Partida Rol por web

Abris la trampilla y salis tras una pila de cajas. Al alzar la vista, véis que os encontráis a los pies de la Puerta Cifrada, cerca de las escaleras que suben al faro de PuertoEnigma. Preocupados por si os hubieran detectado, pronto cerráis la trampilla y la escondéis. Algo tendréis que hacer con aquella entrada, pues se dirige al Trasgo Dorado y quizá si alguien la descubriera podría encontrar la entrada al casino...

Pero os dáis cuenta de que nadie os mira. Todos están alterados y hablando en corrillo. Cuando algunos señalan el cielo, seguis con la mirada y os dáis cuenta de que la extraña sombra del cielo ya no está. De repente, un destello en el cielo atrae vuestra atención (y la de todos en PuertoEnigma). Un haz de luz desciende desde el cielo, un meteorito en dirección sur. El meteorito no arde, pero su halo se alarga y parece que se dirige directamente a PuertoEnigma. A medida que se acerca, el pánico se apodera de las calles, pero en el último momento el meteorito traza un arco sobre la ciudad hacia el mar, dejando tras de si un rastro de humo y un ruido atroz, como de un trueno.

El meteorito se dirige al sur, reflejándose su estela en el mar, y momentos después impacta en la isla de El Codo del Diablo. Parece alzarse un falso amanecer cuando un brillante estallido de luz llena el horizonte. Poco después, una tremenda explosión atraviesa PuertoEnigma como un poderoso temblor de tierra, y apenas podéis manteneros en pie mientras muchos habitantes caen sin remedio. El terremoto no es suficiente para destruir los edificios, pero sí para que se caigan las tejas, se caigan los objetos de las estanterias y estallen los cristales de las ventanas. Durante el temblor, una desagradable bola de fuego naranja se alza en el cielo en el horizonte, sobre la isla, extendiendose en una nube en forma de seta gigante.

En este momento, la mayor parte de los habitantes de PuertoEnigma se congregan en los muelles y otros puntos al sur del pueblo para ver mejor la lejana destrucción. Vuestra posición es privilegiada para ver aquel espectáculo.

¿Que podia hacer Sigvath contra ese meteorito? Su hacha nada podria hacer con el. No habia enemigo que golpear, nada que machacar. Siempre habia temido una muerte asi, sin posibilidades de hacer nada. La gente gritaba a su alrededor, pero el barbaro tan solo dio un largo trago a la petaca de el mago y sujeto la talla que llevaba en su gran cinturon de cuero. Era una talla de Erastil. El Ulfen parecia rezarle mientras no quitaba ojo de la roca que parecia iba a chocar contra la ciudad. ¿Habia escapado de la muerte luchando contra la drow para morir ahora?

Cuando el meteorito se desvio Sigvath termino su plegaria al dios astado dandole las gracias. Es curioso, nunca hubierais dicho que Sigvatj fuera un hombre de fe.

Salimos al exterior y... sólo hay unas cajas, la brisa del mar nos revuelve los cabellos y nos refrescamos, notando que todavía jadeamos del combate del que acabamos de salir vivos. En la mochila... riquezas y la cabeza de un monstruo metida en una lona.

La verdadera puerta de atrás del Trasgo, debemos tapar ésto.

Pero a diferencia de El-Rohir, nadie está mirando la entrada sino que miran al cielo. ¿La sombra? Entonces el elfo también contempla la perdición que se dirige hacia la ciudad...

-¡Bendita Desna! ¡Todos dentro del tún...!- y en ese momento el meteoro sobrevuela todo y cae en una isla lejana.

Por que poco... ¿Que habrá sido eso? ¿Estará relacionado con la Drow? No, no puede ser, no se como pienso ésto. Quizá porque acabamos de luchar contra ella, pero hay fuerzas en éste mundo más grandes que nosotros.

-Menuda explosión. Pero no nos afecta, volvamos al Trasgo, comamos la mejor comida, bebamos la mejor bebida que tengan, repartámonos el botín y descubramos que pasaba con la Drow. Lo de la piedra del cielo está fuera de nuestro alcance.

Pocos minutos después, el agua de la bahía de PuertoEnigma retrocede en una repentina marea baja, revelando varios naufragios, peces boqueando y unos cuantos tiburones varados en el fondo. Sabéis que esto es indicativo de un tsunami que se aproxima desde el impacto. Afortunadamente, la forma del puerto de PuertoEnigma minimiza la fuerza del tsunami, pero aún así, solo nos segundos después, el agua regresa hacia PuertoEnigma en forma de una pared de 7 pies de alto de espuma y agua revuelta que golpea el muelle con mucha potencia. Los que están agolpados en la costa son golpeados por la ola, y muchos son arrastrados tierra adentro. Algunos incluso no pueden evitar ser arrastrados de vuelta al puerto cuando retroceden las aguas.

