Partida Rol por web

El elfo escuchó en riguroso silencio y con la máxima atención todo el plan de Elladen.

Está bien pensando, pero Aldan podría facilitarnos con las guardias. Me parece muy buena la idea de que haya gente entre el almacen del grano y la fortaleza para en caso de que algún bárbaro escapara vivo se ocuparan de él y no dieran la voz de alarma.

Pero he pensado que los que van al granero podrían distraer a los soldados de la fortaleza de alguna manera. Quizá si les diera tiempo plantandose frente a la fortaleza en actitud de rebelión. Siempre lejos del alacance de sus armas. O tal vez, se me ocurre ahora metiendole fuego al granero para desconcertarlos. Solamente para darnos tiempo a los que nos colemos a encontrar a Elwyn y tratar de salir con ella por el mismo lugar que entramos. No se cuanta gente habrá dentro pero no creo que tengamos suficientes efectivos, para tratar de abrir las puertas e invadir el castillo.

Si le quitamos lo que más necesitan, que es Elwyn, supongo que iran a buscarla y eso nos permitirá plantear el combate en una situación favorable para nosotros.

Elladen que no había pensado en la posibilidad de distraer a los bárbaros de la fortaleza, en cuanto escucho la idea de Taurnil felicitó a este- !Muy buena idea!, creo que los que van al almácen también deberían quemar el almacén después de haber recogido las armas. Sobre que los campesinos distraigan a los hombres salvajes de la fortaleza, ya lo veremos cuando veamos como esta defendida.

Leorn escucho el plan de Elladen y la idea de Taurnil. Es un buen plan. Iré a ayudar a cargar el grano a los aldeanos. Así saldremos antes. Dicho esto el beornida se dirige junto a los campesinos para ayudarles

-Bien, entonces, todos deacuerdo, ¿no? Una última cosa, manteneos fuera de su alcance si es posible.

¿Del alcance de quien?.- preguntó Elladen a Beren

-Del enemigo, no queremos bajas evitables, ¿no?, quiero decir, si podeis, evitad el combate abierto y cuerpo a cuerpo, donde ellos son superiores en número y potencia.

- Cierto, lo siento pero es que antes no lo había comprendido.- dijó el medioelfo con cierto tono de vergüenza.

-Pues ya esta todo dicho, voy con Reran a ayudar a los campesinos.

Una vez que todos hubieron aceptado como realizar el plan, tuvieron que esperar hasta que los aldeanos ayudados por Leorn hubiesen cargado el grano y la paja en los 3 carros, y a que Reran se hubiera vestido de bárbaro.

Una vez ya preparados para partir, los hombres se despidieron de sus mujeres e hijas con gran pesar por la idea de que quizás fuese la última vez en verlas en este mundo.

Tal como había dicho Dalion, después de una media hora andando por el camino que en sus laterales estaba repletos de campos de cereales ya cosechados, el grupo junto con los campesinos llegaron a la encrucijada, el lugar en el que se debían separar.

Suerte compañeros. Espero que os vaya bien y volvamos a vernos en la fortaleza con esos bárbaros vencidos. Dijo mientras levantaba la palma de la mano a la altura de la frente a modo de despedida.

-No lo dudo, que todos los dioses sean con vosotros, lo vais a necesitar. Les digo a los que van a la fortaleza despidiéndolos agitando mi martillo.

Después de haberse despedido todos, cada grupo siguió su propio camino. Algunos pensaban que todos se volverían a ver sanos y a salvo, mientras que los más pesimistas eran de la opinión que quizás no volvería a encontrarse con alguno de sus amigos. Pero todos recordaron los recientes acontecimientos sobre la desaparición y posible muerte de Jilokasin, y eran de la opinión de que si otro compañero caía en esta misión lo mejor habría sido no aceptarla.