aquel frío atroz...

Buscaba con la mirada acuchillando la sombra.. intentado iluminar con un oro que ahora ardia en furia la tiniebla y la forma que se escondía en ella... Un poco más erguida... un poco más orgullosa... y en los ojos solo desprecio y desdén...

Pfff.... el vaho de mis pulmones se arremolinaba en un bufido lleno de desprecio ... Traidor... Solo un vil se esconde en la oscuridad para atacar... solo un pusilánime precisa de otro para sus vilezas contra una mujer...Eres un ser triste.. y despreciable....me sentía arder a pesar del helado de su tacto...demasiada rabía... demasiada cólera como para sentir miedo... Un valor nacido de las entrañas... quizá de un sitio aún más profundo... Matame... matame ahora ... o te juro que viviré hoy para acabar contigo mañana...

- ¡A mí la guardia!, ¡A mí la guardia!, ¡Auxilio! ¡Guardias, guardias, aquí! de nuevo la voz de Meridiar explotando en aquel corredor... no sus pasos... Estaba sola... y el relámpago dorado se desato en mi mirada... y me serenó el aliento... y me elevó la barbilla mientras la media sonrisa se llenaba de desprecio...

Entorné los ojos sobre el hombro.. con el frío de aquel filo mordiendome un poco la piel.. y busqué...Busqué al cobarde tras de mí... aquel que me sujetaba valiendose del acero y la fuerza de otro... recordando su voz teñida de terror...Quizá fuera una acción impuesta... quizá aquel hombre no quería estar allí... Pero eso no cambiaba las cosas...

Llegaran pronto...Yo de ti... correría...

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20/10/2007, 17:08
Director

Entonces desapareció la presión y la garra se aflojó.

- ¡Mierda! - resonó en la oscuridad.

En ese momento llegó del pasillo una figura fuerte y alta, que levantaba las manos para calmar los gritos que escuchaba a Meridiar. Unos metros antes de llegar a su altura se reveló como un soldado de la guardia quien, con gesto algo difícil de ver, pero presumiblemente agobiado por las circunstancias, intentó traer algo de razón a la locura en que desembocaba la situación.

- Mis señores, perdonada a mi compañero. Hoomerr, por la Voz, deja a la señorita y sal de ahí.

El aludido, un joven vestido como el otro, con pantalones de cuero reforzados y camisa de malla con guantes también de malla y capacete abandonó a Rhiannon en la oscuridad y salió de ella para apoyarse en su compañero, con una espada temblorosa cuyo filo apuntaba al suelo, igual que su rostro avergonzado.

- Dispensad el percance, mis señores. Ha habido...incidentes, mientras duraba el baile, y un señor...ha atacado a la servidumbre...incluso a nosotros mismos, por eso su presencia silenciosa en la oscuridad...nos ha prevenido.

El asunto ya está controlado. Os acompañaremos en todo caso a vuestros aposentos, permitidnos, bajo la recomendación de no salir a los pasillos oscuros hasta la mañana...

En el claroscuro, la mirada de aquel que hundió a Rhiannon en las sombras se debatía entre la vergüenza de su grave error y los ojos de alguien que se encuentra aún visiblemente aterrado.

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20/10/2007, 19:31
Meridiar de Loorgyll

Meridiar se mostraba irritado y rabioso. La amenaza de las armas era algo que provocaba en él tal estado de excitación que difícil le sería relajarlo por una torpe disculpa.

- ¿Estais bien, dama Rhiannon? - preguntó tratando de dulcificar su tono lo máximo que su enfado le permitía. Habiéndose asegurado de la integridad de la dama se dirigió hacia el guardia que tenía frente a sí.

- Has de saber, que prima en tu obligación proteger a los invitados de nuestro señor que el protegeros a vosotros mismos. ¿En qué momento una dama desarmada se os antojó una amenaza? ¡Envainad vuestras armas, por la Voz!

Caminaba tratando de observar cada detalle, analizando el rostro de aquellos guardias. Lejos de haberse calmado seguía manteniendo un tono lo suficientemente alto como para poder atraer la atención de cualquier patruya colindante. Se diría que incluso estudiadamente elevado como para provocar tal efecto.

