Partida Rol por web

Elladen se fue acercando al centro del pueblo para ver si sus compañeros o los campesinos necesitaban de sus dotes curativas.

Leorn no estaba nada dispuesto a perder esta pelea por lo cual intento propinar sus mejores golpes.

Corro tras Elladen para cubrirle en caso de necesidad.

Leorn asió la lanza del bárbaro por el mástil y tiro de ella con fuerza hacia él, cuando la cabeza del humano hubo estado lo suficientemente cerca, el beornida con un golpe seco de su mano abierta le golpeo en toda la nuez tapándole las vías respiratorias, muriendo después de 3 minutos de estado de shock y sin aliento.

El hombre salvaje que luchaba contra Reran murió porque su cuerpo no pudo aguantar a la vez las heridas sufridas con anterioridad y la que le acababan de producir, una gran herida lacerante en el costado.

Taurnil llegó demasiado tarde para sus propositos y lamentó su suerte. Nunca tendremos a ninguno de los enemigos para que nos cuente lo que ha ocurrido. Se lamentó.

El único que seguía con vida agonizaba con la garganta rota, asfixiandose a cada minuto. No hablaría nada.

Se apeó del caballo de Leorn y se lo entregó a su dueño. Tan solo se ha asustado un poco... ya esta más tranquilo. Dijo con una sonrisa. Después dió un silbido a su caballo para que este no se alejara y permaneciera cerca.

Fue hasta aquel hombre mayor del pueblo que había iniciado la lucha y se presentó formalmente.

Hola amigo, me llamo Taurnil Menelran, y estos son mis compañeros. Creo que tú podrías explicarnos algo sobre estos bárbaros que acabamos de eliminar... ¿Quienes eran y que hacían aquí? Taurnil estaba casi convencido de que esa gente tenía mucho que ver con los encapuchados que se habían ido encontrando a lo largo de los ultimos días.

También estamos buscando a una elfa, una noldo. Se llama Elwyn, nos dijeron que podría estar aquí. Dijo intentando restarle importancia al asunto, como si fuera un amigo o algún familiar.

No se porque me da que todo puede estar relacionado... Temió que así fuera y espero que no.

Dalion salió de su ensimismamiento cuando oyó el nombre de Elwyn- ¡Alabado sea Eru!, gracias por todo aventureros…, ahora os contaré todo lo que se sobre los bárbaros y la posible relación con nuestra conciudadana Elwyn…

… todo comenzó a principios de este mes, cuando encontramos los cuerpos del abuelo y del padre de Elwyn despedazados y medio quemados como si hubieran sido atacados por una criatura salida del mismo infierno- El hombre dio un suspiro al recordar esa historia- ¡Que mala suerte tiene esta familia!, ya que el padre hacia poco que había escapado del cautiverio de Morgoth, desde que lo capturasen en la última gran guerra, y que se había reunido con su padre y su hija, que aun no había conocido, y también descubrió que su mujer ya había muerto.- Despues de hacer una pausa para tomar aliento dijó- Uy perdonad creo que me estoy desviando de lo que os interesa, dejadme que piense donde retomar la historia mientras vamos a mi casa.

Mientras ibais hacia la casa de Dalion observasteis que los aldeanos que habían participado en la refriega comenzaron a quitarse unos colgantes, y más tarde se los fueron quitando a los demás campesinos.

En el trayecto hacia la casa, Elladen fue mirando si había algún campesino que estuviese herido además del viejo, pero no vio a nadie tan grave para necesitar de sus conocimientos en medicina.

Luego al ver el acto que realizaban los campesinos entre ellos- ¿Por qué se quitan esos colgantes?- preguntó en dirección a Dalion.

Dalion contesto- Se los descuelgan porque un día, que vinieron unos caballeros elfos, algunos nos dimos cuenta de que éramos más influenciables a través de algún tipo de magia depositada en cada colgante.

En cuanto llegasteis a la casa, la cual solo tenía lo necesario para subsistir, Elladen limpio la herida del hombro de Dalion con agua, y la desinfecto con algo de alcohol, para mas tarde ponerle unas vendas y tumbarlo en la cama para que descansase mientras os contaba el resto de la historia.

¡Ah si, ya recuerdo!- dijó algo exaltado para después continuar en un tono normal- Un día o dos después de lo que os he contado, una tribu de bárbaros vino y se presentaron como cazadores de dragones. Su chaman nos dijo que habían seguido a un draco desde hace poco que había permanecido aletargado y escondido en las montañas.- Dalion hizo una pausa para aclarar algo.- Fue entonces cuando enlazamos las muertes de los parientes de Elwyn con la sierpe, ya que en esta aldea siempre se ha contado que su abuelo hirió hasta dejar moribundo a un dragón, pero no sin antes que este le maldijera con una venganza.- Hizo otra pausa para separar la aclaración de la narración- Después de que le contásemos la historia de la familia, el chamán nos dio los colgantes, que he mencionado antes, alegando que nos protegerían de la furia del dragón ya que la maldición no iba dirigida a nosotros, y que debía hacer un ritual con algún familiar del abuelo para que el dragón se volviese a dormir durante miles de años- Dalion tosió a causa de la herida y cuando se hubo recuperado continuo- Fue entonces cuando entró en toda la historia Elwyn, la cual hacía poco que se había ido a reunirse con una comitiva que partía hacia Valinor, mandamos a un amigo de la infancia a buscarla y unos días más tarde volvió con ella, pero- el viejo comenzó a toser de nuevo esputando algo de sangre, por lo cual decidisteis dejarle descansar unos minutos mientras vosotros comíais algo.

