Partida Rol por web

¿Qué les deparará el final del camino?

Caminaron aproximadamente sobre una hora por el túnel excavado, construido ganando terreno poco a poco a la montaña con mucho esfuerzo, cuando todos notaron una brisa de aire freso y no el aire corrompido que les había acompañado en su caminata, y escucharon gotear algo(que más tarde verían con sus propios ojos que se trataba del agua al caer de las formaciones calcaréas conocidas como estalactitas).

Poco después el pasadizo se ensancho en forma de gran cueva natural, desde donde volvieron a percibir de nuevo los rayos de luz reflejados en la luna.

Se dirigieron directamente a la salida, para dar a parar a la montaña, donde un camino de tierra, más o menos blanda,  pareciera que les empujara a seguirlo para cumplir su cometido de encontrar al clérigo.

Al salir que aquel túnel Reran respiró profundamente e intentó obtener alguna pista del clérigo observando el paraje.

Al fin salimos del tunel pensó Leorn. Ahora toca seguir buscando al clerigo. Leorn miró a su alrdedeor y al suelo buscando alguna pista o un rasto para seguir.

Aunque las heridas le fatigaban el cuerpo y le hacían moverse con un gran dolor, el afan de explorador de Taurnil le obligaban a ir primero. Sostenía en su mano derecha el arco y en la izquierda una antorcha que portaba en alto. En un primer momento no había caído en la cuenta de las antorchas ya que el no necesitaba luz para ver con normalidad y la escasa luz de la cueva le bastaba, pero se dió cuenta de que sus amigos verían absolutamente nada cuando Dalion recogió unas cuantas antorchas.

Al salir de la cueva el aire fresco y menos viciado de las montañas le agradó los pulmones y rápidamente se puso a investigar.

Reran y Leorn encontraron unas marcas en el suelo, pero como no conseguían interpretar su significado llamaron a Taurnil, alguien más ducho en esta tarea.

Taurnil cogió un poco de arena de las marcas y froto sus granos entre sus dedos para comprobar si el rastro era reciente, y así era según confirmo Beren. Después, el elfo avanzó algo más en el camino y comprobó que las huellas seguían en la dirección que esperaba.

El grupo continuo por el camino de tierra ascendente que se extendía entre las montañas, una geografía llena de recovecos y grandes arboledas donde cualquier persona sería dificil de encontrar.

Así anduvieron por el mismo tipo de terreno durante una hora, sintiendo cada vez más el frío aire de los montes, hasta que las huellas desaparecieron de repente, en un punto donde el camino era bordeado por una espesa foresta.

Pero... Reran se paró de repente al ver que las huellas desaparecían en ese punto e intentó buscar alguna pista de por donde se habría dirigido el clérigo.

En vista de que las huellas desaparecen, me pongo a examinar la zona procurando no borrar ninguna posible huella

El elfo siguió las huellas hasta un bosque.

Ummm... Esto no me gusta... En un bosque serían faciles de emboscar o caer en alguna trampa del clerigo.

Leorn siguió las huellas gracias a que Taurnil y Beren no perdieron el rastro. Cuando desaparecen las huellas se pone a buscar con el resto de sus compañeros la continuación del rastro.

En la oscuridad de la noche era díficil encontrar indicios de hacia donde había seguido el clérigo. Pero, Taurnil encontró una ramilla de un arbusto rota que indicaba la dirección tomada por el perseguido, esta se adentraba hacia el interior del bosque y se acercaba más a las paredes rocosas de las montañas.

Después, a pesar de no encontrar  más huellas, el grupo tomo esa dirección ya que el suelo del terreno se había endurecido lo suficiente para que alguien precavido no dejara marca de ellas.

AL descubrir la rama del arbusto rota Taurnil vió que era la única posibilidad que cabía y decidió confiar en su habilidad para el rastreo.

Creo que ha ido por ahí, en el arbusto hay indicios de que alguien pasara por aquí. Estoy convencido.

Tu guias le dijo el beornida al elfo mientras le seguia.

Siguieron la dirección indicada (por la ramita rota) hasta llegar a las paredes rocosas. Donde, al no haber visto rastro del clérigo, empezaron a buscar en  todas las cuevas.

Habían ya revisado la mitad de las grutas, cuando, mientras se desplazaban hacia otra, un  fortísimo rugido rompió el silencio de la noche. Inmediatamente, los oídos de los aventureros intentaron discernir el punto focal desde donde se había propagado el sonido.

Y lo "encontraron", aproximadamente, era en la dirección totalmente opuesta que habían emprendido al abandonar el camino de tierra, y la distancia era bastante lejana según pudieron deducir por el eco del rugido.

Dalion tomo la iniciativa emprendedora del grupo al decir.- Creo que nos hemos equivocado de dirección. Ese ruido que acabamos de oír, casi seguro que era un animal salvaje de las montañas que se ha encontrado con el clérigo. -Pensativo, continuo.- Pero aun así no tenemos la certeza de que haya acabado con él.-

-Deberíamos dirigirnos hacia allí cuanto antes, ¿o acaso no opinais lo mismo?.- se calló para escuchar la respuesta de los aventureros.