- Quiero vuestros nombres, mañana hablaré de esto con vuestros superiores. - reflexionó un momento para pasar calmarse de repente como si aquello hubiese sido un preámbulo necesario para lo que proseguía - Y ahora... ahora explicadme a qué os referís con un ataque a la servidumbre por parte de un noble. ¿Acaso no habeis solucionado aún la situación? ¿Qué ha ocurrido? Hablad.

Pese a que aquellas palabras hubieron estado siempre dirigidas hacia aquellos guardias, Meridiar las había pronunciado mientras se acercaba a la dama del vestido verde y se anteponía entre ella y los otros dos dejando claro el obstáculo si cambiaban de idea y decidían ir a por la joven.

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22/10/2007, 17:49
Rhiannon de Curyll

El frío pareció rendirse, aflojando la presa… retirándose quizá en espera de una oportunidad mejor… Una oportunidad que no pensaba darle. Y allí de pie, con la barbilla aún mas firme… con los hombros más orgullosos… escuchaba los pasos acercarse… mientras notaba la llama en el pecho encendiéndome el aliento… mientras casi sentía el filo de mi mirada apuñalar la oscuridad en la que se amparaba aquel que ahora se retiraba… llena de desprecio, de furia mal contenida… del brillo indómito del carácter que no se me permitía mostrar… pero que no podía acallar… El fuego… la piel… la herida…

El corazón se me desbocaba ahora… y me extrañó el contraste con la fría calma anterior… El recuerdo de aquel día… y el de aquel frío nuevo… que no helaba… que te llevaba al miedo… Todo volvía a empezar… Esta vez no… Esta vez no…

Hoomerr

Me revolví de nuevo furiosa, escapando de aquellas sombras y aquellas manos que ya no podían retenerme, observando con el oro de la mirada en una llamarada que intentaba abrasar a aquel que ahora se mostraba…Y me froté brazo mientras se alejaba… observando el vestido rasgado.. levantando de nuevo la mirada hacía aquel hombre… que ahora no parecía más que eso… pero aquel frío….

Meridiar se interponía entre aquellos hombre y yo… y frotando aún el brazo dolorido… irguiéndome y afianzándome sobre las piernas firmes me coloqué a su lado, con la mirada fija en aquel guardia que ahora parecía aterrado… hacía bien en temer…

Estoy bien… deje de frotarme allá dónde aún sentía el frío atroz… un frío que empezaba a desaparecer del cuerpo.. no de la memoria… Una presencia silenciosa… Acaso debo ir gritando mi presencia como una verdulera vende sus verduras?? había dado un paso hacia delante.. casi inconscientemente… con la respiración pausada de aquel que intenta calmarse por todos los medios de los que dispone… siempre demasiado escasos…

Tan peligrosa os parezco que se precisan dos hombres para someterme?… el pelo resbaló del hombro al pecho con el leve inclinar de la cabeza… y hundí un poco más el ámbar de la mirada en aquel Hoomerr… que clase de ataque os parece que puedo realizar??? la voz me abrasaba la garganta… Hablad… que atrocidades cometen los nobles de esta corte contra sus siervos que todos merecemos este trato?... Visto lo visto... sentido lo sentido… quizá el ataque solo fue una defensa…

Mi mirada se entornó hacia la rasgadura de mi vestido… y volvió llena de intención a Hoomer, sin moverme ni un milímetro... sin desviar la mirada…… Aquel frío…

He vivido hoy... no lo olvidaré mañana...

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22/10/2007, 18:24
Director

El llamado Hoomerr desviaba la mirada. En ella, en su filo, el temblor no disminuía. Seguía asustado, quizá tanto como avergonzado, y quizá por más razones que las obvias.

El otro permaneció callado e impasible durante el tiempo en que Rhiannon y Meridiar les increparon. Quizá por la oscuridad, no quedaba muy claro si apretaba los labios por vergüenza o por no decir algo que pudiera empeorar las cosas. En todo caso, parecía mucho más dueño de sus actos, más responsable y tranquilo, y también menos sumiso.

- No podemos añadir más, son órdenes del capitán Jorgall, y también ha hablado el...mayordomo de cámara Eddyck. Nuestros nombres son Yadoss y Hoomerr, pertenecemos a la guardia del palacio. Yo soy cabo, así que soy el responsable de Hoomerr por lo cometido tanto por mí como por él mismo.

Pero quizá tendríais a bien vos, señores, considerar este asunto mañana, en mejor momento y lugar que éstos, y permitir que os escoltemos hasta vuestras dependencias.