Varios tsunami más pequeños golpean PuertoEnigma en los minutos siguientes, pero no causan apenas daño. Al final, el tsunami causa más daño al pueblo que el temblor. Docenas de embarcaciones resultan dañadas, algunas se hunden, pero la mayor parte quedan encalladas tierra dentro, hasta la calle Embarcadero. Muchos de los embarcaderos quedan arruinados, y algunos de los edificios más pequeños de primera línea son destruidos o parcialmente derrumbados.

Aleena abre la boca, sorprendida, estupefacta, aterrada. Todos esos sentimientos la atraviesan y sus primeros pensamientos son para sus hijos, y su marido. Afortunadamente los mandó lejos de esta ciudad.

Estarán bien. Oh, dioses, tienen que estar bien

- Tenemos que ir de inmediato al Trago.

-Si volvamos rápidamente, tenemos que dejar las cosas allí y... y yo tengo que acudir a ayudar a los heridos.

Se nota que El-Rohir tiene unas ganas tremendas de hacer varias cosas* pero su deber son los heridos, aunque apenas le queda poder curativo, el mismo puede sanar heridas y estabilizar a los peores casos para una curación masiva al día siguiente.

-Amigos, si guardáis el Trasgo para que no nos vuelvan a emboscar yo estaré de vuelta para mañana. Y seguro que podemos convertir ese sitio en un buen lugar si Saúl

¡Desna, ayúdame en ésta dura prueba!

- Yo estoy completamente agotado y seco, me ofrezco para volver al Trasgo y tranquilizar a los empleados - está claro que Eleânail no tiene muchas ganas de recorrer la ciudad inundada de "agua"

Al retirarse el agua, por las calles quedan tiburones, morenas, y otros peces y criaturas igual de peligrosas, encalladas en el barro y desesperadas y desorientadas, atacando a los pobres ciudadanos que ya de por si tienen dificultades para no ahogarse o ser arrastrados.

Ya hay personas acudiendo en ayuda de los peor parados en esta catástrofe...

Bendita Iomedae ...

Apenas reacciono al escuchar el estampido del cometa estrellándose, y tampoco con la montaña de agua que barre el puerto y más allá. Son los lamentos y gritos de los que piden ayuda los que me devuelven a la realidad. Sacudo enérgicamente la cabeza para librarme del estupor.

- Id sin mí. Yo no he usado mi poder curativo. Además también puedo ser de ayuda con todas las criaturas marinas que se han quedado en tierra. Os veré más tarde.

Sin esperar contestación, me adentro en el caos para ver donde puedo ser más útil.

Eleânail saca su arco con fastidio: Joder, yo solo quería un trago. Vamos os cubro mientras ayudáis.

- Voy contigo Erion - el barbaro estaba deidido a ayudar a los mas desvalidos - Aleena, si quieres vete a saber de tu familia. El trasgo tendra que esperar hasta esta noche.

Todos arrimáis el hombro. Durante las siguientes horas, los señores del crimen y el Señor de PuertoEnigma se movilizan de una forma nunca vista hasta entonces, colaborando en apagar fuegos, salvar ciudadanos arrastrados al puerto o eliminar los desorientados reefclaws, tiburones, bunyips y otras peligrosas criaturas marinas que se han visto encallados en las calles de la ciudad.

La verdad es que la gente agradece vuestor esfuerzo, aunque a pesar de todo encontráis algunas reticencias en algunos hombres. Después de todo sois hombres de Saul, nadie en la ciudad conoce el destino de vuestro ex-jefe...

Os dan altas horas cuando, agotados, os dirigis al Trasgo Dorado tras hacer lo que podiais por esa gente. Allí está Kwava, esperando nervioso fuera del Trasgo, junto a un par de los guardias que habiais dejado cuidando del local.

¿Qué hacéis aqui? ¿No estabáis...? Bueno, es igual. ¿Ya sabéis lo ocurrido? Demos gracias a los Dioses que no os ha pasado nada, esperemos que no sea tan grave la situación como parece... ¿Entramos y me contáis... vuestros progresos?

Kwava dirige una mirada a los guardias, que se quedan allí fuera. Está claro que quier eun lugar más privado para hablar.

Si alguien me lanzara un conjuro de dormir ahora... ¡le daría las gracias! Pero soy jodidamente inmune...

Renqueando, con unas ojeras hasta los pómulos, El-Rohir entra en el Trasgo, mirando a Kawa con una cara que lo dice todo y no dice nada, y luego a las escaleras que suben a la zona privada que antes era de Saúl.