Media hora más tarde entrasteis a la casa y observasteis que Dalion se encontraba mejor, y cuando todos estuvisteis sentados prosiguió con la historia- Fue entonces cuando todo el plan de los bárbaros se trunco, porque cuando volvió Elwyn a Luthbel, unos elfos, que a mi parecer la habían seguido en sigilo y que se dieron cuenta de la situación real de la aldea, intentaron rescatarla provocando que algunos de nosotros nos liberásemos de la magia del colgante para siempre y provocásemos una revuelta, pero esta fue rápidamente apagada cuando los hombres salvajes dieron la voz de alarma y bajaron más efectivos enemigos de una antigua fortaleza de las montañas, al final de la refriega todos los elfos habían muerto y muchos de nosotros también. Además según mi esposa, que sirve como esclava en la fortaleza al igual que las demás mujeres, dijó que el ritual fue aplazado a causa de este hecho.

Un día más tarde otra tribu de bárbaros humanos de las montañas se unió a la otra, y desde entonces cambiaron su nombre por el de La Secta del Dragón, todo esto según mi esposa. Finalmente, como ya he dicho antes las mujeres empezaron a partir de ese día a ser esclavas en la fortaleza y los hombres a trabajar la tierra cada día hasta la extenuación para no tener fuerzas para resistir la magia del colgante ni para combatir, y así durante todas las jornadas hasta que habeis llegado vosotros.

¡Oh, por Varda y Oromé!. Exclamó el elfo silvano tras escuchar la historia. Eso que cuentas es terrible. Acabar aquí esclavizados en vuestra propia aldea y arrancados de la compañia de vuestras mujeres... Lamento muchisimo todo este mal.

Guardó unos segundos de silencio por la pena que suponía todo aquello que acababa de mentar y después miró directamente a los ojos de aquel hombre con una mirada penetrante. Sus elficos ojos azules y profundos, testigos del pasar de numerosos años y varias vidas de hombre, atravesaron al anciano cuando le preguntó por la elfa.

Y dime Dalion, ¿Qué fue de Elwyn? ¿Qué hicieron con ella? ¿Está en la fortaleza?

Dalion giro la cabeza hacia el formulante de la pregunta- Durante la refriega hubo un rato que estuvo a salvo de los bárbaros, pero al final de esta la volvieron a capturar para más tarde llevarla a la fortaleza donde aun permanece cautiva hasta que se celebre el ritual- Dio un suspiro al recordar a su esposa, que era quien le había contado esto último y prosiguió- Yo tengo suerte con mi esposa, puesto que a las que son viejas o feas las suelen traer de vuelta a la aldea cuando se pone el sol, y me imagino que no tengo que contarte que hacen con las demás- Hizo una pausa como si se hubiera acordado de algo importante- !Esto me recuerda que debemos darnos prisa!, pues un pequeño grupo de bárbaros a caballo vendrán escoltando a algunas mujeres, y cuando vean lo que ha pasado pedirán refuerzos, debemos hacer algo, ¿pero qué?- formuló la pregunta con cierto nerviosismo.

Había escuchado en silencio toda la historia, pero al terminar mi reacción es mas que suficiente para explicar mi estado de animo. Me levanto de un salto y con todas mis fuerzas propino un puñetazo a una cara de mi martillo.

-Separados de vuestras mujeres, violadas en una fortaleza... ¡hijos de la grandisima puta! Salgamos a apalizar a esos bastardos y liberar a las mujeres, ¡que prueben nuestra sangre y nuestro orin!

Corro hacia la puerta y me doy la vuelta preguntando con la mirada a mis compañeros si van a venir o no... Al fin y al cabo además de que son unos enclenques humanos, no pueden ser muchos... no esperan que en el pueblo no haya de los suyos.

Arzarin como todos los enanos tiene la sangre facil de herbir y no tarda en perder el control.

Tranquilo amigo, no nos precipitemos, no podemos ir a asaltar una fortaleza blandiendo un martillo y poco más. Dice intentando calmar a su amigo y con un gesto le indica que vuelva a sentarse donde estaba y se tranquilice.

Ese grupo que dices que viene. Taurnil parecía mascar algún plan en su cabeza y hablaba calmado y con lentitud. ¿Por donde vienen? Espero que tengan una rutina, es decir, que siempre vengan y hagan lo mismo. Les darán el relevo a los demás y ocuparan sus puestos ¿no?

Está claro amigos mios, que tenemos una buena baza en nuestro favor. Y es que ellos no saben que Luthbel ya no les pertenece. Si nos vestimos con los ropajes de los que hemos matado, escondemos los cadaveres y actuamos como si nada hubiera pasado, podríamos darles una calida bienvenida. Dijo esto último mirando al enano con una sonrisa. Así evitaríamos que avisaran a más y tendríamos el factor sorpresa a nuestro favor.

Se volvió de nuevo hacía el anciano. Dime, ¿de cuanto tiempo disponemos hasta que vengan?

-Hmmm, le veo un fallo al plan... ¿y si conocen a los que matamos? no podemos arriesgarnos... creo que lo mejor sera que no vean la masacre y que les tendamos una emboscada, un par de ellos se esconderan a la entrada para detener a los que sobrevivan, de este modo, mermaremos sus fuerzas y nos facilitara la victoria...

tras esto, me pongo a pensar en algun conjuro que pueda ayudarnos con la labor

La idea es simplemente que vengan hacía nosotros, que entren al pueblo con normalidad y no puedan huir y dar la voz de alarma. Simplemente tiene que vernos de lejos. No creo que nos puedan reconocer en la distancia. Respondió el elfo defendiendo su plan.

Sería cuestión de encerrarlos aquí y emboscarlos en el propio pueblo.