Su mirada en la penumbra era fija y clara, y su porte digno. Era una sombra negra y plata alta y bien cincelada, como una estatua rígida en medio de aquel lugar tenebroso.

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26/10/2007, 20:01
Meridiar de Loorgyll

Meridiar no parecía convencido de todo aquello, sin embargo hasta un necio se daría cuenta del poco márgen de maniobra que le había quedado. Transigió.

- Ciertamente éste no es el mejor momento ni el mejor lugar para llevar a cabo cualquier acción. - dijo mirando especilmente a Yadoss con una inquietante autoridad en su tono - Pero no seré yo quien os prive de cumplir vuestro desempeño en este momento. Marchad ahora, yo escoltaré a la dama de Curyll a su habitación.

Diciendo esto señaló con la cabeza el lugar desde el que vino, dirección opuesta a por la que marcharía, invitando a los guardias a tomar dicha ruta. Los observaba con severidad y no fue hasta que éstos se marcharon que emprendió el camino a los aposentos de Rhiannon.

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27/10/2007, 23:55
Rhiannon de Curyll

Aquel hombre hablaba y el escalofrío volvía a recorrerme… la mordedura de aquel frío atroz aún en el brazo demasiado vívida… demasiado insistente en el recuerdo… por lo sorprendente, por lo inesperado, por lo irracional… Y mientras observaba hablar a Yadoss, sintiéndome rodeada del aura furiosa y casi tangible que me desbordaba… mi mano inconsciente volvía a acariciarme el brazo aún dolorido…

Sombra y plata… Yadoss… quién era realmente? Jamás ningún hombre tuvo ese tacto de infierno de hielo en la piel… Qué era lo que encerraba? Qué lo que aterrorizaba a Hoomerr? Qué habían pretendido?..... Qué?

Marchad ahora, yo escoltaré a la dama de Curyll a su habitación. La figura de Meridiar pareció crecer a mi lado, su voz intensificarse… autoritario… seguro… y mi gesto se afilaba junto a su tono… junto el tensar de las mandíbulas, junto a la mirada fiera… ojos ámbar de animal enjaulado… de oportunidad negada… de furia bravía que no sabe someterse… porque no quiere hacerlo... porque en lo indómito esta su grandeza… su fuerza… su esencia… Porque no debía, porque no tenía derecho… pero así era yo… y a pesar de todo, a pesar de todos… así quería ser…

Aquellos hombres pasaron a mi lado obligados por la palabra de Meridiar… y yo les miraba llena de menosprecio… Amo y lebrel… y la correa invisible entre ellos… pero tan cierta, tan evidente…

Mereces el infierno en el que vives… Hoomerr... la voz apenas contenida en un susurro que quería gritar cuando pasaron a mi lado, con el dorado de los ojos buscándolos sobre el hombro, y el reflejo de sus formas en las pupilas… porque no haces nada para huir de él… miré el filo tembloroso que sostenía… sus ojos huidizos… Y volví a la casi altivez de un Yadoss que ya se alejaba… Aquel no era el momento ni el lugar… pero llegarían… y yo esperaba estar allí.

Empecé a andar sin mirar atrás… acompañada de Meridiar… hombro con hombro… viviendo una y otra vez aquella sensación de frío, y mientras los ojos volvían furtivos una y otra vez al rasgado de la tela, al brazo dolorido… me preguntaba si aquel frío era el que se sentía en la muerte…

Caminaba algo absorta.. pero al llegar a mi estancia, al apoyar la mano en el pomo, al sentir la presencia y la sombra de Meridiar casi resguardarme en el dintel de su puerta… volví los ojos hacia la oscuridad del pasillo… con el labio entre los dientes… con el recuerdo de aquel tacto que había negado el aliento, que me había detenido el pecho… La pupilas de nuevo en la manga rota un segundo… en las de Meridiar un segundo después…