-Vosotros dos, necesitaremos encargados para cuando abra de nuevo el Trasgo, vigilad y portaros bien y saldréis beneficiados. 

Entrando, se dirige a sus compañeros: -Vamos arriba, hay camas cómodas y podremos descansar. 

Una vez arriba, instalados en la mesa del comedor, en los agradables sillones que han movido de la sala de espera, con los cinco reunidos con Kawa saca de la mochila el bulto con el macabro trofeo y se lo entrega a Kawa.

-Mira, aquí hay progresos, dale las gracias a Sighvat, y a su hacha. Y a las artes de todos los demás el acabar con los demonios con los que estaba encamada. ¿Elfo renegado? ¿Te parece una elfa renegada?.

Una vez ha dicho eso, coloca todo el botín que llevaba él sobre la mesa a la vista de todos y se concentra en identificar los objetos que son mágicos.

-No se si te has guardado algo de lo que te dijo la Shin’Rakorath, pero no te lo han contado todo. ¿Un elfo del bosque Mierani? Mis padres son de ese bosque y te aseguro que no son así.

Eleânail ayuda a sus compañeros no sin reticencias y protestas. Está cansado y dolorido pero algo en él despierta que antes no sentía: hay gente peor que él. Así pues echa una mano en lo que puede a base de bola de ácido o sonidos fantasma para espantar a los animales, conjuros menores de mensaje para coordinar ayudas y cosas, pero al final también acaba metido en faena levantando restos y ayudando a El-Rohir con los heridos....una experiencia nueva.

A la vuelta el elfo les está esperando, más que ira siente curiosidad por ver qué les cuenta esta vez y cómo sale del embrollo en el que con toda seguridad lo va a meter El-Rohir. Está claro que no se ha fiado de ellos y les ha ocultado cosas pero ¿quién puede echárselo en cara si ni si quiera se conocían hace veinticuatro horas?

Sigue a sus compañeros al interior de la taberna y mientras estos suben él baja a la bodega y pilla una botella, con unos cuantos vasos porque tienen un invitado. Regresa con los demás para escuchar el discurso de su colega elfo: ¿Alguien quiere una copa?

La mediana ha ayudado sin apenas protestas. Luego, al llegar al Trasgo, ha empezado a gritar como una energúmena. De hecho lo más suave que ha dicho es que el local es ahora de los señores El-Rohir Ylandara, Eleânail Ninnedalith,  Erion Dargath, Sighvat y de ella misma. Y que el que no quisiera o lo tuviera claro ya podía largarse. Luego se puso a revisarlo todo, a comprobar quienes trabajaban, a hablar con los presentes... y los echó a todos salvo a los que El-Rohir le había puesto a vigilar.

Entonces se sentó con aspecto cansada, y al escuchar la pregunta de Eleanail levantó la mano

- Yo. De algo fuerte, por favor

Los guardias asienten y obedecen. Sabían que os habíais enfrentado a Saul y que habiais ganado. Eráis los nuevos dueños del Trasgo Dorado, y quizá hubiera suerte y fueséis mejores jefes que el anterior.

Cuando Kwava ve la lona manchada de sangre, pone cara de asco y un poco... asustado. Levanta con cuidado y ve la cabeza de la drow.

Por todos los Dioses...

¿Qué le espantaba más, el espectáculo macabro o la realidad que había tras el elfo renegado? Lo tapa rápidamente, y os mira, asintiendo.

No me esperaba esto... Los drow no son más que leyendas, cuentos para asustar a los niños. No había pruebas de su existencia... hasta ahora. El-Rohir, no me he guardado nada, que los Dioses me lleven si miento. Sé... lo que me han contado. La Shin’Rakorath no cuenta todos sus secretos a los iniciados, y esta es mi primera misión importante. Como comprenderéis, yo buscaba un elfo que hubiera traicionada a la orden, o algo así. No me esperaba algo... como esto. Esto se me queda grande, debo informar lo antes posible...

Su tono es apesadumbrado, y parece que los hombros han bajado un poco en su postura. Quizá sienta demasiado peso a su espalda...

Por el momento, debo pediros prudencia y discreción. Nadie debe conocer la existencia de estos parientes nuestros. No sabemos loq eu podría pasar, quizá saber que existen, y que han salido de las profundidades de la tierra donde las leyendas dicen que habitaban... Quizá podría cundir el pánbico en algunos sectores de la sociedad. Quizá no aqui en PuertoEnigma, pero si esta información llegase a oidos de gente poderosa... Dejadme por favor que hable con mis superiores de esto. Tardaré un par de días. ¿Hay algo que podáis contarme, alguna información que le sacaséis a esta... drow, antes de acabar con su vida?