Partida Rol por web

Bratza sonríe por enémisa vez ante las palabras de Damarcus mientras observa la conversacion.
Dios mio nunca pensé que conoceria gente tan dispar.

Luego se acerca a la conversación.

- Está claro que es ella Damarcus, y nos llevarà dos dias de ventaja almenos, va a ser difícil recuperar esos dias, será mejor que descansemos bien para llegar lo mejor posible almenos; aprovechemos esta noche tranquila antes de llegar a nuestro destino mientras beve un sorbo de cerveza haciendo una mueca simpática.

 Finalmente, tras unos largos minutos aparece la menuda sacerdotisa, con sus cananas llenas de rollos de pergaminos. Parece que le ha sentado bien el bajar del barco y pasear un poco. Ya ha recuperado un poco el color en las mejillas.

 Tras ver a la media docena de parroquianos y saludarlos con un gesto casual se acerca a sus compañeros de viaje y misión hablando en tono confidencial.

 - ¿Hola, habeís preguntado ya algo al respecto de lo que buscamos?

 Dice a la par que se sube y sienta en un taburete alto junto a la barra. Luego llama la atención del mesero.

 - ¿Por favor, teneís algo de fruta? ¿Servís infusiones?

- "Sí, algo sabemos" - le responde el paladín a Iris - "Alexia pasó por aquí hace no más de dos días, aunque no detuvo su barco. Vamos mejor de lo que creía: la chica no nos lleva mucha ventaja. Aun así, es una pena que no podamos continuar con nuestro camino inmediatamente".

Sir Héctor echa otro trago a la cerveza, con aire claramente pensativo, aunque ya no añade nada más.

Cita:

Tras escuchar las palabras de Irvis, el tabernero te prepara una infusión con unas hierbas, que tienen un aspecto realmente horrible. No obstante, el aroma que sale del vaso es agradable, y cuando lo tomas, es bastante dulce.

¿Y hacia donde os dirigís, si puede saberse?- os pregunta

Pues...estamos remontando el Rio Negro, en busca de un pantano...de momento al menos. Porque lo pregunta?
Mmm, quizas podamos pedir alguna referencia sobre los dos pequeños lagos...no debemos estar muy lejos...

Eberk va bebiendo con calma las 3 cervezas mientras los demas van indagando. Llevarse bien con los demas no es tan difícil...

 No, por nada en particular- responde- lo único, que tengáis cuidado con las posibles tribus de  gobos que anidan por la zona. No suelen ser hostiles, a no ser que se les provoque. Aún así, estad atentos- calla durante unos segundos- también deberíais tener cuidado con los tambaleantes del pantano- os dice finalmente- son muertos vivientes que anidan por estas zonas. Si queréis tengo un amuleto que puede repelerlos...por un módico precio, claro.

El caballero interviene - "Van dos veces que los oigo nombrar, y tengo que preguntarlo: ¿Qué demonios es un gobo?" - antes de que el tabernero responda, Sir Héctor añade en tono severo - "Respecto a vendernos ese amuleto por un módico precio, le diré, sin ánimo de faltarle al respeto, que comerciar con protecciones quizás necesarias para sobrevivir me parece caer realmente bajo. De mí no obtendrá ni una moneda de cobre rayada".

 ¿No sabes lo que es un gobo?- te mira con incredulidad- ¿en que mundo vives? Son pequeños trasgos, por definirlos de alguna forma, aunque algo mas inteligentes que esos seres. Por otro lado, sino quieres mi mercancía, allá tu. Ya la echarás en falta si te ataca uno de esos no muertos. ¿Y el resto que me dice?

A mi me encanta masacrar muertos vivientes...¿no tendrá un amuleto que los atraiga?
Dice escuetamente el pescador...

- A mi si me interesa, dejadnos verlo señor, cuanto pide?

Bratza no disimula su afción a las compras..
 

 El tabernero extrae un talismán : un matojo de pelo, hueso, piel de animal y cuarzo brillante, que huele bastante mal

Este es, por solo 100 monedas de oro, este amuleto impedirá que los tambaleantes se te acerquen.

Sir Héctor frunce el ceño al ver el asqueroso amasijo de pelos y huesos. Por un momento da la impresión de que va a decir algo, pero parece pensárselo mejor, niega con la cabeza y decide no continuar con la conversación.

Apartándose de la más que dudosa transacción, el caballero se acerca a una ventana y escruta el oscuro paisaje en el exterior, casi como si esperara ver desde allí a esos gobos y tambaleantes que acaban de describirles.

La chica lo examina un poco.. - mm.. jolin 100 monedas? me parece caro y no sabemos si realmente funciona... - la chica mira al tabernero algo indecisa... - Aceptarías 50 monedas? si funciona a la vuelta te pago las otras 50. No creo que haya mucha gente por aquí con la que hacer negocios, no crees?
 

- y si no funciona espero volver también

Mientras el tabernero piensa la chica intenta se hacerca a los suyos y en voz vajita.. - Aunque poco probable , nos puede ayudar; recordad que a poder ser debemos evitar problemas por el camino, y si por lo que fuera eso funcionase evitariamos vertir sangre inecesaria y tiempo.. además tango unas moneditas..

 Esta bien... 50 monedas de oro. Trato hecho- dice mientras te ofrece el amuleto a la par que extiende su otra mano, esperando el dinero

La chica saca una bolsa sonante de monedas de entre su tabardo, mintras cuenta.. - confío en ti, ee?? ten  ..48, 49 y 50.

Guarda otra vez su bolsa en un lugar indeterminado de su cintura y el amuleto en una bolsa de piel cerrandola fuertemente, luego coge su jarra y bebe un trago volviendo a mostrar cierta cara de extraña felicidad y inocencia.

- Alguna cosa más que nos puedas decir?

 La menuda sacerdotisa, como así lo atestigua el ank que cualga de su cuello, ha agradecido con una afable sonrisa al mesero que le sirve la infusión y nada más se la han traído, aún bien caliente, la empieza a tomar a pequeños sorbos.

 - Mmmmm Está rica ¿qué hierba es?

 Cuando el tabernero habla acerca del amuleto y luego la saca a la luz, la joven lo mira con curiosidad. ¿Este objeto repele los no muertos?

 Es un artefacto bastante tosco, pero a pesar de ello, tiene ciertas capacidades para repeler a ese tipo de muertos... aunque no siempre funciona.

Cita:

Puedes confiar en mi perfectamente, el talismán no te decepcionará

Cita:

Poco mas puedo deciros que os pueda interesar.

Cita:

El tabernero sonríe al escuchar el comentario- lo siento, eso no puedo decírtelo, secretos de profesión