Mienten… volvía a mirar mi brazo, y de un gesto brusco, casi violento, acabé de rasgar la manga de mi vestido… descubriendo la piel.... Magulladuras y arañazos… y aquel frío atroz bajo la piel… Lo miraba atónita, casi decepcionada… moviendo el brazo para observarlo desde un ángulo y otro… y la alarma de la incertidumbre me asomó a los ojos… Mienten Meridiar…. la voz suave, sincera… fuera de todo protocolo… sin artificios, sin máscaras… El latir del corazón se había calmado, y ahora escuchaba el opinar de mi cerebro… y lo que decía, me asustaba.. Hay algo raro en ese hombre... algo ajeno a todos los demás, algo que no debería ser… que no puede ser…. buscaba sus ojos con los míos preocupados …su tacto… Meridiar… no es de este mundo… por lo menos no del mundo que yo conozco…Yadoss es peligroso… lo sé… lo presiento…

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30/10/2007, 17:46
Director

Lentamente retomaron el pasillo, ambos con el frío de la sorpresa y el resquemor. Las sombras volvieron a engullirles, aunque esta vez por voluntad de ellos, y el joven Meridiar tragó saliva una vez al notar que las oscuridad a veces se tornaba espesa cuando parece esconder algo de la vista.

Por otro lado, la habitación de Rhiannon no estaba lejos, o así parecía, pues el pasillo finalizaba y sólo quedaba una puerta cochambrosa, o eso se adivinaba, para la servidumbre. Los hacheros estaban apagados, como en casi todos los pasillos que habían sorteado por el momento. Sin embargo, un poco antes habían pasado un último patio, regado como todos por la luz de la luna, y pudieron ver entonces, al otro lado, la imagen de un sirviente con lumbre, iluminando otros lugares lentamente, como si fuera un ritual al que hubiera que guardar respeto.

Notas de juego

por si queréis seguir hablando, ahora que parece que Rhiannon ha comenzado un debate...

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31/10/2007, 20:51
Meridiar de Loorgyll

No era sencillo aparentar tranquilidad y aplomo cuando uno esperaba iniquidad y acero. Meridiar parecía casi aliviado al ver a aquellos guardias marchar cuando las palabras de su compañera le hicieron retener de nuevo el aliento. No hubo respuesta a tan duras palabras y cuando ella había iniciado la marcha sin siquiera mirar atrás, Meridiar, hombro con hombro, no pudo evitar un par de miradas furtivas a la retaguardia.

Los pasillos se encontraban en penumbra y, habiendo abandonado en el baile el tablero de juego de los cortesanos, se aparecían en los oscuros contornos donde jugaban los asesinos y se encontraban las fichas retiradas del juego o aquellas que esperaban incorporarse al mismo.

Mienten, le dijo ella al llegar frente a su puerta y él la miró fijamente sin llevar a cabo un juicio inmediato. Todo aquello que podía decir o hacer necesitaba ser pospuesto a una evaluación de su entorno. El joven miró a ambos lados del pasillo para retomar los ojos de la dama de Curyll. Se enfrentó a ella confiando en que la proximidad le confiriese un tono más discreto.

- Sí, mi señora, mienten. - respondió comprensivo con casi un susurro cuando se acercó algo más hacia ella.

Bajó sus ojos a su propia mano haciendo que aquella dama tambien la mirase, que pudiese seguirla en su recorrido hasta apoyarse en la que ella mantenía sobre el pomo. El contacto hizo que Rhiannon se sobresaltase y buscase en los ojos del joven una respuesta. Meridiar asintió despacio mientras, sobre su mano, giraba lentamente el picaporte.

- Confiad en mí, por favor. - y cuando dijo esto, la puerta se abrió por su propio peso.

Una vez en el interior el joven de Hassped recorrió la habitación con la mirada como si temiese encontrar alguna sombra inoportuna y, al no hallarla, invitó a su anfitriona a cerrar.

- Algo de vos querían, de eso duda cabe. - dijo con más confianza como si la oscuridad y el secreto de su alcoba desatasen le desatasen la lengua - Y verdaderos guardias o no, claro tengo que no es al Donner a quien sirven. Extraño es que nos hayan dejado marchar, pero no creo que dejen de intentar llevar a cabo su cometido esta noche.

No había miedo mas sí gravedad en su rostro. Cada momento, cada paso, parecía medido. Daba la impresión de que la cabeza de aquel jóven, más que de instinto, se encontraba lleno de posibilidades que calculaba en todo momento.

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10/11/2007, 18:16
Rhiannon de Curyll

Me habia escuchado atento.. con los ojos negros fijos en los mios… midiendo… lo sabia, y yo inclinaba la cabeza y afilaba las pupilas… midiendo también… al uso de mi halcón David… Quizá había pasado demasiado tiempo salvaje junto a él al lado de aquel lago… quizá de tanto desear serlo… era un poco él…

Meridiar miraba a un lado y otro del pasillo. Comprobaba…y mi expresión se tiñó de extrañeza… por sus gestos… por su voz… por su cercania..

Sí, mi señora, mienten… Meridiar miraba su mano… y yo seguía el movimiento del negro de sus ojos… Su mano en la mía…y todo mi cuerpo se tensó bajo su piel… un poco más erguida… un poco más desafiante… Y mis pupilas rodeadas de oro se clavaron en las suyas… negro sobre negro… Confiad en mi, por favor…

La puerta se abría… y yo entorné los ojos hacia el interior de la habitación iluminada tenue de velas. Volví a la mirada del hombre…para sorprenderme al verle también observar… protector… Y así estaba cuando su gesto me invitó a entrar… Las pupilas se me dilataron sorprendidas, alternándose entre las sombras de mi estancia y las de los ojos de Meridiar… Entrar?... Sentí las mejillas enrojecer…Aquello no era lo adecuado… aquello no era lo debido…lo que se me suponía… lo que se habría esperado de mi… No podía dejarle pasar, pero… demasiado tiempo con David…demasiado deseando volar libre… demasiado salvaje… demasiado osada…demasiado orgullosa…Aquella era exactamente el tipo de situaciones en que la curiosidad me podía… y los ojos me traicionaban…

Entre despacio en la habitación sintiendo sus pasos tras de mi… y su voz tras sus pasos… Algo de vos querían, de eso duda cabe…Y verdaderos guardias o no, claro tengo que no es al Donner a quien sirven. Extraño es que nos hayan dejado marchar, pero no creo que dejen de intentar llevar a cabo su cometido esta noche.

Le escuchaba mientras mis dedos jugueteaban con los picos de la manga de mi vestido.. mientras el labio inferior se veía acosado por mis dientes.. como siempre… mientras la mirada se aceraba… mientras las ideas intentaban ordenarse… Un par de pasos alrededor de la habitación… un negar con la cabeza… un volver a su mirada, y a la sabiduría que aquel hombre parecía poseer… Realmente, Meridiar, era mucho… mucho más de lo que yo creía…

Pero.. mi señor… que habrían de querer si nada poseo? mis ojos se anclaban fijos en los suyos… No creo poseer enemigos aquí como para merecer un ataque… o como para que se precise atacarme.. Qué puede beneficiar mi muerte o… lo que sea que deseasen esos viles?...

Di un paso hacía él… la cabeza inclinada… la mirada afilada…el pelo en destellos dorados que arrancaban las luces tenues…

Es extraño que nos dejaran marchar?....En verdad creéis que volverán ha atacarme?... Meridiar… un paso, la distancia más corta… y el gesto quizá demasiado hogareño.. sin protocolo… Qué es lo que sabes? Qué debo saber yo?

Notas de juego

Lo sieeeeeeeeeento.... estuve sin internet unos días... ya volví...

Vamos a por ellos Meridiar!!

XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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10/11/2007, 22:38
Meridiar de Loorgyll

Meridiar no era consciente de cómo se acompañaba de gestos para elaborar sus pensamientos, por ello pudo parecerle casual su necesidad de apoyar la espalda en la pared buscando algo sólido sobre lo que elaborar sus elucubraciones. Las manos juntas en su regazo, la mirada baja y aquel sobrio traje negro le conferían la apostura de aquellos ascetas que en ocasiones se encontraban lejos de los fastos de la corte.

Si el joven se demoraba en su respuesta se debía más a la dificultad técnica de tratar de subir en marcha a aquella dama al caballo desbocado que en aquel momento parecían sus pensamientos que al hecho de tratar de hacer aparecer en ella la inquietud y la impaciencia.

- Mi señora... - dijo finalmente y levantó la mirada despacio hasta encontrar la de ella - Habeis entrado en un juego peligroso y habeis de saber que siendo pieza no habeis tenido posibilidad de elegir vuestro propio camino.

Con un pequeño impulso se despegó de la pared y caminó hacia ella pero no la abordó de frente sino que buscó un flanco propicio, lejos de sus ojos, cerca de su oído.

- Hemos llegado con la partida empezada, muchas piezas hay dispuestas y los jugadores apenas capaces son de esperar su turno. - susurraba la voz melodiosa e hipnótica como la que en los cuentos que ella escuchó de niña tenían las serpientes - Las piezas nuevas son muy cotizadas pues es fácil que pertenezcan al primero que las reclame. El Donner necesitó de piezas no reclamadas para cumplir sus propósitos. Fue vuestra condición así como vuestra disposición la que os hizo merecedora de Mydôyrn de Nyrr como acompañante al baile.

Esperó lo que tarda un suspiro en deslizarse por unos labios trémulos. Desde la penumbra del cuarto la voz del noble seguía susurrando su secreto.

- Alguien parece interesado en hacer fracasar los esfuerzos diplomáticos del Donner con la familia de Nyrr, familia del Norte, linde de la marca norte. Algunos hechos que han culminado con el reciente asesinato aquí en Colmillo Sur, del menor de los Nyrr han puesto en una situación muy delicada la situación del reino.

De un oído a otro para enfrentarla de nuevo, lejos de sus labios, cerca de sus ojos.

- Me atrevería a asegurar que no es sino esta misma conjura la que ha tratado de hacer uso de vos esta noche. Quizá podeis infravalorar vuestro papel en este juego, pero habeis de saber que sereis la única en hacerlo. Señalada por el Donner todos miran en vuestra dirección. Todos ven en vos algo más que un acompañante casual, no en vano nuestro señor no eligió a cualquiera sino a vos, la recién llegada. Es posible que sin quererlo hayais obtenido de Mydôyrn de Nyrr en un baile más de lo que pueda obtenerse en semanas de conversaciones entre el Donner y su padre. A propósito, todo sea dicho, averiguar lo acontecido se diría que era sin duda alguna el objetivo de nuestro común amigo Lonnegahr.

Diciendo esto sonrió con un brillo en los ojos. Se afanaba en el la figura de la joven como si fuese capaz de leer en ella, en cada gesto, la emoción ligada a cada una de las palabras que emitía. Acostumbrada como podría estar a aquellos cortesanos que utilizaban las intervenciones de los demás para preparar lo siguiente que decir, Meridiar se vaciaba por completo para asimilar el más mínimo detalle de la respuesta del otro, sea expresado verbalmente o no. Eso, en cierto modo, lo hacía inquietantemente extraño en aquel ámbito de supuesta frivolidad asociada a la nobleza.

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13/11/2007, 18:11
Director

El silencio entre ambos permitió que la oscuridad hablara con un siseo tranquilo. El viento que recorre los pasillos, como espíritus que protegen o vigilan, uno nunca sabe, sólo confía en la Fe y espera que las enseñanzas y palabras de los prestes sean verdaderas.

Los ojos de los jóvenes buscaban la comprensión, pero de momento sólo veían una tela de araña en la oscuridad, demasiado difusa para conocer sus límites, demasiado sutil para entrever los hilos, y lo peor de todo, demasiado silenciosa para ver a la araña. El día ya había muerto, y la noche era de otros, aquello estaba claro. Rhiannon sintió la punzada de un sueño imposible, pues tanto era lo que había pasado durante aquel día que le sorprendía que su cuerpo bajara la guardia. En realidad, simplemente estaba agotada.

Meridiar aparentaba algo más de entereza, aunque era evidente que tampoco estaba lleno de fuerzas, pero nadie podría haberlo estado en aquella situación oscura y aviesa.

Mientras, simplemente, el viento seguía surcando el pasillo.

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14/11/2007, 11:06
Rhiannon de Curyll

Callaba… Meridiar callaba mientras parecía perderse en el laberinto de su propia cabeza… y yo inclinaba la mía… y centraba mis pupilas en él, presa ahora de mis ojos…

Aquel hombre levantó la mirada despacio para enredarse con la mía… un laberinto en sus pupilas negras… Habeis entrado en un juego peligroso y habeis de saber que siendo pieza no habeis tenido posibilidad de elegir vuestro propio camino mi barbilla se irguió un poco al escucharle… Un mucho al verle acercarse a mi, al notarle rodearme… mientras erguida permanecía con la mirada perdida en la pared que hasta hacía un segundo le había sostenido…

Una pieza nueva… algo que se reclama… merecedora del Nyrr…. Mis ojos se entornaban sobre el hombro para observar el aliento que me susurraba… con el gesto firme y el corazón atronando el pecho… Me rodeaba, y a mi pesar… casi sintiendo de nuevo el invadir de la furia… mis mejillas se encendían… Clavada en sus ojos y en su voz… Obtener de Mydôyrn?.... El brillo de los ojos de Meridiar me recorrió como un escalofrío… y con los ojos en dos rendijas doradas le observé a la par… con el gesto orgulloso y las mandíbulas en una tensión involuntaria… Cómo me había metido en todo aquello?... Yo… Ni nada sabía… ni nada quería saber..

Creeis entonces… mi mirada se mantenía fuerte y sin falsos pudores en la suya que querían hacerme daño para dañar a Mydôyrn?... para dañar a un hombre que tan solo se ha cruzado en mi vida para brindarme dos bailes?... En qué podría ofenderle o preocuparle lo que a mi me ocurriese?....

La mirada bajo pensativa al suelo… mientras con las yemas de los dedos acariciaba el labio inferior…. Preso ahora entre mis dientes…

Pero… sí… comprendo…. el brillo dorado buscó ahora a Meridiar… Los hombre y la política… o más bien… y las traiciones… Quizá todos miren en mi dirección… pero hacen mal… No os habéis planteado que precisamente Mydôyrn también es extranjero en esta corte?.. que quizá el único interés del Donner en que yo fuera su acompañante se base en esa similitud que poseemos los dos?...

Meridiar me observaba… cada gesto… cada movimiento… me sentí ceder un segundo al cansancio, a la tensión de la pelea… al agotamiento que siempre deja tras de si la furia… Los ojos de Meridiar me levantaron…

Lonnegahr, interesante… Un hombre curioso… cómo mínimo. Y con una extraña manera de ver las realidades… Pero… poco podía averiguar de mi que nada sé… más bien… susurraba cuentos de flautistas y ratones… Hace mucho que le conocéis?… Dos hombres que intercambian esas miradas obviamente comparten algo más que el aire que les rodea… la cabeza un poco más inclinada y el pelo rubio replegandose sobre el hombro… y yo.. os vi muy grave con Kattya…

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16/11/2007, 12:52
Meridiar de Loorgyll

Indómita Rhiannon que sentia algo en su instinto que le alertaba contra las serpientes. Pura sangre y andadura alta que mantiene la mirada orgullosa, recelosa y prudente ante el joven Meridiar.

- Mi señora, que importancia os habeis de dar y no menospreciar vuestro papel pero con humilde cautela. No es lo que sois sino lo que podeis ser. Que el vínculo no es tan fuerte como para que através de vos le alcance el cuchillo, pero oscuros planes sin duda quizá conspirarán para usaros de algún otro modo. ¿O acaso creeis que vuestro cuerpo inerte en su lecho no bastarían para iniciar una guerra?

Parecía que la palabra guerra bastaba como para ponerle en guardia. La palabra flotó en el aire hasta dispersarse deshaciéndose en innumerables afluentes de posibilidades.

- Cuando una balanza está bien aceitada, una mota de polvo puede alterar su equilibrio. Y ya os adelanto, mi señora, que la sangre del menor de los Nyrr ha constituido un inmejorable lubricante.

El noble volvió a moverse hacia su flanco para alcanzar el dintel en penumbra. Posó sobre la puerta sus manos sintiendo el noble tacto de la madera y parecía escrutar durante un instante, con su oído, el exterior. Se volvió finalmente apoyando la espalda en ella. De la negra oscuridad de su traje emergía un rostro tenuemente iluminado por la luna. Hablaba despacio a la noble dama que en ningún momento había dejado de encararle no estando muy dispuesta a confiar su espalda.

- Lonnegahr y yo no nos conocemos, pero hay algo que me dice que acabaremos haciéndolo. Respecto a Kattya... - alzó los ojos como si tratase de buscar con ellos la definición correcta en su cabeza - digamos que al igual que Lonnegahr teme que nuevas piezas en el juego desestabilicen sus posiciones.

Observó un momento el contraluz de la dama de Curyll como tratando de evaluar en ella cualidades que de por sí no se presentarían a la vista y prosiguió.

- Si me fuese de aquí ahora... ¿estareis a salvo? ¿podreis aguantar con la puerta cerrada hasta que la luz del sol en Colmillo Sur disipe las sombras que se ciernen sobre palacio?